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Poesía

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en español

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Leer

Este libro es gratuito, prohibida


su reproducción y venta.
*** *** ***

ministe rio de e d ici ó n y se le cci ón Prim era edició n, 2016


cu ltu ra de co lom b i a I v á n H e rnández isbn 978 -958 -5419-04-9
Ma r ia na Ga rc é s Có rdoba
Mi ni stra d e Cu l tu ra coor d i n ador a e ditor i al Material de
L a u ra Pérez distribución gratuita.
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educ ación n aci on al i lustr ador a
co rres p o nd en al Min ister io d e
Ya net h Giha  Sil va na G iraldo Cul tura ; el p er m is o p a ra su
Mi ni stra d e Edu caci ó n rep ro d ucció n f ís ica o d ig ital se
comité e ditor i al o t o rg a r á ú n ica m ente en l os ca s os
en qu e n o h ay a á n im o d e l ucro.
Co nsu e l o Gaitán
A grad e ce m os s ol i ci tar e l pe r m is o
I v á n H e rnández
escr i bi e n d o a:
J o rge Orlando Mel o
literaturaylibro@mincultura.gov.co
M o isé s Mel o
Í N D I CE

F ra nc i sco d e Q u evedo R u b é n Da rí o Federi co G a rcí a Lo rca


5_ A una nariz * 14_ Cultivo una rosa 20_ Canción china
Definición del amor * blanca * Dos patrias en Europa *
tengo yo * Romance sonámbulo *
Mi g uel d e Ce r vantes 22_ Arbolé arbolé *
Sa aved ra Es verdad * Nana *
Mi g u el de Una m u no
6_ ¿Quién menoscaba 15_ El cuerpo canta * 23_ Preciosa y el aire *
mis bienes? *
R u b é n D a rí o Po rfi ri o Ba rba J a co b
Lo p e d e Veg a
16_ Sonatina * 24_ Futuro *
6_ Las mañanicas
del mes de mayo * G u stav o A dol fo Bécq u er J os é A su nci ón Si lva
18_ Tu pupila es azul, 25_ La voz de las cosas *
Ped ro Cald eró n D e La B arca
y cuando ríes * ¿Qué es 26_ Los maderos
8_ La vida es sueño * poesía? * Por una mirada, de San Juan *
un mundo *
J o rg e Ma nr i q u e J os é Eu sta s i o Rivera
11_ Coplas por la E p i fan i o Mej í a 29_ Cantadora sencilla *
muerte de su padre * La gentil calentana
19_ Historia de
(fragmento) *
una tórtola *
Ca ndel a ri o O bes o
J osé Ma r tí
J os é Marí a Riva s G ro o t
30_ Canción del pescador
12_ Versos Sencillos * 19_ ¿Qué es dolor? * * Canción del boga
14_ Canción de ausente *
la noche en el mar *
a una nariz definición del amor

Érase un hombre a una nariz pegado, Es hielo abrasador, es fuego helado, 


érase una nariz superlativa, es herida que duele y no se siente, 
érase una nariz sayón y escriba, es un soñado bien, un mal presente, 
érase un peje espada muy barbado. es un breve descanso muy cansado. 

Érase un reloj de sol mal encarado, Es un descuido que nos da cuidado, 


érase una alquitara pensativa, un cobarde, con nombre de valiente, 

5 * Francisco de Quevedo
érase un elefante boca arriba, un andar solitario entre la gente, 
era Ovidio Nasón más narizado. un amar solamente ser amado. 

Érase un espolón de una galera, Es una libertad encarcelada, 


érase una pirámide de Egipto, que dura hasta el postrero paroxismo; 
las doce tribus de narices era. enfermedad que crece si es curada. 

Érase un naricísimo infinito, Este es el niño Amor, éste es su abismo. 


muchísima nariz, nariz tan fiera, ¡Mirad cuál amistad tendrá con nada 
que en la cara de Anás fuera delito. el que en todo es contrario de sí mismo!
¿quién menoscaba las mañanicas del mes de mayo
mis bienes?

