LECCIÓN 5

ESTRUCTURA E INTERPRETACIÓN DE LANORMA PENAL

YAMlLA FAKHOURI GÓMEZ

Doctora porla Universidad Autónoma deMadrid

Profesora Investigadora en la Universidad Pompeu Fabra (Barcelona)

SUMARIO: 1. ESTRUCTURA DE LA NORMA PENAL. 1.1. Los elementos de la normapenaL

1.2. Contenido y esencia de la norma penaL 1.2.1. La norma penal como norma de valoración
"",.
y/o como norma de determinación. A) La norma penal como norma de (des)valoración.
B) La norma penal como norma de determinación. C) Posturas eclécticas. 12.2. ¿Cabe dis-
tinguir entre norma y ley penal? 1.3. Los destinatarios de la norma penal: 13.1. Normas que
prevén delitos y establecen penas. 13.2. Normas que describen estados peligrosos y estable-
cen medidas de seguridad. U. FORMAS DE APARICIÓN DE LA NORMA PENAL. 11.1. Normas pena-
les incompletas. U.2. Normas penales en blanco. 112.1. Origen y evolución histórica del concep-
to de norma penal en blanco; 11.2.2. Función y definición de norma penal en blanco. A)
Concepción amplia. a) Clasificaciones atendiendo al rango de la norma de complemento.
b) Clasificaciones atendiendo al ámbito material de la remisión. B) Concepción intermedia.
C) Concepción estricta. 112.3. Clasificaciones de norma penal en blanco atendiendo a las
características de la norma penal. A) Remisiones relativas al supuesto de hecho y a la con-
secuencia jurídica. B) Clasificación atendiendo al grado en que la norma penal ha de ser
complementada. C) Clasificación en función de la versatilidad de la norma de complemen-
to: remisiones estáticas y remisiones dinámicas. 112.4. Norma penal en blanco y garantías.
m. INTERPRETACIÓN y APLICACIÓN ANALÓGICA DE LA LEY PENAL. UU. Interpretación: concep-
toy clases. U12. ¿quéesla analogía? dif~encias con la interpretación. m.3. ¿Eslegítimo el uso de la
analogía?: distinción entre analogía in bonam y analogía in malam partem. LECTURAS RECO-
MENDADAS. CUESTIONES.

