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Publicación del Instituto de Geografía

El principal objetivo de Huellas es socializar y


Directora: Dra. María Eugenia Comerci difundir la producción, actividades y contribucio-
nes de los integrantes del Instituto y el Departa-
mento de Geografía de la Universidad Nacional
Periodicidad de la Revista Huellas de La Pampa y de otras unidades académicas
Edición Anual del Instituto de Geografía de la nacionales e internacionales. Los temas aborda-
UNLPam, hasta el presente volumen. Desde el dos reflejan diversas perspectivas de los estu-
año 2017, Huellas será bianual con dos números dios geográficos y socio-territoriales. El destino
por volumen. de la publicación es la divulgación en la comuni-
dad científica y en la sociedad civil, pretendien-
Publicación de acceso libre con Referato do llegar a todos sus estamentos. Los trabajos
Externo publicados en la revista son originales y no pre-
sentados simultáneamente en otra publicación.
Instituto de Geografía Constituyen el resultado de investigaciones par-
Directora: Mgs. Beatriz Dillon ciales o finales que abordan interrogantes teóri-
Cnel. Gil 353, 3º piso co-metodológicos, experiencias de enseñanza-
(6300), Santa Rosa, La Pampa aprendizaje, valiosos documentos que permiten
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Universidad Nacional de La Pampa tribuciones no representan necesariamente la
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Ramiro Rodríguez Carámbula Huellas ha sido evaluada en los años 2004 y
2014 por el CAICYT (CONICET) como nivel Figu-
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La Pampa (mayo de 2015) de América Latina, El Caribe, España y Portugal y
Foto: gentileza de María Eugenia Comerci ha sido evaluada por CIRC (Clasificación Integra-
da de Revistas Científicas). Indizada en el portal
de la red Iberoamericana de Innovación y Conoci-
miento Científico y en Fuente Académica Premier
EBSCO HOST. Se está tramitando la indización
en el Núcleo Básico de Revistas Tecnológicas Ar-
gentinas (CONICET). MIAR (Matriz de Informa-
ción para el análisis de revistas): ICDC: 6,3.

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N°20 | Año 2016


ISSN 0329-0573 (impresa) | ISSN 2362-5643 (en línea)
DOI: http://dx.doi.org/10.19137/huellas-2016-2001
N° 20 | Año 2016

20 n°
revista
ISSN 2362-5643 (en línea)
ISSN 0329-0573 (impresa)

HUELLAS

Publicación del Instituto de Geografía


Facultad de Ciencias Humanas - UNLPam
Consejo Editorial Revista HUELLAS

Directora:
Dra. María Eugenia Comerci
Universidad Nacional de La Pampa (Universidad Nacional de La Pampa/CONICET, Argentina)
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Rector: CPN Sergio A. BAUDINO Prof. María del Carmen Labey (Universidad Nac. de La Pampa, Argentina)
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y Planeamiento Institucional: Mg. Fernando A. CASAL Dr. Eduardo Castro (Universidad Nacional de La Pampa)
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MARTÍNEZ MONTALVO Dra. Natalia Lopez Castro (Universidad Nacional de Quilmes/CONICET)
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Mg. Daila Pombo (Universidad Nacional de La Pampa)

Comité Académico *

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Mg. Beatríz Dillon (Universidad Nacional de La Pampa)
Secretario Administrativo: CPN. Martín Alejandro USSEI Dr. Hector Dupuy (Universidad Nacional de La Plata)
Secretaria de Dr. Rogelio Haesbaert. (Universidad Federal Flumiense, Brasil)
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Investigación y Posgrado: Dra. Paula LAGUARDA
Buenos Aires/CONICET)
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Dra. Mabel Manzanal (Universidad de Buenos Aires/CONICET)
Dra. Norma Medus (Universidad Nacional de La Pampa)
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Dr. Antonio Moreno Jiménez (Universidad Complutense de Madrid, España)
EdUNLPam Dr. Osvaldo Morina (Universidad Nacional de Luján)
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Presidente: Dra. Ana María T. Rodríguez Dra. Claudia Nátenzon (Universidad de Buenos Aires)
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Consejo Editor de EdUNLPam: Ramiro Rodríguez Dra. Stella Maris Shmite (Universidad Nacional de La Pampa)
María Ester Folco Mgr. Omar Tobío, (Universidad Nacional de San Martín)
María Silvia Di LiScia Dr. Freddy Ordoñez (Universidad Nacional de Colombia)
Santiago Audisio Lic. Patricia Pintos (Universidad Nacional de La Plata/CONICET)
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Liliana Canpagno
Dra. Claudia Alejandra Troncoso (Universidad de Buenos Aires/CONICET)
Celia Rabotnikkof
Dr. Guillermo Velázquez (Universidad Nacional del Centro/CONICET)
Edhit Alvarellos
Dra. Viviana Zenobi (Universidad Nacional de Luján)
Rubén Pizarro Dra. Perla Zusman (Universidad de Buenos Aires/CONICET)
Mónica Boeris
Griselda Cistac * Todas las instituciones mencionadas, a menos que se indique lo contrario, son de Argentina.
Índice

Presentación...................................................... 7 7. Dinámica socio espacial de los Balcanes.


Una mirada geográfica de su historia
ARTÍCULOS María Belén Kraser.................................. 144
1. Reflexiones sobre los frentes de agua en 8. El abordaje del avance de la frontera
el contexto de las intervenciones urbanas agrícola desde la mirada de dos libros de
Eduardo Julio Garriz y texto de educación secundaria
Romina Valeria Schroeder......................... 17 Melina Ivana Acosta................................. 163
2. Tipología de áreas de influencia de los 9. Dinámicas socio-económicas del agro
Centros de Atención Primaria de Salud en pampeano actual y espacios locales: una
la ciudad de Luján, Provincia de Buenos propuesta de análisis
Aires, Argentina
Estefanía Hüter........................................ 187
Gustavo Daniel Buzai................................ 35
10. Las diversas concepciones sobre el
3. Grandes sistemas técnicos y espacio espacio rural: un estudio de caso sobre
geográfico. Revisión de posturas y las repercusiones de la geografía escolar
articulaciones conceptuales en educación secundaria
Adriano Daniel Furlan................................ 57 Diego García Monteagudo....................... 209
4. Procesos de ocupación y construcción RESEÑAS BIBLIOGRÁFICAS....................... 231
del espacio rural pampeano: el caso del
partido de Patagones RESEÑAS DE TESIS.................................... 239
Julia Inés Gabella y
Alicia María Campo................................... 79 DIÁLOGOS.................................................... 249

5. Capacidad competitiva y dinamismo en NOTICIAS...................................................... 257


la horticultura de La Plata interpretada
desde el enfoque basado en los
aglomerados de empresas
Matías García.......................................... 100

6. Caracterización de la agricultura de
proximidad al área metropolitana de
Santa Rosa-Toay (La Pampa, Argentina):
aportes para la discusión sobre
soberanía alimentaria
Pablo Valentín Ermini, Beatriz Giobellina
y Andrés Barsky....................................... 125
Presentación

Los inicios de Huellas1

A utoridades, colegas, amigos, Stella Shmite y María Eugenia Comerci,


que dirigiera y dirige Huellas, respectivamente... hoy nos volvemos
a reunir para hablar de nuestros trabajos, su difusión… como hace veinte
años. Esta vez no para planificar la actividad que en su postulación para ser
Directora del Instituto de Geografía hiciera Mabel Tourn, allá por 1996:
hacer, publicar una revista de Geografía que permitiera que los trabajos
productos de investigaciones, análisis, visualización de realidades de La
Pampa salieran de los cajones de los escritorios y se conocieran en una
revista propia del Instituto y la Facultad. Esta vez es para recordar y ver
como pasamos de una revista artesanal a las imprentas y al mundo virtual.
Yo les contaré sobre los inicios de Huellas, la Revista del Instituto de Geo-
grafía de la Universidad Nacional de La Pampa. Dirigí trece números de
ella y una edición especial, primero como directora de la revista y luego
como tal y directora del Instituto.

Repaso por los veinte años de la Revista Huellas.


Foto: gentileza de Beatriz Dillon (2016)

1 Presentación realizada por la Dra. Norma Medus en la conferencia de cierre de las 5tas Jor-
nadas de Geografía, Docencia e Investigación, llevadas a cabo en el mes de octubre de 2016
en la Facultad de Ciencias Humanas (UNLPam).

Huellas n° 20 (2016) | Presentación 7


Mediados los ’90, para nosotros investigar era como un hobby…lo ha-
cíamos por gusto y necesidad de aprender y aplicar conocimientos nuevos.
Eran tiempos de recursos escasos en la Universidad de La Pampa. No ha-
bían pasado muchos años de la nacionalización y nosotros y la Facultad
misma, éramos un continuom de formación. Formarnos, actualizarnos,
adentrarnos a los nuevos paradigmas y eso se hacía aplicando lo que en
seminarios en otras Universidades incorporábamos. De allí, trabajos inédi-
tos. Íbamos hacia ellos, los cursos de postgrado en Mendoza, por ejemplo,
y venían a nosotros colegas a impartirlos en nuestra sede. Siempre trabajos
inéditos salvo los que llevábamos a Congresos, nacionales e internacio-
nales. Muchos quedaban en nosotros, algunos distribuidos en un sistema
de duplicación que se conocía como “publicaciones internas”, respaldados
por el Consejo Directivo. Cuando digo nosotros, me refiero a los compañe-
ros del Departamento de Geografía en general.
La decisión de las autoridades de la Facultad de apoyar hasta dónde
se pudiera la generación de publicaciones periódicas desde los Institutos
que comenzaron a organizarse implicó un modesto monto de dinero que
permitiría financiar actividades. Es así como decidimos usar los recursos
asignados en un curso de postgrado que nos sirviera a todos en el Departa-
mento, y hacer una publicación periódica. Pero no nos alcanzaba el presu-
puesto asignado y definimos hacerla nosotros. Allí me pide Mabel “hacela
vos que tenés algo de experiencia”, experiencia que había hecho tratando
con imprenteros en mi trabajo en la Subsecretaría de Cultura. Y de revistas
científicas, …nada de experiencia. Definido eso, indagamos, pedimos con-
sejos y consideramos el nombre. Surgió Huellas. Mabel, en la presentación
de la primera, en la página 7, explica el por qué de su elección y dice:

La intención que nos guía al iniciar esta publicación tiene mucho que ver
con el nombre que hemos elegido para ella. La huella es la vía de entrada,
de conocimiento y exploración de un territorio. La impulsa una actitud
abierta que busca nuevos ámbitos, otros horizontes y, sobre todo, a quie-
nes quieran incorporarse a la marcha. Como toda huella, seguramente no
será de tránsito fácil, y el avance se hará a veces lento y dificultoso, pero
esperamos convertirla, de a poco, en un camino consolidado. Este intento
nace además con un nombre bien pampeano, en la certeza de que estamos
hechos de tiempo y espacio, y de que los vínculos con los lugares y con la
historia nos construyen cotidianamente”.

Así apareció el Número 1, ya era 1997, de 72 páginas, con tres trabajos


que teníamos hechos y mandamos a referato. Eran de Mabel Tourn, Irene
M. de Errecalde y de mi autoría; dos reseñas de publicaciones nuevas, una

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de María Regina Covas y otra mía, y el anuncio de eventos científicos
próximos. Fue un trabajo artesanal, hecho en mi casa, con mi computadora,
los consejos de cómo armar lo que entonces llamaban el mono, es decir
una hoja tamaño oficio, a doble faz, donde cada mitad era una página de
revista, no consecutiva. Se armaba un cuadernillo falso con los números
de página y los párrafos que iban en cada una y se recuadraba, insertaban
mapas. Sólo recuerdo dos cosas: primera, era una verdadera complicación
para quién no era diseñadora gráfica y no tenía programas de diagramación
y edición. Segunda, al terminar… una enorme satisfacción, por un logro
simple, humilde, que contenía lo que era parte de nuestra tarea en Geogra-
fía Aplicada. Se multiplicaban los cuadernillos por un sistema de copia, en
la imprenta de la UNLPam primero y Nexo Di Nápoli después. En ella se
compaginaba y pegaban la tapa.
La tapa… diseño e impresión de Nexo, autor de la misma, Facundo
Di Nápoli, diseñador gráfico recién recibido. Asesor integral, Ricardo Di
Nápoli, el apreciado Ruso Di Nápoli, experto en estas cosas. Me dijo:
“jugate el dinero que te den en la tapa, es lo que primero llega al lector,
es la carta de presentación”. La primera foto de tapa surge del campo
de Irene Martínez de Errecalde. La repetimos por mucho tiempo y des-
pués la fuimos variando hasta que cambia el diseño, pero no las huellas
pampeanas, que es como un sello de identidad que se mantiene. Desde
la número cinco a la número doce se imprimen y compaginan en Nexo.
Después, se firma convenio con la Editorial Miño y Dávila, cambia el
estilo pero mejora la distribución y la tarea del responsable de la direc-
ción. Ya se van incorporando trabajos externos, integrantes del comité
editorial y evaluadores de Universidades Nacionales e Internacionales y
se había logrado la categorización Nivel Uno del CAICYT (CONICET).
En este camino, crecimos en secciones, tal el caso del rescate de lugares
y documentos históricos reseñados por algún colega del Departamento;
Reflexiones Geográficas (teoría esencialmente), mejora de las normas de
publicación.
Yo fui responsable de la Nº 1 a la Nº 12 más un número especial de
Geografía de Género, rescatando tres trabajos presentados en las V Jorna-
das de Historia de las Mujeres y Estudios de Género. Tuvimos canje con
Universidades Nacionales e Internacionales. Lo que nos llegó del país así
como del exterior, fue enviado a la Hemeroteca de la UNLPam. También,
se entregaron ejemplares a todas las Bibliotecas Populares de la Provincia
por intermedio de la entrega anual de libros de la Subsecretaría de Cultura.
Deseábamos que las escuelas tuvieran el material pampeano producido por
pampeanos.

Huellas n° 20 (2016) | Presentación 9


En esta bella experiencia tengo mucho por agradecer: a los compañe-
ros de las imprentas oficiales de la UNLPam, del Poder Legislativo y del
Poder Ejecutivo de La Pampa. Sintetizo en el nombre de los Di Nápoli y
su imprenta Nexo, porque serían muchos por nombrar, mi agradecimiento
a la generosidad de todos aquellos que nos socorrieron en cosas sencillas
para ellos, un mundo para nosotros. A Marta Alesso que indagó en CO-
NICET cómo debíamos presentar nuestras revistas para categorizar, a las
colegas del Departamento de Inglés que tradujeron abstract, Cielo Fer-
nández y Mariela Eliggi; al colega Dr. Adiano Bothelo, de la USPI, que
colaboró cuando con la mirada en el Mercosur incorporamos el resumen
en portugués, a los colegas, mis compañeros de esta Casa, sus autoridades
y siempre, a la brisa fresca que aportaron los alumnos, colaboradores in-
condicionales.
Para cerrar los recuerdos de los inicios de Huellas, voy a releer algo que
incorporé en la Nº 2… extraído de Trabajar Mapas de María Victoria Cor-
beró…Porque ¿qué somos los geógrafos sin un mapa, un lugar, un sendero
–huella– por el que caminar? Dice así:

Hoy, que vemos la necesidad de la interdisciplinariedad, podemos afirmar


que el mapa fue el primer instrumento que aunó voluntades de mercade-
res, investigadores, viajeros y curiosos alrededor de una realidad que no
era transportable en zurrones y maletas (…) entra, pues, en los mapas con
espíritu inquieto, con ganas de saber y voluntad de trabajo (…) si perseve-
ras y llegas al final, podrás afirmar, como el poeta Machado en Proverbios
y Cantares …y al volver la vista atrás se ve la senda que nunca se ha de
volver a pisar.

Es la huella que hicimos y yo no volveré a transitar, pero Ustedes sí, y


la prolongarán. Muchas gracias.

Dra. Norma Medus


Ex directora de la Revista Huellas

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Breve introducción al volumen 20

E
l Equipo Editorial está reconfortado por presentar el volumen 20
de la Revista Huellas que, en esta oportunidad, cumple veinte años
de producción, edición y publicación de investigaciones científicas
de Geografía y demás Ciencias Sociales. Desde el primer número, impul-
sado por el imperioso trabajo de la Dra. Norma Medus en 1996, y luego
continuado por la Dra. Stella Maris Shmite, se ha sostenido el compromiso
desde el Instituto y el Departamento de Geografía en difundir las investiga-
ciones y socializar la producción generada en el ámbito académico.

Algunos de los volúmenes de Huellas publicados.


Foto: gentileza: M. Eugenia Comerci (2016)

A pesar de los obstáculos económicos en los primeros años de gestión,


la revista Huellas siempre mantuvo su tirada anual, ampliando el número
de ejemplares, la cantidad de artículos, el número de secciones y la temáti-
ca de estudio con el transcurso de los años. Los primeros ejemplares conta-
ban con avances de investigaciones de los docentes de la Carrera y se refe-
rían exclusivamente a problemáticas geográficas locales y regionales. Con
posterioridad creció el abanico de trabajos publicados, así como también

Huellas n° 20 (2016) | Presentación 11


la diversidad de autores, no exclusivos de esta casa de estudios, llegando a
publicar hasta quince artículos por número con aportes de investigadores
internacionales y evaluación externa con método doble ciego.
El Equipo Editorial y el Comité Académico se fueron renovando y ac-
tualmente contamos con más de treinta prestigiosos investigadores en el
mundo, pertenecientes a Universidades Públicas y al CONICET que res-
paldan nuestro trabajo y le otorgan calidad. La renovación de la revista
también implicó la generación de un nuevo diseño que mantiene la identi-
dad de la Huellas de los primeros años, pero que comparte rasgos comunes
con las demás revistas “hermanas” de la Facultad de Ciencias Humanas.
Nos enorgullecemos en la sea la Universidad Nacional de La Pampa, a
través de la Editorial EDUNLPam, la encargada de realizar el proceso de
diseño y publicación e impresión, desde el año 2014, de todas las revistas
de la Universidad. Asimismo, en ese año en que se tramitaron las ISSN en
línea y se creó la página de la revista en el sistema de acceso abierto, todas
las secciones de Huellas inician se suben, evalúan y descargas desde el
portal de la Universidad. De modo que se democratizó el acceso a la revista
y su alcance.
En ese camino, estamos sometiendo a la revista a las indizadoras reali-
zando modificaciones a fin de adaptarla, sin perder su esencia, a los requisi-
tos exigidos. En este marco, se ha decidido que éste será el último volumen
anual y, partir de 2017, se publicarán dos números por volumen.
A pesar de los cambios realizados en esta trayectoria, conservamos la
inquietud que nos movilizó a iniciar este proyecto hoy hecho realidad, que
tiene mucho que ver con el nombre de la revista. Las huellas, esos caminos
de entrada, irregulares, borrosos, a menudo, arenosos y pedregosos, que nos
incitan a explorar rutas de conocimientos geográficos y sociales múltiples.
Creemos que es fundamental que las investigaciones encuentren desafíos
a los poderes y hagan visible el sobre-cruzamiento de opiniones. Como
señala Leyva Solano (2015) se necesitan investigaciones que generen pro-
ducción y circulación de saberes múltiples, que establezcan diálogos con
otras disciplinas y con saberes autóctonos. Así el conocimiento, al ponerse
en el centro del debate sobre la capacidad de reflexionar las experiencias
vividas, se orienta a la acción y se hace socialmente productivo.
En este volumen de Huellas, contamos con diez artículos nacionales e in-
ternacionales que tratan diversas problemáticas socio-territoriales desde dis-
tintos abordajes teórico-metodológicos. El primer artículo reflexiona sobre
los frentes de agua en el contexto de las intervenciones urbanas y es elabora-
do por Eduardo Julio Garriz y Romina Valeria Schroeder. Un segundo traba-
jo, de Gustavo Daniel Buzai, construye una tipología de áreas de influencia

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de los centros de salud en la ciudad de Luján con métodos cuantitativos uti-
lizados a través de los Sistemas de Información Geográfica.
El tercer artículo, Adriano Daniel Furlan, aborda la categoría de “gran-
des sistemas técnicos” y propone claves analíticas para analizar del espacio
geográfico actual. Julia Inés Gabella y Alicia María Campo trabajan en tor-
no a los procesos de ocupación y construcción del espacio rural pampeano
en el partido de Patagones.
Matías García, en el quinto artículo, propone analizar la capacidad com-
petitiva y el dinamismo en la horticultura de La Plata, utilizando en el enfoque
basado en los aglomerados de empresas. Otro trabajo realizado por Pablo Va-
lentín Ermini, Beatriz Giobellina y Andrés Barsky caracteriza a la agricultura
próxima al área metropolitana de Santa Rosa-Toay (La Pampa, Argentina) y
genera discusión en torno a su aporte a la soberanía alimentaria.
En el séptimo artículo María Belén Kraser indaga en torno a la diná-
mica socio espacial de los Balcanes, desde una mirada geográfica de su
pasado. Asimismo Melina Ivana Acosta, aborda el avance de la frontera
agrícola desde la perspectiva de dos libros de texto de educación secunda-
ria, mientras que Estefanía Hüter esboza las dinámicas socio-territoriales
del agro pampeano actual y genera una propuesta para el análisis de su
incidencia económica en los espacios locales. Finalmente, Diego García
Monteagudo, reflexiona en torno a las diversas concepciones sobre el espa-
cio rural a través del abordaje con mapas mentales generados en el marco
de la educación secundaria.
Además de los mencionados artículos, acompañan este volumen cuatro
secciones. En la sección reseña bibliográfica se presentan dos libros, uno
referido a la educación desde la perspectiva de género y otro al mundo chaca-
rero y las transformaciones socio-productivas. En la sección reseña de tesis
se sintetizan los resultados de dos tesis de posgrado: una tesis doctoral de la
antropóloga Daniela Noemí Bassa referida a la “pampeanidad” y otra tesis de
especialización sobre la variabilidad de las precipitaciones en la región pam-
peana, de Federico Ferrelli y Vanina Solange Aliaga. En la sección diálogos,
Leticia García y Beatriz Cossio realizan una reflexión sobre el Encuentro: la
ciudad que habitamos, la cuidad que queremos, realizado en 2015 en esta
casa de estudios. Finalmente la sección noticias brinda información sobre los
próximos eventos científicos de Geografía a realizarse en la región.

Dra. María Eugenia Comerci


Directora Revista Huellas
Facultad de Ciencias Humanas - UNLPam

Huellas n° 20 (2016) | Presentación 13


Artículos
sección
Artículo

1
Reflexiones sobre los frentes de agua
en el contexto de las intervenciones
urbanas

Eduardo Julio Garriz1 y Romina Valeria Schroeder2


Dpto. de Geografía y Turismo – Universidad Nacional del Sur
Fac. de Humanidades, Dpto. de Geografía – Universidad Nac. del Comahue

@ [ ejgarriz@gmail.com ] | [ roschroeder@hotmail.com ]

Fecha de recepción: 24/01/16


Fecha de aprobación: 22/08/16

Cita sugerida: Garriz, E. y Schroeder, R. (2016). Reflexiones sobre los frentes de agua
en el contexto de intervenciones urbanas. Revista Huellas Nº 20, Instituto de Geogra-
fía, EdUNLPam: Santa Rosa. Recuperado a partir de: http://cerac.unlpam.edu.ar/
index.php/huellas

DOI: http://dx.doi.org/10.19137/huellas-2016-2002

Resumen
El presente trabajo reflexiona sobre la problemática de los frentes de agua,
vinculada a procesos de revitalización urbana. La metodología plantea la
búsqueda de bibliografía general y específica a fin de confrontar distintas
perspectivas de estudio, teniendo en cuenta: los cambios que se fueron
produciendo a lo largo del tiempo y los impactos sobre la organización y
dinámica del espacio que conllevaron; las problemáticas (sociales, econó-
micas) que se observan y las formas de articulación, principalmente, entre
las políticas urbanas y los agentes que accionan sobre estos espacios. En
líneas generales, los frentes de agua presentan complejidades al momen-
to de su estudio debido a las fuertes diferenciaciones en sus condiciones
naturales y, también, a partir de las acciones sobre ellos propuestas. Las
grandes intervenciones se han volcado, en general, a replicar un modelo
de intervención que se identifica con una cierta exclusividad en cuanto a
su uso, asociada a la creación de nuevos espacios de consumo. La política
urbana asume una función de suma importancia dado que debe ser flexible
pero a la vez crear normativas e instrumentos que permitan regular el
mercado, procurando intervenciones que no solo pasen por el costo/bene-

1 Lic. en Geografía. Profesor Adjunto Ordinario con dedicación exclusiva en la Asignatura


Geografía Urbana, con extensión al Seminario: La Estructuración del Espacio Urbano y Se-
minario: Organización y Ordenamiento del Espacio Urbano y Regional. Docente Investigador
desde 1993. Miembro del Centro de Investigaciones Urbano Regionales (CIUR Estudios Te-
rritoriales). Maestrando en el Postgrado: Desarrollo y Gestión Territorial - UNS.
2 Dra. En Geografía; Lic. En Turismo. Docente Investigadora – Asistente de Investigación en
CIUR Estudios Territoriales, Universidad Nacional del Sur. Ayudante de docencia en la ma-
teria Introducción a la Geografía, Universidad Nacional del Comahue. Becaria CONICET
2008-2011. Becaria Programa ERASMUS Mundus Action 2 EADIC II, en la Universität
Graz, Institut für Geographie und Raumforschung, Graz – Austria, periodo 2011-2012.

Huellas n° 20 (2016) | Reflexiones sobre los frentes de agua en el contexto de las intervenciones urbanas (pp. 17-34) 17
ficio, en términos económicos, sino hagan hincapié en la condición social
del espacio público como parte indisociable de la experiencia urbana.

Palabras-clave: frentes de agua, espacio público, intervenciones, diná-


mica urbana.

Reflections on waterfronts within


the context of urban intervention
Abstract
This paper reflects on the problem of waterfronts in relation to the proc-
esses of urban revitalization. The methodology applied aims at looking for
general and specific literature in order to compare different perspectives
of study, taking into account the following: the changes that have taken
place as well as the impacts on space dynamics; the social and economic
problems observed and the forms of articulation mainly between urban
policies and agents participating on these spaces. Generally speaking, at
the moment of their study, waterfronts present complexities due to strong
differences in their natural conditions and, also, because of the actions
proposed to be carried out on them. Large interventions, in general, have
copied an intervention model, whose features are exclusive use associated
to the creation of new spaces of consumption. Urban policy assumes a role
of utmost importance given that it should be flexible but at the same time
it should establish regulations and instruments that allow market regula-
tion, ensuring that interventions are not only based on the cost-benefit
relation, economically speaking, but also on the social condition of public
spaces as inseparable part of the urban experience.

Key-words: waterfronts, urban space, interventions, urban dynamics.

Reflexões sobre as frentes de água


no contexto das intervenções urbanas
Resumo
Este trabalho reflexiona sobre a problemática das frentes de água, relacio-
nados aos processos de revitalização urbana. A metodologia expõe a busca
de bibliografia geral e específica a fim de confrontar diferentes perspecti-
vas de estudo e levando em consideração: as mudanças que foram se pro-
duzindo ao longo do tempo e os impactos sobre a organização e a dinâmica
do espaço que se ocasionaram; as problemáticas (sociais, econômicas) que
se observam e as formas de articulação, principalmente, entre as politicas
urbanas e os agentes que acionam sobre estes espaços. Em linhas gerais, as
frentes de água apresentam complexidades no momento de seu estudo por
causa das fortes diferenciações nas suas condições naturais e, também, a
partir das ações propostas sobre elas. As grandes intervenções têm sido
realizadas, de um modo geral, para repetir um modelo de intervenção que
se identifica com certa exclusividade no que diz respeito ao seu uso, as-
sociada à criação de novos espaços de consumo. A política urbana assume
uma função importante dado que deve ser flexível, mas ao mesmo tempo
criar normativas e instrumentos que permitam regular o mercado, procu-
rando intervenções que considerem as condições sociais do espaço público
como parte inseparável da experiência urbana e não só a formula custo/
benefício, em termos econômicos.

Palavras-chave: frentes de água, espaço público, intervenções, dinâmica


urbana.

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Introducción3

E l desarrollo urbano se ha convertido en una de las principales preocu-


paciones dentro de las ciencias sociales, tanto desde las diferentes
perspectivas teóricas que lo estudian, como desde los análisis empíricos
concretos (Turok y Mykhnenk, 2007; Ferreira y Visser, 2007). En esta lí-
nea, una parte importante de la discusión se ha volcado hacia el estudio
de los procesos de revitalización urbana –en sus distintos niveles de in-
tervención– que se encaminan a lograr una mayor atractividad, en ciertos
sectores de la ciudad. De esta manera, espacios obsoletos, construcciones
en desuso y vacíos urbanos, experimentan fuertes procesos de reestructura-
ción y puesta en valor que los convierten en nuevos lugares de apropiación
asociados a la dinámica urbana y a los intereses de los agentes intervi-
nientes; bajo la idea de “espacios de oportunidad”, suelen ser áreas que
marcarán nuevas centralidades dentro de la ciudad (Schroeder, 2014). Au-
tores como Cuenya (2004: 91) enmarcan este proceso bajo el concepto de
“nueva política urbana”, para dar cuenta de la relación existente entre las
políticas urbanas y las instituciones que motorizan el proceso de decisión
(Cox, 1991; citado por Cuenya, 2004). Además, se hace referencia a que el
gobierno local necesita de un “régimen político urbano” (ibíd.: 96) que in-
volucra complejos mecanismos de gestión y articulación público-privada.
El régimen se forma a través de un entramado de intereses, en el cual, tanto
las instituciones públicas como los agentes privados trabajan detrás de una
agenda negociada para llevar adelante las decisiones de gobierno (ibíd.).
En esta línea, el mejoramiento de frentes de agua urbanos –costas, ri-
beras de ríos o bancos de agua– o cualquier otra dimensión o espacio de
ruptura costera, se convirtió en un punto de partida para implementar es-
trategias innovadoras de desarrollo urbano que implican no sólo una inter-
vención sobre el área de costa sino también sobre el conjunto de la ciudad
que, a su vez, propician cambios en la estructura urbana y su dinámica
posterior. Y, en este sentido, Neves et al. (2009) observan un proceso de
redescubrimiento del potencial escénico del área de costa ligada ésta a es-
tuarios, lagos, ríos y/o bahías.
Si bien las grandes ciudades han sido las propulsoras y beneficiarias
de estos procesos, de un tiempo a esta parte, el debate pasa por analizar el
carácter de estas intervenciones en ciudades de menor rango o escala.

3 El trabajo forma parte del Proyecto: “Lógicas y Tendencias en la Expansión Urbana y Resi-
dencial de Ciudades Medias. El Caso de Bahía Blanca a partir de 1990”. Financiado por la
Secretaría General de Ciencia y Tecnología de la Universidad Nacional del Sur y dirigido por
Eduardo Julio Garriz.

Huellas n° 20 (2016) | Reflexiones sobre los frentes de agua en el contexto de las intervenciones urbanas (pp. 17-34) 19
El presente trabajo lleva por objetivo realizar una reflexión de carácter
descriptivo-exploratorio sobre los frentes de agua a través de distintas ex-
periencias en ámbitos de costa, que no solo se restrinja a enumerar acciones
emprendidas sino, además, intente comprender los aspectos que subyacen
dentro de estas intervenciones, teniendo en cuenta diferentes rangos de ciu-
dades. Referido a la metodología de trabajo, se plantea, en esta primera ins-
tancia, una revisión a partir de la búsqueda de bibliografía general y espe-
cífica a fin de confrontar distintas perspectivas de estudio sobre los frentes
de agua. La complejidad de la temática nos obliga a acotarnos a tratar al-
gunos elementos que permitan aproximarnos al objetivo del trabajo; en tal
sentido, es importante destacar los cambios que se fueron produciendo en
los frentes de agua, a lo largo del tiempo (impactos sobre la organización
y dinámica del espacio); las problemáticas (sociales, empresariales) que
se observan y las formas de articulación (políticas, agentes) que accionan
sobre estos espacios.
Las ciudades de menor rango o escala pueden motorizar cambios mor-
fológicos y funcionales de valor hacia este tipo de intervenciones, siempre
en un contexto viable y teniendo en cuenta las reales posibilidades que
les permitan favorecer su concreción. Por lo que se podría hablar que el
proceso guarda dinamismo, pero acotado a las posibilidades de cada rango
de ciudad, procurando la recuperación del espacio urbano, en general, y
público, en particular, para el conjunto social.

Los frentes de agua urbanos:


su evolución en el tiempo

Las últimas cuatro décadas han sido testigo de importantes transfor-


maciones sobre los frentes de agua. Desde las cambiantes políticas urba-
nas, las preocupaciones ambientales, y la relación social vinculada con la
naturaleza, pasando por las teorías y prácticas de la planificación urbana,
así como la participación de la sociedad civil, han jugado un rol en la defi-
nición y la producción de estas transformaciones. La reflexión académica
internacional proveniente, principalmente, de la geografía urbana, sociolo-
gía y el área de planificación ha sido muy crítica sobre las consecuencias
de las intervenciones en los frentes de agua, así como las renovaciones
urbanas para el conjunto de la ciudad. La mayor parte de estos debates
se han dado en el contexto de América del Norte y, en menor medida, en
Europa occidental (Dodman, 2007; Turok y Mykhnenk, 2007; Ferreira y
Visser, 2007). En general, los proyectos de revitalización sobre áreas de

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costa y portuarias han perseguido objetivos muy diferentes y hasta inclu-
so contradictorios, entre los más conocidos se pueden mencionar aquellos
que buscaban el fortalecimiento económico local (Londres y Melbourne),
el reordenamiento del espacio urbano (Boston, Shanghai, Hong Kong), la
rehabilitación urbana (Vancouver), la práctica de nuevas culturas de pla-
neamiento (Nueva York, Rotterdam), el desarrollo de nuevos usos (Oslo,
Génova, Amsterdam) o recuperación del patrimonio (Copenhage, Chica-
go) (Schubert, 2004).
Dentro del contexto Latinoamericano, los esfuerzos de la investigación
urbana muestran similitudes y un posicionamiento también crítico respecto
a los proyectos que se han y vienen implementando. Pese a las discrepan-
cias y especificidades de cada disciplina, existe cierto grado de consenso
acerca de los importantes cambios que producen referidos éstos a la ren-
tabilidad del uso del suelo, las características del espacio físico funcional,
en áreas centrales estratégicas y a las modificaciones en los mecanismos
de gestión al incorporar nuevas formas de articulación público-privadas.
La intervención en Puerto Madero (Argentina) se destaca por su fuerza
paradigmática y capacidad para influenciar otras experiencias en Latino-
américa, así como también los proyectos de Recife, Río de Janeiro, Belém,
Santos y Porto Alegre (Brasil) (Cuenya, 2012; Nuñez y Ruiz de Gopegui,
2013; Jajamovich, 2016).
En síntesis, los aportes generales sobre la temática coinciden en señalar
el carácter especulativo de las intervenciones, vinculadas a estrategias de
marketing sobre el espacio urbano y a modelos de desarrollo neoliberal
que propician procesos de expulsión poblacional. No obstante, existen evi-
dencias en algunas ciudades europeas, que comenzaron más tarde estos
procesos, de haber aprendido de los errores y lograr mejores resultados, al
desarrollar conceptos y estrategias más acordes a situaciones y problemáti-
cas locales (Schubert, 2004).
Existe una indudable valoración cuando se combinan ciudad y agua.
Ha sido una condición muy favorable, desde su fundación o elección del
sitio fundacional, la proximidad a un curso de agua o bien a la costa; le
ha permitido a la ciudad la particularidad en su evolución y, en muchos
casos, ser un sector de fuerte identidad, por las inversiones y el desarro-
llo desplegado, como espacio de acogida de habitantes de distinto origen,
por su diversidad cultural y por lo que todo ello implicó en su dinámica.
Es así que Galimberti (2014: 20) manifiesta que esta combinación es “...
responsable de la identidad más profunda de la ciudad, la “razón de ser”
de la misma...Si bien este vínculo se encuentra cargado de conflictos e
incompatibilidades, también constituye una relación urbana vital de gran

Huellas n° 20 (2016) | Reflexiones sobre los frentes de agua en el contexto de las intervenciones urbanas (pp. 17-34) 21
potencial.” Autores como Bruttomesso (2008: 2) consideran la presencia
del agua como un “valor agregado” del tejido urbano, tanto desde el plano
de la estética del paisaje como en lo que refiere a la importancia estratégica
para el desarrollo de la ciudad. Talesnik y Gutiérrez (2002: 22), destacan
que “Para las ciudades que cuentan con mar o ríos navegables, los terrenos
que se enfrentan al agua, y en particular los puertos, han sido desde hace
cientos de años lugares estratégicos.”.
En consecuencia, es interesante destacar que muchas de las ciudades
con frente de agua adquirieron valor en siglos anteriores como lugares pro-
picios para la instalación de puertos que fueron utilizados, posteriormente,
como nodos de acceso, nexo e intercambio (económico, cultural) con di-
ferentes lugares en el mundo. No obstante, a partir de los avances tecno-
lógicos, la lógica económica dominante y las decisiones que los grupos de
poder imponen, han ido produciendo un cambio de paradigma productivo;
se produce el declive de las áreas portuarias, afectando de esta manera la
estructura interna del frente de agua. Al respecto, de Sena Abrahão y Gan-
dara (2014: 210) afirman que “La combinación de cambios tecnológicos y
logísticos influye directamente en la redefinición del papel de cada puerto
marítimo en el sistema global”. De tal forma, las actividades industriales
se relocalizan por la influencia de los avances tecnológicos en los ámbitos
de la información y comunicación, produciendo fuertes deslocalizaciones
industriales. En consecuencia, esta situación propició el abandono de ac-
tividades, obsolescencia y deterioro en determinadas infraestructuras por-
tuarias, cuya repercusión fue la pérdida de competitividad de ciertos secto-
res, convirtiéndose en áreas con alto grado de marginalidad e inseguridad
(Iazzetta, 2007).
De todas maneras, existen renovadas dinámicas, generadoras de nue-
vas centralidades y de elevada oportunidad para intervenciones urbanísti-
cas, dominadas por actividades residenciales, comerciales y de ocio (Gos-
pondini, 2006; O´Callaghan y Linehan, 2007; Ferreira y Visser, 2007;
Casellas, Dot y Pallares-Barbera, 2012; Ferreira y de Villiers, 2014), cuyo
grado de relevancia dependerá de cada núcleo urbano y sus posibilidades,
destacando por su importancia las reestructuraciones que se observan en
la denominada “ciudad-puerto”. En tal sentido, de acuerdo con Etulain
(2009: 63),
…durante la segunda mitad del siglo XX, comienza a perci­birse el sur-
gimiento de gran cantidad de proyectos de reconversión, explotando su
potencialidad de desarrollo urbano. La combinación de centralidad y
acce­sibilidad permite que las viejas instalaciones portuarias vuelvan a ser
atracti­vas para fines turísticos, comerciales o inmobiliarios.

22 Eduardo Julio Garriz y Romina Valeria Schroeder | Huellas n° 20 ISSN: 0329-0573 (impresa) / 2362-5643 (en línea)
Si bien esta situación quedó reflejada en diversos países y con diferente
variación temporal, las acciones de renovación, con intervenciones urba-
nísticas de distinto impacto, se vieron materializadas sobre finales del siglo
XX, con repercusiones de variada escala, donde se dieron las condiciones
para su efectivización. Como menciona Bruttomesso (2008: 1),

Si a fines del siglo pasado ha habido un uso del agua como elemento de im-
portancia para las ciudades, este siglo se caracterizará por una revaluación,
una valorización del agua, contribuyendo de este modo a mejorar la cali-
dad de la vida urbana y a favorecer el desarrollo de actividades económicas,
colocadas en las zonas de waterfront.

Es así que este tipo de áreas han tomado protagonismo en los últimos
años; los frentes de agua constituyen sectores que, pese a los cambios pro-
ducidos a lo largo del tiempo, continúan gozando de una posición estraté-
gica producto, principalmente, de la necesidad de accesibilidad y conec-
tividad, y que se presentan como lugares donde se establecen nuevas e
importantes conexiones visuales y físicas, dentro de la ciudad misma y
con el medio natural. En tal sentido, las políticas públicas de cada gestión
deben asumir en su agenda la idea de revitalizar estas áreas, cuando corres-
ponda, de manera que el agua sea realmente un elemento de cohesión y no
de límite entre distintos ambientes, incluyendo tanto a la “ciudad-puerto”
como a aquellas que sólo cuentan con frente de agua.

Renovación del frente de agua:


dinámicas contradictorias

Suele suceder que la gestión equivoca la escala de la intervención a rea-


lizar, cede ante las presiones del capital y confunde la imagen que la ciudad
pretende adoptar; imbuidos en las estrategias del city marketing,
... se exacerba la faceta de promocionar una ciudad para hacerla atractiva
a turistas e inversionistas, un peligro frecuente del diseño urbano es el de
reproducir recintos urbanos revestidos de una amenidad fácil y consumis-
ta, maquillados con un pintoresquismo adocenado pero que pretende ser
típico. O por otro lado, disfrazarlos de rasgos cosmopolitas y actualizados,
para que se parezcan a los diseños computarizados del primer mundo, ojalá
con mobiliario urbano importado de alto “design” (Arango, 2003: 27).
De igual manera, en los discursos sobre la renovación del frente de agua
ha sido común distinguirlo como “un contra desarrollo de la era industrial”

Huellas n° 20 (2016) | Reflexiones sobre los frentes de agua en el contexto de las intervenciones urbanas (pp. 17-34) 23
(Vormann, 2015: 358) al observarse la presencia de nuevos usos del suelo
y ocupaciones. El desarrollo inmobiliario ha sido una constante que, desde
complejos de negocios hasta emprendimientos relacionados con lo turísti-
co-recreacional, rescata el sector terciario de la economía dando énfasis a
la oferta de servicios (Iazzetta, 2007).
Cuando se analizan las repercusiones que generan sobre el espacio
público, existe coincidencia en el carácter ideológico que éste asume al
reconfigurar la ciudad como “un sistema unificado de circulación y acti-
vidades” (Barreto, 2004:257; citado por Millán, 2010: 14) fomentando la
valorización inmobiliaria y la cualificación del espacio para actividades
económicas, residenciales y aquellas vinculadas con el ocio (turismo y re-
creación) (Vieira y Castrogiovanni, 2010; Vieira, 2011; Girola, Yacovino
y Laborde, 2011). Para Licnerski (2008) generaría un tipo de centralidad
restringida (por lo selectivo del proceso), enclaves monofuncionales o es-
pacios carentes de significados, al imponerse una estética dominante y pri-
vilegiar los intereses económicos sobre los sociales.
Las ciudades han encarado estas renovaciones de diferentes maneras,
como plantean Talesnik y Gutiérrez (2002: 23) “Algunas ciudades copian
ejemplos, otras los modifican, otras diseñan algo nuevo y otras simple-
mente reciclan el antiguo puerto”. Comúnmente, los frentes de agua crean
lugares de actividades diversas donde antes no existían y “...responde a una
categoría emergente de espacio público.” (ibíd.). Lo que cabe preguntarse
aquí es si dan respuesta a la necesidad individual y colectiva de renovar
el vínculo con el elemento agua o funcionan bajo la lógica del consumo y
la renta, dando lugar a un uso privativo del espacio, tomando el rol que,
previamente, pertenecía al espacio público.
Debemos considerar que cada frente de agua presenta particularidades;
muchos de ellos difieren en su escala, nivel de desarrollo, magnitud de
las intervenciones y proyecciones a futuro. Es decir, presentan estructuras
portuarias disímiles (o carecen de ellas), no tienen la misma función ni je-
rarquía, por ello la vastedad de casos es importante. Lo anterior, nos remite
a establecer que pueden identificarse diversas tipologías relacionadas a sus
actividades como: comercial, industrial, deportiva; espacio que ocupa: flu-
vial, marítimo, lacustre o mixto; y, por último, a las acciones emprendidas:
proyectos de pequeña escala a grandes emprendimientos lucrativos.
De las distintas intervenciones realizadas sobre los frentes de agua,
durante algunas décadas, queda en claro que se han generado debates in-
teresantes. Por un lado, se encuentran aquellas que solo representan la ex-
trapolación de un modelo, a lo mejor exitoso a nivel mundial, pero que
pierde algún significado con el espacio donde se materializa por no res-

24 Eduardo Julio Garriz y Romina Valeria Schroeder | Huellas n° 20 ISSN: 0329-0573 (impresa) / 2362-5643 (en línea)
petar aspectos vinculados con dicho medio. En general, el conflicto está
dado en el espacio pero se pone de manifiesto cuando se analiza en su con-
junto (inversores, ganancias, beneficios, participación gubernamental –en
términos de gestión– y participación comunitaria). Por otro lado, existen
debates acerca de la escala de intervención e importancia del proyecto y sí
están integrados y logran mejores condiciones asociadas a la ciudad y a sus
habitantes. Razón por la cual es menester trabajar en este último aspecto
con una profunda convicción de que si bien recuperar estas áreas conlleva
proyectos interesantes, no puede dejarse de lado una planificación acorde
que se realice a partir de un plan y programas que planteen aspectos sustan-
ciales tendientes a mejorar las condiciones de vida en la ciudad y la dote de
nuevos espacios públicos, a través de proyectos específicos.

Frentes de agua: ¿espacios de mejora urbana o


simplemente zonas de oportunidad?

A través de la dinámica urbana podemos reconocer, analizar y com-


prender los cambios en la ciudad y cómo estos distinguen intervenciones
que buscan establecer mejoras y beneficios (orientados a su infraestructura,
funcionalidad, accesibilidad, entre otros aspectos) que repercutan favora-
blemente tanto en la calidad de vida de los habitantes como en la mejora de
la condición urbana. No obstante, no todas la intervenciones persiguen el
beneficio común y esto depende del origen del cambio; cada espacio ofrece
particularidades y estas si son objetos de oportunidad (para desarrollado-
res, inversionistas y otros agentes) van a priorizar el beneficio económico
creando, en algunas instancias, controversias con los habitantes y sus re-
percusiones sobre ciertos sectores urbanos.
La mayoría de las intervenciones asociadas a los frentes de agua des-
tacan cambios de importancia en la relación entre las acciones de la eco-
nomía de las manufacturas y el nuevo rol de estos espacios, con un mayor
dinamismo asociado a las ciudades en cuanto a su función como centros de
servicios; en tal sentido, Etulain (2009: 36) indica que “Hubo que aceptar
que los tiempos de la economía de las manufacturas urbanas habían pasa-
do y que la clave, ahora, consistía en encontrar para la ciudad un nuevo
papel como centro de servicios.”. Lo anterior permite indicar que si bien
el conjunto de aspectos tratados como: la intervención de distintos agen-
tes participantes, los planes elaborados y las inversiones globales, ponen
en evidencia y dan justificación a la importancia de los frentes de agua,
constituyen espacios de oportunidad de negocios, más que el de propiciar

Huellas n° 20 (2016) | Reflexiones sobre los frentes de agua en el contexto de las intervenciones urbanas (pp. 17-34) 25
un desarrollo urbano integral por lo que, en algunos casos, las rupturas son
mayores y se manifiestan de forma muy diferente en cada lugar. Múltiples
intervenciones han fracasado debido a una proyección aislada que no con-
sidera las dinámicas urbanas locales y que poseen una visión limitada de su
desarrollo estratégico como pieza dentro de una estructura urbana mayor
(Schubert, 2004; Mashini, 2010).
De tal forma, las intervenciones producen cambios morfológicos, socia-
les, productivos y funcionales los que determinan, en su asociación, nuevos
perfiles para cada espacio, en función de las modificaciones en el uso del
suelo y la nueva combinación de actividades en base a sectores de espacios
públicos (recreación, cultura), centros comerciales, oficinas y residencia,
entre los principales.

Articulación: políticas públicas


y agentes intervinientes

El proceso de intervención en zonas de puerto y los cambios produci-


dos bajo diversas formas de gestión, determinan modelos diferentes. En tal
sentido, se concuerda con Etulain (2009) cuando destaca que, por un lado,
están aquellos modelos cuya administración es única, bajo la formación
de un consorcio de actividad integrada y asociado más al formato europeo
y, por otro, el norteamericano, de tipo fragmentario, donde se propicia un
modelo de acción por “piers (partes o piezas)” que le otorga mayor inde-
pendencia, como sucede en el caso de Manhatan. En este ejemplo, prima la
óptica económica y no suele formar parte de una estrategia o planificación
a nivel general. “Boston y Baltimore son el fiel ejemplo del modelo ameri-
cano: éxito medido por nivel de afluencia de público e índice de consumo,
generando una utilización comercial intensiva del viejo puerto” (ibíd.: 66)
a partir de restaurantes, espacios de “festival lúdico” y llamativas marinas
(Busquets, 1996: 283-284: citado en Etulain, 2009: 66-67).
Respecto de ciertos casos europeos, existen niveles de intervenciones muy
disímiles, como los ejemplos de los Docklands, en Londres (puerto interior)
o del Kop van Zuid, en Rotterdam. Según Etulain (2009: 67), el primero no
imprime “condiciones de coherencia” con el desarrollo urbano, dado que no
ha tenido en cuenta el contexto en el cual está inserto, mientras que en el se-
gundo, en el puerto de Rotterdam, se implementó un modelo a partir del cual
se propuso una “zona de desarrollo mixto y de calidad”, en el lugar donde
históricamente estaba presente el espacio de trabajo y de residencia obre-
ra. Para ello, el autor destaca la inversión en grandes infraestructuras “para

26 Eduardo Julio Garriz y Romina Valeria Schroeder | Huellas n° 20 ISSN: 0329-0573 (impresa) / 2362-5643 (en línea)
conseguir asociarlo al resto de la ciudad”. Aquí, la planificación jugó un rol
fundamental, cuya flexibilidad fue un aspecto interesante para ir ajustando
“los programas a las necesidades de los promotores privados (ibíd.)”.
Para el caso Latinoamericano, y en particular de Argentina, se orienta
hacia el modelo europeo y su caso paradigmático es Puerto Madero, en la
Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Mediante una gestión unificada, con
fuertes orientaciones a crear espacios comerciales y de servicios, importantes
sectores orientados a lo gastronómico de elite y espacios específicos para el
ocio y la recreación representativa, aquí semejante al modelo norteamericano
(Etulain, 2009). Cabe destacarse que estos procesos reconocen la relación
público-privado, donde el Estado acciona en estas intervenciones de múlti-
ples formas: (a) impulsando el plan de actuación y ciertos proyectos en parti-
cular; (b) financiando y construyendo diversas infraestructuras; (c) apoyando
política y económicamente las intervenciones y; (d) propiciando beneficios
fiscales, que conllevan como objetivo favorecer el accionar privado.
Para el caso de las ciudades de menor rango, Bellet y Llop (2004) anali-
zan varios núcleos urbanos de escala intermedia en el mundo y determinan
que el tratamiento de frentes de agua y otras áreas de costa suelen incluir
un objetivo más amplio como es el de recuperar estos espacios, integrarlos
a la estructura y a la vida urbana, incorporando, además, junto con medidas
de control y regulación, acciones relacionadas con el saneamiento de aguas
y adecuación de los mismos como espacios libres y cívicos.
Asimismo, se han tenido en cuenta algunos ejemplos actuales que mues-
tran la diversidad existente dentro de los procesos de intervención en frentes
de agua. Puerto Norte en Rosario, aunque su Plan Maestro fuese elaborado
en el año 2004, el proyecto aún no se encuentra finalizado, consta de 100
ha, para su desarrollo, donde el 42% del espacio debería destinarse a espa-
cio público, según se postula. Otro ejemplo que guarda cierta proximidad
al anterior, es el Paseo de la Costa, en la ciudad de Neuquén. Si bien cuenta
con desarrollos inmobiliarios, relacionados con la residencia, el comercio y
los servicios, está orientado a un público local-regional, y ha recuperado una
importante área de costa con alta aceptación en la comunidad local.
Desde el Municipio se ha anunciado que se proseguirán con las obras
incorporando un nuevo tramo, favoreciendo el uso de “los balnearios Al-
bino Cotro, Río Grande y Gatica [que] se interconectarán a través de pea-
tonales, bicisendas y caminos que bordean el [río] Limay” (Municipalidad
de Neuquén). En la misma comunicación, se resalta que “el destinatario
de todos estos proyectos es el vecino”, asegurando que de esta forma se
consolida y da jerarquía “...al espacio público que es el espacio más demo-
crático que hay porque nos iguala a todos”; además, se sostiene que “...con-

Huellas n° 20 (2016) | Reflexiones sobre los frentes de agua en el contexto de las intervenciones urbanas (pp. 17-34) 27
vivir con el río es empezar a vivir en una ciudad distinta” (...) hasta hace
algunos años el río solo se disfrutaba en verano” (ibíd.). Millán (2010: 2),
sobre el caso de Posadas, destaca el emprendimiento vinculado a su frente
de agua, indicando que “La construcción de la Avenida Costanera (vía de
circulación-recreación para la ciudad y obra de contención del lago que se
formará por la represa Yacyretá) y la estructuración de un nicho territorial
en la costa norte-noreste para los sectores más adinerados, son manifes-
taciones de la particularidad local que adquiere ese nuevo orden urbano”
agregando también que “...con la remodelación del espacio urbano costero
y céntrico, se apunta a la creación de espacio público orientado hacia acti-
vidades comerciales recreativas” (ibíd.).
Por último, el caso de Bahía Blanca, dentro del área portuaria-indus-
trial, luego de muchos proyectos vinculados a su frente costero, ha podido
materializar un proyecto, que si bien su nivel de intervención (infraestruc-
tura y equipamiento) no es comparable con el de los casos anteriores, es
importante pues los habitantes pueden disfrutar de un paseo denominado
“Balcón del Mar”, con un mirador, mientras que el denominado “Frente
Costero o Paseo del Humedal” se encuentra en vías de materializarse, como
nuevo espacio público. Estos ejemplos permiten destacar que muchos de
estos proyectos, independientemente de su jerarquía en términos urbanís-
ticos, buscan fundamentalmente recuperar el espacio público y revitalizar
el vínculo de los habitantes con el elemento agua, procurando generar una
conciencia que en muchos casos no se tiene o ha desaparecido, ante otros
atractivos de la ciudad.
No obstante lo dicho, resulta necesario no caer en generalizaciones ya
que las áreas de costa vinculadas con funciones portuario-industriales o el
frente de agua en general se encuentran, en su mayoría, subvaluadas y son
utilizadas, en muchos casos, a los fines económicos o por sectores de vi-
vienda, a espaldas de la propia ciudad “... convertidas en cloacas abiertas y
botaderos de basura de las mismas. Excepcionalmente han sido desarrolla-
das como frentes de agua, para el beneficio de la vida pública de la ciudad”
aclara Rangel Mora (2001: 325).
De esta manera, se observa que los proyectos son múltiples y que hay
ciertas diferencias en cuanto a su implementación y forma de gestión don-
de, en algunos casos, se observan discrepancias entre las necesidades y
objetivos de la comunidad y los grupos de inversores, promotores y de-
sarrolladores inmobiliarios, aunque exista cierto beneficio general para la
ciudad. En muchos casos, la intervención es solo la extrapolación de un
proyecto a un espacio diferente donde, a priori, no se ha tenido en cuenta
plenamente las características del medio natural y social.

28 Eduardo Julio Garriz y Romina Valeria Schroeder | Huellas n° 20 ISSN: 0329-0573 (impresa) / 2362-5643 (en línea)
A partir de lo que hemos analizado consideramos que existen aspectos
que necesariamente deben ser tenidos en cuenta al momento de estudiar las
intervenciones: a) el objetivo que se busca, sea revitalizar un área deprimi-
da, obtener la mera ganancia, o formar parte de una estrategia de city mar-
keting, entre otros; b) el nivel de superficie sobre el que se llevará a cabo
la intervención y cómo se materializarán los espacios que dan lugar a las
distintas actividades que, en definitiva, permiten observar como es la divi-
sión del mismo y qué relación hay con la superficie original y la construida,
identificando los niveles de ganancia y el porcentaje de uso sobre el total de
superficie a intervenir; en relación con lo anterior, c) la asignación de usos
y los niveles de ganancia, en cuanto a “suelo creado”, fundamentalmente,
en altura y verificar si la inversión beneficia a la ciudad o es simplemente
un proceso de especulación y apropiación de plusvalías urbanas, vincula-
dos con los porcentajes de ocupación asociados a la residencia, complejos
de oficinas, centros comerciales, paseos públicos, entre otros; d) la escala
de ciudad y condiciones de sitio y situación que conlleva obtener, en térmi-
nos posicionales, ventajas respecto a ganancias sobre el capital invertido;
e) la funcionalidad en cuanto a accesibilidad y conectividad, que refuerza
la relación con el resto del espacio urbano; f) la evaluación del impacto
que tendrá el proyecto a nivel de trama urbana, ponderando los nivel de
inversión en obras, a fin de mejorar las infraestructuras y equipamientos,
superando la condición de ganancia inmediata y el influjo de la moda im-
perante; g) el compromiso necesario que debiera asumir la gestión de que
los emprendimientos respondan a un orden asociado a la planificación ur-
bana teniendo en cuenta el esquema lógico de Plan-Programa-Proyecto,
donde se siga esta línea y no prime solo el Proyecto sobre el resto cuya
consecuencia, en muchos casos, es solo la creación de un enclave; h) la
puesta en marcha de instrumentos (indicadores, evaluación) que permitan
trabajar sobre condiciones favorables para la integración plena del sector
en la ciudad; i) cumplimiento de la legislación pertinente y la concertación
de instancias participativas, por ejemplo, audiencias y consultas públicas,
plebiscitos u otra formas, a fin de asegurar la opinión de la ciudadanía; j)
tener en cuenta siempre y como condición indispensable la integralidad de
la intervención que requiere, a su vez, lograr equilibrio de usos, priorizan-
do el espacio público para beneficio de la ciudad y sus habitantes.
Si bien hasta ahora hemos mencionado intervenciones, también hay ciu-
dades que presentan controversias pues teniendo la posibilidad de accionar
sobre sus frentes de agua, no lo han hecho4. También hay emprendimientos
4 Al respecto, véase el siguiente link: http://www.arquitecturayempresa.es/noticia/valencia-de-
espaldas-al-mar-la-ciudad-sin-waterfront.

Huellas n° 20 (2016) | Reflexiones sobre los frentes de agua en el contexto de las intervenciones urbanas (pp. 17-34) 29
que no se inician, o son parcialmente realizados, por cuestiones económi-
cas o políticas. El interrogante que se nos plantea es si solo son cuestiones
de orden económico, falta de rentabilidad o de oportunidad, como también
una situación de crisis o depresión del mercado, o bien de tipo especulati-
va, al esperar que se imponga la moda y los nuevos usos.
Por último, es importante destacar que la dinámica urbana genera cam-
bios permanentemente, los cuales pueden producirse de manera paulatina
mediante una evolución de la ciudad conforme a su crecimiento pobla-
cional, económico, morfológico, pero donde las intervenciones debieran
realizarse en base a un proceso ordenado y acordes a un plan urbano con-
sensuado, de manera que su impacto permita sostenibilidad dentro del es-
pacio urbano.
No obstante, en este tema en particular –el frente de agua– se obser-
van impactos de importancia, pues se da en el marco directo de la im-
plementación de proyectos alterando lo que debería ser el esquema lógi-
co: Plan-Programa-Proyecto; esta situación determina, en muchos casos,
la concreción de inversiones que buscan el mayor rédito económico, que
seleccionan lugares de alta calidad y que producen enclaves dentro del
espacio urbano, pero se lo legitima a través de un discurso que los presenta
como un desarrollo favorable para la ciudad y que insertan a la misma en
un contexto mundial.
La bibliografía consultada muestra un cierto consenso en los efectos de
la extrapolación de un modelo, donde inversores, promotores, segmentos
de demanda, entre otros, se asocian directa o indirectamente en este nego-
cio inmobiliario.
Ahora bien, estas intervenciones podrían verse desde un punto de vista
menos crítico y el mismo se enmarca en que cuando hay consenso y se
trabaja sobre la base de un beneficio para la ciudad y sus habitantes, estos
lugares son formadores de nuevos espacios públicos de calidad, siendo un
tema a discutir sobre cómo será la apropiación de los mismos por parte de
la población en general.

Reflexiones finales

La revisión bibliográfica efectuada permite realizar una generalización


de la cual surgen diversos tipos de intervenciones sobre los frentes de agua,
de acuerdo al modelo de gestión por el cual se opte, y que se centra, prin-
cipalmente, en ciudades de cierta envergadura. No se han podido encontrar
evidencias claras de los impactos de estas intervenciones en ciudades de

30 Eduardo Julio Garriz y Romina Valeria Schroeder | Huellas n° 20 ISSN: 0329-0573 (impresa) / 2362-5643 (en línea)
menor rango. De todas maneras, se puede observar que cuando la escala
de intervención es menor, suele incorporar equipamientos colectivos y ac-
tividades para el conjunto de la sociedad. En general, constituyen acciones
más simples que encara la administración local apoyada en aportes de pri-
vados y en consenso con la comunidad en la cual se insertan. Se observan
mejoras en el nivel de gestionar los proyectos, a nivel discursivo se tiende a
la incorporación del espacio público para el colectivo social y, cuando hay
posibilidades, se encara la puesta en valor del medio natural. En este caso,
presentan mayores posibilidades de conformar un espacio público en sí
mismo. Estas acciones tienen su mayor desarrollo en pequeñas ciudades o
en sectores particularizados de ciudades de naturaleza media a grande. En
otro orden, encontramos aquellas que podríamos mencionar como de gran
impacto, donde se reconvierten ciertas estructuras portuarias que han que-
dado obsoletas, propiciando espacios residenciales, comerciales, sectores
de oficinas, de servicios (gastronómicos, hoteleros, turístico-recreativos) y
espacios públicos. Conforman proyectos de gran envergadura que tienden
a ubicarse en lugares de mayor aprecio simbólico y/o paisajístico e involu-
cran complejos mecanismos de gestión público-privada. Normalmente, se
materializan sobre ciudades de gran importancia.
El frente de agua presenta complejidades al momento de su estudio de-
bido a las fuertes diferenciaciones en sus ambientes/condiciones naturales
y, también, a partir de las acciones sobre ellos propuestas, vinculadas a:
–actividades industriales-portuarias; –productivas-comerciales, con y sin
integración al tejido urbano; –desarrollo inmobiliario-rentístico, dado el
fuerte proceso de renovación y rehabilitación urbana sobre sus instalacio-
nes obsoletas; y, vinculado con lo anterior, –valorización turístico-recreati-
va, relacionada con nuevas prácticas sociales y de consumo cultural.
En líneas generales, las grandes intervenciones se han volcado al apro-
vechamiento y reutilización de antiguas estructuras portuarias-industriales,
acotadas a un espacio cerrado, o bien sobre áreas abiertas, en frentes lito-
rales. Muchas de ellas van replicando un modelo de intervención que ha
sido puesto de moda y se identifica con una cierta exclusividad en cuanto
a su uso, asociada a la creación de nuevos espacios de consumo, que han
articulado lugares de diversión, esparcimiento y socialización más indivi-
dualizados y segregados supuestamente protegiendo las posibles amenazas
que el espacio público tradicional pudiera generar.
El nivel de la intervención debería definir si se trata de solo una tipo-
logía más del espacio público, o bien está inserto dentro de un término
o concepto mucho más amplio, reservado a un espacio que es necesario
categorizar de manera diferenciada, por su complejidad, por la diversidad

Huellas n° 20 (2016) | Reflexiones sobre los frentes de agua en el contexto de las intervenciones urbanas (pp. 17-34) 31
de elementos presentes y por el nivel de superficie que requiere la inter-
vención, donde el espacio público es solo una parte más de este conjunto.
Varios autores (Richards y Wilson, 2006; Sepe 2013) coinciden en que du-
rante el proceso de transformación urbana es necesario prestar atención a
lograr un adecuado equilibrio entre las políticas urbanas y la participación
de los diferentes agentes y actores locales, la identidad del lugar, así como
también, la factibilidad de las intervenciones. Al respecto, cuanto más va-
lor se le dé a las particularidades culturales locales –patrimonio cultural y
características identitarias– el proceso de intervención urbana puede estar
más arraigado en el imaginario colectivo local y ser atractivo para los lo-
cales y visitantes. En este sentido, se puede agregar que la política urbana
asume una función de suma importancia dado que debe ser flexible pero a
la vez crear normativas e instrumentos que permitan regular, a fin de acotar
las acciones de los distintos agentes y evitar el imperio del mercado, procu-
rando intervenciones que no solo pasen por el costo/beneficio en términos
económicos sino hagan hincapié en la condición social de los espacios pú-
blicos como parte indisociable de la experiencia urbana.

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34 Eduardo Julio Garriz y Romina Valeria Schroeder | Huellas n° 20 ISSN: 0329-0573 (impresa) / 2362-5643 (en línea)
Artículo

2
Tipología de áreas de influencia de los
Centros de Atención Primaria de Salud
en la ciudad de Luján, Provincia de
Buenos Aires, Argentina

Gustavo Daniel Buzai1


Universidad Nacional de Luján/CONICET

@ [ buzai@uolsinectis.com.ar ]

Fecha de recepción: 08/02/2016


Fechade aprobación: 22/07/2016

Cita sugerida: Buzai, G. (2016). Tipología de áreas de influencia de Centros de Aten-


ción Primaria de Salud en la ciudad de Luján, Provincia de Buenos Aires, Argentina.
Revista Huellas Nº 20, Instituto de Geografía, EdUNLPam: Santa Rosa. Recuperado a
partir de: http://cerac.unlpam.edu.ar/index.php/huellas

DOI: http://dx.doi.org/10.19137/huellas-2016-2003

Resumen
Los métodos cuantitativos utilizados a través de los Sistemas de Infor-
mación Geográfica (SIG) presentan una importante aptitud para el trata-
miento de la información geográfica en estudios de Geografía Aplicada. Se
utiliza una combinación de estas posibilidades en el campo de la Geografía
de la Salud para el estudio de la distribución espacial de la población y del
servicio de atención médica. El objetivo de este trabajo consiste en definir
y analizar las áreas de influencia de los Centros de Atención Primaria de
Salud (CAPS) en la ciudad de Luján (Provincia de Buenos Aires) como base
de su sistema socio-espacial sanitario.

Palabras clave: Geografía de la Salud, Geografía de los Servicios Sanita-


rios, Centro de Atención Primaria de Salud, Área de influencia, Sistemas
de Información Geográfica.

1 Profesor de Geografía (UBA), Licenciado en Geografía (UBA) y Doctor en Geografía (UN-


Cuyo). Estadías de investigación posdoctoral (UAM España y UIBK Austria). Docente-in-
vestigador Cat. 1, SPU e Investigador Independiente, CONICET. Director del Programa de
Docencia e Investigación en Sistemas de Información Geográfica (PRODISIG) del Departa-
mento de Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de Luján.

Huellas n° 20 (2016) | Tipología de áreas de influencia de los Centros de Atención Primaria de Salud... (pp. 35-56) 35
Typology of the areas of influence of the Primary Health Care
Centers in the city of Lujan, Province of Buenos Aires, Argentina

Abstract
Quantitative methods used through Geographical Information Systems
(GIS) are extremely useful for the treatment of geographic information
in Applied Geography studies. A combination of these possibilities is ap-
plied in the field of Health Geography to study the spatial distribution of
population and health care services. The aim of this paper is to define and
analyze the areas of influence of Primary Health Care Centers (PHCC) in
the city of Lujan (Province of Buenos Aires) as the basis of health socio-
spatial system.

Keywords: Health Geography, Health Services Geography, Primary Health


Care Center, Area of Influence, Geographical Information Systems.

Tipologia de áreas de influência de Centros de Atenção Primária


de Saúde na cidade de Luján, Província de Buenos Aires, Argentina

Resumo
Os métodos quantitativos utilizados através dos Sistemas de Informação
Geográfica (SIG) apresentam uma importante aptidão para o tratamen-
to da informação geográfica em estudos de Geografia Aplicada. Utiliza-se
uma combinação destas possibilidades no campo da Geografia da Saúde
para o estudo da distribuição espacial da população e do serviço de aten-
ção médica. O objetivo deste artigo consiste em definir e analisar as áreas
de influência dos Centros de Atenção Primária de Saúde (CAPS) na cidade
de Luján (Província de Buenos Aires) como base de um sistema socioespa-
cial sanitário.

Palavras chave: Geografia da Saúde, Geografia dos Serviços Sanitários,


Centro de Atenção Primária de Saúde, Área de influência, Sistemas de In-
formação Geográfica.

