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¿Cuáles son las principales preguntas y retos que el módulo

“Impacto social, inclusión y contexto” te plantea como persona,


educador musical y ciudadano?

Cuando enfrentamos el reto de convertirnos en formadores, no sólo tenemos que enfocar muy
bien nuestros objetivos pedagógicos sino también los propios, pues la responsabilidad social
que adquirimos es enorme. Las acciones y decisiones de los jóvenes en un futuro no muy
lejano, son en parte el resultado de la visión del mundo que queremos fomentar en ellos hoy.

El rol de maestro y alumno es un diálogo que debe saber llevarse, pues cada persona es un
ser único, que tiene maneras distintas de aprender y ver el mundo desde su corta o larga
experiencia de vida, su entorno social, e incluso familiar. La formación de un estudiante no
es simplemente tarea del maestro, es un conjunto de espacios donde los valores deben estar
presentes para que cada niño vaya creando su propio criterio, su forma de asumir la vida y
cómo la ve. Ahora bien, entendiendo que son diferentes los factores que intervienen en la
educación de un niño y que, si alguno de éstos falta, será otra tarea para trabajar, pero no sólo
se debe tener en cuenta al alumno, sino también a quien imparte el conocimiento.

Las personas que asumen este rol tan importante no siempre lo hacen por vocación,
lastimosamente, son muchos los maestros que dan clases en institutos, colegios, academias,
universidades, empresas y demás, sin tener necesariamente un título como pedagogos. Con
esto no digo que solamente quien tiene un diploma en pedagogía, puede ser maestro, al
contrario, hay muchos profesionales que son mejores transmitiendo conocimiento que
incluso aplicándolo, pero, por otro lado, el factor económico es un determinante para que
muchas de estas personas se atrevan a asumir esta faceta sin una vocación real ni la suficiente
importancia con la que se debería realizar. Todo esto, nos lleva a reflexionar si realmente
estamos en la capacidad de asumir con responsabilidad social este rol. Seguramente la
necesidad de emplearnos y de mejorar nuestra calidad de vida nos lleve a trabajar en este
campo a veces simplemente por la necesidad de tener un salario con el cual podamos vivir.
Pero lo importante es comprender que todos tenemos necesidades y el trabajo como dice el
adagio popular “no es deshonra”, pero así mismo es imperativo generar la necesidad de estar
en constante formación y disposición para explorar herramientas que nos exijan tener un trato
y procesos adecuados en los campos de formación en cualquier tipo de población. No
obstante, hay que observar que éste es solamente uno de los diferentes factores que inciden
en desempeñar la labor como maestros.

Siguiendo con otro aspecto de la educación, la metodología que se aplica en los diferentes
campos del saber, no siempre es la adecuada, ésta debería ir evolucionando y mejorando
conforme a lo que va sucediendo en el entorno social y a las necesidades que presenta. La
manera más “fácil” en la que se da el conocimiento en gran parte de las materias, es de forma
teórica, copiando y memorizando información que después de cierto tiempo si no es
apropiada, será olvidada. La mejor manera de aprender un conocimiento musical o en
cualquier otro contexto, no es solamente entendiendo lo teórico sino hacerlo práctico, pues
muchas veces se ven temas que en la vida no son nada útiles e incluso ya obsoletas, cuando
un niño logra entender, descifrar un conocimiento y lo hace práctico, es mucho más fácil que
lo guarde y ejerza de por vida. Sumado a esto, la sociedad, los niños y su entorno están en
constantes cambios y es importante tener en cuenta los diferentes tipos de población que van
apareciendo y cómo asumirlos, no como una metodología diferente, sino bajo una premisa
que debe tener cualquier persona frente a otra y se llama respeto. Al entender que no todas
las personas piensan, ni creen en lo mismo, se llega a la verdad del otro (herejía), para que
el resultado sea la tolerancia; respetar no significa compartir la misma opinión, significa que
otra persona tiene una forma de ser, que aunque no sea la misma o la propia, es mejor o peor.
Esta es una tarea de todo ser humano, no necesita tener una capacitación, un estudio sobre
cómo tratar a ciertas poblaciones, sino que es algo que pertenece a la esencia del ser mismo,
de sus valores y la educación con la que se cría esa persona en su entorno social. Si bien los
cambios generacionales son constantes, en estos momentos la diversidad está cada vez más
evidenciada en círculos sociales más pequeños: Razas, libertad de género, expresión cultural,
religiones, ideologías políticas, discapacidades, etc. Todo hace parte de este entorno cada
vez más arraigado en encontrar identidad y no precisamente colectiva. Hay la necesidad
constante de querer ser una mezcla única de emociones, pensamientos, facetas; tomando
patrones influenciados en gran medida por el entorno inmediato como lo son las redes
sociales, los grupos populares del entorno académico, la familia y los docentes.
Como ciudadana y como docente en música, tengo la plena convicción que cada vez más la
sociedad se está reivindicando con los niños y la juventud, en el caso puntual del cargo que
desempeño en la Orquesta Filarmónica de Bogotá como artista formadora puedo enfrentarme
al avance musical y el interés cultural que van desarrollando los niños del proyecto, Es
gratificante ver que los esfuerzos de nuestra incipiente pero valiosa experiencia han dado
muy buenos frutos: Orquestas, bandas y coros infantiles y juveniles. Motivo de orgullo propio
y social, modelo que a futuro deben adoptar los colegios privados y públicos de todo el país,
garantizando la apertura de posibilidades académicas y por qué no, vocacionales a todos los
niños y jóvenes. Los resultados de este impacto se verán reflejados no sólo en cifras, sino en
una sociedad, con mejores criterios, con más posibilidades de aprendizaje en más campos y
posibilidades laborales. Serán una nueva generación inquieta por saber, por buscar con ayuda
de las herramientas que hoy en día lo hacen más fácil como la tecnología, a la cual debemos
sacarle el mejor provecho, buscarles la utilidad que tienen como el poder de mover masas,
y que no sea simplemente un artefacto de distracción, de esparcimiento o una moda, sino que
hagan parte de la evolución y la transformación de la sociedad. Son muchos los
cuestionamientos que quedan frente a cada lectura, pero lo más importante de ello es cómo
los asumamos y hagamos efectivos, para que de nuevo no sea un cuestionamiento teórico y
reflexivo sino práctico capaz de ser parte de un cambio radical para la sociedad que tanto lo
necesita.

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