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EDUCACIÓN

Lila Pinto: "Tenemos que sacar a las escuelas de las cápsulas


y conectarlas con el mundo"
La directiva escolar y especialista en nuevas tecnologías habló con Infobae sobre los
desafíos para innovar desde la gestión. "No deberíamos pensar cómo traer la
tecnología, sino qué hacemos con la escuela en un mundo tecnológico", consideró

Por Maximiliano Fernandez

29 de junio de 2019

mafernandez@infobae.com

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Lila Pinto volvió este año al país después de casi una década en México. Dice
que los problemas educativos de la región son similares, más allá de la escala
de cada sistema. Allá se desempeñaba como directora escolar y acá continúa
su carrera en la gestión en el Colegio Tarbut. Es doctora en Educación con
especialidad en Nuevas Tecnologías por la Universidad de Columbia, Nueva
York.

Pinto será la coordinadora del Foro Latinoamericano de Educación, que


organiza la Fundación Santillana. Entre el próximo lunes y martes, primero en
la sede de la Universidad Siglo 21 y luego en el CCK, distintos especialistas
discutirán con un eje: el cambio escolar. Cómo rediseñar la escuela para los
tiempos que corren, con el foco puesto en el rol del director.

-Hoy la formación del director es un tema que se debate. ¿Cree que


debería haber una carrera inicial de dirección?
-Sí, claro. Creo que es reciente que aparece en la agenda de la conversación
educativa la importancia de formar liderazgos. Antes no estaba en la lista de
prioridades. Se habla mucho más de formación docente y la investigación
muestra que la segunda variable más importante para el desempeño escolar,
después de los docentes, es el liderazgo de equipos y no solo de personas. Y
hay mucho por hacer.

-Con las diferencias lógicas entre la escuela pública y privada, ¿qué


problemas ve en el día a día de la gestión escolar?

-La gestión escolar es articular el encuentro de diferentes actores: padres,


docentes, alumnos, recursos materiales. Pero la dimensión más importante,
que a veces uno olvida, es gestionar para que haya aprendizaje. A mí lo que
más me interesa es el rol del director como líder pedagógico. Estamos todos
tratando de ver cómo rediseñar la escuela.

Lila Pinto, doctora en educación, especializada en nuevas


tecnologías
-¿Qué parte le toca al directivo en ese rediseño? Puntualmente en
incorporar tecnología a la dinámica escolar. Porque se suele hablar
siempre del rol de docente, pero casi nada del director en ese punto.

-Cuando pensamos hoy en rediseñar la escuela, pensamos en dar un


significado a la institución en un contexto tecnológico absolutamente
transformado. A veces es más difícil formularse buenas preguntas que
tener respuestas. En el caso de la tecnología creo que ese es el tema:
estamos pensando cómo traer la tecnología a la escuela cuando debería
ser qué hacemos con la escuela en este mundo tecnológico. Lo que le toca
al director es ubicar la pregunta en el lugar del sentido para generar una
escuela desafiante.

-Sería volver a entusiasmar al chico…

-Y despertar deseo. El deseo de enseñar y de aprender en la escuela en este


contexto.

-¿Lo que hoy el chico aprende por fuera del aula no conversa con lo que
pasa adentro?

-Primero hay que ver qué chico y en qué casa. Saber distinguir contextos. Pero
es cierto que aprendemos en todos lados y la escuela parece ajena a ese
aprendizaje. Hay mucha gente haciendo cosas interesantes en las escuelas, en
Argentina y en la región, que a veces no son tan visibles. Y, en general, tienen
eso en común: hacer la conexión entre la escuela y el mundo. Cuando ese
puente se teje, aparece el deseo, aparece el entusiasmo nuevamente.
Parte del desafío es abrir la escuela, salir de esas cápsulas que son las
instituciones escolares y conectar con la comunidad local, con el mundo.

-¿El docente suele ser receptivo a ese pedido?