l. ESTRUCTURA DE lA NORMA. PENAL

1.1. Los ELEMENTOS DE LA NORMA PENAL

A. Las normas -y no solamente las penales- tienen por objeto regular las
conductas humanas de manera que se posibilite la convivencia en el marco de
la sociedad. En este sentido, los seres humanos renunciarían a la satisfacción
inmediata de sus instintos con base en el principio del placer al que hace refe-
rencia Freud y, en aplicación del principio de realidad, conviven en sociedad,
de manera que la comunidad arbitre soluciones que les permitan sobrevivir
y, en última instancia, alcanzar sus fines. Esta convivencia, sin embargo, no es
pacífica yde ella resultan a menudo conflictos que han de ser solventados a
través de normas.
La primera clase de normas reguladoras de la convivencia que se encuentra
presente en cualquier sociedad, por pequeña y primitiva que sea, son las deno-
150 INTRODUCCIÓN AL DERECHO PENAL
minadas normas sociales que conforman el orden social. El crecimiento de las
sociedades y la complejidad de las mismas así como el hecho de que tales nor-
mas no resultaban suficientes para garantizar la convivencia en este marco llevó
al surgimiento de las normas jurídicas, que constituyen el orden jurídico y que
emanan del Estado, del mismo modo que las normas sociales tienen su origen
en la sociedad. Las normas penales serían aquellas que regulan las conductas
que mayor impacto tienen en la convivencia y que pretenden salvaguardar el
orden jurídico y social empleando para ello el recurso más grave con el que
cuenta el aparato estatal: la pena:
En este sentido, las normas penales afianzan las expectativas y constituyen,
por tanto, un sistema de comunicación. Así, cualquier miembro de la sociedad
puede esperar que yo me comporte conforme a la norma mientras que, a la
inversa, yo puedo esperar lo mismo del resto de integrantes de esa comunidad.
En el caso de que esta expectativa se vea defraudada a partir de la infracción
de la norma, puedo tener asimismo la expectativa de que:se aplicará una san-
ción. En el plano comunicativo, el sistema declara, de este modo, su validez.
Estas normas tienen, por tanto, un carácter contrafáctico: su incumplimiento
por parte de los ciudadanos no afecta a su vigencia. Más allá de ello, sería pre-
cisamente su incumplimiento y la consiguiente sanción que se aplica lo que
haría patente la necesidad de que existan.
B. Las leyes penales se componen de dos elementos: el supuesto de hecho,
que describe una conducta humana como previsión o anticipación hipotética
respecto de una posible o incluso probable realidad futura, y la consecuencia
jurídica o consecuencia imperativa -pena o medida de seguridad-, que se debe
imponer al autor y se encuentra ligada al supuesto de hecho.
, Ej::·.·~(E1.'qtie,.~ori.·ániIll(} 'de·lucro,.tomar~:'I~:c~s~'m~eb~~s·~j~R~se~irii.~·:y9(~ta~~.de .
~u <illeñ:A,~su~~es~~d~líe~ho__ será ·~stigado;:cogtOT~,ó<l~hllrt~':f:~p:la.p~na,de·.•prisióIi
.·:de. s~i~~18'1l1~ses 'h'.;)'..,(:orisecuendajurídi,~a::;»',(~rt.,~34,:(Jr){.'::':,',;'," .•.•..•.;", "
La normajurídica (penal) y la ley natural tienen en común que ambas repre-
sentan la vinculación entre determinados hechos con sus consecuencias. La ley
de la naturaleza establece una vinculación fáctica, ontológica (Si se da A -por
ejemplo, se introduce un cuerpo sólido en un líquido- es B -sube el nivel del
líquido-) , mientras que la normajurídica se vincula a los hechos a nivel deonto-
lógico (Si es A -tomar cosas muebles ajenas sin la voluntad de su dueño- debe
ser B -aplicación de la pena de prisión seis a 18 meses-). La consecuenciajurí-
dica no se produce, por tanto, a diferencia de lo que sucede con los fenóme-
nos naturales, de manera automática'.
1. V. infra 1.1.3.
5. ESTRUCTURA EINTERPRETACIÓN DELA NORMA PENAL 151
1.2. CONTENIDO y ESENCIA DE LA NORMA PENAL
1.2.1. La norma penal como norma de valoración y/o como norma de
determinación
Obsérvese que el debate de la norma concebida como norma de valoración
o de determinación adquiere relevancia, no sólo en el contexto de la teoría de
fuentes, en concreto, en relación con la estructura de la ley penal, sino también
en relación con la esencia de la antijuridicidad y el objeto del conocimiento para
la afirmación de la responsabilidad penal a título de dolo. Una vez desvinculada
la polémica de su marco históricojurídico y de la carga política que tuviera anta-
ño, esta cuestión ha pasado a convertirse en un aspecto técnico más en armonía
con los sucesivos sistemas del delito. Así, desde el prisma de un sistema causal y
neoclásico del delito, en el marco del cual los aspectos objetivos eran analizados
-con matices en el caso del sistema neoclásico- en los niveles de la acción, la tipi-
cidad y la antijuridicidad, la norma penal se concibió como norma de valoración.
El aspecto subjetivo del delito (dolo -que era concebido como conocimiento de
los elementos del tipo y del carácter prohibido de la conducta [dolus malus]-,
imprudencia, error) únicamente tenía cabida en el nivel de la culpabilidad. La
evolución de la teoría del delito tuvo como consecuencia directa la introducción
de aspectos subjetivos en el nivel de la tipicidad a partir de la evolución del con-
cepto de dolo que pasó a concebirse como un «dolo natural» -que se identifi-
ca exclusivamente con conocimiento de los elementos típicos-, Ello llevó a un
resurgimiento de las concepciones imperativistas que resultan más acordes con
la moderna concepción finalista y subjetivista del delito y de la antijuridicidad.
Encontrar hoy en día posturas que puedan encuadrarse exclusivamente en una
u otra idea resulta, sin embargo, prácticamente imposible, en tanto en cuanto
aquellos que se declaran partidarios de la primera opción no niegan que la nor-
ma constituye también, de algún modo, un imperativo. De la misma manera que,
quienes priorizan el aspecto imperativo no pueden negar que la (des)valoración
constituye el paso previo a la prohibición o al mandato.
A) La normapenal como norma de(des)valoración
Un sector doctrinal (entre los que destacan Mezger,Baumann, Bockelmann
o Maurach, entre otros) parte de la base de que la promulgación de una nor-
majurídica -y, en consecuencia, también penal- se identifica con la imposi-
ción de un juicio de valor objetivo. Así, cuando se establece que un determi-
. nado supuesto de hecho debe llevar aparejada una consecuencia jurídica, es
porque el mismo se desaprueba desde una perspectiva social. Más allá de ello,
las valoraciones se ordenan conforme a la jerarquía valorativa existente en el
orden social: el atentado contra la propiedad se considera menos gravoso que
aquel que se produce contra la vida humana, y este último, cuando concurre
una serie de circunstancias (por ejemplo, alevosía), se desvalora aún en mayor
medida, lo cual encuentra su reflejo, a su vez, en las penas impuestas.
Desde esta perspectiva, las normasjurídicas se limitarían a designar hechos,
situaciones o acontecimientos que (no) resultan esperados o deseables desde
una óptica objetiva -el denominado «deber ser ideal--, quedando englobada
152 INTRODUCCIÓN ALDERECHO PENAL
en la norma objetiva' de valoración la conducta tanto de aquellos capaces de
acción y culpables como la de aquellos que no lo son.
........ ·.Con baseenestai<lea,)()sprec~ptosquecastiganel homicidio (att.··138 CP) ,élliur-
W (a:rt2~4 c¡», )asa.gre:~~iOIl.es se}Cua1es(artS; ·l78yss.CP), laScd;lcciones (art, 172CP),
la.ornisiÓncleldeber·.¿le~sQcorro(art.J95 • GP) ,·~t<;.séliIIiltaiían •..,desde.·upa perspecti-
..vae~cluslyaqleIlte.ya!órativa7aiec9?er'11~jUicio.q~v¡ilQi"':{eI1real~qad,(ie de~val~T). en .
·reiaci6n.cQn}a~·c()ndqcta-séieIAa~J;,roba.r;agre~ir· s~xl.!~lmeJ1te, coaccionaru .omitir el
allXm9; .consigerapcl?·q~~1~:·tnisIr1a.s:üeIl~I1.1~gravedªd;~1l,fici,entepar3.que~elesapli-
qlü:~lap~nú)r~vi~t3:' . . .:;<>' . . .,'.
Más allá de ello, los autores que defienden este punto de partida conside-
ran que, si bien de manera lógica y cronológica la norma penal es, ante todo,
una norma de valoración, en relación con el nivel de la antijuridicidad, la mis-
ma operaría también como norma subjetiva de determinación, dirigida al ciu-
dadano concreto, en el nivel de la culpabilidad. Ello posibilitaría llevar a cabo
la delimitación entre los dos presupuestos del delito: antijuridicidad objetiva y
reprochabilidad personal.
B) La norma penal como norma de determinación
Para otro sector doctrinal (destacadamente Thon y Bierling y,en el ámbito
penal, Binding, H. Mayer, Engisch o Stratenweth; en España, VivesAntón) la
norma, lejos de establecer un mero juicio de valor, constituiría un imperativo,
un mandato. Así, de igual modo que en el marco de la concepción anterior, se
consideraba el Derecho como un conjunto de juicios de valor, desde esta pers-
pectiva el Derecho se concibe como un conjunto de imperativos, esto es, de
«declaraciones de voluntad» dirigidas a orientar el comportamiento de aque-
llos sometidos al derecho.
Mir Puig considera que la determinación del carácter valorativo o, en opinión
de este autor, imperativo, de la norma penal puede resolverse al margen de lo
que se considere aplicable al resto del Derecho. La mayor parte de la doctrina
considera, sin embargo, que esta cuestión ha de tener un tratamiento unitario.
5. ESTRUCTURA E INTERPRETACIÓN DELANORMA PENAL 153
de la norma penal. Igualmente, se afirma que esta concepción resulta más acor-
de con la «función motivadora» que un sector doctrinal atribuye a la norma
y, en concreto, a la pena, en tanto en cuanto la norma prohibiría u ordenaría
llevar a cabo determinada conducta bajo la amenaza de esta última. Desde este
enfoque, y dado que la norma (penal) supone un reclamo de obediencia diri-
gido al ciudadano, sería precisamente el momento subjetivo de desobediencia
lo que constituiría la esencia de la antijuridicidad.
Se plantea, en este punto, la cuestión de los destinatarios de estos imperativos
. legales. Así, se da la paradoja de que, si bien las personas inimputables (niños,
enfermos mentales, personas bajo los efectos de drogas o sustancias psicotrópi-
cas) pueden actuar de manera contraria de Derecho, tales personas no son los
destinatarios idóneos de una orden dirigida personalmente a ellos, en la medi-
da en que no pueden comprenderla, o no suficientemente, y,en consecuencia,
comportarse conforme a esa comprensión, de manera que no cabría hablar de
«desobediencia» en tal caso. En este sentido, se critica a la citada corriente el no
po~er explicar la existencia de normas dirigidas a los inimputables, así como el
C~t1go de aquellas conductas que se llevan a cabo cuando concurre culpa incons-
ciente, como es el caso en aquellos supuestos en los que el sujeto ni siquiera se da
cuenta de que está llevando a cabo una conducta imprudente (-por ejemplo, que
se está saltando un semáforo en rojo-) , de manera que tampoco pueden moti-
varse por la norma a comportarse de otro modo. Igualmente esta tesis resultaría
cuestionable respecto de los mandatos'permisivos, que no tendrían una natura-
leza imperativa en sentido estricto, o respecto de aquellas normas que expresa
o tácitamente derogan una prohibición (así, por ejemplo, ¿tendría un carácter
imperativo la disposición que contempla los supuestos en los que se despenaliza
el aborto, o aquella que regula la legítima defensa?).
C) Posturas eclécticas
En la actualidad la mayor parte de los autores tienden a identificarse con
una postura mixta en la que conviven ambas tesis poniendo el acento en la
interdependencia recíproca de ambos aspectos de la norma concebida como
valoración y como imperativo.

