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La sirenita

Como seguramente sabéis, amiguitos, el rey de los mares llama Neptuno. Su corona y su tridente
son sus signos de autoridad bajo la superficie del mar, donde es respetado por los animales que allí
viven. Entre, sus hijas, las sirenitas destaca, por su belleza, la protagonista de este cuento.

Hoy es un gran día en el palacio del rey Neptuno, ya que su hija preferida cumple años. El rey ,que
la mira con cariño, no saba que hacer para alegrarla

Sin poder contenerse, de proto dice:´´ pero, hija mía, ¿por qué estás triste?” “perdóname, papá,
pero me gustaría conocer a las personas que viven en la tierra” . “puedes asomarte a la superficie
pero ten cuidado son peligrosos y diferentes a nosotros” , respondió Neptuno.

Aquella misma tarde se desató una fuerte tormenta en el mar y la Sirenita no pudo salir a la
superficie hasta el día siguiente. “No salgas ahora – le había dicho su padre-. Aquí abajo no se nota
nada, pero las grandes olas que empujan el viento de las tormentas pueden hundir grades barcos y
arrasarlas costas” . “Está bien, papá, saldré cuando se calme el oleaje “ , contestó la Sirenita.

Cuando se hizo de día, el viento se calmó y la Sirenita Salió a la superficie . . . Lo que vio a su alrededor
le causó una gran tristeza y sorpresa. Un barco había sido destrozado por las olas y sus restos
aparecían flotando en la superficie. Encima de un cajón había un joven inmóvil.

Al principio, la Sirenita creyó que se trataba de un ahogado, pero cuando se acercó pudo comprobar
que respiraba con alguna dificultad. Aunque era el primer hombre que la Sirenita veía, lo encontró
tan guapo que se enamoró de él y decidió que tenía que salvarlo como fuera. Preguntó a los peces
dónde estaba la costa más próxima y hacia allí se dirigió con el náufrago.

Después de grandes esfuerzos para nadar y mantener la cabeza del joven fuera del agua, la Sirenita
llegó con él a una playa cerca de la cual había una residencia real .Cuando vio que unos criados se
llevaban al joven, la sirenita se sumergió en el mar y volvió junto a su padre.

Cuando el rey de los mares se enteró de lo que la sirenita había hecho por el joven se enfadó mucho
y le dijo a su hija: “¿Por has salvado a ese hombre?”. Ellos son diferentes de nosotros, viven en la
tierra y lo que les pase en el mar no debe importarnos. Navegan por nuestras aguas y matan a
nuestros hermanos para comérselos.

La sirenita, al principio. Quedó sorprendida y asustada de lo que le había dicho su padre, pero estaba
enamora que no podía creer que el joven tan guapo pudiera ser su enemigo. Para calmar a su padre
exclamó; ”perdona papá, no volverá a suceder”.

Pero otra cosa le rondaba la cabeza cunando abandonó el palacio real; quería volver a ver al joven.
Los tiburones que servían a la malvada Bruja de los arrecifes oyeron la regañina y se acercaron muy
cariñosos a la sirenita.

“No estés tan triste, sirenita; no es cierto que los hombres sean tan malos – le dijeron para ponerla
en contra de su padre-. La Bruja de los arrecifes tiene poder para convertirte en persona si tú
quieres”. “ ¿Si? – si exclamó la sirenita ¡vamos a verla!”.

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