Está en la página 1de 8

1

El huésped (in) esperado.


Erich Honecker en la embajada de Chile en Moscú.1
Cristián Medina2
Erna Ulloa3
Gustavo Gajardo4
Angel Soto5

“Los huéspedes tenían un dormitorio y una salita en la embajada, una tremenda


mole en el barrio de Kuskovo, alejado del centro. Tomaban desayuno y almorzaban
con los Almeyda. La vida era leer y “hacer hora”. Nadie los fue a ver”.6

A) Introducción.

¿Qué tan inesperada fue la entrada de Erich Honecker a la sede diplomática de Chile en Moscú?.
Ciertamente que para los funcionarios de la embajada y para el gobierno chileno lo fue, pero no
para todos. Las fuentes aún se están abriendo y generan dudas al respecto. Para el embajador
chileno, Clodomiro Almeyda, y su esposa, Irma Cáceres no resultó algo inesperado, ellos habían
trasladado con cargo al gobierno chileno desde Berlín a Moscú los muebles de los Honecker en un
contenedor que transportaba material del embajador. Además, la Sra. Cáceres supo exactamente
qué contestar jurídicamente a los funcionarios de la embajada cuando el observaran la situación:
“Los invito a mi casa, no a la embajada” fue el resquicio con el que se inició la (in) esperada estadía.
El presente trabajo forma parte de una investigación más amplia sobre la Historia de las Relaciones
Internacionales de Chile en la inmediata Post Guerra Fría. Se abordan algunos aspectos del ingreso,
estancia y posterior salida del matrimonio Honecker en la legación diplomática de Chile en Moscú
(11-XII-1991 / 29-VII-1992). Para estructurar el trabajo se han consultado fuentes primarias inéditas
disponibles en el Archivo Histórico del Ministerio de Relaciones Exteriores Chile (MINRE), Archivo
James Holger (AJH), Archivo Digital de la Presidencia de Patricio Aylwin (ADPA) de la
Universidad Alberto Hurtado (Chile), prensa y revistas de Chile, España, Alemania y Rusia, entre
otras.

B) El huésped (in) esperado.


Clodomiro Almeyda, histórico líder de Partido Socialista chileno, llegó a Moscú en mayo de 1991
junto a Fernando Belloni, su secretario político. Este había sido nombrado embajador de Chile en la
Unión Soviética (URSS) por el presidente Patricio Aywlin (1990-1994). “A los pocos días, anota Belloni,
me enamoré a primera vista de mi mujer Svetlana y en diciembre nos casamos y nos vinimos a Chile de luna
de miel”. La historia personal viene al caso para respaldar que ese 11 de diciembre de 1991, día en
que Erich Honecker y su mujer Margot llegaron a la sede diplomática chilena en Moscú, él no estaba
en la URSS sino en Santiago, almorzando con Almeyda en el desaparecido restaurante “El Parrón”,

1 El presente artículo es producto del Proyecto FONDECYT Regular N° 1170184 (. (2017-2020), Historia de las Relaciones

Internacionales de Chile. El “caso Honecker” Tensiones internacionales y conflictos internos en la pos Guerra Fría. Chile.
1988-1994. Agradecemos a Matías Alvarado y Julia Zvonilova, por su valioso trabajo en la pesquisa de la información.
Especial gratitud al Dr. Carlos San Díaz, Universidad Complutense de Madrid, por sus aportes y precisiones.
2 Doctor en Historia, Universidad Complutense de Madrid (España). Profesor investigador, Instituto de Historia, Facultad

de Derecho y Cs. Sociales, Universidad San Sebastián (Chile).


3 Doctora en Historia Contemporánea. Universidad de Valladolid (España). Profesora Facultad de Comunicación, Historia

y Cs. Sociales, Universidad Católica de la Ssma. Concepción (Chile).


4 Licenciado en Historia y Profesor de Historia, Geografía y Ciencias Sociales, Universidad Católica de la Ssma. Concepción

(Chile). Estudiante Doctorado en Historia, Universidad San Sebastián (Chile).


5 Doctor en Historia, IUOG, Universidad Complutense de Madrid (España). Profesor Facultad de Ciencias Económicas y

Empresariales, Universidad de los Andes (Chile).


