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El índice metropolitano de calidad del aire (IMECA) fue creado con las finalidad de que la
población en general comprenda los niveles de contaminación existentes en el aire. Esto a
través de la implementación de una escala igual para todos los contaminantes según su
capacidad de ocasionar molestias al ser humano.
Las partÃculas pueden tener un origen natural o bien formarse por reacciones
fotoquÃmicas en la atmósfera. Estas últimas pueden estar constituidas por
sulfatos y nitratos (y sus ácidos correspondientes), por metales pesados o por
carbón orgánico, entre otros elementos. El origen de los aerosoles y partÃ-
culas puede deberse a la emisión de polvos, gases y vapores provenientes de
vehÃculos automotores y fábricas; asimismo, se pueden formar en la
atmósfera a partir de gases y vapores producidos por alguno de los siguientes
procesos: reacciones quÃmicas entre contaminantes gaseosos; reacciones quÃ-
micas entre contaminantes gaseosos en la superficie de partÃculas ya existentes;
aglomeración de aerosoles; o reacciones fotoquÃmicas en las que intervienen
compuestos orgánicos.
Con base en sus inventarios desagregados es posible aseverar que dentro del
sector transporte los vehÃculos particulares son la fuente de emisión de
contaminantes más importante en estos centros urbanos, reflejando con ello la
importancia que tiene la aplicación de programas para mejorar y ampliar el
transporte masivo no contaminante y la necesidad de instrumentar programas de
verificación vehicular como medio de reducir sus emisiones.
Ciudad de México
Más que en ninguna otra ciudad del paÃs, con frecuencia la gente se pregunta
aquà si la calidad del aire ha mejorado o empeorado. Quizás por la falta de
credibilidad en los programas gubernamentales, por la aplicación ocasional del
plan de contingencias y por la evidencia cotidiana de no ver el cielo azul, existe
en mucha gente la percepción de que las cosas están cada vez peor y que no
han funcionado las medidas y programas de control aplicadas en el pasado.
Es interesante notar que el año de 1998 fue especialmente malo por las
condiciones de extrema sequÃa durante el primer semestre, acompañadas de
incendios forestales que afectaron la calidad del aire de varias ciudades del paÃs.
Aun considerando los últimos dos años (los mejores registrados), las partÃ-
culas PM10 son un problema serio que impone riesgos significativos en la salud
de los habitantes de la capital.
Otras ciudades
En Ciudad Juárez, el principal problema también son las PM10, las cuales
rebasan la norma entre el 15 y 30 por ciento de los dÃas del año, mientras que
el monóxido de carbono un tres por ciento de los dÃas. Tanto en Ciudad
Juárez como en Tijuana, los niveles más elevados de CO se presentan en las
inmediaciones de los puentes fronterizos debido a las largas filas de vehÃculos
que se forman y a que muchas de estas unidades se encuentran en un estado
mecánico muy malo.
Actualmente el SO2 en muy raras ocasiones excede la norma de calidad del aire
en las grandes zonas urbanas, aunque sà lo hace en las que aún se consume
combustible con alto contenido de azufre (combustóleo), como en muchas
plantas de generación de electricidad y zonas con instalaciones para la
refinación de petróleo.
Sin embargo, las tendencias actuales señalan que para ese año podrÃan estar
circulando en la Ciudad de México cinco millones de vehÃculos y para el
2010 alrededor de seis y medio millones, por lo que el congestionamiento, el
consumo de combustible y los kilómetros recorridos serán cada vez mayores,
factores todos ellos que generan más contaminación.
Por este motivo, aun completando los esfuerzos e inversiones arriba señalados,
no será suficiente para tener un aire limpio en la ciudad. Seguirá habiendo
millones de personas en riesgo por exposición a niveles de ozono y partÃculas
que estarán todavÃa lejos de lo recomendado desde el punto de vista de salud.
Resulta necesario hacer un planteamiento más profundo, que vaya a las raÃces
del problema para que de esa forma se pueda alcanzar verdaderamente un nivel
de sustentabilidad en materia de calidad del aire.
Patrones de movilidad
Se sabe que más del 50 por ciento de individuos que usan el transporte público
tienen que realizar por lo menos un cambio entre diferentes medios de transporte;
y que por lo menos el 25 por ciento de los usuarios pasa cuatro o más horas por
dÃa desplazándose por la ciudad. Por estos motivos debe detenerse la
construcción de vivienda de interés social y residencial en la periferia de las
zonas urbanas y emprender programas de redensificación de las zonas centrales.
Estos programas debieran ir acompañados de una revisión y adecuación del
impuesto predial para que otorgue un trato preferencial, en términos relativos a
aquellas viviendas localizadas en zonas centrales.
La sustentabilidad de nuestras
ciudades requiere de un nuevo
planteamiento en las polÃticas de
desarrollo urbano, transporte,
energéticas y fiscales. Cada vez
más se vislumbra la sustitución
de máquinas de combustión
interna por otras que no requieren el
uso de combustibles fósiles, por lo
que el desarrollo de combustibles
alternos más limpios y otras
fuentes de energÃa, como la solar,
la eólica y otras, continuará siendo una de las prioridades que deberán
incluirse explÃcitamente en las agendas ambiental y energética. En un sentido
más amplio, es un requisito indispensable el que los diferentes sectores integren
su visión y polÃticas, y que en el desarrollo y ejecución de las mismas
contemplen el cuidado de la calidad del aire local, regional y global.