En las mañanicas Sale el mayo hermoso


¿Quién menoscaba mis bienes? del mes de mayo con los frescos vientos
Desdenes. cantan los ruiseñores. que le ha dado marzo
6 * Miguel de Cervantes Saavedra

¿Y quién aumenta mis duelos? retumba el campo. de céfiros bellos.


Los celos.    
¿Y quién prueba mi paciencia? En las mañanicas, Las lluvias de abril
Ausencia. como son frescas, flores le trajeron:
De ese modo, en mi dolencia cubren ruiseñores púsose guirnaldas
ningún remedio se alcanza, las alamedas. en los rojos cabellos.
pues me matan la esperanza,    
desdenes, celos y ausencia. Ríense las fuentes Los que eran amantes

6 * Lo p e d e Ve g a
tirando perlas amaron de nuevo
¿Quién me causa este dolor? a las florecillas y los que no amaban
Amor. que están más cerca. a buscarlo fueron.
¿Y quién mi gloria repugna?    
Fortuna. Vístense las plantas Y luego que vieron
¿Y quién consiente en mi duelo? de varias sedas, mañanas de mayo,
El cielo. que sacar colores cantan los ruiseñores,
De ese modo, yo recelo poco les cuesta. retumba el campo.
morir deste mal extraño,  
pues se aumentan en mi daño Los campos alegran
amor, fortuna y el cielo. tapetes varios,
cantan los ruiseñores
¿Quién mejorará mi suerte? retumba el campo.
La muerte.
Y el bien de amor, ¿quién le alcanza?
Mudanza.
Y sus males, ¿quién los cura?
Locura.
De ese modo, no es cordura
querer curar la pasión,
cuando los remedios son
muerte, mudanza y locura.
la vida es sueño
8 * Pedro Calderón De La Barca

Sueña el rey que es rey, y vive


con este engaño mandando,
disponiendo y gobernando;
y este aplauso, que recibe
prestado, en el viento escribe,
y en cenizas le convierte
la muerte, ¡desdicha fuerte!
¿Qué hay quien intente reinar,
viendo que ha de despertar
en el sueño de la muerte?

Sueña el rico en su riqueza,


que más cuidados le ofrece;
sueña el pobre que padece
su miseria y su pobreza;
sueña el que a medrar empieza,
sueña el que afana y pretende,
sueña el que agravia y ofende,
y en el mundo, en conclusión,
todos sueñan lo que son,
aunque ninguno lo entiende.

Yo sueño que estoy aquí


destas prisiones cargado,
y soñé que en otro estado
más lisonjero me vi.
¿Qué es la vida? Un frenesí.
¿Qué es la vida? Una ilusión,
una sombra, una ficción,
y el mayor bien es pequeño:
que toda la vida es sueño,
y los sueños, sueños son.
coplas por la
muerte de su padre
(fragmento)

I XVI XXVI
Recuerde el alma dormida, ¿Qué se hizo el rey don Juan? Amigo de sus amigos,
avive el seso y despierte Los infantes de Aragón ¡qué señor para criados
contemplando ¿qué se hicieron? y parientes!
cómo se pasa la vida, ¿Qué fue de tanto galán, ¡Qué enemigo de enemigos!
cómo se viene la muerte  qué fue de tanta invención ¡Qué maestro de esforzados
tan callando, como trajeron? y valientes!

11 * Jorge Manrique
cuán presto se va el placer, Las justas y los torneos, ¡Qué seso para discretos!
cómo, después de acordado, paramentos, bordaduras ¡Qué gracia para donosos!
da dolor; y cimeras, ¡Qué razón!
cómo, a nuestro parecer ¿fueron sino devaneos? ¡Qué benigno a los sujetos!
cualquiera tiempo pasado ¿qué fueron sino verduras ¡A los bravos y dañosos,
fue mejor. de las eras? qué león!