6 http://www.eltiempo.com/archivo/documento/CMS-14801379 consultado el 18-VII-2017
2

ubicado en la comuna de Providencia, en Santiago de Chile. “Ahí nos avisaron lo que había pasado. Creo
que lo supimos por la radio. En ese entonces, lo más moderno en comunicaciones era el fax”.7
Una de las interpretaciones al respecto es que aunque nadie creyera que el embajador chileno no
supiera exactamente lo que ocurría en la legación diplomática de la que era responsable, lo cierto es
que estaba en Chile y por eso no lo sabía. Según Belloni: “Yo puedo decir que yo no lo sabía. Y creo que
el “Cloro” tampoco, porque, conociéndolo, no se habría venido; habría asumido como hombre”.8 Sin embargo,
una serie de situaciones hacen dudar de que fuera así.
Honecker llegó a la embajada ese día 11 de diciembre en un automóvil Shayka de manufactura
soviética y de color negro, nada muy galano pero habitualmente utilizado por el protocolo soviético
(ruso) por su amplitud interior.9 El embajador chileno, como dijimos, estaba en Santiago y no regresó
a Moscú hasta el 20 de enero de 1992 por lo que, aparentemente, quién invitó a cenar al matrimonio
Honecker y luego informa al primer secretario, José Miguel Cruz, que ellos se quedarían en la
embajada fue la esposa de Almeyda, Irma Cáceres. Recién al día siguiente, desde la Cancillería
chilena se ordenó en un cable, bajo la categoría de “secreto”, que “Honecker podrá permanecer en calidad
de huésped en esa misión” y que se “deberá gestionar su traslado a alguna otra república de la antigua unión”.10
Sin embargo, cualquier gestión para dar solución al tema se frustró con la decisión de las autoridades
rusas –lideradas por Boris Yeltsin- de negarle la visa de salida al matrimonio.11 “El ayer principal
aliado del régimen soviético hoy está a punto de ser expulsado de Moscú”, señaló la prensa agregando que
la situación era llamativa dado que Honecker y Khol se reunieron oficialmente en 1987 cuando el
primero se convirtió en el primer mandatario germano oriental que fue recibido en suelo germano
occidental.12
Después que Honecker fue expulsado del poder se hospedó en casa de un pastor alemán. En los
primeros meses del año 1990, Irma Cáceres de Almeyda que vivía en Berlín le hizo una visita donde
llevó de regalo unas galletas. Ella simpatizó con Margot, así que comenzó a visitarlos una vez al mes
o cada quince días, y les llevaba un pequeño presente cada vez. Las visitas continuaron, incluso
cuando los Honecker fueron trasladados al hospital de Beelitz, entre Berlín y Leipzig.13 En marzo de
1991 viajaron con asistencia militar soviética a Moscú, y es ahí cuando Margot le pidió a Irma que le
llevara algunos muebles que le iban a servir para instalarse en la entonces URSS. Según Clodomiro
Almeyda, para ese entonces el matrimonio alemán tenía una situación económica precaria, por lo
que su esposa aceptó.14
Aprovechando uno de los traslados de cosas que hizo la esposa del embajador desde Berlín a Moscú
colocó, en un espacio que le quedaba en la amplia bodega de la embajada chilena en la capital
soviética, los muebles del matrimonio germano oriental. En todo caso, estos nunca pudieron ser
utilizados por Margot, ya que los rusos no le dieron un departamento en el centro de la ciudad, sino
que una simple dacha, es decir una pequeña parcela de agrado con una casa sencilla en la que los
bártulos no cabían. Estos se quedaron en la embajada chilena y era lógico que estando Margot allí
los usara.

7 Ibidem.
8 Ibidem.
9 Sobre Erich Honecker remitimos a: BRUCKNER, Bernd: An Honecker Seite: Der Leibwächter des Ersten Mannes. Berlin, Das

Neue, Berlin, 2014. KUNZE, Thomas: Staatschef a.D: Die letzten Jahre des Erich Honecker. Berlin, Ch. links, 2001. LORENZEN,
Jan: Erich Honecker: Eine Biographie. Hamburg, Rowohlt Taschenbuch Verlag, 2001. POTZL, Norbert: Erich Honecker. Eine
deutsche Biographie. Stuttgart, Deutsche Verlagsanstalt, 2002.
10
Süddeutsche Zeitung (SZ), 13-XII-1991.
11 SZ, 24-II-1992; SZ, 14/15-II-1992.

