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Intervenciones Sistemicas en Pacientes C
Intervenciones Sistemicas en Pacientes C
Por:
Abril, 2016.
1.- Introducción:
Vargas (2009) explica que el impuesto creciente aplicado a las bebidas alcohólicas
se pensó como el método más útil para regular su consumo y proveer al estado de ingresos
constantes que a su vez sirven para paliar las consecuencias físicas y mentales, y del
tratamiento médico de los sujetos que se convierten en consumidores abusivos y habituales
de alcohol. Sin embargo ya en 1904 se demostró que más que disminuir el consumo en la
población, en especial los sujetos de más bajos ingresos, dedicaban mayor parte de su
salario en conseguir de igual forma alcohol.
Vargas (2009) señala que en 60 años de estudio del tema, la tasa de alcoholismo en
Chile no ha descendido, por lo que el consumo excesivo y el consumo problemático de
alcohol es considerado como una enfermedad endémica, contagiosa y de trascendencia
social lo cual afecta al individuo a su familia y a la sociedad.
3.- Conceptos:
Los estudios nacionales sobre consumo problemático de drogas considera que las
características de estos sujetos, se enmarcan dentro de los criterios diagnósticos de
consumidores abusivos o dependientes. (SENDA, 2013)
3.3.- Alcoholismo
Según criterios técnicos del Ministerio de Salud de Chile (sin fecha), "bebedor
problema" es una persona en la que cualquier forma de ingestión de alcohol provoca -
directa o indirectamente- consecuencias negativas sí misma o para terceros, en las áreas de
la salud, armonía familiar, rendimiento laboral (o escolar), seguridad personal y
funcionamiento social".
(b) se toma la misma sustancia (o una muy parecida) para aliviar o evitar los
síntomas de abstinencia
Artículo 30.- El marido, mujer, padre, hijo, guardador o empleador de una persona
habituada a beber con exceso bebidas alcohólicas, podrá hacer notificar
judicialmente a los expendedores de estas bebidas para que no las suministre a dicho
individuo por un término que no podrá exceder de tres meses para cada notificación.
Artículo 33.- En todos los Servicios de Salud del país habrá un programa de
tratamiento y rehabilitación para personas que presentan un consumo perjudicial de
alcohol y dependencia del mismo, los que incluirán atención ambulatoria en todos
los establecimientos de salud de nivel primario, sean dependientes de los municipios
o de los Servicios de Salud y atención especializada ambulatoria o en régimen de
internación.
Artículo 34.-. Deberán asistir a dichos programas las personas a que se refiere el
artículo 26 y los reincidentes en la conducción de vehículos bajo los efectos del
alcohol o en estado de ebriedad.
Artículo 35.- En las mismas condiciones, el juez de policía local también podrá
ordenar la asistencia a esos programas de tratamiento y rehabilitación del cónyuge o
del padre o la madre de familia que habitualmente se encontrare bajo la influencia
del alcohol, de modo que no le sea posible administrar correctamente sus negocios o
sustentar a su cónyuge e hijos.
Según Feixas (2012), el modelo sistémico es uno de los más utilizados en la terapia
familiar. Además ha llegado a ser uno de los modelos de más popularidad entre
psicoterapeutas, también en el campo de la asistencia y bienestar social, las organizaciones
y redes sociales, la salud, y los problemas escolares. Lo anterior se explica ya que pocas
cosas ocurren con independencia de la familia, en sus múltiples y renovadas formas,
entendida como grupo socio-afectivo primario. Las bases conceptuales no son ni la
personalidad y sus rasgos, ni la conducta individual, sino el sistema familiar como un todo,
como un organismo estructurado e interdependiente que se comunica con unas pautas de
interacción, y en las que el individuo sólo es uno de sus componentes, su valor tiene que
ver con la función y posición en el sistema.
Los síntomas son parte del patrón comunicacional, y por tanto una característica del
sistema y no únicamente del que lo sufre. Por tanto, se tiende a trabajar con toda la familia
y orientar la intervención al alterar los patrones de interacción familiar en los que el
síntoma cobraba su sentido. Desaparece así el paciente como objeto de la intervención
(Feixas, G., Muñoz, D., Compañ, V., Montesano, A., 2012)
De misma manera, Garrido (2009) menciona que la terapia familiar surge como
respuesta a las propias limitaciones del tratamiento individual: el fracaso de las terapias
centradas en el individuo para proporcionar una solución a los problemas de pareja y a los
problemas de padres e hijos; la observación de recaídas que a veces ocurrían cuando
pacientes que habían sido tratados regresaban a sus familias; el entorno inestable y
problemático que se observaba en una gran mayoría de pacientes; y la observación de que
este entorno se relacionaba estrechamente con la evolución del paciente, hasta el extremo
de que cuando las familias estaban pasando por una situación conflictiva, de crisis, sucedía
que la mejoría del paciente se acompañaba de un empeoramiento de la familia y viceversa.
Por otro lado, en un estudio de observación de familias con miembros que padecían
esquizofrenia; Bateson (1956) impulsó una nueva mirada, que otorgaba una gran
importancia al contexto familiar en las problemáticas humanas, y a la vez una intervención
terapéutica destinada a cambiar las pautas interacciónales que mantenían el patrón
disfuncional.
Dado lo anterior, Bateson (1956) observó que las interacciones ocurrían en ciclos
los cuales mantenían o aumentaban la conducta alterada en el paciente, y a la vez observó
que existía una cadena causal-circular que conectaba las acciones y reacciones de los
miembros de la familia. Asimismo, se comprobó que independientemente del tipo de la
intervención terapéutica individual, los síntomas tendían a reaparecer luego que el paciente
volvía a su vida familiar en casa.