II ¿Qué se hicieron las damas,


Nuestras vidas son los ríos sus tocados, sus vestidos,
que van a dar en la mar, sus olores?
que es el morir; ¿Qué se hicieron las llamas
allí van los señoríos de los fuegos encendidos
derechos a se acabar de amadores?
y consumir; ¿Qué se hizo aquel trovar,
allí los ríos caudales, las músicas acordadas
allí los otros medianos que tañían?
y más chicos, ¿Qué se hizo aquel danzar,
y llegados, son iguales aquellas ropas chapadas
los que viven por sus manos que traían?
y los ricos.
versos sencillos
(Fragmento)

Yo soy un hombre sincero


De donde crece la palma,
Y antes de morirme quiero
Echar mis versos del alma.

Yo vengo de todas partes,


Y hacia todas partes voy:
12 * José Martí

Arte soy entre las artes,


En los montes, monte soy.

Yo sé los nombres extraños


De las yerbas y las flores,
Y de mortales engaños,
Y de sublimes dolores.

Yo he visto en la noche oscura


Llover sobre mi cabeza
Los rayos de lumbre pura
De la divina belleza.
canción de cultivo una rosa blanca
la noche en el mar

Cultivo una rosa blanca,


¿Qué barco viene allá? En julio como en enero,
¿Es un farol o una estrella? Para el amigo sincero
¿Qué barco viene allá? Que me da su mano franca.
Es una linterna tan bella
¡y no se sabe adónde va! Y para el cruel que me arranca
El corazón con que vivo,
¡Es Venus, es Venus la bella! Cardo ni oruga cultivo
¿Es un alma o es una estrella? cultivo la rosa blanca.
¿Qué barco viene allá?
Es una linterna tan bella...

14 * Rubén Darío
¡y no se sabe adónde va!
14 * José Martí

dos patrias tengo yo


¡Es Venus, es Venus, es Ella!
Es un fanal y es una estrella
que nos indica el más allá, Dos patrias tengo yo: Cuba y la noche. 
y que el Amor sublime sella, ¿O son una las dos? No bien retira 
y es tan misteriosa y tan bella, Su majestad el sol, con largos velos 
que ni en la noche deja la huella Y un clavel en la mano, silenciosa 
¡y no se sabe adónde irá! Cuba cual viuda triste me aparece. 
¡Yo sé cuál es ese clavel sangriento 
Que en la mano le tiembla! Está vacío 
Mi pecho, destrozado está y vacío 
En donde estaba el corazón. Ya es hora 
De empezar a morir. La noche es buena 
Para decir adiós. La luz estorba 
Y la palabra humana. El universo 
Habla mejor que el hombre. 
Cual bandera 
Que invita a batallar, la llama roja 
De la vela flamea. Las ventanas 
Abro, ya estrecho en mí. Muda, rompiendo 
Las hojas del clavel, como una nube 
Que enturbia el cielo, Cuba, viuda, pasa...
el cuerpo canta

El cuerpo canta;
la sangre aúlla;
la tierra charla;
la mar murmura;
el cielo calla
y el hombre escucha.

15 * Miguel de Unamuno
sonatina

La princesa está triste... ¿Qué tendrá la princesa?


Los suspiros se escapan de su boca de fresa,
que ha perdido la risa, que ha perdido el color.
La princesa está pálida en su silla de oro,
está mudo el teclado de su clave sonoro;
y en un vaso, olvidada, se desmaya una flor.

El jardín puebla el triunfo de los pavos-reales.


Parlanchina, la dueña dice cosas banales,
y vestido de rojo piruetea el bufón.
La princesa no ríe, la princesa no siente;
16 * Rubén Darío

la princesa persigue por el cielo de Oriente


la libélula vaga de una vaga ilusión.