12 Revista Apsi (RA), N° 408, 1991, p. 6. ADPA: CL CLUAH 1-72-1-3. 1991-11-13.


13 Sobre la figura de Margot Honecker remitimos a: SCHUMANN, Frank und HONECKER, Margot: Post aus Chile. Die

korrespondez mit Margot Honecker. Edition Ost, Berlín, 2016. OLE, Nils: Zum Westkaffe bei Margot Honecker. Letzte
Begegnungen mit einer Unbeirrten, Hoffmann und Campe Verlag, Hamburg, 2016. STUHLER, Ed: Margot Honecker: Eine
Biografie. Wirtschaftsverlag Ueberreuter, Berlín, 2005. CORVALÁN, Luis: La otra Alemania, RDA: Conversaciones con Margot
Honecker. Ical, Santiago de Chile 2000.
14
Con esto se generó un problema político internacional pero había seguridad en que la URSS le daría asilo a Honecker,
IN: CORVALÁN, Luis: op., cit., p. 98.
3

Lo anterior lleva a pensar que la Cancillería efectivamente sabía lo que se estaba fraguando. Así al
menos lo afirmó Belloni: “No pudo haber sido de otra manera. Para que se quedara, esa orden tiene que
haberla dado el Canciller Silva Cimma. Además, yo después descubrí que el ministerio mandaba más dinero
precisamente para pagar los gastos de los huéspedes”.15 Una carta enviada con fecha 2 de octubre de 1991
por el Jefe de Gabinete Presidencial, Carlos Bascuñán a Enrique Correa, ministro Secretario General
de Gobierno, revela que se habían hecho solicitudes de asilo en Chile para los Honecker.16
A la luz de los antecedentes recopilados, fue entonces la esposa del embajador chileno quién tomó
la decisión de acoger al matrimonio Honecker en la embajada. Ella, a quién sus amistades
describieron como una persona particularmente decidida, de “un humanitarismo enérgico”, no
consultó a su esposo el embajador (que estaba en Santiago) por que no necesitaba hacerlo y mucho
menos al Presidente Aylwin.17
No existe en todo caso claridad meridiana respecto a si el matrimonio Almeyda estuvo de acuerdo
en recibir a los Honecker a cualquier precio, “como un asunto de carácter humanitario y personal”.18 En
el círculo íntimo del embajador existía el temor de que si se consultaba al canciller chileno Enrique
Silva Cimma, la autorización podría ser dilatada e incluso negada. En todo caso, Almeyda sabía que
contaba con la lealtad de todos los socialistas, incluido Carlos Altamirano, con quién había
protagonizado la ruptura del partido en 1979 en la propia República Democrática Alemana (RDA),
y también de los comunistas.19
James Holger, diplomático chileno enviado a Moscú como embajador en misión especial para
ocuparse del refugio de Honecker y su esposa en la embajada chilena en Rusia, se refirió al ingreso
del matrimonio germano oriental a la sede diplomática chilena en los siguientes términos: “Voy a ser
honesto: no me consta si fue o no arreglado. Todos los datos indican que Irma (Cáceres, la señora de Clodomiro
Almeyda) los hizo entrar, fueron a visitarla. Lo que ella no podía hacer era autorizarlos a quedarse. Por eso
sostengo que la Cancillería tuvo un papel ahí”.20
Opinión parecida manifestó el ya citado Belloni quién también desestima que hubieran sido grandes
amigos, como se ha sostenido tradicionalmente: “Se ha dicho que Irma y Margot eran grandes amigas;
pero eso no fue así en Alemania, donde la mujer de Honecker era ministra de Educación y era muy raro que
fuera a tener relación con la esposa de un exiliado. En cuanto a Honecker y Almeyda, en Berlín solo habían
tenido encuentros protocolares”.21
El mismo Almeyda lo dejó muy claro cuando salió al paso de estas interpretaciones: “La gente habla
mucho de mi gran amistad con Honecker, y ocurre que yo a él lo vi algunas veces en reuniones muy formales,
con mucha otra gente y con la enorme barrera del idioma”.22

