Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Freud inició el tratamiento de este caso el 1ero de Octubre de 1907, con una duración
de un año, para culminar con su publicación en 1909.
Historial Clínico
Después que al día siguiente lo comprometo a decir todo cuanto se le pase por la cabeza
aunque le resulte desagradable, aunque le parezca nimio, o que no viene al caso o es
disparatado y empieza como sigue: Tiene un amigo a quien respeta extraordinariamente.
Acude a él siempre que lo asedia un impulso criminal, y le pregunta si no lo desprecia
como delincuente. Él lo apoya, aseverándole que es un hombre intachable que
probablemente desde su juventud se ha habituado a considerar su vida bajo esos puntos
de vista. Antes, dice, otra persona ejerció sobre él parecido influjo, un estudiante que tenía
19 años cuando él mismo andaba por los 14 o 15; este estudiante le había cobrado afecto,
y había elevado tan extraordinariamente su sentimiento de sí que podía creerse un genio.
Este estudiante fue luego su preceptor hogareño, y de pronto modificó su comportamiento
rebajándolo como a un idiota. Por último, reparó en que se interesaba por una de sus
hermanas y sólo había trabado relación con él para conseguir el acceso a la casa. Esta fue
la primera gran conmoción de su vida.
B. La Sexualidad Infantil
Prosigue diciendo: Mi vida sexual empezó muy temprano. Me acuerdo de una escena de mi
cuarto a quinto. Teníamos una gobernanta joven, muy bella, la señorita Peter. Cierta
velada yacía ella, ligeramente vestida, sobre el sofá, leyendo; yo yacía junto a ella y le pedí
permiso para deslizarme bajo su falda. Lo permitió, siempre que yo no dijera nada a nadie.
Tenía poca ropa encima, y yo le toqué los genitales y el vientre. Desde entonces me quedó
una curiosidad ardiente, atormentadora, por ver el cuerpo femenino. Todavía sé con qué
tensión aguardaba en los baños, adonde aún me permitían ir con la señorita y mis
hermanas, que ella entrara desvestida en el agua. Tengo más recuerdos, de mi sexto año.
Había entonces en casa otra señorita, también joven y bella, que tenía abscesos en las
nalgas y al anochecer solía estrujárselos. Yo acechaba ese momento para saciar mi
curiosidad. También en el baño, aunque la señorita Lina era más recatada que la primera.
Recuerdo una escena, yo debo de haber tenido 7 años. Estábamos sentados juntos, al
anochecer, la señorita, la cocinera, otra muchacha, yo y mi hermano, menor que yo en un
año y medio. De repente escuché, de la conversación de las muchachas, que la señorita
Lina decía: "Con el pequeño es claro que una lo podría hacer, pero Paul (yo) es demasiado
torpe, seguro que no acertaría". No entendí con claridad a qué se referían, pero sí entendí
el menosprecio y empecé a llorar. No creo que haya hecho algo incorrecto conmigo, pero
yo me tomaba libertades con ella. Cuando me metía en su cama, la destapaba y la tocaba, lo
cual ella consentía, quieta. Ya a los 6 años padecía de erecciones y sé que una vez acudí a
mi madre para quejarme. Sé también que a raíz de ello tuve que superar unos reparos,
pues yo vislumbraba el nexo con mis representaciones y mi curiosidad, y por entonces
tuve durante algún tiempo la idea enfermiza de que los padres sabrían mis pensamientos, lo
cual me explicaba por haberlos yo declarado sin oírlos yo mismo. Veo en eso el comienzo de
mi enfermedad. Había personas, muchachas, que me gustaban mucho y por quienes yo
sentía un urgentísimo deseo de verlas desnudas. Pero a raíz de ese desear tenía un
sentimiento ominoso, como si por fuerza habría de suceder algo si yo lo pensaba, y debía
hacer toda clase de cosas para impedirlo». «Pensamientos sobre la muerte del padre me
han ocupado desde temprano y por largo tiempo, dándome gran tristeza». En esta
oportunidad escucho asombrado que su padre, por quien se inquietan sus temores
obsesivos de hoy, ha muerto hace ya varios años.
Vale decir; una pulsión erótica y una sublevación contra ella; un deseo (todavía no
obsesivo) y un temor (ya obsesivo) que lo contraría; un afecto penoso y un esfuerzo hacia
acciones de defensa: el inventario de la neurosis está completo. Y aún hay presente otra
cosa: una suerte de delirio o formación delirante de raro contenido, a saber, los padres
sabrían sus pensamientos porque él los habría declarado sin oírlos él mismo. Declaro mis
pensamientos sin oírlos suena como una proyección hacia afuera de nuestro propio
supuesto, a saber, que él tiene irnos pensamientos sin saber nada de ellos: como una
percepción endopsíquica de lo reprimido. Bien claro lo discernimos: esta neurosis
elemental infantil tiene ya su problema y su aparente absurdidad como cualquier neurosis
complicada de un adulto. Si aplicamos a este caso de neurosis infantil unas intelecciones
obtenidas en otra parte, no podemos sino conjeturar que antes del sexto año
sobrevinieron vivencias traumáticas, conflictos y represiones, que dejaron como residuo
ese contenido del temor obsesivo. Luego averiguaremos hasta dónde nos es posible
redescubrir esas vivencias olvidadas o construirlas con alguna certeza. Entretanto
destaquemos una coincidencia que es probable que no sea indiferente: la amnesia infantil
de nuestro paciente termina, justamente, con su sexto año. Por muchos otros casos tengo
noticia de un comienzo así para una neurosis obsesiva crónica en la primera infancia, con
parecidos deseos concupiscentes a los que se anudan expectativas ominosas y una
inclinación a acciones de defensa. Difícilmente pueda uno resistirse a calificar las vivencias
sexuales del sujeto de muy ricas y eficaces. Pero esto mismo sucede en los otros casos de
neurosis obsesiva que yo pude analizar. Nunca se echa de menos aquí, por oposición a la
histeria, el carácter de la actividad sexual prematura. En la neurosis obsesiva se discierne
que los factores constitutivos de la psiconeurosis no deben buscarse en la vida sexual
actual, sino en la infantil. La vida sexual presente del neurótico obsesivo puede a menudo
parecer por entero normal al explorador superficial; y es frecuente que ofrezca muchos
menos aspectos patógenos y anormalidades que en el paciente aquí considerado.