¿Piensa acaso en el príncipe de Golconda o de China,


o en el que ha detenido su carroza argentina
para ver de sus ojos la dulzura de luz?
¿O en el rey de las Islas de las Rosas fragantes,
o en el que es soberano de los claros diamantes
o en el dueño orgulloso de las perlas de Ormuz?

¡Ay! La pobre princesa de la boca de rosa


quiere ser golondrina, quiere ser mariposa,
tener alas ligeras, bajo el cielo volar,
ir al sol por la escala luminosa de un rayo,
saludar a los lirios con los versos de mayo,
o perderse en el viento sobre el trueno del mar.
Ya no quiere el palacio, ni la rueca de plata,
ni el halcón encantado, ni el bufón escarlata,
ni los cisnes unánimes en el lago de azur.
Y están tristes las flores por la flor de la corte;

17 * Rubén Darío
los jazmines de Oriente, los nelumbos del Norte,
de Occidente las dalias y las rosas del Sur.

¡Pobrecita princesa de los ojos azules!


Está presa en sus oros, está presa en sus tules,
en la jaula de mármol del palacio real,
el palacio soberbio que vigilan los guardas,
que custodian cien negros con sus cien alabardas,
un lebrel que no duerme y un dragón colosal.

¡Oh, quién fuera hipsipila que dejó la crisálida!


(La princesa está triste. La princesa está pálida)
¡Oh visión adorada de oro, rosa y marfil!
¡Quién volara a la tierra donde un príncipe existe
(La princesa está pálida. La princesa está triste)
más brillante que el alba, más hermoso que abril!

"¡Calla, calla, princesa -dice el hada madrina,


en caballo con alas, hacia acá se encamina,
en el cinto la espada y en la mano el azor,
el feliz caballero que te adora sin verte,
y que llega de lejos, vencedor de la Muerte,
a encenderte los labios con su beso de amor!"
Rima XIII Rima XXI
tu pupila es azul, ¿qué es poesía?
y cuando ríes

¿Qué es poesía?, dices mientras clavas


Tu pupila es azul, y cuando ríes, en mi pupila tu pupila azul.
su claridad süave me recuerda ¿Que es poesía? ¿Y tú me lo preguntas?
el trémulo fulgor de la mañana Poesía… eres tú.
18 * Gustavo Adolfo Bécquer

que en el mar se refleja.


Tu pupila es azul, y cuando lloras Rima XXIII
las transparentes lágrimas en ella por una mirada, un mundo
se me figuran gotas de rocío
sobre una violeta.
Tu pupila es azul, y si en su fondo Por una mirada, un mundo;
como un punto de luz radia una idea, por una sonrisa, un cielo;
me parece en el cielo de la tarde por un beso… ¡yo no sé
¡una perdida estrella! qué te diera por un beso!
historia de una tórtola ¿qué es dolor?

Joven aún, entre las verdes ramas ¿Preguntas qué es dolor?.. Un viejo amigo
de secas pajas fabricó su nido; Inspirador de mis profundas quejas,
la vio la noche calentar sus huevos, Que se halla ausente cuando estás conmigo,
la vio la aurora acariciar sus hijos. Que está conmigo cuando tú te alejas.

Batió sus alas y cruzó el espacio,

19 * José María Rivas Groot


buscó alimento en los lejanos riscos,
trajo de frutas la garganta llena
y con arrullos despertó a sus hijos.
19 * Epifanio Mejía

El cazador la contempló dichosa...


¡y sin embargo disparó su tiro!
Ella, la pobre, en su agonía de muerte
abrió sus alas y cubrió a sus hijos.