La idea de fondo de estas reflexiones es que, siendo la función del Derecho
regular la vida en el marco de la comunidad, ello sólo sería posible a partir de
la imposición de mandatos a los miembros que la conforman.
. · .·.·:• .•·.• ·•.·.Dés4e~st;i.·per.s¡)~ttiya,.y·.~partirde.·.lq~:ejeII)pl()s . pr~p~e:st<>s,)()s.Pi~<:.t}P·~~~'anteB~.
re.se~taría,ni!npql1~eti?g.·1a::Prolli~ifi/511.qe·Ill~~r,.hu~t~[, .• agr~dirse~llalIlJe~t~,·50<l:c~tO-
·}1fr.;--~sf~?Il19·ra~mig~F~?1'l:qe.á~?<lff'~qll~19u~ . ~e..e.n~u~~t~~, en~Il;agr.av~~l~~af1?p
de:peligro;sie.~p~e9u~sii;yida o ·lade.teJ:c~ros. n9~or~pel1gro-, de. man;er~c~He., e1suJe-.
to:se .á~IllPorte.€It,estest;ntid~,loques~ -. ref6rzaría·toIllaaineIl~za'de 'lagen~par~el .
·casocoIltrarlo. '. . •..' ' . .. '. •..
Cierto sería, no obstante, que antes de formular el imperativo, el legislador
debería determinar los fines y las valoraciones de la norma, pero ello no cons-
tituiría nada más que un momento cronológico previo, el «prius lógico» en el
proceso legislativo que, sin embargo, no resultaría determinante en la esencia
Rodríguez Devesa distingue entre el aspecto estático y dinámico de la ley
pe~al. Estáticamente la norma constaría de un presupuesto «descriptivo» (que
sena la conducta) al que se .ligauna consecuencia «imperativa». Desde la pers-
pectiva dinámica la norma constituiría un juicio de (des)valoración que, en la
medida en que prohíbe determinadas conductas, trataría de orientar a los des-
tinatarios para que se abstengan de realizarlas.
A la misma conclusión, si bien desde presupuestos metodológicos distintos,
llega Quintero Olivares, quien identifica el juicio objetivo de valoración en
. ' .
relación con el ataque a bienes jurídicos y reconoce igualmente esta vertiente
imperativa de la norma, que iría destinada a todos, si bien el incumplimiento
de la misma sólo le resultaría reprochado a aquellos que puedan comprender-
la y conducirse conforme a ella. .
En esta línea también, Bajo Fernández pone el acento en el «momento valo-
I
11
154 INTRODUCCIÓN ALDERECHO PENAL
Ili rativo» de la norma en atención al hecho de que «norrnar no es imperar, sino
i juzgar». La norma penal contendría un valor que debe ser realizado en una con-
I
ducta. Más allá de ello, la norma sería imperativo en la medida en que somete lo
espontáneo a un orden. Este orden, sin embargo, no vincularía la voluntad del
soberano con la de los súbditos (de ser ello así no se explicaría que tal 'voluntad
exija como priuslógico una valoración). Desde esta perspectiva la norma sería'
determinación, pero no mandato, como ocurría desde la perspectiva tradicio-
nal; se identifica con la «pretensión de validez», pero no con una orden.
Cabe destacar asimismo la tesis de Mir Puig quien, si bien considera que la
norma penal constituye la expresión de un imperativo que tendría la función
de motivar al ciudadano mediante la amenaza de la pena -enmarcándose fun-
damentalmente en la concepción imperativista de la norma-, señala que el
mismo se vería precedido de numerosas valoraciones, como son la valoración
negativa de la conducta que se ordena o se prohíbe, la valoración positiva de los
bienesjurídicos-penales, y la consideración de que el ser humano consciente es
el único destinatario de las normas penales (en la medida en que no sería lícito
imponer penas a menores, enfermos mentales u otras personas que no puedan
motivarse normalmente en relación con esta clase de normas).
Por último se hace referencia aquí a la tesis de Rodríguez Mourullo, para
quien la norma jurídica se estructura de tal modo que pueda funcionar -aun-
que ello no sea así en todos los casos- como motivo de actuar. De este modo,
la realidad unitaria que es la norma podría contemplarse como norma objetiva
de valoración y norma subjetiva de determinación, en correlación directa con
los niveles de la antijuridicidad y la culpabilidad (cfr. en sentido similar Car-
bonell Mateu). Rodríguez Mourullo se muestra crítico con la teoría de la fun-
ción motivadora de la norma a la que se ha hecho referencia también al hilo
del comentario de la tesis de Mir Puig. En este sentido, se señala que tal moti-
vación o vinculación con la norma sólo podría darse cuando el sujeto conozca
previamente el mandato legal, circunstancia esta que, sin embargo, resultaría
excepcional, en tanto en cuanto el conocimiento de las leyes requeriría nece-
sariamente de su interpretación previa, lo que exigiría conocimientos de la
ciencia del Derecho así como manejo de la técnica jurídica.
1.2.2. ¿Cabe distinguir entre norma y ley penal?
Con el establecimiento de una consecuencia jurídica para los casos de rea-
lización del supuesto de hecho el legislador establece de manera indirecta una
norma de conducta (penal), como es, en el citado ejemplo del hurto: respeta
la propiedad ajena. De este modo cabe afirmar que la ley penal (en el ejemplo
propuesto, el art. 234 CP) contiene implícitamente la norma penal.
Ambos términos se emplean hoy día indistintamente, si bien la delimitación
tuvo históricamente gran relevancia en el marco del sistema del delito.
Binding, padre de la teoría de las normas, distinguía entre la norma, que
constituiríaun imperativo primarioyautónomo, situadofuera del DerechoPenal
y de cualquier otra rama del Derecho, y la ley penal, que constituiría un mero
5. ESTRUCTURA E INTERPRETACIÓN DELA NORMA PENAL 155
complemento de dicha norma, en tanto en cuanto se limitaría a establecer las
consecuencias derivadas'de la violación de esta, conteniendo, únicamente, la
autorización para castigar, que corresponde al Estado.Esteconcepto de norma
posibilitóa Bindingdar un significado autónomo a la antijuridicidad,lo que tie-
ne consecuenciasdirectas en el marco de la teoría del delito. En la concepción
de este autor, la esencia del delito se encontraría en la infracción del mandato
de la norma de determinación impuesta al sujeto: dolo equivaldría a la culpa
consciente,actuación con concienciade la prohibicióny, por tanto, a la decisión
a favor del injusto. Sería, precisamente, la diferencia radical existente entre la
actuación consciente contra el Derecho y la actuaciónen la creencia errónea de
obrar conforme al mismo la que constituiría el eje de la distinción entre delito
doloso e imprudente. La imposición de una pena en lossupuestosen los que el
autor yerra sobre la prohibición se fundamentaba, no ya en la infracción de la
norma que prohíbe la realización de la conducta que, al no ser conocida por el
autor no podría ser seguidapor el mismo, sino en la lesiónde otra obligación:la
de hacerse con el conocimiento de lasnormas que tienen relacióncon su actua-
ción de manera dolosa o imprudente.
Con algunos puntos en común pero con resultadosmuydiferentes en el pla-
no dogmático, M. E. Mayer consideraba que la obligaciónpara el sujeto no se
desprendería de la leypenal, sino de la regla socialo la «normade cultura» sub-
yacente a la misma,esto es, aquella norma aprendida por el sujetoen su proceso
de socialización y que se traduce en mandatosy prohibicionesde tipo religioso,
moral, convencionalo en exigencias del tráficoe incluso profesionales. Las nor-
mas penales se conciben entonces como normas de valoraciónque expresarían
un juicio de valor-positivo o negativo-. Lasconsecuencias de ello eran que en
la medida en que la mayorparte de los destinatariosde las normas no conoce el
Derecho, el objeto del conocimiento de la antijuridicidadno podría venir dado
por el mandato o la prohibición contenidos en la leypenal, sino por el conoci-
miento de la norma de cultura que se encuentra reflejadaen ella.
1.3. Los DESTINATARIOS DE LA NORMA PENAL
Las diferentes opiniones en lo que atañe a la cuestión de quién ha de con-
siderarse destinatario de los enunciados legales -en particular los de aquellas
normas penales recogidas en la denominada Parte Especial del Derecho Penal-,
se reduce a las siguientes opciones: 1) la norma penal se dirige a los miembros
de la comunidad, en su calidad de ciudadanos; 2) la norma penal se dirige a
los órganos judiciales del Estado, que serían los encargados de aplicarla; y 3)
la norma penal se dirige a ambos.
La respuesta al dilema de los destinatarios carece de efectosprácticos, si bien
adquiere relevanciafundamentalmente en el marco de una concepción impe-
rativistade la norma, al concebirse la mismaesencialmentecomo un vínculo de
voluntades.
El análisis de esta cuestión se lleva a cabo en este punto distinguiendo, como
hace un sector de la doctrina, entre normas que prevén delitos y establecen
penas y normas que prevén estados. peligrosos e imponen medidas de seguri-
dad.