15 http://www.eltiempo.com/archivo/documento/CMS-14801379 consultado el 18-VII-2017


16 ADPA: CL CLUAH 1-91-3895. 1991-09-30. Por su parte, un periódico alemán informó que Silva Cimma reconoció ante
el Congreso de Chile que un mes antes supieron de la intención de Almeyda de pedir asilo, la que rechazaron, véase SZ,
30-VII-1992.
17 Revista Hoy (RH), 24-II-1992, p. 7. Al respecto el Presidente Aylwin declaró en una entrevista que: “Yo no tomé la decisión

de aceptar de acoger, en el momento que entró el señor Honecker, yo no lo supe, lo supe cuando ya se había producido”, en ADPA: CL
CLUAH 1-3-7-5.
18 RH, 24-II-1992, p. 7.
19 ADPA: CL CLUAH 1-69-2-1. 1991-12-16. ADPA: CLCLUAH 1-92-965. 1992-01-13.
20 http://www.eltiempo.com/archivo/documento/CMS-14801379 consultado el 18-VII-2017. James Holger poseía una

vasta experiencia diplomática. En 1965 Holger debió abrir la primera Emabajada de Chile en la URSS. En 1968 fue enviado
a la Embajada de Chile en la República Federal de Alemania (RFA), en Bonn. En 1971 le correspondió igual misión pero
en la República Democrática Alemana (RDA). En la década de los ochenta representó al secretario general de la
Organización de las Naciones Unidas (ONU) en Chipre.
21 Ibidem.

Clodomiro Almeyda viajó especialmente junto a al líder comunista chileno Volodia Teitelboim a Berlín para celebrar los
30 años de la construcción del Muro, meses antes de que cayera. Allí se fotografió públicamente con Honecker, Gorbachev,
Ceausescu, Jaruzelski, frente al Muro de Berlín, mientras desfilaban las tropas. Revista Ercilla (RE), 23-IX-1991, p. 48. El
mismo Almeyda explicó a su llegada a Santiago desde Moscú, marzo de 1992, que no era amigo personal de Honecker y
que sólo lo vio en algunas ocasiones. RH, 16-III-1992, p. 7.
22 RH, 6-IV-1992, p. 26. Revista Apsi (RA), N° 417, marzo-abril, 1992, p. 15.
4