Toda la noche la pasó gimiendo


su compañero en el laurel vecino;
cuando la aurora apareció en el cielo
bañó de perlas el hogar ya frio.
canción china en Europa romance sonámbulo

La señorita  Los caballeros  Verde que te quiero verde.


del abanico,  están casados,  Verde viento. Verdes ramas.
va por el puente  con altas rubias,  El barco sobre la mar
del fresco río.  de idioma blanco.  y el caballo en la montaña.
Con la sombra en la cintura,
Los caballeros  Los grillos cantan  ella sueña en su baranda,
20 * Federico García Lorca

con sus levitas,  por el Oeste.  verde carne, pelo verde,


miran el puente  con ojos de fría plata.
sin barandillas.  (La señorita,  Verde que te quiero verde.
va por lo verde).  Bajo la luna gitana,
La señorita  las cosas la están mirando
del abanico  Los grillos cantan  y ella no puede mirarlas.
y los volantes  bajo las flores.  ***
busca marido.  Verde que te quiero verde.
(Los caballeros,  Grandes estrellas de escarcha
van por el Norte). vienen con el pez de sombra
que abre el camino del alba.
La higuera frota su viento
con la lija de sus ramas,
y el monte, gato garduño,
eriza sus pitas agrias.
Pero ¿quién vendrá? ¿Y por dónde...?
Ella sigue en su baranda,
verde carne, pelo verde,
soñando en la mar amarga.
arbolé arbolé  es verdad

Arbolé arbolé  «Vente a Sevilla, ¡Ay qué trabajo me cuesta


seco y verdé.  muchacha».  quererte como te quiero!
La niña no los escucha. 
La niña del bello rostro  Por tu amor me duele el aire,
está cogiendo aceituna.  Cuando la tarde se puso  / el corazón
El viento, galán de torres,  morada, con luz difusa,  y el sombrero.
22 * Federico García Lorca

la prende por la cintura.  pasó un joven que llevaba 


rosas y mirtos de luna.  ¿Quién me compraría a mí
Pasaron cuatro jinetes,  este cintillo que tengo
sobre jacas andaluzas  «Vente a Granada, y esta tristeza de hilo
con trajes de azul y verde,  / muchacha».  blanco, para hacer pañuelos?
con largas capas oscuras.  Y la niña no lo escucha. 
¡Ay qué trabajo me cuesta
«Vente a Córdoba, La niña del bello rostro  quererte como te quiero!
/ muchacha». sigue cogiendo aceituna, 
La niña no los escucha. con el brazo gris del viento 
  ceñido por la cintura. 
Pasaron tres torerillos  nana
delgaditos de cintura,  Arbolé arbolé 
con trajes color naranja  seco y verdé.
y espadas de plata antigua.  Duérmete, niñito mío, 
que tu madre no está en casa; 
que se la llevó la Virgen 
de compañera a su casa.
preciosa y el aire

Su luna de pergamino  Su luna de pergamino  Preciosa, llena de miedo, 


Preciosa tocando viene,  Preciosa tocando viene.  entra en la casa que tiene, 
por un anfibio sendero  Al verla se ha levantado  más arriba de los pinos, 
de cristales y laureles.  el viento que nunca duerme.  el cónsul de los ingleses. 
El silencio sin estrellas,  San Cristobalón desnudo, 
huyendo del sonsonete,  lleno de lenguas celestes,  Asustados por los gritos 

23 * Federico García Lorca


cae donde el mar bate y canta  mira la niña tocando  tres carabineros vienen, 
su noche llena de peces.  una dulce gaita ausente.  sus negras capas ceñidas 
En los picos de la sierra  y los gorros en las sienes. 
los carabineros duermen  Niña, deja que levante 
guardando las blancas torres  tu vestido para verte.  El inglés da a la gitana 
donde viven los ingleses.  Abre en mis dedos antiguos  un vaso de tibia leche, 
Y los gitanos del agua  la rosa azul de tu vientre.  y una copa de ginebra 
levantan por distraerse,  que Preciosa no se bebe. 
glorietas de caracolas  Preciosa tira el pandero 
y ramas de pino verde.  y corre sin detenerse.  Y mientras cuenta, llorando, 
El viento-hombrón la persigue  su aventura a aquella gente, 
*** con una espada caliente.  en las tejas de pizarra 
el viento, furioso, muerde.
Frunce su rumor el mar. 
Los olivos palidecen. 
Cantan las flautas de umbría 
y el liso gong de la nieve. 