36 Gustavo Daniel Buzai | Huellas n° 20, ISSN: 0329-0573 (impresa) / 2362-5643 (en línea)
1. Introducción

E n este trabajo se presenta el análisis espacial aplicado a las áreas de


influencia asistencial de los Centros de Atención Primaria de Salud
(CAPS) de la ciudad de Luján a partir del tratamiento de información co-
rrespondiente a la atención médica. El objetivo consiste en realizar el aná-
lisis del contexto espacial de los de los CAPS en la ciudad de Luján con la
finalidad de construir una tipología de las áreas de influencia.
Se entiende que un área de influencia es un territorio que se encuentra
vinculado a un lugar central con el cual se producen interacciones espacia-
les. En este caso el centro de atracción es cada CAPS y las interacciones
corresponden a cada uno de los desplazamientos que realiza la población
para su atención médica.
Estos vínculos relacionales fueron obtenidos a partir del total de diag-
nósticos registrados en cada CAPS habiéndose identificado el barrio de
residencia de cada paciente. En ese sentido, el análisis de la distribución
espacial de origen de los diagnósticos a partir de la cartografía temática
brinda la representación empírica del alcance del servicio de salud y una
síntesis de lo que Garrocho (1995) analiza como las dimensiones física y
social de la accesibilidad.
Tres conceptos principales del análisis espacial guiarán la aplicación.
Se analizarán las localizaciones de los CAPS como puntos de oferta y de
los diagnósticos según unidad espacial intraurbana de pertenencia, la dis-
tribución espacial del lugar de origen de la demanda de atención médica
y de algunas variables de características poblacionales específicas y la in-
teracción espacial como concepto subyacente presente en la naturaleza de
los datos.
Los aspectos de demarcación teórica, metodológica, la aplicación y la
propuesta de clasificación se presenta en los siguientes puntos como ca-
mino de construcción que lleva a comprender la estructura espacial del
sistema de salud en el área de estudio.

2. Geografía para el análisis


espacial de los servicios de salud

La Geografía como ciencia humana estudia una gran variedad de temas


y el interés por los aspectos relativos a la salud de la población tiene una
larga tradición que puede considerarse comienza en el siglo XII a partir de
los viajes de descubrimiento (Barcellos y Buzai, 2006).

Huellas n° 20 (2016) | Tipología de áreas de influencia de los Centros de Atención Primaria de Salud... (pp. 35-56) 37
El hito que da nacimiento a la Geografía Médica es el libro pu-
blicado en 1782 con el título Versuche inerall gemeinen medicinisch-
praktischen Geographie de Leonhard Ludwing Finke donde presenta el
campo de estudio (Koch, 2005) como análisis de la relación entre las
enfermedades y el ambiente bajo el paradigma filosófico del determi-
nismo.
Con la finalidad de poder enmarcar la línea histórica de este trabajo es
necesario centrarnos en dos congresos realizados por la Unión Geográfica
Internacional (UGI):
Lisboa (Portugal, 1949): donde se brinda reconocimiento oficial a la
Geografía Médica (Olivera, 1993). El objetivo era el de cartografiar las
áreas de enfermedad con principal atención al análisis sistémico de las
relaciones de asociación espacial entre variables físico-naturales y socio-
económicas.
Moscú (URSS, 1976): se establece un cambio de denominación y el
nombre de Geografía Médica es reemplazado por el de Geografía de la Sa-
lud, incluyendo dos líneas de aplicación. Por un lado la Geografía Médica
centrada en el estudio de la distribución espacial de las enfermedades y, por
otro, la Geografía de los Servicios Sanitarios correspondiente al estudio
de la distribución espacial de la oferta y demanda de centros de atención
(Olivera, 1993).
De esta manera quedan definidas dos claras líneas de estudio en el in-
terior de la temática completa del estudio de la salud humana, que según
Howe (1985) estaría compuesta por (1) la biología humana, (2) el ambien-
te, (3) la forma de vida, y (4) el sistema de asistencia médica. La Geografía
Médica se focaliza en la segunda línea y la Geografía de los Servicios
Sanitarios en la cuarta.
Llegamos así a la situación actual en la cual se presenta una línea de
aplicación sumamente dinámica con una actualizada producción relativa
al campo científico centrado en la dimensión espacial (Santos y Barce-
llos, 2006, Pickenhayn, 2009, 2014; Meade y Emch, 2010; Anthamatten y
Hazen, 2011;Santana Juárez y Galindo Mendoza, 2014; Gatrell y Elliott,
2015) y en los actuales aportes metodológico-técnicos en los que sobre-
salen los Sistemas de Información Geográfica (SIG) (Lang, 2002; OPS,
2002;Guagliardo, 2004; Ramírez, 2005; Santos y Souza Santos, 2007;
Aveni y Ares, 2008; Fuenzalida Díaz y Moreno Jiménez, 2010; Cromley y
McLafferty, 2012;Buzai, 2009, 2015a).
La Geografía de los servicios de salud adquiere identidad como blo-
que temático de la Geografía de la Salud, y los SIG se presentan con
gran suficiencia para la aplicación de diferentes metodologías especí-

38 Gustavo Daniel Buzai | Huellas n° 20, ISSN: 0329-0573 (impresa) / 2362-5643 (en línea)
ficas del análisis espacial que puedan brindar apoyo a la obtención de
soluciones concretas en materia de localización y búsqueda de equidad
espacial.
El análisis de las áreas de influencia de los CAPS se inscribe claramente
en la segunda línea de abordaje científico de la Geografía de la Salud y a
continuación serán detallados los aspectos teórico-metodológicos centrales
que, desde la Geografía Cuantitativa mediante el uso de SIG, permiten ob-
tener los resultados de la aplicación.

3. El área de Estudio y su representación

3.1. Base cartográfica

El área de estudio corresponde a la ciudad de Luján, Partido de Luján,


Provincia de Buenos Aires, Argentina, la cual se encuentra compuesta por
37 barrios y contenida en un mosaico de 90 radios censales urbanos para
el censo 2010.
Barrios: Ameghino, Americano, Centro, Constantini, El Ceibo, El Mi-
lagro, El Mirador, El Quinto, El Trébol, Elli, Hostería San Antonio, Juan
XXIII, La Esperanza, La Loma, La Palomita, Lanusse, Los Gallitos, Los
Laureles, Los Paraísos, Luna, Padre Varela, Parque Esperanza, Parque
Lasa, San Bernardo, San Cayetano, San Jorge, San Juan de Dios, San Pe-
dro, Santa Marta, Sarmiento, Valle Verde, Villa del Parque y Zapiola.
Los radios censales urbanos son áreas que cubren la superficie de los
barrios de la ciudad y a las cuales se les asignan datos agrupados de las
diferentes temáticas relevadas por el Censo Nacional de Población, Ho-
gares y Vivienda de la República Argentina. Para el año 2010 el área de
estudio cuenta con una población de 82.488 habitantes y 28.732 viviendas,
mientras que los radios censales tienen un promedio de población de 886
habitantes y 319 viviendas.
Fracciones y Radios censales: 01(01 a 12), 03(05 a 12), 05(01 al 13),
06(01 a 14), 07(01 a 10), 08(01 a 03), 11(01 a 08), 12(01 a 07, 11 y 12),
13(01 a 04), 14(01 a 03 y 05 a 10). En el interior de este mosaico se en-
cuentran los 17 puntos correspondientes a la localización de los CAPS,
los cuales se denominan por el barrio de pertenencia: Ameghino, CIC
San Fermín, El Milagro, Juan XXIII, La Loma, La Palomita, Lanus-
se, Los Gallitos, Los Laureles, Padre Varela, Parque Lassa, Policlínico,
San Bernardo, San Cayetano, San Francisco, San Pedro y Santa Elena
(Figura 1).

Huellas n° 20 (2016) | Tipología de áreas de influencia de los Centros de Atención Primaria de Salud... (pp. 35-56) 39
Figura 1. Ciudad de Luján. Mosaico de radios censales y CAPS

Fuente: El autor. Digitalización en QGIS sobre imagen satelital de Google Earth.

3.2. Datos alfanuméricos

Los datos alfanuméricos incorporados en la tabla de atributo del SIG para


ser asociados a la base cartográfica de radios censales cuenta con datos obte-
nidos del censo poblacional 2010 en variables demográficas, educativas, de
vivienda y de pobreza, y con datos obtenidos por muestreo de los diagnósti-
cos de enfermedades registradas en cada CAPS. Los datos de atributos de los
CAPS contienen características del servicio ofrecido a la población.
Variables sociales censales: Los atributos obtenidos directamente del
Censo Nacional de Población, Hogares y Viviendas conforman la matriz
de datos originales y generalmente se consignan en valores absolutos. Con
la finalidad de realizar comparaciones se los transforma en proporciones,
porcentajes, índices o puntajes estándar.
Variables de diagnósticos de enfermedades: Atributos obtenidos en los
CAPS presentan los grandes grupos de enfermedades atendidas y si bien la
ubicación espacial del paciente se consigna considerando los barrios de la
ciudad, con la finalidad de poder realizar el Análisis Exploratorio de Datos
Espaciales (Buzai, 2015; Buzai y Delfino, 2015), los datos fueron ajusta-
dos desde los barrios hacia los radios censales mediante un procedimiento
denominado ajuste difuso. Mediante este tipo de ajuste se reasignan datos
hacia un diferente nivel de resolución espacial a partir de considerar una
proporcionalidad de superficies.
Los datos censales fueron obtenidos del Censo Nacional de Población,
Hogares y Viviendas 2010 y sistematizados en una Matriz de Datos Ori-

40 Gustavo Daniel Buzai | Huellas n° 20, ISSN: 0329-0573 (impresa) / 2362-5643 (en línea)
ginales (MDO). Esta matriz se encuentra estructurada en 90 filas (unida-
des espaciales = radios censales) por 26 variables sociales, entre las cuales
se encuentran los datos utilizados para el presente análisis: Demográficos
(Población, Varones, Mujeres, Grupos de Edades y Necesidades Básicas
Insatisfechas), de Servicios de provisión de agua a la vivienda (Red, Moto
bombeador, Bombeador Manual y Otros) y Tipo de Vivienda (Departamen-
to, Casa, Casilla y Otros). La Matriz de Datos Originales (MDO) permite
calcular la Matriz de Datos Índice (MDI) y la Matriz de Datos Estandariza-
dos (MDE) para posibilitar estudios de asociaciones espaciales.
Los datos de salud fueron obtenidos a partir de las planillas de registro
de las atenciones brindadas en los diferentes CAPS de Luján. En las mis-
mas se registran los datos del paciente atendido (sexo, edad y barrio de
residencia) y su diagnóstico. Cada CAPS registra en hojas de 26 renglones
cada una de las atenciones brindadas, produciendo un cierre de cada mes
del año. Dado que el total de registros supera los 46.000 casos, se optó por
hacer un muestreo estratificado ponderado de hojas de registros (Delfino,
2014), que contemplara los 17 CAPS y los diferentes servicios de aten-
ción médica dentro del CAPS. Se seleccionaron de manera sistemática 483
hojas de registro. En función del diagnóstico de la atención escrito por el
médico interviniente, se codifico según la Clasificación Internacional de
Enfermedades (CIE10). Cada uno de los diagnósticos se asignó a cada ba-
rrio de la ciudad, previa expansión de la muestra y por ajuste difuso a los
radios censales del área de estudio.

4. Resolución modelística

4.1. Modelos analíticos

Desde un punto de vista ideal, las áreas de influencia para una serie de
puntos distribuidos sobre el espacio geográfico son circulares, tarea que
puede ser realizada a partir de definir buffers de diferentes alcances.
Cuando estos círculos se agrandan comienzan a superponerse y de-
finirse límites entre ellos, los que se ubican a una distancia media de
los puntos vecinos. De esta manera, se genera un mosaico en el cual
cada punto pasa a ser el centro de un polígono y cada localización en
su interior se encuentra más cercano a su correspondiente centro que a
cualquier otro.
El resultado corresponde a los denominados Polígonos de Voronoi o
Polígonos de Thiessen, nombrados indistintamente en la terminología geo-

Huellas n° 20 (2016) | Tipología de áreas de influencia de los Centros de Atención Primaria de Salud... (pp. 35-56) 41
gráfica (Buzai y Baxendale, 2012) en el primer caso en honor a quien estu-
diara sus propiedades matemáticas y en el segundo a quien los utilizara por
primera vez en una aplicación de tipo geográfico.
Esta configuración ideal puede ser ajustada en base a modelos gravita-
torios que incorporan diferentes pesos para cada punto y valores de fricción
a la distancia, como la fórmula de Reilly y Huff (Bailey, 1981). De esta
manera los límites se corren generando una mayor área en los centros que
tienen mayor influencia.

PRab es el punto de ruptura (localización del


límite) del área de influencia entre el punto A
y B, dab es la distancia, Pa y Pb sus respectivas
[1] poblaciones o cualquier otra medida de peso.
De esta manera, el límite se desplazará hacia el
punto con peso menor.

Finalmente, en algunos casos se tiene el valor que cada unidad espacial


aporta a la interacción con los centros y de esta manera pueden calcularse
valores de interacción que generan áreas que llegan espacialmente hasta
cubrir un determinado valor. Además de una superficie que rodea al punto
de oferta se obtienen los recorridos internos entre la población de demanda
potencial y el servicio.
Parte de la minimización de una fórmula objetivo para los desplaza-
mientos entre los centroides de demanda (D) y los puntos de oferta (O),
siendo D<O.

donde, ai es el peso asociado a


cada punto de demanda, dijes
la distancia entre el punto de
demanda i y el punto de oferta
potencial j, xij es el factor de
asignación que vale 1 si el
[2] Minimizar centro de oferta j es el más
cercano al punto de demanda
i y 0 en caso contrario, n es
la cantidad total de puntos de
demanda y m los potenciales
puntos de oferta (considerando
las existentes). Solución de
valores de sumas mínimas.

42 Gustavo Daniel Buzai | Huellas n° 20, ISSN: 0329-0573 (impresa) / 2362-5643 (en línea)
El análisis de áreas de influencia mediante modelos analíticos ha sido el
primer paso de abordaje temático. Corresponde a la aplicación de buffers
en evaluación multicriterio (Buzai, 2012, 2015a)cálculo de superficies por
polígonos de Voronoi-Thiessen (Buzai y Baxendale, 2012) y aplicación de
modelos de localización-asignación (Buzai, 2011, 2013) para pasar en una
siguiente etapa a trabajar con los datos empíricos que permiten ampliar la
situación funcional en el área de estudio.

4.2. El modelo empírico

El análisis empírico de las áreas de influencia en el interior de la ciudad


se realiza a partir de los datos correspondientes al uso del servicio por parte
de la población. Son datos que se centran en la localización de la oferta y
la distribución espacial demanda, que bien pueden estar asignados a puntos
individuales (Barcellos, 2007) o a pequeñas áreas que los agrupen con la
finalidad de simplificación (Buzai, 2015a).
A partir de allí, mediante la representación cartográfica, se verifica el
alcance espacial del servicio de salud, el cual muestra la superficie que
abarca el movimiento de pacientes en la búsqueda de satisfacer sus nece-
sidades de atención médica. Se asocia espacialmente la localización de los
CAPS con la distribución espacial e intensidad de su demanda.
Esta intensidad generalmente es máxima en las unidades espaciales
contiguas al CAPS y decrece con la distancia (DistanceDecay) en tanto
ley de la Geografía que se puede modelizar sintéticamente a través de la
siguiente función.

[3] Dónde I es la intensidad de la interacción espacial, D es la


distancia y a y b son constantes. Fórmula de Pareto.

El denominado diagrama de Pareto permite comprobar la evolución


de dos mediciones con la distancia al CAPS, la de la cantidad de consultas
(barras) y la acumulación porcentual de cobertura (líneas), incorporar la
cantidad de diagnósticos en una evolución inversa y los porcentajes acu-
mulados hasta llegar al valor total.
Considerando que la pendiente de caída puede ser modelizada como
una curva de regresión potencial hemos definido tres valores límite de in-
tervalos: 1, 10 y 100 con lo cual quedan definidos cuatro intervalos de
clase, donde los valores superiores a 100 estarían marcando los núcleos de
cada área de influencia.

Huellas n° 20 (2016) | Tipología de áreas de influencia de los Centros de Atención Primaria de Salud... (pp. 35-56) 43
La combinación de las metodologías del modelo empírico permiten ob-
tener los resultados cartográficos y gráficos que se presentan como base
para la definición espacial de las áreas de influencia asistencial.

5. Aplicación

5.1. Distribución espacial y distribución de intensidades

Los componentes generados para el análisis de las áreas de influencia de


los CAPS de Luján son la cartografía temática que muestra la distribución
espacial de los datos de diagnósticos médicos y el gráfico de distribución
de intensidades como indicativo del decrecimiento con la distancia.
La figura 2 presenta ambas distribuciones para cada CAPS. A la izquier-
da se se encuentra la cartografía temática representada en cuatro clases: 0 a
1 (blanco), 1 a 10 (amarillo), 10 a 100 (naranja) y mayor a 100 (rojo). A la
derecha su correspondiente representación gráfica con base en el diagrama
de Pareto con barras azules decrecientes con base en el eje x (distancia al
centro) y con altura en valores absolutos de diagnósticos (eje y, izquierdo)
y porcentajes acumulados de diagnósticos en línea roja (eje y, derecho).
La correspondencia existente entre los mapas y gráficos indica que
cuanto mayor es la superficie del área de influencia empírica mayor es la
cantidad de barras en su representación gráfica. Esta situación indica que
existe una fricción espacial diferente en cada caso y medida a través de la
constante b [ 3 ].
El cálculo de la función correspondiente brinda los siguientes valores
de b: Ameghino (-2,43), CIC San Fermín (-1,98), El Milagro (-5,47), Juan
XXIII (-2,64), La Loma (-2,15), La Palomita (-3,80), Lanusse (-2,20), Los
Gallitos (-3,34), Los Laureles (-3,95), Padre Varela (-2,42), Parque Lassa
(-2,40), Policlínico (-0,90), San Bernardo (-2,43), San Cayetano (-2,29),
San Francisco (-9,42), San Pedro (-1,94) y Santa Elena (-1,56).
Los CAPS El Milagro y San Francisco presentan las áreas de influen-
cia más compactas con valores de fricción más elevados, se acercan a
esta situación los CAPS La Palomita, Los Gallitos y Los Laureles. El
CAPS Policlínico, de manera inversa, presenta el área de influencia de
mayor extensión con muy bajo valor de fricción, sólo el CAPS Santa
Elena acompaña esta situación. Los demás CAPS cuentan con valores
que rondan b= -2, número central del modelo gravitatorio que indica que
la intensidad de atenciones decrece de manera inversa con el cuadrado
de la distancia.

44 Gustavo Daniel Buzai | Huellas n° 20, ISSN: 0329-0573 (impresa) / 2362-5643 (en línea)
Figura 2. Ciudad de Luján. Distribución espacial de
diagnósticos e intensidades con base en los radios censales urbanos

2a. Ameghino

2b. CIC San Fermín

2c. El Milagro

Fuente: El autor.

Huellas n° 20 (2016) | Tipología de áreas de influencia de los Centros de Atención Primaria de Salud... (pp. 35-56) 45
2d. Juan XXIII

2e. La Loma

2f. La Palomita

2g. Lanusse

46 Gustavo Daniel Buzai | Huellas n° 20, ISSN: 0329-0573 (impresa) / 2362-5643 (en línea)
2h. Los Gallitos

2i. Los Laureles

2j. Padre Varela

2k. Parque Lassa

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2l. Policlínico

2m. San Bernardo

2n. San Cayetano

2ñ. San Francisco

48 Gustavo Daniel Buzai | Huellas n° 20, ISSN: 0329-0573 (impresa) / 2362-5643 (en línea)
2o. San Pedro

2p. Santa Elena

Fuente: El autor.

Los datos empíricos permiten construir un sistema clasificatorio en


base a la combinación de la cantidad de categorías, la intensidad del
dato en cada unidad espacial y su alcance espacial. La construcción
parte de la existencia de 3 tipos principales de áreas de influencia de
acuerdo a la cantidad de intervalos de clase que contienen en la repre-
sentación cartográfica: A (3 clases), B (2 clases) y C (1 clase). Estos se
dividen en subclases de acuerdo al tipo de categorías de intensidad que
contiene: A queda igual ya que no tiene alternativas de combinación de
intervalos, B se divide en B1 (intervalos mayor y medio), B2 (inter-
valos medio y menor) y B3 (intervalos mayor y menor) y C se divide
considerando la única clase presente, C1 (clase alta), C2 (clase media)
y C3 (clase baja). Finalmente se subdividen de acuerdo al parámetro b
de fricción, el cual es un indicador de la extensión territorial del área de
influencia por lo cual cada subclase se divide en fricción alta, media y
baja. Quedan así definidas 21 clases de áreas, las cuales no necesaria-
mente quedan representadas.
La clasificación empírica realizada de acuerdo a los valores encontra-
dos para los CAPS de la ciudad de Luján se presenta en el Cuadro 1.

Huellas n° 20 (2016) | Tipología de áreas de influencia de los Centros de Atención Primaria de Salud... (pp. 35-56) 49
Cuadro 1. Tipología de áreas de influencia asistencial
Tipo Categorías Fricción CAPS b
Alta La Palomita, Los Gallitos y Padre Varela. -3,19
Ameghino, CIC San Fermín, Juan XXIII,
A A:1-2-3 Media La Loma, Lanusse, Parque Lassa y San -2,25
Pedro.
Baja Santa Elena -1.56
Alta
B1: 1-2 Media --- ---
Baja
Alta El Milagro -5,47
B B2: 2-3 Media San Cayetano -2,29
Baja Policlínico -0.90
Alta Los Laureles -3,95
B3: 1-3 Media --- ---
Baja --- ---
Alta
C1: 1 Media --- ---
Baja
Alta San Francisco -9.42
C C2: 2 Media San Bernardo -2,43
Baja --- ---
Alta
C3: 3 Media --- ---
Baja

6. Características socioespaciales
de las áreas de influencia empíricas

Desde un punto de vista espacial las áreas de influencia empíricas se


definen a partir de los radios censales que forman las áreas nucleares, lue-
go se amplían hacia las unidades espaciales con valores de intensidad si-
guiente inferior y finalmente se incorpora la característica de contigüidad
espacial.
Las áreas de influencia empírica presentan una importante compacidad
y están presentadas en la Figura 3. Solamente se detectan tres particulari-
dades a tener en cuenta al momento de su interpretación: (1)Norte: el área
de influencia del CAPS El Milagro queda absorbida dentro del área de in-
fluencia del CAPS Juan XXIII con mayor intensidad, por lo tanto no logra

50 Gustavo Daniel Buzai | Huellas n° 20, ISSN: 0329-0573 (impresa) / 2362-5643 (en línea)
representación espacial (2)Noroeste: el área de influencia del CAPS La
Loma queda desplazada a un radio censal sin contigüidad espacial ya que
el radio censal contiguo queda incorporado al CIC San Fermín, y (3)Sur: el
área de influencia del CAPS Parque Lassa muestra un desarrollo lineal que
se interrumpe por la intromisión de una pequeña área urbana que pertenece
al CAPS Los Gallitos.

Figura 3. Ciudad de Luján. CAPS: Áreas de influencia empíricas

A partir de realizar la regionalización correspondiente a las áreas de


influencia empíricas se presentan a continuación las características demo-
gráficas básicas de cada uno de los espacios definidos y los totales que
corresponden a la ciudad de Luján (Cuadro 1).

Cuadro 1. Datos básicos agrupados por áreas de influencia


SUPERFICIE NBI
AREA POBLACION VARONES MUJERES ED_014 ED_1564 ED64M NBI
(Ha) (%)

1 174,41 5466 2729 2737 1907 3310 249 1256 22,98


2 154,34 5030 2475 2555 1717 3048 265 1128 22,43
4 509,77 4528 2245 2283 1184 2994 350 379 8,37
5 133,18 1236 624 612 300 807 129 86 6,96
6 164,75 2055 1071 984 480 1371 204 171 8,32
7 213,65 5443 2666 2777 1552 3459 432 718 13,19
8 239,89 3414 1678 1736 1123 2100 191 397 11,63

Huellas n° 20 (2016) | Tipología de áreas de influencia de los Centros de Atención Primaria de Salud... (pp. 35-56) 51
SUPERFICIE NBI
AREA POBLACION VARONES MUJERES ED_014 ED_1564 ED64M NBI
(Ha) (%)
9 407,45 1408 712 696 399 897 112 158 11,22
10 244,57 2978 1453 1525 941 1821 216 362 12,16
11 114,86 7974 3907 4067 1893 5235 846 377 4,73
12 539,44 19925 8568 11357 2989 12154 4782 392 1,97
13 56,99 2966 1415 1551 710 1929 327 104 3,51
14 171,74 8420 3981 4439 1826 5466 1128 457 5,43
15 34,18 804 403 401 201 518 85 49 6,09
16 102,80 1392 694 698 450 887 55 320 22,99
17 280,62 6751 3252 3499 1653 4301 797 449 6,65
TOTAL 3542,64 79790 37873 41917 19325 50297 10168 6803 8,53

Fuente: El autor.

Los valores absolutos de población (total) y características poblacionales


(sexo y grupos de edad) encuentran una importante relación al tamaño de las
áreas de influencia, una síntesis de esta relación la presentamos en la figura 4
que presenta la correlación entre superficie y población total con r = 0,53. La
proporción de varones y mujeres, y la proporción de población entre varones,
mujeres, población de 0 a 14, población de 15 a 64 años y población de más
de 64 años se mantiene relativamente estable en las diferentes áreas.

Figura 4. Gráfico de dispersión entre superficie


de las áreas de influencia y el valor de población total

Fuente: El autor.

52 Gustavo Daniel Buzai | Huellas n° 20, ISSN: 0329-0573 (impresa) / 2362-5643 (en línea)
Como principal población de demanda de los CAPS en el ámbito ur-
bano, merece particular atención el porcentaje de población con Necesida-
des Básicas Insatisfechas (NBI) (Guagliardo, 2004), a partir de realizar el
gráfico que permitirá sus agrupamientos por cortes naturales.Al respecto
son tres áreas de CAPS las que se agrupan con valores superiores al 20%
(San Pedro, Ameghino y CIC San Fermín) y otras cuatro con valores entre
el 10% y 20% (Lanusse, Padre Varela, Los Gallitos y Los Laureles). Estas
áreas aparecen con valores más oscuros enel mapa de la Figura 4.

Figura 5. CAPS. Porcentaje de población con Necesidades Básicas


Insatisfechas (NBI) en las áreas de influencia. Representación gráfica y
cartográfica por cortes naturales

Fuente: El autor.

Las imágenes previas muestranla distribución espacial de la población


de demanda potencial de los habitantes en situación de pobreza que se
ubica en la periferia extrema de la ciudad, presentando una distribución
espacial asociada almapa social de la ciudad de Luján (Buzai, 2015b).

7. Consideraciones finales

En el presente trabajo han quedado ejemplificadas instancias teórico-


metodológicas de construcción espacial tendientes a la definición de las
áreas de influencia empíricas para los CAPS de la ciudad de Luján.
La obtención de los resultados permite ampliar la perspectiva brindada
por las posibilidades modelísticas que provee la obtención de buffers y la
aplicación de modelos de localización-asignación. En este caso a partir de
contar con datos reales de la atención médica recibida por la población del
área de estudio.

Huellas n° 20 (2016) | Tipología de áreas de influencia de los Centros de Atención Primaria de Salud... (pp. 35-56) 53
Las preguntas que permite responder el trabajo están relacionadas con
la cantidad, tamaño y distribución espacial de las áreas de influencia, al
mismo tiempo presentar los datos agrupados de variables censales ante la
necesidad de caracterización de la población de demanda potencial en cada
una de ellas.
Con la obtención de estos resultados se cuenta con el material necesario
para comprender la estructura del sistema espacial.
Consideramos que el análisis espacial cuantitativo muestra su utilidad
a la Geografía al permitir la comprensión de las estructuras espaciales que
organizan la vida y las actividades socio-económicas de los ciudadanos.
En este caso fue aplicado al servicio de salud pública basado en los
CAPS, con lo cual se generó un claro material de base que debe encon-
trarse presente ante toda toma de decisiones administrativa por parte del
gobierno local en el futuro.

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Artículo

3
Grandes sistemas técnicos y espacio
geográfico. Revisión de posturas y
articulaciones conceptuales

Adriano Daniel Furlan1


Universidad Nacional de Mar del Plata-CONICET

@ [ adryfurlan@hotmail.com ]

Fecha de recepción: 30/06/16


Fecha de aprobación: 01/09/16

Cita sugerida: Furlan, A. (2016) Grandes sistemas técnicos y espacio geográfico. Re-
visión de posturas y articulaciones conceptuales. Revista Huellas Nº 20, Instituto de
Geografía, EdUNLPam: Santa Rosa. Recuperado a partir de: http://cerac.unlpam.edu.
ar/index.php/huellas

DOI: http://dx.doi.org/10.19137/huellas-2016-2004

Resumen
El estudio de las modernas redes de infraestructura en términos de “gran-
des sistemas técnicos” fue inaugurado por Hughes y desarrollado por ana-
listas sociales de la técnica como Joerges, Mayntz y Gras. Milton Santos
incorporó nociones procedentes de dicha área del saber en su caracteriza-
ción del sistema técnico actual y del espacio geográfico. El artículo revisa
el concepto de gran sistema técnico, haciendo hincapié en una selección
de contribuciones que poseen pertinencia para su adopción en la Geogra-
fía, es decir, miradas susceptibles de ser integradas a través del momento
espacial de la teorización. La base para ordenar la articulación conceptual
se encuentra en la teoría del espacio de Milton Santos. Las ideas que se
discuten son reinterpretadas, así, a la luz de un marco teórico que pre-
figura una comprensión particular de la naturaleza de lo geográfico. La
reunión de aportes, por lo tanto, pretenden ofrecer un bagaje conceptual
para el abordaje de la estructuración, el funcionamiento y el desarrollo de
los grandes sistemas técnicos: creaciones heterogéneas, complejas, diver-
sificadas y eminentemente políticas que desempeñan papeles estratégicos
en la modernización de la sociedad, implicados en prácticamente todas las
prácticas humanas, y que definen un espacio propio.

Palabras clave: técnica; infraestructura de gran escala; redes; medio geográfico.

1 Profesor en Geografía (Universidad Nacional de Mar del Plata) y Doctor en Geografía (Uni-
versidad Nacional de La Plata). Becario Posdoctoral del Consejo Nacional de Investigaciones
Científicas y Técnicas. Miembro del Centro de Investigaciones Geográficas y Socio-ambien-
tales de la Universidad Nacional de Mar del Plata. Autor y expositor de trabajos sobre la
temática de los servicios de infraestructura, con especial interés en la energía, en eventos aca-
démicos de alcance nacional e internacional. Cuenta con publicaciones sobre dicha temática
en libros y revistas científicas.

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Large technical systems and geographical space.
Revising stances and conceptual articulations

Abstract
The study of modern infrastructure networks in terms of “large technical
systems” was firstly established by Hughes and later developed by social
analysts of technology such as Joerges, Mayntz and Gras. Milton Santos
incorporated notions from this area of ​​knowledge when he characterized
the current technical system and the geographical space. The article re-
views the concept of large technical system, emphasizing a set of con-
tributions that are highly useful in the field of geography, i.e. insights
likely to be integrated at the moment of space theorizing. The basis for
organizing conceptual articulations is present in Milton Santos’ theory of
space. So, the ideas discussed are reinterpreted applying a theoretical
framework that foresees a particular understanding of the nature of the
geographical element. The contributions, therefore, aimed at providing a
conceptual background to approach the structure, operation and develop-
ment of large technical systems: heterogeneous, complex, diversified and
highly political creations that play strategic roles in the modernization of
society, involved in virtually all human practices and which define their
own space.

Key words: technique – large scale infrastructure – networks – geographi-


cal environment.

Os grandes sistemas técnicos e o espaço geográfico.


Revisão de posições e articulações conceituais

Resumo
O estudo das modernas redes de infraestrutura em termos de “grandes
sistemas técnicos” foi inaugurado por Hughes e desenvolvido por analistas
sociais da técnica como Joerges, Mayntz e Gras. Milton Santos incorporou
noções precedentes desta área do saber na sua caracterização do sistema
técnico atual e do espaço geográfico. Este artigo visa o conceito de grande
sistema técnico, fazendo ênfase em uma seleção de contribuições que
possuem pertinência para sua adoção na Geografia, isto é, olhares suscep-
tíveis de serem integrados através do momento da teorização. A base para
ordenar a articulação conceitual se encontra na teoria do espaço de Milton
Santos. As ideias que se discutem são reinterpretadas sob a luz de um
marco teórico que prefigura uma compreensão particular da natureza do
que é geográfico. Consequentemente, os aportes pretendem oferecer uma
bagagem conceitual para a abordagem da estruturação, o funcionamento e
o desenvolvimento dos grandes sistemas técnicos: criações heterogéneas,
complexas, diversificadas e eminentemente políticas que desempenham
papéis estratégicos na modernização da sociedade, envolvidos pratica-
mente em todas as práticas humanas e que definem um espaço próprio.

Palavras chave: técnica - infraestrutura de grande escala – redes – meio


geográfico.

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Introducción2

A propósito de la descripción y explicación del espacio contemporáneo,


Milton Santos sugirió una serie de temas del discurso geográfico que
merecerían una atención mayor, entre los cuales incluyó “los sistemas de
ingeniería y sus características actuales, la creación de los grandes objetos
geográficos, los fijos y flujos en el espacio” (Santos, 1994: 62). El argu-
mento que sostiene el orden de prioridades de esa focalización es que: “el
conocimiento de los sistemas técnicos sucesivos es esencial para la com-
prensión de las diversas formas históricas de estructuración, funcionamien-
to y articulación de los territorios” (Santos, 2000: 145).
La constante voluntad de perfeccionamiento de los instrumentos de
análisis del fenómeno técnico lo impulsó a indagar variadas perspectivas
teóricas que alimentaron la erudición de su pensamiento geográfico. Con
respecto a los sistemas de ingeniería, en La naturaleza del espacio; obra
que –en nuestra opinión– refleja su interpretación más refinada del sistema
técnico actual; incursionó en la visión de los “grandes sistemas técnicos”
(GST), inaugurada por Thomas Hughes a comienzos de la década de 1980
y continuada por otros analistas sociales de la técnica, como Renate Ma-
yntz, Bernward Joerges y Alain Gras. En su versión original, la visión de
los GSTs tiene por objeto la realidad histórica de las redes de infraestruc-
tura que se desarrollan desde fines del siglo XIX sobre la base tecnológica
de las principales formas de transporte, comunicación y energía (Mayntz
y Hughes, 1988; Robert, 1999). Pero con el transcurrir de los debates en
torno al encuadre teórico de los sistemas de artefactos que componen el
ambiente construido de la era contemporánea, el concepto del GST fue
abierto a la consideración de nuevas clases de estructuras socio-técnicas.
Teniendo en cuenta la importancia que poseen los GSTs en la organi-
zación y la cotidianidad del mundo de hoy, parecería conveniente revisitar
aportes efectuados por los representantes de esta peculiar conceptualiza-
ción a los fines de identificar elementos útiles al entendimiento de la con-
dición de existencia del espacio geográfico y de sus implicancias en la vida
social. El camino trazado en este artículo ubica como punto de partida las
precursoras conexiones conceptuales establecidas por Milton Santos en la
formulación de su teoría del espacio. El punto de partida escogido permite
dos cosas. Por un lado, contamos con un marco interpretativo de lo geográ-
fico, donde se define la orientación epistemológica inserida en el discurso
2 El presente artículo se enmarca en el proyecto de investigación posdoctoral “El desarrollo
geográfico de la red eléctrica argentina en el marco de la reestructuración del capitalismo
nacional (1975-2012)”, financiado por el CONICET.

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disciplinar ante la inmensa dispersión de significados atribuida al término
“espacio” y, por consiguiente, desde el cual avanzar lógicamente hacia la
articulación de los conceptos. En dicha propuesta, el espacio geográfico
es definido como “un conjunto indisoluble, solidario y contradictorio, de
sistemas de objetos y sistemas de acciones” (Santos, 2000: 54). Por el otro,
la recuperación crítica del antecedente presupone un orden para llevar ade-
lante la revisión de posturas y posiciones de los analistas del GST y plan-
tear interrogantes sobre lo que Santos identificó como elementos de interés
para la Geografía, así como agregar otros que creemos pueden engarzar
con toda coherencia en su sistema teórico. Luego, damos paso al análisis de
miradas sobre el GST, colocando el acento en el “momento espacial” de la
conceptualización. La pesquisa es francamente deudora de la exploración
temática iniciada por Santos, que retomamos con voluntad de ampliación
y actualización de sus horizontes. Esperamos que las ideas reunidas en
el texto sean de utilidad para geógrafos y estudiosos de disciplinas afines
interesados en pensar el rol de los grandes sistemas técnicos en la estructu-
ración y desarrollo histórico del espacio.

La importancia de los grandes sistemas técnicos

Los GSTs cumplieron un rol fundamental en los procesos de industriali-


zación, urbanización y crecimiento económico desde finales del siglo XIX.
Inicialmente, fueron ferrocarriles, telégrafos y teléfonos; suministros de
agua potable, gas y electricidad; desagües y otros tipos de canalizaciones,
ductos y vías de transportación que en la forma de modernas redes técnicas
ayudaron a producir “cambios significativos en el estilo de vida” (Mayntz
y Hughes, 1988) y en la “estabilización de las relaciones sociales” (Robert,
1999). Al extraordinario despliegue que exhibieron las fabricaciones de
esta “primera generación” de GSTs, le continuaron otros saltos cualitativos
no menores asociados con el progreso científico-tecnológico y la prospe-
ridad de la época de Posguerra, que, debido a la aceleración del ritmo de
innovación y a la competencia y perpetuo recambio de técnicas que obligan
las invariantes del modo de producción del capital, han originado la con-
vivencia de una multiplicidad de redes paralelas, tal como atestiguan los
vigentes medios de transporte y comunicación. A las redes técnicas de los
servicios de infraestructura y de organizaciones socio-técnicas específicas
se agregan otras estructuras no necesariamente reticulares pero involucra-
das, asimismo, en el orden técnico contemporáneo. Sean de origen “tradi-
cional” o reciente, todos los GSTs prestan función en el metabolismo entre

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sociedad y naturaleza y participan por su inmediata presencia en la pro-
ducción y reproducción del medio técnico-científico-informacional, según
modos atribuidos por el desarrollo de las fuerzas productivas y el estado
dinámico de las relaciones sociales y con desiguales grados de difusión-
concentración y eficacia. Construcciones de envergadura al servicio de la
circulación de bienes y personas o de la concreción de unas funciones es-
tratégicas menos visibles y accesibles que le dan su apariencia geohistórica
a la fase del desarrollo capitalista de la globalización. Una etapa en la que
la proliferación de efectos sociales y ambientales del crecimiento desmesu-
rado enciende alarmas y pone en jaque la sostenibilidad de las estrategias
de desarrollo. Los GSTs son piezas medulares de estos desequilibrios sisté-
micos y atraviesan de lleno el núcleo de la moderna disyuntiva axiológica
que pesa sobre la tecnología.

Aproximaciones preliminares al gran


sistema técnico a través de Milton Santos

La técnica es una categoría que ocupa una posición central en el pensa-


miento de Milton Santos: hace posible la empirización del tiempo a la vez
que hace posible la cualificación precisa de la materialidad sobre la que tra-
bajan las sociedades humanas (Santos, 2000: 47). Por el alto contenido en
ciencia y tecnología que incorpora el medio geográfico, cada vez más arti-
ficializado, en el actual período histórico deviene “medio técnico-científico-
informacional” (op.cit.). La idea de la técnica como hecho sistémico e inse-
parable del contexto que le otorga sentido sugiere para Santos reconocer en
el sistema técnico una categoría interna de análisis del espacio. En el plano
metodológico, tal postulado epistemológico implica considerar los particu-
lares sistemas técnicos que soportan las actividades y prácticas sociales. La
consideración de los sistemas técnicos a través de los objetos que los integran
y las acciones que los animan forma parte de una visión amplia de la episte-
mología geográfica que procura acceder al conocimiento del significado del
espacio mediante la división analítica de sus partes, pero sin perder de vista
nunca la totalidad en movimiento que lo constituye (Santos, 1986).
En Metamorfosis del espacio habitado (1988), el autor se referirá a los
sistemas técnicos como “sistemas de ingeniería”, definidos simplemente
como “conjuntos de fijos, naturales y sociales” (Santos, 1995: 76), siendo
los “fijos” instrumentos de trabajo y fuerzas productivas que se encuen-
tran localizados y que provocan flujos en función de sus datos técnicos
y políticos (75-76). Los sistemas de ingeniería se hallan presentes en

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toda sociedad y evolucionan con la historia, cambiando en ellos la com-
posición de instrumentos de trabajo y fuerzas productivas y los niveles
de organización sistémica. En esa historia, surgen sistemas de ingeniería
que se enlazan y superponen unos a otros, adaptándose a las condiciones
sociales y materiales de la producción (Santos, 1986: 11). Tomados en
conjunto, expresarían estas tendencias: artificialización no homogénea de
la naturaleza, uso creciente del capital sobre el trabajo (con repercusio-
nes cualitativas y cuantitativas en la estructura profesional), unificación
técnica y organizacional, interdependencia, diversificación y expansión
de los objetos técnicos, cooperación geográficamente extendida, mul-
tiplicación de mediaciones y universalización (Santos, 1995: 77-79). A
medida que los sistemas de ingeniería evolucionan y ganan complejidad
se hace imprescindible disponer de los conceptos que den cuenta de la
especificidad de las nuevas situaciones. Pero al no ocuparse Santos de lo
que distingue a los sistemas de ingeniería entre sí, ni de la variedad de sus
organizaciones resultantes, no ofrece pautas para la particularización del
sistema técnico total, sobre todo, en lo que respecta al medio geográfico
del período histórico actual.
Más tarde, la caracterización del sistema técnico expuesta en La na-
turaleza del espacio (1996), si bien muestra solución de continuidad con
las ideas previas del autor, extiende las consideraciones sobre la especi-
ficidad de los sistemas de ingeniería. En principio, las generalidades son
similares a las contempladas con anterioridad, a las que se añadirán en-
fáticamente nuevos atributos asociados a la racionalización de los obje-
tos y las acciones. Entre los más significativos, identifica: universalidad
y auto-expansión, vida sistémica, concreción, contenido en información e
intencionalidad (Santos, 2000: 180)3. Luego, aunque la obra no persigue
construir una clasificación de los particulares sistemas técnicos, se señala
que éstos incluyen a los “macrosistemas técnicos”. Santos afirma que esta
expresión fue utilizada por varios autores; entre quienes cita a Joerges,
Hughes, Mayntz y Gras; para designar a “aquellos sistemas técnicos sin los
cuales los otros sistemas técnicos no funcionarían” (150). Los macrosiste-
mas técnicos –agrega– promueven grandes obras (embalses, vías rápidas
de transporte, aeropuertos, comunicaciones, etc.) y constituyen el funda-
mento material de las redes de poder (151).

3 La lista de propiedades del actual sistema técnico, aludidas a lo largo del libro, es sumamen-
te extensa. Solamente para apoyar este punto, trabajado con suficiencia por el autor, valga
agregar: interdependencia, complementariedad, cohesión, unificación, rapidez de difusión,
invasión, indiferencia en relación al medio en se instalan, artificialización, racionalización,
estandarización, indivisibilidad y autonomía relativa, entre otras (Santos, 2000: 151-154).

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El planteo general de Milton Santos permite inferir algunas ideas adi-
cionales sobre los macrosistemas técnicos. Esta clase singular de sistema
de ingeniería4 se halla jerárquicamente posicionada en la base del siste-
ma técnico total. Todas las acciones y funciones que ocurren en el me-
dio técnico-científico-informacional estarían atravesadas por la ineludible
co-presencia de los macrosistemas técnicos, ya que sin su concurrencia
ninguno de los objetos técnicos modernos, y menos aún los más recientes
y sofisticados de ellos, podría intervenir en las acciones para las cuales fue-
ron concebidos o lo harían muy deficientemente, con un mínimo grado de
eficacia y sin manifestación de su intencionalidad. Debido a la dependencia
funcional que ejercen sobre el funcionamiento del conjunto, los macrosis-
temas técnicos son, por lo tanto, componentes estratégicos del sistema téc-
nico hegemónico. El comportamiento invasivo del sistema técnico actual
sobre prácticamente todos los lugares del planeta, y la consecuente tenden-
cia a la homogeneización de los patrones de producción y uso del espacio,
aún con diferenciales de densidad técnica e informacional y complejidad
organizativa, sería posible gracias a los macrosistemas. Y si la conjetura es
atinada, también debería aseverarse la necesaria precedencia o expansión
simultánea de los macrosistemas con respecto a la distribución espacial de
los objetos no macrosistémicos en la evolución poco uniforme del medio
geográfico.
Ahora bien, el modo en que Milton Santos trata el asunto del macro-
sistema técnico, o GST, despierta ciertos interrogantes que deben ser es-
clarecidos. Primero, más allá de su importante condición de técnica base,
Santos no detalla cuáles serían los atributos del macrosistema técnico,
¿hay un isomorfismo pleno entre las cualidades del GST y las del sistema
técnico actual? ¿Comparte sólo algunas propiedades generales? O, en
cambio, ¿es dueño de unos rasgos singulares que es preciso dilucidar?
El uso que Santos realiza de la noción de “reverse salient” de Hughes,
como se verá más adelante, es alcanzada por planteos de tenor similar.
Segundo, la expresión de “macrosistema técnico” (“macro-système tech-
nique”), que Santos adjudica a los ya mencionados autores, le pertenece
a Alain Gras, mientras que el resto inscribe sus reflexiones en la locución
“gran sistema técnico” (“large technical system” o “grosse technische
system”). Aquí no hay una mera cuestión terminológica o lingüística, sino
conceptual: el macrosistema técnico representa una categoría específica
de GST (Gras, 1993a: 17). La conceptualización del GST está habitada

4 Utilizando el lenguaje de Santos, hablamos de “sistema de ingeniería” (conjunto de fijos), aún


cuando las nociones de macrosistema técnico, o GST, como veremos más adelante, conside-
rarían simultáneamente fijos y flujos.

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por matices que cabe explicitar. Y, tercero, la incorporación de la noción
de macrosistema técnico por parte de Santos se realiza en el entorno in-
terpretativo del sistema técnico actual. Ello suscita preguntas acerca de
sus trayectorias históricas y relaciones de actualidad. No hay dudas de
que son estructuras que han cumplido un papel decisivo en la creación
del medio técnico-científico informacional, pero es necesario clarificar,
visto del lado inverso, si las actividades a las cuales hacen referencia
los GSTs (comunicaciones, transporte, energía, etc.) deben ser siempre y
unívocamente definidas según estas formas de organización social de las
técnicas particulares, incluso en el entramado del sistema hegemónico.
Las páginas que siguen discurren por distintas perspectivas conceptuales,
intentando dar respuesta a los puntos observados, para hacer del GST en
sí mismo un objeto de estudio geográfico.

El concepto de gran sistema técnico



Los orígenes del concepto de “gran sistema técnico” se remontan a la
obra del historiador estadounidense Thomas Park Hughes Networks of
power, publicada en 1983 y dedicada a examinar los cambios tecnológicos
y organizativos que acontecen en la red eléctrica de los Estados Unidos,
Alemania e Inglaterra durante el período comprendido entre 1880 y 1930.
El autor empleará la noción del “gran sistema tecnológico” (large techno-
logical system) para referirse a aquellos sistemas de infraestructura de gran
escala utilizados en el suministro de bienes y servicios (transporte, produc-
ción-transmisión-distribución de electricidad y gas, comunicaciones, agua
potable, etc.) que caracterizan la complejidad funcional de la sociedad mo-
derna y que de forma creciente estructuran el ambiente construido: un GST
está constituido por componentes técnicos e institucionales interconectados
por una red, que suelen estar centralmente controlados con la finalidad de
optimizar el rendimiento y orientarlo hacia el logro de objetivos (Hughes,
1983: 5-6). Los GSTs tienen una dinámica interna, determinada por los
caracteres intrínsecos del desarrollo tecnológico, y son, a la vez, artefactos
culturales, razón por la cual debe prestarse atención también a los recursos
cambiantes y aspiraciones de los individuos, grupos y organizaciones que
los construyen. La interacción entre lo técnico y lo social lleva a Hughes a
calificar a los GSTs como sistemas sociotécnicos y heterogéneos (ibíd.). La
conceptualización se completa con una serie de propiedades comunes a los
enfoques de sistemas: orden jerárquico, interacción de los componentes,
apertura, relaciones de dependencia sistema/entorno, delimitación sistémi-

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ca mediante los alcances del control y tendencia a incorporar el entorno en
su interior para eliminar fuentes de incertidumbre5.
La propuesta de una explicación histórica alrededor de la interacción de
sendos dominios –social y técnico– y, por lo tanto, contraria a las posturas
deterministas (tanto tecnológica como histórico-social), le dio una novedosa
impronta al enfoque de Hughes, ejerciendo notable influencia en investiga-
dores de Europa occidental y Estados Unidos (Mayntz y Hughes, op.cit.; Ai-
bar, 1996; Zachary, 2014). Unos pocos años después, en un trabajo publicado
en 19876, que conserva las líneas generales de Networks…, Hughes señalará
que: un (gran) sistema tecnológico se orienta a la resolución de problemas
complejos, relacionados en su mayor parte con el reordenamiento del mundo
físico, de modos que se consideran útiles o deseables, y que alcanza sus me-
tas utilizando medios disponibles y apropiados (2008: 105). En relación a sus
partes, detalla que un GST incluiría: componentes técnicos (físicos), organi-
zaciones, “artefactos legislativos”, componentes científicos (libros, investi-
gaciones, etc.) y recursos naturales (101). La presencia de lo natural, en la
forma de recursos o materia prima, no es inquirida por Hughes, que mantiene
la representación de la heterogeneidad (de “sustancias”) en la división social/
técnico. Aunque la cuestión no se explicita, la división analítica que practica
sugiere que es válido considerar a la naturaleza, objeto del reordenamiento
social del mundo físico, en el dominio de lo técnico7.
Al esbozar una breve génesis conceptual, Renate Mayntz ofrece una
pista para despejar dudas sobre el sentido de la técnica y la composición
del GST, ya que defiende que éste debe ser considerado como un sistema
sociotécnico al estilo de Emery y Trist (Mayntz, 2009)8. Según Eric Trist,
5 El enfoque sistémico de Thomas Hughes fue criticado por su empleo “metafórico” (Joerges,
1999) y “pragmático” (Barnes, 1984; Callon, 1998) de la noción de sistema. Hughes reconoce
esa debilidad y afirma que su concepto es “más útil para los historiadores”, en comparación
con el aplicado por otros científicos (Hughes, 2008: 101).
6 Nos referimos a The Evolution of Large Technological Systems, capítulo publicado en el libro
coeditado por Bijker, Hughes y Pinch, The social construction of technological systems. Aquí
utilizamos paginación de la versión traducida al español, publicada por la Universidad Na-
cional de Quilmes en 2008.
7 Que en el desglose de elementos se enlisten los recursos naturales es un dato que deseamos ponde-
rar, ya que suele pasar desapercibido en las reseñas y discusiones. Por ejemplo, Fox (1996) comenta
que los sistemas tecnológicos de Hughes incluyen realidades heterogéneas tales como “organiza-
ciones humanas” y “artefactos técnicos”, y Erik van der Vleuten (2004) dice que las publicaciones
canónicas sobre GTSs reclaman exactamente la interacción entre la “tecnología” y la “sociedad”
en su dominio de estudio. A menos que se expliciten las posiciones, “artefactos” y “tecnología” son
denominaciones que no necesariamente interpelan a la técnica como una realidad híbrida.
8 Emery y Trist acuñaron la expresión “sistema sociotécnico” en el contexto de los estudios
laborales industriales que se llevan a cabo en el Instituto Tavistock de Londres a fines de los
años cincuenta (Ropohl, 1999).

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los sistemas sociotécnicos vinculan un subsistema humano y un subsistema
no humano para transformar sus inputs en outputs, dependiendo para ello
fundamentalmente de tecnología y de recursos materiales (Trist, 1981).
Ambos subsistemas en interacción constituyen el medio de la transforma-
ción. En ese proceso, lo humano participa como sujeto y medio de transfor-
mación, proveyendo trabajo organizado, mientras que la tecnología y los
recursos materiales, tanto naturales como artificiales, formando el subsiste-
ma no humano, o simplemente técnico, lo hacen como objeto y medio, esto
es, la materia a manipular y los instrumentos del trabajo.
Una definición complementaria a la de Hughes, la aporta Bernward
Joerges, quien define al GST como “sistemas de maquinarias y estructu-
ras independientes que realizan complejas operaciones de estandarización,
más o menos fiable y predeciblemente, por el hecho de estar integradas con
otros procesos sociales y que son gestionados y legitimados mediante una
racionalidad formal, intensiva en conocimiento e impersonal” (Joerges,
1988: 23-24). También dice que los GSTs son:

sistemas complejos y heterogéneos de estructuras físicas y maquinarias


complejas que están materialmente integrados, o “acoplados”, a través de
grandes extensiones de espacio y tiempo; independientemente de las par-
ticularidades culturales, políticas, económicas y corporativas; y que sostie-
nen el funcionamiento de un gran número de otros sistemas técnicos, cuya
organización, de esa forma, queda ligada (Joerges, 1988: 24).

Dependencia y riesgo

La casi totalidad de procesos y prácticas de las sociedades modernas de-


pende del funcionamiento continuo de los GSTs. Ante pérdidas de capaci-
dad o interrupciones del suministro, los GSTs se convierten en “objetos de
la ansiedad pública” (La Porte, 1988: 241). Langdon Winner describió esa
situación crítica utilizando el término médico “apraxia”: “Si un vínculo im-
portante en un sistema técnico deja de funcionar, todo el sistema se detiene o
se convierte en un caos. (…). En redes técnicas de gran escala integradas por
componentes artificiales con complejas interconexiones e interdependencias,
la apraxia es un peligro constante” (Winner, 1978: 186). En el funcionamien-
to normal de la sociedad, la dependencia hacia los GSTs entraña un riesgo de
desadaptación o suspensión de la actividad habitual que tiende a ser sobrelle-
vado cada vez más mediante el perfeccionamiento del control y la creciente
absorción de la contingencia, sin que ello sugiera una total eliminación del
riesgo de fallas, enfrentado en su manejo a limitantes de variada índole (au-

66 Adriano Daniel Furlan | Huellas n° 20, ISSN: 0329-0573 (impresa) / 2362-5643 (en línea)
sencia de innovación y desarrollo tecnológico, desproporción costo-benefi-
cio, imprevisibilidad, etc.). De ahí que no siempre sea plausible hablar de una
correlación directa, en un sentido funcional, entre dependencia y riesgo. Por
otra parte, sí es lícito conjeturar que los GSTs son las principales formas de
intermediación en el metabolismo sociedad-naturaleza y que por ello están
íntimamente ligados a los mayores impactos y desajustes ecológicos de la era
moderna-industrial y a la producción de los mayores riesgos ambientales.

Gran escala y variedad de GSTs

El acoplamiento material que permite la interconexión y la interdepen-


dencia es la estructura en red, típica de la morfología originaria de los
GSTs. La alta penetración que han venido experimentando los servicios
de infraestructura en red desde finales del siglo XIX, es el fenómeno por
el cual Hughes atribuye una “gran escala”. Pero la gran escala, o “gigan-
tismo” (Gras, 1993a), no sólo consiste en una cualidad física del tamaño
de los artefactos. Es también un criterio a partir del cual pueden inferirse
relaciones de organización inherentes a la inserción de los GSTs en el me-
dio geográfico, ya que a medida que éstos se expanden hasta un nivel casi
global, sus estructuras de producción se descentralizan, su propiedad se
fragmenta y se exigen una coordinación creciente y una concentración de
la regulación (Mayntz, op.cit., Linares, 2008).
El constante incremento de complejidad y tecnificación de las socie-
dades se ve reflejado en la innovación y el desarrollo de las estructuras
sociotécnicas. Los GSTs de Hughes acapararon primordialmente la aten-
ción de los estudiosos, pero la historia social de la técnica impone el reco-
nocimiento de los nuevos ensambles. Joerges afinó la óptica y avanzó en la
tipología de los GSTs para su adecuada aprehensión. Según un criterio de
habilitación de funciones, identifica GSTs de primer orden, “sistemas de
infraestructura que poseen un objetivo abierto” (suministro eléctrico y de
gas, ferrocarril, etc.), y GSTs de segundo orden, aquellas “superestructuras
intersistémicas que reagrupan partes de sistemas de primer orden para rea-
lizar una tarea en particular”, que ejemplifica con las múltiples actividades
coaligadas en el trasplante de órganos (Joerges, 1995: 44). Esta división
repercute en la forma de coordinación del GST. Offner (1996: 28) discute
el supuesto de la universalización del control centralizado en los GSTs y
señala que esta modalidad únicamente le corresponde a los GSTs de primer
orden, mientras que los de segundo orden funcionan de forma descentrali-
zada, mediante la combinación de ajustes locales. Joerges aplica un criterio

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basado en la inserción social de la técnica y separa entre “grandes redes
técnicas” (GRT) y “grandes programas tecnológicos” (GPT). Las GRTs
son estructuras que conectan a operadores, controladores y usuarios, son
análogas a los GSTs de Hughes; los GPTs –en la línea de la Big Science o
Big Technology–, son sistemas pre-infraestructurales orientados cuasi-ex-
perimentalmente hacia objetivos técnicos, políticos y económicos (1996:
5). La apertura hacia otras configuraciones de los GSTs ensancha la visión,
pero no está exenta de controversias acerca de los alcances del concepto.
Mientras hay un amplio consenso alrededor de la clasificación basada en
el criterio de utilización de una red física (Robert, 2004; Mayntz, 2009), la
inclusión de ciertos sistemas específicos ha sido duramente criticada (Gras
et al., 1990)9. Más allá de los resultados de la categorización, es interesante
cotejar que los procesos de innovación y desarrollo tecnológico y la inte-
rrelación de funciones que hacen a la vida colectiva, sugieren la actualiza-
ción de los GSTs, de la especificidad de sus aspectos y de la heterogeneidad
de las formas socio-técnicas a las que dan lugar en la creación del medio
técnico-científico-informacional.

El esquema evolutivo de Hughes


en diálogo con la perspectiva de Milton Santos

A partir del estudio histórico de la red eléctrica, Hughes construyó un


esquema de la evolución de los GSTs10. Según este modelo, esa historia
puede ser descrita según fases demarcadas por el predominio de alguna de
las siguientes actividades: invención, desarrollo, innovación, transferencia,
crecimiento, competencia, consolidación. Cuando los sistemas maduran,
adquieren estilo y momentum. Después de algún tiempo, ingresan en un
período de declinación. Las fases no son secuenciales, existen solapamien-
tos y retrocesos y se ordenan según el “constructor de sistemas” más activo
como ejecutor de las decisiones que deben tomarse para resolver proble-
mas originados por el crecimiento.
Estas fases o patrones de evolución pueden asistir al método de la Geogra-
fía en el reconocimiento y abordaje de los sistemas de objetos y sistemas de
acciones que integran los GSTs. Las invenciones radicales son acciones que
originan procedimientos y artefactos que inauguran un nuevo sistema técni-
9 Gras et al. (1990) rechazan la transgresión de límites conceptuales del GST que efectuaron
estudiosos franceses al considerar al conjunto de actividades que integran el trasplante de
órganos en tales términos.
10 Para la descripción del modelo evolutivo del GST nos basamos en Hughes (1983 y 2008).

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co. En el desarrollo, el carácter social de la tecnología deviene transparente,
los nuevos objetos se adecuan al mundo que habrá de usarlos, y a través de
la forma y el contenido técnico, asimilan aspectos culturales, económicos y
políticos. El diseño de un proceso de producción y consumo estructurado en
torno a la inserción social y espacial de los objetos técnicos producto de la
invención radical se vincula con la innovación, es la implementación en ex-
tenso del novedoso GST propiamente tal. Junto a la prefiguración del diseño
que inducen las propiedades de la técnica particular en la organización del
proceso de trabajo, surgen rasgos genéricos de configuración territorial y re-
glas de funcionamiento más o menos normalizadas. A menudo, la expansión
del GST hace aparecer dificultades cuando es transferido a otro entorno. La
transferencia exige acciones destinadas a la adaptación del sistema técnico
al entorno extraño, compuesto por los sistemas de objetos y de acciones pre-
existentes y sus normas asociadas. La adaptación consagra un estilo del GST,
que es entendido de la misma manera que en el arte o la arquitectura. Las
fases de crecimiento, competencia y consolidación son abordadas de forma
conjunta por Hughes por medio de los conceptos de factor de carga, “reverse
salient” y “momentum” 11. El factor de carga (razón entre promedio de pro-
ducción real y máximo de producción teórica), de uso corriente en la econo-
mía de los sectores de infraestructura, es, tal vez –según Hughes–, la mayor
explicación para el crecimiento de los GSTs, ya que a través de la curva de
carga (distribución de la carga en el tiempo) se hace fiable la estimación del
retorno de la inversión en áreas intensivas en capital. Nos ocupamos de los
dos últimos conceptos del esquema en el siguiente apartado.

La inercia dinámica de la forma espacial:


reverse salient, rugosidad y momentum

El crecimiento lleva a los GSTs a producir reverse salient. Hughes utili-


za esta noción para referirse a problemas críticos que impiden el desarrollo
del sistema como un todo. Representan componentes atrasados en la evolu-
ción no homogénea del conjunto y que obstaculizan la capacidad del GST
para lograr sus objetivos. El retraso es originado por anomalías técnicas u
organizacionales, que suelen aparecer como consecuencia de accidentes o

11 El término reverse salient fue traducido al español como “saliente reversa” en Hughes (2008),
“saliente reverso” en Lander (1992), “reverso saliente” en Jiménez Becerra (2010), “saliente
entrante” en Sfez (2005) y “cuña invertida” en Callon (1998). Para el vocablo momentum, con
excepción de Lander (op.cit.), quien lo reemplaza por “momento”, los autores mencionados
mantienen la expresión latina. En ambos casos, optamos por preservar las voces originales.

Huellas n° 20 (2016) | Grandes sistemas técnicos y espacio geográfico... (pp. 57-78) 69


efectos difíciles de contrarrestar a tiempo, que deben ser resueltas mediante
la invención y la innovación. La consolidación del GST conduce a la ad-
quisición de momentum. Esto significa que el GST posee una enorme masa
de componentes técnicos y organizacionales, dirección y metas definidas y
velocidad de crecimiento considerable. El momentum es la inercia dinámi-
ca que le otorga al GST la apariencia de un sistema cerrado a la influencia
del entorno y evolucionando según su propia dinámica interna. El momen-
tum “tiende a ejercer un determinismo suave sobre otros sistemas, grupos
e individuos en la sociedad” (Hughes, 2008: 107). Es el punto de inflexión
a partir del cual el movimiento se vuelve irreversible (Gras, 1991: 81) y
provoca la ilusión de una tecnología autónoma (Joerges, 1988). Entre los
factores que añaden momentum, Hughes reconoce: empresas, fabricantes,
centros de investigación, sociedades científicas, conocimientos, bancos,
intereses, costos y durabilidad de los artefactos capital-intensivos. Joerges
(1988: 14) opina que el momentum distinguiría a los GSTs de otros tipos
de sistemas técnicos.
Estas nociones de Hughes poseen un alto valor heurístico para la com-
prensión de la historia de los GSTs. Pero, más allá de la estricta circuns-
cripción al abordaje de los sistemas técnicos, hay puntos de especial interés
para la teoría geográfica. Milton Santos interiorizó en su discurso la noción
de reverse salient para argumentar sobre la desigual difusión de las técni-
cas en la producción del espacio y la formación de situaciones en un lugar
dado a partir de la combinación de técnicas de diferentes edades (Santos,
2000: 38). Santos encuentra afinidad entre esta noción de reverse salient y
la suya propia de “rugosidad” (ibíd.), que designa “lo que permanece del
pasado como forma, espacio construido, paisaje, lo que resta del proceso
de supresión, acumulación, superposición, a través del cual las cosas se
sustituyen y acumulan en todos los lugares” (Santos, 2000: 118). No hay
en esta asociación una equivalencia plena, ya que la reverse salient pone
el foco sobre problemas que atañen al crecimiento del GST de acuerdo con
valores intrínsecos de la técnica, mientras que en el análisis del espacio
geográfico los valores y los significados de los objetos y las acciones sólo
se restituyen a través de sus relaciones de conjunto, para cada lugar y cada
momento. Como las rugosidades remiten a las formas heredadas y durables
del espacio construido, cristalizaciones de divisiones del trabajo pasadas
que condicionan las divisiones por venir y dirigen la práctica humana, San-
tos considera que operan como “una parte de ese espacio-factor” que ejerce
una “inercia dinámica” sobre la totalidad social (ibíd.). La inercia dinámica
del espacio (o “inercia espacial”) explica la “reproducción del patrón espa-
cial” y “de las principales líneas de fuerza” (Santos, 1990: 147).

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Ahora bien, frente a la utilización de la noción de reverse salient, hay
una llamativa ausencia del concepto de momentum, que, de acuerdo con los
lineamientos teóricos que sustentan el momento activo del espacio socialmen-
te producido, sugeriría una pertinencia incluso mayor que aquélla. Más aún,
notándose que, al igual que hace Santos respecto de las rugosidades, Hughes
define al momentum por medio de la inercia dinámica, propiedad que no asig-
na a la reverse salient. Por las razones enunciadas, el momentum puede reco-
nocerse como una de las más poderosas fuerzas de propagación de las formas
espaciales en el tiempo y de difusión del tiempo social a través del espacio
construido. Puesto en otros términos igualmente miltonianos, el momentum es
una importante condición contribuyente en la explicación de la perpetuación
de las formas concretas de artificialización del medio geográfico, del hecho de
que el territorio sea usado según formas predeterminadas por los GSTs12.

Fases de difusión espacial del GST de Hughes

Las fases evolutivas identificadas por Hughes tienen correlato espacial.


Según Monstadt y Naumann (2005), pueden homologarse, entonces, como
fases de difusión espacial del GST. Nos guiaremos por la interpretación de
estos autores para caracterizar las formas resultantes de inscripción terri-
torial de los GSTs, y su relación con el medio geográfico que los acoge y
que ayudan a conformar en un medio técnico-científico-informacional a lo
largo de su evolución histórica.
Durante las fases de invención, desarrollo e innovación, la difusión
del sistema técnico queda limitada a ciertos centros urbanos y subespa-
cios urbanos con condiciones favorables de demanda; por ejemplo, las zo-
nas industriales. Se instalan como sistemas descentralizados, insulares, de
carácter local, confinado a un grupo social con capacidad de acceso. La
transferencia significa que el sistema técnico comienza a usarse en otras
regiones urbanas, lo que sucede a través de la adaptación al medio geográ-
fico receptor, que resulta en la formación de un estilo tecnológico regional.
La transferencia posibilita la reducción de costos y la maximización de
efectos útiles por medio de la interconexión de las redes técnicas menores
con las mayores y el surgimiento de economías de escala. Las fases de
competencia y crecimiento están vinculadas al incremento de rentabilidad
de las nuevas técnicas y la expansión del mercado. La acción empresaria
12 Escribió Santos: “Es el uso del territorio, y no el territorio en sí mismo, el objeto del análisis
social.” (Santos, 1996: 123). Así, acuña la expresión “territorio usado” como sinónimo de
espacio humano, espacio habitado (p.124).

Huellas n° 20 (2016) | Grandes sistemas técnicos y espacio geográfico... (pp. 57-78) 71


privada es la protagonista de una feroz lucha económica por la conquista
de la provisión de usuarios lucrativos y áreas rentables. La competencia se
realiza, por un lado, entre los actores del nuevo sistema técnico y, por el
otro, entre éstos y los constructores de sistemas técnicos tradicionales. Pero
incluso con la rápida difusión que estimula la competencia, amplias zonas
(rurales, periféricas) se mantienen desconectadas del suministro.
Hasta aquí, el planteamiento espacial de Monstadt y Naumann sigue
fielmente el esquema de Hughes. La última fase del esquema, la consolida-
ción, es emparentada y tratada simultáneamente con la “universalización”,
lo que deja traslucir aspectos de las especificidades geohistóricas de los
GSTs de los países industriales. La universalización del sistema técnico, el
nivel de expansión que posibilita la conexión y el acceso de todos los estra-
tos sociales al suministro, se deriva de la acción política de reconocimiento
del interés general que conlleva y de la institucionalización del servicio
público. Dado que existen elevados costos a solventar y derechos que ins-
taurar, la universalización sólo se consigue con la intervención estatal. Por
consiguiente, un GST consolidado cubre la mayoría, sino la totalidad, del
territorio de un país. Y tomados en conjunto, los GSTs crean “la geografía
artificial de la Nación-red” (van der Vleuten, 2004).
El análisis de la difusión espacial de los GSTs concluye con la conside-
ración de las tendencias actuales. Éstas remiten a las transformaciones que
se promueven en la totalidad de los servicios de infraestructura a nivel glo-
bal desde la década de 1980. Las reformas de liberalización y privatización
en los mercados de estos servicios esenciales impulsan la reintroducción
de la competencia. Las grandes redes técnicas se expanden y atraviesan las
fronteras nacionales como parte de un proceso de internacionalización de
las empresas y de las regulaciones de los servicios de infraestructura.