La gratitud de Irma de Almeyda para con la extinta RDA y sus líderes era porque ahí trató y cuidó
a su hijo que padecía de esquizofrenia. Un tema delicado sin duda y que se mencionó en pocas
ocasiones, así una columna de opinión de la revista Apsi señaló que:
“Se sabrá algún día del agradecimiento profundo que la familia Almeyda siente por los Honecker, justamente
por prestar asistencia médica durante largos años a un joven que sufre de un mal síquico incurable”.23
Holger relató de la siguiente manera su primer encuentro con Honecker: “Fue una reunión muy
cordial. Aunque, al mismo tiempo, tomé conciencia de lo dura que era su posición. Decía que Alemania Federal,
un Estado al que consideraba fascista, no lo iban a someter a un juicio imparcial y que lo iban a secar en la
cárcel. Lo difícil era persuadirlo de que en ese país existía el Estado de derecho”.24
Otro diplomático asignado a la embajada, y que tuvo un contacto cercano con los Honecker, fue
Jorge O’Ryan, quien llegó a principios de 1992 solicitado por Holger como un asistente con
dedicación exclusiva al caso. Elegido, además, por su manejo del idioma alemán y su conocimiento
jurídico. Él es quién recuerda que: “El embajador Holger y yo fuimos los únicos que trabajamos en este
tema. Y en Cancillería sólo hablábamos con el canciller Enrique Silva Cimma”.25 O´Ryan sostuvo que
Honecker buscaba que Chile lo recibiera como “refugiado político”.
Posteriormente, a mediados de marzo del mismo año se integró al equipo de negociaciones el
embajador Roberto Cifuentes, quien se desempeñaba como asesor especial del presidente Aylwin
en materias internacionales.26 Cifuentes tenía estrechos contactos en Alemania, país donde estudió
y residió. Los había usado para agilizar los vínculos de las autoridades económicas con el Canciller
Kohl y se pensó que podría aplicarlos a la solución de este conflicto diplomático.27 El envío de
Cifuentes a Moscú y a Bonn muestra hasta qué punto Aylwin estaba involucrado personalmente con
el asunto.
La fórmula que Chile ofreció a las tres partes involucradas –Erich Honecker / Rusia / Alemania-,
fue formar una comisión de personas destacadas que representaran a los interesados y lograrán un
acuerdo para que Honecker saliera voluntariamente, teniendo la confianza que se iban a respetar
sus derechos28. Sin embargo, el ex líder de la RDA jamás aceptó esos términos.
“El exigía un trato de Jefe de Estado. Y como tal, decía que sólo debía ser juzgado en la RDA, o con las reglas
de la RDA. Pero ese país ya no existía. Era jurídicamente inviable”.29
A pesar de que Honecker siempre mencionó como posible la opción del asilo, sabía que esta no era
viable. Sus abogados en una reunión en Moscú plantearon un procedimiento de extradición que
involucraba a Chile y Alemania, y que esto podría iniciarse sin que Honecker se trasladara a Chile.
El gobierno de Santiago desestimó la iniciativa dado que significaba desconocer el Estado de
Derecho imperante en Alemania.30 Honecker siempre creyó que un juicio político en Alemania lo
exponía a sufrir una humillación pública como ex Jefe de Estado.
Al interior de la embajada la situación era compleja:
“Todos los días, el embajador Holger; su señora, Cecilia, y yo, desayunábamos, almorzábamos y cenábamos
con el matrimonio Honecker. En esos momentos tratábamos de separar los temas. Pero luego nos sentábamos
a negociar, siempre en alemán", recuerda O'Ryan, quien describe las tratativas como "duras" y el trato "muy
formal".31
O´Ryan anota que: "Nosotros pensamos que habría interés por ser gobiernos afines a las ideas de la RDA.
Pero la solidaridad no estuvo. El matrimonio Honecker lo pasó muy mal. Todos les dieron vuelta la espalda”.
Esta aseveración la compartió Holger: “Mi impresión es que fue difícil el encierro en que se encontraba,
porque era muy humillante para alguien que se enorgullecía de su condición de ex jefe de Estado. Ahora bien,

23 RA, N° 415, febrero-marzo, 1992, p. 17.


24 Revista Qué Pasa (RQP), 7-XI- 2009
25 El Mercurio (EM), 30-noviembre-2014, p. 12.
26 MINRE-AJH, Vol. 1, cable secreto 081, marzo, 1992. ADPA: CL CLUAH 1-2-6-9. 1992-04-02. SZ, 19-III-1992.
27 RH, 23-III-1992, p. 12.
28 ADPA: CL CLUAH 1-72-1-1. 1992-02-23.
29 EM, 30-noviembre-2014, p. 12.
30 SILVA CIMMA, Enrique: La última paciencia, Pequeño Dios Editores, Santiago de Chile, 2012, p. 63.
31 EM, 30-noviembre-2014, p.12
5

él vivía en una jaula de oro. Estaba hospedado en la mejor pieza, una especie de suite con baño, donde escuchaba
la Deutsche Welle y recibía todos los días los ejemplares de los cuatro mejores diarios de Alemania Federal”.32
A pesar de lo señalado, la instrucción que emanó desde el MINRE en Santiago de Chile para la
embajada en Moscú fue clara y precisa en que los Honecker debían limitar sus actividades “como si
estuviesen asilados”, para evitar entorpecer las negociaciones y la filtración de información. Tampoco
se les autorizó salir de la embajada por que podrían perder la calidad de huésped, no podían tener
audiencias privadas sin la presencia de un funcionario de la embajada, no podían dar entrevistas de
prensa, y debían observar la máxima discreción como huéspedes.33
Misma impresión nos aporta Belloni cuando afirmó en una entrevista que Honecker “(…) confiaba
en que los rusos lo salvarían; se sintió traicionado por Gorbachov. Eso me lo dijo, que Gorbachov nunca le
confío lo que vendría y que los rusos no harían nada para evitarlo. Hablaba con mucho desprecio. Habían sido
amigos y lo había dejado botado”.34

C) Honcker abandona la embajada.