¡Preciosa, corre, Preciosa, 


que te coge el viento verde! 
¡Preciosa, corre, Preciosa! 
¡Míralo por dónde viene! 
Sátiro de estrellas bajas 
con sus lenguas relucientes. 

***
futuro

Decid cuando yo muera... (¡y el día esté lejano!):


Soberbio y desdeñoso, pródigo y turbulento,
en el vital deliquio por siempre insaciado,
era una llama al viento...

Vagó, sensual y triste, por islas de su América;


en un pinar de Honduras vigorizó su aliento;
24 * Porfirio Barba Jacob

la tierra mexicana le dio su rebeldía,


su libertad, su fuerza... Y era una llama al viento.

De simas no sondadas subía a las estrellas;


un gran dolor incógnito vibraba por su acento;
fue sabio en sus abismos, y humilde, humilde, humilde,
porque no es nada una llamita al viento...

Y supo cosas lúgubres, tan hondas y letales,


que nunca humana lira jamás, esclareció,
y nadie ha comprendido su trágico lamento...
Era una llama al viento y el viento la apagó.
la voz de las cosas ¡Si aprisionaros pudiera el verso,
fantasmas grises, cuando pasáis,
móviles formas del Universo,
¡Si os encerrara yo en mis estrofas, sueños confusos, seres que os vais,
frágiles cosas que sonreís, ósculo triste, suave y perverso
pálido lirio que te deshojas, que entre las sombras al alma dais,
rayo de luna sobre el tapiz si aprisionaros pudiera el verso
de húmedas flores, y verdes hojas fantasmas grises cuando pasáis!
que al tibio soplo de mayo abrís,
si os encerrara yo en mis estrofas,

25 * José Asunción Silva


pálidas cosas que sonreís!
los maderos de san juan

¡Aserrín!
¡Aserrán!

Los maderos de San Juan


piden queso, piden pan,
los de Roque
alfandoque,
26 * José Asunción Silva

los de Rique
alfeñique
¡Los de triqui,
triqui, tran!

Y en las rodillas duras y firmes de la Abuela,


con movimiento rítmico se balancea el niño
y ambos agitados y trémulos están;
la Abuela se sonríe con maternal cariño
mas cruza por su espíritu como un temor extraño
por lo que en lo futuro, de angustia y desengaño
los días ignorados del nieto guardarán.

Los maderos de San Juan


piden queso, piden pan.
¡Triqui, triqui,
triqui, tran!

Esas arrugas hondas recuerdan una historia


de sufrimientos largos y silenciosa angustia
y sus cabellos, blancos, como la nieve, están.
De un gran dolor el sello marcó la frente mustia
y son sus ojos turbios espejos que empañaron
los años, y que ha tiempos, las formas reflejaron
de cosas y seres que nunca volverán.
Los de Roque, alfandoque
¡Triqui, triqui, triqui, tran!
Mañana cuando duerma la Anciana, yerta y muda,
lejos del mundo vivo, bajo la oscura tierra,
donde otros, en la sombra, desde hace tiempo están,
del nieto a la memoria, con grave son que encierra
todo el poema triste de la remota infancia

27 * J o s é A s u n c i ó n Si l v a
cruzando por las sombras del tiempo y la distancia,
¡de aquella voz querida las notas vibrarán!

Los de Rique, alfeñique


¡Triqui, triqui, triqui, tran!

Y en tanto en las rodillas cansadas de la Abuela


con movimiento rítmico se balancea el niño
y ambos conmovidos y trémulos están,
la Abuela se sonríe con maternal cariño
mas cruza por su espíritu como un temor extraño
por lo que en lo futuro, de angustia y desengaño
los días ignorados del nieto guardarán.

