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Teatro onírico

C2

Kishiku, la princesa japonesa más joven, bucea en un lago fucsia, repleto de medusas doradas y
turquesas. El monstruo del lago duerme en el fondo, roncando sonoramente. Kishiku ver
debajo del agua y puede respirar como si fuera un pez.

Kishiku: ¿Dónde está? Hablen de una vez.

Medusa 1: No grites, vas a despertarlo y nos va a castigar.

Kishiku: Digan dónde está mi corona y dejo de gritar.

Medusa 2: Abrió un ojo.

Medusa 3: ¡A escondernos, hermanas!

Kishiku: Hay que enfrentar al Patriarca, nosotras somos más.

El monstruo abre los dos ojos y se arrastra por el fondo, frenéticamente.

Medusa 1: Oh, tiene otra crisis de epilepsia.

Kishiku: Me robó mi corona, está fingiendo. ¡Despierten, chicas!

El monstruo se detiene, mira sin ver a Kishiku y se pone a tararear y bailar esta canción:
https://www.youtube.com/watch?v=6tPHGeUuhoE

Medusa 3: Corremos peligro. ¡Vamos!

Medusa 2: Falsa alarma. Violetín es sonámbulo.

Mientras baila el monstruo se va achicando hasta quedar convertido en una viborita color
verde flúo. Kishiku la atrapa y la encierra en su puño, sólo se le ve la cabeza.

Kishiku: ¿Dónde escondiste mi corona?

Víbora verde: La mona-quía es un si-tema de go-bieno de-tinado a morir.

Medusa 1: El patriarquín tiene razón, ahora se usa ser piripina. Dejá de ser princesa.

Kishiku: Callate, vendida. Él me quiere quitar el poder y vos lo estás ayudando.

Medusa 1 se transforma en un paraguas. Se abre y cierra y así va ascendiendo hasta llegar a la


superficie y sale volando. Kishiku vuela ahora con un vestido ajustado y gran escote. Vuelan a
su alrededor palomas violetas con caras de mujer con peinado de rodetes.

Mujer paloma 1: Mujer objeto no puede volar alto.

Kishiku: Me visto como quiero.

Mujer paloma 2: Después no te quejes si te roba el Gran Pokuko.

Mujer paloma 3: No lo nombres que nos va a robar a todas.

Se levanta un viento huracanado que hace girar a Kishiku y a las mujeres palomas. El viento es
cada vez más potente.

Mujer paloma 2: Por tu culpa, Kishiku.


Mujer paloma 1: Somos rehenes.

Kishiku: ¿Adónde nos llevás, Pokuko?

El viento huracanado silba con fuerza y los oídos de las mujeres palomas empiezan a sangrar.

Mujer paloma 3: Somos las nuevas tiquis del cabaret.

Mujer paloma 1: Kishiku nos perdió.

Mujer paloma 2: Maldita seas, Kishiku.

Kishiku: No me lastimes.

Mujer paloma 2: (Aporrea a Kishiku) ¡Vos sos la culpable!

Kishiku: (Con los golpes se le van desprendiendo partes del cuerpo como si fuera de tela mal
cosida) Tenemos que unirnos para derrotar al opresor. ¡Auxilio! (Sólo queda su cabeza
flotando en el aire).

Las palomas explotan en el aire y quedan flotando plumitas negras que luego se desintegran en
granos de brillantina que caen en un desierto. Kishiku está entera, tiene puesto un vestido
blanco, surcado de hilos de sangre. Un gran cactus de color gris plata la tiene prisionera con
sus brazos cubiertos de espinas filosas.

Kishiku: Me duele.

Cactus gigante: Te gusta.

Kishiku: Ay.

Cactus gigante: Decí “me gusta”.

Kishiku: Soltame.

Cactus gigante: Decí “me gusta” o te clavo mi aguijón.

Kishiku: Me gusta, amor. Me gusta.

Cactus gigante: Porque te quiero, te aporreo.

Cactus gigante ríe con enorme estruendo. Caen las nubes del cielo y lo aplastan. El cactus se
vuelve fofo y de color amarillo. Se transforma en un inflable. Kishiku salta sobre él como si
fuera una camina lunar. Los saltos son cada vez más altos hasta que llega a tal altura que cae
en un pequeño planeta, junto a la flor de El principito que está protegida por globo de vidrio.

Kishiku: (Toca el globo y éste se desintegra) Libre.

Flor: ¡No! Las fieras me van a matar, malvada.

Kishiku canta: https://www.youtube.com/watch?v=FPwimrOQp6U

La flor arruga sus pétalos y hojas pero a medida que avanza el tema empieza a desplegarse. El
tallo se vuelve flexible y los pétalos se transforman en tules que se mueven al compás de la
canción. Finalmente, la planta se desprende y da vueltas por el pequeño planeta, usando las
raíces como pies. Finalmente, Kishiku y la flor se arrojan al espacio sideral, cantando juntas.
Miles de meteoritos se transforman en flores y mujeres que cantan al unísono.

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