Resumen de la reunión con el Doctor Luis Silva coordinador académico del CNA

La titulación desde la perspectiva curricular, propende por entregar a la sociedad seres viables
bajo las perspectivas pertinentes para la nación, aunque también de su ubicación en el mercado
laboral. La Universidad debe buscar llevar su debate estructural sobre ciclos a nivel de la nación
(Conaces, CNA, ASCUN, ACOFI, etc.) para que las denominaciones no estén fuera del contexto
del sector productivo.

La ley 80 del 80 establece una educación postsecundaria, que plantea la formación por ciclos
para que el egresado ejerza de manera temprana una profesión técnica o tecnológica,
promoviendo que le educación deba ser continua y para toda la vida. En cada nivel se gradúan
y deben ir al sector productivo, cada nivel tiene su registro calificado.

La idea tiene influencia en la ley 80 de 1980, en la que se plantea una formación postsecundaria
(media-técnica), como se da en el caso de los colegios de formación dual y media diversificada,
que les da a los estudiantes algunos aspectos para salir al sector productivo. La base social que
va a formarse a la Universidades, debe impactar en el desarrollo nacional, el gobierno debe
intervenir exigiendo pertinencia de los programas ofrecidos para que el conocimiento se
especialice en cosas que aporten a la rentabilidad de la nación.

La propedéutica, es aquello que hace falta para, es la perspectiva de lo que el estudiante esta
viendo y lo que le compete ver de su disciplina, que estructuralmente define como se va a
ascender entre niveles. Por tal razón no se puede considerar que sea juntar niveles, desde la
formulación curricular debe plantear una formación con todo el rigor epistemológico. En la
propedéutica quedan por lo tanto enunciadas las bases fundamentales para iniciar la enseñanza
de una disciplina, que se constituyen en los saberes y conocimientos que se deben acreditar
para continuar su ascenso.

Como ejemplo de caso está la ITSA en barranquilla, que presenta al CNA una estrategia funcional
de movilidad y de organización de la propedéutica, para ir y venir del sector productivo entre 4
carreras de tecnología y 3 ingenierías. La reflexión curricular es la que lleva a organizar la
propedéutica.

El CNA evalúa la bondad del esfuerzo que hace la institución porque lo que hace sea de calidad.
El CNA pide un único documento de condiciones iniciales para el ciclo, que tiene como requisito
que el programa cuente con registro calificado, 4 cohortes de egresados y se enuncien los
argumentos que evidencien el plus de calidad que tiene el ciclo. Las bondades de su
propedéutica, están en las competencias, del cómo se forma un tecnólogo propedéuticamente
en el ámbito de la ingeniería. La evaluación del CNA se hace con lo que la misma universidad
declara ser, considera la misión y visión como parte inicial de su valoración, porque toma como
parámetro epistemológico la naturaleza de la universidad lo que ella misma definió ser, lo cual
debe estar reflejado en el PEI y los PEP (Definen como es formado el individuo) que además
deben estar formulados y socializados desde y para la comunidad; En los cuales se incluye el
modelo pedagógico, el modelo curricular, los planes de estudio y los syllabus. La propuesta
curricular debe ser incluyente con los aspirantes de su entorno. Y se debe garantizar que los
estudiantes se estén formando como seres viables, bajo la óptica de qué tipo de hombre y mujer
se forman y para qué tipo de nación. La línea base que define la formación, son las competencias,
las innovaciones y desarrollos de cada disciplina. Los egresados y empleadores son relevantes
en este proceso.

Los créditos académicos desde el tecnicismo equivalen a 48 horas, pero realmente lo que buscan
es estimar es el grado de esfuerzo que deben realizar en conjunto un docente y un estudiante,
para superar una asignatura y aprehender, y poder afirmar que lo que tenía que saber lo sabe
bien.

Los cambios en los programas así sean estructurales (cambios en currículo, créditos o
denominación), desde el punto de vista de la autoevaluación y acreditación, se debe garantizar
que dichos cambios que ha sufrido el programa no afecten la tradición académica del mismo
para efectos de autoevaluación y acreditación de la misma, lo cual debe estar enunciado
literalmente en el acto administrativo de registro calificado.

La autoevaluación y acreditación otorgan un prestigio y deben ser permanentes, un proceso que

el que asume debe ser responsable no solo de llegar sino afrontar el reto de quedarse en el
sistema de calidad.