¡Aserrín!
¡Aserrán!
Los maderos de San Juan
piden queso, piden pan,
los de Roque
alfandoque
los de Rique
alfeñique
¡Triqui, triqui, triqui, tran!
¡Triqui, triqui, triqui, tran!
cantadora sencilla

Cantadora sencilla de una gran pesadumbre,


entre ocultos follajes, la paloma torcaz
acongoja las selvas con su blanda quejumbre,
picoteando arrayanes y pepitas de agraz.

Arrurrúúú... canta viendo la primera vislumbre;


y después, por las tardes, al reflejo fugaz,

29 * José Eustasio Rivera


en la copa del guáimaro que domina la cumbre
ve llenarse las lomas de silencio y de paz.

Entreabiertas las alas que la luz tornasola,


se entristece, la pobre, de encontrarse tan sola;
y esponjando el plumaje como leve capuz,

al impulso materno de sus tiernas entrañas, la gentil calentana


amorosa se pone a arrullar las montañas...
Y se duermen los montes... Y se apaga la luz.
La gentil calentana, vibradora y sumisa,
de cabellos que huelen a florido arrayán,
cuando danza bambucos entristece la risa...
y se alegra el susurro de sus faldas de olán.

Es más clara que el agua, más sutil que la brisa;


el ensueño la llena de romántico afán,
y en los llanos inmensos, a la luz imprecisa,
tras las garzas viajeras sus miradas se van.

Siempre el sol la persigue, la sonroja y la besa;


con el alma del río educó su tristeza
al teñir los palmares el postrer arrebol.

¡Oh, daré mis caricias a su boca sonriente,


y los vivos rubores borrarán de su frente
esa pálida huella de los besos del sol!
canción del pescador canción del
boga ausente

Ahí viene la luna, ahí viene,


Con su lumbre y claridad; Qué triste que está la noche,
Ella viene y yo me voy La noche qué triste está;
A pescar... No hay en el cielo una estrella
¡Remá, remá!
Triste vida es la del pobre
Cuando el rico goza en paz; La negra del alma mía,
El pobre en el monte suda, Mientras yo briego en la mar,
30 * Candelario Obeso

O en la mar. Bañado en sudor por ella,


¿Qué hará? ¿Qué hará?
El rico poco se esfuerza
y nunca le falta nada, Tal vez por su zambo amado
Todo lo tiene donde mora Doliente suspirará,
Por demás. O tal vez ni me recuerda...
¡Llorá! iLlorá!
El pobre no descansa nunca
Para poderse alimentar; Las hembras son como todo
Hoy carece de pescado, Lo de esta tierra desgraciada;
Luego de sal. ¡Con arte se saca el pez
Del mar, del mar!...
No sé yo la causa de esto,
Yo no sé sino aguantar Con arte se ablanda el hierro,
¡Esta condición tan dura Se doma la mapaná...
Y desgraciada...! ¿Constantes, firmes? iLas penas!
No hay más, no hay más...
Ahí viene la luna, ahí viene
A darme su claridad... Qué oscura que está la noche,
¡Su luz consuela las penas La noche qué oscura está;
De mi amada! Asi de oscura es la ausencia.
¡Bogá, bogá!...
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Le e r e s m i c ue nt o 19
P o es í a en es p a ñ o l
ISBN 9789585419049

9 789585 419049

En este libro están algunos de los poemas más hermosos de la lengua española.
En su mayoría fueron escritos por poetas que murieron hace muchos años; otros,
por poetas muertos hace poco. Creemos que los clásicos son siempre modernos.
Se dice, con razón, que cada lengua tiene su particular manera de sentir. Este libro
es una muestra de cómo se siente la vida en español, cómo sentimos el mundo en
su belleza y grandiosidad.

Yaneth Giha Mariana Garcés Córdoba


MINISTRA DE EDUCACIÓN M I N I S T R A D E C U LT U R A

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