El macrosistema técnico y la
construcción del espacio-tiempo

“Macrosistema técnico” es el término específico de la conceptualización


del GST que Milton Santos incorpora en su caracterización del sistema téc-
nico actual y que, como dijimos, amerita una revisión a la luz del sentido
que le confiere Alain Gras. Este autor acuña la noción de “macrosistema
técnico” (“macro-système technique”) (MST) con el propósito de explici-
tar un determinado sentido histórico de las redes técnicas, cuya ubicuidad
y funcionamiento revela unas formas novedosas de ejercicio del poder que
los han convertido en “verdaderos instrumentos de conquista social” (Gras,

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1993a: 2). Los MSTs forman parte de la infraestructura “invisible y sub-
terránea” de la vida cotidiana, profundamente arraigados en las prácticas
humanas contemporáneas (Gras, 1997: 3). La fuerte dependencia que la so-
ciedad tienen de ellos produce consecuencias muy significativas: normali-
zación del equipamiento, automatización, homogeneización del comporta-
miento, formalización de relaciones con las máquinas y entre los hombres
y desconocimiento generalizado de su funcionamiento y su inscripción te-
rritorial (Gras, 1993a: 2). Pero, así como traen comodidad e innumerables
beneficios, la dependencia de los MSTs, que vuelve cautivos de éstos a los
ciudadanos, cuestiona la legitimidad de los valores de soberanía y libertad
individual que rigen en un Estado democrático (Gras, 1997: 5). El MST es
un ensamble de objetos y acciones eminentemente político.
En relación a sus aspectos formales, la composición y la estructura del
MST son semejantes a las del GST de Hughes, dado que combina: i) un
objeto industrial, en el sentido más amplio (como la central nuclear); ii) una
organización de la distribución de flujos (para tomar el mismo ejemplo: la
red eléctrica); y iii) una empresa de gestión comercial para vincular la oferta
con la demanda (Gras, 1997: 4). La trama espacial del MST está hecha de:
líneas que forman un espacio discontinuo y se intersectan en los nodos de
las mallas, flujos (desplazamiento de objetos reales o virtuales) que recorren
esas líneas y enlazan centros de emisión y de recepción y también centros de
almacenamiento situados en las propias líneas, el espacio de otros sistemas
que se superponen y conectan en particulares puntos o lugares que juegan el
rol de “intercambiadores” y suelen llamarse “interfaces” (Gras, 1993b: 136).
Desde el punto de vista del papel que cumplen en la sociedad, los MSTs son
estructuras que: a) transportan personas, señales o energía en todos los pun-
tos de su espacio; b) forman parte de un juego político a la vez externo (crean
un nicho social que induce nuevos comportamientos) e interno (incentivan
la competencia entre grupos en el marco de la gestión del servicio) y c) unen
una red informacional con la red articulada en torno a un objeto técnico que
constituye su razón de ser (1997: 33).
Para diferenciar al MST de otros tipos de redes, Alain Gras pone el acento
en “la novedad radical” introducida por un “modo de gestión de los flujos
(…) donde el control es a la vez indirecto y centralizado, es decir, des-locali-
zado desde el punto de vista de la unidad del flujo” (1993b: 16). En la noción
del MST se omiten las modalidades alternativas de control y coordinación
a cuya pluralidad se abren otros enfoques teóricos del GST. Las tecnologías
avanzadas de comunicación son decisivas en la configuración del MST, por-
que la deslocalización sólo puede operar a través de la “instantaneidad o la
rapidez extrema en el contacto de las partes” (Gras, 1993b: 138). El progreso

Huellas n° 20 (2016) | Grandes sistemas técnicos y espacio geográfico... (pp. 57-78) 73


de las tecnologías informáticas y de comunicación van perfeccionando al
MST, acercándolo al “ideal de un sistema que está siempre presente a sí mis-
mo en cada punto de la red y en cada momento” (ibíd.).
A través de la red, el cuerpo de estas gigantescas estructuras, el MST ins-
tituye un territorio que le es propio y crea un espacio-tiempo específico (Gras,
1997: 4). La construcción de un particular espacio-tiempo va de la mano de la
inmediatez en la circulación de la información como el imperativo sistémico
para un control centralizado e indirecto. Ese espacio-red definido por el MST
es simultáneamente real y virtual. Gras recurre al ejemplo de la aeronáutica
para explicar esta doble dimensionalidad, donde las formas y las distancias
reales entre puntos del espacio geográfico se conjugan con los espacios vir-
tuales que deben controlarse instrumentalmente para un funcionamiento co-
rrecto del sistema (Gras, 1993b: 183-185). De este modo, Gras asegura que
en el espacio del MST, debido al efecto de la extrema racionalización del
control, “el mapa es el territorio” (p.185). Lo que se impone en el MST es
la representación de un mundo en el que la red obliga a pensar lo que está
conectado como “moderno” y lo desconectado como “anticuado”, al punto
de afirmar como “vacío” al espacio intersticial que subsiste en las mallas y
que “desaparece como realidad histórica” (Gras, 2001: 7). Esta situación no
es privativa de la aeronáutica, sino que, en menor o mayor medida, se replica
en toda la variedad de los MSTs. Por medio de las formas de acción que el
MST impone al conjunto de la sociedad, se demuestra que el nacimiento de la
idea de red, por lo tanto, fue más importante que la existencia de la red misma
(Gras, 1997). Las necesidades del control cada más efectivo, hacen aparecer
nuevas cualidades del MST: “transparencia” para visualizar lo que hay en la
red; “vigilancia generalizada”, como norma regulatoria que acostumbra a los
individuos a vivir como “ciudadanos del MST”, “estandarización” y “norma-
lización”, como contrapartida político-tecnológica de la creación del espacio
artificial del poder y “seguridad”, como un principio de precaución que sirve
incluso para justificar la violación de la privacidad (Gras, 2001: 8-9).

Conclusión

La epistemología de Milton Santos reconoce la centralidad de la técnica


en el abordaje del espacio geográfico como una de sus categorías internas
de análisis. En esta opción teórica, el sistema técnico es él mismo espacio,
un híbrido de objetos y acciones integrados para cumplir funciones y obje-
tivos imbuidos por el movimiento solidario y contradictorio de la totalidad
social. No hay necesidad, por ello, de buscar un algo de naturaleza geográ-

74 Adriano Daniel Furlan | Huellas n° 20, ISSN: 0329-0573 (impresa) / 2362-5643 (en línea)
fica diferenciada en el mismo sistema técnico. Así, pueden licuarse las exi-
gencias de Bernward Joerges de “reterritorializar” la investigación de los
GSTs, puesto que en las narrativas de esta esfera temática el espacio es uno
de los tópicos que representa “lo no contado” (Joerges, 1999: 19-22). Una
vez postulado el GST como pieza constitutiva del medio geográfico, ya
sea que su realidad espacial individual esté confinada en una red o en otras
arquitecturas, son las posturas conceptuales particulares las que delinean
las propiedades y relaciones sociotécnicas que posibilitan el acceso a su
conocimiento y que deben articularse en la teoría del espacio propuesta.
Para realizar la integración de elementos provenientes de distintas pos-
turas, el análisis emprendido procuró minimizar la carga de significado atri-
buido a la variable “espacio” tal como es interpretado, elaborado y enun-
ciado por autores del GST, para, en cambio, releer, identificar e incorporar
los aportes que hemos considerado pertinentes siguiendo los lineamientos
generales del basamento teórico de Milton Santos. Desde el inicio, hay
una evidente familiaridad entre el abordaje geográfico mediante objetos y
acciones y la idea de unidad sociotécnica adoptada en todas las posturas del
GST. Pero en las trayectorias que describe cada conceptualización se reco-
nocen inclinaciones hacia el tratamiento de distintos fenómenos, procesos
y problemas espaciales: producción y diversificación del entorno físico, del
riesgo y la dependencia, a partir del crecimiento y funcionamiento de los
GSTs (Hughes, Joerges, Gras); fases de difusión espacial del GST (Mons-
tadt y Naumann); construcción del espacio-tiempo específico del MST y de
su significación político-ideológica en la vida moderna (Gras). Debemos
resaltar, aquí, la colaboración que el concepto de momentum de Hughes
puede prestar a la teoría del espacio de Santos. La confluencia de estos
elementos enriquece el marco conceptual y traza rumbos de investigación
empírica fructíferos tanto para las geografías sectoriales (del transporte, de
la energía, de los servicios, etc.), donde, por razones obvias, el GST es una
unidad de análisis privilegiada, como para su interpelación en otras divisio-
nes y regiones discursivas de la ciencia geográfica toda.
En cuanto a la caracterización de las tendencias del sistema técnico ac-
tual, que motivaron el interés de Milton Santos por el macrosistema técnico,
debemos agregar algunos comentarios. Los GSTs son formas dominantes
de organización sociotécnica de la época contemporánea y las fuerzas sin-
tetizadas en el momentum anunciarían que seguirán siéndolo por un largo
tiempo. Sin embargo, en el mundo de hoy la modalidad del GST coexiste
con formas alternativas de organización de los suministros y servicios bá-
sicos. Gras (2005) se pregunta por la desconexión de los MSTs y las ten-
tativas de construcción de “sistemas técnicos a escala humana” y Hughes

Huellas n° 20 (2016) | Grandes sistemas técnicos y espacio geográfico... (pp. 57-78) 75


detecta una transición de los GSTs hacia “sistemas técnicos posmodernos”,
caracterizados por escalas menores, participación pública y apertura en la
toma de decisiones (en Zachary, op.cit., p.107). Es necesario saber si estas
tendencias no macrosistémicas que francamente ganan terreno en la estruc-
turación de la vida colectiva se erigen como verdaderas opciones para una
acción política contrahegemónica y emancipatoria o si, por el contrario,
asistimos a una renovación de los lazos de dependencia, de los mecanismos
de alienación y de las formas del riesgo, entre otras cuestiones.
Todo lo dicho abre un camino fecundo para la Geografía latinoameri-
cana. Al margen de las aproximaciones teóricas fundacionales de Milton
Santos, en este campo disciplinar situado todavía existen muy escasos vín-
culos con la conceptualización del GST, pese a la indudable relevancia de
los tópicos que surcan todo su espectro temático y que, desde luego, han
sido y son enfocados desde otras perspectivas teóricas afines. Creemos de
especial interés promover la configuración de una visión latinoamerica-
na del GST, orientando las preguntas hacia la especificidad geohistórica y
cultural de la región: dar cuenta de las particularidades de las situaciones,
procesos y patrones de estructuración, funcionamiento y desarrollo de los
grandes sistemas técnicos a partir de considerar el conjunto de condiciones,
vicisitudes y limitaciones de la dependencia y del subdesarrollo derivados
de la inserción periférica de los países latinoamericanos en el “sistema-
mundo moderno” (Wallerstein, 2005).

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78 Adriano Daniel Furlan | Huellas n° 20, ISSN: 0329-0573 (impresa) / 2362-5643 (en línea)
Artículo

4
Procesos de ocupación y construcción
del espacio rural pampeano: el caso
del partido de Patagones

Julia Inés Gabella1 * y Alicia María Campo2 **

@ [ julitagabella@gmail.com ] | [ amcampo@uns.edu.ar ]

*
Departamento de Geografía y Turismo
**
Universidad Nacional del Sur (UNS) y CONICET

Fecha de recepción:07/03/16
Fecha de aprobación: 01/08/2016

Cita sugerida: Gabella, J. y Campo, A. (2016) Procesos de ocupación y construcción


del espacio rural pampeano: el partido de Patagones. Revista Huellas Nº 20, Instituto
de Geografía, EdUNLPam: Santa Rosa. Recuperado a partir de: http://cerac.unlpam.
edu.ar/index.php/huellas

DOI: http://dx.doi.org/10.19137/huellas-2016-2005

Resumen
El objetivo principal de este trabajo consiste enidentificar y describir cinco
momentos histórico-territoriales que determinaron la organización espa-
cial de lasáreas rurales del sur pampeano argentino y el partido de Pata-
gones en particular.Para ello se utilizó como estrategia de investigación
el estudio de caso y cortes temporales identificando diversos procesos de
ocupación del espacio que tuvieron su correlación con los modelos expli-
cativos del mundo rural, los momentos histórico-territoriales de la Pampa
y con los sistemas territoriales a nivel nacional. Así, se enmarcaron en un
proceso espacio-tiempo, los acontecimientos que construyeron el espacio
rural del área de estudio, localizado en el sur de la provincia de Buenos
Aires.

Palabras clave: Procesos de ocupación; Espacio rural pampeano; Partido


de Patagones.

1 Dra. en Geografía, Departamento de Geografía y Turismo, Universidad Nacional del Sur


(UNS). Becaria postdoctoral CONICET. Profesora asistente de la Universidad Provincial del
Sudoeste (UPSO).
2 Dra. en Geografía. Investigadora Independiente CONICET. Profesora Titular de la Universi-
dad Nacional del Sur (UNS), Departamento de Geografía y Turismo.

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Occupation and construction processes of the
pampas rural area: the case of the Patagones district
Abstract
The principal aim of this work is to identify and to describe five histori-
cal - territorial moments that determined the spatial organization of the
rural areas of the southern pampas in Argentina, and especially the district
of Patagones. To this end, the research strategy used was the case study
and temporary cuts, to identify different processes of occupation of the
space, in correlation with the explanatory models of the rural world, the
historical-territorial moments of the pampas and the territorial national
systems. In this way, the events that constructed the rural space of the
area under study, located in the south of the province of Buenos Aires,
were framed in a space-time process.

Keywords: Occupation processes; pampas rural area; Patagones district.

Processos de ocupação e construção do espaço


rural pampeano: Território de Patagones

Resumo
O objetivo principal deste trabalho consiste em identificar e descrever
cinco momentos históricos territoriais que determinaram a organização
espacial das áreas rurais do sul pampeano argentino e, particularmente, o
território de Patagones. Por esse motivo é que se utilizou como estratégia
de investigação o estudo de caso e cortes temporais identificando diversos
processos de ocupação do espaço que tiveram correlato com os mode-
los explicativos do mundo rural, os momentos históricos territoriais de La
Pampa e com os sistemas territoriais em nível nacional.
Finalmente, este estudo enquadrara em um processo espaço-tempo os
acontecimentos que constituíram o espaço rural da área de estudo, locali-
zado no sul da província de Buenos Aires.

Palavras chave: Processos de ocupação; Espaço rural pampeano; Território


de Patagones.

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Introducción

L as áreas rurales pertenecientes al partido de Patagones se localizan en


el extremo sur de la provincia de Buenos Aires. Considerado como un
espacio de transición entre la visión de un área rural de producción pam-
peana y condiciones geográficas patagónicas, presenta un clima semiárido
a árido con gran variabilidad climática manifestada, sobre todo por los re-
gímenes de precipitación. Representa también un espacio de articulación
socio histórico y económico entre las regiones pampeana y patagónica.
Es considerada pampeana por su inserción en las redes regionales bonae-
renses. En numerosos aspectos concretos, como en lo administrativo, se
integra a políticas y programas específicos de la provincia de Buenos Aires.
Sin embargo, también es patagónica por su proyección hacia el sur y resul-
tado de su proximidad física, histórica y social (Figura Nº 1).

Figura Nº 1. Localización del área de estudio

Fuente: elaborado por Julia Gabella, 2014.

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El partido se encuentra inserto dentro de la Diagonal Árida Templada
Argentina3. Posee una alternancia de ciclos húmedos y secos, recurrentes y
variables y a su vez diferenciaciones a lo largo y ancho del partido, manifes-
tándose en los regímenes de precipitación, en la temperatura y en el desarro-
llo de los suelos, los cuales exhiben una gran susceptibilidad a los problemas
erosivos (Gabella, 2015). Patagones representa una continuidad espacial del
sistema rural pampeano pero en una zona naturalmente diferenciada a partir
de la dominancia florística (Petagnade del Río et al., 1998). La vegetación
nativa considerada fundamental para el mantenimiento del bioma y hábitat
de numerosas especies, es una formación boscosa con individuos vegetales
desarrollados que se adaptan a las condiciones ambientales de aridez y cum-
plen funciones y servicios ecosistémicos (Gabella y Iuorno, 2013).
Patagones está unido de norte a sur por la Ruta Nacional Nº 3, única vía
de acceso pavimentada a Carmen de Patagones. El resto de las localidades
se encuentran alejadas de la ruta, entre 3 y 9 km. Los caminos de jurisdic-
ción provincial son de tierra, uno de ellos recorre el partido en dirección
norte-sur paralelo a las vías del ferrocarril. Otro conjunto de caminos de
tierra comunican el oeste del partido (Figura Nº 2).
La ocupación, construcción y apropiación del espacio rural en el parti-
do de Patagones fue el resultado de un proceso que también se manifestó
en la región pampeana, pero a diferencia de esta amplia región, dominada
por pastizales naturales y un clima benigno para la producción agrícola, el
área de estudio posee características propias que han limitado por periodos,
la evolución y desarrollo del partido. También es el resultado de sucesivos
modelos de ocupación y desarrollo fuertemente dependiente de la econo-
mía internacional y del proceso de globalización, presente a través de sus
tendencias políticas, económicas, sociales, culturales y tecnológicas. Es
por ello que el objetivo principal de este trabajo consiste en identificar y
describir cinco momentos histórico-territoriales que determinaron la or-
ganización espacial de las áreas rurales del sur pampeano argentino y el
partido de Patagones en particular.

3 La Diagonal Árida en la Argentina abarca una gran extensión latitudinal y por ende, diversos
tipos de climas. Para delimitar su ubicación, se le añadió el término “Templada”, por encon-
trarse el área de estudio, dentro de la zona planetaria de climas templados. La misma es una
extensa y a su vez estrecha franja, de ambientes áridos sucesivos, con escasas precipitaciones,
que interrumpen la continuidad de las zonas húmedas. Atraviesa sesgadamente el continente,
desde el norte de Perú, hasta las costas patagónicas, con una orientación en sentido noroeste-
sureste. Puede considerarse como una gran unidad fisiográfica, un espacio con caracteres pro-
pios, derivados de su común aridez, aunque también representa un límite climático lineal y
real, en el cual las áreas al norte y noreste quedan bajo el dominio de climas más húmedos,
mientras que hacia el sur y suroeste, lo hacen climas más áridos (Bruniard, 1982).

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Figura Nº 2.Localidades, población y vías de comunicación

Fuente: elaborado por Julia Gabella, 2014

Metodología

La estrategia de investigación utilizada en esta investigación fue el


estudio de caso y los cortes temporales. El área de estudio seleccionada
es el partido de Patagones, localizado en el sur de la provincia de Bue-
nos Aires. El análisis se focalizó exclusivamente en las áreas rurales de
secano, las cuales comprenden una extensión de 13.597 km2 (1.402.639
ha). Los cortes temporales4 fueron diseñados bajo un enfoque espacio-
temporal, donde se incorporó la noción de espacio-tiempo como catego-

4 El corte temporal y el tema vertical son dos métodos tradicionales de la Geografía Histórica.
Combinados resultan en la denominada metodología Sandwich de Dagwood. El primero con-
siste en un período seleccionado a causa de su importancia o de la abundancia de información.
El segundo es un tópico elegido ya sea por su mayor influencia en los cambios acaecidos en
un espacio o por su valor para el estudio en cuestión (Newcomb, 1984).

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ría de análisis geográfico. Se seleccionaron cinco momentos histórico-
territoriales desde el año 1779 hasta el 2014. Los mismos evidencian la
dinámica y la evolución del área, inmersa dentro de un contexto regional,
nacional e internacional.

Procesos y escalas témporo-espaciales identificadas

Es impensable tratar el tema territorial sin confrontar la articulación de


escalas temporales y espaciales, como articulación de totalidades entre lo
global, lo nacional y lo local (Bustos Cara, 2002: 114).

Sobre la base de investigaciones realizadas por Sili (2000; 2005 y


2010) y Bustos Cara (2002) se analizaron los momentos cruciales que
determinaron la organización territorial rural del área de estudio. Cada
uno de los procesos de ocupación en el partido de Patagones tiene su
correlación con los momentos histórico-territoriales de la pampa rural y
con los sistemas territoriales a nivel nacional. A su vez, se relacionaron
con los modelos explicativos del mundo rural. En la figura Nº 3 se re-
presenta mediante un esquema gráfico, los diferentes períodos históricos
analizados.
Hasta mediados del siglo XX, las áreas rurales se encontraban bajo
un enfoque que se denominó dicotómico. También se lo definió como
un enfoque de oposición rural-urbano, considerándose a la ciudad y el
campo como ámbitos totalmente opuestos (Sili, 2010). Esta oposición
se sustenta por dos razones: (i) por un lado las características geográfi-
cas, que definen a la ciudad como un espacio de población concentrada,
orientado a la producción manufacturera y el comercio y, por otro lado,
las áreas rurales con un hábitat disperso orientadas a la producción de
bienes primarios, (ii) las relaciones del hombre con el tiempo, la natura-
leza y el sentido de la vida. El mundo rural se caracterizaba en el modelo
dicotómico por las tradiciones mientras que las ciudades eran sinónimo
de modernidad. La división generada entre ambos espacios a través de
este modelo plantea…

La dialéctica entre el universo natural y el artificial, entre un mundo de


sociabilidad y de relaciones interpersonales y la abstracción de las grandes
organizaciones, entre el mundo de la agricultura y la ganadería y el mundo
del trabajo industrial, entre los tiempos lentos de la naturaleza y los tiem-
pos lineales de la industria y el comercio (Sili, 2010: 24).

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Figura Nº 3. Procesos y escalas témporo-espaciales.

Fuente: elaborado por Julia Gabella, 2014.

Otro modelo explicativo referido a la organización y dinámica de las


áreas rurales se denominó teoría del continuum. Este enfoque comienza a
manifestarse, como alternativa conceptual al modelo dicotómico, en el pe-
ríodo de la segunda postguerra. Comparte la visión dual campo-ciudad pero
agrega una perspectiva en la cual la ciudad debe integrar al campo a través de
los conceptos de progreso y desarrollo. Para esta teoría, entre ambos espacios
existe una amplia gama de áreas de transición. La integración del campo a la
modernidad se produce a través de las nuevas formas de producción, consu-
mo y conocimientos que son brindados por los espacios urbanos, a través de
la cultura, los productos y las prácticas urbanas. Esta noción de progreso es
la que produce grandes transformaciones en las sociedades rurales. Ambos
enfoques han conducido a la generación de estudios e investigaciones los
cuales sustentaron ideas y elaboración de políticas públicas para el sector
rural, netamente sectoriales, específicamente las agropecuarias.
A partir de la década de los setenta en el siglo XX, se identifica una for-
ma de organización del mundo rural, la cual Sili (2010) denomina como el
modelo de fragmentación rural. Los procesos manifestados dentro de este
nuevo contexto histórico, se encuentran determinados por una transforma-
ción tecnológica en las comunicaciones y un aumento de la movilidad es-
pacial, lo que produce profundas modificaciones en las lógicas espaciales
de los actores rurales. Así los sujetos sociales pueden movilizarse y orga-
nizarse local y endógenamente o hacerlo de manera exógena y abierta. Las

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áreas rurales presentan ahora, un nuevo modelo de organización fragmen-
taria, producto de una creciente diferenciación social, de la deslocalización
de las relaciones sociales y económicas, de una nueva relación campo-
ciudad y de la imposición del agronegocio sobre las lógicas agropecuarias
familiares. El campo de esta manera, constituye un mosaico de fragmentos
territoriales.
Los dos primeros períodos analizados en este trabajo (1779-1880;
1880-1930) podrían situarse bajo el modelo explicativo del mundo rural
que hasta mediados del siglo XX se denominó enfoque dicotómico o de
oposición rural-urbano (Sili, 2010). El período (1930-1970) se enmarca
dentro de otro modelo explicativo de organización y dinámica de las áreas
rurales, que se denomina teoría del continuum y las últimas dos etapas his-
tóricas analizadas (1970-1990; 1990-2014) se consideran bajo el modelo
que Sili (2010) denomina de fragmentación rural.

Primer período: colonización y ocupación


del espacio pampeano-patagónico (1779-1880)

Bustos Cara (2002) denomina a este periodo como “Sistema Territorial


Colonial”. Para los primeros años de este momento de la historia, el actual
territorio argentino se encontraba bajo el dominio del Virreinato del Río
de la Plata. En 1779 Francisco de Viedma y Narváez fundó el Fuerte y
población Nuestra Señora del Carmen. Reconocido como el pueblo más
antiguo de la Patagonia, su fundación respondió a la política borbónica de
controlar el vasto y despoblado espacio colonial que se extendía hacia el
sur de la gobernación de Buenos Aires y de esa manera, defenderlo de la
amenaza extranjera.
El partido de Patagones desde la primera constitución de la provincia de
Buenos Aires, hasta la creación de la Gobernación de la Patagonia (1820-
1878), tuvo bajo su jurisdicción, el dominio del territorio que comprende
desde el río Colorado hasta el cabo de Hornos y desde los Andes al mar.
Fue considerado el primer Municipio Patagónico en 1854 y uno de los pri-
meros desde la sanción de la Constitución Nacional de 1853.
Los colonos que se asentaron en esta área respondieron al plan conocido
como “Proyecto Patagonia”, un plan de inmigración dirigido por medio de
la contratación de familias labradoras, para poblar puntos estratégicos en
las latitudes sur del virreinato. Provenían de Galicia, Asturias y fundamen-
talmente Castilla y León, en España. Dentro de los distintos contingentes
arribaron grupos de hombres y mujeres de características socio-culturales

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muy particulares, oriundas de una pequeña región al noroeste de León,
España, conocida como la Maragatería. Tan significativa fue la influencia
de este grupo, que trascendió la memoria e identidad de Carmen de Pata-
gones, haciendo que cada nacido en la ciudad hoy se auto reconozca con el
gentilicio de “maragato”.
El modelo de ocupación del territorio del partido fue de enclave fronte-
rizo. Primero como puesto de avanzada en la frontera con el indio y luego
como articulador regional, desarrollándose en la ciudad cabecera, la base
del comercio y los servicios. La ocupación de la tierra se logró a través
del pago o algún tipo de compensación a los habitantes originarios. Esta
relación inicial con los indígenas basada fuertemente en la entrega de ob-
sequios y compensaciones, signó durante mucho tiempo la historia del po-
blado y fue el pilar de su supervivencia.
Se cultivaba trigo, con preferencia a otras especies de granos. Luego
de infructuosas cosechas entorpecidas por las continuas crecidas del río
Negro, la agricultura pudo desarrollarse y llegó a exportarse a Buenos Ai-
res. También se explotaba la sal de las salinas vecinas. La cría de ganado
fue otra de las fuentes de enriquecimiento de la zona. Se adquirieron en un
principio caballos, vacas y ovejas mediante el trueque con los indígenas y
algunos animales entraron a la región por barco, enviados desde el río de
La Plata. El auge de los saladeros rioplatenses y del sur de Brasil permitió
hacia 1820 que Patagones se convirtiera en una importante proveedora de
sal. Esta vinculación abrió además mercados regulares para el trigo, cue-
ros, carne salada y los productos provenientes de la economía indígena
(Casanueva, 2009; Municipalidad de Patagones, 2014; Ratto, 2008).

Segundo período: construcción y ocupación


efectiva del espacio rural (1880-1930)

Después de la Conquista del Desierto (1878-1885) se consolida definiti-


vamente la estructura socio-territorial pampeana y surgen grandes cantida-
des de establecimientos ganaderos (Gallo et al., 1984). Albadalejo (2006)
afirma que la colonización del mundo rural pampeano de fin del siglo XIX
y principio del siglo XX no se realizó sobre un espacio vacío sino sobre un
espacio vaciado.
El sistema territorial moderno liberal (Bustos Cara, 2002) de la Argen-
tina para este período se caracterizó por una concentración absoluta de po-
blación, recursos e inversiones en la región pampeana. Se consolidó la or-
ganización nacional, estableciéndose la base material, política e ideológica

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necesaria para la formación de un espacio económico integrado, en función
de un proyecto de inserción internacional: el modelo agro-exportador.
El rol de la Argentina era la producción agropecuaria para el mercado
internacional. Las características sobresalientes de este tipo de economía
fueron la dependencia económica del mercado externo; el latifundio como
unidad de producción agropecuaria; gran intervención del estado para ga-
rantizar el orden político y jurídico; participación de capitales extranjeros
en infraestructura y servicios y la inmigración extranjera, que proporcionó
la fuerza de trabajo necesaria para llevar adelante este modelo (Alonso et
al., 1997).
Se calcula que llegaron a la Argentina aproximadamente 3.500.000
inmigrantes, pero cuando “la ola de inmigrantes inunda la Argentina se
encuentra con que esta Pampa vacía ya tiene dueños…” (Gaignard, 1989:
223). Esta organización social y productiva fue sostenida y estructurada
por el ferrocarril, cuya función principal era transportar las mercaderías
desde las ciudades hacia el campo y los cereales y carnes desde el campo
hacia el puerto. El avance y tendido de vías del ferrocarril hacia el sur de la
región, generó un mayor crecimiento para el área. En las figuras N º 4 y 5
se observan algunas imágenes representativas de la época.

Figura Nº 4. Inauguración de las estaciones del


ferrocarril de Fortín Mercedes, Stroeder y Patagones.

Fuente: http://www.patagones.gov.ar.

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Figura Nº 5. Imagen ilustrativa de la época.

Fuente: http://caminosdehierroenbahiablanca.blogspot.com.ar.

En 1886, la provincia de Buenos Aires fijó los límites definitivos del par-
tido de Patagones: al norte con el río Colorado, al este con el Océano Atlán-
tico, al sur con el río Negro y al oeste con el meridiano V. El sojuzgamiento
de las tribus aborígenes permitió la ocupación de las tierras del norte del
partido y la consolidación de estancias aledañas a la Bahía San Blas. Entre
1900 y 1915 se asientan los primeros colonos europeos (italianos, españoles,
franceses y en su mayoría alemanes del Volga5) y se inauguran las primeras

5 Los alemanes del Volga eran alemanes étnicos que vivían en las cercanías del río Volga en la
región europea meridional de Rusia y que a fines del siglo XIX fueron expulsados. Conserva-
ron el idioma alemán, la cultura, sus tradiciones y religión. Muchos de ellos emigraron a la Ar-
gentina a finales del siglo XIX y principios del siglo XX fundando diversas colonias agrícolas,
especialmente en la provincia de Entre Ríos y en la provincia de Buenos Aires. Vulgarmente
se los denomina Rusos-alemanes. De acuerdo al Centro Argentino Cultural Wolgadeutsche la

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estaciones de ferrocarril, con la consecuente creación de pueblos y parajes
como: Cardenal Cagliero, José B. Casás, Stroeder, Villalonga y Pradere.
Con el paso del tiempo las tierras dejan de ser fiscales y comienzan
a ser compradas por terratenientes, quienes luego las subdividen, lotean,
arriendan o venden a otros colonos del área. Uno de estos hombres fue
Juan Francisco Pradere, quien junto a su señora María Juana Etcheto, emi-
graron entre 1830 y 1840 de Sare, Bajos Pirineos, lo que se denominó la
emigración temprana del País Vasco. Entre los años 1850 y 1930 la familia
llegó a tener más de 180.000 ha en la provincia de Buenos Aires, además
de 182 ha donadas al Ferrocarril Sud, para la construcción de una estación.
El 20 de noviembre de 1874, el presidente del Senado Don Álvaro Barros,
vende a Don Francisco Pradere, un campo en el partido de Patagones de
16.149 ha (Municipalidad de Patagones, 2014). Gaignard (1989) describe
la ocupación del suelo en la Pampa seca y afirma que la empresa alemana
Stroeder fue la más dinámica de las sociedades de colonización de toda la
región y, en general, de las tierras nuevas. En 1906 la empresa posee 68
colonias que cubren 780.000 ha y en la provincia de Buenos Aires 314.000
ha ocupadas por 27 colonias (Figura Nº 6).

Figura Nº 6. Cartel publicitario de la Colonia Stroeder

Fuente: http://caminosdehierroenbahiablanca.blogspot.com.ar

población total de descendientes de alemanes del Volga en la Argentina está estimada en algo
más de 2.000.000 de habitantes (http://www.aadav.org.ar/).

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La expansión de la población rural hacia zonas cada vez más alejadas
se debió a la influencia de dos factores: el continuo aumento de población
que iba en búsqueda de las mejores tierras ocupadas y por otro lado, los
beneficios que prometían las tierras nuevas, porque eran más económicas
(Zarrilli, 2010). Estas tierras de la “Pampa seca o tierras nuevas” presentan
una estructura agraria muy diferente a la del resto de tierras de la región
pampeana, de estructura pastoril. Se caracterizaron por la extensión de la
gran propiedad, mantenida en amplios bloques, que luego se subdividían,
en parte por sucesiones y en parte por la venta a colonos-ganaderos.
Hasta finales del siglo XIX, la actividad económica fundamental del su-
roeste bonaerense fue la ganadería extensiva ovina. Antes de las crisis del
treinta se mantuvo con la producción de ovinos desplazados de las áreas
centrales pampeanas y se desarrolló la cría de vacunos. La sustitución de
vacunos por cereales se manifestó en las explotaciones familiares y em-
pezó a consolidarse la zona triguera sur de la región pampeana, lo cual
también incluyó al área de estudio (Romero Wimer, 2012).

Tercer período: de la desestructuración


territorial y crisis agraria a un modelo de
organización nacional (1930-1970)

A partir de 1930 comienzan a manifestarse tensiones estructurales debi-


do a la inadaptación de la estructura agroexportadora argentina a la nueva
realidad económica. La crisis económica mundial se expresó en el quiebre
del modelo de acumulación vigente.
En este periodo se produjeron importantes transformaciones en la es-
tructura económica y social argentina. Para la agricultura y ganadería mar-
ca el fin de una época y comienzo de otra. Termina lo que se había dado a
llamar el período de crecimiento hacia afuera y empieza el de crecimiento
hacia adentro. La burguesía agraria vinculada con el mercado externo tuvo
que emprender una serie de ajustes en el sector primario exportador y en la
organización de la economía en general. Se dificultó mantener el nivel de
inversión necesario para superar las debilidades que se habían manifestado
en el sector primario exportador.
El ritmo de incorporación de las tierras de la región pampeana a la pro-
ducción agropecuaria fue cada vez menor debido a la falta de inversiones
en caminos, diques y canales. También cayó la productividad porque dis-
minuyeron las inversiones en mecanización y tecnología para mejorar los
rendimientos de las producciones agropecuarias (Reboratti, 2006).

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Frente a este conjunto de factores externos e internos que originaban
la disminución de la renta de los capitales agrarios, los sectores dirigentes
políticos y económicos del país propusieron profundizar la intervención
del estado en la economía. Esto se lograría mediante una serie de medidas
que mantuvieran estable el valor de la moneda dentro del mercado interno
y regulara la producción y los precios aduaneros a la demanda externa.
Al mismo tiempo se impulsó un proceso de sustitución de importaciones
de manufacturas importadas que originó la expansión de la industria ori-
ginal y el surgimiento de una nueva clase obrera. El creciente desempleo
en las áreas rurales y los requerimientos de mano de obra de las nuevas
industrias instaladas en las grandes urbes motivaron un movimiento de
migraciones internas que afectó la vida de los habitantes citadinos (Alon-
so et al.,1997).
A partir de 1945 se desarrolló una etapa de estructuración (Bustos Cara,
2002) en el marco de un estado-nación dominante, regulador y benefactor.
En lo económico se propuso un modelo basado en el desarrollo industrial
orientado hacia el mercado interno, con gran intervención estatal y redistri-
bución del ingreso a favor de los sectores asalariados. En lo social se llevó
adelante una amplia política de reformas que establecieron importantes de-
rechos sociales para los trabajadores y en el plano político se modificaron
sustancialmente las relaciones entre el estado, las clases sociales y sus or-
ganizaciones representativas.
La Segunda Guerra Mundial implicó para el agro un sensible retraso en
mecanización. El alza del nivel de precios, principalmente en el sector in-
dustrial, se tradujo en la descapitalización del sector agrario que, a cambio
de lo que producía solo podía adquirir una cantidad de artículos mucho me-
nor que en la época de preguerra. Al finalizar la guerra se produjo la intensa
demanda mundial de productos agrícolas. La Argentina se encontraba en
inmejorables condiciones para reponerse de los inconvenientes sufridos
tras la contienda. Sin embargo, la política de cambios y precios iniciada en
el cuarenta y seis, fue netamente desfavorable para las actividades agrope-
cuarias (Alonso et al., 1997).
En el partido de Patagones, la ganadería era en su mayoría ovina y en
menor grado bovina. Era necesario a su vez, una gran cantidad de equinos
utilizados como tracción a sangre para el funcionamiento de las maquina-
rias. Con el correr del tiempo el ganado pasó a ser mayoritariamente bovi-
no y las explotaciones se fueron poco a poco abocando hacia la agricultura.
En lo que respecta a la tenencia de la tierra, algunos arrendatarios alcan-
zaron a comprar sus parcelas. Así, muchos agricultores pudieron instalarse
definitivamente y generar un nuevo tipo de relación social y productiva en

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la cual predominaron las explotaciones de carácter familiar. Por otra parte,
este nuevo tipo de productor familiar estableció nuevas relaciones sociales
y productivas.
En las áreas rurales los pueblos constituían un pilar fundamental. Eran
los que proveían de bienes y servicios al campo. Además de ser el centro
económico, político y social de la población rural. La mayoría de los ha-
bitantes de los pueblos eran trabajadores denominados “changarines” que
se especializaban en el trabajo de cosecha. En ese entonces, las bolsas
de cereales aún se cosían a mano, por lo que se convertía en un trabajo
tedioso y lento. Estos mismos trabajadores eran los encargados de cargar
en los vagones del ferrocarril todo el cereal que se transportaba hacia el
puerto de Bahía Blanca. El ferrocarril continuó siendo el principal medio
de transporte con el que contaba la población rural. Los vehículos particu-
lares eran escasos y la mayoría de los caminos y accesos de tierra se en-
contraban en pésimas condiciones de transitabilidad, lo que sumado a las
grandes distancias convertía a los viajes en travesías largas y cansadoras
(Gabella et al., 2010).
Las políticas de desarrollo de los años 50 y 60 del siglo XX produjeron
una modernización no sólo en términos tecnológicos sino también socia-
les. El estado impulsa políticas económicas y sociales que generaron un
aumento en la productividad agropecuaria, importantes cambios sociales
y culturales y una profunda transformación del territorio. La política cre-
diticia permitió la capitalización de los agricultores en maquinarias, he-
rramientas y en infraestructura. Este proceso de mecanización permitió el
mejoramiento general de las prácticas agrícolas.
A fines de la década del cincuenta y principios de los sesenta fueron
creadas un conjunto de instituciones destinadas a regular la actividad agro-
pecuaria (cooperativas, Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria
(INTA); Consorcios Regionales de Experimentación Agrícola (CREA);
Secretaría de Ganadería, Pesca y Agricultura (SAGPYA)) que intentaron
articular y relacionar a los agricultores y ganaderos con el mercado, con el
estado y con el territorio. Esta articulación de las sociedades rurales pam-
peanas con la sociedad global, es lo que Albadalejo (2006) denominó como
“Mediación Moderna”.
En el área de estudio se produjo por un lado una concentración de tierras
por parte de aquellos productores que lograron adaptarse a los cambios, por
medio de la compra o alquiler de tierras a productores vecinos y por otro
lado, subdivisiones en aquellos que se quedaron en el campo con sus hijos
y después de unos años tuvieron que dividir las propiedades. Esta tenden-
cia en la reducción de las explotaciones agropecuarias, se puede observar

Huellas n° 20 (2016) | Procesos de ocupación y construcción del espacio rural pampeano... (pp. 79-99) 93
sobre todo en cercanías de los poblados, como es el ejemplo de los campos
alrededor de Stroeder, Cardenal Cagliero y J. B. Casas. Esta situación trajo
aparejada consecuencias negativas en el accionar de los productores que se
tradujo luego en un uso intensivo del recurso suelo.

Cuarto período: liberalización económica


y transformación tecnológica (1970-1990)

El modelo territorial en la etapa 1970-1990 se caracterizó por la in-


tegración al mercado mundial a través del proceso de globalización. Re-
presenta lo que Bustos Cara (2002) denominó como un período de crisis
prologada o etapa de internacionalización desestructurante de la nación.
Se produjo una disminución de la función reguladora del estado sobre las
instituciones, siguiendo un modelo cuyos ejes se centraron en la apertura
y desregulación de la economía y un creciente endeudamiento externo. Se
manifestaron sucesivas crisis que repercutieron en la aplicación de polí-
ticas contradictorias. Alternancia de gobiernos militares y democráticos,
deuda externa, hiperinflación, dependencia externa, fueron algunas de las
consecuencias de este periodo.
En el mundo rural, estas políticas provocaron una creciente diferencia-
ción resultado de la intensificación de la lógica capitalista (Sili, 2000). La
incorporación de tecnologías implicó una profunda transformación de la
estructura de las explotaciones agropecuarias y de las relaciones econó-
micas y sociales en el agro. La transformación tecnológica que ya había
comenzado en la década del sesenta, se centró en el mejoramiento de se-
millas, la mecanización total de las labores y el aumento de la potencia por
hectárea, adopción de nuevos herbicidas y la incorporación de fertilizantes
en algunos cultivos. En los años setenta se expandió y consolidó en la
región pampeana, este proceso conocido como “modernización” de la pro-
ducción agropecuaria, especialmente de la agricultura (Reboratti, 2006).
En Patagones se dieron profundas transformaciones en el seno de la
producción familiar. Los productores debieron incorporar capital en ma-
quinarias e insumos; esta incorporación impactó fuertemente en la nece-
sidad de mano de obra y en la distribución de la tierra, iniciándose un
proceso de concentración productiva y exclusión social en la región. El
parque de maquinaria necesaria y acorde al modelo tecnológico vigente,
estaba compuesto por tractor, arado, rastra rotativa, rastra de discos, ras-
tra de dientes, sembradora de grano fino y grueso, equipo de herbicidas y
cosechadoras. Sin embargo, no todos los productores poseían el equipo

94 Julia Inés Gabella y Alicia María Campo | Huellas n° 20, ISSN: 0329-0573 (impresa) / 2362-5643 (en línea)
completo de maquinarias, existían también diferencias en cuanto a la anti-
güedad y potencia.
La agriculturización, bajo las pautas tecnológicas de la modernidad,
prescindía del trabajo permanente y cotidiano estacionalizándolo. Como
consecuencia la población rural descendió abruptamente. Productores y
asalariados no encontraban razones para vivir en el espacio rural y esto
trajo aparejado, entre otros factores, el despoblamiento del campo.
Diez Tetamanti (2012) analizó estos procesos de configuración del espa-
cio y dinámicas demográficas de las pequeñas localidades del interior bo-
naerense, en las que se manifestó un proceso de despoblamiento intenso.
El área de estudio no fue ajena a esta realidad y comenzó a manifestar una
disminución significativa de su población. Los productores de aquellas ex-
plotaciones que no pudieron asimilar los condicionamientos externos y no
lograron incorporar estrategias para su permanencia, tuvieron que abandonar
el campo en busca de mejores oportunidades y condiciones de vida. Los que
formaban parte de otro grupo con capacidad de gestión y manejos adecuados
asumieron riesgos mayores y adoptaron un perfil más empresarial. Los pro-
ductores ya no compartían las prácticas y lógicas de producción.

Quinto período: modernización,


crisis rural y fragmentación espacial (1990-2014)

A partir de la década del noventa comenzó en la Argentina una etapa de


estructuración neoliberal. Los cambios institucionales y jurídicos fueron
la expresión de los nuevos modos de regulación que se impusieron pro-
gresivamente. Ley de convertibilidad, privatizaciones, descentralización
y eliminación de las instituciones reguladoras, fueron algunos de ellos.
Se afianzó un sistema territorial de integración supranacional que se ex-
presó en la concentración de la actividad económica e inversiones en las
áreas más dinámicas, lo que generó regiones ganadoras y espacios per-
dedores (Bustos Cara, 2002). Esta transformación estructural reorganizó
los territorios y sociedades, sobre todo los espacios rurales y las pequeñas
localidades urbanas, en donde la introducción de nuevas tecnologías para
realizar una agricultura competitiva generó áreas geográficas y sectores
socio-económicos capaces de competir satisfactoriamente en el mercado
global, mientras que otras áreas marginales quedaron separadas, aisladas o
fuera del sistema (Nardi, 2011).
En este periodo se intensifica el proceso de concentración de la explota-
ción de la tierra, resultado de la modernización de la agricultura pampeana

Huellas n° 20 (2016) | Procesos de ocupación y construcción del espacio rural pampeano... (pp. 79-99) 95
y a la vez, se abandonan y desaparecen un gran número de explotaciones
agropecuarias. “El uso más intenso del capital y exigencias cada vez más
rígidas en materia de administración de los campos condujo a una elimina-
ción de las unidades menos rentables…” (Albadalejo, 2006: 42).
Se evidenció un descenso del ingreso real del productor agropecua-
rio, situación que explica la desaparición de numerosas explotaciones
durante esta etapa. El campo pampeano perdió el 29 % de sus explota-
ciones entre 1988 y 2002. Las unidades de menos de 500 ha fueron las
más afectadas (CNA, 1988; 2002). La desaparición de las explotaciones
agropecuarias generó un descenso de la población, que trajo como con-
secuencia la pérdida de servicios y equipamiento y el envejecimiento y
desaprovechamiento de la capacidad productiva instalada en las áreas
rurales.
El nuevo modelo de organización de los territorios rurales según Sili
(2010) fue el modelo de organización rural fragmentario. El espacio rural
se fragmentó de a poco por el cierre de estaciones de ferrocarril, el aisla-
miento ocasionado por el trazado de rutas pavimentadas, alejadas de los
antiguos caminos de tierra, la falta de inversión en mejoramiento de rutas
existentes y la falta de transportes públicos.
El despoblamiento rural, la disminución y pérdida de fuentes de trabajo
en las explotaciones agropecuarias, los cambios en los sistemas producti-
vos y las estructuras agrarias (Luque et al., 2011) fueron solo algunos de
las consecuencias de este modelo de desarrollo adoptado por el país, que
generó también una profunda fragmentación social asociada a la ruptura
de las relaciones sociales entre los habitantes rurales. En las últimas dos
décadas el sector agropecuario argentino atravesó distintos procesos socio-
productivos, por un lado se observó un notable crecimiento en cantidad y
calidad de algunas producciones, principalmente de oleaginosas y cereales
particularmente de soja; por otro, un grave deterioro ambiental, procesos
de concentración y extranjerización de los medios de producción, lo que
ocasionó una reducción del número de trabajadores rurales en relación de
dependencia, favoreciendo el éxodo y la migración campo-ciudad (Gabella
y Álamo, 2013).
Las visiones cortoplacistas de los productores, potenciadas por la ines-
tabilidad de la economía argentina, los bajos precios mundiales para pro-
ductos agropecuarios y la escasa productividad natural del área, no estimu-
laron ni estimulan hoy en día las inversiones a largo plazo, ni la capitaliza-
ción de la actividad agrícola, produciendo una degradación cada vez mayor
de los suelos de la zona, situación que se ha incrementado con el paso del
tiempo (Gabella et al., 2011).

96 Julia Inés Gabella y Alicia María Campo | Huellas n° 20, ISSN: 0329-0573 (impresa) / 2362-5643 (en línea)
Actualmente el partido en análisis presenta degradación ambiental que
involucra tres aspectos de una misma realidad: el natural, con la deforesta-
ción del monte nativo y alteraciones en las características físicas y químicas
del suelo lo cual provoca desertificación y pérdida de biodiversidad; el eco-
nómico, con el endeudamiento de los productores rurales y la consecuente
pobreza rural y el social, donde la degradación se asocia al abandono de
tierras, éxodo rural y la pérdida de valores y tradiciones culturales.

Conclusiones

Se identificaron en el partido de Patagones diversos procesos de ocu-


pación del espacio que tuvieron su correlación con los momentos histó-
rico-territoriales de la pampa rural y con los sistemas territoriales a nivel
nacional. Estos periodos se relacionaron con los modelos explicativos del
mundo rural, ya sea desde el enfoque dicotómico, del continuum o de frag-
mentación territorial. Así, se enmarcó en un proceso espacio-tiempo, los
acontecimientos que construyeron el espacio rural del área de estudio.
Las escasas precipitaciones, fuerte vientos, suelos poco fértiles y un ta-
piz vegetal tupido y xerófilo, en definitiva, condiciones climáticas de aridez
y semiaridez, limitaron la evolución y el desarrollo de este espacio rural y
es frecuente escuchar diversos discursos que afirman y consideran que el
partido de Patagones constituye un área marginal. Esa concepción se asocia
a una marginalidad dada por características naturales que condicionaron y
condicionan, en la actualidad, la posibilidad de este espacio de incorporarse a
las lógicas de producción capitalistas. Lógicas que implementadas en el área,
generaron la utilización de los recursos naturales con mayor presión, sin im-
portar los impactos y desestimando las consecuencias ambientales. Lógicas
de producción-explotación que dejaron fuera de juego a todos aquellos que
no pudieron o no contaron con lo necesario para alcanzar esa “modernidad”,
lo que convirtió a este espacio en un área degradada.
La vida rural de Patagones se asocia a un mundo antiguo y estancado,
muy lejano al imaginario de áreas rurales pampeanas modernas, tecnifica-
das, altamente productivas y conectadas. Aquí se manifiesta la presencia
de una herencia cultural local que se construyó en épocas pasadas y que
aún hoy se observa en las lógicas de los productores, en el aspecto de sus
explotaciones, en sus maquinarias y relaciones, en los pueblos perdidos y
desolados donde son visibles los efectos socio-territoriales y ambientales
de los paradigmas y modelos de desarrollo que se implementaron en las
áreas rurales de la región pampeana argentina.

Huellas n° 20 (2016) | Procesos de ocupación y construcción del espacio rural pampeano... (pp. 79-99) 97
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Huellas n° 20 (2016) | Procesos de ocupación y construcción del espacio rural pampeano... (pp. 79-99) 99
Artículo

5
Capacidad competitiva y dinamismo
en la horticultura de La Plata
interpretada desde el enfoque basado
en los aglomerados de empresas

Matías García1
Universidad Nacional de La Plata-CONICET

@ [ garciamatias@agro.unlp.edu.ar ]

Fecha de recepción: 22/03/16


Fecha de aprobación: 10/08/2016

Cita sugerida: García, M. (2016). Capacidad competitiva y dinamismo en la horticultu-


ra de La Plata interpretada desde el enfoque basado en los aglomerados de empresas.
Revista Huellas Nº 20, Instituto de Geografía, EdUNLPam: Santa Rosa. Recuperado a
partir de: http://cerac.unlpam.edu.ar/index.php/huellas

DOI: http://dx.doi.org/10.19137/huellas-2016-2006

Resumen
El Cinturón Hortícola Platense ha mostrado un crecimiento económico,
productivo y tecnológico irrefutable e ininterrumpido desde su nacimiento
(1882) hasta la actualidad. Más aún, la velocidad y magnitud de las trans-
formaciones en los últimos años parecerían corresponder a causales que aun
no se identifican o explicitan claramente y/o en su totalidad. En ese senti-
do, resulta destacable que las consideraciones del territorio en los estudios
económicos de los últimos años buscan dilucidar los factores que explican
tanto los procesos de concentración de actividades productivas y de servi-
cios en determinados espacios, como los que conducen a que determinadas
localizaciones muestren un mayor dinamismo y capacidad competitiva que
otras. Precisamente, los objetivos planteados son relevar los enfoques de
aglomerados económicos y determinar las externalidades derivadas de la
aglomeración de empresas hortícolas de La Plata. Para ello se realizó un
ordenamiento bibliográfico de las diferentes conceptualizaciones, caracte-
rísticas y tipos de aglomerados de empresas. Seguidamente se identificaron
y analizaron las interrelaciones existentes en el aglomerado platense y sus
ventajas competitivas emergentes. Se concluye que el caso de la horticultu-
ra en La Plata muestra una evolución que se asemeja a la de otros aglomera-
dos económicos, siendo el concepto de Sistemas Productivos Locales el que
en la actualidad mejor se adapta a describir e interpretar su dinámica.

Palabras clave: economía de aglomeración; aspectos espaciales y territo-


riales; horticultura, externalidades.

1 Investigador del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), y


docente de la Universidad Nacional de La Plata y la Universidad Nacional Arturo Jauretche.
Lugar de Trabajo: Departamento de Desarrollo Rural, Facultad de Ciencias Agrarias y Fores-
tales (UNLP). Calle 60 y 118, CC 31, CP 1900 La Plata (Buenos Aires).

100 Matías García | Huellas n° 20, ISSN: 0329-0573 (impresa) / 2362-5643 (en línea)
Competitive capacity and dynamism in horticulture in La Plata
interpreted from the perspective of companies agglomerates

Abstract
The Platense Horticultural Belt has shown an economic, production and tech-
nological irrefutable and uninterrupted growth from its birth (1882) up to the
present. Moreover, the speed and magnitude of the transformations in the last
years would seem to correspond to causes that have not yet been clearly and
/ or fully identified or stated. In this sense, it is noteworthy that the consid-
erations of the territory in the economic studies of recent years seek to elu-
cidate the factors that explain the concentration processes of production and
service activities in certain spaces, as well as those which lead certain loca-
tions to show greater dynamism and competitive capacity than others. Thus,
the objectives posed in this work are to locate the approaches of economic
agglomerates and to determine the externalities resulting from the agglom-
eration of horticultural companies in La Plata. A bibliographical classification
of the different conceptualizations, characteristics and types of companies
agglomerates was performed to this end. Afterwards, the existing interrela-
tionships in La Plata’s agglomerate were identified and analyzed, as well as
their emergent competitive advantages. It is concluded that the case of horti-
culture in La Plata shows an evolution that resembles that of other economic
agglomerates, being the concept of Productive Local Systems the one that, at
present, is best suited to describing and interpreting its dynamics.

Keywords: agglomeration economy; spatial and territorial aspects; horti-


culture; externalities.

Capacidade competitiva e dinamismo na horticultura de La Plata


interpretada desde o enfoque baseado nos aglomerados de empresas

Resumo
O Cinturão Hortícola Platense tem mostrado um crescimento econômico,
produtivo e tecnológico irrefutável e ininterrompido desde seu nascimento
(1882) até a atualidade. Ademais, a velocidade e a magnitude das transforma-
ções nos últimos anos parecem corresponder a causas que ainda não podem
se identificar ou explicitar claramente em sua totalidade. Neste sentido, re-
sulta destacável que as considerações do território, nos últimos estudos eco-
nómicos, dos últimos anos, tentem dilucidar os fatores que explicam tanto os
processos de concentração de atividades produtivas e de serviços em deter-
minados espaços como, por exemplo, aqueles que conduzem a determinadas
localizações a que mostrem um maior dinamismo e capacidade competitiva
do que outras. Justamente os objetivos expostos são relevar os enfoques de
aglomerados econômicos e determinar as externalidades derivadas da aglo-
meração de empresas hortícolas de La Plata. Por isso, realizou-se um ordena-
mento bibliográfico das diferentes conceptualizações, características e tipos
de aglomerados de empresas. Seguidamente, identificaram-se e analisaram-
se as inter-relações existentes no aglomerado platense e suas vantagens com-
petitivas emergentes. Concluiu-se que, no que respeita à horticultura, em La
Plata, esta mostra uma evolução que é semelhante à de outros aglomerados
econômicos, considerando que o conceito de Sistemas Produtivos Locais é o
que melhor enquadra ao descrever e interpretar sua dinâmica.

Palavras chaves: Economia de aglomeração; aspectos espaciais e territo-


riais; horticultura; externalidades.

Huellas n° 20 (2016) | Capacidad competitiva y dinamismo en la horticultura de La Plata... (pp. 100-124) 101
Introducción

E l Cinturón Hortícola Platense ha mostrado un crecimiento económico,


productivo, tecnológico y comercial irrefutable e ininterrumpido, en tor-
no a la ciudad capital bonaerense, desde su nacimiento hasta la actualidad.
Dicho crecimiento fue lento en sus “inicios” (1882-1940) y se aceleró al
comenzar la segunda parte del siglo XX, mostrando ya en 1990 una “consoli-
dación” como sector hortícola a nivel provincial (García y Lemmi, 2011). En
los últimos 20 años (1995-2015), a ese crecimiento cuantitativo se le suma
una “diferenciación” cualitativa, posibilitada principalmente por la fuerte
incorporación de la tecnología del invernáculo (Otero, Larrañaga y Hang,
2011). Esta diferenciación cuali y cuantitativa ha sido también apuntalada
por el protagonismo asumido por el horticultor boliviano, responsable a su
vez de transformaciones en la estructura de la tierra y en la comercialización
de la horticultura platense (García, 2012). El rol del horticultor boliviano, la
explotación de su fuerza de trabajo, el modelo tecnológico imperante y un
contexto externo de avance de las fronteras urbanas y agrícolas en las regio-
nes hortícolas no platenses propiciaron –en este último período– cambios
espaciales y funcionales en dichas áreas productivas, concentrándose la pro-
ducción en La Plata. Por ende, esta situación ubicó a esta jurisdicción como
la región hortícola más importante del país (Le Gall y García, 2010).
Más aún, la velocidad y magnitud de las transformaciones de la horti-
cultura platense en los últimos años parecerían corresponder a causales que
aun no se identifican claramente y/o en su totalidad. Es decir, el desarrollo
hortícola platense en el último lustro no se correspondería simplemente a
sus ventajas representativas de la etapa “Diferenciación”2, sino que son
otras variables las que en forma complementaria empiezan cada vez más
preponderantemente empiezan a intervenir.
En ese sentido, resulta destacable que las consideraciones del espacio o
territorio en los estudios económicos de los últimos años buscan dilucidar
los factores que explican o motivan tanto los procesos de concentración de
actividades productivas y de servicios en determinados espacios, como los
que conducen a que determinadas localizaciones muestren un mayor dina-
mismo y capacidad competitiva que otras (Schejtman y Berdegué, 2004).

2 Se hace referencia a: i) ventajas productivas (mayor calidad del producto, mayor período de
cosecha, menor costo por unidad de producto, mayor rendimiento, mayor eficiencia en el uso
de los medios de producción) (García, 2010b); ii) la retracción de la superficie y producción
extra región platense; iii) el avance del horticultor boliviano en toda la cadena de producción-
consumo, y en el eslabón de comercialización en particular; iv) las ventajas del transporte que
posibilitan competir en regiones otrora imposibles económicamente (García, 2012).

102 Matías García | Huellas n° 20, ISSN: 0329-0573 (impresa) / 2362-5643 (en línea)
Los motivos de la concentración espacial de la producción en el partido de
La Plata en parte fueron identificados y discutidos en García, 2012. Los
elementos que ahora emergen junto con el nuevo dinamismo se pretenden
comenzar a desarrollar en este estudio.
Concretamente, una hipótesis que emerge como línea de trabajo es que
la actual dinámica de la horticultura platense puede ser mejor interpretada si
se la analiza como un aglomerado económico o de empresas, en el cual exis-
ten sinergias que le otorgan al territorio un grado mayor de competitividad,
ingresando éste a una nueva etapa en su ciclo de desarrollo. La evolución
de la horticultura platense podría ser representada de la siguiente manera,
planteándose como supuesto el surgimiento de una nueva etapa en su desa-
rrollo (Ver Figura Nº1).

Figura Nº 1: Desarrollo del Cinturón Hortícola Platense en etapas.

Fuente: Elaboración propia en base a García, 2010a.

Los objetivos específicos planteados para este artículo pretenden rele-


var los diferentes enfoques de los aglomerados económicos e identificar el
que mejor se adapte a la horticultura platense. Y paralelamente, determinar
las externalidades (ventajas comparativas y competitivas) derivadas de la
concentración de empresas hortícolas de La Plata.
Para alcanzar los objetivos propuestos, tras esta introducción se desarro-
lla el Marco Teórico, a través del cual se hace un recorrido y ordenamiento
bibliográfico de las diferentes conceptualizaciones de los aglomerados de
empresas. En este sentido, se describen los diferentes tipos de aglomerados,
sus principales características, los factores que explican su aparición y sus
ventajas. Realizada esta revisión, se dedica un tercer apartado a describir la
evolución del sector hortícola platense, área bajo estudio, desde sus inicios, su
consolidación como parte del Cinturón Hortícola Bonaerense hasta su dife-
renciación y concentración espacial y cercana articulación con los eslabones
de aprovisionamiento de insumos y comercialización. Estos pasos preceden-
tes posibilitan desarrollar un cuarto apartado, en donde se identifican las inte-
rrelaciones existentes en el aglomerado platense y sus ventajas competitivas
emergentes. Finalmente, y antes de las consideraciones finales, se discute qué
tipo de aglomerado económico sería el Cinturón Hortícola Platense.

Huellas n° 20 (2016) | Capacidad competitiva y dinamismo en la horticultura de La Plata... (pp. 100-124) 103
Marco Teórico

Este apartado se encuentra dividido en cinco secciones. 1) La prepon-


derancia que adquieren recientemente los aspectos territoriales y espaciales
en los estudios económicos. 2) Los diferentes tipos de concentraciones de
empresas. 3) Las características de estos aglomerados. 4) Los causales que
originan y posibilitan la persistencia de estas aglomeraciones económicas.
5) Antecedentes que identifiquen aglomeraciones de empresas centradas en
la actividad hortícola.

Aspectos espaciales y territoriales


en los estudios económicos recientes

Gutman y Gorenstein (2003) aseveran que tras la segunda guerra mun-


dial, las transformaciones en los sistemas de producción de alimentos en
particular exigen una mirada integral y sistémica de las fases de producción,
transformación, distribución y consumo, mutando el concepto de producto
agrario en producto agroalimentario, surgiendo el Sistema Agroalimenta-
rio. Esta nueva mirada ha avanzado sobre los enfoques predominantemente
sectoriales (“agrarios”) que caracterizaron a los estudios del medio rural.
De esta manera, la subordinación de la agricultura a la industria procesado-
ra de materias primas, proveedoras de insumos y bienes de capital, como
así también a los cambios en los sistemas de comercialización, con la inte-
gración ciudad-campo y el desarrollo de funciones económicas no agríco-
las del sector agrario han implicado la necesidad de nuevos enfoques.
Hasta principios de la década del setenta las teorías económicas he-
gemónicas sesgaban su explicación a la progresiva concentración y cen-
tralización del capital, siendo consecuencia de ello el incremento de las
economías de escala. Sin embargo, la crisis económica de esos años y los
consiguientes ajustes no repercutieron en forma homogénea. Ciertas locali-
dades caracterizadas por la concentración de pequeñas empresas mostraron
mayor capacidad de crecimiento. Así, los aspectos espaciales y territoriales
adquirieron/en preponderancia en las investigaciones recientes sobre los
sistemas económicos.
Los estudios que buscan analizar las cuestiones territoriales y agroali-
mentarias dieron, como no podía ser de otra forma, una serie de corrientes
teóricas. Las derivadas de las ideas de Marshall (1957), en particular de sus
referencias a los factores que inciden en los procesos de aglomeración eco-
nómica, son las que mayor influencia han tenido en la reflexión latinoameri-
cana sobre desarrollo económico local (Schejtman y Berdegué, 2004). Las

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mismas parecerían ajustarse mejor a la interpretación de la actual dinámica
del Cinturón Hortícola Platense. Estas revalorizan el territorio a partir de
las innovaciones tecnológicas y organizativas, los nuevos determinantes de
la competitividad, los procesos de conocimientos y aprendizaje en el seno
de las redes o conjuntos de agentes, y los impactos locales de la globaliza-
ción (Cfr. Pedreño y Quaranta, 2002). Surgen de esta manera las nociones
de “clústers”, “distritos industriales”, “sistemas locales de innovación” y
“sistemas productivos locales”, entre otros. Todas éstas pretenden resaltar
las formas locales de organización de la producción, otorgando un énfasis a
los “componentes endógenos” que estimulan el desarrollo territorial.
En estos aportes, los espacios locales-regionales desempeñan un doble
rol; (a) un locus (lugar) que reúne los atributos naturales específicos para
el desarrollo de la actividad primaria y/o de procesamiento y servicios co-
nexos; (b) un ambiente o entorno que favorece o dificulta la incubación de
condiciones para acciones colectivas (convergencia de representaciones,
cooperación entre actores) en una determinada trayectoria o dirección (re-
putación de producto u origen) (Gutman y Gorenstein, 2003). Siguiendo a
estas investigadoras, los elementos comunes presentes en las aproximacio-
nes de distritos, cluster y sistemas locales de innovación, giran en torno a
cuatro ejes básicos:

−− La aglomeración de firmas y la especialización en algún producto o


gama de productos agroalimentarios, sustentada en un sistema de em-
presas (redes) en el que se conforman relaciones de competencia y co-
operación.
−− Un contexto relacional, “ambiente” o “entorno” territorial, entendido
como el conjunto de factores sociales, culturales e históricos que se han
sedimentado en la población e instituciones locales. Ello facilita los
vínculos entre las empresas y entre ellas y las instituciones, estimulan-
do la cooperación y acciones colectivas en torno a proyectos comunes.
−− La capacidad de innovación y una dinámica de aprendizaje facilitada
por el lenguaje común y la difusión del conocimiento e información,
así como ciertos recursos inmateriales específicos a este ámbito (saber
hacer, tradición cultural).
−− El énfasis puesto en las relaciones de cooperación entre los agentes. La
colaboración, institucionalizada informalmente en las prácticas empre-
sarias o canalizada a través de organismos intermedios, es destacada
como elemento central en la adquisición de nuevas competencias, es-
pecialmente en un escenario de creciente incertidumbre y complejidad
que rodea a los mercados agroalimentarios.

Huellas n° 20 (2016) | Capacidad competitiva y dinamismo en la horticultura de La Plata... (pp. 100-124) 105
Diferentes tipos de aglomeraciones productivas en el territorio

Diversos economistas aseveran que los aspectos espaciales tienen como


consecuencia una mayor eficiencia como resultado de la proximidad de em-
presas típica de la concentración geográfica (Porter, 1990; Pietrobelli & Ra-
bellotti, 2004). Como causa o consecuencia, se puede afirmar que son estas
ventajas las que incitan a la aparición y desarrollo de agrupaciones de empre-
sas en espacios geográficos delimitados.
Estas aglomeraciones han recibido diversas definiciones, siendo la mas
sencilla y genérica la que las describe como un grupo de empresas en cer-
canía geográfica que producen bienes o servicios iguales o semejantes. De
esta definición, surgen dos características principales que lo precisan: con-
centración espacial y especialización sectorial.
Vale aclarar que cualquier tipo de aglomeración de empresas, aun con
un nivel bajo y hasta nulo de relación, genera externalidades positivas (ta-
les como contribuir en la localidad a la formación de mano de obra espe-
cializada, a aumentar la demanda en determinados servicios complementa-
rios, etc.)3. Este tipo de aglomeración simple podría ser definido –a priori–
como “Área de Especialización Productiva”.
Tan importante como la aglomeración espacial es la interacción que
suscitan las empresas allí ubicadas. Las interrelaciones que se establecen
entre estas empresas –muchas veces en competencia entre sí– originan
ventajas relativas que no disponen aquellas que no han optado por la es-
trategia de la proximidad geográfica (García Sánchez y Wandosell Fernán-
dez, 2004). Avanzando en este sentido mas restringido en donde aparece
la condición de interrelación, es imposible soslayar la definición de Porter,
pionero de los estudios de este tipo de sistemas económicos y responsable
del concepto de “Clúster”, explicado también en forma genérica como: “un
grupo de empresas interconectadas y de instituciones asociadas, ligadas
por actividades e intereses comunes y complementarios, geográficamente
próximas” (Porter, 1998: 78).
Hay otras denominaciones similares al término clúster, tales como la
de distrito industrial y sistema productivo local, cuyas características ge-
nerales son compartidas en cierta medida con el de aquel y que, por tal
motivo, suelen ser usados de modo confuso e incluso indistinto. El núcleo
común de estos análisis es la importancia atribuida a las interrelaciones
de los actores y a la proximidad geográfica, y la consideración de que de
ellas derivan ventajas económicas (Marshall, 1957; Camagni, 2005; Pie-

3 Esto a su vez sería el inicio de algún tipo o nivel de interacción.

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trobelli & Rabellotti, 2004). Las diferencias de los “Sistemas Productivos
Locales” y del “Distrito Industrial” en relación al concepto de clúster es
que en los primeros se destaca la participación de empresas de pequeña y
mediana dimensión. Un clúster se caracteriza por la presencia de grandes
empresas, y una constelación de PyMES, que trabajan para ellas, directa o
indirectamente.
Entonces, las características principales de estos tipos de aglomerados
económicos son, según Climent López (1997) y Naclerio (2010):

• Áreas de Especialización Productiva: Las mismas se caracterizan por


i) la mera preponderancia de una rama de producción, dedicándose las
empresas al mismo tipo de producto a la misma fase productiva, ii) sin
más relaciones entre sí que la simple competencia; iii) su origen estimu-
lado por condiciones favorables para la localización empresaria, tales
como disponibilidad y flexibilidad de la mano de obra y tierras.
• Sistemas Productivos Locales: en los mismos sobresalen i) la presencia
de muchas –en particular micro, pequeñas y medianas empresas (Mi-
PyME), ii) produciendo muchas de ellas el mismo producto; iii) las
interrelaciones entre empresas son esencialmente intrasectoriales u ho-
rizontales; iii) el gran impacto sobre la economía y la sociedad local;
iv) una demanda de políticas de protección y consolidación del SPL
provenientes de fuerzas sociales (agentes económicos y políticos) hacia
las administraciones públicas.
• Distritos Industriales: se destacan por i) una intensa división del traba-
jo entre las empresas, que progresivamente diversifica el sistema pro-
ductivo local; ii) relaciones entre empresas más significativas, de tipo
tanto intrasectorial como intersectorial (horizontales y verticales); iii)
la presencia de una “atmosfera industrial”, entendida como un conjunto
de conocimientos y habilidades técnicas especializadas que se ha ido
generando y difundiendo por medios formales e informales iv) sistema
de valores compartido por el conjunto de los individuos que crea perte-
nencia y cohesión social.
• Clúster: Mientras que el distrito industrial enfatiza un desarrollo de tipo
local y asigna un papel estratégico a la comunidad de empresas y per-
sonas, el clúster se propone un desarrollo de tipo global y se centra en
la competitividad buscando las fuentes de ventajas competitivas de los
territorios. La otra diferencia es que mientras en los tres tipos preceden-
tes hay una preeminencia de PyMEs y prevalecen las actividades tra-
dicionales, en los clúster se destacan grandes empresas en actividades
tecnológicas.