156 INTRODUCCIÓN ALDERECHO PENAL
1.3.1. Normas que prevén delitos y establecen penas
. Es opi~1ión generalizada en la doctrina entender que tales normasjurídicos-
penales SIrvende base a dos clases de normas: una norma de conducta social,
dirigida al ciudadano, prohibiéndole de manera implícita la comísíóndel delito
-l~ denomi~a,da norm~ primaria-; y otra norma o instrucción de oficio, dirigida
al JU~z, obhgandole a Imponer una pena en el caso de que se haya infringido
el prImer precepto, llevando a cabo la conducta recogida en el tipo penal -la
denominada norma secundaria-o
.' ,.•. ':Nf, por.ej~,mplo,.en.r~laci?#,~p.n.~1 ~#~eiior;ejeIl1plq.4~ de!iW.d~~urto·;.(~rt¡.234·9P)·;·
que.castIga C()ll «1~p~Il~·d~I>fls!.0Ilde~~Is~J8~es~)~.aq~en~<cory.:<lJ1IIll() de-lucro,toma- .
:~e Jascosasmueble~ aje~~s si~ la"V()lun~~;~~sll(iu~~ó»,.la~?rWa'primaria~dirigido; al
cilldaqan.o, seiiala'q1,l~:'«si·~J~(Hii~res~ser-.c~s~igadQcoIllapep~;~:Malad(l'd~bes .absteüer-
ted~. ;toIPar.cosas·.mgebles.~aj~Il~~··.sinla,YohlIi~d<ie'su<iueiío.·.~Q~án.imoAelucro» ..L~ .
·n()í-rnasecqriqariá,~~iigid~,aljll~z,. e~ta81e~eqqe,··«e,9.aq~eÜo~~~PY~s.t9sen'qlJ.eal~ien
tOlllesosasIlll!e9lesajen~.s siIl l o; volunta~·de'.súdueño.con~nilI)o de lucroAe~e~~·asti..
..• gar'COJ;l:pen~:4eJ>~isión,de·seisa·18m~,ses)~.· " ¡ " . ' .' '
1.3.2. Normas que describen estados peligrosos y establecen medidas de
seguridad
Cuando el sujeto que lleva a cabo la conducta recogida en el tipo penal es
un inimputable -es decir, no puede comprender la norma dirigida a él y/o
actuar conforme a esa compresión-, no se le castiga con una pena, sino que se
le impone una medida de seguridad, en atención a su peligrosidad. Los desti-
natarios exclusivos de esta clase de normas serían, en consecuencia, los órga-
nos judiciales, que tendrían la obligación de aplicarlas. El sujeto que comete el
delito no sería ya el destinatario del precepto, sino objeto del mismo. En este
sentido, tales preceptos no contendrían una norma primaria, dirigida a los ciu-
dadanos, sino exclusivamente una norma secundaria.
Sería precisamente la idea de que, respecto de esta clase de normas, son los
~ueces l?~ exclusivos destinatarios, la que permite mantener una concepción
unperanvista de la norma en los supuestos en los que el sujeto que actúa es inirn-
putable. Esto, no obstante, habría de matizarse a partir de la reciente reforma del
Código Penal introducida por la LO 2/2010, que a diferencia de lo que sucedía
conforme a las regulaciones anteriores -en las que tales medidas de seguridad
se reservaban exclusivamente a los sujetos que no eran plenamente imputables-,
posibilita la imposición de la medida de seguridad consistente en la libertad vigi-
lada también a sujetos imputables (cfr. arto 106 CP).
11. FORMAS DEAPARICIÓN DE LANORMA PENAL
11.1. NORMAS PENALES INCOMPLETAS
.Como se ha señalado anteriormente, la norma penal se conforma por un
presupuesto de hecho (delito) y una consecuenciajurídica (pena o medida de
~
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5. ESTRUCTURA E INTERPRETACIÓN DELANORMA PENAL 157
I
seguridad). No ha de identificarse, sin embargo, norma penal con un artículo
II recogido en el Código Penal.
En su Libro 1, el Código Penal introduce aquellas «disposiciones generales
sobre los delitos y las faltas, las personas responsables, las penas, las medidas de
seguridad y demás consecuencias de la infracción penal» que se conocen como
la Parte General del Derecho Penal. El contenido de estas disposiciones ha de
ser puesto en relación con aquellos preceptos recogidos en la Parte Especial,
es decir, con los enunciados incluidos en el Libro II -relativo a los delitos y sus
penas-o Ello responde a razones de economía legislativa,y tiene por objeto evi-
tar innecesarias y farragosas reiteraciones. Así, la formulación que aparece en
el arto 20.7 según la cual «está exento de responsabilidad criminal el que obre
en cumplimiento de un deber o en-el ejercicio legítimo de un derecho, oficio
o cargo» constituiría una parte del supuesto de hecho de todos los delitos reco-
gidos en el Libro 11. En concreto, en relación con la conducta contemplada en
el arto 138 CP, el precepto completo sería el siguiente: «el que matare a otro
será castigado como reo de homicidio con la pena de prisión de 10 a 15 años,
siempre y cuando no obre en cumplimiento de un deber o en el ejercicio legí-
timo de un derecho, oficio o cargo».
'/.··•• • · · ..#Úb.. ··r~.stilta.;4~···~~liC~q~ó~· • "¡~li~1~k'~te .:·.r~,sp~¿to··.~~·.~9~,p:¡-ec~p~~sif~~4!~4,();f~~d~···la
:t~rita~iva .(~l1t.: J6),lasJ0fIÍla~,de:parq~ip~~i6~~n ·elª~lito:of~rts ..·~,7y.~s.)',:.'()~tas.<:irc~ns­
\~an,ci~~.e,qiIieJ1tes,.:<J.teJ1uánt~syagrily¡lI1,t~~ .', (irt$·l~y~s¡) ·:o.aq~~n~~.f~lNiyo~~~J,a~.pel}.as,
;.·(:Qrijo~.~s·~l ~~o. <ielart;3~;·c¡rieestáp~e5el~: d!lr~~ió~ q\lé~'ª <i.eteti~r:, l<l.pe~a.(ieprisi~n,
entré otros; '. , '. '. .' '.. ~'.' ~". ' . '. '. ' .
"
En este sentido, todas las disposiciones que se encuentran en el Código
Penal serían incompletas, si bien los preceptos recogidos en el Libro 11 suelen
incluir los elementos más específicos de la conducta delictiva en cuestión seña-
lando una pena. Tampoco en este ámbito cabe, sin embargo, identificar norma
penal con artículo del Código Penal en todos los casos: también aquí supuesto
de hecho y sanción se encuentran, en ocasiones, en preceptos diferentes.
'. '9fi.'·.eni·~ste.··seIIti(fÓel·.·~rt.'.238; • •q4ee$ta~í~ce·.,I()Ss1IpuestQs • • eri'.I(j~.qlle,c~b.ecoIlside-.
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11.2. NORMAS PENALES EN BLANCO
La norma penal en blanco se define como aquella que necesita ser comple-
mentada por otra norma para la obtención de la formulación acabada de su
significado, tratándose, por tanto, también, de una norma penal incompleta.
Más allá de esta idea, las opiniones doctrinales respecto de su definición así
como respecto de cuál ha de ser su función, son dispares, y los diferentes tipos
de clasificaciones propuestos para esta clase de normas -o para su delimitación
respecto de los tipos penales completos- son extraordinariamente prolijos.

