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ELhechoeducativo Algunasmiradasposibles VTaylor
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Estas temáticas, de carácter permanente, deben ser asumidas por cada política
educativa desde la propia configuración històrica como comunidad, incluyendo la
consideración de la función crìtica de la F. de la E. acerca de la totalidad y diversidad del
saber pedagógico, crìtica que incluirà el análisis de la estructura de los conocimientos que
lo integran, las condiciones de validez de los mismos, su alcance, y una ponderación del
vocabulario que se da en los discursos pedagógicos, caracterizado por su polivancia,
ambigüedad, y con presencia de extrapolaciones de otros campos disciplinares.
2º MIRADA: LA PEDAGOGÍA.
La Pedagogía suele ser definida como la disciplina que tiene por objeto el estudio
del problema de la educación en todos sus aspectos. Su caracterìstica distintiva reside en
que no se la puede definir con rigor, ya que el saber pedagógico tiene algo de ciencia
empírica y algo de técnica, algo de filosofìa y algo de arte.
Si recurrimos a la etimología, encontraremos que los vocablos griegos paidòs (niño,
muchacho) y ago (conducir, guiar), definen a la pedagogía como el acto de guiar a los
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Formal en cuanto a forma, lo que hace que algo sea lo que es. En este caso, se refiere al fin como el aspecto
que hace que la educación sea lo que es, y no otra cosa.
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El fin de la educación es el hombre educado, el sujeto en cuanto ha adquirido una nueva forma de ser: la
formalizaciòn ètica de su personalidad. (aquì uso el concepto de formalizaciòn en el mismo sentido que
expliquè en la nota al pie anterior).
jóvenes. ¿Hacia dònde? Para responder a èsto, los griegos utilizaban la palabra paideia, con
la que identificaban al proceso integral de la formación cultural del hombre, a la educación
en su pleno sentido formativo.3 Estas afirmaciones deberìan llevarnos a la convicción de
una necesidad del hombre: la formación humana en cuanto interpretación del mundo,
descubrimiento del sentido de la vida.
Esta acepción del tèrmino pedagogía fue aplicada por primera vez por Ernesto
Trapp, quien en 1780 publicò en Alemania su Ensayo de una Pedagogía, y se difundiò
durante el siglo XIX: en 18º3 Kant publica su Tratado de Pedagogía y en 1806 Herbart su
Pedagogía general deducida del fin de la educación. A partir de allì, esta significación se
extiende a casi todos los paìses europeos y de América Latina, a diferencia de los paìses de
habla inglesa, en los que prevalece la denominación de Ciencia de la Educación.
Esta forma de entender la Pedagogía sostiene que la misión de la educación no es
sòlo transmitir conocimientos, sino sobre todo afinar la conciencia para poder escuchar las
exigencias inherentes a cada situación particular en que el hombre se encuentre. Se trata de
una educación para la responsabilidad, para negarse a rendirse al conformismo y al
totalitarismo, para ser libre y capaz de discernir (distinguir, juzgar y decidir). De lo que se
trata es de acompañar al educando en su búsqueda de sentidos, pero es èl quien debe
encontrarlos, ya que dárselos serìa “moralizar”, y no es esa nuestra tarea. No nos
corresponde tomar las decisiones por nuestros alumnos, sino orientarlos e instruirlos acerca
de còmo y por què tomar la propia decisión, dejándolos que den solos el ùltimo paso: el
desarrollo de la propia actitud personal ante la vida.
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Algunos autores, como Roque Ludojosky, prefieren utilizar el tèrmino antropogogìa para no reducir la
acepción del hecho educativo a una edad en particular (los niños) y extenderla a la consideración de la
educación durante todas las edades del hombre.
toda la realidad, constituyò una opciòn ideológica reductivista y falsa, al desconocer la
singularidad de los fenómenos sociales y humanos. Esta reducción se manifestò en dos
hechos:
Se reservò la denominación de Ciencia de la Educación para el estudio
teórico del problema de la educación;
Se redujo el campo de la Pedagogía al de la tecnología para la solución
pràctica del problema de la instrucciòn, a la obtención de normas y reglas de
procedimiento.
La consecuencia de estos dos hechos fue la ruptura entre teoría y praxis en un
primer momento, y, en un segundo momento el abandono de la teoría a favor de la
exclusividad de la praxis (con lo que el problema educativo se convirtió en una cuestión de
medios).
La Ciencia de la Educación ha abandonado la preocupación central de la Pedagogía
–formar para el descubrimiento del sentido de la vida- y se ha empeñado en resolver otros
problemas de los cuales el prioritario parece ser la organización de la instrucción. Su
orientación es, por lo tanto, pragmática: la formación del hombre como ciudadano y
consumidor. La consecuencia es un debilitamiento de la personalidad del niño, con la
pèrdida del sentido de la vida, lo que obstaculiza el desarrollo de una conducta cultural
dinámica: lo vuelve acrìtico, conformista, pasivo, receptivo. La pèrdida del sentido de la
vida hunde al hombre en el vacìo existencial y lo caracteriza por la desorientación, la
superficialidad, la incapacidad para descubrir y encarnar valores, el hastìo...