Huellas n° 20 (2016) | Capacidad competitiva y dinamismo en la horticultura de La Plata... (pp. 100-124) 107
Características de los aglomerados de empresas

Las características principales de estas concentraciones de empresas en


el espacio y que en forma genérica denominaremos en adelante como Aglo-
merados de Empresas (AdE) son (en base a Navarro Arancegui, 2003):

a) Límites espaciales: La actividad productiva tiene lugar siempre en un


espacio y, en tal sentido, todo AdE esta geográficamente determinado.
Ello no impide que existan AdE cuyos lazos superen el ámbito local,
siendo así AdE nacionales o aun internacionales. Según Porter, la deli-
mitación de los clúster puede ir desde una región hasta países vecinos;
pero los clúster no pueden ser de carácter global.
b) Interdependencia o similitud de las relaciones: Las empresas de un AdE
tienen a grandes rasgos dos tipos de relaciones:
i) de interdependencia: se parte de la idea que los actores son y tienen
requerimientos diferentes y de que las competencias o productos de
unos son necesarios para la producción o innovación de los otros.
Los estudios acerca de los filiéres o líneas productivas, donde se
analizan las relaciones proveedor-usuario (sea tal provisión de bie-
nes, de servicios, de conocimientos, o de otro tipo) son un clásico
ejemplo de este tipo de enfoque. Este tipo de articulaciones da como
resultado a los “AdE verticales”, haciéndose referencia a grupos de
empresas relacionadas en cadenas de compra y ventas.
ii) de similitud: se agrupan las actividades económicas que presentan
condiciones o requerimientos equivalentes: en investigación, tipo
de mano de obra, proveedores especializados, etc. Son los “AdE
horizontales”, compuestos por grupos de empresas de productos si-
milares y/o que demandan input, tecnologías o instituciones iguales.
Un ejemplo de este AdE de similitud u “horizontal” sería aquel con-
formado por las empresas de un mismo sector.
c) Tipo de relaciones: En cuanto a los tipos de vínculos que se establecen
entre las empresas/instituciones4, Porter (1998) identifica tanto relacio-
nes de competencia como de cooperación. En este último caso, diferen-
cia entre las acciones de cooperación llevadas a cabo conscientemente

4 Si bien algunos autores, restringen de la definición de clúster a las empresas y relaciones entre
ellas establecidas, otros (entre los que se encuentra Porter) incluyen a las instituciones y orga-
nizaciones que afectan a la actividad o capacidad innovadora de los aglomerados económicos
(por ejemplo, universidades, institutos de investigación, servicios empresariales intensivos en
conocimiento, instituciones puentes –consultores– y clientes).

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de aquellas que se realizan en forma no deliberada. Más aún, señala
que la agudización de la competencia y las mayores posibilidades de
cooperación que posibilita la pertenencia al AdE, son factores que se
convierten en fuentes de ventajas competitivas por los efectos que ge-
neran sobre la innovación empresarial.
d) Flujos de productos y/o flujos de conocimiento/innovación: La relación
entre los agentes que componen un AdE puede estar basada en un vínculo
comercial, es decir en un intercambio de productos; o en un vínculo de
tecnología/conocimiento/innovación. Si bien la mayoría de los estudios se
focalizan sobre los primeros básicamente por la mayor facilidad de obtener
datos (mediante las tablas de input/output), a veces ambos flujos parten de
una misma empresa, o bien se trata de empresas de diferentes ramas.

Factores que explican la aparición y


la existencia de Aglomerados de Empresas

Origen de los AdE: La aparición de un AdE puede ser causado por, al me-
nos, tres factores (García Sánchez y Wandosell Fernández, 2004): a)Factores
geográficos: diferentes elementos pueden favorecer la formación de un AdE,
tales como un reducido costo del transporte, cercanía al mercado, disponibi-
lidad en el área de inputs de difícil acceso y/o costoso transporte, específicos
factores físicos –tales como el clima y suelo–, disponibilidad de mano de obra
flexible y barata, etc. b)Factores históricos: a veces el inicio de un AdE puede
encontrarse en motivaciones históricas que posibilitaron o incentivaron que
empresas se concentraran en determinadas regiones. Estas motivaciones no
necesariamente deben persistir para que el AdE se desarrolle. c)Factores insti-
tucionales: los costos de transacción comercial determinan el tiempo necesa-
rio, el esfuerzo a aplicar, la incertidumbre, etc. Su reducción posibilitada por
el marco institucional es un factor que influye en la localización de empresas
en determinadas áreas, pudiendo ser ello causal del origen de un AdE.
Causales de la persistencia de los AdE: Las ventajas que se derivan de
la concentración espacial de empresas interrelacionadas son, a su vez, las
causales de su existencia (y estudio). A nivel general, un AdE genera venta-
jas derivadas de las economías de aglomeración. Se trata de externalidades,
economías externas no planificadas o bien pasivas, ya que se generan por
y para las empresas ubicadas en un espacio concreto de modo espontáneo,
como subproducto de la actividad económica y no necesariamente como
fruto de acciones conscientes. Se pueden ordenar según afecten positiva o
negativamente a los agentes participantes de una aglomeración económica
(Navarro Arancegui, 2003).

Huellas n° 20 (2016) | Capacidad competitiva y dinamismo en la horticultura de La Plata... (pp. 100-124) 109
Externalidades positivas:

• La aglomeración económica posibilita un desarrollo de mano de obra,


proveedores, infraestructura e instituciones especializadas más accesibles
y/o con un menor costo para las empresas allí insertas (Marshall, 1957).
• Paralelamente, un AdE favorece la innovación y el aprendizaje que posi-
bilita la observación y comparación de las diferentes trayectorias y resul-
tados de cada empresa allí ubicadas. Esto genera un proceso consciente o
subconsciente de selección e imitación de las prácticas “exitosas”.
• La especialización y concentración en sus competencias esenciales que
exige el AdE a empresas pertenecientes a diferentes eslabones de la
cadena de valor aumenta su capacidad innovadora (Maskell, 2001).
• Algo similar sucede a nivel de un mismo eslabón, ya que la fuerte com-
petencia estimula la subdivisión de las actividades del proceso produc-
tivo, especializándose y logrando una mayor eficiencia tanto individual
como en forma agregada.
• Existe una reducción en los costos de transacción (léase como una alter-
nativa menos onerosa en términos de identificación, acceso e intercam-
bio de bienes, servicios o conocimientos entre empresas). La pertenen-
cia a un ámbito espacial en el que existe cierta homogeneidad idiomáti-
ca, cultural e institucional, y en el que los intercambios se convierten en
habituales y repetitivos, genera un clima de confianza y entendimiento
que ayuda a reducir los comportamientos indebidos, impulsa a que vo-
luntariamente se ofrezca información fiable, conduce a que los acuer-
dos se cumplan, sitúa a los negociadores en la misma órbita y facilita
que se comparta el conocimiento tácito (Navarro Arancegui, 2003).
• Principalmente (aunque no excluyente) en aquellas aglomeraciones en
las que prevalecen las PyMEs, se observa una flexibilidad productiva
que incrementa la capacidad de dar respuesta a cambios imprevistos
tanto en la oferta como en la demanda. Esto lo posibilita tanto la flexi-
bilización que sufre el trabajador, como así también un rápido sistema
de circulación de información referente a mercados, tecnologías alter-
nativas, nuevas técnicas comerciales y financieras, etc.

Externalidades negativas:

• La principal desventaja en estos aglomerados es que el incremento de


la demanda en los mercados de inputs posibilita un aumento del precio
del suelo (tanto para compra como para arrendamiento) y de la mano
de obra.

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• Por otra parte, el incremento que la competencia e innovación reduce
en los mercados de outputs los precios, las ventas y –por ende– los be-
neficios por empresa.
• Sin embargo, según Porter (1998) todas estas externalidades negativas
resultan beneficiosas, por el estímulo que conlleva para una intermina-
ble mejora e innovación.

a) Prevalencia de las PyMES: ¿Por qué tales ventajas no son mayores


cuando la actividad que llevan a cabo tales empresas se aborda por una
sola empresa de gran tamaño?. Por un lado, es claro que las PyMEs
poseen un menor coste burocrático. Pero diversos autores (DeBresson
y Ámese, 1991 en Navarro Arancegui, 2003) enfatizan acerca de las
diferentes formas de innovación de las empresas. Una gran empresa se
caracteriza por tener limitaciones en su margen de acción, debido a que
la toma de decisiones es muy estructurada y poco flexible, impuestas
en base a procedimientos y razones alejadas de la coyuntura. La posi-
bilidad de observar, comparar, seleccionar y hasta probar las diferentes
estrategias llevadas a cabo por las empresas de un mismo eslabón no
logran ser cumplimentadas por las grandes empresas de la misma forma
que una PyME en un AdE5.

La aglomeración espacial de la horticultura intensiva

La horticultura es una actividad económica que no ha escapado a esta


realidad de aglomeración productiva. Por caso, en los últimos 50 años la
producción de hortalizas en forma intensiva ha mostrado importantes con-
centraciones territoriales de su actividad en espacios determinados (Alme-
ría, Murcia e Islas Canarias en España, Souss-Massa en Marruecos, Sina-
loa y Baja California en México, Delf y Westland en Holanda, etc.) (Aznar
Sánchez, 2011).
Un caso paradigmático parece ser Almería, región de España que
pasó de ser un área de descarte para la producción de hortalizas hasta
llegar en la actualidad a convertirse en un cluster (Aznar Sánchez, 2011;
Pérez Mesa, 2009), previo paso por un sistema productivo local (Ferraro
García, 2000; Caravaca Barroso, 2002); y Distrito Industrial (Ferraro
García y Aznar Sánchez, 2008; Aznar Sánchez & Sánchez Picón, 2010).
Estas aglomeraciones se caracterizan por concentrar un alto volumen de
capital, empleo y producción, transformándose la organización territo-
5 Ello aportaría a explicar la persistencia de las quintas pequeñas en el Cinturón Hortícola
Platense.

Huellas n° 20 (2016) | Capacidad competitiva y dinamismo en la horticultura de La Plata... (pp. 100-124) 111
rial y su devenir socioeconómico. Justamente, sucesos que –con sus di-
ferencias y particularidades– se identifican claramente en la horticultura
de La Plata.

La evolución del sistema productivo de hortalizas en La Plata

La horticultura proveedora de hortalizas frescas se ubicaba tradicional-


mente en la periferia cercana de las ciudades (Gutman et al, 1987; Barsky,
2005) debido a las características perecederas del producto. En ese senti-
do, cada ciudad en el país nace y crece con un área hortícola que lo rodea
(Vigliola, 2007) y lo abastece. El Cinturón Hortícola Platense (CHP), que
forma parte a su vez del Cinturón Hortícola Bonaerense (Ver Figura Nº 2),
es uno de los tantos ejemplos, aunque su desarrollo siempre mostró una
evolución particular.

Figura N° 2. Cinturón Hortícola Bonaerense. El mismo rodea a la


Ciudad Autónoma de Buenos Aires y el conurbano bonaerense.
En el extremo SE, se ubica a su vez el Cinturón Hortícola Platense.

Fuente: Dirección Provincial de Estadística, Ministerio de Economía, PBA (2005).

112 Matías García | Huellas n° 20, ISSN: 0329-0573 (impresa) / 2362-5643 (en línea)
El desenvolvimiento del Cinturón Hortícola Platense puede ser dividi-
do en etapas (García, 2010a).
Inicios: La Plata se diferencia de otras ciudades porque su fundación
previó una estricta planificación de las formas de ocupación del espacio,
entre ellas del incipiente sector generador y abastecedor de alimentos fres-
cos (Garat, 2002). Si bien las explotaciones ubicadas en forma adyacente a
la ciudad tenían como propósito abastecer a la ciudad, en forma temprana
comienzan a comercializar sus excedentes en la ciudad de Buenos Aires,
evidenciando este sub-sector un vigor mayor al demandado o planificado.
La llegada de inmigrantes provenientes principalmente de Italia (Gutman
et al, 1987) de larga tradición en esas tareas le va a conferir una impronta
particular y distintiva (Archenti, 2000).
Consolidación: La consolidación de la estructura productiva hortícola
platense se concreta en un período que va desde mediados del siglo XX
hasta 1990. Las variables que determinan este proceso fueron múltiples e
interdependientes.
La expulsión rural (relacionado al proceso de mecanización del agro)
junto al incremento de la demanda de mano de obra urbana (asociado al
proceso de industrialización), provoca en la Argentina un importante mo-
vimiento de personas desde el campo hacia las grandes urbes a mediados
del siglo XX (Barsky y Gelman, 2005). La Plata, debido a su ubicación
espacial, la barrera natural que significa el Parque Pereyra Iraola y su rela-
tiva autonomía política y económica, es poco influenciada por este proceso
concatenado de industrialización-migración-urbanización-desplazamiento
y ampliación desordenado del periurbano bonaerense. Por lo que no sufre
un desplazamiento o desaparición de quintas hortícolas como sucedió en
el resto del periurbano productivo bonaerense. Todo esto posibilita que la
horticultura platense se consolide al no verse afectada su actividad y, más
aún, al aumentar la demanda debido a la merma productiva regional, suma-
do al aumento demográfico del conurbano bonaerense de la época.
Diferenciación: Consolidada la producción hortícola platense en rela-
ción a la bonaerense, esta adquiere una 3º fase a partir de la década del ´90,
logrando un proceso de diferenciación que se basó en la temprana y excep-
cional incorporación del paquete tecnológico del invernáculo (Benencia et
al, 2009), en interacción con el rol asumido por el horticultor boliviano en
la región (García y Kebat, 2008). Este proceso de fuerte protagonismo del
horticultor boliviano e incorporación tecnológica en La Plata ocurre en un
contexto económico que lo estimula (tipo de cambio sobrevaluado y sobre-
producción), junto a exigencias del Supermercadismo (Bifaretti y Hang,
1997; Viteri y Ghezan, 2003).

Huellas n° 20 (2016) | Capacidad competitiva y dinamismo en la horticultura de La Plata... (pp. 100-124) 113
En esta última etapa se observan transformaciones en la estructura de
la tierra (García, 2008), la comercialización (Ferratto et al, 2010; Le Gall
y García, 2010), la producción (Benencia et al, 2009). Y más aun, se dis-
tingue a La Plata no sólo como la región hortícola más capitalizada, sino
como uno de los de mayor importancia de todo el país.
Estas transformaciones generaron a nivel nacional una ampliación en
el aprovisionamiento del mercado del Gran Buenos Aires6 cuanti y cualita-
tiva, generando una oferta más regular a lo largo del año (Viteri, Ghezan,
& Iglesias, 2013). A nivel regional, las estrategias claramente diferenciales
en juego (La Plata vs Norte y oeste del Cinturón Hortícola Bonaerense)
fueron responsables de la desestructuración del viejo Cinturón Hortícola
Bonaerense y de la reestructuración del Archipiélago Hortícola (Le Gall &
García, 2010). Mientras que a nivel local, las transformaciones generadas
resultaron de tal magnitud que hasta ponen en duda la categorización de La
Plata como “cinturón verde”, al menos según sus rasgos típicos. Si recor-
damos la caracterización o definición de Vigliola (2007: 5):
Corresponden a las ‘quintas’ que rodean a las grandes ciudades. Se caracte-
rizan por poseer dimensiones pequeñas (15 has promedio), gran diversidad
de cultivos (10 o más), tecnología más rudimentaria y gran inversión de
mano de obra. En general producen verduras de hoja, crucíferas, remola-
cha y frutos estivales u ’hortalizas de estación’.

El “cinturón verde” de La Plata apenas mantiene las características de


casi exclusiva provisión de hortalizas de hoja y de flores-frutos-tallos a un
centro urbano cercano y un uso intensivo de mano de obra. El resto de las
características han mutado. Repasemos las variaciones:

i) Si bien La Plata persiste en la provisión de hortalizas a su ciudad de


proximidad (La Plata, valga la redundancia), e incrementa el abas-
tecimiento a la mayor urbe del país (el GBA), proveyendo también
a mercados distantes.
ii) Los establecimientos hortícolas siguen siendo de pequeña superficie,
pero su cuantía se ha reducido drásticamente. Según el CHFBA’05,
la quinta promedio platense posee 5,5 has (casi 3 veces más peque-
ño que el tipo ideal), siendo que una mirada más profunda señala
que dos de cada tres quintas no superan las 2 has de superficie.

6 El INDEC denomina bajo el término de Gran Buenos Aires (GBA) a la megaciudad argentina,
que integra a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y su extensión natural o conurbación de 24
partidos pertenecientes a la provincia de Buenos Aires, sin constituir en su conjunto una uni-
dad administrativa (Ver: http: //www.indec.gov.ar/nuevaweb/cuadros/4/folleto%20gba.pdf).

114 Matías García | Huellas n° 20, ISSN: 0329-0573 (impresa) / 2362-5643 (en línea)
iii) La gran diversidad típica de cultivos también ha desaparecido. Las
quintas hoy día se especializan en grupos de hortalizas de hoja o de
fruto, existiendo también aquellas en transición (y por ende, con un
mayor número de productos). Pero lo normal son quintas con una
variedad de no más de 5-6 hortalizas.
iv) Lejos ha quedado La Plata de ser un sector con tecnología rudimen-
taria. Es la más capitalizada del país, con una expansión tanto hori-
zontal como vertical de la tecnología. Esto ha generado que si bien
no necesariamente se haya visto reducida la inversión en mano de
obra (en forma absoluta), sí se incrementa la composición orgánica
del capital.
v) El término “hortalizas de estación” va perdiendo nitidez ante el
avance del invernáculo. Hoy La Plata produce hortalizas todo el
año, si bien algunos cultivos muestran límites fisiológicos aun in-
expugnables.

La interacción invernáculo-fuerza de trabajo y rol del horticultor bo-


liviano en La Plata generó un fuerte y sostenido crecimiento, ya sea en
nuevas quintas, productividad y producción, superficie cubierta, provisión
de servicios e insumos, abasteciendo de hortalizas frescas no sólo a gran
parte del aglomerado urbano bonaerense, sino que también aprovisionando
a mercados distantes tales como La Pampa, Rosario, Santa Fe, Mendo-
za, Misiones, etc. esta expansión se da como ecuación de suma cero, por
cuanto obedece a la retracción productiva ocasionada por la prepotencia
competitiva platense (García, 2012).
El modelo productivo platense entonces sigue haciendo usufructo de
las ventajas comparativas del cinturón verde (cercanía al mercado), y lo
potencia con características de alta inversión tecnología y explotación de
la fuerza de trabajo. Dicha combinación, de la mano de estrategias adop-
tadas por el horticultor boliviano, llevaron a la horticultura platense a una
expansión productiva y diferenciación, con impacto en la estructura agraria
hortícola local, regional y nacional.
Así, una actividad que se caracterizó históricamente por su producción
atomizada y descentralizada ahora muestra una concentración espacial y
cercana articulación con los eslabones de aprovisionamiento de insumos y
comercialización7.

7 Coincide con la apreciación de Pérez (2001:22) en cuanto a la concentración y especialización


rural en América Latina, por cuanto: “se acentúa la especialización territorial en función de la
existencia de ventajas competitivas, y se acrecienta la dependencia de la actividad agrícola de
las empresas industriales y de distribución”.

Huellas n° 20 (2016) | Capacidad competitiva y dinamismo en la horticultura de La Plata... (pp. 100-124) 115
Es en este marco en donde el enfoque de aglomerados de empresas in-
tenta captar o interpretar mejor su dinámica caracterizada por un aumento
de la competitividad. Para ello, a continuación se identifican las externali-
dades que emanan del aglomerado hortícola de La Plata.

Las externalidades derivadas


de la AdE hortícolas de La Plata

La concentración de la actividad hortícola que se viene desarrollando en


La Plata presenta las características típicas de un aglomerado económico,
como son las economías externas (tanto positivas como las deseconomías).
Todas ellas derivadas, a su vez, del incremento de la competitividad que se
genera en este espacio, y cuya expresión adopta diferentes formas.
Como señalan Ferratto et al (2010) y García (2012), la fuerte competiti-
vidad de la horticultura en La Plata es responsable de mermas productivas
en el resto del Cinturón Hortícola Bonaerense y aun de regiones hortícolas
del interior del país. De la misma manera, dicha presión se hace sentir (se
sufre también) localmente, explicitándose a través de la necesidad de cons-
tantes innovaciones para persistir en la actividad. La competencia intrapla-
tense genera deseconomías que se plasman a través de diferentes tipos de
exigencias (materiales e inmateriales) en los diferentes mercados:

• Mercado de bienes finales (output): a través de precios (relativos) bajos,


y alta pretensión de calidad y continuidad (léase, ofertas en períodos
tardíos o primicias)
• Mercado de insumos (input): en donde el paquete tecnológico impuesto
(tecnología del invernáculo) se encuentra en constante innovación exi-
giendo una mayor demanda y dependencia de insumos con precios cada
vez más altos que impactan finalmente en el costo de producción.
• Mercado de tierras: los valores de arrendamiento de la tierra y el constan-
te afán para su actualización son indicadores de pujas por la apropiación
de un ingreso que se incrementa constantemente (Cfr. Merchán, 2016).
• Mercado de trabajo: en los últimos años, la oferta no logra satisfacer
la demanda de trabajadores. Ello se debe a la constante y fuerte in-
corporación de la tecnología del invernáculo, cuya característica de no
ahorradora de mano de obra genera una expansión de la demanda de
trabajo. Pero este déficit también debe ser entendido como producto de
una demanda que exige trabajadores que acepten condiciones de trabajo
y remuneraciones paupérrimas. La mayor demanda que genera el AdE

116 Matías García | Huellas n° 20, ISSN: 0329-0573 (impresa) / 2362-5643 (en línea)
posibilita tanto el déficit como una mejor situación para el trabajador en
la puja distributiva (García, 2014).

Algunas de las deseconomías o desventajas del AdE platense son inde-


pendientes del lugar elegido para producir (por ej.: el precio del bien pro-
ducido, la calidad exigida, momento de ingreso al mercado, etc.), mientras
que otras se potencian al estar estos entre los límites del AdE (renta de la
tierra, necesidad del paquete tecnológico y su constante innovación, mayor
dependencia de la mano de obra, etc.).
Esta cara del AdE en donde se expone su lado negativo o deseconomías,
parecería no explicitar los motivos por los cuales la actividad hortícola
continúa creciendo y concentrándose en La Plata. Sin embargo, este nivel
de presión y puja precedentemente descripto no sería más, parafraseando a
Michael Porter, que estímulos para agudizar el ingenio y las innovaciones
en el área. Es decir, para profundizar aún más la espiral competitiva.
Dichas innovaciones se expresan en tecnologías que surgen de las em-
presas e instituciones que también se concentran en la región. Las mismas,
además, son más fáciles de adoptar y adaptar por la facilidad de contacto y
de comunicación que generan las aglomeraciones espaciales, concretadas
mediante las cooperaciones conscientes o inconscientes.
Estas innovaciones, si bien cada vez más necesarias, caras y compleji-
zadoras de la actividad, responden a una lógica de producción que busca
“calidad-cantidad-continuidad” exigidos por los mercados de productos
y forzados también para generar los recursos que posibiliten pagar, vaya
paradoja, los costos de los insumos (mercado de insumos)8. También para
afrontar los precios de la renta que llegan a cuadriplicar los valores del
resto del Cinturón Hortícola Bonaerense (mercado de tierras). Altas rentas
que no pueden evitarse vía la producción en zonas alejadas al AdE platense
ya que se diluyen las sinergias allí generadas. Es insoslayable remarcar que
en esta puja por el valor generado, pierden los más débiles, los que carecen
de poder de negociación o bien de los medios de producción necesarios.
Y en este gradiente que se forma, no sorprende que sean los trabajadores
los más débiles (mercado de trabajo), aun con la mejora relativa que les
genera el actual déficit de mano de obra.
Es claro que el desarrollo actual de la horticultura de La Plata no puede
explicarse sólo en base al invernáculo y al horticultor boliviano, como si

8 Y a veces el asesoramiento, ya que el nivel tecnológico así lo impone. En palabras de Cieza


(2004: 84) “Frente a los cambios tecnológicos en el Cinturón Hortícola Platense en la década
del 90 los asesores técnicos privados tomaron dimensiones relevantes de acuerdo a sus capa-
cidades y conocimientos para afrontar este nuevo desafío”.

Huellas n° 20 (2016) | Capacidad competitiva y dinamismo en la horticultura de La Plata... (pp. 100-124) 117
fueran elementos disconexos de un medio, de un territorio que atiza con
exigencias y a la vez que brinda sinergias positivas. Para ello se analizan
algunos elementos indispensables para entender los motivos por los cuales
se sigue privilegiando a La Plata como zona de producción hortícola:

• Comercio de inputs: en La Plata existen más de 15 agronomías, dis-


tribuidas de tal manera que el productor pueda acceder rápidamente a
las mismas, siendo que se trabaja con una tecnología intensiva (bajo
cubierta) que exige insumos de disponibilidad rápida (en tiempo) de
calidad (en forma) y en cantidad.
• Comercio de inputs (2): el surgimiento, auge y consolidación de plan-
tineras en La Plata es un ejemplo más de los efectos del aglomerado
económico en el sector. Así, García (2015) describe como se estimula,
posibilita e impone la tercerización de las tareas de producción de plan-
tines en empresas especializadas, que tienen ajustados sus manejos y
costos, resultando para los productores una forma de reducir el riesgo
relativo y absoluto, ganando además en flexibilidad y tranquilidad.
• Comercio de productos: la modalidad mas importante de venta es “en
quinta” mediante camiones que diariamente recorren la zona producti-
va. Alejarse en búsqueda de tierras mas baratas afectaría seriamente la
comercialización, ya sea en cantidad como en precio obtenido.
• Mano de obra: el déficit denunciado ya hace algunos años sería presu-
miblemente mayor si el productor se alejara del AdE en donde se en-
cuentra la disponibilidad (en mayor o menor medida) de mano de obra
calificada y capacitada para la actividad.
• Contención comunitaria: siendo los horticultores bolivianos uno de los
actores preponderantes, la concentración geográfica es algo que no sólo
les aporta contención, sino que logran –intracomunidad– ayudas finan-
cieras, de trabajo, y hasta know how, etc.
• Servicios: hay una serie de servicios, siendo algunos imprescindibles y otros
por lo menos importantes, según cada quinta. Un ejemplo de lo primero se-
rían los servicios de laboreo, indispensables para aquellos pequeños y hasta
medianos productores sin maquinarias. Paralelamente, el asesoramiento in-
tegral es cada vez más importante en el marco de las profundas y constantes
innovaciones, considerando además las inversiones en juego.
• La presencia de técnicos (principalmente) de Cambio Rural INTA, de
la Facultad de Ciencias Agrarias y Forestales (UNLP), del ministerio
de Asuntos Agrarios, de la Secretaría de Agricultura Familiar, Banco
Social de la UNLP y aún del sector privado son todas formas de aseso-
ramiento para el productor, disponibles solo en las áreas centrales de la

118 Matías García | Huellas n° 20, ISSN: 0329-0573 (impresa) / 2362-5643 (en línea)
horticultura de La Plata. Ello se complementa, en cierta medida, con el
asesoramiento brindado por las agronomías (Cfr. Seibane, 2013).

Es decir, el AdE hortícola de La Plata genera innovaciones tecnológicas


constantes, posibilitadas por empresas e instituciones que se concentran
en la zona (Ver Selis, 2012), corregidas y/o ajustadas por los productores.
Paralelamente, su difusión es mucho más eficiente y rápida por las ventajas
de cercanía, diálogo y cooperación característico de los aglomerados eco-
nómicos. La tecnología incorporada posibilita altos rindes y calidad (co-
mercial), cuya comercialización ad-hoc se lleva a cabo mediante la compra
en quinta por cientos de camiones que recorren la zona todos los días.
Por otra parte, la persistencia de PyMEs le otorga flexibilidad al aglomera-
do productivo, como también lo hace la mano de obra, aunque esta última en
déficit. Dicha flexibilidad y la constante innovación se retroalimentan, generán-
dose un mayor valor que busca ser apropiado por diversos agentes del AdE (te-
rratenientes, vendedores de insumos, prestamistas, comerciantes, trabajadores,
etc.). Esta presión obliga a nuevas innovaciones, prueba de métodos, técnicas
y especializaciones productivas que hacen del sector un espacio muy dinámico
y altamente competitivo. Dichas exigencias y presiones innovativas afectan
principalmente a los pequeños y medianos productores, ya que los grandes po-
seen menos limitantes estructurales. Como ser, usualmente gozan de transporte
propio para llevar al mercado (o al supermercado) su producción, como así
también generalmente son propietarios de la tierra. Cuentan también con ase-
soramiento privado, las maquinarias necesarias y acceso al financiamiento (por
lo menos, en mejores condiciones que los pequeños horticultores, migrantes o
no). De esta manera, este grupo mantiene las ventajas del aglomerado y no su-
fren tanto las exigencias. Tampoco poseen un tamaño que les dificulte adoptar
técnicas que surgen en el espacio productivo. De hecho, son tan o mas innova-
dores que los medianos y pequeños productores, aún siendo estos últimos más
necesitados de los cambios producto de su situación de mayor susceptibilidad
ante las exigencias de la competitividad generada en el AdE platense.

AdE hortícola de La Plata: ¿Clúster, Distrito (Agro)


Industrial, Sistema Productivo Local o simplemente
un Área de Especialización Productiva?

Tras la descripción y análisis realizado sobre el AdE relacionado a la ac-


tividad hortícola en la región platense y contando con una somera revisión
de las diferentes conceptualizaciones que existen sobre estas concentracio-

Huellas n° 20 (2016) | Capacidad competitiva y dinamismo en la horticultura de La Plata... (pp. 100-124) 119
nes, restaría en este apartado discutir qué tipo de aglomerado económico se
adapta mejor a la realidad bajo estudio y hacia cual se perfila.
Se entiende que el AdE platense no se corresponde a un “Área de Es-
pecialización Productiva”. Ya que existen fuertes relaciones interempresas,
como las que se observan entre las quintas de la comunidad boliviana, entre
las quintas en general y los comercios de agroquímicos y plantineras, entre
las instituciones (Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria –INTA–,
Universidad Nacional de La Plata –UNLP–) y diferentes tipos de empresas
del sector. Por otra parte, si bien se puede decir que existe cierto predominio
de empresarios extranjeros como sería el caso de los horticultores de origen
boliviano, ello no debe ser entendido como capitales que ingresaron al país
como inversión directa. Por último, la actividad principal (horticultura) no
necesariamente se origina por condiciones favorables para la localización
empresaria, tales como disponibilidad y flexibilidad de la mano de obra y
tierras. La horticultura platense tiene un origen planificado de abastecimiento
a la ciudad capital bonaerense y al conurbano del GBA, similar a los orígenes
del resto de las localidades que componen el Cinturón Hortícola Bonaerense
(Garat et al, 1999; García y Lemmi, 2011). Su consolidación y diferenciación
ha sido posterior, generándose en dicha evolución las condiciones favorables
para generación de un aglomerado económico.
En un orden de complejidad y evolución mayor al de “Área de Especia-
lización Productiva”, se encuentra el “Sistema Productivo Local” (SPL),
modelo que bien podría ser adaptado a la actualidad (2015) del AdE hortí-
cola de La Plata. Tal afirmación se basa en:
i) la presencia de pequeñas empresas, produciendo muchas de ellas el
mismo producto. Esta es una característica explícita de la horticul-
tura platense, en donde según el CHFBA´05, el 66% de los estable-
cimientos hortícolas poseen apenas el 21% de la superficie total, lo
que significa quintas de entre 0,5 y hasta 2 has.
ii) las interrelaciones entre empresas, esencialmente intrasectoriales;
ya se hizo referencia en el apartado anterior a las relaciones entre
empresas, sobresaliendo las que ocurren en un mismo nivel o esla-
bón de la cadena.
iii) el impacto sobre la economía y la sociedad local; el aporte que rea-
liza el sector hortícola en la economía platense fue para el año 2010
de 340 millones de peso, representando ello el 81% del Valor Bruto
de la Producción primaria (Lauría, 2011). Paralelamente, la deman-
da de mano de obra, si bien fuertemente subestimada en los releva-
mientos censales, es significativa.

120 Matías García | Huellas n° 20, ISSN: 0329-0573 (impresa) / 2362-5643 (en línea)
iv) una demanda de políticas de protección y consolidación del SPL pro-
venientes de fuerzas sociales (agentes económicos y políticos) hacia
las administraciones públicas. Si bien históricamente se trató de un
sector invisibilizado, las exigencias hacia el sector público existen.
Por ejemplo, sería difícil de explicar la férrea defensa del uso del sue-
lo que distinguió a La Plata del resto de los partidos del Cinturón
Hortícola Bonaerense, lo que le permitió no sólo afrontar el natural
avance urbano, básicamente bajo la modalidad de countries, sino que
a la vez, como ecuación de suma cero, fue un puntal para comenzar a
producir para zonas en donde la oferta se reducía, acorde al avance ur-
bano sobre las zonas rurales intensivas (Ver Le Gall y García, 2010).

Identificado el actual status del AdE de la horticultura de La Plata, se


podría discutir hacia donde se perfila, al entender que este proceso –lejos
de ser estático– se profundiza día a día.
A modo de prognosis, se plantea que el aglomerado hortícola se encami-
na hacia la constitución de un distrito agroindustrial, y no hacia un clúster.
Se estima que las relaciones entre empresas se incrementarán, empezando
a resultar significativas las existentes a nivel intersectoriales. Se acentuará
aun más la división del trabajo entre las empresas, como forma de lograr una
especialización que le permita persistir en un área cada vez más competitiva.
A nivel producción ya existen los productores especializados en tomate y
pimiento, como también en hoja (Viteri, Ghezán, & Iglesias, 2013). Comien-
zan a instalarse empresas para lograr adaptaciones de sus productos a las rea-
lidades productivas locales, tendiendo –mas en un mediano o largo plazo– a
un desarrollo del tipo autónomo y autosuficiente.
El no direccionamiento a una clusterización se debe a que se entiende
que por el tipo de producto y las distancias con los mercados internaciona-
les, prevalecerá un desarrollo del tipo local antes que global, predominando
un papel estratégico en las empresas y personas antes que en los territorios.
Paralelamente, se entiende que seguirán persistiendo y predominando las
PyMEs, sin destacarse mayormente las grandes empresas.

Reflexiones finales

Las transformaciones que vienen sufriendo las actividades agroeconó-


micas en todo el mundo exigen el relevamiento o generación de nuevos
marcos teóricos que puedan adaptarse a la dinámica actual. El enfoque
basado en los aglomerados de empresas responde a esta demanda.

Huellas n° 20 (2016) | Capacidad competitiva y dinamismo en la horticultura de La Plata... (pp. 100-124) 121
El caso de la horticultura en La Plata muestra una evolución que se ase-
meja a la de otros aglomerados hortícolas existentes en el mundo, siendo el
concepto de Sistemas Productivos Locales el que en la actualidad mejor se
adapta a describir e interpretar su dinámica.
Particularmente, la concentración de empresas hortícolas de La Plata
genera en forma constante una serie de innovaciones tecnológicas que son
corregidas y/o ajustadas por los productores, y difundidas en forma efi-
ciente y rápida por las ventajas de cercanía, diálogo y cooperación carac-
terístico de los aglomerados económicos. Paralelamente, la prevalencia de
PyMEs le otorga flexibilidad al aglomerado productivo. Dicha flexibilidad
y la constante innovación se retroalimentan, generándose un mayor valor
que busca ser apropiado por diversos agentes, puja que se traduce en nuevas
innovaciones, prueba de métodos, técnicas y especializaciones productivas
que hacen del sector un espacio muy dinámico y altamente competitivo.
Lejos de resultar esto una conclusión, se sugiere que sea entendido como
una invitación a profundizar la discusión en pos de la adaptación de un enfo-
que que mejor explique la realidad de la horticultura en La Plata. Todo ello
con el propósito y el convencimiento que el entendimiento de una realidad
posibilita su interpretación y permite su eventual transformación.

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Artículo

6
Caracterización de la agricultura de
proximidad al área metropolitana de
Santa Rosa-Toay (La Pampa, Argentina):
aportes para la discusión sobre
soberanía alimentaria

Pablo Valentín Ermini1*, Beatriz Giobellina2** y Andrés Barsky3***


*
Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (La Pampa)
**
Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (Córdoba)
***
Universidad de General Sarmiento

@ [ ermini.pablo@inta.gob.ar ] | [ giobellina.beatriz@inta.gob.ar ] | [abarsky@ungs.edu.ar ]

Fecha de recepción: 12/04/16


Fecha de aprobación: 12/08/16

Cita sugerida: Ermini, P., Giobellina, B. y Barsky, A. (2016). Caracterización de la


agricultura de proximidad al área metropolitana de Santa Rosa-Toay (La Pampa, Ar-
gentina): aportes para la discusión sobreso beranía alimentaria. Revista Huellas Nº 20,
Instituto de Geografía, EdUNLPam: Santa Rosa. Recuperado a partir de: http://cerac.
unlpam.edu.ar/index.php/huellas

DOI: http://dx.doi.org/10.19137/huellas-2016-2007

Resumen
El concepto de soberanía alimentaria irrumpe en la actualidad como cues-
tionamiento político al concepto de seguridad alimentaria, noción asocia-
da al modelo dominante de agricultura y alimentación. A inicios de los 90’
una serie de movimientos sociales alternativos se han organizado en el
movimiento agrario transnacional La Vía Campesina, declamando que la
actual crisis es producto de la globalización de un modelo neoliberal de
agricultura de características capital-intensivo e industrial. La transfor-
mación del medio rural y el profundo proceso de urbanización que se está
dando en todo el mundo, plantea desafíos importantes en materia de sobe-
ranía alimentaria. El trabajo tiene como objetivo realizar un análisis sobre
el rol que las agriculturas de la ciudad cumplen en relación con elementos
claves de la soberanía alimentaria en torno al concepto de proximidad.
El estudio se realizó sobre el área metropolitana Santa Rosa-Toay ubica-
da en la región pampeana argentina. El diseño metodológico contempló
un enfoque mixto. Se realizaron encuestas y relevamientos de campo, se
utilizó Google Earth como herramienta de mapeo, y software libre para el
procesamiento de la información en un SIG. Entre los resultados obtenidos

1 Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria, AER Anguil, La Pampa, Argentina.


2 Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria, AER Córdoba, Observatorio AUPA (Agricul-
tura Urbana, Periurbana y Agroecología), FAUD-UNC - INVIHAB- ARQ IIIC (Facultad de
Arquitectura, Urbanismo y Diseño Industrial Universidad Nacional de Córdoba, Argentina).
3 Instituto del Conurbano, Universidad de General Sarmiento, Buenos Aires, Argentina.

Huellas n° 20 (2016) | Caracterización de la agricultura de proximidad al área metropolitana de Santa Rosa... (pp. 125-143) 125
están la construcción de mapas temáticos y la profundización conceptual
sobre los alcances del concepto de agricultura de proximidad.

Palabras clave: seguridad alimentaria, agricultura urbana y periurbana,


productores locales, mapeo.

Characterization of proximity agriculture in the metropolitan


area of Santa Rosa-Toay (La Pampa, Argentina): contributions
to the discussion about food sovereignty

Abstract
The concept of food sovereignty arises today as a political challenge to
the concept of food safety, which is a notion associated with the dominant
model of agriculture and feeding. In the early 1990s a number of alterna-
tive social movements were organized into the transnational agrarian mo-
vement La Vía Campesina. They argued that the current crisis is the result
of the globalization of an agriculture neoliberal model of capital intensive
and industrial characteristics. The transformation of the rural areas and
the worldwide urbanization process pose important challenges with res-
pect to food sovereignty. This article aims at analyzing the role of city
farming in relation to key elements of food sovereignty around the concept
of proximity. The study was conducted on the metropolitan area Santa
Rosa-Toay located in the Argentinian pampas. The methodological design
was based on a blended approach. Questionnaires and field surveys were
conducted, Google Earth was used as a mapping tool, and free software
was used for processing information through GIS. The results obtained in-
clude the production of thematic maps and the conceptual deepening on
the scope of the concept of proximity agriculture.

Key words: food safety, urban and peri-urban agriculture, local producers,
mapping.

Caracterização da agricultura de proximidade à área


metropolitana de Santa Rosa-Toay (La Pampa): aportes
para a discussão sobre soberania alimentaria

Resumo
O conceito de soberania alimentaria aparece na atualidade como questio-
namento político ao conceito de segurança alimentaria noção associada
ao modelo dominante de agricultura e alimentação. Nos começos de 1990
uma série de movimentos sociais alternativas tem se organizado em um
movimento agrário transnacional La Via Campesina, declamando que a
atual crise é produto da globalização de um modelo neoliberal de agricul-
tura de características de capital intensivo e industrial. A transformação
do meio rural e o profundo processo de urbanização que está se desenvol-
vendo em todo o mundo apresenta desafios importantes no que diz respei-
to à soberania alimentaria. Este trabalho tem como objetivo realizar uma
analise sobre o papel que realizam as agriculturas da cidade em relação
com os elementos chaves da soberania alimentaria em torno ao conceito
de proximidade. O estudo realizou-se sobre a área metropolitana de Santa
Rosa- Toay, na região pampeana da argentina. A metodologia considerou
um enfoque misto. Realizaram-se enquetes e levantamento de campo,
utilizou-se Google Earth como ferramenta de mapeio e software livre para

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o processamento de informações em um SIG. Entre os resultados obtidos
estão a construção de mapas temáticos e o aprofundamento conceitual
sobre os alcances do conceito de agricultura de proximidade.

Palavras chave: Seguridade alimentaria; agricultura urbana e periurbana;


produtores locais; mapeio.

Introducción

U no de los derechos más relevantes para la sociedad, y quizás el que


generalmente mayor peso adquiere para los decisores dentro de la es-
fera política, es el del acceso a los alimentos. A partir de la segunda mitad
del siglo XX, una serie de políticas internacionales implementadas en esta
materia –como la Política Agraria Común Europea (PAC)– han inspirado sus
perspectivas y acciones tomando como referencia el concepto de seguridad
alimentaria4. Por otra parte, en momentos recientes de la historia contem-
poránea, se registraron episodios de los cuales emergieron situaciones de
crisis alimentaria a nivel mundial. Más precisamente entre los años 2007 y
2008, cuando fuertes subas en los precios internacionales de alimentos bási-
cos dieron lugar a hambrunas en determinadas regiones de África y protestas
sociales en otros países reclamando por el acceso a los alimentos (Morgan y
Sonnino 2010, FAO 2012). La manifestación de esta crisis, en el marco de
un escenario caracterizado por una agricultura industrial capaz de producir
alimentos en abundancia, mostró los límites del concepto de seguridad ali-
mentaria Desde ese momento, y con el protagonismo de La Vía Campesina5,
adquiere fuerza el concepto de soberanía alimentaria, que incorpora diversos

4 La Política Agraria Común (PAC) surgió a principios de los años 60, en los inicios de la CEE
(precursora de la Unión Europea), con el objetivo de conseguir la seguridad alimentaria en la
Europa de posguerra, que se enfrentaba a problemas de abastecimiento. En sus inicios sus ob-
jetivos fueron aumentar la productividad agrícola, para proporcionar a los ciudadanos un sumi-
nistro estable de alimentos a precios asequibles, y asegurar unas condiciones de vida justas para
los agricultores (http://ruralmedia.eu/pac/). Según la definición más aceptada, existe seguridad
alimentaria cuando todas las personas tienen en todo momento acceso físico y económico a
suficientes alimentos inocuos y nutritivos para satisfacer sus necesidades alimenticias y sus pre-
ferencias en cuanto a los alimentos a fin de llevar una vida activa y sana (FAO, 1996).
5 La Vía Campesina es el movimiento internacional que agrupa a millones de campesinos y
campesinas, pequeños y medianos productores, pueblos sin tierra, indígenas, migrantes y tra-
bajadores agrícolas de todo el mundo. Defiende la agricultura sostenible a pequeña escala
como un modo de promover la justicia social y la dignidad. Se opone firmemente a los agro-
negocios y a las multinacionales que están destruyendo los pueblos y la naturaleza (La Vía
Campesina, 2011).

Huellas n° 20 (2016) | Caracterización de la agricultura de proximidad al área metropolitana de Santa Rosa... (pp. 125-143) 127
ejes de debate y reflexión: principalmente el político y el económico. Vale
agregar que dicha situación acontece, además, en un escenario en el que se
registra una acelerada tendencia hacia la urbanización de la sociedad. Son
cada vez menos las personas que habitan en las áreas rurales: en la actuali-
dad, más de la mitad de la población del mundo habita en ciudades. No sólo
se verifica una tendencia al aumento del número de habitantes urbanos a
escala global sino que, a su vez, las pequeñas ciudades y núcleos dispersos
pierden población, mientras las ciudades de mayor tamaño y las intermedias
crecen aceleradamente y concentran población (Naciones Unidas, 2014). En
este contexto, se reconoce el ámbito urbano como territorio donde se procesa
el conflicto planteado por los movimientos y organizaciones sociales en ma-
teria de acceso a los alimentos (Barthel et al., 2013).
El presente trabajo tiene como finalidad reflexionar en torno a la agri-
cultura que se desarrolla en las ciudades6, y cómo la puesta en valor de
distintas formas de dicha agricultura de proximidad se relaciona con el
concepto de soberanía alimentaria. Para ello, se realizó un estudio sobre
el área que conforma la región metropolitana de Santa Rosa, capital de
la provincia de La Pampa, integrada por las localidades de Santa Rosa y
Toay. El trabajo de relevamiento fue producto de un proceso generado por
la demanda de actores pertenecientes a diversas instituciones con represen-
tación en la provincia de La Pampa78.

¿Por qué ahora soberanía alimentaria?

A partir de la Cumbre Mundial de la Alimentación de 1996, se inicia


un proceso gradual de afianzamiento de perspectivas críticas hacia las po-
líticas implementadas en materia de alimentación, que tradicionalmente se

6 En este punto, el presente trabajo se diferencia de las tendencias que circunscriben la cuestión
del abastecimiento alimentario a un tema netamente urbano y que promueven cultivar las
ciudades o bien la autosuficiencia de las ciudades (Mougeot, 2006). Se intenta construir una
mirada sinóptica, multi-escalar de la ciudad, como parte vital integrante e interdependiente de
una región, donde se constatan capacidades relacionadas con la provisión de bienes y servi-
cios a la sociedad.
7 Véase apartado: Delimitación del caso de estudio y tratamiento metodológico.
8 Desde un punto de vista metodológico, se realizó un relevamiento de los espacios donde se
practica la agricultura en áreas urbanas y periurbanas de Santa Rosa. La herramienta a través
de la cual se realizó un primer reconocimiento fue el Google Earth (Taylor y Lovell, 2012).
Posteriormente, se realizaron entrevistas estructuradas (encuestas) y semi-estructuradas a los
agricultores que permitieron un análisis cualitativo y volcar la información a un SIG de soft-
ware libre. Parte de los resultados obtenidos se han sintetizado en mapas temáticos que se
incluyen en la presente publicación.

128 Pablo V. Ermini, Beatriz Giobellina y Andrés Barsky | Huellas n° 20, ISSN: 0329-0573 (impresa) / 2362-5643 (en línea)
ajustaron al marco de la seguridad alimentaria. Como se ha mencionado,
durante la crisis alimentaria de los años 2007 y 2008 gana protagonismo la
voz de quienes denunciaban que el término seguridad alimentaria no con-
tenía cuestiones esenciales para generar cambios en el sistema global de
producción de alimentos. Los movimientos y organizaciones sociales de
base, reivindicaban una política agraria basada en procesos colectivos, en
la inclusión de las minorías y en la “horizontalización” de los mecanismos
de diseño y ejecución de esas políticas. El concepto de soberanía alimen-
taria procura realizar un cuestionamiento de determinados aspectos consi-
derados reduccionistas y que están contenidos en el concepto de seguridad
alimentaria. Se centra en el derecho humano a la alimentación; supone una
confrontación frente a un sistema alimentario mundial caracterizado por la
elevada concentración económica y presencia de empresas multinaciona-
les; se atribuye la representación de los sectores más oprimidos y se pre-
senta como una opción crítica a las estrategias de la agricultura de mercado
y a un capitalismo sin límites éticos.
La noción de soberanía alimentaria expresa “el derecho de los pueblos
a definir sus propias políticas sustentables de producción, transformación,
comercialización, distribución y consumo de alimentos, garantizando el
derecho a la alimentación de toda la población” (K. de Gorban et al., 2011:
20). La diferencia sustancial radica en postular el derecho a las naciones
y las personas a controlar sus propios sistemas alimentarios, incluidos sus
propios mercados, modos de producción, la perspectiva cultural y ambien-
tal de la alimentación (Wittman et al., 2011). Es así que no sólo apunta a
la cuestión de solucionar el problema del hambre sino que se propone la
construcción de un sistema alimentario diferente al actual.
Algunos de los aspectos que el concepto de soberanía alimentaria pone
de relieve son los cambios y transformaciones que se han desarrollado en la
relación campo-ciudad. Por un lado, toma nota de los cambios en las for-
mas de producir que se registraron en las áreas rurales como producto de
los cambios tecnológicos acaecidos luego de la Segunda Guerra Mundial,
cuando la industria inicia una abrupta expansión en todas sus dimensiones
(Schumacher, 2011). Dentro de esta etapa, en el campo de la agricultura se
desarrolla la denominada Revolución Verde, que se corresponde con el de-
sarrollo y aplicación masiva de nuevas tecnologías para la producción de
alimentos. Los paquetes tecnológicos –de mecanización, utilización de agro-
químicos y adopción de ingeniería genética– tuvieron un fuerte impacto en
la productividad, pero no contribuyeron a resolver los problemas sociales y
especialmente no evitó que actualmente transitemos por una crisis ecológica
a nivel planetario (Rockström et al., 2009, Schumacher, 2011, Foster et al.,

Huellas n° 20 (2016) | Caracterización de la agricultura de proximidad al área metropolitana de Santa Rosa... (pp. 125-143) 129
2010). Concretamente, en materia de acceso a los alimentos “a pesar del
masivo incremento en la producción de alimentos que hemos tenido al mo-
mento, mucho mayor al crecimiento de la población, hoy más de un millón
de personas padecen hambre debido al incremento de la pobreza y dificultad
para comprar alimentos” (Wittman, 2011: 93). En este sentido, en los países
más desarrollados y dentro de las ciudades más importantes del mundo, exis-
te una situación de desigualdad social que se traduce en que muchas personas
no tienen garantizado el acceso a los alimentos (Morgan y Sonnino, 2010)9.
Además de encontrarnos con un sistema alimentario que no puede asegurar la
provisión de alimentos para toda la sociedad, desde la perspectiva ecológica
el planeta se encuentra con sus mecanismos de regulación seriamente afec-
tados, en este aspecto las agriculturas de formas industriales parecen llevarse
la mayor responsabilidad (Rockström et al., 2009). El actual sistema alimen-
tario mundial industrial y globalizado se está resquebrajando, y volcando sus
mayores impactos a las comunidades más vulnerables del planeta.
Los cambios tecnológicos, económicos y sociales de los procesos pro-
ductivos de mediados del siglo XX han generado un desplazamiento ma-
sivo de población rural a las urbes. Se considera que entre los años 2005
y 2006 más de la mitad de la población mundial pasó a residir en ciu-
dades (Naciones Unidas, 2014). Por lo tanto, en el marco de sociedades
crecientemente urbanizadas, las ciudades devienen en escenarios centrales
de resolución de los conflictos vinculados con agricultura y alimentos. En
el caso de Argentina, y a pesar de ser un país con una fuerte producción
agropecuaria y agroindustrial, se han interpuesto importantes barreras que
interfieren en el desarrollo de una relación campo-ciudad interdependiente
y equilibrada (Sienrra, 1946), tal como se declama en el concepto de so-
beranía alimentaria. Las familias rurales han protagonizado una intensa
migración a las ciudades desde mediados del siglo XX, quienes buscaron
refugio y condiciones de vida más dignas en los intersticios y bordes de las
ciudades, o migraron desde el interior hacia las grandes capitales más in-
dustrializadas. Independientemente del papel que han jugado las ciudades
en el desarrollo de la humanidad, como base de la civilización, y su rol en
los procesos de adaptación y domesticación de las especies para conformar
una cultura agrícola (Soja, 2008); debe considerarse que los movimientos
migratorios del campo a la ciudad adquirieron un carácter masivo, compo-
niendo una secuencia vertiginosa que se tradujo en el desplazamiento de
población que había construido sus lazos de arraigo a una tierra y con una

9 En Argentina, independientemente de diversas medidas implementadas por el Estado Nacional en


materia de seguridad alimentaria a partir del año 2003, persisten situaciones asociadas a la exclu-
sión y el hambre que tuvieron su máximo apogeo en la década del noventa (Cittadini, 2010).

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cultura determinada que le permitía, inicialmente, satisfacer sus necesida-
des y las de sus familias con los recursos del lugar.
Considerando una escala global, se ha consolidado una racionalidad
social, económica y ambiental que concentra el poder y el uso de los recur-
sos, dificultando a amplios sectores pauperizados, el acceso a los benefi-
cios que se obtienen de la naturaleza. Estos procesos generan importantes
migraciones de población rural, que se suman a los refugiados de la po-
breza, de conflictos ambientales, de conflictos armados y de la violencia
política. Esto explica en gran medida el crecimiento acelerado de las me-
trópolis urbanas, localizadas principalmente en los países más pobres. En
sincronía con este proceso de escala global, estas transformaciones se ma-
nifiestan como un avance del fenómeno denominado de agriculturización
o de agronegocios; que consiste en el desarrollo de un sistema integrado de
producción a escala industrial con fines de exportación10. Se conforma por
una red de empresas que se complementan en toda la cadena, con fuerte
desarrollo tecnológico y biotecnológico protagonizado por firmas multina-
cionales (Cabo, 2011). En este punto, resulta central el rol que cumplen las
ciudades en las actuales etapas de globalización capitalista.

La proximidad como factor fundamental


dentro del concepto de soberanía alimentaria

La proximidad a la ciudad es un tema que suele ser abordado en un


sentido estrictamente económico11. Su precursor fue el padre de las teorías
de localización: Johann Heinrich von Thünen (1783-1850), y esta raciona-
lidad continua aún vigente (Barsky, 2005). Para sumar otras perspectivas
que aporten a la construcción en clave de soberanía alimentaria, conviene
realizar un análisis más integral del concepto y vincularlo con ideas y per-
cepciones de quienes abordaron tempranamente los problemas urbanos y
relacionaron la sustentabilidad urbana con la proximidad12.
10 En Argentina, este modelo productivo con la consecuente conversión de tierras y la incorpo-
ración de tecnología ha impactado sobre funciones ecológicas esenciales(Carreño y Viglizzo,
2007). A la vez desplazando prácticas y actores del sector agrícola tradicional, generando nue-
vas corrientes migratorias que inciden en un mayor despoblamiento rural (Stratta Fernández y
De los Ríos Carmenado, 2010).
11 Se hace referencia a la concepción neoclásica de la economía.
12 “La ciudad pierde su relación simbiótica con su entorno inmediato cuando el crecimiento
sobreexplota los recursos locales, como el agua, y pone en peligro su suministro; cuando, para
proseguir su crecimiento, una ciudad se ve obligada a buscar agua, combustible o materias
primas para su industria más allá de sus límites inmediatos” (Mumford, 1956: 7).

Huellas n° 20 (2016) | Caracterización de la agricultura de proximidad al área metropolitana de Santa Rosa... (pp. 125-143) 131
En este sentido, la producción o consumo local es la manifestación de
la proximidad de una actividad productiva y de muchos otros procesos
vinculados que suceden cerca. Pero ¿Qué tan cerca o próximo debe estar la
producción o el consumo para considerarse local o no local? ¿Cuáles son
las condiciones de esa proximidad?
En gran medida lo local transmite en primera instancia la idea de un
atributo fuertemente vinculado a lo espacial –distancias físicas–, atributo
fundamental de las agriculturas que se practican en áreas urbanas y pe-
riurbanas. Definir una distancia que exprese los límites físicos de lo local
y de lo que no lo es, se convierte en una tarea sumamente difícil desde
perspectivas más complejas, ya que lo local será dependiente del contexto:
en determinadas situaciones lo local puede equivaler a una escala regional,
como por ejemplo: productos que provienen de localidades más pequeñas;
y en otros casos, lo local puede involucrar a una explotación localizada al
final de una calle, si se considera un contexto barrial.
Al establecer el límite entre el área local y la escala subsiguiente pueden sur-
gir diferentes interpretaciones. Las dificultades para definir lo local son impor-
tantes en el caso de la agricultura, que se caracteriza por constituir redes de alta
imbricación espacial, tal como lo demuestran casos como el de la soja, que se
produce en Brasil y Argentina, se exporta y se utiliza en Europa principalmente
para producir carnes locales. El desafío consiste en reconocer múltiples com-
ponentes o dimensiones para definir una situación de proximidad en materia
de agricultura y alimentos, a través de la construcción de un localismo global o
cosmopolita13. Aceptando la complejidad de perspectivas, se procurará indagar
en cuestiones generales que están involucradas en la situación de proximidad
para el caso de estudio. A tal fin, con los datos que se obtuvieron y tomando en
cuenta algunas clasificaciones propuestas para un caso europeo (Willis, 2012),
se establecerán criterios que ponen de relieve las particularidades de la agricul-
tura que se desarrolla en el área metropolitana Santa Rosa-Toay.

Delimitación del caso de estudio


y tratamiento metodológico

El trabajo se focaliza en el área metropolitana de Santa Rosa, de 130.000


habitantes, enclavada en la pampa argentina y capital de la provincia homó-
nima. Está conformada por las localidades de Santa Rosa y Toay. A los fines

13 Se plantea la necesidad de generar una propuesta de buscar el equilibro entre la localización de


los sistemas de producción de alimentos y el acceso al mercado de alimentos globalizado, como
estrategia en materia de la sustentabilidad del sistema alimentario (Born y Purcell, 2006).

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de su delimitación, vale señalar que se registra una continuidad del tejido
urbano así como flujos socio-económicos cotidianos. Esta unidad física y
funcional representa el 36% de la población total de la provincia (INDEC,
2010). Esta unidad, constituye una ciudad donde se registra una dinámica
socio-económica de importancia, que se manifiesta particularmente por el
crecimiento relativo de la localidad de Toay (ver cuadro N°1).

Cuadro 1.Localidades de Santa Rosa y Toay.


Población total y variación intercensal absoluta y relativa Años 2001-2010
Población
Localidad Variación Absoluta Variación Relativa (%)
2001 2010
Santa Rosa 94349 102860 8520 9
Toay 8059 11626 3567 44,3
Fuente: elaborado en base a (INDEC, 2010). Censo Nacional de Población, Hogares y Viviendas
2001 y Censo Nacional de Población, Hogares y Viviendas 2010.

De acuerdo a los datos del censo 2001 y 2010, la aglomeración se de-


nomina Gran Santa Rosa (INDEC, 2010). Por lo tanto, desde las estadís-
ticas oficiales hay un reconocimiento formal del área metropolitana Santa
Rosa-Toay. Sin embargo, más allá de un análisis técnico, carece de reco-
nocimiento político formal como área metropolitana (Tavella, 2009). Ello
permitiría la constitución de un gobierno que procure gestionarla como
unidad, particularmente considerando la preocupación de este trabajo en
torno a la producción alimentos de proximidad.
En este sentido, durante el año 2013 se constituyó un espacio de diálogo
donde participaron una diversidad importante de actores institucionales locales,
provinciales, regionales y nacionales14, encabezados por la municipalidad de la
ciudad de Santa Rosa a través de la Subdirección de Economía Social. Uno de
los principales ejes de acción que se propuso este espacio de carácter interins-
titucional fue subsanar la carencia de registros con información integrada de
las producciones agrícola suburbanas y periurbanas de Santa Rosa (pequeños
productores, productores locales, agricultores de pequeña escala), de las que
se tenía un conocimiento parcial acerca de su estado de vulnerabilidad socio-
económica y ambiental, niveles de informalidad y del grado de cumplimiento
de la normativa vigente en lo referido a sus procedimientos productivos.

14 Municipalidad de Santa Rosa, Municipalidad de Toay, Instituto Nacional de Tecnología Agro-


pecuaria (INTA), Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI), Servicio Nacional de
Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA), Secretaria de la Agricultura Familiar de la
Nación, Universidad Nacional de la Pampa, Ministerio de la Producción (La Pampa) y Foro
Nacional de la Agricultura Familiar.

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En este marco, se acordó generar información primaria a través de un pro-
ceso de rastreo que incluyó varias técnicas y métodos a ser implementados de
forma conjunta: entrevistas a informantes claves, reconocimiento visual en te-
rreno, relevamiento a través de reuniones técnicas y un trabajo que se realiza-
ría con los mismos productores a través del método Snow Ball (Valles, 2000).
Mediante el uso de Google Earth, se localizaron e identificaron espacios con
actividades de agricultura y se relevó la información respecto a localización y
superficie de 123 unidades de producción, reconocidas a través de los diver-
sos métodos de rastreo. De esta forma, se generó un archivo formato KML,
lo que permitió incorporar los datos a un Sistema de Información Geográfica
(SIG). Las localizaciones obtenidas se verificaron posteriormente a través del
trabajo de campo, donde se realizaron entrevistas estructuradas (encuestas) a
los referentes de las unidades productivas, llegando al 54% del total locali-
zadas. Además se realizaron entrevistas semi-estructuradas y se estableció el
análisis cualitativo como método que posibilitaría obtener información rela-
cionada con aspectos complejos de las explotaciones agrícolas, difíciles de
categorizar en una entrevista estructurada. Las entrevistas semi-estructuradas
se realizaron sobre una muestra de selección gradual, donde se tuvo en cuenta
una serie de criterios asociados a una selección de casos típicos, conjuntamen-
te con un criterio de conveniencia (Flick, 2004).Muchos agricultores/ras, aun-
que manifestaban su acuerdo a recibir la visita, no deseaban ser entrevistados.
Algunos declararon no querer hablar ni ser grabados (a pesar de declararse
confidencialidad de los datos) por temer a una exposición de su situación de
precariedad legal o informalidad. Al solicitarle la entrevista, un agricultor ex-
presó: “prefiero que ni se enteren que estoy produciendo”.

Lo local definido de acuerdo al producto,


procesos y características del lugar

Esta categoría es acorde a atributos de los alimentos asociados a una es-


pecífica ubicación geográfica, en los que se considera clima, topografía o
cultura del lugar. Es el caso de las regulaciones de denominación de origen,
cuando un producto se vincula a una región geográfica formalmente delimi-
tada por estos criterios. En este caso, los productos son reconocidos mun-
dialmente y, entonces, sus puntos de venta trascienden lo local. Sobre este
aspecto se puede decir que existe una contradicción: por ejemplo, el queso
roquefort es un producto mundialmente conocido y regulado a esas escalas.
En lo referido al caso de estudio, se realizó un relevamiento de las uni-
dades productivas considerando su situación dentro de los esquemas de

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registros y prácticas que exige la normativa vigente, especialmente aque-
llas bajo orbita municipal, pues ello es condición necesaria para poner en
valor el origen de las producciones. De acuerdo a los datos representados
en el mapa (ver figura N°1), se puede observar que las unidades de menor
escala tienen más problemas con la legalización de sus producciones o, en
todo caso, se encuentran restringidas para ser formalizadas por determina-
dos aspectos contenidos en normas que intentan erradicar la informalidad;
coincidentemente son aquellas explotaciones que se encuentran más próxi-
mas a áreas urbanas. Cabe aclarar que muchas veces cuentan con algún tipo
de registro (municipal, provincial o nacional), pero mantienen prácticas de
producción y comercialización al margen de las normativas.

Figura Nº 1. Área metropolitana de Santa Rosa-Toay. Unidades


relevadas en función de sus situaciones de formalidad e informalidad

Referencias:
No conocen-No poseen: son las unidades donde sus referentes manifestaron no estar ins-
criptos ni registrados en ningún tipo de registro y que desconocen totalmente con cuales
deberían poder cumplir o ser exigidos
Conocen-No poseen: son las unidades donde sus referentes manifestaron no estar inscriptos
no registrados en ningún tipo de registro aunque conocen total o parcialmente con cuales
deberían cumplir o ser exigidos.
Conocen-Poseen: son las unidades donde sus referentes manifestaron estar inscriptos o
registrados en algún tipo de registro y conocen total o parcialmente con cuales deberían
cumplir o ser exigidos.

Fuente: elaboración propia en base a utilización de software libre www.qgis.org y acceso a las
capas del proyecto Open Street Maphttps://www.openstreetmap.org/

Huellas n° 20 (2016) | Caracterización de la agricultura de proximidad al área metropolitana de Santa Rosa... (pp. 125-143) 135
En el área de estudio no se encontraron producciones que tengan una
denominación local, ni tampoco que exista una normativa que se ajuste a
tales situaciones. El gobierno provincial intentó implementar en los últi-
mos años una programa basado en normas BPA (Buenas Prácticas Agrí-
colas), pero no se superó la instancia de pruebas pilotos como el Sello de
Calidad Producto de La Pampa (Ministerio de la producción Gobierno de
La Pampa, 2011). En este sentido, resulta dificultoso el establecimiento
de una denominación de origen cuando las producciones no se encuentran
registradas15, manteniéndose ocultas del control de los organismos que se
encargan de hacer cumplir la normativa vigente.

Lo local como convención establecida


de acuerdo a una distancia

Un procedimiento metodológico para determinar el alcance geográfico


de lo local podría consistir en establecer un radio máximo desde el centro
urbano, que abarque el área donde se producen, distribuyen y circulan los
alimentos. Se podría utilizar un criterio fijado por las estandarizaciones que
aplican organismos, empresas y organización de productores. Por ejemplo:
en Inglaterra se ha definido el alimento local al que fue producido, culti-
vado y procesado en un radio menor de 30 millas respecto del centro de
venta (Willis, 2012). Definir un límite puede convertirse en un instrumento
rígido de gestión, si no se toman en cuenta las particularidades del área y
sus producciones.
Para el caso de estudio, se solicitó a informantes calificados que
localizaran unidades de producción que, según su criterio, tengan una
relación íntima con la ciudad, y que reúnan condiciones para ser consi-
deradas como producción local. Algunas personas hicieron referencia a
unidades que se encontraban en localidades vecinas, alcanzando distan-

15 “O no nos sirve la normativa a nosotros o nosotros no servimos al modelo, hay que verlo como
se quiera, pero….así no podemos. Entonces tenés que hacerlo todo ilegalmente, no te queda
otra. Como todos, yo miro acá para el costado y están todos haciendo lo mismo. Pero ¿De
quién es el problema entonces? ¿El problema es de todos los productores que hacen las cosas
mal o desde el estado no se acercan con normativas que abarquen a esos productores y no que
los dejen afuera? Porque la verdad es que los productores van a seguir produciendo, los que
hacen lechones van a seguir haciendo, lo van a seguir vendiendo de esa manera. Lo mejor se-
ría poder tener una normativa que permita a ese productor vender ese lechón legalmente y que
entonces todos podamos estar registrados con nuestras producciones, que se pueda hacer. Hay
cosas que son ridículas para nuestra escala, para otra escala son lógicas, pero para la nuestra
no sirve” (Agricultor, área metropolitana Santa Rosa-Toay).