158 INTRODUCCIÓN ALDERECHO PENAL
Si bien el término acuñado por Binding fue el de ley penal en blanco, doc-
trina yjurisprudencia emplean indistintamente las acepciones de norma penal
en blanco y tipo penal en blanco, en concordancia con el problema de fondo
que se trate de abordar con el análisis: así, suele emplearse la denominación de
ley penal en blanco en el análisis de las fuentes del Derecho Penal y se'habla de
ley y/o norma penal en blanco, indistintamente, para cuestiones relativas a la
estructura de la norma penal. La acepción de tipo penal en blanco se emplea
generalmente para aludir a la configuración de los tipos tras la aplicación de
esta técnica legislativa.
II.2.1. Origen y evolución histórica del concepto de norma penal en blanco
Las normas penales en. blanco serían un producto-de la Revolución Fran-
cesa. El arto 4 del CP francés de 12 de febrero de 1810 establecía la potestad
exclusiva del legislador para la imposición de una pena (principio nullapoena
sinelege) sin hacer alusión expresa a la instancia que debía establecer la norma,
pudiendo inferirse de ello la posibilidad de que la misma fuera dictada por otra
instancia normativa, contribuyendo así a la aparición de este tipo de normas
penales. Posteriormente Binding (1872) acuñó el término «leypenal en blanco»
(Blankettstrajgesetz) para designar el conjunto de normas recogidas en el Código
Penal alemán que imponían sanciones en los supuestos en los que se producía
la infracción de disposiciones emanadas de autoridades administrativas. De este
modo, la primera noción de norma penal en blanco partía de una norma penal
que únicamente recogía la sanción, debiendo ser complementada por otro tex-
to normativo preexistente o futuro al que la misma remitía.
La concepción originaria de Binding de las normas penales en blanco, a par-
tir de la cual la norma penal encontraba su complemento en normas dictadas
por instancias normativas de rango inferior, se vio ampliada por Mezger con
la introducción de dos nuevas fuentesjurídicas que podían servir asimismo de
complemento de la norma penal: la remisión a otra norma con rango de ley y
la remisión dentro de la propia ley penal a otros lugares del mismo texto.
11.2.2. Función y definición de norma penal en blanco
La función que se atribuya a la norma penal en blanco determina de mane-
ra directa lo que ha de considerarse incluido en esta categoría y viceversa: en
paralelo con aquello que ha de entenderse por norma penal en blanco se atri-
buye a las mismas una función más o menos amplia.
A) Concepción amplia
Un sector doctrinal (Baumann, Mezger, en Alemania y Díez Ripollés o Silva
Sánchez, entre otros muchos, en España) parte de un criterio de norma penal
en blanco lo más amplio posible. En este sentido, existiría una norma penal
en blanco siempre que se produjera una remisión a otra norma del ordena-
miento, con independencia de su ubicación (norma penal o extrapenal) o de
su rango (legal o extralegal).
~
' __ o'f;
:.~._~ _,~
.• . .•.•.•. c,.,_.,.,., o"".'.
l . 5. ESTRUCTURA E INTERPRETACIÓN DELANORMA PENAL 159
Para este sector doctrinal, el legislador penal tendría diferentes motivos para
dictar normas en las cuales el supuesto de hecho y la consecuencia jurídica se
encuentran separados formalmente. Las remisiones dentro de una misma ley
o a otra ley promulgada por la misma instancia legislativatendrían por objetivo
simplificar, desde el punto de vista técnico, las normas penales, evitando que
el contenido de las normas de remisión tuviera que ser repetido para cada uno
de los tipos. Más allá de ello, el legislador haría uso de esta técnica legislativa
principalmente (si bien no únicamente) cuando se quiere dotar de protección
penal a determinadas prohibiciones o mandatos cuya (eventual) armonización
con condiciones temporales o locales cambiantes resulte necesaria. Este sería
el caso de las normas penales en blanco que remiten a normas de complemen-
to dictadas por otras instancias legislativas. Esta segunda función de la técnica
legislativade la norma penal en blanco es la única aceptada por el sector de la
doctrina que propugna un concepto de este tipo de normas más restrictivo.
Algunos de estos autores realizan una distinción entre diferentes clases de
tipos penales en blanco, a efectos meramente clasificatorios, atendiendo a
las características de la norma de complemento del tipo penal: de esta forma
adquieren relevancia tanto el rango de la norma de remisión como el ámbito
material de la misma.
a) Clasificaciones atendiendo al rango de la norma de complemento
Atendiendo al rango (o al origen) de la norma de complemento, los auto-
res distinguen entre normas penales en blanco en sentido estricto o propias y
normas penales en blanco en sentido amplio o impropias. La primera catego-
ría se reserva a las normas penales que son complementadas por una disposi-
ción emanada de una instancia normativa distinta de la que dicta la ley penal,
y de rango inferior, coincidente con el concepto desarrollado por Binding. La
segunda se refiere a las normas penales que son complementadas por una dis-
o posición contenida en la propia ley penal o en otra ley dictada por la misma
instancia legislativa.
b) Clasificaciones atendiendo al ámbito material de la remisión
A. Dentro de las normas penales en blanco impropias puede distinguirse
entre normas penales en blanco que remiten a una norma con rango de ley
extrapenal (remisiones externas) y las que son complementadas por una norma
penal (remisiones internas dentro del propio Código Penal o a una ley penal
distinta). En el marco de las remisiones externas cabe distinguir, además, entre
complementos normativos (provenientes de leyeso reglamentos) y aquellos que
provienen de actos de la Administración (autorizaciones).
R También puede diferenciarse, en función del ámbito material de la
remisión, entre remisiones de primer y de segundo grado. En las remisiones de
segundo grado (o segundo reenvío) la norma a la que remite el tipo penal no
lo complementa -a diferencia de lo que sucede con las remisiones de primer
grado-, sino que esta norma de complemento remite, a su vez, a una segunda
o ulterior disposición que es la que dota de sentido a la norma penal en blan-
co. Los casos prototípicos de esta clase de remisiones son aquellos en los que
160 INTRODUCCIÓN ALDERECHO PENAL
a
la ley penal remite leyes administrativas que, a su vez, reenvían a su corres-
pondiente desarrollo reglamentario. De este modo, la ilicitud de la conducta
se hace depender, en ocasiones, de la existencia de la preceptiva autorización
administrativa.
B) Concepción intermedia
Otro sector doctrinal (García-Pablos de Molina, Luzón Peña, Mir Puig o
Muñoz Conde, en España, yJescheck, Maurach, o Schmidháuser, en Alemania)
restringe en cierta medida el concepto de norma penal en blanco ~ entien?e
que únicamente podría hablarse de esta clase de normas cuando el tipo remite
a una norma extrapenal para su complemento (con independencia de su ran-
go). A partir de esta concepción intermedia, solamente serían normas pena-
les en blanco las que contienen remisiones externas, quedando excluidas, por
tanto, las remisiones dentro del propio Código Penal o a leyes penales distin-
tas. Así, una serie de autores distinguen entre aquellas leyes penales en las que
supuesto de hecho y consecuencia jurídica se encuentran e.n dis~intos lugares
del mismo texto legal, y normas penales en blanco, que se Identifican con los
tipos penales necesitados de complemento.
. Existe acuerdo general en la doctrina en lo que respecta a la necesidad del
empleo de las normas penales en blanco. Sin embargo, los defensores de esta
tesis consideran que esta técnica legislativa ha de reservarse para aquellas mate-
rias que, por su especial naturaleza, precisen de ';1n mar~o ~exible pa~a su r~gu­
lación, como sería el caso respecto del orden socioeconormco, el medioambien-
te, la genética, los recursos naturales y la ordenación del territorio.
La especialidad de lasmateriasobjeto de regulaciónharía necesarioun meca-
nismoeficaz que permita acompasarsu regulaciónjurídico-penalypreveasu ajus-
te a las nuevassituacionesnormativas (en lo que respecta a los bienesjurídicos
protegidos) yfácticas (en lo que respecta a las nuevassituaciones de ataque para
losbienesjurídicos). Por otra parte, las conductas que pueden afectarlossuelen
integrarse dentro de una actividad en el marco de la cual los ataques pueden
producirse a partir de múltiples acciones (u omisiones) imposiblesde reflejar
en el tipo, yasea por su número yvariedad, ya sea debido a que se desconocían