-Los cambios son procesos. Los docentes, en la medida que se sienten


interpelados y que genuinamente son tomados en los procesos de rediseño,
sienten el deseo de cambiar sus prácticas. Hay que generar condiciones para
que eso sea posible.

-Le deben haber preguntado muchas veces: ¿qué hacemos con el celular
en la escuela? Imagino que ya debe estar superado ese debate a esta
altura.

-No te creas. Todo el tiempo nos preguntamos. Porque al final la respuesta es:
"Sí, pero…". Sí, pero en este grado así. Sí, pero a esta edad de esta manera.
Pensar qué uso pedagógico le damos. Cada proyecto educativo debería definir
en qué situaciones es útil el celular en el aula.

-Por ahora, los estudios que se hacen al respecto no reflejan grandes


mejoras de aprendizaje a partir de la tecnología. ¿Estamos seguros que
es el camino o es más bien una hipótesis por el momento?

-De vuelta. Ahí está cómo vamos a formular la pregunta. Nuestros chicos están
creciendo con otras formas de consumo cultural. A diferencia de la televisión,
está el streaming. Ya no esperamos un determinado día y horario. La pregunta,
entonces, no es tanto: "¿uso videos de Youtube en la escuela?", sino:
"Sabiendo que ese alumno tiene eso incorporado, ¿cómo aprovecho esa
práctica cultural para lo que tengo que enseñar?". Ahí el aprendizaje se vuelve
significativo.

-¿Y cómo se hace para que dejen ser simples usuarios de tecnología?

-Ahí está la otra dimensión: el pasaje del paradigma de consumidor al de


productor. Ese es el objetivo más importante que podemos hacer con la
tecnología. Los chicos creen que manejan muy bien el lenguaje audiovisual,
pero no siempre es así. Yo llamo a eso ir más allá de la selfie. O sea, cómo
hacer para que los chicos problematicen la selfie.

-¿Está de acuerdo con la nueva concepción que surge del docente más
bien como curador del contenido?
-Más o menos. Los docentes siempre somos curadores en el sentido que
elegimos con qué materiales trabajar y qué recursos utilizar. Pero también
somos productores porque generamos algo nuevo. Una definición más precisa
quizás sería en el orden del remixado porque todo el contenido que seleccionás
entra en un contexto didáctico que hace que produzcas una nueva propuesta.
Curar parecería solo poner a disposición.

(Fotos: Santiago Saferstein)


-¿Qué opina de los cambios que se están dando en el secundario?

-Es la transformación más compleja y más urgente. Con algunas cosas estoy
de acuerdo, pero lo que me preocupa es no terminar de entender que para que
la escuela cambie tiene que ser una modificación sistémica de la cultura
escolar. Un cambio curricular solo no es suficiente, un cambio metodológico
tampoco.

-¿Es imposible bajar algo de arriba y creer que va a funcionar?


-Sí, la estrategia top-down es un poco difícil. Igual entiendo que el diálogo entre
el cambio escolar y la política pública tiene que ser más fluido. Veo que
estamos ante un cambio con intenciones de generar autonomía, pero creo que
hay que mirar más holísticamente el problema. La escuela necesita una
transformación en todas sus dimensiones: no solo en lo metodológico o
curricular, sino también en sus tiempos, por ejemplo.

-¿Qué sería sus tiempos?

-Cantidad de horas de clase, flexibilidad horaria. También otro tema más


complejo tiene que ver con la evaluación y la acreditación, habría que revisar
dispositivos como la repitencia. Ahí están los desafíos más grandes en
términos de escalabilidad de los cambios.

-En base a su experiencia en otros países de la región, ¿observa que


estamos rezagados?

-No, siento que estamos tratando todos de ver por dónde ir. Todos los países
están encarando transformaciones educativas. A diferencia de México, que es
el caso que conozco más de primera mano, no tenemos un sistema tan grande
y profundamente heterogéneo. El nuestro es heterogéneo, pero a una escala
menor. Hay algunos debates que se repiten como la reforma curricular o
evaluación. Pero veo que todos estamos tratando de pasar de lo teórico a lo
práctico

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