Según Jorge O'Ryan, es en este punto cuando el gobierno de Aylwin decidió que la estadía de
Honecker en la embajada de Chile se estaba extendiendo más de la cuenta afectando “los intereses del
país”.35
Así entonces se trató de presentar la salida de Honecker de la embajada chilena como “voluntaria”.
A esas alturas, ni Belloni ni Almeyda estaban ya en Moscú y las tensiones se habían acumulado.
“Había gente a favor y contra, incluso dentro de la embajada Silva Cimma nunca se llevó bien con Almeyda;
pero en cambio don Patricio y el “”Cloro” eran íntimos. Y Almeyda se sintió mucho con la decisión sobre
Honecker”.36
Un documento diplomático del MINRE a la embajada en Rusia subrayaba que la primera
negociación debía garantizar la salida voluntaria del ex jerarca con protección rusa “(…)
independientemente de posibilidades como Corea que podemos naturalmente apoyar pero sin expresarle a
huésped escepticismo que lo haga decaer en su intento de buscar otras soluciones, sobre todo cuando al parecer
ha manifestado su propósito de abandonar nuestra sede”37.
Para la cancillería chilena era evidente que la salida a Corea era algo que sólo Honecker podía
negociar a título personal sin involucrar en ello mal gobierno de Santiago, qué velará por su
seguridad.38 Lo que más interesaba, en todo caso, era que había que: “(…) convencerlo –pero en
términos muy claro- que su calidad de huésped no puede prolongarse porque su fundamento esencial ya
desapareció. Ello sin perjuicio de que nosotros le ayudemos para que Rusia no lo despache sin garantías”.39
Por ello, con el fin de tomar una decisión definitiva sobre el asunto, Holger envió a O'Ryan a París
para que se entrevistara personalmente con Aylwin, quien se encontraba en visita de Estado en
Francia.
La reunión -que se realizó el 12 de julio de 1992 en la Embajada de Chile en Francia- fue breve. Tras
una exposición de cinco minutos en la que O'Ryan le explicó todo lo realizado al Presidente, este
tomó una decisión definitiva "por el bien de Chile": se le debía comunicar a Honecker que el estatus
de "huésped temporal" llegaba a su fin.
Para esa etapa, la relación con los Honecker ya no era tan dura. "Había pasado de ser una relación
pragmática a una relación más humanitaria, por el mal estado de salud de él.40

32 RQP, 7-XI-2009.
33 MINRE-AJH, Vol. 1, cable secreto, 6-abril-1992. ADPA: CL CLUAH 1-3-6-2. 1992-07-17.
34 http://www.eltiempo.com/archivo/documento/CMS-14801379 consultado el 18-VII-2017
35 ADPA: CL CLUAH 1-3-2-8. 1992-05-10.
36 http://www.eltiempo.com/archivo/documento/CMS-14801379 consultado el 18-VII-2017.

ADPA: CL CLUAH 1-2-6-5. 1992-01-10.


37 MINRE-AJH, Vol. 1, cable secreto 1085, marzo, 1992.
38 Erich Honecker dirigió al respecto una carta de puño y letra al Presidente Patricio Aylwin, en ADPA: CL CLUAH 1-112-

9-10. 1992-9-3.
39 MINRE-AJH, Vol. 1, cable secreto 2050, marzo, 1992.
40 EM, 30-noviembre-2014, p. 12. Un examen médico de ultrasonido apuntó a un posible cáncer en el hígado, se recomendó

que fuera a un hospital lo que ocurrió en febrero de 1992. MINRE-AJH, Vol. 1, cable secreto 1037, febrero, 1992. MINRE-
AJH, cable secreto 0470, marzo, 1992. En relación al estado de salud de Erich Honecker, véase también: ADPA, carta del
6

