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Introducción

La domótica viene de domus, que quiere decir “casa” en latín, y automatique,


referente a automatización, por lo que se trata de viviendas automatizadas,
tecnología aplicada al hogar o “viviendas inteligentes”. Hay 4 grandes áreas de
aplicación de la domótica: 1) Seguridad, 2) Confortabilidad, 3) Gestión de la
energía y 4) Comunicaciones. (Casa & Rodríguez, 2015)

Además, nuevas tecnologías se han ido aplicando a la domótica, permitiendo


extraer información suficiente sobre la conducta habitual del usuario en cualquier
instalación. La disciplina que trabaja con esta información para la generación de
conocimiento, se llama Metadomótica. (Merino, Martínez, & Guzmán, 2015)

Este tipo de tecnología puede ayudar a las personas a tener un mayor confort y
dejar cosas que distraigan a la gente de sus labores y que puedan ocupar su
tiempo en otras cosas; sin embargo, se puede ayudar a la gente con
discapacidad para que no tengan que hacer un mayor esfuerzo y ahí se aplique
la comodidad al máximo y “tomar todas las ventajas para ellos en términos de
autonomía e independencia”. (Mainardi, 2008)

Tomando en cuenta que, según la World Health Organization (WHO), la gente


mayor de 60 años, entre 2000 y 2050 aumentará de 11% a 22%, lo que
representa un incremento de 605 a 2000 millones de personas mayores de 60
en el mismo periodo. Se espera que para el año 2050, el número de personas
mayores que no se puedan valer por sí mismas, se cuatriplique en los países en
desarrollo, lo que hará que la gente mayor pierda su habilidad de vivir
independientemente debido a su movilidad limitada, debilidades u otros
problemas físicos o mentales, y muchos necesitarán cuidados a largo tiempo
como enfermería o cuidados residenciales. (Rafael et al., 2015)

Para atender estas futuras necesidades, que ya nos están alcanzando, se tienen
varias opciones, las cuales habrá que ponderar para elegir la que mejor se
adapte a la situación que se presente.

Existe la comunicación de sensores y actuadores inalámbricos (P. R. Filho et al.,


2018) que permite hacer una topología diferente a las alámbricas
interconectando los dispositivos y creando subrutinas que permite al usuario el
control de cualquier dispositivo desde cualquier punto, teniendo la opción de
manejar la interfaz con un Smartphone desde cualquier lugar del mundo y así,
estar al pendiente de lo que ocurre en la casa.

Sin embargo, para cuando no se pueden utilizar los Smartphones o alguna otra
interfaz por algún impedimento físico, se puede recurrir a las señales cerebrales
(Bentabet & Berrached, 2017) que sin duda, representan un avance aunque un
poco invasivo en el cuerpo humano pero, que puede ayudar a la realización de
rutinas con sólo pensarlas.

Tomando en cuenta las diferentes opciones que se tienen, se definirá en los


siguientes capítulos la opción más viable conforme a las necesidades del cliente
y poder desarrollar un prototipo para muestra y realizar la instalación una vez
aprobado el prototipo.

Sin embargo, no existe una regulación para las instalaciones domóticas de


cualquier tipo, por lo que se puede considerar realizar una serie de
recomendaciones que busque llegar a ser un reglamento en cuanto a este tipo
de instalaciones.

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