en el momento de la regulación penal. Además, el dinamismo de estos ámbi-
tos de actividad agravaríael problema en tanto en cuanto haría que aparezcan
constantemente nuevossupuestos que deberían quedar incluidos en el ámbito
de protección de la leypenal, pero cuyainclusión expresa obligaríaa introducir
constantes reformas que aseguraran su actualidad.
La separación entre supuesto de hecho y consecuencia jurídica propia de
la estructura de la norma penal en blanco permitiría la adaptación a las nece-
sidades de actualidad, permanencia y estabilidad de los tipos penales. En este
sentido, la indeterminación de los supuestos concretos que son típicos conse-
guiría lograr el margen de flexibilidad que se precisa para la regulación de estas
materias, al permitir aplicar una misma consecuenciajurídica a todos aquellos
supuestos de hecho que encajen en la conducta típica, y que suele definirse en
la ley penal con unos contornos muy amplios.
5. ESTRUCTURA E INTERPRETACIÓN DELA NORMA PENAL 161
Las remisiones realizadas a leyesorgánicas (incluidas aquellas remisiones
internas dentro del Código Penal), o en su caso a leyesordinarias'', no respon-
derían a las necesidades de adaptación a circunstancias cambiantes que se les
atribuye,en la medida en que su modificación requiere losmismos trámites pro-
cedimentales que las propias leyespenales. Estasremisiones tendrían más bien
una función de síntesisnormativa asimilable a una remisión para la interpreta-
ción de la norma penal, siendo por este motivo excluidasde la categoríade nor-
mas penales en blanco.
C) Concepción estricta
Por último, otro sector de la doctrina propugna un concepto estricto de
norma penal en blanco en concordancia con la concepción originaria de esta
clase de normas de Binding (en este sentido, entre otros, Rodríguez Mourullo,
Stampa Braun o Tiedemann). Desde esta perspectiva, únicamente se incluirían
en esta categoría aquellas normas penales en blanco que se han dado en lla-
mar normas penales en blanco en sentido estricto (o propias) con base en una
clasificación en función del rango de la norma de remisión: esto es, las que
remiten a una norma que no tiene rango de ley. Para estos autores, la remisión
a normas con rango de ley por parte de la norma penal respondería también
a meras razones de técnica legislativa.
Esta consideración implica, a su vez,el rechazo a la inclusión dentro de la
categoría de lasnormas penales en blanco de aquellasnormas penales que remi-
ten a preceptos recogidos dentro del propio Código Penal. El empleo de esta
clasede disposiciones trataría de evitaruna reiteración innecesaria,que reverti-
ría en una desmesurada amplitud de los textos legales.Taldivisión responderla
a las mismasrazones técnicas que llevana agrupar reglas comunes a todos los
delitos en la Parte General del Código Penal.
11.2.3. Clasificaciones de norma penal en blanco atendiendo a las
características de la norma penal
Determinadas características de la ley penal permitirían hacer una clasifica-
ción dentro de las propias normas penales en blanco.
.A. Remisiones relativas al supuesto de hecho y a la consecuencia jurídica
Poniendo el acento en la parte del tipo penal que es objeto de determina-
ción por la norma de complemento, puede distinguirse entre remisiones rela-
tivas al supuesto de hecho y a la consecuencia jurídica. Las primeras imponen
la sanción penal y remiten a otra norma para que complemente el supuesto
de hecho. Estas remisiones, pueden afectar a cualquiera de los elementos que
configuran el presupuesto de la norma, tales como el objeto, la conducta, el
sujeto, etcétera.
2. V. Lección 2, 111.2.
 162 INTRODUCCIÓN ALDERECHO PENAL
·llevar~~a<:abq,.d.estª~~p'l~~~1~~~~~s~eijlISl()J1~S:.3~~t<l·q~)8$"f~$q~.P~f!ri.~pd.()S.·P9r-~!'.l:
!lilil"ilr~Ii'IJl~l~H
Estas remisiones relativas al supuesto de hecho son las que habitualmente se
identifican con el concepto de norma penal en blanco. El motivo de ello sería
que -pese a la similitud formal existente entre estas y las remisiones relativas a
la consecuenciajurídica-, los problemas que plantean unas y otras serían dife-
rentes, al no encontrarse afectada en el segundo caso la tipicidad del hecho.
Las remisiones relativas a la consecuenciajurídica responderían únicamente a
razones de mera técnica legislativa con el fin de sintetizar la redacción de los
tipos penales.
El Tribunal Constitucional, sin embargo, en su sentencia 127/1990, de 5 de
julio -que es asumida, entre otras, por la STS 301/1995 de 3 de abril-, considera
normas penales en blanco también aquellas en las que el supuesto de hecho se
encuentra completo y confían a otra norma la determinación de la sanción.
B) Clasificación atendiendo al grado en que la norma penal ha deser
complementada
.A. Las normas penales en blanco se caracterizan por su necesidad de
complemento. Esta necesidad, sin embargo, no es la misma en todos los casos,
pudiendo distinguirse, atendiendo al grado en que el tipo penal debe ser com-
plementado, entre normas penales en blanco que han de ser enteramente com-
plementadas y normas penales en blanco que han de ser parcialmente com-
plementadas. La diferencia entre ellas se encuentra en que, en las primeras, el
legislador penal no define la conducta delictiva quedando, por tanto, la tarea
en manos de la instancia legislativa a que remite la norma penal; en el caso de
las normas penales en blanco que han de ser parcialmente complementadas el
legislador describe en parte la conducta punible y la norma de complemento
conformaría la parte restante del tipo.
B. Por otra parte, puede distinguirse también en función del papel que la
i norma de complemento tiene dentro de la norma penal en blanco. Así, frente
a los supuestos en que el legislador se limita a determinar el objeto de la regu-
I
l·
1I
5. ESTRUCTURA E INTERPRETACIÓN DELANORMA PENAL 163
lación, dejando libertad a la instancia legislativa que ha de dictar la norma de
co~npleIi1ento en cuanto a su contenido (normas penales en blanco generales),
existen supuestos en los que indica, además, cómo tal objeto ha de ser regulado
(normas penales en blanco especiales).
La estructura de las normas penales en blanco generales se plasma en la
siguiente fórmula: «el que contravenga las disposiciones dictadas sobre el obje-
to X será castigado con una pena».
~~;j~~l~~~~í4r~~~1~~~~~~~~~t;~~¡W~~~~g::
:t?fe~tar;1aasist~rjcia~~!i~~~J~~lril~r~e~s~1)léciga
.pára el.sllstei1t(i~~"~u~·d.é~¿~~j~iell(e~,
~'~sf~Í1(ijeiit~~o.:cónyu*#,.·q~~);é'~aJ.le.I1Jl:~.c~sip.d;()s;.·,será·.cas~gad~·,éQn.l~Ii~pen*>C;~)j.\
Las normas penales en blanco especiales establecerían el marco legal para
la norma de complemento indicando, además, el modo en que tal objeto ha de
regularse. Su fórmula sería la siguiente: «el que, en contravención de las dispo-
siciones dictadas sobre el objeto X haga esto o lo otro, será castigado con una
pena».
'1('JlitlllCIIIIB(llf
,'pq~c9~gq~l?~,.a~t?s~:qBe~T!91~~~9, .• ~!1g~IWfilt;~~~ªS()1?n~$\e~QI1()mlCas,,0:JQ$l1l1bJ~I:"~ • . '
'.:á3B~f-g?F?&8lf"q~.:~sg~~~::~;J~;-r~r~e~~i·~h~X:~%lfpí~j~~:P~~St.i~~~:9,:~~,,1,9s':.~~#t~f~Mig~-.·.
;,t?fl?f,:an()~fl~Il~S::~ctIcl.as;·~1~mprt::,y<:ual1?o}a.·~u~ti~~e1o~·;(:~g()s~()a,b?~()S·0IIl.lti~os
':s>.~Jse~dos··exceda,:siIl.:c'QrrlP~D;sadóil'a,ritfuépCaeritr~:en9si~e_240.000.eutos~n<:ada·
/ejercicio:etonóinico»c>': . '. '",.". .:,):; -.. .
C) Clasificación enfunción de la versatilidad de la normadecomplemento:
remisiones estáticas y dinámicas .
Esta distinción afecta a la estabilidad del tenor de la ley desde el momento
en que se produce la remisión a la norma de complemento, y permite distin-
guir entre remisiones estáticas y dinámicas. Puede hablarse dé la existencia de
una remisión estática cuando la norma de remisión que ha de complementar el
tipo penal es la que existía en el momento de inclusión del mismo en el orde-
namiento. Esta forma de remisión impediría que el sentido de la ley penal se
viera afectado por las posteriores reformas que pudiera experimentar la dispo-
sición de complemento.
La remisión se produciría, por tanto, a la versión inicial del precepto en cues-
tión, lo que haría necesaria la identificación del texto legal correspondiente de
que se trate. Tales remisiones podrían satisfacer las funciones de economía legis-
lativa que también se asigna a las remisiones a normas de complemento emana-
das del propio legislador, pero no resultarían compatibles con una función de
flexibilización de los tipos penales que correspondería en exclusivaa las normas
penales en blanco, según un sector de la doctrina.