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cias de 28 y 45 kilómetros, coincidentes con la periferia de localidades
próximas de menor envergadura. Por ejemplo, al este la localidad de
Anguil, al sur de Ataliva Roca y al norte de Winifreda. Sin embargo, a
pesar de la diversidad de interpretaciones sobre los límites a establecer,
la gran mayoría de las unidades de producción fue localizada dentro del
espacio contiguo al área metropolitana Santa Rosa-Toay. Las razones
de los informantes para justificar esa íntima relación con la ciudad se
fundamentaron en mayor parte por el tipo de producciones (en general
producciones intensivas), que no se desarrollan tradicionalmente en el
ámbito rural. Se trata de producciones que se adaptan a espacios más
reducidos, con productos más perecederos y que requieren de una alta
frecuencia de viajes para su distribución (ver figura N° 2). Complemen-
tariamente, se pudo observar que en los criterios de selección estaban
presentes las particularidades de la escala (conceptualizaban estas for-
mas como pequeños productores, pequeños agricultores), la diversidad
de productos en la unidad de producción y también las estrategias de
comercialización.

Figura Nº 2.Área metropolitana de Santa Rosa-Toay, actividades


productivas que realizan las unidades de agricultura urbana y periurbana

Fuente: elaboración propia en base a utilización de software libre www.qgis.org y acceso a las
capas del proyecto Open Street Maphttps://www.openstreetmap.org/

Huellas n° 20 (2016) | Caracterización de la agricultura de proximidad al área metropolitana de Santa Rosa... (pp. 125-143) 137
Los servicios que presta la agricultura de proximidad
a la ciudad y “lo local” como el ámbito donde se
desarrollan los intercambios comerciales

Las actividades de producción, distribución y consumo contenidas den-


tro de una localidad o región generan beneficios a la salud, la economía, el
medio ambiente y en lo referido a aspectos sociales para las comunidades
de esa región. Entre ellos se destacan los sistemas de producción y comer-
cialización de productos primarios con lógicas asociadas a la producción
sustentable, por ejemplo: formas de producción orgánica, agroecológicas,
etc. En general, la agricultura no suele ser reconocida como una activi-
dad que genera bienes y servicios conexos o efectos multiplicadores hacia
la sociedad, más allá de los tradicionales: alimento, fibra y combustible
(Swinton et al., 2007). Muchos de esos bienes son invisibilizados y están
poco documentados; los más difíciles de mensurar son aquéllos que no
suelen ser evaluados económicamente, o bien, son poco probables de ser
mercantilizados.
En este sentido, es fundamental considerar los beneficios que la agricul-
tura de proximidad proporciona al valor del suelo agrícola en la periferia
urbana. La expansión de las ciudades y su avance sobre tierras agrícolas es
una preocupación entre teóricos e investigadores desde hace tiempo16. El
suelo productivo urbano y periurbano constituye un factor crítico: además
de formar parte de un suelo agrícola que se pierde por el avance de la ciudad,
adicionalmente se pierde suelo que posee el atributo de la proximidad y un
importante y vital patrimonio cultural (Giobellina, 2011, Segrelles, 2015).
En lo referido al caso de estudio presentado, de acuerdo a las delimi-
taciones realizadas se puede apreciar la existencia de superficie destinada
a la agricultura. Como era de esperar, las de pequeñas dimensiones al in-
terior de la trama urbana más densa, y mayor en los bordes de la ciudad
(ver figura N°3). En general se detecta una situación de alta vulnerabilidad
dentro de un esquema de doble tensión, donde predominan fuerzas nega-
tivas que representan: por un lado, la amenaza que genera el avance de la
urbanización, por otro el avance del fenómeno de agriculturización de los
entornos rurales hacia la ciudad. De esta manera, la proximidad también
podría entenderse como la configuración de un continuum de espacios que

16 “La erosión del suelo o su desaparición bajo edificios y vertederos no producen una mera
indisponibilidad temporal de ese suelo, sino más bien lo hacen improductivo, de forma que,
incluso si se llevasen a cabo todos los esfuerzos recomendados por la ciencia, necesitaría
siglos para recuperar su capacidad de soportar la actividad humana, por no hablar de formas
más orgánicas de agricultura” (Mumford, 1956: 11).

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representan una alternativa17 en la generación de bienes y servicios para las
comunidades (FAO, 2012).

Figura Nº 3. Área metropolitana de Santa Rosa-Toay. Representación de


las superficies correspondientes a las unidades de producción localizadas

Fuente: elaboración propia en base a utilización de software libre www.qgis.org y acceso a las
capas del proyecto Open Street Maphttps://www.openstreetmap.org/

Con respecto a la dimensión local de la comercialización de alimen-


tos, se identifican canales asociados a los pequeños productores, agricul-
tores familiares, pequeñas huertas y asociaciones de productores del área.
Desde un enfoque económico, sería posible reflexionar sobre cuáles son
las escalas y modelos de producción y comercialización que se reconocen
como las formas legítimas de las agriculturas de proximidad. De acuerdo
17 “Cuando nosotros vinimos acá no había nada. Y ahora nos va rodeando todo. Se va acercando
la zona urbana. Yo siento esa presión; totalmente. El de acá al lado loteó toda su hectárea. Y
hay gente que viene y cree que puede venir de la nada, y arrasar con todo. Me parece que no
es así…esa calle es una de laspocas calles de Santa Rosa que tiene esas plantas y esa calle
la salvamos nosotros. Porque llegó un momento que llegó una topadora y las quería sacar a
todas para abrir una calle. Yo firme y, a través de la Municipalidad… O sea, si uno no hacía
el quilombo las sacaban todas. Hicieron un relevamiento, marcaron los árboles que se podían
sacar, los que no… Y eso gracias a que uno estaba acá. Sino desaparecía todo…está bueno
eso que estén en las zonas urbanas, sub-urbanas ¿A cuánto estamos del centro de Santa Rosa?
Tres, cuatro kilómetros…”(agricultor área metropolitana Santa Rosa-Toay).

Huellas n° 20 (2016) | Caracterización de la agricultura de proximidad al área metropolitana de Santa Rosa... (pp. 125-143) 139
al trabajo realizado con las unidades productivas encuestadas, se puede
observar que la modalidad de venta a pedido18 representa una categoría
que prevalece sobre las demás (ver figura N°4). Dentro de esta categoría
existe una gran diversidad de estrategias que abarcan los distintos tipos
de relaciones que los productores establecen con los consumidores o co-
mercios locales19.

Figura Nº 4. Área metropolitana de Santa Rosa-Toay. Destinos de la


producción en las unidades de agricultura urbana y periurbana encuestadas

Fuente: elaboración propia en base a utilización de software libre www.qgis.org y acceso a las
capas del proyecto Open Street Map https://www.openstreetmap.org/

18 “Hay dos formas…una es que hay ciertos grupos familiares de Santa Rosa que saben que
producimos y vienen y compran. Una vez por semana. ¡O se lo llevo yo! Es como una relación
cercana. Ellos me dicen: “Tal día preparáme el pedido”… y yo se lo preparo. Un kilo de toma-
te, zapallito, lechuga, qué se yo, y se lo pongo en una bolsa y listo. No es que vienen y hacen
una compra directa. Yo ya les tengo el pedido hecho… o se los llevo a la casa” (agricultor/a
área metropolitana Santa Rosa-Toay).
19 “Esto se comercializa todo en Santa Rosa… Nosotros, como empezamos con uno, que era
poca cantidad, empezamos con rotisería, braserías, casa de comidas…no un supermercado o
una verdulería que vende mucha cantidad de lechuga, por ejemplo, porque nosotros íbamos
teniendo de a poca cantidad, entonces…con esos negocios es poca lechuga…todos los días o
una o dos veces por semana” (agricultor/a área metropolitana Santa Rosa-Toay).

140 Pablo V. Ermini, Beatriz Giobellina y Andrés Barsky | Huellas n° 20, ISSN: 0329-0573 (impresa) / 2362-5643 (en línea)
Consideraciones finales

La agricultura que se desarrolla en áreas urbanas y periurbanas puede


ser una oportunidad para fortalecer una alternativa al modelo dominante de
agricultura empresarial, el cual, a pesar de contribuir a producir más ali-
mentos, ha logrado aumentar en forma acelerada las desigualdades sociales,
tanto en las ciudades como en el ámbito rural (Morgan y Sonnino, 2010).
La ciudad es un medio único de interacción humana, es un lugar donde
existe densidad social; esa situación es la que permite que las ciudades sean
lugares donde se dan una serie infinita de situaciones y sucedan cosas sor-
prendentes (Santos, 2000). Se plantean importantes coincidencias entre el
rol social, económico y ambiental que cumple la agricultura de proximidad
con la propuesta de la soberanía alimentaria. En este sentido, “quizás el
aspecto más revolucionario de la soberanía alimentaria es que nos obliga a
repensar nuestra relación con los otros” (Wittman et al., 2011: 4).
La proximidad acentúa los procesos de comunicación, es decir supone
una instancia superadora de los procesos de intercambio de información.
Al dar mayores oportunidades para desencadenar procesos de comunica-
ción, la proximidad juega un papel fundamental a la hora de intensificar las
relaciones de reciprocidad (Santos, 2000)20. Las relaciones de reciprocidad
cobran sentido cuando se profundiza la construcción de lazos sociales. Lo
más productivo de la agricultura de proximidad puede llegar a ser los lazos
sociales que se cimientan, quedando así expuesto sustantivamente que la
construcción de tales interrelaciones constituye también un hecho produc-
tivo (Coraggio, 2010). Este es uno de los aspectos más relevantes a la hora
de poner en valor a las producciones locales, en función de la profundidad
que adquieren las relaciones directas entre productores y consumidores.
La construcción de la condición de localía requiere superar simplifica-
ciones y constituirse con una perspectiva integral aplicable en las lecturas
territoriales. Teniendo en cuenta esta integralidad, y a los fines operativos,
ello requiere abordar en profundidad las interrelaciones que se dan entre las
diversas formas de agricultura en la ciudad. Las experiencias de comerciali-

20 “Cuando te decía del centro de consumo es porque es como hasta hoy, y nosotros para hacer
una producción alternativa, para poder competir con producciones industriales que se basan
en la cantidad de un producto, que no importa como sea, pero si es mucho es bárbaro, para
competir con eso vos precisas un mercado especial. La gente tiene que venir a buscar nuestros
productos por cómo es…y vos cuanto más gente tengas, más posibilidades de encontrar perso-
nas con ese gusto. Al margen de que, después, vos vayas generando conciencia y vayas inten-
tando contagiar más gente. Ya de arrancada vos tenés una ciudad más grande y un porcentaje
de esa población que está buscando lo que vos querés vender, entonces las posibilidades son
mayores” (agricultor/a área metropolitana Santa Rosa-Toay).

Huellas n° 20 (2016) | Caracterización de la agricultura de proximidad al área metropolitana de Santa Rosa... (pp. 125-143) 141
zación que asume la agricultura de proximidad podrían constituir un insumo
que oriente la política pública y ponga en valor las formas económicas soli-
darias que se dan en un marco de economía popular. En este sentido, resulta
clave visibilizar cuáles son las producciones de proximidad, para integrar
las formas urbanas y periurbanas de agricultura en las políticas públicas que
se proponen incidir sobre la dinámica económica del territorio. Profundizar
sobre las relaciones existentes que definen esa proximidad, en diálogo con
los elementos claves de la soberanía alimentaria, es crucial para abordar la
complejidad que implica la sustentabilidad del sistema alimentario local y
regional. La ciudad y su entorno de proximidad componen una red de re-
laciones que involucran a las personas que compran, venden y proveen de
alimentos a la población. Estas personas, comercios, localidades, ciudades y
región dependen unas de otras, y esta interdependencia beneficia la calidad
de vida de las comunidades. De una forma similar a como Born y Purcell
(2006) proponen la teoría de la redes para superar lo que ellos denominan la
trampa local, y proponen la escala como estrategia y no como una meta a
lograr; aquí se propone comprender las diversas formas de agricultura y sus
interrelaciones como una continuidad territorial, donde la ciudad, lugar de
densidad social, puede ser un espacio con límites no precisos, pero con un
importante impulso que logre fortalecer la soberanía alimentaria.

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Huellas n° 20 (2016) | Caracterización de la agricultura de proximidad al área metropolitana de Santa Rosa... (pp. 125-143) 143
Artículo

7
Dinámica socio espacial de los Balcanes.
Una mirada geográfica de su historia

María Belén Kraser1


Universidad Nacional del Sur-CONICET

@ [ mbkraser@hotmail.com ]

Fecha de recepción: 24/04/16


Fecha de aprobación: 10/08/2016

Cita sugerida: Kraser, M. (2016). Dinámica socio espacial de los Balcanes. Una mirada
geográfica de su historia. Revista Huellas Nº 20, Instituto de Geografía, EdUNLPam:
Santa Rosa. Recuperado a partir de: http://cerac.unlpam.edu.ar/index.php/huellas

DOI: http://dx.doi.org/10.19137/huellas-2016-2008

Resumen
Al abordar problemáticas sociales actuales del continente europeo como
los nacionalismos, no pueden ser consideradas sin contextualizarlas como
procesos que han caracterizado la historia y conformación de las socieda-
des europeas. Al respecto, el presente escrito realiza una recopilación y
análisis del aporte de distintos autores para desarrollar uno de los hechos
bélicos que ha marcado el siglo XX: las guerras en los Balcanes. La com-
prensión del abordaje de las mismas radica en el análisis multicausal de
los conflictos, dado por condiciones étnicas y religiosas principalmente,
pero no menos relevantes han sido los factores políticos, económicos, his-
tóricos y el contexto internacional. Asimismo, el análisis de lo ocurrido
permite avanzar en el pensamiento crítico, debido a la comprensión de las
presiones internacionales que actuaron como catalizadoras de las guerras.
La fragmentación de la antigua Yugoslavia conformó países que no encuen-
tran salida a la crisis económica que viven hace años, por lo cual los senti-
mientos nacionalistas van conformando el escenario de la yugonostalgia.

Palabras clave: Guerras Balcánicas- Análisis multicausal- Genocidio- Yu-


gonostalgia.

1 Asistente de Cátedra Geografía de Europa. Becaria Posdoctoral CONICET. Investigadora en


el PGI “Actores, saberes y prácticas en los espacios urbanos, rurales y periurbanos desde la
relación sociedad-naturaleza. SO bonaerense y espacios relacionados”. Directora: Dra. María
Amalia Lorda y Co-Directora: Mg. María Patricia Rosell. Departamento de Geografía y Tu-
rismo, Universidad Nacional del Sur.

144 María Belén Kraser | Huellas n° 20, ISSN: 0329-0573 (impresa) / 2362-5643 (en línea)
Socio-spatial dynamics in the Balkan area.
A geographical gaze/approach of its history

Abstract
Addressing current social problems of the European continent such as
nationalism, cannot be considered without setting them in the proper
context, analyzing the processes that have characterized the history and
formation of European societies. In this regard, this paper gathers and
analyses the contribution of different authors to describe one of the mil-
itary events that characterized the twentieth century: the wars in the
Balkan area. Understanding the same approach implies understanding the
multi-causal analysis of conflicts, given mainly by ethnic and religious con-
ditions, as well as by the no less important political, economic, historical
and international factors. Also, the analysis of events can advance critical
thinking, due to the understanding of international pressures that acted as
catalysts of the wars. The fragmentation of the former Yugoslavia resulted
in countries that are not out of the economic crisis experienced for years,
so nationalistic feelings are shaping the scene of the “Yugonostalgia”.

Keywords: Balkan Wars- Multi-causal analysis- Genocide- Yugonostalgia.

Dinâmica sócio-espacial dos Bálcãs.


Um olhar geográfico de sua historia

Resumo
Ao abordar as problemáticas sociais atuais do continente europeio como os
nacionalismos, devemos considerar que tais processos têm caracterizado a
historia e a conformação das sociedades da Europa e não podem ser con-
siderados como fatos isolados ou descontextualizados. A respeito disso,
este trabalho escrito realiza uma recopilação e análise da colaboração de
diferentes autores para desenvolver um dos fatos bélicos que tem marcado
o século XX: as guerras dos Bálcãs. A compreensão da abordagem das mes-
mas radica em uma analise multicausal dos conflitos, produto de condições
étnicas e religiosas principalmente e também por fatores políticos, econô-
micos, históricos e o contexto internacional. Também, a análise dos acon-
tecimentos permite avançar no pensamento crítico devido à compreensão
das pressões internacionais que atuaram como catalizadores das guerras.
A fragmentação da antiga Iugoslávia constituiu países que não encontram
saída às crises econômica que vivem a muitos anos motivo pelo qual os
sentimentos nacionalistas vão conformando o cenário da Iugoslávia.

Palavras chave: Guerras dos Bálcãs; Análise multicausal- Genocídio- Iu-


gonostalgia.

Huellas n° 20 (2016) | Dinámica socio espacial de los Balcanes. Una mirada geográfica de su historia (pp. 144-162) 145
Consideraciones introductorias

E n concordancia con las autoras Shmite y Nin (2015), las dinámicas de


ciertos espacios para su transferencia didáctica, implican perspectivas
de análisis que requieren el abordaje multicausal. Para ello, es necesaria la
selección de fuentes de información diversa que aborden la realidad des-
de la pluralidad de perspectivas con la intención de avanzar en la actitud
crítica en la formación de los futuros docentes de Geografía, que puedan
formular nuevas preguntas y debatan para lograr aprendizajes reflexivos de
los problemas socialmente relevantes (Shmite y Nin, 2015).
En este caso se considera como problema socialmente relevante, la con-
flictiva dinámica socio espacial que ha caracterizado la historia reciente de
los Balcanes, debido a que el análisis de la problemática permite reflexio-
nar sobre el modo en que los nacionalismos y las presiones internacionales
pueden aunarse para desencadenar conflictos bélicos.
Al respecto, autores como López Palomeque y otros (2000) afirman que
la personalidad de la “Geografía de Europa” está en gran parte conforma-
da por la heterogeneidad cultural en todas sus acepciones (lenguas, etnias
y religiones), el nivel elevado de desarrollo socioeconómico con marca-
dos contrastes regionales, la presencia de áreas de estabilidad con áreas
de inestabilidad y el papel destacado en la historia de la humanidad en los
últimos siglos. No menos relevantes son algunas características que han
conformado la identidad europea tales como los imperialismos, nacionalis-
mos, guerras y xenofobia (López Palomeque y Otros, 2000).
Estos aspectos son abordados mediante el análisis multicausal, vincu-
lando los factores étnicos y religiosos, pero también los políticos, económi-
cos, históricos y el contexto internacional, que contribuyeron en la gesta-
ción de las Guerras Balcánicas del siglo XX. Dichos factores, son aludidos
en cada apartado en el momento considerado acorde en el escrito. La te-
mática pretende contribuir al pensamiento crítico, debido a la comprensión
de las presiones internacionales que actuaron como catalizadoras de las
guerras, en un territorio donde los nacionalismos presentes han dificultado
la convivencia pacífica de los pueblos en el curso de la historia.

La espacialidad a través de períodos establecidos

En la encrucijada de rutas entre imperios, la dinámica socio espacial


balcánica ha sido conformada por la diversidad cultural, étnica y religiosa.
El dominio del Imperio Romano en los Balcanes, luego fue ocupado por

146 María Belén Kraser | Huellas n° 20, ISSN: 0329-0573 (impresa) / 2362-5643 (en línea)
los imperios Otomano y Austro-Húngaro. El enfrentamiento entre estos
últimos dio inicio a las Guerras Balcánicas del siglo XX. Los conflictos bé-
licos que marcaron el inicio y fin del pasado siglo modelaron ese extremo
del continente europeo, conformando lo que distintos analistas denominan
el polvorín balcánico (Girón, 2003) (Figura 1).

Figura 1. Actuales espacialidades en la ex Yugoslavia

Fuente: Elaboración propia, Ma. Belén Kraser (2016) sobre Ferreira, M. (2015).

El artículo se presenta estructurado en períodos. El primero es la etapa


previa a la conformación de Yugoslavia. En el mismo, desde los vestigios
de asentamientos Ilirios, con la ocupación posterior de comunidades arri-
badas desde el Cáucaso y la dominación por distintos imperios, los pue-
blos en luchas esporádicas mantenían sus divisiones. La Primera Guerra
Mundial es el hito que da inicio al segundo período, que corresponde a la
imposición mediante acuerdo de las potencias europeas de la creación de
un único Estado, Yugoslavia.
Este segundo período iniciado en 1919 perduró hasta la década de 1980,
durante la Guerra Fría, bajo el mandato de Tito. El último período, corres-
ponde desde 1980 al inicio del nuevo siglo, durante la gestación y desa-
rrollo de las Guerras Balcánicas de fin de siglo o también conocidas como
Guerras Yugoslavas. En este contexto es en el que deben incorporarse los
conceptos de limpieza étnica y genocidio.
La limpieza étnica implica el desplazamiento forzado de poblaciones
porque son el obstáculo para homogeneizar étnica o religiosamente un es-

Huellas n° 20 (2016) | Dinámica socio espacial de los Balcanes. Una mirada geográfica de su historia (pp. 144-162) 147
pacio, pero en el caso de la ex Yugoslavia las acciones llevadas a cabo
la transforman en genocidio (Stavenhagen, 2010). En el desarrollo de las
Guerras Yugoslavas, las víctimas no eran consecuencia de la guerra como
muertes por bombardeos, sino que eran el objetivo principal por su perte-
nencia étnica. Al respecto, los desplazamientos forzados, las matanzas, los
campos de concentración y exterminio y, los campos de violación siste-
mática de mujeres, son estrategias planeadas, con lo cual lo cometido son
crímenes contra la humanidad como lo define la resolución de Naciones
Unidad del año 1948 como categoría de genocidio (Kullashi, 1995).
Finalmente, luego del desmembramiento de la antigua Yugoslavia se
aborda el período actual, de la recomposición de las identidades como paí-
ses luego de las independencias, que se desarrollan entre la integración de
la Unión Europea y la crisis económico financiera de la misma. Este pano-
rama pone en evidencia la añoranza de las seguridades sociales durante el
mandato de Tito. Se configura así en los Balcanes un sentimiento nostálgi-
co hacia ese régimen comunista que historiadores (Derens, 2011; Ferreira,
2015) y periodistas (Estepa, 2013) han denominado “yugonostalgia”. Sen-
timientos que no dejan de resguardar los nacionalismos que aún perviven
en esa región del mundo, donde “los analistas vaticinan más guerras en los
Balcanes para las próximas décadas” (Sánchez Hernández, 2005: 71).

Relaciones socio espaciales en los Balcanes


en el tiempo: de los primeros pobladores a la
creación de Yugoslavia

Los primeros vestigios de asentamientos en la península balcánica da-


tan del siglo X a.C., ocupada por el pueblo pastor indoeuropeo Ilirio, quie-
nes en el año 6 d.C. se sublevaron contra el Imperio Romano pero fueron
reprimidos creando las provincias romanas adriáticas de Panonia y Dalma-
cia (Martínez Cuartero, 2013). Tras la división del Imperio Romano en el
siglo IV d.C., el sector Oeste constituyó el Imperio Romano de Occidente,
mientras que el Imperio Romano de Oriente con capital en Bizancio fue el
que comandó los Balcanes (Gibbon, 2006).
En el declive del Imperio Bizantino, a finales del siglo VI, los pueblos
eslavos originarios del Cáucaso se desplazaron hacia el Sur, infiltrados por
las montañas ocuparon Panonia y Dalmacia hasta la costa (Gibbon, 2006).
Hacia el siglo VII prácticamente todos los Balcanes estaban dominados
por los eslavos del sur, antepasados de los actuales eslovenos, croatas y
serbios.

148 María Belén Kraser | Huellas n° 20, ISSN: 0329-0573 (impresa) / 2362-5643 (en línea)
Tanto los eslavos, como los búlgaros y rumanos (también situados en la
península) profesaban el paganismo. Ambas particiones del Imperio Romano
rivalizaron para evangelizarlos. En el siglo IX Roma integró a los eslavos y
croatas, mientras que Bizancio se ocupó del Sur de los Balcanes, quienes lue-
go siguieron la Iglesia Ortodoxa a partir del siglo XI. De ese modo, la etnia
eslava que ocupó los Balcanes, mediante los antagonismos tribales constitu-
yó países rivales en los que además se establecieron diferencias religiosas.
En el siglo XIII los tártaros de la Horda de Oro unidos por Gengis Khan
arrasaron los territorios de Eslovenia, Croacia y Eslavonia, lo cual favoreció
a los serbios para extender sus fronteras hacia Albania, Macedonia y la actual
Krajina de Croacia (Martínez Cuartero, 2013). Los serbios, en 1371 en la
batalla de Kosovo Polie cayeron ante los otomanos musulmanes arribados
desde Anatolia, quienes permanecieron por cinco siglos (Casanova, 2004).
En el siglo XVIII comenzó el declive del Imperio Otomano, acentuado
en el siglo XIX por los colonialismos europeos y, los nacionalismos y exi-
gencias de independencia de los estados balcánicos que fueron alentados
por Rusia y el naciente Imperio Austro-Húngaro para reducir el poderío
Otomano. Asimismo, Gran Bretaña y Alemania apoyaron las intenciones
independentistas para tratar de evitar que Rusia avanzara sobre los Balca-
nes y lograra acceso a puertos sobre los mares Negro y Adriático. La pri-
mera rebelión se produjo con la Guerra de Independencia de Grecia (1821),
posteriormente la del Reino de Serbia (1878) y más tarde las de Montene-
gro, Rumania y Bulgaria (Inalcik y Quataert, 1994).
En 1908 el Imperio Austro-Húngaro anexó por declaración la provincia
otomana de Bosnia-Herzegovina, para que no fuera ocupada por los ser-
bios. Los territorios de Albania y Macedonia permanecieron bajo el control
Otomano. Las tensiones de dominación sobre los territorios dieron inicio
a principios del siglo XX a las Guerras Balcánicas en dos episodios. El
primer enfrentamiento se efectuó en 1912, denominado como la Primera
Guerra Balcánica, donde la conformación de la Liga de los Balcanes o Liga
Balcánica de Serbia, unió a Serbia, Bulgaria, Montenegro y Grecia para
enfrentar a los otomanos (Inalcik y Quataert, 1994).
Mediante esta Liga, en realidad tanto Serbia como Bulgaria pretendían
anexar los territorios otomanos de Macedonia. La guerra finalizó en 1913 con
la derrota otomana y el Tratado de Londres con el cual los ganadores se repar-
tieron el territorio macedónico (Inalcik y Quataert, 1994). No obstante, pronto
inició la enemistad entre los países aliados, debido a las ansias expansionistas.
En paralelo Albania se declaró principado musulmán independiente
(1912) y Austria-Hungría lo apoyó para evitar el dominio de Serbia e impe-
dir su acceso al mar. Rusia pretendió actuar de mediadora en las intenciones

Huellas n° 20 (2016) | Dinámica socio espacial de los Balcanes. Una mirada geográfica de su historia (pp. 144-162) 149
expansionistas, pero Bulgaria rechazó la mediación, con lo cual Rusia apo-
yó desde entonces a Serbia mientas que Austria-Hungría mostró su apoyo
a Grecia y Rumania. Para pretender ostentar poderío militar Bulgaria atacó
a Serbia y a Grecia, dando inicio a la Segunda Guerra Balcánica en 1913,
pero estos países junto con sus aliados y apoyados por Turquía (los otoma-
nos que hasta hacía pocos meses habían sido sus enemigos) contraatacaron
y tras un mes de guerra Bulgaria debió aceptar su derrota perdiendo amplio
territorio que Serbia se anexó mediante el Tratado de Bucarest (Inalcik y
Quataert, 1994).
En 1914 Croacia había perdido su independencia, Eslovenia no había
conseguido ser un Estado independiente bajo el control alternativo de Italia
y Alemania y, el Reino de Serbia era un deseo expansionista para la Rusia
imperial de los Zares. Además el príncipe heredero del Imperio Austro-Hún-
garo, Archiduque Francisco Fernando, pretendía anexar Serbia a su dominio
porque consideraba que para pacificar los Balcanes era necesario integrar a
la mayor parte de los eslavos dentro de una misma entidad política (Inalcik y
Quataert, 1994). En su visita a Sarajevo el Archiduque fue asesinado y este
factor inmediato desencadenó la Primera Guerra Mundial.
La organización secreta nacionalista serbia La Mano Negra planificó el
asesinato. Ante este hecho, el Imperio Austro-Húngaro impuso una serie de
condiciones a Serbia, pero de igual manera sólo un mes después declaró la
guerra y bombardeó su capital, Belgrado. Serbia fue apoyada en la defensa
por Francia y Rusia. La desconfianza de Alemania sobre el poder ruso hizo
que apoyara a Austria-Hungría.
En este contexto, Alemania invadió Bélgica para avanzar contra Fran-
cia y por este hecho Gran Bretaña, histórica aliada de Serbia, ingresó en
el conflicto para defender a la neutral Bélgica. En 1917 Estados Unidos
respaldó la alianza franco-ruso-británica, a la vez que la Revolución Bol-
chevique de Octubre se apoderó del gobierno en Rusia. La guerra finalizó
en 1918 con la derrota de Alemania, Austria-Hungría y sus aliados turcos.
La permanencia de estas alianzas luego reaparecerá en contiendas futuras
en la Segunda Guerra Mundial y en las Guerras Balcánicas de fin de siglo.

Respuesta a las rivalidades europeas:


el nacimiento y permanencia de Yugoslavia

El Reino de Yugoslavia o también Estado de Yugoslavia (como nombre


en el ámbito oficial pero no institucionalizado hasta 1929) fue conforma-
do al finalizar la Primera Guerra Mundial, en 1919, como consecuencia

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del Acuerdo de Corfú, Tratado de Versalles y Tratado de Saint Germain2
(Banac, 1988), con la denominación Reino de serbios, croatas y eslove-
nos al que se anexó Bosnia-Herzegovina. El Rey Alejandro I en 1929 lo
rebautizó institucionalizando el nombre de Yugoslavia (Banac, 1988), que
significa unión eslava o país de los eslavos del sur.
El mismo, se diseñó como “Estado tapón” para responder a los intere-
ses franceses y británicos en los Balcanes, a la vez de dar fin al Imperio
Austro-Húngaro que mediante una monarquía dual con enfrentamientos
había gobernado desde Viena (1867-1919) conocido como la cárcel de las
naciones (Sánchez Hernández, 2005).
El nuevo Estado fue aceptado debido a que “los serbios creen cumplida
su misión histórica de unir a todos los eslavos del sur en un solo Estado,
y los croatas y eslovenos se sienten satisfechos por librarse del yugo aus-
tro-húngaro” (Sánchez Hernández, 2005: 54). Considerar que los pueblos
balcánicos eran uno sólo es mencionado por distintos autores como utopía
imposible, ya que la única vinculación era la vecindad, a la vez que los
serbios mostraron liderazgo desde el comienzo.
En 1921 la mayoría serbia empezó a evidenciar su idea de conformar la
Gran Serbia y dictó una Constitución autoritaria; el gobierno prohibió los
partidos políticos de la oposición (Partido Comunista y Partido Campesino
Croata) y segregó a las minorías no eslavas. En 1928, un diputado monte-
negrino mató al líder parlamentario de los croatas Radic debido a sus ideas
anticentralistas. Ante este contexto, el Rey Alejandro I proclamó una dicta-
dura monárquica que suprimió las garantías constitucionales y el Congreso
y, diseñó una nueva división administrativa que no respetaba divisiones
étnicas, religiosas o lingüísticas (Sánchez Hernández, 2005).
Los croatas reaccionaron al centralismo serbio monárquico creando
la organización armada Upstachi ó Ustacha, movimiento nacionalista de
corte fascista-falangista que desarrolló acciones terroristas y proclamó la
Gran Croacia y en 1934 asesinó al Rey Alejandro I, cuyo sucesor abolió la
dictadura y concedió cierta autonomía a los croatas (Sánchez Hernández,

2 El Tratado de Versalles (1919) firmado entre los países Aliados y Alemania finalizó oficial-
mente la Primera Guerra Mundial. Entró en vigencia en 1920 y a él se vinculan tratados pre-
vios y posteriores como el Acuerdo de Corfú (1917) y Saint Germain (1919). Durante la Gran
Guerra exiliados serbios y croatas establecieron un movimiento nacional yugoslavo radicado
en París que sentó las bases para crear un nuevo país que se pacta en el Acuerdo o Declaración
de Corfú (1917) afirmando que serbios, croatas y eslovenos constituyen un solo pueblo y
tienen el objetivo de crear un Estado yugoslavo donde reinaría la dinastía serbia y en la que
Croacia tendría un estatuto de autonomía (Girón, 2003). El Tratado de Saint Germain (1919)
firmado entre Austria y los Aliados da por finalizado el Imperio Austro- Húngaro y obliga a
reconocer al Reino de serbios, croatas y eslovenos (Ortega Terol, 1996).

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2005). Pese a las inconformidades Yugoslavia se mantuvo unida en el pe-
ríodo entreguerras.
Durante la Segunda Guerra Mundial Yugoslavia fue invadida por las
tropas alemanas en 1940, a quienes se alió la organización Upstachi. La
alianza les permitió proclamar el Estado Nacional Croata (que incorporó
los antiguos territorios del Reino de Croacia, Eslavonia, Bosnia-Herzego-
vina y dividió Eslovenia para cederla a Alemania e Italia) bajo una dicta-
dura de orientación nazi (Sánchez Hernández, 2005).
Mientras que Montenegro se convirtió en un protectorado de Roma y
Macedonia quedó bajo el dominio de Albania, aliada a las potencias del Eje
comandado por Alemania, Italia y Japón3. A la vez que los serbios, mayori-
tariamente soldados del ejército yugoslavo, reaccionaron conformando los
Chetniks, organización nacionalista centralista y monárquica, que se enfren-
tó sangrientamente a las tropas alemanas y sus aliados upstachis. Además de
estos grupos, es necesario destacar la relevancia de los guerrilleros comu-
nistas denominados Partisanos liderados por Tito, quienes para el final de la
guerra prácticamente en solitario con algo de apoyo de la URSS liberaron a
Yugoslavia y se hicieron del poder (Sánchez Hernández, 2005).
El Mariscal Tito, Josip Broz, fue un comunista antifacista formado en la
década de 1930 durante la Guerra Civil Española. Conformó la República
Socialista Federal de Yugoslavia con la pretensión de establecer una fede-
ración balcánica independiente de la influencia soviética. Para evidenciar
su distanciamiento junto con los dirigentes Nerhú de India y Nasser de
Egipto formó el “Bloque de los No Alineados” a los que se sumaron otros
países. Por lo cual el bloque comunista retiró su apoyo económico para
derrotarlo, aunque no tuvo éxito y Tito mantuvo el poder y la unión de
Yugoslavia hasta su muerte en 1980.
El régimen denominado “comunismo light” (Sánchez Hernández,
2005) mantuvo una economía socialista centralizada y planificada pero
mixta, que permitía iniciativas privadas en forma de cooperativas agrícolas
e industriales, esto hizo que no fuera mal visto por el Occidente capitalista,
a la vez permitía el desplazamiento de personas, recibía turistas y publica-
ciones extranjeras.
Su autoridad le permitió neutralizar la hegemonía serbia y lograr equi-
librio entre las repúblicas instaurando un sistema de presidencia rotativo
mediante el argumento de necesidad de unión ante la posible invasión de la
URSS (Sánchez Hernández, 2005). El sistema de presidencia fue aprobado
en la Constitución de 1947 y estableció liderazgo compartido de nueve
3 El Eje y sus países asociados en la contienda se enfrentó a los Aliados comandados por Fran-
cia, Polonia y Reino Unido, además de sus países asociados.

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miembros, integrados por Tito, un representante de cada una de las seis
Repúblicas (Eslovenia, Croacia, Serbia, Montenegro, Bosnia-Herzegovina
y Macedonia) y uno de cada provincia autónoma (Kosovo y Voivodina)
(Casanova, 2004).
A las seis Repúblicas, dos provincias autónomas y cinco naciones (es-
tablecidas en la Constitución de 1947 como eslovenos, croatas, serbios,
montenegrinos y macedonios) hay que añadir que se hablaban tres lenguas
(serbocroata, esloveno y macedonio), coexistían tres religiones (ortodoxa,
católica y musulmana) y se empleaban dos alfabetos (latino y cirílico) (Ca-
sanova, 2004). En ese “rompecabezas” Tito persiguió el objetivo de convi-
vir en unidad y fraternidad (Casanova, 2004).
No obstante, no logró eliminar los odios nacionalistas que se acentuaron
en la Segunda Guerra Mundial entre las Repúblicas y tampoco pudo crear
un sentimiento nacional yugoslavo. Tras su muerte, las demandas de mayor
poder por parte de Serbia se acrecentaron y una década después de la muerte
del dirigente Tito, la región se sumergió en una cruenta guerra civil.

El desmembramiento yugoslavo:
las Guerras Balcánicas de fin de siglo

Al analizar las causas que confluyen en las Guerras Balcánicas de fin


de siglo, no puede ser obviado el factor de crisis económica que la región
vivenciaba. Durante la década de 1980 el desempleo e hiperinflación se
agravó por el endeudamiento de Yugoslavia con el Fondo Monetario Inter-
nacional. La apertura del comunismo yugoslavo lo había favorecido obte-
niendo ayuda económica internacional. Permanentemente el FMI continuó
refinanciando los pagos mediante la quita de deuda, pero con la caída de la
URSS, otros países como Polonia y Checoslovaquia se posicionaron como
socios privilegiados, con lo cual los beneficios para Yugoslavia que ya no
cumplía su función geoestratégica, se limitaron (Ferreira, 2015).
Al interior de la República se gestaron malestares sustentados en el
nacionalismo, el odio interétnico y el temor a vivir como minoría (Sánchez
Hernández, 2005), pero a la vez solapaban el descontento por la agravada
situación económica. Al inicio de 1980, el sentimiento nacionalista serbio
no tardó en comenzar a demostrarse.
En 1981 Belgrado limitó la autonomía a Kosovo y comenzó a discriminar
a la minoría albano-kosovar, situación que se complejizó hacia 1987 cuando
los albaneses, de religión musulmana que superaban a los serbios de Kosovo
en cantidad controlaban el poder estatal. Es entonces cuando en una visita,

Huellas n° 20 (2016) | Dinámica socio espacial de los Balcanes. Una mirada geográfica de su historia (pp. 144-162) 153
el líder serbio Slobodan Milosevic (segundo líder de Yugoslavia tras el pre-
sidente Stambolic) inició la proclamación del nacionalismo. Al vincular a él
a los serbios de Kosovo comenzó a tener el apoyo de todo el pueblo serbio y
logró gestar un golpe de mando en el partido comunista que le posibilitó ser
presidente en 1987, para un año más tarde eliminar la autonomía de Kosovo
y tutelarlo desde Belgrado (Sánchez Hernández, 2005).
En 1989 Milosevic públicamente comenzó a “impartir” el sentimiento
nacionalista. En la conmemoración de la batalla de Kosovo Polie (conside-
rada el origen de la nación serbia) el dirigente emitió el mensaje de lograr
la Gran Serbia étnicamente pura (Sánchez Hernández, 2005). Desde en-
tonces la propaganda y la difusión de mensajes subliminales en televisión
jugaron el mismo papel de cohesión y fomento del odio que los medios de
comunicación jugaron en la Alemania de Hitler.
A nivel internacional, el contexto propició el desarrollo del conflicto
bélico que durante los años siguientes se desarrolló en la región. Con la
caída del Muro de Berlín en 1989 se evidenció el fracaso del comunismo
en la región (Sánchez Hernández, 2005), lo cual provocó en Yugoslavia el
fin de la veneración del partido comunista. A la vez que con el inicio de la
fragmentación del bloque de la URSS, desapareció el mito de la necesidad
de unión yugoslava ante el temor de una posible invasión soviética.
En ese contexto, en las elecciones regionales el partido comunista per-
dió y en cada una de las regiones ganaron los nacionalismos. Eslovenia, la
nación mejor posicionada económicamente de Yugoslavia, después de un
referéndum declaró su independencia en 1991 y en junio de ese año las tro-
pas federales atacaron dando inicio a las Guerras Yugoslavas4. El dirigente
serbio Milosevic intervino las cúpulas militares para posicionar jerárquica-
mente personal serbio, con lo cual tuvo el apoyo para poder avanzar en el
territorio de las distintas naciones (Kullashi, 1995).
La consecuencia inmediata de la declaración de independencia fue la
Guerra Relámpago que duró sólo doce días (recordada como la “guerra
de los diez días”), tras lo cual Belgrado aceptó la derrota, dando paso así a
la apresurada intervención sobre Croacia que también se había declarado
independiente (Sánchez Hernández, 2005). Eslovenia había preparado la
resistencia militar para defenderse, a la vez que había gestionado la media-
ción internacional para poner alto al fuego (Ferreira, 2015).
En el panorama internacional, en 1991 cuando se produjeron los prime-
ros movimientos militares, Estados Unidos estaba finalizando la Guerra del
Golfo Pérsico en Oriente Medio con lo cual manifestó que no se involucraría
4 Macedonia ese mismo año también declaró su independencia, que sería reconocida interna-
cionalmente en 1993, sin entrar en conflicto bélico con Yugoslavia (Ferreira, 2015).

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en un problema que era de Europa. En principio sólo abogó por mantener la
unidad de Yugoslavia y trató de lograr un acuerdo mediador que fracasó.
En referencia al propicio contexto mundial, otra veracidad es que el
papel geoestratégico de Yugoslavia como “Estado tapón” a los deseos ex-
pansionistas de la URSS dejó de ser relevante para Europa, con lo cual las
posibilidades de un conflicto bélico fueron subestimadas. Conjuntamente
la “Europa de los Doce” que conformaba la Unión Europea, decidió usar
el enfrentamiento para probar su Política Exterior y de Seguridad Común
(PESC), la cual evidenció su fracaso en las negociaciones y demostró que
no poseía un ejército que pudiera intervenir (Sánchez Hernández, 2005).
La tardía intervención de Estados Unidos en la contienda puede ser
entendida como una estrategia donde una vez más en la historia reciente
midió su liderazgo militar con Europa. No puede ser obviada además la
necesidad que la región fuera pacificada, por la presencia de oleoductos y
gasoductos que atraviesan la región.
Asimismo, Alemania tuvo injerencia cuando aún sin posicionamientos
oficiales de otros países reconoció unilateralmente las independencias de
Eslovenia y Croacia (pese a que los requerimientos de la ONU de respetar
minorías étnicas en las mismas no habían sido considerados). Hecho que
alentó la independencia de Bosnia-Herzegovina y el pronto reconocimien-
to por otros países.
La postura alemana demostró la permanencia de su antagonismo con-
tra Francia, país que inicialmente minimizó las intenciones expansionistas
serbias y le envió armas para mantener la alianza franco-serbia de 1914 y
hacer contrapeso a la histórica alianza germano-croata, hasta que rompió
vínculos por la brutalidad del conflicto (Sánchez Hernández, 2005).
El siguiente episodio fue la Guerra de Croacia, que la enfrentó contra Ser-
bia desde julio de 1991 a febrero de 1992 (con rebrotes hasta 1995 en paralelo
a los enfrentamientos en Bosnia-Herzegovina y en 1998, se suele hablar de las
Guerras Croatas). Distintos analistas mencionan que Croacia no había tenido
la preparación que Eslovenia para defender su independencia. Además, no era
un territorio homogéneo desde su etnicidad, por lo cual la minoría serbia (que
constituía el 12% de la población de Croacia en 1991) agrupada en la región
de Krajina, Eslavonia Occidental y Eslavonia Oriental5, no aceptaron la inde-
pendencia croata y se organizaron como República Serbia de Krajina apoyadas
por Serbia, el Ejército Federal Yugoslavo y las agrupaciones paramilitares Ti-
gres de Arkan y Águilas Blancas de Vojslay Saselj (Ferreira, 2015).

5 Conocidas como bolsas serbias producto del éxodo que el Imperio Austro- Húngaro patrocinó a
comienzos de siglo XX trasladando serbios de Kosovo a Croacia como contrapeso a los turcos
y los espacios vacíos de Kosovo fueron ocupados por albaneses (Sánchez Hernández, 2005).

Huellas n° 20 (2016) | Dinámica socio espacial de los Balcanes. Una mirada geográfica de su historia (pp. 144-162) 155
Los grupos paramilitares eran parte de las denominadas Fuerzas de De-
fensa Territorial, integradas por civiles armados con formación militar que
junto con el Ejército Federal Yugoslavo fueron la estrategia que Tito man-
tuvo como preparación para defensa ante una posible invasión soviética
(Sánchez Hernández, 2005). A diferencia de Eslovenia, donde las fuerzas
tenían un objetivo y enemigo en común, en Croacia había división entre
partidarios de la independencia y defensores del centralismo.
El gobierno de Croacia reemplazó a serbios por croatas en los cargos
públicos e instauró la moneda y la bandera de la Segunda Guerra Mun-
dial (considerada fascista por los serbios). Con ello Milosevic se fortaleció
al alimentar el odio rememorando las matanzas de serbios por la alianza
germano-croata, en imágenes constantemente difundidas en televisión. El
pedido de ayuda a los países de Europa Occidental y Estados Unidos por
Croacia sólo fue respondido con un embargo de armas a Yugoslavia.
Los serbios unidos desbordaron las posibilidades de defensa croata.
Es recordado como emblema de la tragedia la matanza en la localidad de
Vukovar6 en Eslavonia Oriental. A comienzos de 1992 entre las partes se
firmó un alto al fuego con el Plan Vance, tiempo en el que las fuerzas
croatas se reorganizaron y retomaron las hostilidades, aunque Serbia co-
menzaba a centrar su objetivo sobre Bosnia-Herzegovina (Ferreira, 2015).
Finalmente Serbia reconoció la independencia de Croacia, cediendo las
regiones de Krajina y Eslavonia Oriental, en las cuales los serbios debieron
emigrar o admitir la soberanía croata (Sánchez Hernández, 2005).
En el territorio de Bosnia-Herzegovina se concentraba la mayor can-
tidad de musulmanes descendientes de los otomanos en Yugoslavia, los
que constituían el 40% del total de población del país. Milosevic y el lí-
der croata Franjo Tudjman, durante la guerra de Croacia se reunieron en
secreto para repartirse Bosnia-Herzegovina. Cuando Estados Unidos y la
Unión Europea reconocieron la independencia del país, en 1992 ante una
marcha en Sarajevo en defensa de la paz, la independencia y el manteni-
miento de una Bosnia multiétnica, los francotiradores de Karadzic, el líder
de los serbo-bosnios, dispararon a la multitud (Sánchez Hernández, 2005).
Desde el inicio de la guerra, gran cantidad de muertes fueron por accionar
de francotiradores.
Serbia inició la guerra mediante ataque y asedio a la ciudad de Saraje-
vo. Los musulmanes mostraron resistencia formando las Milicias de Re-

6 Hacia fines de 1991 la ciudad fue sitiada por los serbios del ejército oficial y paramilitares,
luego de tres meses lograron tomar el control y llevaron adelante la limpieza étnica, para lo
cual violaron a las mujeres y apresaron a los heridos del hospital, los trasladaron y ejecutaron
aproximadamente a 200 personas (History Channel, 1998).

156 María Belén Kraser | Huellas n° 20, ISSN: 0329-0573 (impresa) / 2362-5643 (en línea)
sistencia Musulmano-Bosnias, a la vez que Bosnia Occidental era atacada
por Croacia. Desde el interior del país los serbios habían sido organizados
por Karadzic para unir por la fuerza a Serbia los territorios bosnios donde
había serbios. El objetivo era limpiar cualquier vestigio de religión musul-
mana, por lo cual se destruían mezquitas, cementerios y se enviaba a los
musulmanes a campos de concentración; a la vez que el odio era instaurado
por revistas científicas y literarias (Kullashi, 1995).
Para lograr el genocidio se les pagaba a los francotiradores por cada
musulmán muerto. En los campos de concentración se produjeron muertes
por tortura física, enfermedades e inanición y, las violaciones sistemáticas
incluso a niñas menores de diez años. Esto era permitido bajo la mirada de
las potencias occidentales, puesto que se aplicó la teoría del Departamento
de Estado de los Estados Unidos, donde se decía que para terminar con un
incendio forestal se debía dejar arder (History Channel, 1998).
En 1993 el Plan Vance Owen pretendía establecer cantones étnicos en
Bosnia. Como las presiones económicas internacionales complicaban el
mantenimiento de Serbia, Milosevic obligó a Karadzic a aceptarlo, pero
este lo rechazó ya que para ese momento tenían bajo control el 70% del
territorio bosnio. Para complicar la situación los croatas también intensifi-
caron sus ataques sobre Bosnia desde el Sur, donde había una minoría croa-
ta, siendo emblemático el ataque en la ciudad de Mostar y la destrucción
de su puente Otomano del siglo XVI con intención de borrar los vestigios
monumentales de su ocupación (History Channel, 1998).
En 1994 en un acto terrorista los serbios explotaron un proyectil en un
mercado de Sarajevo. Ese hecho provocó el ingreso a la guerra por parte de
los países de Europa Occidental y Estados Unidos, quien obligó a la OTAN
a amenazar a los serbo-bosnios con bombardeos (History Channel, 1998).
Estados Unidos formó una alianza para frenar a los serbios acordando una
Federación Musulmano-Croata. Como resistencia, los serbo-bosnios al
mando de Karadzic atacaron convoys de la ONU, por ello Milosevic les
impuso sanciones para demostrar que mantenía su liderazgo.
La ONU concentró a la población musulmana en “Zonas de Seguri-
dad”, aunque en realidad era difícil su protección sin la preparación y orga-
nización para protegerlas. En 1995 la Guerra de Bosnia estaba en un “pun-
to muerto”, donde la ONU estaba presente y los serbios controlaban gran
parte del territorio, pero la situación no terminaba, por lo cual Karadzic
atacó Zonas de Seguridad (siendo el más sangriento el ataque a Srbrenica7)
y capturó Cascos Azules. La ONU comenzó a centrarse en la seguridad de
7 En 1995 la Zona de Seguridad de Srbrenica fue tomada por los serbios y asesinaron a más de
siete mil musulmanes ante la presencia de la Comunidad Internacional con los Cascos Azules

Huellas n° 20 (2016) | Dinámica socio espacial de los Balcanes. Una mirada geográfica de su historia (pp. 144-162) 157
su personal, a la vez que la OTAN bombardeó almacenes militares serbios
para medir fuerzas (Sánchez Hernández, 2005). Con estos hechos el com-
plejo sistema de pedidos de autorización para que la OTAN bombardee,
que dio lugar a matanzas cometidas por los serbios, entró en crisis y París
alentó que Europa diera paso a Estados Unidos para que se ocupara del
conflicto.
Estados Unidos intervino con el Acuerdo de Dayton que pactó el alto al
fuego. Como resultado de la guerra, Bosnia-Herzegovina fue dividida en
partes casi iguales entre la República Serbia de Bosnia (República SRPS-
KA que incluye Srbrenica, por lo cual pareciera que justifica la limpieza
étnica) y la Federación Musulmano-Croata (Sánchez Hernández, 2005).
Milosevic pactó con Estados Unidos controlar que los serbo-bosnios res-
peten el acuerdo, pero poco tiempo después atacó a Kosovo.
Distinto fue el desarrollo de los acontecimientos en la Guerra de Kos-
ovo (1998- 1999), donde Estados Unidos prontamente incitó a la OTAN a
intervenir, con el respaldo de países europeos. Luego de la supresión de su
autonomía en 1988 los albaneses de Kosovo vivían un apartheid bajo el
control de la minoría serbia; no obstante se mostraron pacíficos hasta 1998
(Sánchez Hernández, 2006).
Puede considerarse que en Kosovo los enfrentamientos no fueron in-
terétnicos, sino intencionales a modo de guerrilla por el UCK (en albanés
Ejército de Liberación de Kosovo, en español ELK, que se había gestado
en las zonas rurales y se movía en comando atacando civiles y militares
serbios en las carreteras). Su objetivo era incentivar el accionar del ejér-
cito de Belgrado y así dejar ante el mundo a los serbios como asesinos y
conseguir una pronta intervención internacional para iniciar el camino de
independencia (Sánchez Hernández, 2006; Kullashi, 1995).
Milosevic envió tropas y los albano-kosovares dejaron sus casas como
refugiados, una imagen que transmitida en las cadenas televisivas del mun-
do ayudó al UCK a obtener el apoyo internacional. La OTAN bombardeó
Belgrado y Milosevic retiró las tropas. Tiempo después, analistas interna-
cionales dieron cuenta que esta retirada de tropas por parte de Milosevic
fue una estrategia, puesto que los días posteriores esos lugares fueron ocu-
pados por el UCK y así las tropas serbias retornaron a enfrentarlos (Sán-
chez Hernández, 2006).
Iniciado el año 1999, el UCK asesinó policías y militares serbios en la
localidad de Racak con la intensión que los serbios se vengaran y así fue
que los serbios realizaron la Matanza de Racak. Luego de la matanza, en el
holandeses de la ONU que no pudieron mostrar resistencia; los cuerpos fueron encontrados en
fosas comunes (Sánchez Hernández, 2005).

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Castillo de Rambuillet cercano a París, la OTAN con Estados Unidos y los
países europeos iniciaron la negociación entre serbios y albano-kosovaros.
Estados Unidos años más tarde reconoció que el acuerdo fue una provo-
cación para Serbia (debido a la autonomía que concedía a Kosovo) para
poder iniciar los ataques contra Belgrado, en la que fue la única guerra
totalmente aérea de la historia (Sánchez Hernández, 2006).
De marzo a junio de 1999 la OTAN ganaba la guerra aérea al bombar-
dear puntos seleccionados de Serbia y Belgrado; mientras que los serbios
provocaban matanzas y expulsiones en tierra de los albano-kosovares, que
debían ser refugiados en los países europeos (Sánchez Hernández, 2006).
En un inicio la guerra se alargó puesto que los serbios parecían tener infor-
mación de los lugares que serían atacados, por lo cual preparaban su defen-
sa aérea. Tiempo después un diplomático francés reconoció haber filtrado
información. Luego que los serbios perdieron a su informante el comienzo
del fin de la guerra se inició.
Cuanto más duraba la guerra aérea, por el costo económico y la peli-
grosidad, más tensa se hacía la relación al interior de la OTAN y por ello
se permitió la entrada de Rusia para la negociación (Sánchez Hernández,
2006). A diferencia de lo pensado por Milosevic, Rusia no lo apoyó y por el
contrario constituyó la implementación del Plan de Paz Conjunto de Rusia
y la OTAN, que estableció que el proceso de paz sería siempre supervisado
por la ONU y Kosovo seguiría formando parte de Yugoslavia. Finalmen-
te, Kosovo de facto proclamó su independencia en el año 2008 (Ferreira,
2015). La antigua Yugoslavia terminó su proceso de secesión con la inde-
pendencia de Montenegro mediante referéndum en el año 2006.

La nostalgia como medio de cohesión

El período actual, merece ser considerado por la particularidad que


ciertos autores evidencian sobre la nostalgia como el medio de cohesión.
Aunque, el apartado es abordado de manera sucinta, debido a la incipien-
te notoriedad que distintos autores otorgan a este fenómeno denominado
“yugonostalgia”. En el presente, los países de la antigua Yugoslavia se en-
cuentran en el proceso de integración a la Unión Europea. No obstante,
con la irrupción de la crisis económica en el continente, la imagen de Tito
resurge.
Tras el ingreso a la UE de Eslovenia y posteriormente de Croacia en el
año 2013, muchos sienten nostalgia por la época comunista. El sentimien-
to se evidencia más entre ancianos y jóvenes, que en definitiva añoran el

Huellas n° 20 (2016) | Dinámica socio espacial de los Balcanes. Una mirada geográfica de su historia (pp. 144-162) 159
llamado comunismo suave de Tito, que no privaba de ciertas libertades y
aseguraba certezas sociales como vivienda, salud, educación y empleo (Es-
tepa, 2013). Seguridades perdidas con el ingreso al capitalismo, es decir a
la economía de mercado, producto del proceso en paralelo de la fractura de
la antigua Yugoslavia y la caída del régimen comunista. El pasado se cubre
de un relato en el que se manifiestan bondades de antaño, tales como la
convivencia y coexistencia pacífica entre las etnias y, pese a que los serbios
tenían algunos beneficios, al final se vivía mejor que ahora con la agravada
crisis económica (Estepa, 2013).
La yugonostalgia además se sustenta en la postura que la democracia no
funciona, por el descreimiento respecto a los políticos que son considerados
elites interesadas en el dinero. Pareciera que es una postura cultural más
que política (Derens, 2011), que no implica el regreso a la conformación de
Yugoslavia sino que remarca las diferencias y las ideologías que perduran
en esos países, en los que además de las distinciones étnicas y religiosas,
las divisiones políticas y las desigualdades económicas mantienen enemis-
tado, aunque de manera simbólica, a distintos grupos de la sociedad.

Reflexiones finales

La dinámica socio espacial en los Balcanes que evidencia su comple-


jidad en los conflictos bélicos ocurridos durante el siglo XX se acentúa
hacia el final de dicha centuria, donde las guerras ocurridas mostraron al
mundo niveles de violencia y brutalidad que luego de la Segunda Guerra
Mundial distintos países habían acordado no repetir, mediante la confor-
mación de organismos internacionales. No obstante, como en el artículo se
hizo mención, la complejidad es producto de un proceso histórico, donde
la diversidad étnica y religiosa ha sido sometida a las presiones internas
por intereses políticos y económicos, a su vez acompañados por intereses
de otros países.
Con ello, los nacionalismos, resentimientos históricos producto de en-
frentamientos pasados, el temor a vivir en minoría y la situación económi-
ca propia de la caída del régimen comunista propició la limpieza étnica y
el genocidio en la región. Cabe mencionar, que estrategias de propaganda
militar similares a las empleadas en la Segunda Guerra Mundial fueron
implementadas en las Guerras Yugoslavas. Pero no es la única similitud,
puesto que las alianzas germano-croata y franco-serbia que se establecie-
ron en las contiendas de principio de siglo fueron retomadas hacia inicio
del siglo XXI.

160 María Belén Kraser | Huellas n° 20, ISSN: 0329-0573 (impresa) / 2362-5643 (en línea)
El abordaje de estos conflictos en el avance del pensamiento crítico
invita a debatir sobre el “por qué” de hechos de tal crueldad cuando las
potencias mundiales luego de 1945 acordaron evitarlos. Como también re-
flexionar el papel que desde entonces adquieren las “guerras televisadas”
para la “Imposición de la Paz” por medios bélicos, pacificación que justifi-
ca como necesario y legal el accionar de las potencias militares en distintas
partes del mundo en el transcurso de este siglo XXI.
En el contexto actual es el concepto de yugonostalgia el que contribuye
al debate. Puesto que si bien en la actualidad simplemente pareciera ser un
sentimiento de añoranza hacia el pasado, hacia las seguridades sociales que
el régimen comunista brindaba, en la realidad no se sabe aún cuán profun-
do puede ser, ni tampoco las acciones que puede conllevar si constituye un
factor de cohesión entre los grupos. Distintos especialistas dan cuenta que
en el futuro podrían ocurrir nuevos conflictos en la zona balcánica, debido
a que los resentimientos y malestares pueden permanecer solapados du-
rante tiempo indefinido, pero cuando algún medio de unión, como podría
ser incluso la denominada yugonostalgia, aglutina seguidores y exacerba
los nacionalismos, los distintos factores vinculados que en el artículo se
han tratado pueden hacerse presentes para una vez más en la historia de la
región quebrar la paz.

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162 María Belén Kraser | Huellas n° 20, ISSN: 0329-0573 (impresa) / 2362-5643 (en línea)
Artículo

8
El abordaje del avance de la frontera
agrícola desde la mirada de dos libros
de texto de educación secundaria

Melina Ivana Acosta1


Universidad Nacional de La Pampa

@ [ meliacosta24@gmail.com ]

Fecha de recepción: 30/06/16


Fecha de aprobación: 22/08/16

Cita sugerida: Acosta, M. (2016). El abordaje del avance de la frontera agrícola des-
de la mirada de dos libros de texto de educación secundaria. Revista Huellas Nº 20,
Instituto de Geografía, EdUNLPam: Santa Rosa. Recuperado a partir de: http://cerac.
unlpam.edu.ar/index.php/huellas

DOI: http://dx.doi.org/10.19137/huellas-2016-2009

Resumen
El presente trabajo tiene como objetivo analizar y comparar dos propues-
tas editoriales de libros de texto para el tercer año de la Educación Se-
cundaria acerca del avance de la frontera agrícola en la Argentina. Ambas
expresan los puntos de vista de autores de origen académico, fundamen-
talmente de la disciplina geográfica y otras Ciencias Sociales. El propósito
es analizar si se evidencia la relación entre los saberes propuestos por el
curriculum provincial, las propuestas editoriales y las perspectivas de los
autores que estudian la problemática. A partir de esta premisa, ¿será posi-
ble la enseñanza y el aprendizaje de la temática desde diversas posturas y
enfoques a partir de la geografía social y crítica y, a su vez, que recupere
los lineamientos de la Ley de Educación Nacional (LEN)? En relación al
propósito planteado es fundamental propender a una mirada integral que
atienda la interpretación de las lógicas territoriales de los sujetos sociales.
Ello posibilitará la comprensión de las diversas miradas y las múltiples
dimensiones económico-productivas, políticas, socio-demográficas, cultu-
rales y ambientales, que entran en juego en el proceso de sojización del
campo argentino.

Palabras clave: Geografía, enseñanza, avance de la frontera agrícola, pro-


puestas editoriales.

1 Profesora de Geografía (UNLPam), docente auxiliar e investigadora del Departamento e Ins-


tituto de Geografía de la Universidad Nacional de la Pampa.

Huellas n° 20 (2016) | El abordaje del avance de la frontera agrícola desde la mirada de dos libros de texto... (pp. 163-186) 163
Approaching the advance of the agricultural border
as presented by two High School textbooks

Abstract
This paper aims at analyzing and comparing two textbooks designed for the
third year of High School as regards the way in which they approach the ag-
ricultural border advance in Argentina. Both textbooks express the points
of view of academic writers, mainly from the field of Geography but also
from other Social Sciences as well. Our purpose is to analyze whether the
relationship between the type of knowledge proposed by the curriculum of
the province of La Pampa and the proposals introduced by the textbooks
through the authors’ perspectives is made evident. Departing from this
premise, then, we can introduce the following question: Will it be possible
to teach and learn this topic from different perspectives and approaches
based on the tenets of Social and Critical Geography, taking into account
what the National Law of Education (LEN) prescribes? In reference to the
proposed aim it will be of crucial importance to promote a comprehensive
approach which might lead to a better understanding of the territorial
logic of the social subjects. This will in turn lead to understand the differ-
ent points of view and the multiple dimensions: economic-productive, po-
litical, socio-demographic, cultural and environmental which play differ-
ent roles in the process of soybean production in Argentina’s rural areas,
known in Spanish as “sojización.”

Keywords: geography – teaching – advance of the agricultural border –


text-books proposals.

A abordagem do avance da fronteira agrícola desde


um olhar dos livros de texto da educação secundária

Resumo
Este trabalho tem como objetivo analisar e comparar duas propostas edi-
toriais de livros de texto para o terceiro ano da Educação Secundária sobre
o avance da fronteira agrícola na Argentina. Ambos expressam os pontos
de vista de autores de origem acadêmico, fundamentalmente da disciplina
geografia e outras Ciências Sociais. O propósito é analisar se manifesta a
relação entre os saberes propostos no Curriculum provincial, as propostas
das editoriais e as perspectivas dos autores que estudam a problemática. A
partir da premissa será que é possível o ensino-aprendizagem da temática
desde diversas posturas e enfoques, da geografia social e critica e, por
sua vez, que recupere as ações propostas na Lei de Educação Nacional
(LEN)? Em relação com isto é que se propõe um olhar integral que atenda a
interpretação das logicas territoriais dos sujeitos sociais. Isso possibilitará
a compreensão dos diversos olhares e das múltiplas dimensões econômico-
produtivas, políticas, sóciodemográficas, culturais e ambientais que en-
tram em jogo no processo de sojização do campo argentino.

Palavras chave: Geografia, ensino, avanço da fronteira agrícola, propostas


editoriais.

164 Melina Ivana Acosta | Huellas n° 20, ISSN: 0329-0573 (impresa) / 2362-5643 (en línea)
Introducción2

on el propósito de incorporar la mirada crítica y reflexiva requerida


C por los estudiantes para comprender la realidad social, desde la ense-
ñanza de las Ciencias Sociales y, en particular de la Geografía, los docentes
debemos generar propuestas educativas verdaderamente inclusivas, que re-
flejen los supuestos que imprime la Ley de Educación Nacional (LEN) en
su artículo Nº 30, el cual sostiene que la Educación Secundaria “(…) tiene
la finalidad de habilitar a los/las adolescentes y jóvenes para el ejercicio
pleno de la ciudadanía, para el trabajo y para la continuación de estudios”
(LEN, 2006: 6). Por ello resulta indispensable formar a los estudiantes de
educación secundaria en la construcción de un pensamiento crítico que
amplíe sus conocimientos a partir de diversas miradas sobre temas y pro-
blemas actuales desde la perspectiva de una geografía renovada.
Los materiales curriculares en la provincia de La Pampa se organizan
en diferentes escalas de análisis para el abordaje de la Geografía. Aquí se
hará referencia a Argentina, como espacio particular de interés de tercer
año del Ciclo Básico de la Educación Secundaria Obligatoria.
El presente trabajo tiene como objetivo analizar y comparar dos pro-
puestas editoriales de libros de texto acerca del avance de la frontera agrí-
cola en la Argentina. Estas propuestas expresan los puntos de vista de au-
tores de origen académico, fundamentalmente de la disciplina geográfica y
otras Ciencias Sociales.
Asimismo, se indaga la relación entre los saberes propuestos por el
curriculum provincial, las propuestas editoriales y los argumentos de los
autores que estudian la problemática. Para ello, se seguirá el enfoque teó-
rico al que adhiere María Eugenia Comerci (2015) en su libro “Múltiples
territorialidades en el campo argentino. Geografía, procesos y sujetos”.
Particularmente, en el Capítulo III se analizan los discursos y posturas que
han adoptado los autores académicos en el abordaje del avance de la fron-
tera agropecuaria en Argentina. Desde la mirada productivista se justifica
el avance para aumentar los niveles de producción a partir de una serie de
discursos –que recuperan la conceptualización de formas discursivas plan-
teadas por Javier Balsa (2006)-:

2 Este artículo está enmarcado en el Proyecto de Investigación “La enseñanza de la Geografía.


portes teóricos, curriculum, prácticas, sujetos”. Se desarrolla en el marco del Programa de
Investigación “Contextos territoriales contemporáneos: abordajes desde la Geografía” Apro-
bado por Resolución N° 093-14 - CD - FCH – UNLPam, con fecha de inicio el 1/1/2014.
Directora: Cristina Nin.

Huellas n° 20 (2016) | El abordaje del avance de la frontera agrícola desde la mirada de dos libros de texto... (pp. 163-186) 165
a) uno tendiente a miradas conservadoras liberales que consideran ne-
cesaria la modernización económica dejando actuar libremente el
mercado y sin intervención pública;
b) otras perspectivas utilizan discursos tecnologizantes, los cuales
plantean que la incorporación de nueva tecnología puede minimizar
los daños ambientales y,
c) los discursos institucionalistas que sostienen que mediante la gene-
ración de políticas públicas y nuevas instituciones pueden atenuarse
los impactos de la expansión (Comerci, 2015: 69).