El deterioro del ex dictador era tanto que ya no podía, como antes, liderar las negociaciones con los
diplomáticos chilenos. De hecho, en los últimos meses, quien había llevado la voz cantante había
sido su esposa.
Ante la imposibilidad de llevar nuevamente al ex líder de la RDA a un hospital, Holger hizo
gestiones para que un médico de la embajada británica lo visitara.41 Este, si bien no tenía elementos
para hacerle los exámenes, pudo constatar que Honecker estaba grave.
En ese contexto, el 28 de julio nuevamente Holger y O'Ryan se reunieron con el matrimonio de
huéspedes. En el encuentro les explicaron todas las gestiones realizadas por el Gobierno para
resolver la situación y las diversas connotaciones político-jurídicas del caso. "Les manifestamos que
habíamos explorado todos los caminos y que no había más soluciones posibles. Que esto le estaba provocando
un perjuicio a Chile. Y le pedimos a Honecker que abandonara voluntariamente la embajada, con la promesa
de que el país iba a hacer gestiones con Alemania para asegurar un proceso en el marco del Estado de
Derecho".42
No fue fácil convencer a la pareja, principalmente porque ellos sabían que tenían apoyos en el
gobierno chileno donde muchos de los antiguos exiliados en la RDA eran parte del gobierno de
presidente Aylwin.43 Sin embargo, finalmente cedieron: "Ya estaban cansados. Todos estos meses habían
vivido un martirio. Estaban permanentemente en la incertidumbre de si tendrían que salir o no. De hecho,
nunca abrieron las maletas que traían cuando llegaron a la embajada".44
Para Silva Cimma no fue exagerado pensar que desde el inicio de la misión, los Honecker se
resistieron a abandonar la Embajada, a menos que ello significara un traslado a la Embajada de Corea
del Norte en Moscú o a ese país directamente.45
La primera reacción de Honecker fue reiterar su negativa a salir de la Embajada, a menos que fuera
trasladado a Corea del Norte. “Nuestro Embajador, en presencia de un representante del Ministerio Ruso
de Relaciones Exteriores y del personal de seguridad, formuló un último llamamiento de abandono. En esos
momentos, el señor Honecker solicitó diez días para hacer abandono de la Embajada, y comunicó que su señora
no lo acompañaría a Berlín. Como aquello no fue aceptado, terminó simplemente accediendo”.46
Pocas horas después, el 29 de julio, Honecker abandonó la embajada, con el puño en alto, flanqueado
por James Holger y Jorge O'Ryan, en una imagen que dio la vuelta al mundo.
Tras eso abordaron el auto de la embajada, conducido por un militar ruso, ex combatiente en
Afganistán, e iniciaron una loca carrera -en la que incluso hubo autos que se volcaron- para evitar a
los cientos de periodistas que cubrían la noticia y llegar al aeropuerto de Moscú (Vnukovo).
Una vez ahí, según O' Ryan, Honecker se despidió, muy agradecido del embajador James Holger,
manifestándole su aprecio por las gestiones realizadas. Luego, él mismo lo acompañó a su asiento
en el avión que lo llevaría a Berlín.47

embajador chileno Carlos Huneeus al ministro alemán Norbert Bülm, archivo 929. ADPA, Presidencia, Registro y Archivo
N° 9218176, Declaración Pública, 13-IV-1992
41 Honecker había sido internado el 24 de febrero en la clínica Botkin, bajo protección diplomática chilena, permaneciendo

hasta el 3 de marzo, la factura de la clínica ascendió a 4.369 USD y fue pagada por la legación chilena. según lo especificó
el propio Almeyda, en MINRE, Of. reservado 004, Comprobante de contabilidad 229, 29 de abril, 1992. SZ, 25-II-1992; SZ,
27-II-1992; SZ, 29-II-1992; SZ, 4-III-1992.
42 EM, 30-noviembre-2014, p. 12.
43 Sobre las relaciones entre Chile y la RDA, remitimos a: EMMERLING, Inga: Die DDR und Chile (1960-1989). Außenpolitik,