164
....... L~r:¿rni~i?nés .intetnCls,~~·d~cir;'~q~~ÜasqueSe·~eClÜZari,·. qenÚód~.lapI:op'ia
.peila.l,.?oij~tit·Wrí~ . .~l~PPlI~st<?.d~reTi$i?n. e~tát:isa:p~r.~~fel,~n5iCl;;J?entrod~el1~,uno.
~e.los'p:pcossasos~n·ql1eJ~'~enlisión.119~~'í>roduc~~~~~~.d.~lprop~o9ódig~P~~alovie~
ne d.~d(rpQrel *rt·· 2.l.·tf-ielCl .:Lº 12/W9.[$i~e .C?PtfCl~do,ql1erellllteal~r~.23d,ela
,C§nv~#ción4e' QiI1ebr~:~o1J.r~.a1ta-marcle ,~~de;abtng.~1958.
Se produce una remisión dinámica, en cambio, cuando la norma de comple-
mento es aquella existente en el momento del hecho, con independencia de
que, en el momento de la: inclusión del tipo penal en el ordenamiento, su con-
tenido fuera diferente. El empleo de estas remisiones dinámicas por el legisla-
dor conduce a que cualquier cambio que se produzca en la norma de comple-
mento repercuta también en la propia norma penal, variando su sentido.
Este tipo de remisiones constituyen instrumentos técnicamente idóneos para
la adaptación automática de la norma penal a lo regulado en otras disposiciones,
pudiendo dirigirse tanto a cualquiera de los contenidos que se hayan adaptado
en la formulación de la materia como a los que puedan adoptarse en el futuro
por las normas de complemento. I
:.·.:·Ji~~J~$pio. ·.~){~~IIlh·.:d~: 1.~!#i$iRtl;~i~~.i~~'.~~.~PS}l,~11~r,áeW~1:Cl~t,.·371 . g~6<~i :q~e'
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~i~í~~w~m~~~l~~~~~i~~1#~~\t~~t~~~
·.·.[~::]~·).;·.rcºr~egl~ge,11e.~~.l¡~.s.t~!iP? •.cle.~e.Il11S~0re~.·~.e.·h~Se..·~lJ:lpsG0c:llg?:s.'pe.~~le.~(le~r9r
.' d~fÓrmiiIas",::>L.tales·comó<;eri°·laley»:,~<~n!l.asIeye~>?o(~en)e.Ye.~"y/o-l:'eglarn~Qt9S>}.>' .•....•.....•
,. '. "'" .... "_: '1. ." •• ,.::: ..... , , ,i: .. :, :", :"" '.',,".,: ','~' . ." ..", : ,""..:,.'... :-,.", '. _
11.2.4. Norma penal en blanco y garantías
Pese a la indudable utilidad de esta técnica legislativa, especialmente en lo
que respecta a ámbitos de regulación en constante evolución a los que se ha
hecho referencia en las líneas anteriores, la misma plantea problemas en lo que
respecta a los principios de nuestro ordenamiento.
Las normas penales en blanco resultan problemáticas en relación con el
principio de legalidad, en tanto en cuanto la remisión a normas sin rango de
Ley Orgánica o, en su caso, de ley ordinaria, para complementar el tipo penal,
lleva a que sean otras instancias las que acaben determinando el carácter delic-
tivo de una conducta o el alcance de la misma, sin encontrarse legitimadas para
ello. Tal forma de proceder afecta igualmente a la seguridad jurídica, en tanto
en cuanto, las materias objeto de regulación pueden sufrir frecuentes modifi-
caciones que, por otra parte, pueden no resultar fácilmente accesibles a los ciu-
dadanos por recogerse en regulaciones sectoriales dictadas por instancias legis-
lativas inferiores que operan en el ámbito local o autonómico; ello puede dar
lugar asimismo a que algo que se encuentra prohibido en una parte del terri-
torio nacional -como, por ejemplo, caza una especie determinada-, se encuen-
tre permitido en otra, por los diferentes desarrollos que las autoridades locales
hacen de la Ley de caza a la que a su vez remite el CP en sus arts, 334 y ss.
INTRODUCCIÓN ALDERECHO PENAL
..,","';.:. .." '.....,.., ...'.. ,'"
e-' '.: _ .. '.:' :-', ' ... ".' ,',
rtfI 5. ESTRUCTURA E INTERPRETACIÓN DELANORMA PENAL 165
I
A la vista de estas cuestiones, como ya se señaló en la Lección 23, el Tribunal
ley Constitucional se ha pronunciado en numerosas sentencias acerca de la cons-
I titucionalidad de esta técnica legislativa señalando que la misma se ve garan-
tizada siempre y cuando 1) el reenvío normativo sea expreso y se encuentre
iI
justificado en atención al bien jurídico protegido por la norma penal y la com-
I
'. '. .." ' '..'0 ..
plejid..ad técnica o el carácter c~biante de l~ materia; 2) .Ia.l~r penal, adem~s
de senalar la pena, contenga el nucleo esencial de la prohibición; y 3) sea satis-
fecha la exigencia de certeza o se dé la suficiente concreción para que la con-
ducta calificada como delictiva quede suficientemente precisada con la norma
de complemento, quedando salvaguardada de ese modo la función de garantía
del tipo con la posibilidad de conocimiento de la actuación penalmente con-
minada (v., por todas, SSTC 122/1987, de 14 dejulio; 3/1988, de 21 de enero;
JIj., 127/1990, de 5 de mayo; 111/1993, de 25 de marzo, entre otras). Igualmente
ha señalado que, a pesar de que la CC AA no tienen competencias en materia
penal, las normas emanadas de las mismas son susceptibles de complementar
el tipo penal siempre y cuando respeten las garantías recogidas en el arto 25.1
de la Constitución española y no introduzcan divergencias irrazonables y des-
proporcionadas al fin perseguido respecto al régimenjurídico aplicable a otras
partes del territorio (STC 120/1998, de 15 dejunior',
. m. INTERPRETACIÓN YAPliCACIÓN ANALÓGICA DE lA LEY PENAL
IILl. INTERPRETACIÓN: CONCEPTO y CLASES
o," ,' .. :C;".'" ;-' '., ' .. ' .._..... ,'••, - •.. , .. ......... _.. , -:. ,: _. .:" " - ... " .. ',,".: .." ',- , La interpretación es una actividad necesaria que sirve a la determinación
del sentido así como del contenido de los preceptos penales, siempre dentro
de su sentido literal posible, en estricto respeto del principio de legalidad. Al
tratarse de un acto que lleva a cabo una persona -sea el juez o el estudioso del
Derecho- estará siempre sujeta a una cierta subjetividad, lo cual no puede ser
de otro modo, atendiendo al hecho de que el sentido de los conceptos no es
unívoco y en muy pocas ocasiones habrá una única interpretación posible de
una norma.
El intérprete se encuentra, no obstante, sujeto a límites en su actividad, que
vienen dados por los valores, principios y derechos recogidos en la Constitu-
ción. Más allá de ello, el Título Preliminar del Código Civil (art. 3.1) estable-
ce que «( ... ) las normas se interpretarán según el sentido propio de sus pala-
bras, en relación con el contexto, los antecedentes históricos y legislativos y la
realidad social en el tiempo en el que han de ser aplicadas, atendiendo fun-
damentalmente al espíritu y finalidad de aquéllas (... ) », que primaría sobre
la supuesta voluntad del legislador. Con base en este precepto se reconocen
tradicionalmente diferentes métodos interpretativos que ponen el acento en
diversos aspectos:
A. En atención al intérprete: se distingue entre la interpretacióndoctri-
3. V.Lección 2, II.3.1.B.a.
4. V. Lección 4, II.2.1.D.
 166 INTRODUCCIÓN AL DERECHO PENAL 5. ESTRUCTURA E INTERPRETACIÓN DELANORMA PENAL 167