Por otro lado, “El corrimiento de la frontera agropecuaria dentro del es-
pacio pampeano y fuera de él es analizado críticamente desde los enfoques
ambientalistas” que consideran necesario analizar el avance desde pers-
pectivas sociopolíticas y ecológicas, desde discursos que enfatizan en un
paradigma “ecológico, agroecológico, y centrado en el conflicto” (op. cit,
70). A partir de esta premisa, ¿será posible la enseñanza y el aprendizaje
de la temática desde diversas posturas y enfoques a partir de la geografía
social y crítica y a su vez, que recupere los lineamientos de la LEN?
En relación al propósito planteado es fundamental propender a una mi-
rada integral que atienda la interpretación de las lógicas de los sujetos so-
ciales. Ello posibilitará la comprensión de las múltiples dimensiones econó-
mico-productivas, políticas, socio-demográficas, culturales y ambientales,
que entran en juego en el proceso de sojización del campo argentino. En
este contexto, cabe indagar sobre las intencionalidades en la presentación
de los temas a abordar en los libros de texto y debe considerarse que,

(…) de todas maneras, a veces perdemos de vista que el objeto “libro de


texto” o “manual” no es más que eso, un objeto. Cargado de ideología,
de contenidos, de imágenes, de actividades, de potencialidades educati-
vas. Pero no deja de ser un objeto que, como cualquier otro objeto, no
es “nada” en sí mismo. Depende del uso que se haga de él. Un buen libro
de texto, mal utilizado, puede no generar ni buenas enseñanzas ni buenos
aprendizajes. Y, contrariamente, un mal libro de texto, bien utilizado, pue-
de generar excelentes aprendizajes (Pagés, 2009: 2).

A partir de este postulado, se debe tener en cuenta que los libros de texto
constituyen solo una herramienta de trabajo, el rol protagónico lo adquiere
el docente en la toma de decisiones y en la elección, en su uso o abuso en
función de su práctica profesional. El proceso de enseñanza y aprendizaje
debe revelar la realidad tal cuál es con sus tensiones, conflictos, luchas de
poder, y no manifestar una visión sesgada que favorezca sólo los intereses

166 Melina Ivana Acosta | Huellas n° 20, ISSN: 0329-0573 (impresa) / 2362-5643 (en línea)
de los sectores hegemónicos. Como sostiene Fernández Caso, el trabajo de
saberes clave como:

la desigualdad y el conflicto continúa siendo una asignatura pendiente


en nuestras aulas (…) temas de máxima vigencia en las agendas geográfi-
cas contemporáneas y en los foros de debate social y político de nuestros
países, cuando se introducen como contenidos de enseñanza, no suelen
presentarse con la apertura, historicidad, complejidad y pluralidad que re-
quiere su tratamiento (Fernández Caso, 2008: s/n).

Entonces, caben plantearse los siguientes interrogantes:¿qué posturas


y miradas predominan en los libros de texto? ¿Están en concordancia los
discursos académicos con las propuestas editoriales de la enseñanza se-
cundaria en referencia al avance de la frontera agropecuaria en Argentina?
¿Desde dónde se aborda el avance de la frontera agrícola? ¿Existe una o va-
rias perspectivas de análisis que generen tensiones internas en los textos?
La Geografía, en las últimas décadas ha presentado transformaciones
en los ámbitos académicos que progresivamente se han comenzado a visi-
bilizar en la disciplina escolar a través de cambios curriculares recientes.
Los desafíos que implican los contextos actuales de enseñanza en los
que las prácticas educativas atienden a la inclusión, requiere de un mayor
compromiso social por parte de los docentes para lograr aprendizajes sig-
nificativos en los estudiantes, que contribuyan a una mejor interpretación
de la realidad social.
Por tratarse de una primera aproximación al tema se seleccionaron dos
propuestas editoriales. La elección de las mismas obedece a la mayor di-
fusión de ellas entre los docentes y en el ámbito escolar, además de en-
contrarse disponibles en las bibliotecas de los colegios secundarios de la
provincia3.

Reflexiones teóricas en torno a la


problemática del avance de la frontera agraria

La soja se ha transformado en el primer producto agrícola de expor-


tación de Argentina, siendo la región pampeana la zona núcleo por exce-
lencia. El aumento en la producción se manifiesta con mayor énfasis en

3 Las propuestas editoriales seleccionadas son “Geografía. Sociedad y naturaleza en la Argenti-


na” (2014). Serie Huellas 3. Buenos Aires: Editorial Estrada, y “Geografía. Espacios geográ-
ficos de la Argentina” (2013). Serie Conocer más. Buenos Aires: Ediciones Santillana.

Huellas n° 20 (2016) | El abordaje del avance de la frontera agrícola desde la mirada de dos libros de texto... (pp. 163-186) 167
la década de 1990 en detrimento de los cereales y del ganado, proceso
conocido como “agriculturización”. El fin de la convertibilidad, el aumento
del precio internacional de la oleaginosa y la incorporación de tecnología,
son los principales factores que explican el avance de la frontera agrícola
hacia espacios extrapampeanos. Como consecuencia, se constituyó hasta la
actualidad en una fuente de divisas muy importante para el país. Además,
en los últimos años se ha incrementado la demanda internacional del poro-
to de soja y sus derivados como harinas, aceites, pellets, cuyos principales
mercados de exportación son China e India, y en menor medida, Europa.
En este circuito productivo participan toda clase de agentes económicos
que establecen múltiples relaciones entre ellos. La producción comienza
a crecer y se instala un complejo agroindustrial que vincula a los produc-
tores, proveedores de materias primas, contratistas, empresas industriales,
exportadores, transportistas, comercios, entre otros (Reboratti, 2010).
Sin embargo, esta expansión del cultivo de la soja en el país, llamado
proceso de “sojización”, trae aparejado consecuencias ambientales y socia-
les que lo convierten en una producción discutida por diversos sectores y
defendida por otros.
Algunos de los interrogantes que guían el análisis son: ¿Por qué crece y
se expande el cultivo de la soja? ¿Para quiénes se produce soja? ¿Qué es el
proceso de monocultivo sojero o sojización del campo argentino? ¿Cuáles
son las consecuencias e impactos que ocasiona su producción? ¿Qué rol
cumplen los diversos sujetos sociales en este “circuito productivo”?¿Qué
debates y conflictos se generan en torno a esta problemática?
Reboratti (2010) explica que a partir del incremento de la demanda ex-
terna se produce un aumento del valor de los commodities. A partir de aquí,
se incorporaron al escenario económico “los nuevos productores” que han
encontrado un contexto económico y político favorable para la incorpo-
ración de prácticas productivas en espacios con condiciones ambientales
propicias y la utilización de tecnología aplicada.
La aparición de nuevos actores sociales modifica la estructura produc-
tiva que provoca un reemplazo de los cultivos tradicionales, un avance
desmedido de la agricultura en áreas pampeanas y además, el desplaza-
miento del stock ganadero hacia áreas extrapampeanas lo que causa una
disminución y una relocalización de los mismos hacia las denominadas
áreas marginales y “espacios de borde” (Comerci, 2015).
En relación a lo mencionado, los productores ganaderos debieron, en
algunos casos, utilizar métodos como el engorde a corral en superficies
pequeñas como feedlots, que requieren de una alta inversión para poner en
marcha ese tipo de producción.

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Las “nuevas agriculturas” (Reboratti, 2010) demandan de la utilización
de un paquete tecnológico que incluye a las semillas genéticamente modi-
ficadas, a la que no todos los productores pueden acceder y que, además de
la obtención de la semilla RR, requiere de la obtención de maquinarias y
del agroquímico o herbicida “glifosato” que es el único que puede combatir
las malezas y plagas que compiten con la soja.
El sistema conocido como “agronegocios” (Teubal, 2006) vincula al
complejo agroexportador, grandes productores sojeros, las empresas mul-
tinacionales proveedoras de semillas transgénicas, entre otros sujetos como
los pools de siembra. En este sentido, estos fondos de inversión, que cuen-
tan con capitales de orígenes diversos para arrendar campos, tienen por ob-
jeto aumentar la productividad de las tierras e incrementar su rentabilidad
con la puesta en producción de grandes extensiones.
A partir de este razonamiento, el complejo agroindustrial cobró impor-
tancia ya que aglutinaba productores y comercializadores de insumos, fa-
bricantes de aceites, transportistas, entre otros. Los productores cuentan
con dos destinos para su producción: vender los granos a las aceiteras o
comercializar la exportación con las empresas multinacionales. El boom
del modelo sojero supone una “agricultura sin agricultores” (Teubal, 2006)
y nuevas formas de lógicas empresariales con la incorporación de mega-
productores que implica la incorporación de servicios terciarizados en re-
lación a información y marketing, y el arrendamiento y compra de tierras
a expensas de los pequeños productores y campesinos. El ámbito rural se
convierte, por lo tanto, en un “desierto verde” (Gras y Bidaseca, 2010) con
pueblos y campos despoblados, sin familias ni trabajadores rurales, que
engrosan las listas de desocupados, aumentan la brecha social, generan
mayor pobreza en espacios urbanos y provocan profundas fragmentaciones
en los territorios.
Entre las consecuencias de este proceso se pueden mencionar: la trans-
formación de un modelo tradicional en uno basado en el “agrobusiness”,
la disminución de la agricultura familiar, la creciente dependencia del pro-
ductor agropecuario de las empresas transnacionales por la adquisición del
paquete tecnológico, y la pérdida de soberanía alimentaria (Teubal, 2006).
En estas relaciones desiguales de poder que manifiesta el proceso de
“sojización” entre los diversos sujetos, se suscitan conflictos y tensiones
en los territorios,

(…) el Estado nacional, vía impositiva, pretendió quedarse con un por-


centaje de la renta para re-dirigirlo a políticas sociales y desencadenó el
llamado “conflicto del campo”, en el año 2008, entre sojeros liberales y el

Huellas n° 20 (2016) | El abordaje del avance de la frontera agrícola desde la mirada de dos libros de texto... (pp. 163-186) 169
Estado. Como resultado de las disputas por el uso del suelo y el destino
de la renta, se han incrementado los conflictos. La crisis política entre el
Estado y los sojeros por el incremento de las retenciones no generó ningu-
na medida que limitara la producción de soja ni el control de los grandes
productores (Comerci, 2015: 144).

En este sentido, Manzanal y Arzeno invitan a pensar que quienes se pu-


sieron al frente del conflicto “del campo” no representaban los intereses de
la mayoría de los productores sino que formaban parte de los que pretenden
la exclusión y el despojo de los pequeños productores del agro argentino,
que con su escasa capacidad productiva no pertenecen al modelo de desa-
rrollo dominante (Manzanal y Arzeno, 2010).
Asimismo, se expresan otros conflictos, que las autoras denominan
“conflictos territoriales”, en los que se generan situaciones problemáticas
en torno a las intencionalidades de los actores sociales por los recursos na-
turales y las condiciones de producción y seguridad ambiental. En este sen-
tido, los conflictos y tensiones se expresan sobre recursos como la tierra,
el agua, la minería, la biodiversidad, la infraestructura. En gran medida,
estas disputas enfrentan a pequeños productores, campesinos, comunida-
des indígenas, organizaciones de distinto tipo, ambientalistas, religiosas,
sindicales, de apoyo a pequeños productores, con los sectores relacionados
con el poder dominante (Manzanal y Arzeno, 2010).
En relación a las posturas agroecológicas que explican el avance de la
frontera agropecuaria, se encuentran los estudios realizados por Viglizzo
y Jobbágy, especialistas del INTA, cuyas investigaciones sobre el periodo
1956 y 2005 señalan que los frentes más activos de avance se registraron
desde el centro del país con dirección sin pausa sobre tierras naturales, tierras
boscosas y de pastoreo del Gran Chaco, del Noroeste y del Noreste argentino
(Viglizzo y Jobbágy: 2010). De igual modo, los autores afirman que,

(…) la expansión territorial de los cultivos de secano en Argentina ocurrió a


expensas de las tierras de bosques (-18,4 %) y pastizales/pasturas (-6,8 %).
No obstante, el área de pastizales/pasturas experimentó incrementos persis-
tentes en las eco-regiones Chaco, Bosque Atlántico y Esteros, lo cual es indi-
cativo que ellas han sido receptoras de cabezas bovinas desplazadas desde las
eco-regiones de Pampa y Espinal (Viglizzo y Jobbágy; 2010: 12).

A partir de la perspectiva de los enfoques críticos se analiza el avance


de la frontera agrícola en la región pampeana y la consecuente valorización
de los espacios extrapampeanos. Las redefiniciones de las relaciones de
poder dentro de la estructura del agro a partir de la incorporación de nue-

170 Melina Ivana Acosta | Huellas n° 20, ISSN: 0329-0573 (impresa) / 2362-5643 (en línea)
vas tierras para la producción suponen profundas transformaciones en las
prácticas productivas que generan resistencias y luchas por parte de los di-
versos sujetos y configuran profundas desigualdades territoriales. Por otro
lado, los lineamientos productivistas, institucionalistas y tecnologizantes
justifican este proceso expansivo bajo el enfoque de un discurso moder-
nizador que esconde y naturaliza relaciones desequilibradas de poder y el
orden desigual establecido entre los sectores del agro argentino.
Respecto a las líneas de investigación de las instituciones agropecua-
rias, Gras y Hernández (2013) manifiestan que éstas aluden a una “revo-
lución paradigmática ”relacionada con una “agricultura innovadora” que
se desarrolla en la segunda mitad de los ’90. El modelo del agrobusiness
revela una multiplicidad de dimensiones involucradas como los cambios
tecnológicos, productivos, sociales e identitarios que se articularon en una
dinámica particular de modo que terminaron por reconfigurar el mundo
rural argentino.
A nivel productivo, se impuso de manera progresiva un “modelo soje-
ro” que reemplazó parcialmente cultivos tradicionales de la región pam-
peana como el trigo y el maíz. Estas lógicas de producción impusieron
nuevas formas de organización del trabajo y de apropiación de los recursos
(Gras y Hernández, 2013).
(…) Esto constituyó una inflexión a nivel de los procesos productivos (in-
troducción a la siembra directa, tecnologías de precisión, uso de semillas
transgénicas, etc.) y también se innovaron radicalmente los procesos de
gestión (nuevas tecnologías de la comunicación e información, profesiona-
lización de la administración, organización de empresas en red, integración
con la industria, modo de almacenamiento de los granos, lógicas de comer-
cialización de los insumos, etc.) (Gras y Hernández, 2013: 18).

Desde los medios masivos de comunicación también se aprecia una ten-


dencia a sostener discursos productivistas. Por caso, en una nota publicada
por el diario Clarín en febrero de 2004, se puede leer en su editorial, bajo
el título “Los beneficios que trae la expansión sojera”, que la demanda in-
ternacional de la oleaginosa y la mejora de los precios internacionales tuvo
un impacto notable en la economía del país. Las exportaciones de soja sig-
nifican un cuarto de los embarques argentinos e implican más de un 10%
de los ingresos fiscales debido a los derechos de exportación (retenciones).
El proceso, acompañado por un importante paquete tecnológico más una
agroindustria integrada, colocó a Argentina como líder del “mercado mun-
dial de pellets y aceite de soja (…) Esto generó un efecto muy positivo
sobre el interior del país, al motorizar la demanda de maquinaria agrícola,

Huellas n° 20 (2016) | El abordaje del avance de la frontera agrícola desde la mirada de dos libros de texto... (pp. 163-186) 171
camiones, agroquímicos, y todo lo relacionado con la producción. También
movió a la construcción y el consumo, la venta de vehículos y el uso de
servicios en las provincias” (Diario Clarín, 13 de febrero de 2004). Asi-
mismo, en otro artículo, en este caso del suplemento Clarín Rural, titulado
“Destacan que la soja local tiene un futuro promisorio”, también se aprecia
un claro discurso productivista y tecnologizante. Por un lado, se enfatiza
la cada vez mayor productividad del cultivo, que ante igual superficie au-
menta su rendimiento. Por otro lado, este proceso se asienta sobre nuevas o
mejoradas técnicas y prácticas agronómicas, pero sobre todo en desarrollos
genéticos y biotecnología. Del mismo modo, el discurso oficial presente en
la nota a través de representantes de la Asociación de la Cadena de la Soja
(ACSOJA), señala los usos no solo comestibles e industriales (lecitina,
biodiesel, lubricantes) de sus derivados sino también otras propiedades:
“Aquí el beneficio no es solo ambiental, sino que también se da en cuanto
a propiedades que el aceite de soja tiene para el mejor funcionamiento de
ciertas máquinas (…) Consumir más soja tiene beneficios para la salud
humana, en aspectos cardiovasculares, como en la prevención del cáncer
[sic]” (Fuentes, E. en Suplemento Clarín Rural, 21 de mayo de 2015).
Evidentemente, se observan diferentes discursos más allá de sus mati-
ces, unos más críticos, otros productivistas, sobre el modelo sojero y sus
implicancias en los diversos aspectos atinentes a su producción. El debate
está planteado y los argumentos en torno al monocultivo de la soja siguen
generando fuertes controversias en los distintos sectores.

El curriculum de la provincia de La Pampa


y la mirada desde la perspectiva ambiental

¿Qué nos revela el curriculum de la provincia de La Pampa en relación


a la problemática del avance de la frontera agraria para tercer año del Ciclo
Básico? ¿Desde qué ejes de análisis se puede abordar? Los materiales cu-
rriculares de La Pampa para 1°, 2° y 3° año del Ciclo Básico plantean los
siguiente ejes de abordaje de los conocimientos disciplinares: “Procesos
de organización territorial”, “La construcción social de los ambientes y las
problemáticas ambientales”, “Los sujetos y actores gestionan y construyen
el territorio”, y “Procesos de integración/fragmentación”. En el caso del
tema que nos ocupa, se puede estudiar de manera transversal. En función
del enfoque de los materiales, y considerando que su abordaje es posible
desde la interrelación de los ejes, es oportuno el análisis desde el segundo
y tercer ejes presentados. En el caso de “Los sujetos y actores sociales

172 Melina Ivana Acosta | Huellas n° 20, ISSN: 0329-0573 (impresa) / 2362-5643 (en línea)
gestionan y construyen el territorio”, presenta un saber4 específico sobre
“La comprensión y explicación de la organización de los espacios rurales
en la Argentina, caracterizando las actividades económicas primarias y los
circuitos productivos regionales, atendiendo especialmente a los distintos
actores que en ellos participan” (Materiales Curriculares, 2009: 46).
En función de “La construcción social de los ambientes y las problemá-
ticas ambientales” el saber específico que involucra la problemática de la
soja en Argentina se relaciona con,

El conocimiento de diferentes ambientes de la Argentina, la comprensión


y explicación del carácter histórico y social de las distintas formas de va-
lorización y aprovechamiento de los recursos naturales; reconociendo las
problemáticas ambientales más importantes, los actores sociales involucra-
dos, las principales políticas ambientales y las diferentes escalas geográficas
implicadas (Materiales Curriculares, 2009: 40).

La construcción de los territorios supone la intervención de diversas


dimensiones –sociales, ambientales, políticas, económicas, culturales–
que le otorgan significatividad, cargados de sentido y simbolismos. La
relación de esos elementos dan lugar a la superposición de territorialida-
des y a la conformación de una trama compleja de relaciones de poder
que generan tensiones por el control y el dominio del territorio (Comerci,
2015). A su vez, se generan nuevas relaciones que producen procesos
complejos que

(…) son multidimensionales –en tanto abarcan al conjunto de las dimen-


siones de la vida social y a sus múltiples interrelaciones–, multiescalares
–en tanto implican variadas escalas temporales y espaciales para su análisis
y resolución– y multijurisdiccionales –al requerir para su gestión y gobier-
no de un conjunto amplio de actores, decisiones, regulaciones y normas–
(Gurevich, 2005: 19).

Estos temas pertenecen a la renovada agenda de temas desde la pers-


pectiva de la Geografía crítica, que resultan relevantes para vincular los
aspectos económicos, sociales, políticos y culturales. Representan un “dis-
parador” para comenzar con el abordaje de la problemática y derivar en las
demás dimensiones analíticas para su explicación y reflexión.

4 Saberes: conjunto de procedimientos, conceptos y actitudes que mediados por intervenciones


didácticas en el ámbito escolar, permiten al sujeto, individual o colectivo, relacionarse, com-
prender y transformar el mundo natural y sociocultural (Materiales Curriculares, Ministerio
de Cultura y Educación de La Pampa, 2009: 5).

Huellas n° 20 (2016) | El abordaje del avance de la frontera agrícola desde la mirada de dos libros de texto... (pp. 163-186) 173
Como manifiesta Gurevich (2011):

“Crear y llevar a cabo propuestas de enseñanza en materia ambiental contri-


buye a la construcción de valores democráticos y de proyectos colectivos que
se aproximan a solucionar, de modo más justo e igualitario, los conflictos que
afectan las condiciones ambientales de las distintas comunidades” (Gurevich,
2011: 17). Se trata de pensar “la problemática ambiental como la expresión
compleja y contradictoria de las acciones de sujetos sociales concretos en de-
terminadas coordenadas históricas (…) se trata de analizar críticamente temas
como el poder, y los estilos de desarrollo, la política y los sistemas institucio-
nales, la distribución de bienes y de la riqueza (Gurevich, 2011: 18).

En efecto, plantear la temática ambiental, como problemática que vin-


cula las acciones de los sujetos sociales sobre el ambiente y los territorios,
invita a pensar propuestas para desarrollar en el aula en el que se planteen
interrogantes, inquietudes y posibles soluciones que cuestionen y pongan
en debate el modelo de producción de la “República Sojera”.
En este sentido, y en concordancia con la LEN que supone en su artí-
culo N°3 “profundizar el ejercicio de la ciudadanía democrática”, es nece-
sario otorgarles a los estudiantes un amplio abanico de posturas teóricas y
metodológicas que permitan acrecentar el espectro de opiniones y generar
discusiones en temas políticos, sociales y dilemas éticos. Estas son he-
rramientas que brinda una Geografía, que se presenta como renovada y
que pretende reflexionar sobre los diversos contextos socio-culturales y
las intencionalidades de los sujetos sociales a partir de poner en práctica el
pensamiento crítico y la argumentación, y así obtener una visión integral
de las diversas miradas de la realidad.

Análisis de las propuestas editoriales

En este apartado se propone el análisis de dos propuestas editoriales


para Tercer Año del Ciclo Básico de la Educación Secundaria Obligatoria
en referencia al tratamiento que proponen sobre del avance de la frontera
agrícola en Argentina. Como sostiene Joan Pagés (2009), los libros de tex-
to tienen una finalidad primordial que está centrada en colaborar con los
aprendizajes de los estudiantes y se constituyen como los instrumentos de
enseñanza que posee el profesor y aclara:

(…) las decisiones que toma el profesorado en la selección del libro de texto
están centradas básicamente en sus criterios sobre el tipo de conocimiento

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que contiene el libro, sobre el protagonismo que le otorga en su enseñanza
(…) y sobre el protagonismo que concede al alumnado en su aprendizaje. En
estos tres ámbitos incide hoy el currículo por competencias (Pagés, 2009: 2).

En relación al libro de texto de la editorial Santillana presenta 23 capí-


tulos, de los cuales tres aluden de manera parcial al avance de la frontera
agropecuaria en Argentina. En el desarrollo de un capítulo que aborda los
“Problemas urbanos y rurales” los autores refieren a:

Un ejemplo de esto es el problema ambiental que suele identificarse en


nuestro país como “pueblos fumigados”. Son centros urbanos localizados
junto a zonas agropecuarias donde se cultiva especialmente soja. El paque-
te tecnológico aplicado a su cultivo incluye la fumigación de las plantas
con un producto que se considera tóxico. Se han registrado casos de fu-
migaciones aplicadas más allá de los límites fijados para no invadir la zona
urbana cercana y perjudicar gravemente la salud de los habitantes. Varios
casos se presentaron ante la justicia denunciando estas prácticas peligrosas,
y diversas instituciones y organizaciones exigen que se pongan límites al
uso de este tipo de productos (Santillana, 2013: 129).

En una nota al margen, acompañada de la imagen de un afiche, y con


fuente del diario La Nación del día 22 de agosto de 2012, se hace referencia
al paradigmático caso del barrio de Ituzaingó Anexo, en la provincia de
Córdoba, en el que se comprobaron las fumigaciones ilegales con agroquí-
micos que multiplicaron los casos de cáncer y cuyos responsables fueron
llevados a juicio. Si bien se menciona la problemática, en esta instancia no
se presentan actividades sugeridas para docentes ni alumnos y no indaga
en los modelos de desarrollo subyacentes así como tampoco en los sujetos
sociales y los conflictos y tensiones que se manifiestan entre ellos.
En el tratamiento de los problemas ambientales se omite la deforesta-
ción y los desalojos como consecuencia del avance desmedido de la fronte-
ra agrícola, aunque en un mapa sobre problemas ambientales en Argentina
(página 133) se localiza la degradación de suelos, sobre todo en la región
pampeana, como la pérdida de la biodiversidad en relación a la defores-
tación, con la expansión de la agricultura, no hace mención al proceso de
“pampeanización” o “sojización”.
Por su parte, en la introducción de otro capítulo denominado “El sector
agrario”, que trata sobre la producción y la exportación de alimentos, se
manifiesta que esa producción pudo ser incrementada por la aplicación de
un modelo especializado en la soja y sus derivados, en detrimento de otras
producciones, resultado de la demanda internacional de ese cultivo. En

Huellas n° 20 (2016) | El abordaje del avance de la frontera agrícola desde la mirada de dos libros de texto... (pp. 163-186) 175
este sentido, la FAO estima que para 2050, la producción agrícola mundial
deberá crecer un 60% por encima de 2005-2007. Aquí, se prescinde la in-
formación que la población Argentina sólo consume el 5% de la soja que se
produce en el país y que se destina más de la mitad de las tierras cultivables
a la exportación hacia países asiáticos y europeos que consumen el 95% de
la producción. Este dato debe ser problematizado, desde la perspectiva de
conceptos como seguridad y soberanía alimentaria.
Por otro lado, y bajo el título “La notable expansión de la frontera agrí-
cola en la Argentina”, se señala:

(…) el nuevo perfil exportador que fue adquiriendo la Argentina en las úl-
timas décadas fue acompañado de una notable expansión de la producción
agrícola. Los aumentos de la producción agrícola provienen generalmente
de tres fuentes principales: la expansión de la superficie bajo cultivo (…), el
aumento de la intensidad de los cultivos (…), las mejoras en el rendimien-
to (…) (Santillana, 2013: 194).

En una página y media, extensión relativamente importante, se describe


la expansión justificando el avance a partir de la importancia de la aplica-
ción del “paquete tecnológico” para modernizar la producción a través de
la tecnología aplicada a las semillas modificadas genéticamente (semilla
transgénica) con el fin de incrementar el rendimiento de las cosechas a
través de la siembra directa. En un margen de página, se observan tres
cuadros estadísticos que reflejan la superficie cultivada, la producción y el
rendimiento desde la década de 1970 a 2010, en el que se destaca el proce-
so expansivo de la agricultura en el país, fundamentalmente sostenido por
el incremento de la soja en las tres variables mencionadas.
En la página 195, se visualiza el mayor grado de problematización de
este proceso. Bajo el subtítulo “Pampeanización y sojización” se plantean
las transformaciones territoriales de la expansión agrícola y el cambio tec-
nológico. De todas maneras, en sus apartados iniciales, la problemática de
los conflictos y tensiones es simplemente mencionada, por ejemplo para
el caso de la deforestación y el “desplazamiento de pequeños y medianos
productores”, omitiendo otros sujetos sociales como los trabajadores rura-
les o los campesinos. Se problematiza hacia el párrafo final del subtítulo
cuando se afirma:

(…)El proceso de expansión de la soja genera muchas controversias, dado


que por un lado es responsable del crecimiento de nuestras exportaciones
(e ingreso de divisas) y, por otro lado, del aumento de los conflictos por
la tierra, el agua, los bosques en las provincias del norte argentino, entre

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empresarios, el Estado y pequeños productores y comunidades indígenas
que habitan las tierras hoy revalorizadas y demandadas para la producción
de soja (Santillana, 2013: 195).

Asimismo, se presentan dos soportes interesantes para profundizar la


problemática. Por un lado, se añade una cartografía comparativa en hec-
táreas de la provincia de Chaco de las campañas 1987/88 y 2002/03, que
muestra el avance desmesurado de la soja en esta provincia “extrapam-
peana”. Pese a ello, aquí no se muestra sugerida una actividad de análisis
de los mapas en relación a la “pampeanización” y el desplazamiento de
cultivos tradicionales para el área como el algodón.
En segundo término, al margen, se presenta un extracto de una nota
del diario porteño Página 12, del 12/10/2010, bajo el título “Conflictos por
el avance de la soja en el norte argentino”. Si bien la nota está resumida,
se presenta el link del artículo completo, y más allá de no presentar acti-
vidades sugeridas al respecto, representa un muy buen disparador ya que
enfatiza en el aspecto central de la problemática, es decir, los conflictos
ambientales y por la tierra, visibiliza a los sujetos campesinos y comunida-
des indígenas y cuestiona al actual modelo agropecuario. Ello se sintetiza
en el interesante párrafo final de la nota: La Redaf [Red Forestal Chaco
Argentina] explica:
La raíz de los conflictos de tierra se encuentra en la disputa por el uso y
control del espacio territorial a partir de la imposición de una cultura sobre
otra. Por un lado el agronegocio, donde la tierra es un espacio para produ-
cir y hacer negocios, y por el otro la cultura indígena y campesina, donde
la tierra constituye un espacio de vida (Santillana, 2013: 195).

Más adelante, en la propuesta editorial se abordan los “Circuitos pro-


ductivos”. Allí se realiza una descripción acerca de “El circuito de la soja”
vinculando la producción primaria, industrial y de exportación. En la apos-
tilla al margen se describe brevemente el conflicto por las retenciones sus-
citado en el año 2008. Claramente, el tema amerita una discusión amplia
y en donde se manifiesten las posturas y puntos de vista de dicha política,
conflicto que provocó fuertes disputas entre importantes sectores sobre la
redistribución de la renta agrícola.
En la siguiente página (225) se presenta una sección denominada “Tema
de agenda” bajo el título “La producción sojera en debate”, que otorga un
panorama general: “(…) hay discusiones sobre el agro argentino. Distintos
actores participan del debate, desde el Estado, las ONG, hasta los propios
productores y la comunidad científica”. Si bien se plantean cuestiones in-

Huellas n° 20 (2016) | El abordaje del avance de la frontera agrícola desde la mirada de dos libros de texto... (pp. 163-186) 177
teresantes, tales como los efectos ambientales y la salud de las personas,
la escasez relativa de puestos de trabajo y la idea subyacente de conflicto
inherente al modelo sojero, para comprender de manera más acabada las
diversas posturas y discusiones en torno a la producción de soja, y funda-
mentalmente las denominadas “posturas críticas”, se debieran visibilizarlas
voces de sujetos sociales tales como grupos campesinos, pueblos indíge-
nas, organizaciones ambientalistas, entre otros.
Por último, se presenta el tratamiento de la problemática como un estu-
dio de caso bajo el título “Ambiente y soja en las llanuras argentinas”. En
él se propone trabajar sobre las nociones de los estudiantes en relación a
lo abordado en el libro y se lo intenta problematizar a partir de la premisa,
“soja y medioambiente, una relación a construir”. Si bien se propone como
novedosa la utilización de tecnología para llevar adelante el “proyecto de
investigación” deja en claro que existen dos perspectivas contrapuestas, “en
esta propuesta de ideas se vinculan tanto aspectos naturales como sociales”.
La propuesta de la editorial Estrada presenta 14 capítulos organizados
en cuatro bloques. Esta editorial plantea, en las primeras páginas una orga-
nización específica “para aprovechar este libro” en el que se muestran los
capítulos divididos en ejes temáticos y las “herramientas” para comprender
los procesos geográficos.
Particularmente en el apartado denominado “La valorización y el apro-
vechamiento de los recursos naturales”, se realiza un análisis sobre el apro-
vechamiento de los recursos agrarios en la región pampeana. En él se men-
cionan las condiciones que ostenta el área para la producción: “presencia
de extensos relieves llanos, lluvias suficientes, climas templados y suelos
fértiles y ricos nutrientes”. Esta descripción, con una cierta mirada uni-
dimensional puede llevar a observaciones simplistas que omitan análisis
más complejos e integrales que involucren las múltiples variables en juego
de la producción sojera: que gracias a las condiciones físico-naturales de
su llanura, la Argentina se convirtió en uno de los grandes productores de
granos del mundo, tanto de cereales como de oleaginosas. En este aparta-
do se menciona que a partir de la década del ’90, se produjo un aumento
desmedido de las superficies cultivadas en detrimento de la ganadería y de
otras actividades agrarias de las áreas “extrapampeanas”. Además, sostiene
que a través de la “modernización agraria” se han producido incrementos
de rendimientos y de productividad por hectárea sembrada. Esta moderni-
zación en el agro se vio estimulada por la incorporación de agroquímicos,
semillas transgénicas, maquinarias y técnicas de cultivo como la siembra
directa. Asimismo, se hace mención a las prácticas inadecuadas del suelo
a partir del siglo XX. En este sentido, el “avance de la frontera agrícola

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hacia zonas tradicionalmente ganaderas”, proceso denominado “agricul-
turización”, profundizó el “monocultivo” que causó el agotamiento de los
suelos por el consumo exacerbado de nutrientes. Una imagen que ilustra
una superficie cultivada con soja posee un epígrafe que comenta el avance
de la oleaginosa en las últimas décadas, proceso conocido como “sojiza-
ción”, que no sólo se dio en el área pampeana sino que se extendió hacia
áreas “extrapampeanas”.
Por su parte, en el capítulo denominado “Los problemas ambientales en
Argentina”, se trata en un apartado sobre las prácticas en el manejo de los
suelos. A diferencia de la utilización de las prácticas mixtas (ganadería y
agricultura)que permitían cierta estabilidad en la calidad de los suelos a fin
de lograr la “sostenibilidad” del ambiente, la incorporación masiva de la
soja provocó efectos nocivos para el medioambiente:

la degradación química, dado que la soja consume gran cantidad de nu-


trientes; la pérdida de materia orgánica debido a la técnica del cultivo per-
manente; la compactación del suelo por el aumento del laboreo de la tierra,
y el aumento del riesgo por contaminación, a causa del uso excesivo de
fertilizantes y plaguicidas para mantener los altos niveles de productividad
(Estrada, 2014: 96).

En la página siguiente, se describe el proceso de “deforestación por el


avance de la frontera agrícola”, que hace mención a que “según los datos
disponibles muestran una aceleración del proceso de deforestación a partir de
la década de 1990. (…) Los bosques nativos que más lo padecen son el bos-
que chaqueño, la selva pedemontana de las yungas, y la selva paranaense”
(Estrada, 2014: 97). Si bien los procesos de pérdida de superficie forestal se
relacionan con la expansión de la frontera agrícola de caña de azúcar, yerba
mate, etc. desde las últimas décadas del siglo XIX, el proceso se ha profundi-
zado en las últimas décadas por la “necesidad de tierras para cultivo”.
Es interesante el análisis sobre la deforestación en el Chaco semiárido,
donde los autores afirman que,

(…) el avance de la frontera agrícola sobre la base del desmonte de grandes


extensiones de bosques es realizado por grandes y medianos propietarios de
la tierra junto a empresas agropecuarias, con altas inversiones en capitales y
tecnologías. La pérdida de superficie forestal tiene como efectos negativos
no solo los problemas como la pérdida de la biodiversidad y el aumento
de los procesos erosivos del suelo, sino que también genera importantes
conflictos sociales. Estos conflictos se deben al desalojo de las comunidades
que habitan las tierras históricamente, pero que no poseen sus títulos, por

Huellas n° 20 (2016) | El abordaje del avance de la frontera agrícola desde la mirada de dos libros de texto... (pp. 163-186) 179
parte de las empresas agropecuarias, con el apoyo de los poderes políticos
locales. Además, la subsistencia de las familias campesinas se ve afectada,
ya que se basa en la obtención directa de materiales para la construcción de
viviendas, forraje para el ganado, leña, etc. (Estrada, 2014: 97).

Respecto al capítulo denominado “Espacios rurales en la Argentina” se


desarrolla un subtítulo, “La Argentina rural”, en el que se explica la exis-
tencia de espacios rurales pampeanos y extrapampeanos con características
particulares y situaciones heterogéneas, permitiendo el “despegue expor-
tador” de los productos de la región pampeana quedando las producciones
tradicionales del área extrapampeana para consumo interno como la yerba
mate, el algodón, la caña de azúcar. A su vez, reitera información sobre
las condiciones agroecológicas de la región pampeana, aunque explica la
importancia de la renta diferencial que obtienen los productores argentinos
que, en algunas ocasiones quedaría en manos del Estado, mediante el cobro
de impuestos y retenciones, y en otras, en las de los productores. Asimis-
mo, menciona “el debate sobre quién debe apropiarse de esta renta” como
el origen del conflicto entre el Estado y el campo en 2008. En este apartado,
no se menciona específicamente las características del “conflicto” además
no se aporta abundante información sobre qué tipos de productores ob-
tienen esta “renta diferencial” y qué tipo de producciones se ven afecta-
das, como así también qué se hace con el “fondo sojero” que obtienen las
provincias. En el apartado sobre la “La pampeanización en Argentina” se
explicita en qué consiste el paquete tecnológico y en un recuadro se amplía
sobre el herbicida glifosato, aunque no se alude a los efectos negativos
sobre el ambiente y la salud de las personas.
En el subtítulo sobre “Las economías rurales regionales” se reitera la
información acerca de la expansión de la frontera agropecuaria pero aquí
agrega un aspecto interesante:

(…) el cambio de cultivo y de patrón productivo trajo muchos otros cam-


bios: el encarecimiento del precio de la tierra y la necesidad de contar con
maquinarias sofisticadas y costosas para la siembra directa fue cambiando
el perfil del productor, atrayendo a grandes inversores. Los costos unita-
rios decrecieron en la medida que hubo economías de escala, lo que llevó
a que ciertos productores crecieran, comprando o arrendando campos, y
otros vendieran en un proceso de concentración de la propiedad” (Estrada,
2014: 169).

En “El aumento de los conflictos en los espacios rurales”se intenta ex-


plicar que “la expansión del modelo sojero aumentó el número de con-

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flictos sociales protagonizados por campesinos, pequeños productores,
pueblos originarios, colonos y agricultores familiares”, sin considerar el
rol relevante de las empresas multinacionales y los grandes productores
como parte principal del conflicto, así como tampoco se mencionan las
intencionalidades que poseen sobre el control de los recursos naturales y la
tenencia de la tierra. También se destaca que en las áreas extrapampeanas
el avance de la frontera ha significado un aumento de las situaciones de
violencia, contaminación, intentos de desalojo, entre otros, y menciona las
posturas críticas que alegan las ideas de protección de la biodiversidad, el
modo de vida campesino e indígena, la defensa de las culturas originarias,
y políticas públicas, entre otros aspectos.
En la sección “Entrevista”, se reproduce una nota a Mariano Iscaro,
geógrafo y becario doctoral en la Facultad de Ciencias Agrarias de la Uni-
versidad Nacional de Mar del Plata. En ella relata los resultados sobre su
investigación acerca de las transformaciones producidas en los pueblos
rurales pampeanos, sobre todo los del sudeste bonaerense en relación al
avance del nuevo modelo de producción basado en el agronegocio. Es in-
teresante el análisis sobre la pobreza rural y la expulsión de la población
que no adopta como metodología de trabajo el agronegocio por no poder
acceder a ciertas pautas de producción.
Posteriormente, en el capítulo denominado “El sector primario en la
economía Argentina”, nuevamente se describe “La expansión de la soja en
el campo argentino”, “La producción y exportación de soja en la Argenti-
na” y “La causa de la expansión de la soja” a modo de descripción de la
cuestión.
Para finalizar, resulta pertinente destacar nuevamente dentro de la sec-
ción “Entrevista”, las palabras de Adriana Villa, profesora e investigado-
ra de temas vinculados a la enseñanza de la Geografía. Aquí, comenta la
importancia de la enseñanza de las actividades productivas en el aula y
ante la consulta sobre su opinión respecto al proceso de “sojización” de la
economía agraria de Argentina relata que

(…) este proceso ha traído algunos beneficios importantes a los produc-


tores y a la economía nacional (…) Sin embargo, cada vez preocupan más
las consecuencias negativas de la expansión de la soja: desplaza a otros
cultivos importantes para el mercado interno, produce problemas de dete-
rioro de los suelos, la tecnología que se utiliza contamina el aire y el agua,
las personas se enferman… si un día nadie compra soja, ¿qué producimos
y vendemos? (…) Entonces: ¿qué es lo más importante? ¿Las ganancias a
corto plazo de algunos o el uso responsable de los recursos y el cuidado de
las condiciones de vida de muchos? (Estrada, 2014: 206).

Huellas n° 20 (2016) | El abordaje del avance de la frontera agrícola desde la mirada de dos libros de texto... (pp. 163-186) 181
En relación a lo expuesto en las páginas precedentes sobre las propues-
tas editoriales, se observa la intencionalidad de llevar adelante una práctica
innovadora en el aula que contribuya a la comprensión del proceso de ex-
pansión de la frontera agrícola desde diversas perspectivas de análisis para
favorecer el aprendizaje basado en la resolución de problemas. Aunque se
logra parcialmente el abordaje crítico que inspiran las actuales corrientes
en Geografía o que sugieren los nuevos diseños de los materiales curricu-
lares. Asimismo, el predominio de información descriptiva y, en algunos
casos, repetitiva, contribuye de manera relativa al proceso de construc-
ción significativa de los conocimientos. Sólo en algunas ocasiones se pre-
sentaron los conflictos y tensiones, pero no se profundizó desde múltiples
posturas y perspectivas, en las que estuvieran presentes todas las voces,
fundamentalmente aquellas de los sujetos más postergados, marginados y
excluidos de este sistema de producción.
Queda claro entonces que las propuestas editoriales realizan una presen-
tación general de la problemática, a veces cercana a los discursos producti-
vistas y tecnologizantes. En este sentido, es el docente el actor fundamental
que debe problematizar los procesos para lograr aprendizajes relevantes en
sus estudiantes, y los libros de texto solo son un tipo de fuente de infor-
mación que necesariamente debe ser complementado con otras miradas, y
documentos que enriquezcan el análisis y abordaje de la problemática del
avance de la frontera agraria en la Argentina.

Estrategia didáctica para el aula: juego de simulación

El abordaje de temáticas relevantes, complejas y actuales desde la en-


señanza de la Geografía merece su tratamiento desde la multidimensio-
nalidad y multiperspectividad de los procesos y de los sujetos sociales.
Los conflictos territoriales por la apropiación de los espacios, el uso de los
recursos y las tensiones entre los modos de producción, modelos de desa-
rrollo, vínculos con la tierra y prácticas culturales diversas, resultan temas
atrayentes a la mirada de los estudiantes.
El avance de la frontera agrícola amerita su abordaje, por ejemplo, a
través de un juego de roles o de simulación. Como asegura Marrón Gaite
(1996) la simulación, y sobre todo desde la perspectiva lúdica, representa
un recurso pedagógico y didáctico en la resolución de problemas:

(…) desde el punto de vista didáctico son la técnica de simulación más


completa, ya que a las cualidades propias de la simulación se unen tres ras-

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gos específicos de la actividad lúdica de gran interés y utilidad en la ense-
ñanza: 1) su alto valor motivador, 2) la capacidad para agilizar la actividad
mental del sujeto al impulsarle a actuar de forma placentera y 3) la fuerte
incidencia que tiene en el desarrollo de destrezas y en la potenciación de
valores y actitudes (Marrón Gaite, 1996: 46).

El docente puede organizar grupos de trabajo que representen las lógi-


cas de diversos sujetos sociales, como las comunidades campesinas e indí-
genas, el Estado, los productores agrícolas sojeros o los pools de siembra,
la empresa multinacional proveedora de insumos (Monsanto, Ciba Geigge,
Du Pont), firmas de capitales internacionales de comercialización de granos
(Bunge&Born, Cargill o Dreyfus), las ONG ambientalistas y ecologistas,
entre otros sujetos. Una vez explicitado el juego de roles el docente guiará
la búsqueda de información adecuada, fuentes de rigurosidad científica y
de sitios institucionales y autores académicos, con el fin de salvaguardar
la fiabilidad de los datos e información que será utilizada. El propósito
es comprender, desde diversas perspectivas, las desequilibradas relacio-
nes de poder entre los sujetos que generan desigualdades en las formas de
apropiarse de los recursos, las tensiones y conflictos que provocan en los
territorios y las consecuencias de las acciones de cada sujeto.
Esta estrategia didáctica requiere en una primera instancia de la selec-
ción de una problemática territorial significativa, como en este caso parti-
cular, que encuentre un anclaje en los saberes de los diseños curriculares.
Es fundamental también lograr el involucramiento de los estudiantes en el
proceso de construcción de esos saberes. Su práctica en el aula debe ser
genuina ya que “(…) no se persigue ningún fin externo, sino que el objetivo
lo constituye su propia realización. No se juega con una finalidad externa
determinada; se juega “porque sí”, por mero placer [a aprender]” (Marrón
Gaite, 1996: 47).
En síntesis, el abordaje de una problemática significativa como la ex-
pansión de la frontera agraria en nuestro país mediante un juego de roles,
resulta una estrategia motivadora y, a su vez, una metodología que permite
ponerse “en lugar de” –empatía–, argumenta las posiciones de los sujetos
sociales, estimula la discusión fundamentada y al debate de ideas, y lo
más importante, propende una visión de conjunto que posibilita una com-
prensión integral de las complejas relaciones que se desarrollan en el agro
argentino.

Huellas n° 20 (2016) | El abordaje del avance de la frontera agrícola desde la mirada de dos libros de texto... (pp. 163-186) 183
Consideraciones finales

Los libros de texto escolares constituyen una herramienta de trabajo


para la enseñanza en el aula, pero evidentemente el rol protagónico lo ad-
quieren los docentes, en la toma de decisiones y en la elección de los ma-
teriales pertinentes para llevar a cabo genuinos procesos de enseñanza y
aprendizaje.
Con respecto a los libros de texto analizados, ambas propuestas pre-
sentan una variedad de capítulos que tratan sobre diversas temáticas. En
el ejemplo particular del avance de la frontera agrícola en Argentina el
tratamiento de la problemática presenta distintos acercamientos a lo largo
de los capítulos, por lo tanto se hallan fragmentados desde una perspecti-
va integradora y multidimensional. Ambas ofertas didácticas pretenden un
abordaje innovador que se alcanza de manera relativa cuando se problema-
tiza el proceso analizado, aunque subyace un enfoque productivista y tec-
nologizante en los discursos. Sin embargo, y más allá de los predominios
manifestados, son superadores con respecto a visiones unidimensionales y
acríticas de propuestas editoriales anteriores. Los acercamientos más inno-
vadores se producen cuando, además de la problematización descripta, se
ambiciona poner en juego, las voces de los diversos sujetos sociales invo-
lucrados, aunque no se logre cabalmente la puesta en diálogo o debate de
perspectivas enfrentadas o antagónicas. Por otro lado, resultan interesantes
secciones, como entrevistas a especialistas o estudios de caso, que preten-
den miradas alternativas, disparadores o puntas de acción para un posible
abordaje de la problemática en el aula.
En temáticas tan complejas que necesitan ser comprendidas y discu-
tidas críticamente por los estudiantes, es imprescindible la visibilización
de los conflictos y tensiones, y las desiguales relaciones de poder entre
los sujetos sociales. En este sentido, se trata de discernir entre discursos y
modelos económicos, políticos y productivos contrapuestos. Uno de ellos,
que promueve el avance de la frontera agrícola para aumentar los niveles
de producción a través de la modernización y el uso de tecnología, y otro
alternativo que pretende incorporar a vastos sectores de la sociedad a las
posibilidades de desarrollo sustentable y de respeto por las prácticas cul-
turales propias. Por lo tanto, se puede reflexionar que los libros de texto
de las propuestas editoriales deberían profundizar e integrar las múltiples
variables de análisis, otorgando lugar a las voces disidentes de las perspec-
tivas hegemónicas.
Se considera, por lo anteriormente expuesto, que la experiencia de jue-
gos de roles o de simulación ofrece una alternativa no solo para ejercitar la

184 Melina Ivana Acosta | Huellas n° 20, ISSN: 0329-0573 (impresa) / 2362-5643 (en línea)
oralidad de los estudiantes y la toma de posición crítica y reflexiva ante una
determinada problemática, sino que también estimula la visibilización de
las distintas miradas que entran en juego en los diversos conflictos y pujas
de relaciones de poder.
Además, la mayor parte de la oferta editorial en la actualidad es produ-
cida desde la centralidad que le otorga su lugar de edición. Por lo tanto, se
puede observar que los libros de texto representan de manera parcial los
curriculum prescriptos de las provincias, elaborados a partir de los acuer-
dos federales y los NAP. Como consecuencia de ello, la pluralidad de voces
se halla representada de manera desigual. Por consiguiente, el curriculum
propuesto en La Pampa, cuya construcción y diseño resulta innovador a las
tradicionales formas de enseñar y abordar la geografía escolar en el aula,
no se encuentra representado en las propuestas editoriales.
Para finalizar, referimos a las palabras de Michael Apple (1993) sobre
los libros de texto y las propuestas editoriales, concebidas como el resulta-
do de un proceso constante de luchas y relaciones de poder entre diversos
grupos y sectores sociales. El autor reflexiona que educación y poder van
de la mano, y representan el:

(…) resultado de actividades, conflictos y compromisos políticos, econó-


micos y culturales. Están concebidos, diseñados y escritos por personas
reales con intereses reales. Se publican en función de las limitaciones polí-
ticas y económicas de los mercados, los recursos y el poder. Y comunidades
con compromisos claramente diferenciados (Apple, 1993: 2)

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Artículo

9
Dinámicas socio-económicas del agro
pampeano actual y espacios locales:
una propuesta de análisis

Estefanía Hüter1
Universidad Nacional de Quilmes – CONICET

@ [ estefaniahuter@gmail.com ]

Fecha de recepción: 22/06/16


Fecha de aprobación: 05/09/2016

Cita sugerida: Hüter, E. (2016). Dinámicas socio-económicas del agro pampeano ac-
tual y espacios locales: una propuesta de análisis. Revista Huellas Nº 20, Instituto de
Geografía, EdUNLPam: Santa Rosa. Recuperado a partir de: http://cerac.unlpam.edu.
ar/index.php/huellas

DOI: http://dx.doi.org/10.19137/huellas-2016-2010

Resumen
En las últimas décadas se han producido transformaciones en el agro que
plantean desafíos para pensar las dinámicas actuales que lo atraviesan;
entre otras cosas, en relación al modelo productivo que se ha conformado,
a los procesos por los que han atravesado los diversos agentes directamen-
te vinculados a la actividad, a las dinámicas socio-económicas que se des-
pliegan vinculadas al agro y a su impacto en los espacios locales. En este
trabajo se reflexiona sobre lo ocurrido en el agro argentino, más particu-
larmente pampeano, en relación a tales problemáticas. Se comenzará por
considerar algunos procesos de cambio ocurridos en el agro a nivel global;
para analizar luego las tendencias dominantes del agro pampeano, que
permiten afirmar la conformación de un nuevo modelo de desarrollo agra-
rio. Luego, tomando en cuenta diversos antecedentes, se realiza una pro-
puesta conceptual para abordar el problema de las dinámicas territoriales
de los actores agrarios en sus aspectos económicos y su incidencia en los
espacios locales. Dinámica que no ha sido estudiada específicamente desde
esta perspectiva que pone énfasis en los elementos económico-productivos

1 Licenciada en Sociología (UNLP), maestranda en Estudios Sociales Agrarios (FLACSO),


doctoranda en Ciencias Sociales y Humanas (UNQ). Becaria Doctoral de CONICET con lu-
gar de trabajo en el Centro de Investigaciones sobre Economía y Sociedad en la Argentina
Contemporánea (IESAC) de la Universidad Nacional de Quilmes. Investigadora invitada en
el Centro sobre Análisis del Desarrollo Territorial (ADETER) de la Universidad Nacional
del Sur. Actualmente participa en los proyectos de investigación: “Hegemonía: cuestiones
teóricas, estrategias metodológicas y estudios empíricos, con énfasis en las disputas por la
cuestión agraria en la Argentina contemporánea” (IESAC-UNQ) y “Análisis de la acción y el
desarrollo territorial en áreas rurales de Argentina” (UNS).

Huellas n° 20 (2016) | Dinámicas socio-económicas del agro pampeano actual y espacios locales... (pp. 187-208) 187
implicados en las construcciones, deconstrucciones y reconstrucciones de
los territorios, apelando para ello a la noción de circulación del capital de
los actores agrarios; y que resulta un punto relevante para comprender los
procesos que se despliegan hoy en el desarrollo agrario.

Palabras clave: agro pampeano – actores sociales agrarios- dinámicas socio


económicas – espacios locales.

Socio-economic dynamics of the current rural sector in


the pampas and local spaces: A proposal for its analysis

Abstract
In the last decades, transformations in the rural sector set out challenges
to think the current dynamics that underlies it; among other things, re-
lated to the production model that has been defined, to the processes that
different stakeholders directly related to the activity have gone through,
and to the socio-economic dynamics linked to the rural sector that unfold
and their impact on local spaces. This paper reflects on what has happened
in rural Argentina, particularly in the Pampas Region, in relation to these
problems. The paper starts by considering some transformation processes
that have taken place in the rural sector at a global level to analyse,
then, the dominant trends of the rural sector in the Pampas region that
allow us to affirm that a new model of agricultural development has been
introduced.
On the basis of various antecedents, the paper will then present a con-
ceptual proposal to address the problem of the territorial dynamics of the
rural actors, the economic aspects and their incidence on local spaces.
This dynamics has not been studied specifically from this perspective, and
emphasizes the economic-productive elements implied in the construc-
tions, deconstructions and reconstructions of territories, resorting to the
notion of capital circulation of the rural actors which constitutes a rel-
evant point to understand the processes that emerge today in agricultural
development.

Key words: rural Pampas region- rural social actors- socio-economic dy-
namics- local spaces.

Dinâmicas socioeconômicas do agro pampeano


atual e espaços locais: uma proposta de análise

Resumo
Nas últimas décadas têm se produzido transformações no agro que apre-
sentam desafios para pensar as dinâmicas atuais que o atravessam, entre
outras coisas, em relação ao modelo produtivo que se conformou, em re-
lação aos processos que têm atravessado os diversos agentes diretamente
relacionados com as atividades, às dinâmicas socioeconômicas que estão
relacionada ao agro e ao seu impacto nos espaços locais. Neste trabalho,
reflexiona-se sobre os acontecimentos no agro argentino, particularmente
pampeano, em relação a tais problemáticas. Começaremos por considerar
alguns processos de mudança acontecidos no agro a nível global para logo
depois analisar as tendências dominantes do agro pampeano que permitem
afirmar a conformação de um novo modelo de desenvolvimento agrário.
Depois, levando em consideração os antecedentes, realizou-se uma pro-

188 Estefanía Hüter | Huellas n° 20, ISSN: 0329-0573 (impresa) / 2362-5643 (en línea)
posta conceitual para abordar o problema das dinâmicas territoriais dos
atores agrários em seus aspectos econômicos e suas repercussões locais.
Dinâmica que não tem sido estudada, especificamente, a partir desta pers-
pectiva e que põe ênfase nos elementos econômicos produtivos envolvidos
nas construções, desconstruções e reconstruções dos territórios apelando,
para isso, à noção de circulação do capital dos atores agrários e que re-
sulta um ponto relevante para compreender os processos que se desenvol-
vem, hoje, no agro.

Palavras chave: agro pampeano – atores sociais agrários- dinâmicas socio-


económicas – espaços locais.

Introducción

L os procesos de globalización y reestructuración económica mundial


ocurridos en las últimas décadas plantean desafíos para pensar el agro
actual, en el marco del cual se habría generado un nuevo modelo produc-
tivo hegemónico. En este contexto resulta interesante preguntarse ¿Cómo
afecta el nuevo modelo productivo a los diversos agentes directamente vin-
culados a la actividad?¿Tiene consecuencias en las dinámicas territoriales
que se despliegan vinculadas al agro? ¿Qué impacto tiene en los espacios
locales? Y, más en general, ¿Qué desarrollo agropecuario, pero también en
términos de la sociedad toda, hace posible?
Se intentarán abordar estos interrogantes reflexionando sobre lo ocurri-
do en la Argentina, más particularmente en la región pampeana. Debido a
que el agro ha atravesado transformaciones a nivel global, se considerarán
brevemente algunos de tales procesos de cambio ocurridos en la fase actual
del capitalismo; y se pasará a analizar las tendencias dominantes del agro
pampeano, que permiten afirmar la conformación de un nuevo modelo de
desarrollo agrario. Todo ello para luego, tomando en cuenta diversos ante-
cedentes teóricos y empíricos (de distinto alcance), plantear una propuesta
conceptual que permita profundizar el análisis de una dimensión aún poco
estudiada del funcionamiento del agro actual: las vinculaciones que los
actores sociales agrarios establecen con los espacios locales, con énfasis
en los aspectos material-económicos; instancia que resulta necesaria ana-
lizar para considerar el tipo de desarrollo que propone el modelo agrario
dominante. De esta forma, este trabajo pretende aportar a la construcción
de herramientas analíticas para abordar conceptualmente el problema de
las dinámicas territoriales de los actores agrarios.

Huellas n° 20 (2016) | Dinámicas socio-económicas del agro pampeano actual y espacios locales... (pp. 187-208) 189
Transformaciones globales en el agro

La agricultura ha estado inmersa en el proceso de acumulación de capi-


tal desde hace largo tiempo; sin embargo presenta particularidades deriva-
das principalmente de las restricciones que suponen los recursos naturales
(tiempos de rotación del capital más largos, riesgo adicional vinculado a
factores climáticos, entre otras cosas). A lo largo del tiempo, se han venido
dando cambios técnicos y organizacionales que en gran medida apuntan a
disminuir estas barreras (Etxezarreta 2006; Delgado,2010; Gutman y Go-
renstein, 2003). Estos cambios se profundizaron en el último cuarto del si-
glo XX; y, en la actualidad, sin haberse eliminado algunas especificidades,
la producción agropecuaria forma parte de un (cada vez más) complejo sis-
tema agroalimentario2 cuyas dinámicas económicas se acercan, progresi-
vamente, a los imperativos seguidos por el sistema en su conjunto, donde el
capital ha adquirido mayor grado de flexibilidad para realizar procesos de
acumulación a escala global (Mc Michael, 1999; Delgado Cabeza, 2010).
La globalización neoliberal, desplegada en las últimas décadas del siglo
XX, aparece como el elemento principal que configuró las condiciones para
las transformaciones ocurridas en los últimos tiempos en el mundo rural la-
tinoamericano (Kay, 2007; Buttel, 2005; Mc Michael, 1999). Se tendió a
una liberalización de los mercados; marco en el que ocurrió un proceso de
mayor inserción (y dependencia) de las diversas “agriculturas nacionales” en
procesos globales (Buttel, 2005; Mc Michael, 1999). Ello supuso un cambio
cualitativo en las formas de acumulación del capital y de organización de la
producción en el agro, en donde un grupo cada vez más reducido de gran-
des corporaciones transnacionales (en proceso de concentración) han ido
ganando poder para gobernar los diferentes eslabones de la cadena agroa-
limentaria, encontrándose sus puntos clave de gobernanza en los dos ex-
tremos: la producción de insumos agropecuarios y la distribución minorista
de alimentos, pero con procesos concentradores que ocurren en todos los
eslabones (Delgado Cabeza, 2010;Etxezarreta, 2006;Gutman y Gorenstein,
2003;Kay, 2007). Durante el último cuarto del siglo XX, en la estrategia
desplegada por las grandes empresas del sistema para expandirse intentando
limitar condicionamientos sociales, espaciales y naturales, el uso de las nue-
vas tecnologías ha jugado un rol clave. Una serie de cambios tecnológicos y
organizacionales asociados tanto a la producción como a la distribución han

2 La integración entre agro e industria comienza a consolidarse en el llamado “segundo régimen


agroalimentario” en términos de Friedmann y Mc Michael (Mc Michael, 1999), perdiéndose
ya en esa etapa la relativa autonomía del agro propia de la primera mitad del siglo XX (Etxe-
zarreta, 2006).

190 Estefanía Hüter | Huellas n° 20, ISSN: 0329-0573 (impresa) / 2362-5643 (en línea)
hecho posible una mayor flexibilización, coordinación e integración de los
eslabones de la cadena agroalimentaria; emergiendo el actual modelo domi-
nante de producción agropecuaria, donde también el capital adquiere mayor
capacidad para localizar y deslocalizarlos procesos productivos (Etxezarreta,
2006;Kay, 2007), inmerso en una competencia global de fuerte volatilidad
(Gutman y Gorenstein, 2003; Delgado Cabeza, 2010).
Si la conformación del actual régimen agroalimentario tuvo como con-
dición de posibilidad la reforma neoliberal, la apertura comercial y finan-
ciera y el achicamiento del rol regulador del Estado(especialmente en La-
tinoamérica), sería interesante analizar qué ha ocurrido en Argentina (que
encuentra algunos paralelismos con otros países de la región) a partir del
cambio en el clima político y en el quiebre discursivo en torno al “con-
senso neoliberal”, cuyos momentos de inflexión ocurrieron a inicios de la
década del 2000. En nuestro país, con el impulso de la política devaluacio-
nista (2002) y del aumento de los precios internacionales de los productos
del agro dirigidos a exportación (particularmente la soja), diversos autores
consideran que habría existido una profundización de algunas tendencias
que venían desarrollándose en el agro; aunque existan disidencias respecto
a cómo interpretarlas en el marco del modelo de desarrollo que plantean
para Argentina3. A su vez este sería un buen punto de partida para reflexio-
nar sobre las transformaciones y continuidades que pudieran encontrarse
en el modelo de desarrollo agrario en el marco del clima político inaugu-
rado recientemente en Argentina (así como en varios países de la región),
con un nuevo giro neoliberal.

Tendencias dominantes del agro pampeano actual

Desde el último cuarto del siglo XX, en el marco de transformaciones


a nivel mundial, diversos autores señalan que se fue conformando un nue-
vo paradigma agrario en la Región Pampeana (con diversos impactos en
las regiones extrapampeanas); que supuso transformaciones productivas,
el desarrollo de nuevas y complejas formas de producción (Balsa, 2012;
Bisang et al., 2010), la modificación en los requisitos de capitalización de
las explotaciones, la tendencia hacia la agriculturización, y, en particular,

3 Es decir, este análisis podría servir como punto de partida a otras reflexiones en torno a cómo
fue posible que, pese al clima político de ruptura que se configuró en la última década en
América Latina, en términos del modelo de desarrollo agropecuario hubo una profundización
de algunas tendencias existentes (indagación que podría conectarse con el análisis del rol que
ha tenido el agro en la configuración de los modelos de acumulación de Latinoamérica).

Huellas n° 20 (2016) | Dinámicas socio-económicas del agro pampeano actual y espacios locales... (pp. 187-208) 191
a la especialización en un cultivo de fuerte demanda internacional: la soja.
Todo ello contribuyó conformar un agro cada vez más concentrado, que fa-
voreció el surgimiento de nuevos actores y la reconversión o expulsión de
otros (Sili y Soumoulou, 2011; Grosso et al, 2013; Pengue, 2009;Reboratti,
2010). El modelo de producción agropecuario que se fue configurando se
expandió rápidamente, subsumiendo a otras lógicas productivas bajo diná-
micas hegemónicas4.
Para intentar una caracterización más precisa del actual modelo de de-
sarrollo agrario en la región pampeana se partirá de retomar y sistematizar
elementos que varios autores coinciden en señalar como definitorios (aun-
que interpretándolos desde diversas perspectivas): el cambio tecnológico y
organizacional en la producción agropecuaria, y las transformaciones en los
actores que participan directamente en los esquemas socio-productivas.

Cambio tecnológico y organizacional

Ocurrió una nueva ola de incorporación tecnológica que supuso mayo-


res inversiones de capital y modificó la forma de producir en el agro, sobre
todo la de hacer agricultura.
Hacia mediados de los noventa en la producción agrícola el uso de
siembra directa, semillas diseñadas en base a técnicas biotecnológicas (ge-
néticamente modificadas) y el glifosato, se complementaron conformando
un paquete tecnológico que generó ventajas comparativas en términos de
productividad y de simplificación de la tarea agrícola (Grosso et al., 2013;
Bisanget al 2010, 2013). A este paquete, rápidamente difundido, se fueron
agregando innovaciones en maquinarias, pesticidas y fertilizantes, entre
otras cosas (Gras y Hernández, 2013). Las incorporaciones tecnológicas
y una tendencia al alza de precios en las oleaginosas impulsada por la de-
manda externa, incidieron en el crecimiento acelerado de la producción
y exportación de granos, fundamentalmente de la soja y sus derivados
(Bisang et al, 2010; Balsa et al., 2014). La soja se fue convirtiendo en el
producto de mayor preponderancia dentro de la producción agropecuaria,
generándose una dominancia inédita por parte de un solo cultivo en la his-
toria del agro argentino (con la doble cosecha y la extensión de la frontera
agrícola) (Pengue 2009; Reboratti, 2010).

4 En este trabajo se propone pensar estas tendencias como parte de un modelo de desarrollo
agrario particular, atado fuertemente a la demanda externa e hiperespecializado en función
de ella; y salirse así de la encerrona que plantean algunos intelectuales sobre el debate “pro o
anti” soja (como Solbrig y Adamoli, 2008).

192 Estefanía Hüter | Huellas n° 20, ISSN: 0329-0573 (impresa) / 2362-5643 (en línea)
Así como ocurrió con la producción de soja, paradigma del nuevo mo-
delo, se tendieron a conformar “paquetes tecnológicos” en las distintas
producciones agrícolas (Bisanget al 2010). La aplicación de innovaciones
tecnológicas supuso una mayor incorporación de insumos externos para
la producción y una redefinición del tipo y lugar del conocimiento. Fue
cobrando cada vez más centralidad la incorporación de conocimiento com-
plejo muchas veces codificado en reemplazo del saber-hacer de los propios
productores;otorgándose mayor relevancia a los saberes profesionales y,
sobre todo, a los proveedores industriales de insumos, poseedores del co-
nocimiento codificado (bajo la forma de activos patentables) (Bisang et al.,
2010;Balsa et al., 2014; Gras y Hernández, 2013).
En la ganadería vacunatambién ocurrieron transformaciones en las últi-
mas décadas, diferentes respecto a la agricultura debido a la naturaleza del
proceso y a cierto desfasaje temporal. A partir de los años ’70 y ’80 hubo
un mejoramiento tecnológico en la implantación de pasturas y verdeos con
ventajas en la oferta forrajera, y, más tarde, la difusión del alambrado eléc-
trico y de la confección de rollos de heno permitieron una mejor gestión
del forraje. Se inició un proceso de intensificación en la ganaderíaque se
profundizó recién en los años 2000, al difundirse la artificialización y com-
plejización de la gestión de la nutrición animalcon la práctica de suple-
mentación dietaria, acompañada en ciertos casos por el confinamiento en
corrales de engorde(Albaladejo y Champredonde, 2011). Paulatinamente,
también en la ganadería fue teniendo mayor relevancia el asesoramiento
técnico en la gestión del proceso productivo, más aún en actividades de
engorde, por cambios en las regulaciones y en los manejos productivos
(Albaladejo y Champredonde, 2011).
Es posible advertir entonces que en las últimas décadas tanto en la agri-
cultura como en la ganadería, dos actividades predominantes en el agro
pampeano, ocurrieron procesos de intensificación del proceso productivo,
con mayor incorporación de insumos externos y conocimientos técnicos;
y, en consecuencia, aumentaron los costos fijos que deben movilizarse para
producir.
Por otro lado, ocurrió también un cambio en el manejo de las explota-
ciones agropecuarias, una transformación en la lógica organizacional del
proceso productivo, expandiéndose la desverticalización de actividades
de la mano de un modelo de gestión que requiere especializaciones pro-
ductivas. Se involucró a una mayor y más variada gama de agentes en
la producción, coordinados mediante vínculos contractuales con diverso
grado de formalización. Se generaron así formas más flexibles de asumir
la producción con lógicas temporales más acotadas,conformando una or-

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ganización en red (Gras y Hernandez, 2013; Delgado Cabeza, 2010;Bisang
et al 2010, 2013; Balsa et al., 2014).Tal idea de “organización en red” no
debe ocultarlastendencias a la concentración que existen en algunos nodos,
con capacidades diferenciales de apropiación de las mejoras sistémicas de
productividad y ganancias generadas por la trama en su conjunto, además
de cierta volatilidad en sus estrategias en función de cambios en el entor-
no económico y político-regulatorio (Gutman y Gorenstein 2003; Gras y
Hernández, 2013).
Con todo, en términos generales el modelo agrario que se fue desarro-
llando intensificó dinámicas concentradoras, con la novedad de que se des-
plegaron tendencias hacia la concentración de la producción y no sólo de
la propiedad de la tierra (Grosso et al., 2013; Balsa et al., 2014; Albaladejo,
2013), e indujo una (mayor) dependencia respecto a actores ubicados por
fuera de la producción: proveedores (transnacionales) de insumos, deman-
da global (externa), agentes financieros.