Por otro lado, Agrelo, M, A (2011), sostiene que la psicoterapia que tan solo se
dirige al individuo ha demostrado un nivel bajo de efectividad cuando se trata de trastornos
adictivos.
Agrelo (2011) describe la terapia estratégica desde la premisa que “es el terapeuta el
que define la dirección de la terapia y se encarga de hacer lo necesario para mantenerla”. Se
puede considera un terapia como estratégica cuando el terapeuta inicia lo que ocurre dentro
de ella y diseña un método de acción particular para cada problema. Sin embargo, la acción
que tendrá lugar será determinada por ambos. El terapeuta debe identificar problemas a
solucionar, fijar metas, diseñar intervenciones, examinar las hipótesis según los resultados
obtenidos y por último, evaluar la eficacia del proceso psicoterapéutico.
Intervención estratégica.
Marcos J., y Garrido M. (2009) mencionan que los modelos estratégicos tienen foco
común en la situación social. Los problemas se ven como un síntoma y a la vez como una
respuesta interaccional de un disfuncionamiento familiar. Se debe conocer y comprender
como intentan resolver sus problemas de familia, esto debido a que las soluciones
intentadas ineficaces pueden aumentar el problema o convertirse en un problema más
grave.
Las familias no actúan de la forma en que lo hacen para mantener la problemática,
sino, porque esa es la forma en que saben hacerlo y en ciertos momentos de su historia
familiar se han quedado sin la posibilidad de visualizar otras formas más eficaces para
enfrentarlo. El foco de intervención, en este caso va dirigida a interrumpir las soluciones
intentadas que resultaron ineficaces y en muchos casos mantenedoras del problema y
buscar soluciones distintas para poder generar un cambio en las pautas de interacción. Para
que se genere lo anterior, se necesita conocer las creencias de cada familia, el lenguaje, las
ideas, tomando en cuenta sus valores y de esta forma se pueda visualizar la problemática
desde la visión de los miembros del sistema. (Marcos J., Garrido M., 2009)
Enfoque estructural.
Modelos sistémico-constructivistas
Pronóstico-Futuro: realizar predicciones sesión acerca de qué pasará día a día hasta la
próxima sesión. Si el paciente consume o no consume durante los siguientes días seguido a
la sesión, podrá darse cuenta de cuáles fueron las decisiones que tomó para hacerlo (o no
hacerlo) y cuales pasó por alto.
Carta a mí mismo: es una forma de trabajar con la disociación del adicto.. Se le solicita al
sujeto, cuando está en un momento positivo del proceso, que se escriba una carta a sí
mismo cuando está a punto de consumir.
Imaginar el futuro sin el problema: apunta a que el sujeto pueda construir la imagen de su
vida sin el problema.
Intentando que lo haga de manera tan detallada como le sea posible: tareas, sentimientos,
pensamientos, rutinas. Esto favorece la activación de conductas positivas.
Pregunta de escala: Se le pide al paciente que, en una escala de 1 a 10, donde 10 representa
lo que él quiere lograr, que se ubique en ese momento respecto a la meta a alcanzar. A
partir de allí, se trabaja estableciendo indicadores de cambios mínimos y realizables los
cuales se irán evaluando sesión a sesión. También una variante de la pregunta de escala es
solicitar al paciente que haga la pregunta a dos personas significativas para él, y luego
establecer un promedio.
Mirar el futuro: se guía al sujeto a imaginarse en un futuro como él lo desearía, para que
pueda vivenciar las discrepancias entre lo que él espera ser, y lo que está siendo en este
momento.
Redefinición del síntoma: Modificar o reencuadrar la percepción que el sujeto tiene del
problema.
Prevención de recaídas: son técnicas del enfoque cognitivo conductual. Apuntan a prevenir
el consumo de sustancias una vez alcanzada la abstinencia. Se trabaja a partir de:
Toma de decisiones: el sujeto hace un rastreo detallado de las pequeñas decisiones (aunque
parezcan insignificantes) que realizó en los momentos previos a la recaída.
Modificación de patrones post-recaída: se apunta a cambiar las conductas del sujeto y del
entorno inmediato frente a las recaídas. Partiendo de la base de que lo que ocurría cuando el
sujeto consumía y no estaba en tratamiento, era parte del problema (soluciones
mantenedoras del problema).
Proyecto de vida: convertir los objetivos de vida en acciones concretas con itinerarios
específicos para su evaluación, y determinación de tiempos posibles para su concreción.
Certeza de Recaída: se le pide al paciente que imagine que existe la certeza de que, dentro
de una semana, él tendrá una recaída. A continuación, se le solicita que identifique en el
presente y futuro inmediato, cuáles serían los factores de riesgo que podrían favorecer la
conducta de consumo.
Autorregistro del proceso de cambio: se orienta al paciente a que describa los diferentes
momentos por los que atravesado durante el tratamiento aquellas conductas que resultaron
efectivas para el logro de los objetivos.
Uso de metáforas: comparamos una cosa y otra o hablamos de una cosa como si fuera otra,
hacemos una metáfora, esto nos ayuda a emplear conocimientos o experiencias que ya
poseemos para comprender nuevas experiencias.
Enfoque: el terapeuta organizará los hechos que percibe de manera que formen conexión
entre ellos y posean también pertinencia terapéutica.
8.- Conclusión.
En el presente trabajo se describieron distintos tipos de intervenciones sistémicas
con pacientes que presentan consumo de alcohol problemático. De misma manera se pudo
entregar con fundamento que estas intervenciones son una de las más requeridas en estos
tratamientos.
9.- Referencias:
http://psicopsi.com/modelos-sistemicos-en-terapia-familiar-psicologia-estructural-
estrategica