nal, que sería la que .llevan a cabo los estudiosos del Derecho Penal; lajudicial,
que es la que realiza el aplicador del derecho (juez) para la resolución de un
caso concreto -si tal interpretación emana del Tribunal Supremo y resulta lo
bastante reiterada para sentar jurisprudencia recibe el nombre de interpreta-
ción jurisprudencial-, y la auténtica, que sería la que hace el mismo legislador
en la propia ley.

:::':'::'q?J#~é~~j~~pi?~~~~'~st~tíl:~rp~ Ci.~:~:~~~,!nteq)reta~i?11',<:a.b~;c.it.ar:~j"~tt,~'~2.<1;'¡-elaiivo','
:'~eqpceRW?~~I~Y9~ía;9 .ela~L,2~8,4enieIa<;ión~9il.el:239,: atiIieme-s~lr6bo,conñier~
,~ª ;en)is,;5P~~s:ton'1Iaves falsas.', '," ,. . ','.. " ,,'',' ",: .
B. En atención al método o el criterio empleado por el intérprete: cabe
diferenciar entre la denominada interpretación grartíatical, que es la que
atiende al sentido de las palabras y constituye siempre el primer paso, de cara
a excluir primeramente todo aquello que no encuentra cabida dentro de la
norma.

111.2. ¿QuÉ ES LA ANALOGÍA? DIFERENCIA ENTRE ANALOGÍA E INTERP~TACIÓN

,
¡:
I
! 1
La interpretación sistemática contribuye a desentrañar el sentido de las nor-
i
mas penales atendiendo al contexto o al sistema en que se encuentran inmer-
sas. La interpretación histórica puede resultar relevante, si bien, con frecuen-
cia, el término se mantiene en las sucesivas modificaciones legales, pero su
sentido ha variado debiendo amoldarse a los valores constitucionales (como
ejemplo de ello la doctrina hace referencia a ideas tales como la libertad o la
En este contexto -sobre todo teniendo a la vista la idea de interpretación
extensiva- ha de ponerse de manifiesto la diferencia existente entre interpre-
tación, consistente en la búsqueda del sentido del texto que se encuentre del
sentido literal posible de la norma, y la analogía, que supone la incorporación
de un supuesto no incluido en la ley penal. De este modo, la analogía consiste
en identificar la situación contemplada en una norma con otra situación de
similar fundamento y contenido que, sin embargo, no se encuentra recogida
en la misma.
"",'.·,·'VQíviendQJIObre.lQs·'eje~plos,·"ariteri~f.e~1.cabría:h~War:·~«~iiálo.ií~';sl,~e,~pÜbita·el
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intimidad). Por último, la interpretación teleológica atiende al telos, es decir,
al fin de la norma.

Il1.3. ¿Es LEGÍTIMO EL USO DE LA ANALOGÍA?: DISTINCIÓN ENTRE ANALOGÍA

IN BONAMy ANALOGÍA IN MALAM PARTEM

C. En atención al resultado obtenido cabe hablar de interpretación decla-
rativa, restrictiva o extensiva, en tanto en cuanto se ciña al alcance del precep-
to, lo reduzca o lo amplíe.
El uso de la analogía es, en principio, legítimo, a partir del tenor literal del
arto 4.1 Código Civil que establece que «procederá la aplicación analógica de
las normas cuando éstas no contemplen un supuesto específico, pero regulen
otro semejante entre los que se aprecia identidad de razón». Estas afirmacio-
nes han de verse, no obstante, matizadas en el ámbito penal, en escrupulosa
aplicación del principio de legalidad. Así, existe una prohibición de basar la

I
1,
168 INTRODUCCIÓN ALDERECHO PENAL 169

responsabilidad penal en la analogía in malampartem, es decir, que opera en

_contra del reo. Ello constituye la garantía de que no se aplicará una pena a un
supuesto no previsto en la LeyS.
~~te!~~p4~st9se._<iar(ks~-~-;,~plic~~l~'dI~u~stárrci~_;~~~q~p~e~t~sc~-4~1<1!1::~á,
pa.~fl~gr~y~l~:p,~Il.<ldelhu~rfaIlc)?ria<lopor0tr:0s:fªIP;ili.areS·q~.eqaimuerte\~-~np·.<i~.-.'
··~np$;9C~flPd9s~capliC!a~ld~lj~6:d~,viQl~Ilda-.de·g~fl;~ro . alsllj~t<?',-h()Ill;bÍ'~:oInujer--_;qtle:
"IDflitratare-a~p~eja'w~ci,Ilil1~; -, " - - - ' -- " ,. -. ,
Más allá de ello resulta discutido si cabe aceptar la llamada analogía in bonam
partem o aquella que beneficia al reo. En opinión de un amplio sector doctrinal
y con base en lajurisprudencia del Tribunal Supremo, esta opción se encontra-
ría excluida por mor del arto 4.1 CP, que establece que «las leyes penales no se
aplicarán a casos distintos de los comprendidos expresamente en ellas». En esta
línea apunta asimismo el hecho de que el propio CP recoja de manera expre-
sa en el apartado 7° del arto 21 la posibilidad de aplicar analógicamente las cir-
cunstancias atenuantes -y, por ende, las eximentes incompletas- contempladas
en este precepto, si bien algunos autores consideran que esta clase de analogía
ha de tener una aplicación generalizada. En este sentido, la analogía in bonam
partem constituiría un mecanismo excepcional de integración del Derecho penal
frente a inconsistencias valorativas no previstas ni deseadas por el legislador. En
este sentido, la analogía in bonam partem sería un medio para crear supralegal-
mente causas de justificación, así como causas de exculpación y atenuantes (si
bien no para crear excusas absolutorias). Cabe señalar que, desde esta perspec-
tiva, eljuez podría crear Derecho solamente a partir de la analogía legis-reso-
lución conforme a la regla establecida por una ley para un caso semejante-, sin
resultar posible acudir a la analogía iuris-es decir, según principio extraído del
«espíritu general de la legislación» o de la «equidad natural--.
CUESTIONES
1. ¿Cuál sería la esencia de la norma penal cuando recibe la considera-
ción de norma de valoración?
2. ¿Ycuando se concibe como imperativo?
3. ¿Quiénes son los destinatarios de las normas penales?
4. ¿Cómo se define una norma penal en blanco conforme a una con-
cepción estricta de esta clase de normas?
5. ¿Cómo se define una norma penal en blanco conforme a una con-
cepción intermedia de esta clase de normas?
6. ¿Cómo se define una norma penal en blanco conforme a una con-
cepción amplia de esta clase de normas?
7. ¿Qué diferentes clasificaciones pueden hacerse dentro de las normas
penales en blanco?
8. ¿Qué problemas plantea la técnica legislativa de la ley penal en blanco
y cuáles son los requisitos de constitucionalidad en el empleo de la misma?
9. ¿Cuál es la diferencia entre analogía e interpretación? ¿Cuál o cuáles
de ellas resulta o resultan admisibles en atención al principio de legalidad?
10. ¿Qué clases de interpretaciones existen y en qué consisten?

LECTURAS RECOMENDADAS
CURY, E.; «La ley penal en blanco», Bogotá (Temis), 1988.
DovAL PAIS, A.; «Posibilidades y límites para la formulación de normas pena-
les», Valencia (Tirant lo Blanch), 1999.
GARCÍA-PABLOS DE MOLINA, A.; «Introducción al Derecho Penal», Madrid (Cera-
sa), 2006 (4a ed.), pp. 395 a 455, y 823 a 863.
JIMÉNEZ DE ASÚA, L.; «Tratado de Derecho penal. Tomo II: Filosofía y Ley
penal», Buenos Aires, 1964 (4 a ed.), pp. 311 a 325, y 409 a 531.
SANTÁNA VEGA, D. M.; «El concepto de ley penal en blanco», Buenos Aires (Ad
Hoc) , 2000.

5. v Lección 2, 1I.3.3.