Transformaciones en los actores sociales del agro

Los rasgos que fue adquiriendo el agro argentino en las últimas décadas
redimensionaron la participación de los diversos actores sociales agrarios,
tanto por transformaciones en el peso relativo de cada uno de ellos como
por el surgimiento de nuevas figuras. En función de los objetivos de este
trabajo, se caracterizarán brevemente a los agentes que tradicionalmente
han sido considerados por la bibliografía académica como “productores”5
de la región pampeana, y también se mencionarán otros agentes que están
directamente asociados al modelo productivo actual: contratistas, rentistas6
y asalariados7.
Entre las empresas de producción agrícola algunos autores señalan la
existencia de una serie de megaempresas, que se distinguen por sus enor-
mes volúmenes de actividad (Balsa et al., 2014; Gras y Hernández, 2013).
Estas empresas en general (aunque no exclusivamente) siguen el modelo
de organización productiva en red, por lo que tienden a desarrollar la pro-
ducción en tierras arrendadas y a tercerizar las labores, basando su estruc-
tura en la coordinación y gestión de recursos y actores (Bisang et al, 2010;

5 Se hace referencia a las personas físicas o jurídicas que asumen la gestión y los riesgos de la
actividad productiva, independientemente de su relación con la tierra (Lódola y Fossati, 2004).
6 Incorporar a estos dos agentes resulta necesario para comprender los rasgos que han adquirido
los esquemas socio-productivos que se movilizan en el agro actual.
7 Para los trabajadores asalariados sólo se realizarán algunas consideraciones en el siguiente
apartado.

194 Estefanía Hüter | Huellas n° 20, ISSN: 0329-0573 (impresa) / 2362-5643 (en línea)
Gras y Hernández, 2013) y adoptan estrategias de diversificación territo-
rial a nivel regional (Balsa et al, 2014; Gras y Hernández, 2013). Por otra
parte se destaca la presencia de grandes y medianas empresas que, con una
menor diversificación territorial, tienden a organizarse a partir de un nú-
cleo inicial de tierras en propiedad a las que suman otras vía arrendamien-
to; e implementan cambios para reducir el peso del capital fijo, tercerizan
labores, pero en mucha menor medida que las anteriores. Las empresas
medianas, además de tener menor capacidad relativa de acumulación y ex-
pansión, se distinguen por la importancia que en general sigue teniendo la
familia como equipo de trabajo y porque estos responsables realizan tareas
de seguimiento y control cotidiano de las labores productivas (Balsa et al.,
2014; Gras y Hernández 2013)8.
Teniendo en cuenta lo anterior es posible afirmar que existe una trama
empresarial relativamente heterogénea; que está igualmente atravesada por
tendencias hacia la concentración productiva y hacia la externalización de
tareas (Grosso et al 2013, Gras y Hernández 2013), en busca de mayor
capacidad de reacción frente a situaciones cambiantes.
Los contratistas o prestadores de servicios agrícolas, si bien no cons-
tituyen una figura nueva en el agro argentino, se han vuelto más signifi-
cativos a raíz de los cambios en la organización productiva. Se trata de
proveedores especializados de servicios agrícolas con equipos propios, que
operan en un mercado fuertemente competitivo (Bisang et al., 2010), con
un esquema de costos que no controlan (mano de obra, combustibles, ma-
quinaria) y un mecanismo de ingreso (pago fijo o porcentaje) cuyos precios
tampoco controlan (Bisang et al., 2010), lo que los coloca en una situación
de relativa subordinación (Grosso et al., 2013). Según algunos autores tal
situación es justamente la que facilita la incorporación y difusión de inno-
vaciones, ya que para asegurar/acrecentar beneficios los contratistas deben
rotar el capital semi-fijo a alta velocidad y, para ello, deben utilizar y ac-
tualizar sus equipos al máximo (Bisang et al., 2010, 2013). Para otros esa
misma situación facilita que algunas empresas agrícolas refuercen su poder
negociador frente a los contratistas (Balsa, 2013).
Los rentistas, propietarios de tierras que en vez de producir las colo-
can en el mercado de alquileres, fueron cobrando mayor importancia en

8 Dentro de las empresas agrícolas es necesario considerar la existencia de los pools de siembra,
que cobraron importancia en las últimas décadas. Si bien varían en tamaño, en general tienden
a estructurar las operatorias de grandes empresas (agrícolas), y tienen una fuerte capacidad de
captar capitales extra-agrarios con el fin de lograr réditos más o menos rápidos. Como organizan
la producción en base a vínculos contractuales, tienen gran flexibilidad, pudiendo cambiar de
producción y/o de región e incluso retirarse fácilmente de la actividad (De Martinelli, 2008).

Huellas n° 20 (2016) | Dinámicas socio-económicas del agro pampeano actual y espacios locales... (pp. 187-208) 195
función del proceso de concentración de la producción desplegado en esta
nueva etapa, que supuso una creciente separación entre propietarios de tie-
rras y empresas productoras, generándose para estas una menor inmovili-
zación de capital fijo (Grosso et al., 2013, Bisanget al 2010). Para algunos
autores el rentismo les permitiría a los pequeños terratenientes integrarse
al modelo transfiriendo el riesgo a los operadores del sistema (Bisang et
al., 2010, Reboratti, 2010). Pero, aun reconociendo que ciertos pequeños
y medianos propietarios puedan haber obtenido ingresos considerables en
las últimas décadas, resulta indispensable destacar que estos agentes es-
tarían en una posición de mayor dependencia respecto a variables que no
controlan (precios de la tierra vinculados a precios de los commodities,
negociaciones con actores de mediana o gran escala), sin tener la opción
de volver ellos mismos a la producción por haberse descapitalizado (Balsa,
2013), quedando así desplazados de la producción.
Por otra parte, los productores familiares9, agrupados ya en una catego-
ría de por sí heterogénea, a partir de los noventa atravesaron un fuerte pro-
ceso de diferenciación. En el contexto de una significativa tendencia a la
concentración de la producción, los imperativos para aumentar en escala y
productividad tuvieron distintos efectos sobre estos actores. Algunos aban-
donaron la producción, porque sus tierras fueron rematadas judicialmente
(por endeudamiento), las vendieron, o bien las cedieron en arrendamiento
(Grosso et al 2013, López Castro, 2012). Entre los que continuaron en la
producción también es posible identificar diferentes situaciones, pero en
general tendieron externalizar algunas etapas de la producción y a otorgar
mayor importancia a tareas de gestión (Balsa et al, 2014). Sin embargo,
algunos “persistieron” manteniendo lógicas familiares, situación en gran
medida posibilitada por la implementación de esquemas productivos y de
captación de ingresos diversificados (López Castro, 2012). Otros, en cam-
bio, atravesaron procesos de reconversión productiva y organizativa, des-
plazándose hacia esquemas empresariales; tendieron a expandir su escala
(vía arrendamiento de tierras) y a profesionalizar la gestión de la explo-
tación e incrementar el uso de mano de obra externa (Gras y Hernández,
2013; Grosso et al., 2013).
Teniendo en cuenta los procesos por los que atravesó el agro y su impac-
to en los diversos actores involucrados en la producción, es posible afirmar
que se fue consolidando un sistema con una fuerte lógica concentradora,

9 Definir la producción familiar siempre ha resultado controvertido. Se ha tendido a identificar


como rasgo definitorio el carácter familiar de la gestión y del trabajo en la explotación, y, a
diferencia del campesinado, por ser unidades susceptibles de llevar adelante un proceso de
acumulación (Ratier y Ringuelet, 1999).

196 Estefanía Hüter | Huellas n° 20, ISSN: 0329-0573 (impresa) / 2362-5643 (en línea)
una expulsión de la producción de un número importante de explotaciones
de tamaños medios y pequeños, en muchos casos familiares. Este proceso
se viene acentuando desde hace varias décadas, más allá de las diferencias
entre los diversos períodos político-económicos. A inicios de la década del
2000 cambió la estructura de precios relativos del agro y, con el incremento
en los precios de los commodities, se generó un aumento de la rentabilidad
global del sector, mejorando significativamente los niveles de ingresos de
los productores que se habían mantenido en la actividad. Sin embargo con-
tinuaron aumentando los costos productivos, por el gran peso de insumos
externos y por el aumento del precio de la tierra, lo que dificultaba para
pequeños y medianos productores expandir su escala (Balsa el at., 2014);
es decir, si bien algunos sectores accedieron a ganancias extraordinarias,
no se revirtieron las condiciones excluyentes en la producción agraria.
A partir de estas caracterizaciones sobre los actores sociales del agro ar-
gentino actual, en la siguiente sección se desarrolla una propuesta concep-
tual para profundizar el análisis sobre las vinculaciones socio-económicas
que estos actores tienden a establecer con los espacios locales.

Aportes para reflexionar sobre la incidencia socio-


económica del agro actual en los espacios locales

De acuerdo a lo mencionado, el modelo socio-productivo agrario adop-


tado en Argentina (y de manera similar, en diversos países Latinoame-
ricanos) ha tendido a potenciar la presencia de los actores agrarios más
concentrados y profundizado la penetración del capital transnacional en el
agro (mediante diversas vías), así como provee nuevos mercados y oportu-
nidades para ciertos segmentos de la sociedad.
Para algunos autores estas tendencias serían inevitables para quedar in-
sertos en el mundo globalizado, y necesarias y deseables para el desarrollo
continuado del país. En esa línea, Bisang, Anlló y Campi (2010, 2013)
y Bisang y Gutman (2005) consideran que, en Argentina,la competitivi-
dad internacional que han logrado varias producciones agroalimentarias
(principalmente la soja) en el marco del paradigma predominante haría
posible encontrar en el futuro próximo un “eje legítimo de acumulación”y
desarrollo sustentable (Bisang et al, 2013: 12). Afirman que, más allá de
ciertos obstáculos aún por remover (principalmente la transnacionaliza-
ción de segmentos clave), se crearon ventajas estables en el tiempo aso-
ciadas a la incorporación de recursos naturales, humanos y tecnológicos
(Bisang y Gutman, 2005: 16). Los autores dejan en claro que aquella idea

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de competitividad genuina no tiene por fin considerar efectos distributi-
vos, pero cabe preguntarse si aún en tales términos las producciones del
agro que han crecido en las últimas décadas posibilitan tal competitividad
para Argentina cuando estas producciones son fuertemente dependien-
tes de la demanda internacional, factor sobre el que el país tiene poco
control. Asimismo, resulta necesario preguntarse, entre otras cosas ¿qué
paradigma de desarrollo agrario abre en la actualidad este esquema socio-
productivo agrario? ¿qué tipo de agentes logran insertarse en el modelo
y cuáles de ellos se colocan en posiciones de decisión tales que pueden
reafirmar su interés frente a otros actores y a contextos cambiantes?; y,
para ir acercándonos al problema que aquí nos interesa, ¿en qué medida
y de qué formas las lógicas económicas que despliegan estos actores se
vinculan a los espacios locales (llamados por algunos autores “espacios
de producción”)?, ¿qué tipo de “desarrollo local” promueve (o posibilita)
el actual modelo dominante de producción agropecuaria? Plantear tales
interrogantes nos permite acercarnos a la pregunta más general sobre a
qué modelo de desarrollo abona el crecimiento de las rentas vinculadas al
agro y si él supone mayor bienestar para la mayoría de la sociedad, ahora
y en el largo plazo.
No se buscará resolver aquí cada uno de estos interrogantes, que se
hallan además interconectados y respondidos parcialmente por los antece-
dentes sistematizados a lo largo del trabajo, sino que en este apartado se es-
bozará una línea de análisis que puede ser de utilidad para estudiar el actual
modelo de agro dominante en términos de las lógicas socio-económicas
que él despliega en los espacios locales10.
Hasta el momento se han desarrollado pocos estudios respecto a las
vinculaciones que los actores sociales agrarios establecen con los espacios
locales. Y la mayoría de las investigaciones referidas a esta cuestión han
puesto más énfasis en aspectos de orden simbólico por sobre los mate-
rial/económicos; analizan aspectos identitarios y culturales de los actores
del agro que contribuyen a establecer diversos vínculos con tales espacios
(Cloquell et al., 2013; Bidaseca y Gras, 2010).
Y los estudios que de alguna forma analizan para la región pampeana,
junto con la dimensión simbólica, la inserción económica que mantienen
aquellos actores respecto a los espacios locales (como los trabajos de Bustos
Cara y Sili (1994), Sili (2005), Varesi (2010), Champredonde y Albaladejo
(2011), Hernández (2012), Albaladejo (2013), Gras y Hernández (2013),

10 Esto puede abonar la discusión en torno a cómo el agro actual se vincula a las localidades
pequeñas y medianas de la región pampeana, frente a la tesis sostenida por algunos autores
respecto a la dinamización de estas localidades en las últimas décadas.

198 Estefanía Hüter | Huellas n° 20, ISSN: 0329-0573 (impresa) / 2362-5643 (en línea)
entre otros), al hacerlo no han estudiado en detalle la influencia diferencial
que tendrían sobre esos espacios las lógicas productivas y económicas de
cada uno de los actores que componen la estructura social agraria actual,
sino que se han basado en analizar a un actor agrario en particular o a un
tipo de producción específica11; o, en algunos casos, este no ha sido el ob-
jeto de estudio principal por lo que sólo se mencionan algunas tendencias
percibidas (como en Balsa et al., 2014, Grosso et al., 2013).
Estos trabajos no han abordado la problemática en los términos que aquí
se plantearán, pero es posible tomarlos como antecedente para identificar
algunos primeros indicios respecto a cómo impactarían en los espacios lo-
cales las lógicas socio-económicas que despliegan los agentes vinculados
directamente a la producción en el agro12 (o los procesos de reproducción
del capital vinculados al agro); dimensión que, al igual que toda práctica,
sin dudas se haya vinculada al “horizonte simbólico” de los actores.
Para las grandes empresas de producción agropecuaria su reproducci-
ón no dependería de relaciones sociales y económicas localizadas territo-
rialmente: pese a que necesariamente localicen los procesos productivos,
tal localización no es fija sino que tiende a ser más bien eventual; así, su
dinámica económica y el imaginario que movilizan anclan en el horizonte
global (Gras y Hernández 2013; Grosso et al 2013). Estos actores no reali-
zan necesariamente transacciones comerciales en las localidades cercanas
a los (eventuales) espacios de producción, sino que las efectuarían a través
de su centro administrativo, lugar hacia donde también transfieren sus ga-
nancias (Giberti [2003] citado en Albaladejo y Champredonde, 2011: 126-
127). En la vorágine por mantenerse competitivos, para ganar en costos y
eficiencia, y acompañados por un discurso empresarial con fuerte difusión
y aceptación, este “desprendimiento” de lo local tendería a desarrollarse
cada vez más también en productores empresarios medianos: aunque con
menor capacidad de movilidad, tenderían a desvincularse de los espacios
locales incluso como horizonte de referencia simbólica (Gras y Hernández
2013, Grosso et al 2013). La aceptación más o menos acrítica e irreflexiva
de un discurso en torno al agro que vincula la producción agropecuaria a la
idea del agronegocio y a los productores a la figura de “empresarios inno-
vadores”, también ha tenido su influencia en los productores familiares. La
11 Para la región extrapampeana se desarrollaron algunos estudios referidos a esta temática desde
el enfoque de los “circuitos productivos” (Rofman, 1999), que intenta reconstruir las tramas
productivas y el comportamiento de todos los agentes intervinientes en alguna producción
determinada, considerando secundariamente tanto la incidencia de estos procesos sobre áreas
geográficas específicas como el desarrollo de otras producciones (Tadeo, 2010).
12 Se mencionan sólo los indicios que se han podido sistematizar, pero no existen aún estudios
específicos que hayan abordado esta problemática para los diversos agentes.

Huellas n° 20 (2016) | Dinámicas socio-económicas del agro pampeano actual y espacios locales... (pp. 187-208) 199
agricultura familiar, tradicionalmente considerada de fuerte anclaje local
(material y simbólico), ha atravesado transformaciones en los vínculos que
establece con tales espacios: si bien estos productores tienden a habitar
espacios cercanos a la explotación (aún habiendo disminuido fuertemente
la residencia rural) y continúan teniendo un horizonte de referencia vin-
culado a tal espacio y realizando transacciones comerciales con agentes
locales, también estarían empezando a desarrollar cierta movilidad en la
remuneración a los factores productivos (de la mano del desplazamiento
hacia lógicas más empresariales) (Grosso et al., 2013; Cloquell et al., 2013;
Balsa et al., 2014).
Por otra parte, mientras que la figura del rentista se encontraría más
vinculada a las dinámicas locales y/o regionales, por lo general su po-
sibilidad de “dinamizar” la economía (de localidades pequeñas y media-
nas) resulta limitada debido a que no tienden a derivar sus rentas hacia
inversiones productivas (agrarias y no agrarias) sino más bien hacia el
mercado financiero o inmobiliario (Balsa et al 2014; Gras y Hernández,
2013). Aunque sus rentas se hayan vinculadas a la actividad productiva,
se encuentran en verdad en una situación de exclusión de la producción.
En contraste, los contratistas sí reinvierten en la producción agropecuaria
y se hallarían en cierta conexión respecto a las dinámicas locales. Sin
embargo, se encuentran en una situación de relativa vulnerabilidad por
su rol de prestadores de servicios altamente capitalizados en un mercado
fuertemente competitivo, y esta situación, junto con las características de
su actividad, impulsan a una fuerte movilidad que los vincularía y desvin-
cularía de diversos espacios locales (Grosso et al., 2013). Por su parte, los
trabajadores asalariados permanentes se ha considerado que tradicional-
mente tienen dinámicas con fuerte anclaje en los territorios locales13.Estos
actores se hallan en un proceso de retracción particular. Las innovaciones
(de producto y de proceso) en el agro han reducido los requerimientos de
mano de obra directa, al tiempo que ha habido un desplazamiento en las
exigencias de capacitación de los trabajadores: desde capacidades gené-
ricas hacia calificaciones específicas y complejas (Gutman y Gorenstein,
2003; Villulla 2015; Delgado Cabeza, 2010). La tendencia a la expulsión
de mano de obra directamente vinculada a la producción agropecuaria14,
habría tenido también repercusiones en las economías locales (Neiman,

13 Se hace referencia a los trabajadores permanentes, los de carácter temporal presentan otras
dinámicas particulares de cada actividad/región y que exceden los objetivos del trabajo.
14 Hay que sumar que en el medio rural continúa siendo relevante (y se profundizó en algunos
sectores) la contratación de mano de obra temporal, combinada con diferentes modalidades de
flexibilización y precariedad laboral (Gutman y Gorenstein 2003; Neiman, 2010).

200 Estefanía Hüter | Huellas n° 20, ISSN: 0329-0573 (impresa) / 2362-5643 (en línea)
2010); y, a su vez, la mayor incidencia del contratismo en la realización
de trabajo directo y en la contratación de trabajo asalariado, habría redun-
dado en una mayor movilidad de los trabajadores asalariados, aún cuando
ellos sean permanentes (Villulla, 2015).
Si algunos autores sostienen que la reducción en el número total de
productores y asalariados vinculados directamente al agro fue compensada
a través de empleos en otros eslabones de la cadena agroindustrial y en la
dinamización de localidades establecidas como centros de servicios agro-
pecuarios (Solbrig y Adamoli 2008, Bisang et al 2010,2013); a grandes
rasgos, esto resulta discutible si consideramos que los indicios menciona-
dos sobre la evolución del agro en las últimas décadas señalan un fuerte
proceso de exclusión de la producción así como el gran peso que han co-
brado los actores más concentrados de la cadena agroindustrial para guiar
el proceso productivo y lograr una apropiación diferencial de la renta; y,
en el marco del esquema productivo en red, con gran capacidad para des-
localizar recursos (capital fijo y variable, y renta), desvinculándolos de los
espacios de producción (entre otros: Grosso et al 2013; Gras y Hernández
2013; Reboratti 2010).
Aquello indicaría que existiría en el agro cierto desacople entre la pro-
ducción y los espacios locales (Gras y Hernández, 2013), proceso que
algunos autores han considerado como de desterritorialización (Delgado
Cabeza, 2010), pero que aquí se prefiere interpretar como el posible desar-
rollo de una territorialidad particular, para así resaltar no la desvinculación
entre procesos económicos y espacios locales, sino un uso y valoración del
espacio específico donde se tendería a conformar un exiguo enraizamiento
y articulación del capital con lo local. Y esta tendencia pareciera ser una ca-
racterística general del actual modelo agropecuario dominante, más allá de
sus diversas traducciones nacionales y locales, ya que diversos autores han
señalado el fenómeno de la movilidad de las actividades productivas en el
agro, afirmando que cada vez más la agricultura se hallaría desvinculada de
su base social y ecológica (Marsden, 1997).
Pero para complejizar esta discusión, en razón de los escasos análisis
desarrollados hasta el momento y la perspectiva desde los que se han rea-
lizado, es necesario conocer más en profundidad las dinámicas económi-
cas de la producción agropecuaria y las vinculaciones (en sentido amplio)
que en aquel aspecto se establecen con los espacios locales. Es decir, para
poder estudiar el agro actual pensándolo no sólo como modelo productivo
sino también en tanto el modelo de desarrollo agrario que efectivamente se
ha ido estableciendo como hegemónico, se cree que es necesario profun-
dizar una línea de análisis referida a los aspectos materiales-económicos

Huellas n° 20 (2016) | Dinámicas socio-económicas del agro pampeano actual y espacios locales... (pp. 187-208) 201
o económico-productivos movilizados por los actores agrarios y cómo a
partir de ellos se generan diversos vínculos con el espacio local, contri-
buyendo al despliegue de determinadas dinámicas territoriales; es decir,
lógicas de uso, ocupación y valoración de los espacios geográficos (Man-
çano Fernandes, 2010).
En principio cabe remarcar que las investigaciones hasta ahora realiza-
das no se han nutrido de las discusiones conceptuales desarrolladas en el
ámbito de la geografía económica en torno los espacios locales, las relacio-
nes entre lo local y lo global, y los estudios territoriales.
Desde fines del siglo XX y principios del XXI, diversos estudios sobre
procesos de desarrollo local realizados desde la sociología y la economía
han incorporado de alguna forma la noción de territorio, surgida en la geo-
grafía (Abramovay, 2006). Sin embargo, en tales análisis (y también en las
formulaciones desde la gestión pública) han tendido a predominar lo que se
ha llamado las “posiciones localistas”, que tienden a abandonar cualquier
perspectiva que haga referencia a las cuestiones estructurales de la lógica
capitalista de acumulación, y defienden, en cambio, la capacidad irrestricta
de la escala local para generar procesos de regulación; para, mediante la
cooperación entre diversos agentes locales, poniendo énfasis en elementos
cognitivos, culturales e identitarios, movilizar las “potencias endógenas”
y engendrar procesos virtuosos de desarrollo socio-económico insertos en
las dinámicas globales15 (Brandao, 2007). Pero en la etapa actual de mun-
dialización, en que el capital (de la mano de transformaciones tecnológicas
y organizacionales) ha logrado un mayor aprovechamiento de la diversidad
social y material debido a su gran capacidad de movilidad y flexibilidad,
se hace aún más preciso estudiar la expresión espacial del proceso de acu-
mulación de capital; y, como afirma Brandao (2007), pensar los espacios
locales y su relación con los procesos de acumulación de capital.
Frente a aquellas concepciones resulta necesario entonces sostener
propuestas de análisis alternativas, que resalten los aspectos estructurales-
económicos que conforman el orden social capitalista y la importancia del
conflicto (efectivo o potencial) y de las relaciones de fuerzas entre diversos
grupos sociales, para poder comprender más cabalmente lo que sucede en
los espacios locales.

15 En algún sentido, las nociones de desarrollo y territorio “virtuosos” que sostienen desde estas
posiciones son cercanas a las que subyacen en los análisis de Bisang, Anlló y Campi (2010,
2013) y Bisang y Gutman (2005), para quienes, como se mencionó más arriba, el hecho de que
los espacios locales se hallen insertos en lógicas globales supondría, por sí mismo, un punto
de partida (o de llegada) para el desarrollo socio-económico de tales espacios y de todos los
agentes que de diversa manera habitan en él.

202 Estefanía Hüter | Huellas n° 20, ISSN: 0329-0573 (impresa) / 2362-5643 (en línea)
En ese sentido, es relevante recuperar una perspectiva crítica sobre el
territorio para analizar los procesos de desarrollo local; y considerar enton-
ces que el territorio constituye un ámbito de construcción social, resulta-
do del ejercicio de relaciones de poder, donde los diversos actores tienen
una capacidad diferencial para ejercer o mantener su control o dominio
(Santos 1994, Haesbaert 2011; Mançano Fernandes 2010). Asimismo, la
construcción del territorio implica, al mismo tiempo, una dimensión sim-
bólica, una forma de control simbólico por parte de algunos grupos socia-
les sobre el espacio, y una dimensión más concreta o material, del orden
de lo político-económico (Haesbaert, 2011). Es decir, el territorio puede
ser considerado como un espacio producido socialmente en el marco de
relaciones estructurales a través de prácticas concretas y también mediante
ideas o conceptos (Manzanal 2007); producto de la historia colectiva. Si
entonces el territorio es visto como un espacio definido y delimitado por
y a partir de relaciones de poder; es posible considerar que en un determi-
nado espacio existan territorialidades en disputa, algunas dominantes pero
“conviviendo” con otras, más o menos subordinadas, en contradicción y
lucha (Manzanal, 2014).
Asimismo, acorde a esta perspectiva, sería necesario analizar más en
profundidad y en un espacio concreto qué mecanismos materiales operan
en la construcción de un territorio, imprimiéndole características particu-
lares al espacio local concreto, entendiendo que todo proceso de desarro-
llo se localiza espacialmente y para así resaltar las interdependencias que
existen entre procesos sociales y económicos en diversas escalas (Brandao,
2007; Manzanal, 2014).
Retomando entonces estas concepciones con el interés de enriquecer y
profundizar el análisis sobre las lógicas socio-económicas del actual mo-
delo de agro dominante y, particularmente, sobre las vinculaciones que en
aquel aspecto se establecen con los espacios locales, se plantea la impor-
tancia de volver a formular algunas preguntas básicas en torno al sistema
social actual, al modelo de acumulación (pensando en este caso en las di-
námicas que atraviesan al agro). Para ello se considera que podría ser útil
retomar el esquema marxista clásico sobre el proceso de acumulación, que
distingue la esfera de la producción y la de la circulación.
Para analizar los aspectos material-económicos de las dinámicas te-
rritoriales que despliegan los actores sociales del agro se propone estu-
diar especialmente la última fase del ciclo de reproducción del capital,
la esfera de la circulación, que ha sido la menos estudiada para el caso
del agro. Esto permitirá dar cuenta de las vinculaciones (en sentido am-
plio, es decir, incluyendo desvinculaciones) económicas que la produc-

Huellas n° 20 (2016) | Dinámicas socio-económicas del agro pampeano actual y espacios locales... (pp. 187-208) 203
ción agropecuaria actual sostiene con los espacios locales. Creyéndose
pertinente realizar este análisis para todos los tipos de esquemas socio-
productivos a fin identificar si existen diferencias entre ellos, tenden-
cias dominantes e incluso tensiones entre las prácticas de los diversos
actores.
Se propone entonces que, para conocer las dinámicas material-económi-
cas que se ponen en juego de manera directa en la producción agropecuaria
actual, resulta necesario analizar, por una parte, el ciclo de la producción, es
decir las formas de organizar la producción o los esquemas socio-producti-
vos actuales, tanto los que se consideran directamente asociados al modelo
hegemónico de agro, como aquellos que pueden considerarse insertos de
una forma menos evidente (parcialmente insertos) y los que puedan ser
considerados como modelos persistentes (asociados a modelos anteriores)
o alternativos. Y, por otra parte, se propone estudiar las dinámicas de cir-
culación del capital que tales esquemas ponen en marcha, a partir de las
prácticas de adquisición y venta de bienes y servicios y las de canalización
de las rentas rurales que movilizan los actores directamente involucrados
en la producción agraria; es decir, dentro del ciclo de reproducción del ca-
pital, al considerar los circuitos de circulación, se debería hacer referencia
a las trasmutaciones formales, los intercambios en el mercado que median
al proceso de producción, y también al consumo individual de aquellos
agentes (Marx, 1987[1894]).
A partir de ello será posible analizar cuáles serían los vínculos materia-
les, especialmente económicos, que se generan con los espacios locales;
y en tal tarea no se deberá perder de vista que esto supone determinadas
representaciones sobre los espacios, construcciones simbólicas. Por lo
que, aunque no sea el objetivo principal del planteo, resultará necesario
considerar también cómo perciben los propios actores del agro esta arti-
culación, ya que el ámbito de las percepciones subjetivas constituye un
elemento significativo en la construcción del mundo y resulta imposible
analizar las prácticas de los actores sin considerar este aspecto al menos
de manera exploratoria; la esfera económica no funciona de manera to-
talmente autónoma respecto de las demás esferas de la vida social, de las
determinaciones no económicas de las prácticas de los actores (Grano-
vetter, 1985).
Con todo ello se propone entonces un abordaje concreto para analizar
las vinculaciones del agro actual con los espacios locales, poniendo énfasis
en los aspectos económicos y apelando para ello a la noción de circula-
ción del capital de los actores agrarios. De esta forma, se colocará en el
centro del análisis a tales actores, sus lógicas productivas y económicas,

204 Estefanía Hüter | Huellas n° 20, ISSN: 0329-0573 (impresa) / 2362-5643 (en línea)
para considerar cómo ellos despliegan posiblemente diferentes lógicas de
ocupación y valoración de los espacios locales16.

Consideraciones finales

Las características del modelo agro-productivo dominante parecerían


indicar que existiría cierto desacople entre la producción y los espacios
locales. Si bien el actual modelo agropecuario dominante, como toda ló-
gica global, tiene diversas traducciones nacionales y locales, la señalada
relación con los espacios locales pareciera tender a ser una característica
general propia del mismo. Desde que se consolidaron los principales ras-
gos del modelo actualmente dominante, diversos autores han señalado el
fenómeno de la movilidad de las actividades productivas en el agro.
Sin embargo, esto constituye una tendencia que debe ser estudiada más
sistemática y profundamente, considerando las posibles tensiones que sur-
jan tanto desde los actores que participan plenamente del actual modelo de
agro dominante, como de aquellos que se hayan parcialmente incluidos y
vinculados a otros modelos productivos; asimismo es necesario indagar en
torno a las modalidades y profundidades que adquieren las vinculaciones y
desvinculaciones que los actores establecen con los espacios locales.
Este análisis sería relevante debido a que las prácticas productivas y
económicas que despliegan los actores sociales del agro implican sostener
un particular modo de vida en el plano de la subjetividad y un específico
modelo de desarrollo local y global en el plano estructural. Aquí se han
señalado algunos elementos para trazar las líneas de conexión en este últi-
mo sentido, considerando que tanto los distintos modelos productivos que
sostienen los actores como los procesos de circulación de capital que ellos
ponen en marcha pueden implicar diferentes usos de la tierra, diferentes ló-

16 Un trabajo de este tipo implica hacer un recorte espacial concreto tal que, sin perder compleji-
dad en el planteo, posibilite su indagación empírica; y, para analizar las dinámicas territoriales
del agro actual, se considera posible realizar un recorte espacial prefijado de “lo local” tratán-
dolo a nivel de distrito. Este recorte puede justificarse por las más obvias razones operativas;
pero además podría considerarse que para el caso del agro es particularmente significativa la
posibilidad de reflexionar en torno a cómo impacta localmente el modelo de desarrollo que
él sostiene, ya que esta producción (de manera potenciada frente a otras) requiere de recursos
naturales localizados, y la manera en que ellos se pongan a jugar en las diversas configu-
raciones socio-productivas y el tipo de vínculos que a partir de ellas se generen, impactan
directamente sobre las dinámicas que configuran lo “local”. Conocer entonces las dinámicas
que determinan y configuran “lo local” en un distrito, como menor unidad administrativa del
Estado, podría constituir un primer paso en la posibilidad de disputa en torno a los modelos de
desarrollo local (en este caso, del agro).

Huellas n° 20 (2016) | Dinámicas socio-económicas del agro pampeano actual y espacios locales... (pp. 187-208) 205
gicas de ocupación y valoración de los espacios locales, diferentes relacio-
nes sociales y distintos paradigmas de desarrollo, que pueden ponerse en
juego y disputarse [en] un mismo espacio geográfico, y que pueden ir o no
acompañados de una disputa discursiva. Es decir, este trabajo pretende ser
un aporte al análisis de una dinámica que, si bien ha sido mencionada en
diversos estudios, no ha sido estudiada específicamente, al menos no desde
esta perspectiva que pone énfasis en los elementos económico-productivos
que están implicados en las construcciones, deconstrucciones y reconstruc-
ciones de los territorios17.Y así será posible colaborar en la comprensión
de las dinámicas territoriales asociadas al modelo de agro actualmente he-
gemónico, las tensiones (o no) entre ellas; punto que está en discusión en
el debate sobre el agro actual, ya que parte del discurso que acompaña los
cambios en el agro (de grandes empresas, asociaciones de productores, e
incluso de algunos investigadores, entre otros agentes) señalan que una
potencialidad que tendrían los nuevos esquemas productivos sería generar
dinamismo y crecimiento en las economías locales.
Analizar estos aspectos puede contribuir asimismo a comprender las
lógicas de funcionamiento de los espacios locales y cómo en ellos se ex-
presan distintos modelos de desarrollo y proyectos socio-políticos, paso
que resulta necesario para poder plantear transformaciones (desde refor-
mas dentro del modelo actual hasta transformaciones más radicales en el
modelo societal).

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17 Esta idea de los territorios atravesados por procesos de construcción, deconstrucción y recons-
trucción es mencionada por Mançano Fernandes (2008).

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Artículo

10
Las diversas concepciones sobre el
espacio rural: un estudio de caso sobre
las repercusiones de la geografía
escolar en educación secundaria

Diego García Monteagudo1


Universidad de Valencia

@ [ diegar4@alumni.uv.es ] | [ diegogarcia56@hotmail.com ]

Fecha de recepción: 28/06/16


Fecha de aceptación: 10/08/16

Cita sugerida: García Monteagudo, D. (2016). Las diversas concepciones sobre el es-
pacio rural: un estudio de caso sobre las repercusiones de la geografía escolar en
educación secundaria. Revista Huellas Nº 20, Instituto de Geografía, EdUNLPam: Santa
Rosa. Recuperado a partir de: http://cerac.unlpam.edu.ar/index.php/huellas

DOI: http://dx.doi.org/10.19137/huellas-2016-2011

Resumen
Las representaciones sociales del medio rural son objeto de debate en un
contexto de cambios sociales, económicos y culturales para estos espa-
cios en el ámbito occidental. A partir de un método comparativo hemos
analizado las representaciones sociales del medio rural de estudiantes de
cuarto curso de educación secundaria. Hemos escogido un centro experi-
mental rural (IES Nº1 de Requena) y dos centros de contraste: urbano (IES
San Vicente Ferrer de Valencia) y periurbano (Colegio Pléyade de Torren-
te). Mediante la interpretación de los resultados de las encuestas y de los
esquemas mentales, se ha demostrado que la ubicación del centro escolar
es un factor que influye en las percepciones sociales del alumnado. Las
similitudes y diferencias respecto de la práctica social y el espacio vivido
explican las concepciones reales (centro experimental) o idílicas (centros
de contraste) sobre el medio rural.

Palabras clave: representaciones sociales, medio rural, método compara-


tivo, alumnado.

1 Licenciado en Geografía. Máster en Profesor de Educación Secundaria. Máster en Investiga-


ción en Didácticas Específicas por la Universidad de Valencia, España.

Huellas n° 20 (2016) | Las diversas concepciones sobre el espacio rural: un estudio de caso... (pp. 209-227) 209
Different conceptions of the rural space: a case study regarding
the effects of the geography taught at High School level

Abstract
Social representations of rural areas are discussed within the context of
social, economic and cultural changes operated on these areas in the Wes-
tern world. Applying a comparative methodology we have analyzed the
social representations of the rural sector present in students of fourth
year of high school. For this purpose we chose a rural experimental cen-
tre- Requena’s IES No. 1- and to introduce a contrast, we chose other two
centres: an urban one- IES San Vicente Ferrer in Valencia- and a suburban
one –the Pléyade Torrente College. From the interpretation of the results
of the surveys and of the students’ mental schemas, it has been shown
that the location of the school is a factor which influences the social per-
ceptions of students. The similarities and differences regarding the social
practices and the lived space account for the real conceptions (experimen-
tal centre) or idyllic ones (contrast centres) about the rural areas.

Key words: social representations, rural areas, comparative methodology,


students.

As diversas concepções sobre o espaço rural: um estudo de caso


sobre as repercussões da geografia escolar na educação secundária.

Resumo
As representações sociais do meio rural são objeto de debate em um con-
texto de mudanças sociais, econômicas e culturais para estes espaços no
âmbito ocidental. A partir de um método comparativo analisamos as re-
presentações sociais do meio rural de estudantes de quarto ano de edu-
cação secundária. Escolhemos um centro experimental rural (IES Nº1 de
Requena) e dois centros de contraste: urbano (IES San Vicente Ferrer de
Valencia) e periurbano (Colégio Pléyade de Torrente). Através da interpre-
tação dos resultados das enquetes e dos esquemas mentais, conseguimos
demostrar que a localização do centro escolar é um fator que influencia
nas percepções sociais do grupo de alunos. As similitudes e diferenças a
respeito da prática social e o espaço explicam as concepções reais (centro
experimental) ou idílicas (centros de contraste) sobre o meio rural.

Palavras clave: representações sociais, meio rural, método comparativo,


grupo de alunos.

210 Diego García Monteagudo | Huellas n° 20, ISSN: 0329-0573 (impresa) / 2362-5643 (en línea)
Introducción2

E n los países desarrollados se ha incrementado la sensibilidad social en


relación con la calidad de vida y con la conservación del medio am-
biente en los espacios rurales. Esto ha derivado en que los geógrafos rura-
les y otros especialistas afines, se hayan interesado por las investigaciones
acerca de los aprovechamientos agropecuarios y la crisis de la agricultura
familiar, la expansión reciente del turismo rural y el ecoturismo. Al mismo
tiempo, han dedicado una atención especial a la organización y promoción
del medio rural, destacándose el desarrollo y la creciente multifunciona-
lidad de las áreas rurales, y las relaciones existentes entre el ruralismo, el
medio ambiente y la agricultura.
Desde el punto de vista didáctico, esta investigación sobre representa-
ciones sociales del medio rural se basa en la reflexión acerca de teorías y
propuestas de innovación que nos han permitido contribuir en la didáctica
del espacio rural. Los paradigmas del paisaje y la organización del territo-
rio han analizado el espacio y sus implicaciones para interpretar el mundo
rural, la existencia de desequilibrios territoriales y las diferencias sociales
y económicas, por contraposición al espacio urbano. Hasta el momento
actual, las propuestas de investigación se han centrado en torno a dos as-
pectos clave: la organización del temario de Geografía respecto a espacios
y representaciones sociales, y la consideración del espacio como eje de
reflexión y estudio al que el alumnado proporcione importancia como un
marco en el que se desarrolla la actividad económica (Puente, 1998).
Con nuestros resultados se ha constatado una representación idílica del
medio rural entre el alumnado de los dos centros de contraste. Estos estu-
diantes contraponen su espacio vivido con el espacio percibido. Esto signi-
fica que la carga emocional que les suscita su espacio urbano de referencia
(calle o barrio) no se corresponde con la práctica espacial que asocian a los
espacios rurales, a los que han atribuido unos valores de calma y tranquili-
dad, que se asocian al núcleo central de representaciones sociales de estos
espacios, que se generaliza en una visión de inferioridad social y económi-
ca de sus habitantes respecto de los de las ciudades. Por su parte, el espacio
vivido y el espacio percibido cuenta con una equivalencia más evidente
2 Esta investigación forma parte del Trabajo Final de Máster titulado “Las representaciones
sociales del medio rural en la geografía escolar”, que se inscribe en la línea de investigación
“Identidades y representaciones sociales (espacio, memoria, género y nación)” que se está
desarrollando en el Departamento de Didáctica de las Ciencias Experimentales y Sociales de
la Universidad de Valencia. El director de este trabajo y coordinador de la línea de investiga-
ción es el profesor y doctor Xosé M. Souto González. Sobre esto se puede consultar: http://
socialsuv.org/lineas-de-investigacion/ (Última consulta: 23 de junio de 2016).

Huellas n° 20 (2016) | Las diversas concepciones sobre el espacio rural: un estudio de caso... (pp. 209-227) 211
en el caso de las representaciones del alumnado del centro experimental.
Como veremos en el apartado dedicado a la presentación de resultados, las
referencias de este alumnado a la actividad económica cuentan con una
representación real que se acompaña de habitantes que trabajan tanto en la
agricultura como en la ganadería.

Representaciones sociales y geografía de la


percepción: una relación teórica y metodológica

Al tratar las representaciones sociales se hace mención a una teoría for-


mulada a finales de la década de 1970 por Serge Moscovici. La base teórica
se apoyaba en la psicología social y mostraba la influencia de la sociología,
debido a la fundamentación teórica que Durkheim había aportado desde
este último campo de conocimiento. De una primera definición del concep-
to de representaciones sociales podemos extraer que incluyen un conjunto
de conocimientos que permiten al ser humano comprender y explicar la
realidad física y social que experimenta en su vida cotidiana. Unos años
más tarde, la explicación de Moscovici (1979) fue completada con la si-
guiente definición de Robert Farr, acerca del origen y las funciones de las
representaciones sociales:
Sistemas cognitivos con una lógica y un lenguaje propios. No representan
simples opiniones acerca de imágenes o de actitudes hacia, sino teorías o
ramas del conocimiento con derechos propios para el descubrimiento y la
organización de la realidad. Sistemas de valores, ideas y prácticas con una
doble función: primero, establecer un orden que permita a los individuos
orientarse en su mundo material y social y dominarlo; segundo, posibilitar
la comunicación entre los miembros de una comunidad proporcionándo-
les un código para el intercambio social y un código para nombrar y clasi-
ficar sin ambigüedades los diversos aspectos de su mundo y de su historia
individual y grupal (Farr, 1983: 655-656).

En consecuencia, las representaciones sociales siguen una lógica propia


diferente pero no inferior a la lógica científica, encontrando su expresión
en el lenguaje cotidiano de cada grupo social (Banchs, 1982). Así pues, las
representaciones sociales tienen una doble modalidad. Por un lado, como
modo de conocimiento o actividad de reproducción de las características
de un objeto (reconstrucción mental); por otro lado, como una forma de
pensamiento social que estructura la comunicación y las conductas de los
miembros de un grupo. Finalmente, las representaciones sociales permiten

212 Diego García Monteagudo | Huellas n° 20, ISSN: 0329-0573 (impresa) / 2362-5643 (en línea)
que los sujetos construyan un pequeño modelo explicativo y evaluativo del
entorno, a partir de un discurso, que le permite otorgar un sentido y le guía
para funcionar en la vida social, contribuyendo en la resolución de proble-
mas, conflictos y nuevas incertidumbres.
Para comprender las representaciones sociales de los sujetos, la teoría
de las representaciones sociales ha utilizado las técnicas de la geografía
de la percepción y del comportamiento. Esta corriente epistemológica
comenzó a desarrollarse en la década de 1960 con un método definido
y aplicable que se apoyaba en los mapas mentales, a partir de los apor-
tes de la psicología social y el psicoanálisis (Vara, 2008). Durante las
siguientes décadas se desarrollaron investigaciones con un enfoque más
humanista, que tuvo como marco predilecto el espacio urbano. Todos
esos planteamientos metodológicos fueron sintetizados por Pozo (1999)
y los estudios sobre percepción y comportamiento se diversificaron con
otras orientaciones temáticas, que pueden reducirse a la sociología de
la geografía. Como ejemplo, podemos citar el estudio de Jorge Hermo-
silla (1999) sobre el perfil de los clientes de los hipermercados de la
provincia de Valencia (España), mediante la realización de dos mil cien
encuestas.
Las técnicas principales de la geografía de la percepción y del compor-
tamiento (encuestas, esquemas mentales y entrevistas) han sido aplicadas
al conocimiento de las representaciones sociales. El primer momento en
el que dicho enfoque epistemológico tuvo una aplicación académica y
profesional en el ámbito educativo fue con el desarrollo del Proyecto Gea
Clío3. En la práctica escolar, los docentes disponen de diversas fuentes
para trabajar, investigar y hacer aflorar las representaciones del alum-
nado. El motivo fundamental es que las concepciones específicas con-
dicionan tanto el aprendizaje individual como el de los grupos de clase
(Souto, 2013). El trabajo metodológico docente incluye conocer cómo
los alumnos aprenden el espacio geográfico. En el actual contexto de sa-
turación informativa es interesante conocer cómo los alumnos se forman
y expresan las ideas espontáneas. Así, el docente puede estimular a su
alumnado para descubrir los intereses subyacentes en la presentación de

3 Es un proyecto de innovación surgido entre 1985 y 1990, que reunió a docentes de educación
secundaria y universitaria que no estaban satisfechos con los contenidos de geografía e his-
toria elaborados por las editoriales españolas. Sus miembros se han centrado en la creación
de materiales curriculares para los niveles de educación secundaria y bachillerato. El enfoque
disciplinar parte del estudio del espacio geográfico subjetivo, en plena consonancia con la
geografía de la percepción y del comportamiento, con la finalidad de que el alumnado com-
prenda las problemáticas sociales y ambientales. En la actualidad es el único proyecto de
renovación pedagógica que sigue activo en España.

Huellas n° 20 (2016) | Las diversas concepciones sobre el espacio rural: un estudio de caso... (pp. 209-227) 213
los espacios geográficos desde una perspectiva pretendidamente acrítica,
como si la representación que aparece en los medios de comunicación o
en Internet fuese natural (Souto y García Monteagudo, 2015). De hecho,
son frecuentes las referencias literarias y publicitarias que consideran el
medio rural como escenario de promoción de determinadas imágenes y
productos.
En síntesis, la manera de operar con las representaciones sociales re-
quiere de los métodos que han sido utilizadas por la Geografía de la Per-
cepción y del Comportamiento. Por un lado, ya que permiten aproximarnos
a la concepción del espacio complejo, como un eslabón superior en el que
confluyen las percepciones individuales y la información que nos llega a
partir de otras fuentes (estadística, medios de comunicación, informes de
empresas). Por otra parte, las representaciones sociales nos permiten com-
prender la epistemología de los modelos pedagógicos y psicológicos, como
ocurre con el constructivismo. Esta corriente es relevante para la enseñanza
de la geografía, al ofrecerle un método para graduar la secuencia de activi-
dades. Así, la escuela de la percepción y del comportamiento es importante
para graduar los aprendizajes estructurales del medio (localización, situa-
ción y orientación) y las valoraciones del espacio vivido (Souto y García
Monteagudo, 2015).

Los diseños experimentales: contexto


geográfico y escolar de los centros educativos

Los resultados de esta investigación han sido proporcionados por es-


tudiantes de cuarto curso de educación secundaria de tres centros de la
provincia de Valencia (Figura 1). La representatividad de la muestra pro-
viene de la variable edad como identificadora de la población. Hemos con-
siderado la edad media de 16 años correspondiente al nivel educativo del
alumnado encuestado, respecto de la población total de esa cohorte de edad
en cada una de las tres ciudades valencianas donde se ubican los centros
seleccionados. El número total de 67 alumnos/as es suficiente en función
del propósito de nuestra investigación, cuyo factor preponderante ha sido
la procedencia espacial tripartita del alumnado de cuarto curso de educa-
ción secundaria. Por tanto, el muestreo incidental o no probabilístico no ha
considerado la aleatoriedad a la hora de seleccionar a los encuestados sino
que ha sido más importante la disponibilidad del personal docente a la hora
de dirigirnos a los centros y recoger los datos procedentes de la encuesta y
de las representaciones pictóricas.

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Figura Nº 1.
Localización a escala municipal de los centros de educación secundaria

Fuente: Elaboración propia. Las abreviaturas corresponden a IES 1 Requena (E), IES San Vicen-
te Ferrer de Valencia (C1) y Colegio Pléyade de Torrente (C2).

El centro experimental ha sido el IES Nº 1 de Requena. Se trata de


un instituto de Enseñanza Media que comenzó en 1928 como Instituto de
Enseñanza Local y sigue en la actualidad para dar servicio al alumnado de
la ciudad de Requena. Esta ciudad pertenece al municipio homónimo, que
con 814.2 km², es el más extenso de la Meseta de Requena, la comarca si-
tuada más occidental de la provincia de Valencia. Desde la segunda mitad
del siglo XIX, la mejora de las comunicaciones entre Requena y Valencia
mediante el trazado de la carretera Madrid-Valencia (Nacional 3) y la llega-
da del ferrocarril (1887), supusieron un relanzamiento en la actividad eco-
nómica. El declive que había experimentado el municipio tras la crisis de la
industria de la seda, se fue aminorando mediante la plantación de viñedos y
el paulatino desarrollo de la industria auxiliar durante la segunda mitad del
siglo XX. La ausencia de la diversificación económica hacia otros sectores
económicos (industria y turismo) ha provocado la emigración de población
joven al área metropolitana de Valencia, Madrid y Barcelona. Pese a ello,
desde los últimos cuarenta años Requena se ha convertido en la cabecera
municipal y comarcal (Piqueras, 1997), concentrándose en su trama urba-
na los principales servicios tributarios, judiciales, médicos y escolares que
abastecen a una población de 20.621 habitantes (INE, 2015), de la que el
80 % se concentra en la ciudad de Requena.
En cuanto al centro el número de alumnos ha oscilado entre los 3.000 en
1965, coincidiendo con la inauguración del edificio actual en ese año (García

Huellas n° 20 (2016) | Las diversas concepciones sobre el espacio rural: un estudio de caso... (pp. 209-227) 215
Rodríguez, 2012), hasta los 751 del presente curso 2015/2016. El alumnado
proviene fundamentalmente de la ciudad de Requena y la docencia se desa-
rrolla en educación secundaria (21 grupos) y bachillerato (4 grupos), además
de ciclos formativos de grado medio y superior (Administración, Administra-
ción y Finanzas, Atención Sociosanitaria y Educación Infantil). Pese a ello,
el alumnado está vinculado con alguna de las 26 aldeas del municipio de Re-
quena. Tanto la capital municipal (la villa de Requena, el desarrollo urbano,
el Archivo Municipal…) como el entorno rural (sierras de El Tejo, parques
naturales, museos rurales…) son aprendidos a través de salidas de campo.
Sobre este montante de alumnado, hemos tomado una muestra de 26
estudiantes (11 varones y 15 mujeres) de cuarto curso de educación secun-
daria. Si el número total de estudiantes en este último curso de educación
secundaria es de 95 alumnos, respecto de las 125 personas empadronadas
en el municipio de Requena con una edad media de dieciséis años, po-
demos decir que la muestra del centro experimental es moderadamente
representativa. La estructura sociodemográfica de las aulas es un indicador
del panorama social y económico del municipio. El 11,2 % de la población
municipal es extranjera, cuyo origen es fundamentalmente de los países de
la Unión Europea y de América del Sur. La inmigración ha reactivado el
crecimiento vegetativo, cuyo saldo negativo acusa una estructura demográ-
fica marcada por el envejecimiento de la población. La población urbana
se ocupa fundamentalmente en los servicios de la ciudad de Requena y los
habitantes de las pedanías son mayoritariamente agricultores dedicados a
tiempo completo en sus explotaciones.
Para comparar la situación del anterior centro experimental, hemos aña-
dido un instituto de educación de secundaria que se ubica en la ciudad de
Valencia. Esta ubicación es la antítesis de lo que hemos desarrollado para el
caso del IES Nº 1 de Requena, la principal razón por la que hemos elegido
este centro urbano. Se trata del IES San Vicente Ferrer, ubicado en el barrio
de Gran Vía (distrito de L´Eixample) desde 1933. El alumnado proviene de
la ciudad de Valencia, especialmente de los barrios de Ruzafa, “Pla del Re-
mei” y de otros pertenecientes a los distritos de “El Pla del Reial” y “Ciutat
Vella”. El número total de alumnos es de 390, y la docencia se desarrolla
en horario de mañana en educación secundaria (273 alumnos distribuidos
en 10 grupos) y bachillerato (117 alumnos distribuidos en 4 grupos corres-
pondientes a las modalidades de bachillerato científico, y humanidades y
ciencias sociales), en cuyas aulas la presencia de alumnado de procedencia
extranjera se sitúa en torno al 5 %.
Las características sociales y económicas del barrio nos permiten co-
nocer el perfil de la muestra de estudiantes seleccionados en este centro

216 Diego García Monteagudo | Huellas n° 20, ISSN: 0329-0573 (impresa) / 2362-5643 (en línea)
de educación secundaria. El barrio fue construido tras la demolición de las
murallas de la ciudad de Valencia en 1868. Se construyeron fincas de pisos
de estilo modernista en las que se albergaron clases sociales con un alto
nivel de vida, como resultado del deterioro urbano del centro de la ciudad
de Valencia. La instalación de este perfil social de sus habitantes influyó en
la construcción de centros de enseñanza privados, a excepción del IES San
Vicente Ferrer que es el único de carácter público del barrio. La población
del barrio era de 11.512 habitantes en 20154, de los que el 64,7 % proceden
de la ciudad de Valencia. El 10 % proviene de otras comarcas valencianas,
especialmente de la Ribera Alta y Ribera Baja, La Safor y la Meseta de
Requena. Este dato es importante ya que da cuenta de los referentes rurales
en los que se han basado algunos de los alumnos en sus representaciones
pictóricas.
En los casos concretos de los 27 alumnos (11 varones y 16 mujeres) en-
cuestados de cuarto curso de educación secundaria, la presencia de alum-
nado extranjero es ligeramente superior a la media del barrio (6,2 %). Si
la mayoría de los extranjeros provienen de los países de la Unión Europea
y de América del Sur, en esta aula la proporción de estudiantes latinoame-
ricanos y asiáticos es buen reflejo del incremento de población de estos
países en los últimos años. La totalidad de alumnos encuestados supone el
50,9 % del alumnado en ese curso, y el 25-30 % de todos los habitantes de
dieciséis años del barrio de Gran Vía al que pertenece el centro.
El segundo centro de contraste es el Colegio Pléyade de Torrente (Va-
lencia), cuyos docentes se han mostrado favorables a la realización de en-
cuestas y esquemas mentales en el único grupo de cuarto curso de edu-
cación secundaria. Es un centro concertado localizado en el Vedado de
Torrente, cuya procedencia del alumnado es fundamentalmente de la zona
homónima de urbanizaciones y chalets donde se localiza dicho centro, y de
otros municipios cercanos y vinculados con la dinámica rural como Picaña,
Catarroja, incluso Chiva. Esta ambivalencia de origen es un factor diferen-
ciador en las representaciones pictóricas del medio rural que han realizado
los estudiantes encuestados.
Las características sociales y económicas del conjunto municipal de
Torrente, sin embargo, no pueden ser directamente traspuestas al contexto
escolar de este centro educativo. La población de este municipio era de
80.107 habitantes (INE, 2015), y se ocupa fundamentalmente en el sector

4 Los datos de población (estructura demográfica, inmigración interior y exterior…) han sido
consultados en la ficha estadística municipal del barrio de Gran Vía que ofrece la web del
ayuntamiento de Valencia. Fuente: http://www.valencia.es/ayuntamiento/webs/estadistica/
inf_dtba/2015/Districte_02_Barri_3.pdf (Última consulta 9 de junio de 2016).

Huellas n° 20 (2016) | Las diversas concepciones sobre el espacio rural: un estudio de caso... (pp. 209-227) 217
servicios (57, 4 %), siendo la agricultura una actividad de menor importan-
cia por ocupar al 3 % de la población activa. La población inmigrante supo-
ne el 11,5 % y procede del norte de África y de América del Sur. En menor
medida son habitantes de los países de la Unión Europea; no obstante, la
presencia de población inmigrante en este centro ronda el 1,5 %.
Por lo que respecta a las características escolares, el centro viene im-
partiendo docencia desde 1989 bajo la modalidad empresarial de coope-
rativa, cuyos miembros asociados son los responsables de desarrollar las
líneas generales del proyecto curricular de enseñanza. En el presente curso
2015/2016 cuenta con 13 unidades (una por cada curso académico) que
albergan a 355 alumnos: 87 estudiantes de segundo ciclo de Educación In-
fantil, 175 de Educación Primaria y 93 de Educación Secundaria. La mues-
tra de 14 estudiantes de cuarto curso de educación secundaria representa el
3,7 % de alumnado del centro y el 2,6 % sobre la población de 16 años del
municipio de Torrente. Aunque esta representatividad es moderadamente
óptima, el criterio más importante es la ubicación del centro, al que por
otra parte, hemos concedido menor importancia por ser el segundo centro
de contraste.
En síntesis, podemos decir que las características anteriores que hemos
señalado para los tres centros de educación secundaria, nos han permitido
distinguir entre el alumnado de procedencia rural, urbana y periurbana.
Como hemos sintetizado en el cuadro siguiente (Cuadro 1), la totalidad de
la muestra comprende 67 estudiantes de cuarto curso de educación secun-
daria.

Cuadro 1. Distribución del alumnado según


su perfil entre los diferentes centros educativos seleccionados
IES Nº 1 IES San Vicente Colegio Pléyade
Total
Requena Ferrer (Valencia) (Torrente)
Varones 11 11 6 28
Mujeres 15 16 8 39
Total 26 27 14 67
Fuente: Elaboración propia

A modo de conclusión, la disponibilidad de datos censales nos ha per-


mitido exponer las principales variables sociales y económicas de los espa-
cios (municipios o barrios) donde se localizan los tres centros de educación
secundaria seleccionados para esta investigación. Con estas características
hemos justificado que la muestra es representativa de la dinámica geográfi-

218 Diego García Monteagudo | Huellas n° 20, ISSN: 0329-0573 (impresa) / 2362-5643 (en línea)
ca y escolar elegida para la toma de datos referentes a las representaciones
sociales del medio rural en el ámbito escolar.

Las técnicas de recogida de datos

La metodología sociocrítica desarrollada en esta investigación nos ha


conducido a utilizar dos herramientas complementarias de recogida de da-
tos. La primera es una encuesta explicativa y transversal que ya ha sido
validada en otras publicaciones científicas (García Monteagudo, 2015) y
nos ha permitido el análisis cuantitativo de los principales datos que hemos
interpretado de las siete preguntas que la componen. La segunda son los
esquemas o mapas mentales, que se complementan con los textos explica-
tivos que explican dichas representaciones pictóricas.
La encuesta que hemos pasado es un instrumento de recopilación de
información compuesto de siete preguntas que nos ha permitido conocer la
imagen que tienen los estudiantes de cuarto curso de educación secundaria
acerca del medio rural. Las siete preguntas que componen la encuesta han
sido seleccionadas de los tres bloques de una encuesta de treinta y seis pre-
guntas, cuyos resultados ya han sido validados en una publicación anterior
(García Monteagudo, 2015). Las dos primeras preguntas corresponden al
bloque I que hace referencia a la motivación para habitar en el medio rural.
En concreto nos interesa conocer las razones por las que el alumnado se
iría a vivir al medio rural y las causas por la que conoce alguna zona rural
a la que podría irse a residir durante una temporada.
Las tres preguntas siguientes corresponden al segundo bloque (Desa-
rrollo de la vida rural) y pretenden averiguar el grado de conocimiento de
los estudiantes acerca de los grupos sociales (retornados, emigrantes de
retiro, población flotante y neorrurales) que habitan en el medio rural y los
elementos urbanos (aglomeración urbana, acceso a los servicios, grupo de
amigos, ambiente laboral y calor familiar) que precisarían para residir de
manera satisfactoria en esa zona rural. Las últimas dos preguntas tienen la
intención de conocer la percepción sobre la gestión de los espacios rurales,
ante la pretensión didáctica que considera que el aprendizaje significativo
presenta una utilidad social y práctica para el desarrollo de la vida ciudada-
na. En concreto, las dos preguntas fueron seleccionadas del tercer bloque
(Conocimiento de la política y gestión del medio rural) y se basan en el
criterio de multifuncionalidad que define los espacios rurales europeos y
la consideración del papel de la mujer en la participación de las políticas
rurales. La importancia de estas últimas dos cuestiones radica en conocer

Huellas n° 20 (2016) | Las diversas concepciones sobre el espacio rural: un estudio de caso... (pp. 209-227) 219
como conectan la realidad social y económica de las zonas rurales que el
alumnado considera como referentes y si la posición de la mujer la perci-
ben como relevante a pesar de que es casi inapreciable en los libros de texto
de educación secundaria actuales.
La segunda técnica son los esquemas mentales. Se trata de una herra-
mienta cualitativa de recogida de datos que se ha venido empleando en la
geografía de la percepción y del comportamiento desde la década de 1960.
El desarrollo de los esquemas implica la realización de un dibujo sobre un
espacio concreto, en nuestro caso sobre el espacio rural. El alumnado fue
incluyendo todos aquellos elementos que consideró oportunos, sin consul-
tar ninguna fuente oral o documental.
Desde el punto de vista didáctico hemos encontrado tres razones que
convierten a los esquemas mentales en una herramienta de trabajo educa-
tiva. Primero, los mapas mentales son una fuente de información que nos
proporciona claves sobre la percepción social que tienen sobre un deter-
minado espacio, en nuestro caso, acerca de su concepción sobre el espacio
rural. Segundo, los mapas mentales son una herramienta de diagnóstico es-
pacial que nos permite descubrir y valorar los elementos representados por
el alumnado acerca de su percepción y los motivos por los que interactúan
sobre el mismo de una manera determinada. Tercero, los mapas mentales
son una técnica de aprendizaje que permite construir nuevos conocimien-
tos espaciales. Sobre este último factor, no podemos omitir que se están
desarrollando herramientas para trabajar las percepciones sociales median-
te los Sistemas de Información Geográfica (Buzai, 2011) lo que permite
trabajar la competencia digital en las aulas de educación secundaria, al
mismo tiempo que se refuerzan aspectos como la localización y la orien-
tación geográfica.
Por último, el proceso de análisis de los datos combina los enfoques
cuantitativos y cualitativos. Los datos cuantitativos resultantes de las en-
cuestas han sido tabulados y trabajados mediante un fichero Excel en el que
hemos elaborado un conjunto de gráficos de barras y tablas que sintetizan
la información más relevante en cada una de las siete preguntas que com-
ponen este cuestionario. Por otro lado, los datos cualitativos comprenden
el análisis de los esquemas mentales a dos maneras: a nivel macro y a nivel
micro. En el primer caso hemos obtenido unas unidades de muestreo co-
rrespondientes a los textos que el alumnado ha utilizado para explicar sus
representaciones. En el nivel micro, las unidades de registro son las cate-
gorías obtenidas del análisis de los esquemas mentales. Estas unidades han
sido la base para establecer subcategorías y temas de análisis que vamos a
presentar en el siguiente apartado.

220 Diego García Monteagudo | Huellas n° 20, ISSN: 0329-0573 (impresa) / 2362-5643 (en línea)
La presentación de resultados:
homogeneidades y heterogeneidades
en la percepción escolar del medio rural

El análisis de las categorías conceptuales y las respuestas de las en-


cuestas nos han revelado una doble visión escolar del espacio rural. Los
estudiantes de los centros urbanos y periurbanos tienen una concepción
idílica que se explica a partir de la influencia de los libros de texto y la
práctica social que realizan de los espacios rurales que frecuentan en su
tiempo de ocio. Por otra parte, el alumnado de procedencia rural equipara
su espacio a sus percepciones como residentes en el municipio de Requena.
Este municipio es su referente espacial rural y lo han representado con una
diferenciación clara entre la capital municipal y la periferia, compuesta por
pueblos sobre los que ofrecen una caracterización económica y paisajística
completa.
La visión urbana del medio rural es explicada por algunos estudiantes
que reproducen estereotipos que sintetizan el carácter bucólico sobre el
medio rural. Un ejemplo de esta imagen ha sido expresado por un alumno
que afirma “he representado una iglesia situada detrás de una fuente, como
suelen estar en los pueblos” (CPM-3)5. En este sentido, otro grupo de alum-
nos ha identificado el medio rural por su ubicación en la montaña, lo que
han explicado con frases como “es un pueblo en la montaña con animales,
un huerto y un pozo” (IESVM-1), “mi idea sobre medio rural es un pueblo
en las montañas” (IESVM-9) y “en mi dibujo aparece un pueblo de mon-
taña”. Un factor que explica estas percepciones sociales se relaciona con
la visión de ocio que atribuyen los estudiantes de Valencia y Torrente a las
zonas rurales. Además estos espacios rurales están alejados de sus localida-
des urbanas, ya que no hemos encontrado referencias espaciales a L´Horta
de Valencia a pesar que se sitúa en la periferia inmediata de dicha ciudad.
Para estos estudiantes de los centros de contraste, los campos de cultivo y
los pueblos son dos realidades distintas, y en cada una de ellas reproducen
estereotipos que influyen en su concepción homogénea del medio rural.
El grado de idilio sobre el medio rural nos ha conducido a establecer un
conjunto de imágenes en las que el alumnado no cuenta con un referente
preciso. Se trata de definiciones que subrayan la abstracción del concepto
de medio rural, con una serie de características que se dan preferentemente
5 Las abreviaturas corresponden a la procedencia escolar de los estudiantes: CP: Colegio Pléya-
de; IE1R: IES Nº1 de Requena y IESV: IES San Vicente Ferrer. A cada sigla le hemos añadido
una letra (V: Varón o M: Mujer) y un número (1,2,3...) en función del orden asignado a cada
esquema mental.

Huellas n° 20 (2016) | Las diversas concepciones sobre el espacio rural: un estudio de caso... (pp. 209-227) 221
en los dos centros de contraste. Una gran parte de los estudiantes recurren
al término “pueblo” en sus explicaciones y lo caracterizan con atributos
como cultivos, animales, casas, poca población; en menor medida han do-
tado a las representaciones de aspectos simbólicos. Un ejemplo de este
simbolismo lo hemos mostrado en la Figura 2 y ha sido expresado por un
estudiante del IES San Vicente Ferrer de la siguiente manera: “Representa
la serenidad. Un hombre descansa sobre un árbol; hay ausencia de estrés.
He querido destacar el paisaje, que sin duda transmite mucha calma”.

Figura Nº 2. Representación idílica que muestra la destrucción de las co-


sas materiales del medio rural

Fuente: Alumno del IES San Vicente Ferrer (Valencia)

La interpretación que este estudiante ha realizado sobre el espacio ru-


ral es fruto de la concepción política del paisaje como patrimonio natural
y cultural. Esta explicación se basa en la necesidad del ser humano por
vincularse con su pasado (Puente, 2001). De esta manera, los valores de
tranquilidad y sosiego que han expresado los estudiantes de los dos centros

222 Diego García Monteagudo | Huellas n° 20, ISSN: 0329-0573 (impresa) / 2362-5643 (en línea)
de contraste, expresan el reclamo de la población urbana por la naturaleza
y el medio ambiente, que pueden encontrar en los espacios rurales. Esta
percepción social mayoritariamente urbana se ha consolidado en paralelo a
la difusión de dicha política que resalta el patrimonio. La sociedad urbana
se ha vuelto más exigente con las características de los destinos turísticos,
reclama el ocio y valora los espacios naturales, patrimoniales y paisajísti-
cos por contraposición a las experiencias vividas en los centros urbanos.
Frente a esta concepción idílica del medio rural, el alumnado del IES
Nº 1 de Requena ha recurrido a su espacio vivido como representación pic-
tórica del mundo rural. A su vez, se pueden distinguir las representaciones
que consideran elementos naturales que se insertan en el paisaje urbano, de
otras que únicamente se han centrado en elementos morfológicos de la ca-
becera municipal. En un segundo grupo de representaciones, el alumnado
ha considerado la periferia comarcal como modelo de espacio rural, ya sea
con localidades pertenecientes al municipio de Requena, Utiel o incluso
del límite con otras comarcas del interior de la provincia de Valencia.
Aunque en todas las representaciones sobre la ciudad de Requena apa-
recen elementos naturales, sobre todo los árboles de la Avenida Arrabal, es
posible hacer una distinción entre aquellas en las que predomina el espacio
urbano de las que han destacado con mayor profusión la visión natural de
esta localidad. En el primer caso, la gran parte de elementos pertenecen al
ensanche urbano de la ciudad requenense. Los esquemas mentales mues-
tran nítidamente tramos de la Avenida Arrabal, comprendida entre las dos
fuentes principales (Fuente de los Patos y Fuente de Colores) que asumen
una función de hitos urbanos para los estudiantes que las han representado
en sus dibujos (Figura 3). En ese espacio o nodo de representación, según
nuestra interpretación de la clasificación de Pocock (Morales, 2012), apa-
recen los principales edificios que dan servicio tanto a los habitantes de la
ciudad de Requena como a sus pedanías. Se trata de los bares y quioscos,
las tiendas y la biblioteca municipal. Estos servicios que hemos clasificado
dentro de la categoría de edificios sociales y cívicos, no cuentan con una
percepción valorativa por parte de los estudiantes. En cambio, el castillo y
el Monumento Universal a la Vendimia6 representan hitos fundamentales
para algunos estudiantes, que los han representado con bastante profusión
de detalle en sus esquemas mentales. Estos dos elementos urbanos tienen

6 Es obra del arquitecto Ricardo Coso y del escultor Esteve Edo. Fue inaugurado en 1972 y se
ubica en la confluencia de la Avenida Arrabal con la plaza Juan Grandía, en la que se localiza
el IES Nº1 de Requena. Está construido en piedra noble y bronce, y tiene dieciocho metros
de altura. Es el único monumento con carácter universal dedicado a la vendimia, desde que la
Oficina Internacional del Vino de París, le reconociera dicho título.