Außenhandel und Solidarität, Christoph Links Verlag, 2013. DUFNER, Georg: Chile als Bestandteil des revolutionären
Weltprozesses. Die Chilepolitik der DDR im Spannungsfeld von außenpolitischen, ökonomischen und ideologischen Interessen 1952–
1973, VDM Publishing, Saarbrücken, 2008. KRÄMER, Raimund, “De una diplomacia desaparecida. La política exterior de
la RDA y sus relaciones con América Latina”, IN: Estudios Internacionales, 1995, Año 28, N° 110, Abril-Junio, 1995, pp. 174-
197. Sobre la política exterior de la RDA podemos remitir a: SIEBS, Benno-Eide: Die Aussenpolitik der DDR 1976-1989.
Strategien und Grenzen, Paderborn, Schöningh, 1999. SCHOLTYSECK, Joachim: Die Aussenpolitik der DDR. Oldenbourg
Verlag, Enzyklopädie deutscher Geschichte, Band 89. München, 2003.
44 EM, 30-noviembre-2014. p.12.
45 SILVA CIMMA, Enrique: op. cit, p. 63.
46 op. cit., p. 66. Algunos detalles de ese momento en CAVALLO, Ascanio: La historia oculta de la transición. Memorias de

una época. 1990-1998, Uqbar Editores, Santiago de Chile, 2012, pp. 194 y ss
47
SD, 30-VII-1992
7

Su esposa Margot, solicito viajar a Chile, lo que se aceptó de inmediato ya que no había cargos en su
contra, tenía pasaporte alemán vigente y gozaba de plena libertad de movimiento.

D) Breve epílogo.
La salida de Honecker de la Embajada no tuvo apremio físico ni abuso de la fuerza contra él, pese a
sus afirmaciones reiteradas de que no saldría por su propia voluntad de la misión diplomática
chilena. El camino jurídico que siguió Chile frente al caso resultó exitoso. Los gobiernos de Alemania
y Rusia reconocieron el derecho ineludible que Honecker tenía de defenderse.48
A las 20:04 minutos, el avión especial de Aeroflot, un Tupolev 134, que aún llevaba la bandera
soviética con la hoz y el martillo se ubicó en la esquina más alejada del aeropuerto de Tegel (Berlín).
Dieciséis meses después de su huída, Erich Honecker volvió a Berlín, sin su esposa que había viajado
al exilio en Chile.49
Un Mercedez Benz negro condujo a Honecker a la prisión de Moabit. El coche pasó a las 21 horas a
la prisión 6 desde la calle Rathenower. Opositores y partidarios se enfrentaron en los muros de la
prisión entonando cánticos a favor y en contra.
El documento diplomático enviado el 29 de julio de 1992 por la embajada chilena en Moscú a la
Cancillería en Santiago, fue el epílogo de uno de los casos diplomáticos más complejos que tuvo que
enfrentar Chile tras la recuperación de la democracia: “Informo a Ud. que siendo las 18:32 minutos, hora
de Moscú, el señor Honecker abandonó voluntariamente esta embajada en compañía del embajador (James)
Holger y del tercer secretario (Jorge) O´Ryan a bordo del automóvil oficial de esta embajada”.50
En otro cable adicional, el N° 303 José Miguel Cruz, primer secretario de la embajada envío una
única sentencia: “El embajador Holger dice: “Misión Cumplida””.
Para James Holger el episodio fue unos de los más graves en la historia reciente de la diplomacia
chilena: “Por una razón muy sencilla: afectaba las relaciones entre el presidente de la DC y el PS, en cuyas
filas muchos de sus miembros estuvieron exiliados en la RDA”.51 Si recibió refugio, afirmó el diplomático,
fue por motivos humanitarios en razón del cáncer que padecía.
Roberto Cifuentes, añadió que tanto él como su colega siempre se sintieron optimistas respecto a su
tarea en Moscú: “Pero es un optimismo realista porque somos conscientes de la complejidad del problema”.52

48 SANDROCK, Jorge: El caso Honecker en relación al asilo diplomático y el proceso en la República Federal de Alemania, Tesis

para optar al grado de Licenciado en Ciencias Jurídicas y Sociales, Pontificia Universidad Católica de Chile, Santiago de
Chile, 1997.
49 WRIGHT, Thomas y OÑATE, Rody, “Chilean political exile”, IN: Latin American Perspectives, 2007, Vol. 34, N° 4, pp.

31-49.
50 LT, 15-V-2016, p. R 18.
51 RQP, 7-XI-2009.
52 El Periódico de Catalunya, 5-XII-1992, p. 18. ADPA: CL CLUAH 1-3-7-5. 1992-08-07.
8

También podría gustarte