Huellas n° 20 (2016) | Las diversas concepciones sobre el espacio rural: un estudio de caso... (pp. 209-227) 223
en común su ubicación céntrica en la trama urbana de la ciudad de Reque-
na, por lo que suelen ser un punto de referencia para organizar el tiempo
de ocio del alumnado. Muy próximo al castillo y dentro del casco histórico
de la ciudad, otros estudiantes han representado dos elementos urbanos
como son la misma Plaza del Albornoz7 y la iglesia de El Salvador8. Por
otra parte, la visión natural se circunscribe a la representación de los ár-
boles plantados en la Avenida Arrabal y, en menor medida, los que se han
desarrollado junto a la estación del ferrocarril de la ciudad de Requena. En
ambos casos, estas especies arbóreas son aspectos lineales que separan los
espacios peatonales de los espacios de tránsito de los vehículos y de los
trenes, respectivamente. Otro caso de carácter puntual, ha sido la represen-
tación de las montañas pertenecientes a la sierra del Tejo, que se aprecian
desde la parte más alta del barrio histórico de la Villa.

Figura Nº 3. Representación urbana de la


Avenida Arrabal de la ciudad de Requena,
entre la Fuente de Colores y la Fuente de
los Patos (izquierda). A la derecha, una
fotografía en la que aparece una parte
representada en el esquema mental

Fuente: dibujo elaborado por un alumno y elaboración propia.

7 Es una plaza renacentista que toma su nombre del coronel don José Ruiz de Albornoz, que de-
fendió a la ciudad de Requena de las tropas carlistas de Gómez y Cabrera en 1836. Su acceso
a través de la cuesta del Castillo y su carácter central en el barrio de la Villa, son dos factores
que explican su categoría como hito urbano.
8 Esta iglesia arciprestal y monumento nacional es el único templo católico abierto al público. Su
conexión con la plaza anterior y el ensanche de la ciudad, la han convertido en un segundo hito
urbano de referencia para el alumnado del centro experimental que suele visitarlo con sus docen-
tes cuando realizan trabajos de campo en el Archivo Municipal de Requena, situado en frente.

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En segundo lugar, las localidades de la periferia comarcal han sido elegi-
das como modelo de representación rural. La mayoría de los dibujos mues-
tran la dualidad entre el espacio dedicado a la agricultura y el espacio urbano.
Las parcelas han sido dibujadas y diferenciadas entre sí y del espacio urbano
mediante líneas nítidas o elementos naturales que separan ambos espacios. El
dinamismo de los dibujos incluye la representación de agricultores y ganade-
ros, además de tractores y maquinaria agrícola. La infraestructura ganadera
más representada han sido los corrales para la cría del ganado. Por su parte,
el interior de las localidades rurales incluye la representación de la plaza cen-
tral, cuyos habitantes suelen aparecer en un contexto de ocio. En definitiva,
esta representación del espacio rural aldeano ha sido sintetizada por uno de
los estudiantes diciendo que es “un pueblo rural de nuestros contornos, que
representa ese pueblo requenense-manchego” (Figura 4).

Figura Nº 4. Representación del modelo


de pueblo o aldea rural de la Meseta de Requena

Fuente: elaborado por un alumno del centro experimental.

A modo de recapitulación, podemos señalar que estas interpretaciones


sobre el paisaje rural y los modelos de representaciones sociales obtenidos
nos hacen reflexionar sobre el contexto escolar, ya que ha sido el elemento
principal sobre el que hemos extraído algunas características que se pueden
relacionar con las percepciones del alumnado con las que hemos trabajado

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en esta investigación. Las imágenes generadas en la mente de los estudian-
tes es un reflejo de la cultura escolar y social en la que están inmersos por
lo que una parte del núcleo central de representaciones emana del contexto
familiar y de su percepción sobre el medio rural en la actualidad. De esta
manera, la ausencia de problemas sociales y económicos del medio rural
que hemos revelado en esta investigación, puede ser tratada en las aulas
de educación secundaria si existe un compromiso compartido entre los do-
centes y las familias de los estudiantes para reconocer la importancia que
tienen los espacios rurales en la época actual.

Consideraciones finales

Con esta investigación hemos contribuido a la investigación en didáctica


del medio rural desde la teoría de las representaciones sociales. El estudio de
las percepciones sociales del medio rural apenas ha sido aplicado al cono-
cimiento de la representación de estos espacios en el ámbito escolar. Desde
el punto de vista metodológico, el predominio de investigaciones enfocadas
al conocimiento de la imagen del espacio urbano, no ha sido un obstáculo
para desarrollar este trabajo en el que hemos analizado las representaciones
sociales del medio rural. El interés social, económico, político y cultural que
está cobrando el espacio rural en las últimas décadas, ha sido analizado desde
el ámbito curricular, en particular, desde la Geografía escolar iberoamerica-
na. En nuestro caso, hemos utilizado el municipio de Requena y el IES Nº 1
como centro experimental, cuyos resultados hemos analizado y contrastado
con los de estudiantes de cuarto curso de educación secundaria del IES San
Vicente Ferrer (Valencia) y del Colegio Pléyade (Torrente).
Para concluir, podemos decir que la imagen del medio rural que hemos
obtenido de la interpretación de los diferentes resultados es producto de la
combinación de elementos subjetivos y globales que se manifiestan en la
mente del alumnado. Todas las representaciones se caracterizan por una
serie de elementos que se asocian al espacio rural que los estudiantes han
dibujado. A esa representación, se han añadido adjetivos y símbolos que
nos han permitido obtener una serie de categorías y subcategorías, de las
que hemos extraído los temas más relevantes para su posterior interpre-
tación. Por todo ello ha sido importante comenzar por conocer la imagen
rural por parte de la población escolar, como un primer diagnóstico de las
concepciones espontáneas sobre el espacio rural, cuyas implicaciones de-
berán considerarse en la definición de proyectos de innovación que traten
sobre estos temas.

226 Diego García Monteagudo | Huellas n° 20, ISSN: 0329-0573 (impresa) / 2362-5643 (en línea)
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Huellas n° 20 (2016) | Las diversas concepciones sobre el espacio rural: un estudio de caso... (pp. 209-227) 227
Reseñas
sección

bibliográficas
Para una didáctica con Dirigido principalmente a lectores
perspectiva de género educadores que desempeñan sus tareas en
las aulas o coordinando grupos de docen-
Ana María Bach (coordinadora) tes y estudiantes de carreras afines a estas
cuestiones. El desarrollo de los diferen-
Editorial: Miño y Dávila, Universidad Nacional tes capítulos invita a otros profesionales
de General San Martín; San Martín, Provincia
comprometidos con el tema a seguir su
de Buenos Aires (2015), 269 pág. (ISBN 978-84-
15295-88-4). lectura y ser parte del debate.
En el capítulo 1, “Género, estereoti-
DOI: http://dx.doi.org/10.19137/huellas-2016-2012 pos y otras discriminaciones como puntos
ciegos” cuya autora es la coordinadora de
este libro, Ana María Bach, se realiza una
revisión teórica que se remonta a los orí-
genes de los conceptos de feminismo, pa-
triarcado, género, androcentrismo y sexis-
mo. Así mismo, se pone en tensión el rol
de la escuela como institución social que
puede actuar manteniendo el statu quo o
promoviendo cambios en la sociedad.
Mabel Alicia Campagnoli es la autora
del capítulo 2, “¡Andá a lavar los platos!
Androcentrismo y sexismo en el lengua-
je”. Su propuesta consiste en analizar las
múltiples concepciones y complejidades
del concepto de patriarcado. Se busca vi-
sibilizar los procesos y estrategias de do-
minación violentas que se establecen de
modo jerárquico entre los sexos, y de esa
manera diseñar herramientas de cambio en
Esta obra está estructurada en seis la sociedad. Se debate en torno a la dimen-
capítulos -independientes, pero relaciona- sión simbólica del patriarcado, enunciada a
dos entre sí- por un equipo de docentes través de una violencia invisible y tramita-
investigadores especialistas en el tema da a partir de una institución particular: el
de género y, a la vez en alguna didáctica lenguaje. “El concepto de violencia moral
especial. El objetivo de esta publicación permite hacer visible una violencia psicoló-
no sólo es proveer de bases teóricas para gica, que por su invisibilidad y capilaridad,
implementar una didáctica con perspec- es la forma corriente y eficaz de subordi-
tiva de género, sino también cuestionar nación y opresión de género, socialmente
los lentes teóricos, siendo capaces de aceptada y validada” (Bach, 2015: 69).
visibilizar discriminaciones para con las Asimismo, la autora propone una interpre-
mujeres, en particular, y para con otros tación de los efectos simbólicos de andro-
grupos vulnerables, en general. En todos centrismo y sexismo, desarrollando cada
los capítulos se ofrece una primera parte una de sus manifestaciones.
dedicada a la exposición teórica, seguida Graciela Tejero Coni es la autora del
de actividades sugeridas y recursos para capítulo 3, “Aspectos histórico-antropo-
resolver en el ámbito escolar. lógicos de la sexualidad”. La autora alude

Huellas n° 20 (2016) | Reseñas bibliográficas (pp. 231-235) 231


a la noción de sexualidad, se realiza un la autora indaga en la recuperación de la
abordaje histórico y antropológico, ana- experiencia femenina en diversas líneas
lizando como desde la Antigüedad hasta interpretativas y analíticas geográficas,
nuestros días, la ideología del patriarcado así como su actual estado en América
fue configurando la opresión de las mu- Latina. Finalmente, se trata la importan-
jeres y las relaciones sociales. La autora cia de introducir la perspectiva de género
considera que conocer la génesis de los en la enseñanza de la Geografía, y como
modelos funcionales de sexo y género por enseñar a partir de los problemas y desde
parte de los docentes, resulta imprescin- lo experiencial pueden constituirse en un
dible para deconstruir los mecanismos de puente didáctico valioso tanto para la for-
desigualdad y discriminación presentes mación docente como para los estudiantes
en la sociedad. Por último, se plantean de los distintos niveles del sistema educa-
herramientas pedagógicas y recursos di- tivo. Para terminar, se proponen algunas
dácticos, para poder abordar la enseñan- acciones didácticas concretas que aporten
za con perspectiva de género de manera un marco de referencia para la transposi-
transversal. ción didáctica de una geografía de género
En el capítulo 4, “El currículum como con apertura epistemológica a contenidos
Speculum”, Mónica da Cunha aborda en y ejes problematizadores renovados.
primer lugar, los problemas que se gene- Por último, en el capítulo 6, “De la mo-
ran cuando los propuestas curriculares in- nodia patriarcal a la polifónica de género.
curren en los silencios y en las ausencias, Nuevas perspectivas para la planificación
perpetuando en la enseñanza una violen- didáctica en la enseñanza de la música”,
cia sexista que legitima la invisibilización Pablo Martín Vicari escribe acerca de la di-
de problemas y cuestiones relativas a la dáctica de las artes con perspectiva de gé-
cuestión de género. Luego, se expone una nero, en este caso la música, el arte de los
lectura filosófica haciendo foco en los sonidos. Propone replantearse cómo en una
silencios epistémicos que generan vio- asignatura considerada “de menor impor-
lencia epistémica y como esos silencios tancia” en el currículum también se pueden
“hablan”. Finalmente, se realiza una pro- recuperar las voces silenciadas. Asimismo
puesta de discusión y análisis de los pro- explica cuáles son las investigaciones que
gramas de Psicología y Filosofía vigentes en la actualidad llevan a considerar la pers-
y se proponen actividades y recursos que pectiva de género en las artes.
insten a los profesores a repensar sus pre- Por lo expresado en líneas anteriores,
juicios y sus actitudes frente al alumnado, el presente texto constituye una invita-
intentando darle voz a lo inaudible. ción para adoptar una postura reflexiva y
Brisa Varela, en el capítulo 5 “Agenda de esta manera, educar con perspectiva de
pendiente. Geografías de género: proble- género y con conciencia de género. Esto
mas y didáctica” analiza la incorporación significa incluir las experiencias de las
de la cuestión de género en los estudios mujeres, que tienen tanto valor como la
geográficos, pasando por la constitución de los varones. Un valioso aporte para
de la Geografía como una disciplina cien- lectores e investigadores enmarcados en
tífica. En este sentido, considera que hubo la perspectiva de la geografía del género.
un hecho que permitió enriquecer la mira-
da desde distintas perspectivas: la salida Rocío Amancay Robein
de la Geografía del campo de las ciencias Estudiante
naturales y su inserción indiscutida en las Departamento e Instituto de Geografía,
ciencias sociales. A la luz de lo expresado, Universidad Nacional de La Pampa.

232 Reseñas bibliográficas | Huellas n° 20, ISSN: 0329-0573 (impresa) / 2362-5643 (en línea)
Los chacareros de Trenel, sujetos sociales y la construcción de te-
La Pampa. Construcción social rritorialidades atravesadas por tensiones y
del territorio, fragmentación y desiguales relaciones de poder.
desplazamientos identitarios El objetivo medular de la investiga-
ción plantea reconocer el complejo en-
Shmite, Stella Maris tramado que se manifiesta en el departa-
mento Trenel a partir de las relaciones que
EdUNLPam - Colección Libros Académicos de se establecen entre el triángulo analítico
Interés Regional. Abril de 2016, Santa Rosa, La
conformado por la categoría de territorio
Pampa, 336 páginas (ISBN 978-950-863-247-0).
y los conceptos de identidad y el de cha-
careros como sujeto social colectivo con
DOI: http://dx.doi.org/10.19137/huellas-2016-2013
prácticas y estrategias particulares que
se modificaron a lo largo del tiempo. Los
debates teóricos en torno a los estudios
rurales y el trabajo de campo fueron los
insumos fundamentales para comprender
la dinámica territorial rural de Trenel.
Estas transformaciones en el cam-
po productivo y tecnológico en el agro
pampeano deben entenderse en clave in-
terpretativa de procesos estructurales más
amplios y complejos que intervienen en
dimensiones políticas, económicas y cul-
turales de alcance global y con impactos
en las escalas nacional y local, en profun-
da vinculación y reconstrucción perma-
nente.
El libro se organiza en seis capítulos
más dos apéndices que indagan, el prime-
ro en aspectos teóricos como el abordaje
del territorio a partir de los aportes de la
Geografía Cultural, el concepto de capital
social, entre otros, y el segundo desanda
El libro presentado por la Dra. Stella en las estrategias metodológicas emplea-
MarisShmite es el resultado de su Tesis das durante la investigación.
Doctoral en Estudios Sociales Agrarios “La construcción social del territorio
de la Universidad Nacional de Córdoba, desde la perspectiva geográfica”se deno-
cuyo Director fue el Dr. Javier Balsa, mina el capítulo 1. Con un matiz teórico,
quien entre otros libros, publicó “El des- en los párrafos se desarrollan y revisitan
vanecimiento del mundo chacarero”y co- categorías estructurantes de la disciplina
dirigida por el Dr. Guillermo Neiman. y de las ciencias sociales como territorio,
El denominado espacio agropecuario territorialidad, lugar, sujetos e identidad,
de la provincia de La Pampa, inserto en para finalmente abordar los conceptos de
las dinámicas productivas de la región desplazamiento identitario y fragmen-
pampeana aunque con sus propias lógi- tación territorial a la luz de los cambios
cas que le otorgan rasgos particulares, se en los modos de vida tradicionales de los
caracteriza por la heterogeneidad de los espacios rurales. Por último, se plantea un

Huellas n° 20 (2016) | Reseñas bibliográficas (pp. 231-235) 233


recorrido conceptual por el término “cha- ción y la reestructuración productiva del
carero” que indaga en los aspectos identi- agropampeano. El periodo comprendido
tarios de este sujeto agrario fundamental entre las primeras décadas del siglo XX
del espacio pampeano. propició la emergencia del“mundo cha-
De los capítulos segundo a sexto, el carero” como tal a partir de la retracción
itinerario propuesto por la autora, recorre progresiva de Estancia y Colonias Trenel,
a través de anclajes temporales procesos la consolidación de colonias agrícolas y
que nos permiten entender la construc- el acceso como propietarios de “chacras”
ción material y simbólica del territorio por parte de los anteriores arrendatarios
pampeano y las particularidades del caso de tierras.
trenelense. El protagonista de estas etapas Por su parte, el capítulo 4, “Estrate-
que tiene su correlato en las vicisitudes de gias productivas, vida cotidiana y familia
los cambios políticos y económicos del en los años ‘60” aborda el afianzamiento
país es el chacarero con su propio pro- de la identidad chacarera a partir de las
ceso de construcción de identidad, desde estrategias productivistas y reproductivis-
sus orígenes en las primeras décadas del tas desarrolladas no solo por el productor
siglo XX hasta su desplazamiento iden- sino por la familia chacarera como uni-
titario actual con lógicas productivas y dad de producción. El rol de la familia es
estrategias cotidianas de persistencia que central para la reproducción de un modo
presentan elementos de continuidad y di- de vida rural, que involucraba a todos los
ferenciación particulares. miembros en las actividades cotidianas de
En efecto, el capítulo 2, denomina- la chacra. En esta forma de organización
do “El proceso de construcción social de la explotación agropecuaria se enfatiza
del territorio”, nos aproxima a la inter- en la estrecha relación entre producción,
pretación de este proceso a partir de las reproducción y gestión del emprendi-
intencionalidades de los diversos sujetos miento familiar. Por lo tanto, la chacra
sociales que intervienen e intervinieron es también entendida como patrimonio
en la construcción del territorio local. Los familiar bajo la lógica chacarera. Al res-
orígenes de la apropiación territorial, la pecto de esta racionalidad productiva, se
conformación de las colonias agrícolas, pueden observar análisis similares para la
el papel de lasociedad anónima Estancia provincia de Buenos Aires, en los trabajos
y Colonias Trenel y la consolidación de de Balsa y López Castro (2011) y López
los chacareros como sujetos propietarios Castro (2012).
de tierras. El capítulo 5, “Cambios sociales y
“De la crisis del ’30 a la configuración productivos a partir de la segunda mitad
de la identidad chacarera” es el capítulo del siglo XX”, nos invita a reflexionar en
3, que expone sobre la problemática de la torno a las transformaciones que comien-
multicrisis que afectó severamente a al- zan a producirse en los aspectos socio-
gunos departamentos del espacio agrope- culturales, demográficos y productivos
cuario de La Pampa, a partir de procesos que provocaron una reconfiguración del
pluriescalares que involucraron variables mundo chacarero. En palabras de la auto-
naturales, productivas, económicas y polí- ra, tanto la familia, como el trabajo rural
ticas, cuyas consecuencias más significa- y el vínculo con la tierra conforman una
tivas en el área de estudio se tradujeron en tríada que se reestructura: “(…) cambia la
una disminución del comercio, caída de la organización de la vida cotidiana de los
rentabilidad por el descenso de los precios productores familiares locales, desde lo
y bajos rendimientos, una fuerte migra- colectivo, se desdibuja el rol de los cha-

234 Reseñas bibliográficas | Huellas n° 20, ISSN: 0329-0573 (impresa) / 2362-5643 (en línea)
careros (…). La expresión territorial de legitimación mediante lógicas de apropia-
esta reconfiguración es el despoblamiento ción territorial.
rural y con ello el cambio de residencia Territorialidades en procesos de cons-
de los chacareros (del campo al pueblo), trucción que ponen de manifiesto el des-
el cierre de escuelas rurales, junto con plazamiento de la identidad chacarera en
situaciones coyunturales graves como los albores del siglo XXI por territoriali-
las inundaciones que afectaron la región” dades particulares de otros sujetos agra-
(Shmite, 2016: 167). La educación de los rios que se destacan por la tecnologiza-
hijos, la accesibilidad a los centros urba- ción, innovación y empresarización de los
nos, la doble residencia y los nuevos hábi- modelos de producción agropecuarios.
tos vinculados a formas cotidianas de vida El libro “Los Chacareros de Trenel”
urbana constituyen factores decisivos de contribuye de manera significativa a los
estas transformaciones. debates en torno a los espacios rurales de
Por último, el capítulo 6, denominado la región pampeana, a partir de sus intere-
“Tierra y producción a partir de la última santes abordajes teóricos, y la interpreta-
década del siglo XX”, aborda el periodo ción sobre la construcción de diversas te-
que inicia en 1990, decenio caracterizado rritorialidades en un contexto de cambios
por los lineamientos neoliberales de las socio-culturales, productivos y tecnoló-
políticas económicas en el país. La autora gicos que influyen en las prácticas de los
destaca para este periodo los fuertes cam- sujetos del mundo rural en una compleja
bios consolidados en esta década como la trama de relaciones de poder.
disminución de EAP, el despoblamiento
rural acelerado, la mayor visibilización Prof. Gustavo Gastón Pérez
de sujetos agrarios como contratistas, Prof. en Geografía
rentistas y arrendatarios, en un contexto Departamento e Instituto de Geografía
de profundización de la concentración y Facultad de Ciencias Humanas
acumulación del capital. Específicamente, Universidad Nacional de La Pampa
en el caso investigado, Stella Shmite con-
cluye en la manifestación de transforma-
ciones que incluyen los desplazamientos
identitarios de los chacareros, que a pesar Referencias bibliográficas
del sentimiento de apego a su “lugar” (la
BALSA, J. (2006). El desvanecimiento del mundo
chacra), a su tierra, y la conservación de
chacarero. Transformaciones en la agricultu-
racionalidades y estrategias de persisten- ra bonaerense 1937-1988. Bernal: Universi-
cia, experimenta profundos cambios que dad Nacional de Quilmes.
producen tensiones con sus trayectorias, BALSA, J. y LOPEZ CASTRO, N. (2011). La
pautas culturales y simbolismos, que son agricultura familiar moderna. Caracteriza-
el resultado de las relaciones de poder en- ción y complejidad de sus formas concretas
tre los sujetos. en la región pampeana. En López Castro, N. y
Prividera G. (comp.) Repensar la agricultura
La reflexión que comparte la autora familiar. Aportes para desentrañar la com-
alude a la conformación de nuevas terri- plejidad agraria pampeana. Buenos Aires:
torialidades que traccionan entre una te- Ciccus.
rritorialidad chacarera tradicional y nue- LOPEZ CASTRO, N. (2012). Persistencia en los
vas construcciones identitarias. En este márgenes. La agricultura familiar en el su-
sentido, la identidad chacarera expresó doeste bonaerense. Buenos Aires: Ciccus.
una cotidianeidad particular con un fuerte
sentido de pertenencia que posibilitó su

Huellas n° 20 (2016) | Reseñas bibliográficas (pp. 231-235) 235


Reseñas
sección

de tesis
Identidad, patrimonio y tradición: además de haber construido -y continuar
tensiones y disputas en la cons- haciéndolo- una particular concepción
trucción de la “pampeanidad” acerca de lo que significa y representa la
“pampeanidad”.
Tesis de Doctorado. Universidad Nacional de Para dar cuento de ello, trabajamos
Buenos Aires (UBA). Mención Antropología
con las versiones de cuatro colectivos,
aunque con la suposición de que las mis-
Autora: Daniela Noemí Bassa
mas coexisten con otras representaciones,
Directora: Dra. Mónica Rotman discursos y acciones de otros grupos so-
Título obtenido: Doctora de la Universidad Na- ciales que no forman parte de esta inves-
cional de Buenos Aires. Mención Antropología.
tigación. El escenario pampeano supone,
Defensa pública: 18/11/2013.
de este modo, un complejo entramado de
interpretaciones y de prácticas sobre la
DOI: http://dx.doi.org/10.19137/huellas-2016-2014
realidad, que dependiendo de las situacio-
nes y de los referentes esgrimidos, se ar-
ticulan de diferentes maneras, coinciden,
disienten o incluso se ignoran.
En función de lo expuesto, analizamos
las concepciones y las prácticas acerca de
la identidad pampeana (“pampeanidad”),
sustentadas por la Asociación Pampeana
de Escritores (APE), la Fundación Chadi-
leuvú (FUCHAD), las asociaciones tradi-
cionalistas y las comunidades indígenas
ranqueles.
Se tuvieron en cuenta dos asocia-
ciones que se conformaron para trabajar
en pos de salvaguardar intereses provin-
ciales, relacionados con el ámbito de las
letras y la cultura en el caso de la APE,
y de los recursos naturales -hídricos par-
ticularmente- en el caso de la FUCHAD.
Pero que, en ambos casos, han incluido,
en sus discursos y accionar, la problemá-
La construcción de la identidad provin- tica identitaria y patrimonial como una
cial supone un intrincado proceso saturado preocupación central.
de contradicciones, discontinuidades y ten- Se escogieron, además, las asociacio-
siones. Se observan y distinguen una mul- nes tradicionalistas y las comunidades in-
tiplicidad de relatos y prácticas que remiten dígenas ranqueles, que se han conformado
a aquello que diversos sujetos sociales in- a partir de situaciones y de la selección de
tentan definir como los rasgos o caracterís- referentes en los cuales, si bien la provin-
ticas distintivas del “ser pampeano”. cia surge como una marca de pertenencia,
El objetivo general de la tesis consiste no representa el principal elemento aglu-
en analizar las representaciones, los dis- tinador que permite estructurar su iden-
cursos y las prácticas de distintos colec- tidad. En tal sentido, nuestro interés se
tivos sociales, los cuales poseen una sig- centra en analizar cómo se ha producido
nificativa trayectoria en la realidad local, tal situación, así como examinar el rol y la

Huellas n° 20 (2016) | Reseñas de tesis (pp. 239-246) 239


relevancia que le asignan estos colectivos El abordaje metodológico es de ín-
a la “pampeanidad”. dole cualitativa, se realiza desde la pers-
Se examinan las representaciones, pectiva de la Antropología Social, en la
prácticas y discursos identitarios de cada cual adquiere una relevancia significativa
grupo en particular, y se introduce una el trabajo de campo y otorgamos especial
dimensión comparativa al indagar como importancia a las prácticas, representacio-
estas nociones acerca de la identidad nes y sentidos que los sujetos construyen
dialogan e interactúan. En este marco, en torno a los procesos sobre los cuales
se presta especial atención a los cambios nos interesó indagar y analizar.
producidos en los discursos y las acciones El trabajo de campo se desarrolló
de los colectivos mencionados, a través entre los años 2008 y 2012 en la ciudad
del tiempo, en tanto procesos, desde su de Santa Rosa, capital de la provincia de
conformación hasta la actualidad. La Pampa. Las principales técnicas utili-
Constituye nuestro propósito analizar zadas para esta investigación fueron las
cómo la “pampeanidad” representa un entrevistas, complementadas con obser-
referente significativo que generará sub- vaciones con y sin participación. Como
jetividades y prácticas disímiles según información complementaria se relevaron
los colectivos sociales que se consideren. fuentes secundarias, material de archivos,
En este marco, analizamos asimismo los textos periodísticos, artículos de diarios y
conflictos que se plantean entre los di- revistas provinciales y nacionales, infor-
versos actores sociales por espacios de mación de instituciones y organizaciones
poder, prestando especial atención a la que permitieron una mejor comprensión de
capacidad de cada grupo por imponer sus la problemática.
propios sentidos e interpretaciones iden- Como conclusiones generales pode-
titarias. mos destacar que el análisis de los discur-
A partir de los discursos enunciados sos, las representaciones y las acciones
por los integrantes de las asociaciones y de los colectivos con los que trabajamos
comunidades, y dados los referentes con en esta investigación da cuenta de que la
los cuales éstas se expresan y conforman “pampeanidad” no sólo es construida sino
como colectivos, su aprehensión nos que es reconocida de diversas maneras, je-
condujo a vincular los planteos identita- rarquizada, negada o desvalorizada según
rios con otras dimensiones y categorías las condiciones históricas de los grupos en
de análisis como las de patrimonio y cuestión, la composición y los intereses
tradición. Precisamente, el eje identita- de los integrantes de esos colectivos, las
rio guarda estrecha relación con algunos situaciones y circunstancias diversas en
elementos que hacen a la construcción y las cuales éstos se expresan y desarrollan.
reproducción del patrimonio, entendiendo Esto supone entonces, la conformación
que éste es una representación simbólica de un escenario donde coexisten distintas
de la identidad y usualmente actúa como versiones de la identidad provincial, las
elemento cohesionador de los grupos. cuales se ponen en juego diferencialmen-
Por otra parte, la tradición, opera te, según las expectativas de los grupos,
preservando un pasado que interesa a los los diversos contextos socio-políticos,
colectivos recrear y/o intentar perpetuar. económicos y culturales, y las relaciones
En estos casos, la tradición es considerada desiguales que los atraviesan.
como un referente simbólico que permite Así, la “pampeanidad”, lejos de cons-
a los grupos conformarse, distinguirse y tituirse como un referente significativo
diferenciarse de otros. para todos los colectivos analizados, y

240 Reseñas de tesis | Huellas n° 20, ISSN: 0329-0573 (impresa) / 2362-5643 (en línea)
generador de subjetividades y prácticas nes de los diversos colectivos sociales
homogéneas o similares, supone una hete- que en ella se desenvuelven y que la inter-
rogeneidad de aprehensiones y atribucio- pretan y definen a partir de distintos dis-
nes de significados. La marca provincial cursos y la conforman como una realidad
actúa como agente conformador de iden- particular.
tidad, representa un eje central de interés Pretendemos, con esta investigación,
y preocupación en los casos analizados de aportar al conocimiento del campo vincu-
la Asociación Pampeana de Escritores y la lado con la construcción de las identida-
Fundación Chadileuvú; pero no adquiere des, focalizando en aquellas provinciales.
el mismo carácter entre las Asociaciones Procesos que se constituyen en espacios
Tradicionalistas y las Comunidades Indí- de debates, tensiones y disputas donde
genas Ranqueles, para las cuales el refe- confluyen y se actualizan viejos y nuevos
rente identitario principal, remite a otros referentes en tanto intentos para aprehen-
tópicos, quedando subsumido en ellos la derlas y definirlas.
condición de provincianía. Además, contribuir a una discusión
El territorio pampeano es objeto de que en nuestra provincia ha sido y con-
narrativas identitarias, patrimoniales y tinúa siendo relevante y objeto de impor-
políticas, donde los diferentes sectores, tantes disputas entre colectivos sociales
en interacción, pugnan por poner en va- que pugnan por definir, construir, dar con-
lor sus propios elementos, enfatizando o tenido y forma a una identidad provincial
solapando dimensiones que generan per- con referentes que distingan y caracteri-
tenencia, produciéndose contrastes y con- cen al habitante de estas tierras.
vergencias en función de sus intereses, de
las posiciones que ocupan y del poder que
ejercen en el espacio social.
Los procesos identitarios son dinámi-
cos y se transforman con el tiempo, los
contextos y las situaciones que los sujetos
sociales atraviesan. Las identidades no
son inmóviles sino que se re-significan.
La “pampeanidad” no está representada
unívocamente por la versión de un colec-
tivo en particular sino que los referentes
seleccionados y los relatos construidos en
torno a ellos, varían según el grupo que
pugna por instalarlos legítimamente como
el discurso auténtico sobre “la identidad
pampeana”.
A partir de lo analizado, entendemos
que el territorio pampeano ha sido y es
construido históricamente por los di-
versos grupos que lo conforman, y que a
través de sus representaciones, narrativas
y prácticas enfatizan o silencian determi-
nados aspectos y realidades. La provincia
está constituida por diferentes relatos que
remiten a objetivos, intereses e intencio-

Huellas n° 20 (2016) | Reseñas de tesis (pp. 239-246) 241


Variabilidad de las precipitaciones conformada por las provincias de Buenos
y sus efectos sobre la respuesta Aires, Entre Ríos, noreste de La Pampa,
espacio-temporal de cuerpos de sureste de Córdoba, centro y sudeste de
agua en la Región Pampeana, San Luis, sur de Santa Fe y centro-sur de
Argentina Corrientes (Figura 1). Constituye el paisaje
más productivo del país con una superficie
Tesis de Especialización en Teledetección y aproximada de 613.532 km2 (Labraga et
Sistemas de Información Geográfica aplicados
al estudio del medio ambiente.
al., 2010). La misma se extiende sobre una
zona predominantemente llana con presen-
cia de sierras en el sudoeste (Sistema de
Autores: Federico Ferrelli y
Vanina Solange Aliaga Ventania, ~ 1240 msnm) y centro (Sistema
Directora: Dra. Vanesa Yael Bohn de Tandilia, ~ 500) de la provincia de Bue-
Defensa Pública: diciembre de 2015. nos Aires y en el oeste de la región en la
provincia de Córdoba (Sierras Pampeanas,
DOI: http://dx.doi.org/10.19137/huellas-2016-2015
~ 1668 msnm).
Dada la vasta extensión espacial del
área de estudio, en una primera instancia
se la subdividió teniendo en cuenta los
Las precipitaciones constituyen uno distintos regímenes pluviométricos que
de los principales ingresos de agua al se detectan en ella. Para ello, se aplicó
balance hídrico de una región o sistema un análisis de conglomerados sobre datos
natural. La variabilidad de éstas ocasiona mensuales de precipitación de 33 esta-
en muchos casos inundaciones o sequías ciones meteorológicas pertenecientes al
severas que pueden afectar a la pobla- Servicio Meteorológico Nacional (SMN,
ción, sus actividades económicas, el ac- Argentina) para el período 1960-2010
ceso al agua potable y las coberturas del (Figura 1). Como resultado se obtuvieron
suelo. El surgimiento de los Sistemas de 6 subregiones, a saber: Extremadamente
Información Geográfica (SIG) facilitó el Húmeda (EH), Muy Húmeda (MH), Mo-
análisis de grandes volúmenes de datos deradamente Húmeda (ModH), Húmeda
y posibilitósu estudio de forma espacio- (H), Seca (S) y Muy Seca (MS) (Figura
temporal. Por otro lado, el desarrollo de 1). El curso anual de precipitaciones para
satélites con sensores que registran datos cada subregión mostró una estacionalidad
a distintas resoluciones espaciales, tem- con picos máximos durante los meses de
porales, radiométricas y espectrales per- otoño (marzo-abril) y primavera (octubre-
mitieron observar la superficie terrestre noviembre) para todas ellas. Además, las
en forma periódica para complementar sub regiones marcaron una estación seca
los estudios sobre el medio ambiente. durante el invierno (Figura 2). Una vez
Sobre la base de estas herramientas, los realizada la subregionalización, se estudió
objetivos del presente estudio fueron la ocurrencia y frecuencia de los eventos
analizarla respuesta espacio-temporal de extremos de precipitación mediante la
cuerpos de agua de la Región Pampeana aplicación del Índice Estandarizado de
y su posible relación con los eventos ex- Precipitación (IEP) y la Transformación
tremos de pluviometría. de Wavelets Continua. Ambos métodos
El área de estudio corresponde a la Re- permitieron realizar el análisis de los
gión Pampeana, Argentina según los lími- eventos secos, húmedos y normales en
tes definidos por Labraga et al. (2010). Está cada una de las sub regiones.

242 Reseñas de tesis | Huellas n° 20, ISSN: 0329-0573 (impresa) / 2362-5643 (en línea)
Figura 1. Localización de la Región Pampeana según Labragaet al., 2010.
Zonificación de la región pampeana según su régimen pluviométrico (1960-2010).

Fuente. Elaboración propia

Figura 2. Evolución anual de precipitación para el período 1960-2010, en cada sub región.

Fuente. Aliaga et al., 2016.

A partir de la determinación de los ron del United States Geological Survey


eventos extremos de precipitación, se (USGS, Estados Unidos) y de la Comisión
procedió a seleccionar como ejemplo un Nacional de Actividades Espaciales (CO-
cuerpo de agua perteneciente a cada subre- NAE, Argentina). Las mismas se procesa-
gión. Cada uno de ellos fue monitoreado ron digitalmente para corregirlas geomé-
durante eventos extremos de pluviometría trica, radiométrica y atmosféricamente.
con el fin de determinar variaciones en sus Además, se validó el cálculo del área de
características físicas (color, reflectividad, los cuerpos de agua con imágenes sateli-
material particulado suspensión) y morfo- tales LANDSAT (resolución espacial de
métricas. Para este estudio se utilizaron 30 m2)y SPOT (resolución espacial de 10
45 imágenes satelitales, de las cuales 18 m2) utilizando el método no supervisado
fueron LANDSAT 5 TM, 12 LANDSAT ISODATA. Esta relación arrojó resulta-
8 OLI - TIRS y 15 SPOT 5y se descarga- dos con un alto nivel de correlación. Al

Huellas n° 20 (2016) | Reseñas de tesis (pp. 239-246) 243


separar por sub regiones, se observó que relieve, su origen, etc. La estructura y el
las muy húmedas (EH y MH) fueron las funcionamiento de las lagunas pampeanas
que presentaron menor ajuste dado que en pueden explicarse por su geomorfología,
ellas se localizan más cuerpos de agua de régimen climático, drenajes, suelos y por
menor tamaño, haciendo que la sobre-es- las modificaciones humanas. Es posible
timación propia del tamaño del píxel de la entonces caracterizarlas sintéticamente
imagen LANDSAT genere mayores erro- como lagos de llanura, someros, eutrófi-
res en la comparación. A pesar de ello, los cos o hipertróficos y con tiempo de per-
resultados fueron altamente significativos manencia del agua y salinidad altamente
y el test de Fisher y el ANOVA no encon- variables (Quirós, et al., 2002).
traron evidencia estadística de que los
valores medios sean distintos, por lo que
se consideró que las imágenes LANDSAT Figura 3. Variación del color en distintos
fueron una buena herramienta para reali- eventos extremos de pluviometría en
zar este estudio. 1. La Limpia, 2. Blanca, 3. Chascomús,
Las variaciones de la reflectivi- 4. La Picasa, 5. Chasicó y 6. La Petrona.
dad manifestaron una relación con
el Material Particulado en Suspen-
sión (MPS) y con el color de los
cuerpos de agua analizados visual-
mente con combinaciones de falso
color natural (Figura 3). En donde
las situaciones fueron de color ver-
de, rojizo o más claro, las firmas
espectrales tuvieron mayor por-
centaje de reflectividad y el MPS,
mayor valor. Se determinó una re-
lación entre los eventos extremos
pluviométricos y las respuestas
espacio-temporales de los cuerpos
de agua en todas las sub regiones.
Se destaca que las lagunas que
mostraron una menor variación
espacial fueron aquellas localiza-
das en los regímenes más húmedos
(EH y MH) en situaciones de even-
tos normales y húmedos. Las de la
región MS y H fueron las que ma-
nifestaron grandes variaciones en
relación con la precipitación (Ta-
bla 1). Sin embargo, se considera
que hay otros factores que influyen
sobre la dinámica de los cuerpos de
agua como por ejemplo su profun-
didad, su función eco-sistémica, el
aporte tributario natural o antropo-
génico, de aguas subterráneas, el Fuente: Elaboración propia.

244 Reseñas de tesis | Huellas n° 20, ISSN: 0329-0573 (impresa) / 2362-5643 (en línea)
Tabla 1. Variación de los parámetros morfométricos en las lagunas estudiadas. PM.
Parámetros Morfométricos, A. Área, P. Perímetro, LMT. Longitud máxima total,
OLMT., orientación de la LMT, Amax. Ancho máximo, Amed. Ancho medio, DLC.
Desarrollo de línea de costa.
Laguna PM Año Seco Año Normal Año Húmedo
A (km2) 2,1 3 3,1
P (km) 12 14,8 14,9
LMT (km) 2,8 3,7 3,9
La Limpia OLMT NE-SW NE-SW NE-SW
Amax (km) 1,4 1,5 1,6
Amed 0,8 0,8 0,8
DLC 2,3 2,4 2,4
A (km2) 5,5 5,6 5,8
P (km) 11,1 11,1 11,3
LMT (km) 3.7 3.6 3.7
Blanca OLMT NW-SE NE-SE NW-SE
Amax (km) 2,7 2,8 2,7
Amed 1,5 1,6 1,6
DLC 1,3 1,3 1,3
A (km2) 27 32,6 33,1
P (km) 26,7 30,7 38,2
LMT (km) 9,4 9,2 10
Chascomús OLMT N – SE N-SE N-SE
Amax (km) 4,9 4,9 5
Amed 2,9 3,5 3,3
DLC 1,4 1,5 1,9
A (km2) 109,2 211,1 386,7
P (km) 81,9 77,8 139,1
LMT (km) 11,7 25,3 36,3
La Picasa OLMT NW-SE SW-NE SW-NE
Amax (km) 11,1 16 17,4
Amed 9,3 8,3 10,7
DLC 2,2 1,5 2
A (km2) 61,6 62,8 68,2
P (km) 42,7 42 49,5
LMT (km) 13,9 14 15,1
Chasicó OLMT NW-SE NW-SE NW-SE
Amax (km) 7,9 8,3 8,3
Amed 4,4 4,5 4,5
DLC 1,5 1,5 1,7
A (km2) 3,4 5,2 5,4
P (km) 8,7 9,4 10,3
LMT (km) 3,1 3,6 3,8
La Petrona OLMT E-W E-W E-W
Amax (km) 1,9 2,1 2,2
Amed 1,1 1,4 1,4
DLC 1,3 1,2 1,3
Fuente: Elaboración propia.

Por todo lo mencionado, se considera afectar a la población ya sea produciendo


que el conocimiento de la variabilidad de inundaciones como sequías que afectan
las precipitaciones en la Región Pampea- no sólo a las actividades agropecuarias
na es una herramienta que podría ayudar sino también a la calidad de vida de los
a estudios ambientales y aportar informa- ciudadanos. Los efectos de la variación
ción para las políticas de ordenamiento de la precipitación pueden intervenir en
del territorio. Esta variabilidad puede la agricultura, dado que en las épocas en

Huellas n° 20 (2016) | Reseñas de tesis (pp. 239-246) 245


donde las precipitaciones son mayores, Huber, A. y Trecaman, R.(2002). “Efectos
favorecen el crecimiento de los cultivos de la variabilidad interanual de las precipi-
taciones sobre el desarrollo de plantaciones
al aumentar la humedad del suelo, al con- de Pinus radiata (D. Don) en la zona de los
trario del estrés generado por las sequías arenales VIII Región, Chile”. Bosque, Vol.
(Huber y Trecaman, 2002). Es necesario 23(2), pp.43-49.
plantear nuevas alternativas de ordena- Labraga, J., Brandizi, L. y López,
miento sustentable con un plan de manejo M.(2010). “Avances en el pronóstico climático
integral de los recursos hídricos en la re- de las anomalías de lluvia en la Región Pam-
gión pampeana considerando los diferen- peana”. Meteorológica Vol. 36,pp. 59-71.
tes regímenes pluviométricos. Quiros, R., Renella, A., Boveri, M.,
Rosso, J y Sosnovsky, A. (2002).
“Factores que afectan la estructura y el fun-
cionamiento de las lagunas pampeanas”. Eco-
Bibliografía citada logía Austral Vol. 12, pp. 175-185.

Aliaga, V., Ferrelli, F., Alberdi Al-


garañaz, E.D., Bohn, V. Y. y Picco-
lo, M. C. (2016). “Distribución y variabili-
dad de la precipitación en la región pampeana
argentina”. Cuadernos de Investigación Geo-
gráfica, Universidad de La Rioja, España,
Vol. 42 (1), pp. 261-280.

246 Reseñas de tesis | Huellas n° 20, ISSN: 0329-0573 (impresa) / 2362-5643 (en línea)
Diálogos
sección
Diálogos

Ciudad y acceso al hábitat digno:


realidades y coyunturas. Reflexiones
en torno al Primer Encuentro: “La
ciudad que habitamos, la ciudad
que queremos”

Esp. Leticia Nora García y Prof. Beatríz Cossio


Departamento e Instituto de Geografía (FCH-UNLPam)

DOI: http://dx.doi.org/10.19137/huellas-2016-2016

E n Octubre de 2015 se llevó adelante el Primer Encuentro “la ciudad


que habitamos, la ciudad que queremos” organizado por el Instituto
y Departamento de Geografía de la Facultad de Ciencias Humanas de la
UNLPam; el INTA y la Asociación de Arquitectos de la Provincia de La
Pampa. El sentido que unió voluntades de los diferentes espacios a los que
se sumó el Centro de Estudios Ambientales y la Secretaría Nacional de Ac-
ceso al Hábitat, fue y sigue siendo el interés, la preocupación y la vocación
de pensar en conjunto esta idea de cómo vivir mejor en nuestras ciudades
en términos de inclusión.

Huellas n° 20 (2016) | Diálogos (pp. 249-256) 249


Así el tema convocante: el derecho a la ciudad y al acceso a un hábitat
digno se puso en dialogo para definir una perspectiva de la ciudad supe-
radora de las tradiciones urbanísticas que han operado históricamente en
nuestros entornos urbanos. Este abordaje teórico fue clave para pensar la
construcción de un espacio que no solo fuera un evento institucional y
académico con el fin de actualizar el conocimiento técnico experto, sino
un espacio para la práctica ciudadana que permita incorporar un rol activo
de la sociedad en el diseño de las políticas urbanas. El ámbito de la uni-
versidad pública se convirtió en el espacio de participación de diferentes
actores y componentes de un Estado que debe garantizar el interés público
y la conservación de los bienes comunes.
Los invitados especiales, los Arquitectos Eduardo Resse y Raúl Fernan-
dez Wagner fueron convocados por su extensa trayectoria en el urbanismo
y la participación en espacios colectivos1para reflexionar y accionar sobre
el derecho a la ciudad y el derecho al hábitat digno. Seleccionamos parte
de sus exposiciones que refieren puntualmente a la problemática del suelo
urbano, gestión y hábitat digno y aportan líneas de análisis sobre la proble-
mática urbana local en contexto.

Políticas públicas, territorio


y mercado en ciudades intermedias

Santa Rosa comparte cuestiones comunes con otras ciudades interme-


dias en cuanto a procesos de crecimiento y desarrollo advierte Eduardo
Resse2. En principio, existen variantes comunes que aparecen en ciudades
intermedias de Argentina, muchas de América Latina y en el vasto campo
de las ciudades pampeanas y propone a partir de ello, algunos presupuestos
desde dónde mirar los procesos urbanos.
Es necesario entender a la ciudad como un sistema complejo, pero ade-
más como un territorio que está configurado por un entramado de relaciones
sociales que lo hacen aún más complejo. Es central en esta idea considerar
que cada decisión que se toma tenga en cuenta esta trama. El entramado

1 Habitar Argentina es un espacio conformado por organizaciones, instituciones académicas,


movimientos sociales y legisladores, que están trabajando con el objetivo de generar un marco
normativo que garantice el derecho a la vivienda, la tierra y al hábitat para todos .
2 Arquitecto, docente de la carrera de Urbanismo en el Instituto del Conurbano de la Univer-
sidad Nacional de General Sarmiento, en maestrías y doctorados del país y universidades
extranjeras. Director del Área de Derechos Económicos, Sociales y Culturales del Centro de
Estudios Legales y Sociales (CELS).

250 Diálogos | Huellas n° 20, ISSN: 0329-0573 (impresa) / 2362-5643 (en línea)
presenta tres lógicas que actúan en el desarrollo de las ciudades: la lógica
política (el lugar del Estado y el conjunto de políticas públicas); la lógica
de la acumulación del capital y la lógica de las demandas sociales.
Las tres son lógicas contradictorias, compiten entre sí: las demandas
sociales por mejorar el hábitat; los privados por mejorar la renta y el Es-
tado por optimizar recursos. Se generan conflictos, por lo tanto, cada de-
cisión que tomemos en Santa Rosa implica conflicto. Ese conflicto no es
una disfunción, la idea no es evitar el conflicto sino construir escenarios
democráticos donde expresar esos conflictos de disputa. Estas tres lógicas
construyen tres ciudades distintas, aunque conviven a través de vasos co-
municantes.
La segunda cuestión que plantea el expositor como desafío en América
Latina, es la incorporación de la perspectiva de los Derechos Humanos, no
como agregado sino como punto focal. La referencia al Consenso de Mon-
tevideo en 2013 pone en escena esta perspectiva en todos los ámbitos de la
planificación en territorios de desigualdad. Algunos principios aplicables
a políticas de desarrollo territorial con perspectiva de derechos: justicia e
igualdad socio espacial, patrones de producción y consumo sostenibles, en-
foque de género ,interculturalidad, inclusión / cohesión social, prevención
de riesgo, participación democrática y acceso a la información, protección
ambiental y recursos naturales y seguridad democrática, colaborarían en el
fortalecimiento de las políticas públicas.
La tercera consideración que plantea Resse es revisar el concepto de de-
recho a la ciudad y advierte la necesidad de romper con la dicotomía entre
hábitat urbano y rural al proponer junto a otros especialistas la idea de de-
recho a un hábitat digno. El derecho a un hábitat digno implica un enfoque
ampliado e integrado frente al tradicional abordaje segmentado (derecho al
agua, a la tierra, a la vivienda, etc.). Por lo tanto, es un derecho colectivo
que implica el acceso universal a la tierra, la vivienda, las infraestructuras
básicas, los equipamientos sociales, los servicios y los espacios de trabajo
y producción, en un marco de respeto de los rasgos culturales y simbólicos
de la comunidad y de la preservación del ambiente.
En ese sentido, el autor propone tres postulados para pensar una polí-
tica de desarrollo territorial. El primero advierte que los mecanismos de
mercado no pueden garantizar el uso sostenible y equitativo del suelo ni la
reproducción de la ciudad en los mismos términos. La calificación diferen-
cial del suelo en términos del mercado produce un proceso extendido de
segregación socioespacial. Entendiendo que el principal producto es la ex-
clusión y la segregación, también es el principal problema y necesariamen-
te la política pública tiene que intervenir. El centro de preocupación de las

Huellas n° 20 (2016) | Diálogos (pp. 249-256) 251


ciudades en Argentina no es la pobreza sino la desigualdad e informalidad.
En la informalidad todo resulta mucho más caro, por lo tanto aumenta la
desigualdad. La salida de la informalidad es un punto nodal para eliminar
la desigualdad, junto a la redistribución de la renta del suelo que se genera
todos los días a través de obras públicas. El segundo postulado expresa que
la forma de crecimiento de nuestras ciudades es ambientalmente insusten-
table, socialmente excluyente, económicamente ineficiente y fiscalmente
insostenible. Dado que las ciudades viven procesos simultáneos de expan-
sión – colonización del borde rural-; consolidación y densificación- en al-
gunos puntos como avenidas principales, centro, cada uno presenta lógicas
diferentes y actores diferentes. Toda la ciudad no es igual, por eso la pla-
nificación tiene que atender a cada uno, los instrumentos son distintos, los
momentos también.
En general el mayor problema del crecimiento de las ciudades es su fase
expansiva con suelo vacante, la especulación inmobiliaria espera valoriza-
ciones futuras a costa del esfuerzo de la comunidad y del Estado. Este pro-
ceso de sacar del mercado al suelo urbano, produce necesariamente escasez
artificial y aumenta el precio, este mecanismo no está penalizado y además
contribuye a extender la ciudad haciéndola insostenible. Hay que pensar en
que los problemas económicos de los municipios obedecen a estos meca-
nismos, es necesario visibilizarlo junto con los procesos de apropiación de
excedentes productos del esfuerzo social. En consecuencia señala un tercer
postulado vinculado a que las políticas públicas territoriales son fragmen-
tarias, fuertemente tecnocráticas y están regidas por las lógicas del merca-
do inmobiliario.
En este escenario Eduardo Resse propone instrumentalizar el enfoque
de derechos en las políticas de hábitat y abordar, la situación del hábitat
rural y del urbano, como problemáticas específicas pero sin perder de vista
las interrelaciones y continuidades que las vinculan.

Paradojas del desarrollo urbano en Argentina

En la conferencia que ofreció Raúl Fernández Wagner3planteó la pa-


radoja existente entre el contexto de participación del Estado a la fecha y
el aumento de los problemas de acceso al suelo urbano. Existe una crítica
situación del desarrollo urbano en Argentina, el país ha duplicado su PBI,

3 Profesor Asociado en el Área de Urbanismo de la Universidad Nacional de General Sarmien-


to. Consultor en materia de políticas de vivienda y mercados del suelo.

252 Diálogos | Huellas n° 20, ISSN: 0329-0573 (impresa) / 2362-5643 (en línea)
con un crecimiento sostenido, aun así acrecentó las penurias con el suelo
urbano. Estas paradojas ocurren porque necesitamos un Estado y una nor-
mativa que opere con el suelo. En Argentina, la tierra fue la base de apro-
piación de las élites. Esa estructura se forjó a partir de 1800 familias que
se quedaron con 42 millones de has. En la matriz de la sociedad argentina
está la apropiación de la tierra agraria originalmente y hoy es sobre la tierra
urbana, por eso es difícil ponerle límites. Los loteadores hicieron ciudad en
el conurbano de Buenos Aires y los servicios de trenes y colectivos fueron
las bases de esa urbanización. El loteo era abierto y se vendían los lotes
más cercanos a las estaciones, las terminales y reservaba terrenos de frente
para valorización a futuro. Había sobreoferta de lotes y la preocupación no
era el suelo sino completar la casa.
En los ochenta surgen factores que cambian este proceso. La Ley
8912/77 de uso del suelo de Buenos Aires, prohíbe el loteo sin servicios,
de esta maneralos operadores debían hacer loteos con servicios y así termi-
naron con los loteos populares.
La nueva trama se configura durante la dictadura militar, con la construc-
ción de las autopistas, adoptando un modelo norteamericano basado en el
transporte individual. El contexto social vinculado con el empobrecimiento,
el agotamiento de las condiciones generales urbanas que sostenían implíci-
tamente las operaciones como el fin de los boletos de trenes subsidiados, el
encarecimiento de los boletos de colectivos fueron algunos de los factores
concurrentes que se sumaron a la violencia institucional que provocó la erra-
dicación de villas, donde de 224.000 habitantes se redujeron a 16.000 entre
1976 y 1981. Se instala el concepto de que “la ciudad es para quien se la
merezca” (Cacciatore, Intendente de la ciudad de Buenos Aires)
Asociado a la crisis con las medidas económicas de este período, se
produce el fenómeno de la gran toma de tierras, al sur de Buenos Aires y
La Matanza. También aparece asociado a la construcción de las autopistas,
el proceso de transformación de los clubes de campo en nuevas formas de
urbanizaciones cerradas de la periferia, siguiendo el modelo de suburba-
nización norteamericana. La situación de ilegalidad no refiere solo a tie-
rras tomadas también a los countries, como refiere el investigador Horacio
Torres “no se podía lotear ya que no cedían las calles, eran asentamientos
informales de ricos”.
Con la sanción del Nuevo Código Civil se le da entidad a los consorcios
inmobiliarios. Los impactos van más allá de lo urbano, se dinamizan en
cluster de barrios privados que afectan las superficies de frutihorticultura,
desplazando familias y con ello la insostenibilidad de la las superficies de
agricultura familiar ante el valor que adquiere el suelo.

Huellas n° 20 (2016) | Diálogos (pp. 249-256) 253


En simultáneo aparece otra problemática, la modificación de las super-
ficies de los humedales. Las obras de polderización para barrios cerrados
hacen que el Río Luján haya reducido a la mitad su cauce producto de estos
rellenamientos. Este tema fue analizado en profundidad por la Geógrafa
Patricia Pintos, investigadora de la Universidad Nacional de La Plata.
Los conflictos en el territorio y por el suelo se van acrecentando por esta
forma de ocupación. El Nuevo Código Civil reguló la “forma de vivir, de
vacacionar y de morir de los ricos”: los barrios cerrados, los tiempos com-
partidos y los cementerios privados. Este Código también redujo los bordes
de agua o camino de sirga o área pública de la línea de agua de los lagos,
mares y ríos. Eso va a originar una privatización de los bordes que llegan en
el caso de lagos y lagunas hasta el borde y aún en el mar. De esta manera, se
advierte un claro avance por la vía jurídica o un conjunto de leyes que priori-
zan el bien privado sobre el común. Los barrios privados dan como resultado
una urbanización difusa y no sostenible ambientalmente, hay fragmentación
territorial, las calles no son públicas y se afectan los derechos colectivos.
La paradoja es que cuanto más crece la economía y los activos finan-
cieros se depositan en el suelo, más se manifiesta la desigualdad espacial.
Un análisis de los asentamientos informales realizado por Cravino (UNGS)
remite a que, históricamente, el 10% de la población en la región metropo-
litana, recurrían al mercado informal para acceder a la vivienda, para el año
2006 el porcentaje se elevó al 60%.
Es destacable que en este periodo, la construcción residencial privada
haya representado el 25 % de la inversión total y la mitad del sector de la
construcción (CEPAL 2010), y que los valores de las propiedades se hayan
incrementado entre seis y diez veces (¡en dólares!).
El crecimiento económico de los últimos años, produce una gran de-
manda de suelo urbano (en las ciudades y en el periurbano) con valori-
zaciones extraordinarias del suelo urbano y rural, pero también potencia
los procesos especulativos e impacta seriamente en el periurbano de las
ciudades, particularmente en ciudades intermedias o pequeñas.
Fernández Wagner expresa además sobre la situación particular de la vi-
vienda en Argentina, a través de distintas operatorias del Estado, de nuevas
políticas de acceso a la vivienda única como también de emprendimientos
privados, así como también el desarrollo de experiencias de políticas te-
rritoriales exitosas aunque no extensivas en el contexto nacional. En ese
sentido interesa destacar las iniciativas de Habitar Argentina. Desde este
espacio de participación, que comparten ambos especialistas, se ha plan-
teado la necesidad de una Ley de Ordenamiento Territorial que constituya
el marco normativo para las políticas de ordenamiento territorial del país.

254 Diálogos | Huellas n° 20, ISSN: 0329-0573 (impresa) / 2362-5643 (en línea)
Se considera que esta ley debe contener cuatro partes fundamentales:
Principios, objetivos y directrices de la política territorial nacional; Com-
ponentes del Sistema de Ordenamiento Territorial Nacional; Derechos y
deberes de los habitantes e Instrumentos de Política Territorial.
Los Principios, basados en la Constitución y pactos internacionales que
la integran como: -La función social de la propiedad (inciso 1 del artículo
21 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos);-La prevalen-
cia del interés general sobre el particular está vinculada con las limitacio-
nes que se impone a la propiedad en base al interés general (artículo 17 CN
y artículo 2.611 del Código Civil);-La distribución equitativa de las cargas
y los beneficios del proceso de urbanización se apoya en el principio cons-
titucional a la igualdad (artículo 16 de la CN).
Una Ley Nacional de Ordenamiento Territorial con los principios,
objetivos y directrices expuestos no puede ser una ley meramente decla-
rativa. Es por ello que se hace necesario definir una serie de instrumen-
tos de política territorial, que permita a las provincias y los municipios
contar con herramientas para dar mayor sustento al desarrollo de sus
políticas.
Los instrumentos propuestos son: Derecho de preferencia del poder pú-
blico; Subdivisión parcelaria, edificación o utilización obligatoria; Grava-
men especial (al suelo ocioso) progresivo en el tiempo; Contribución por
mejoras; Participación de los Municipios en la valorización de inmuebles
generados por acciones urbanísticas; Otorgamiento oneroso del derecho
de construir; Operación urbana mixta; Reajuste de terrenos; Evaluación
de impacto urbano y del entorno; Preservación de ámbitos urbanos, como
principios rectores.
Asimismo las políticas de vivienda y hábitat que se implementan se
encuentran regidas por los siguientes principios: el derecho a la ciudad y a
la vivienda; la función social de la propiedad; la gestión democrática de la
ciudad; zonas especiales de interés social y el reparto equitativo de cargas
y beneficios de la urbanización. Sobre este último punto recae uno de los
problemas que enfrentan los municipios: crecimiento urbano disperso, re-
tención de suelo, presión para lotear en la periferia, demanda por servicios
imposible de satisfacer.
La ciudad es un escenario de disputas como advertíamos al inicio del
artículo, la gestión territorial se realiza siempre en un contexto de poder
compartido, esto supone la existencia de conflictos entre intereses contra-
dictorios y en algunos casos antagónicos. Por lo tanto entre las principales
demandas se plantea la construcción e institucionalización de canales de
participación y consenso.

Huellas n° 20 (2016) | Diálogos (pp. 249-256) 255


A modo de conclusión

Las ciudades argentinas han modificado su fisonomía y su configura-


ción territorial, en un principio durante los años noventa con el anclaje del
capital financiero y la dinámica privatizadora en los espacios urbanos y
posteriormente con la reactivación económica de los últimos años, que ha
producido la expansión de la demanda de bienes y particularmente de suelo
urbano para desarrollar nuevos usos y actividades.
Se ha tratado el derecho a la ciudad en un sentido amplio, el derecho al
habitar y al hábitat digno es esencial para el acceso de los sectores popula-
res al suelo urbano. En este sentido, es primordial promover no solamente
un cambio conceptual, sino también una legislación urbanística que per-
mita crear mecanismos para la recuperación y distribución de beneficios
extraordinarios como una obligación de las gestiones locales para eliminar
las desigualdades urbanas.
En el debate se planteó la necesidad de un conjunto de metodologías al-
ternativas que, basadas en un replanteamiento de las relaciones entre gobier-
no, territorio y comunidad, permitan diseñar nuevos marcos y escenarios con
enfoques de actuación e intervención más democráticas y participativas.
El Estado es el actor fundamental en la definición de políticas públicas
y mediante la planificación y organización territorial opera en la esfera
política, técnica y de gestión mediante planes, programas y proyectos cuya
acción e implementación favorecen la accesibilidad del espacio urbano y al
crecimiento controlado de las ciudades.
La disociación entre las esferas técnicas y políticas de nivel nacional,
provincial y municipal y la falta de instrumentos normativos de orden jurí-
dico-tributario y de gestión, aplicables al mercado del suelo urbano impide
situar los derechos de las personas y el derecho a la ciudad en condiciones
de equidad e inclusión.
Las dificultades para obtener el acceso individual o colectivo a los re-
cursos que las ciudades proporcionan, impide la ligazón de los fragmentos
urbanos y la integración del tejido social.
La práctica de la gestión y concertación requiere la capacidad de los
gobiernos locales de asumir la organización territorial de las ciudades y la
necesidad de diseñar políticas y programas con instrumentos públicos que
permitan la ampliación de nuevos derechos ciudadanos.
Estos nuevos derechos, al habitar y al hábitat en la ciudad son princi-
pios fundantes de la planificación y la gestión urbana pero requieren de la
voluntad política de los que llevan adelante esos procesos y el ejercicio de
una acción colectiva sobre el proceso de urbanización.

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EGAL | 2017 ricanos, con la formación de redes


Encuentro de Geógrafos virtuales de conocimiento, saberes y
de América Latina temáticas entre los diversos centros
de investigación y enseñanza de La-
Del 26 al 29 de abril, La Paz, Bolivia tinoamérica.
b) Integrar a la Geografía con otras dis-
DOI: http://dx.doi.org/10.19137/huellas-2016-2017 ciplinas en el debate epistemológico,
a fin de tomar conciencia de su verda-
dero papel y buscar un Pensamiento
Geográfico de Integración Latinoa-
mericana, convirtiendo al sujeto lati-
noamericano en objeto de estudio.
c) Desarrollar acciones de solidaridad
entre los pueblos latinoamericanos,
en la búsqueda de su identidad como
región y estado nación, en el espacio-
tiempo de este sub continente.
d) Generar nuevas políticas, acuerdos,
manifiestos para mejorar la calidad de
la geografía en Latinoamérica.

Contenidos que se desarrollarán

El XVI Encuentro de Geógrafos de


América Latina (EGAL 2017), pretende
estimular la reflexión académica-geográfi-
ca, generando debate y análisis sobre los
procesos y temas conceptuales específicos:
Objetivo General globalización, geopolítica, seguridad, polí-
ticas socio ambientales, territoriales, cam-
El objetivo del XVI Encuentro de Geó- bio climático, riesgo y desastres, dicoto-
grafos de América Latina (EGAL-2017), mía ciudad-campo e integración regional,
es constituir un espacio y una platafor- que se sintetizan en los ejes temáticos del
ma para los aportes de alto nivel teórico, evento, con los diversos enfoques teóricos-
científico y metodológico de las diversas metodológicos para difundir los trabajos
geografías, necesarios para comprender al servicio de los pueblos latinoamerica-
la dinámica de los procesos políticos en nos. El idioma del evento será castellano,
el espacio-tiempo a través de la ciencia pudiendo realizar sus presentaciones en
geográfica y el uso de la geoestrategia castellano y portugués. No se realizará tra-
para la proyección espacial geopolítica a ducción simultánea.
la escala de países, bloques económicos y El evento está pensado para desarro-
regionales dentro de Latinoamérica. llarse en torno a 12 ejes temáticos que se
materializarán a partir de mesas de trabajo,
Objetivos Específicos donde se realizarán exposiciones y al fina-
lizar el evento se procederá a presentar la
a) Propiciar relaciones interdisciplina- síntesis de cada mesa temática, a cargo del
rias entre los geógrafos latinoame- presidente o presidenta de cada mesa.

Huellas n° 20 (2016) | Noticias 257


Ejes temáticos • REGISTRO www.egal2017.bo/registro
• Los resúmenes serán evaluados por la
5) Epistemología, Teoría e Historia de la Comisión Académica, comunicándo-
Geografía. se su aceptación o rechazo. La Comi-
6) Enseñanza y aprendizaje de la Geo- sión Académica se reserva el derecho
grafía. de modificar los ejes temáticos y la
7) Geografía Política, Globalización, In- distribución de trabajos en estos.
tegración y Dinámicas Territoriales. • Cada participante solo podrá presen-
8) Gestión Territorial, Catastro, Políticas tar hasta un máximo de 2 trabajos,
Públicas y Desarrollo Sustentable. una como autor y otra como co-autor.
Los trabajos podrán tener como máxi-
9) Desarrollo Local, Geografía Econó-
mo hasta 3 autores.
mica, Turismo y Actores Locales.
• Fecha límite para la presentación de
10) Geografía física, Recursos Naturales,
resúmenes: hasta el 30 de noviembre
Manejo de Cuencas y Áreas Protegidas.
2016.
11) Espacios Rurales, Agricultura y Segu-
• Los resúmenes recibidos fuera de tér-
ridad Alimentaria.
mino no serán incluidos en el CD de
12) Metropolización, Sistemas Urbanos y resúmenes del Encuentro.
su Dinámica.
13) Población, Género e Identidad. Artículos Completos
14) Tecnologías de Información Geográ-
fica, Cartografía, SIG, Teledetección Hasta 15 carillas o planas (incluyendo
e IDEs. el resumen, cuadros, tablas, fotos, biblio-
grafía y apéndices) en hoja tamaño carta,
15) Vulnerabilidades, Gestión de Riesgos,
letra Calibri 12, alineación justificada, in-
Problemática Ambiental y Cambio
terlineado sencillo, márgenes de 2,5 cm.
Climático.
sup., inf. Der. y 3 cm. izq.), en formato
16) Geografía Crítica Latinoamericana. Word (no se aceptarán trabajos en PDF).
Los mismos no podrán haber sido
Resúmenes presentados con anterioridad en otros
eventos científicos, aquellos artículos ya
• Los resúmenes deberán tener hasta presentados serán anulados.
500 palabras. En el mismo se pre- Contendrán el título (mayúscula y
sentará la temática a desarrollar, los centrado), el resumen y las palabras claves
objetivos del trabajo, la metodología en su primera página con toda la informa-
utilizada (si resulta pertinente) y los ción requerida en los resúmenes. Fecha de
principales resultados o conclusiones. presentación de trabajos completos: 31 de
No se incluirán referencias bibliográ- enero de 2017.
ficas ni figuras.
• En la parte superior deberá incluirse
el título del trabajo MAYÚSCULAS.
• El RESUMEN y la SESIÓN TEMÁ-
TICA DE EXPOSICIÓN se elegirán
en el formulario de registro en la pá-
gina web.

258 Noticias | Huellas n° 20, ISSN: 0329-0573 (impresa) / 2362-5643 (en línea)

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