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Pensar la especificidad del fenómeno icónico

Posición secundaria de la imagen en términos epistemológicos


Rehabilitar la imagen como medio de conocimiento
Necesidad de explorar sus potencialidades
El lenguaje ya no es un soporte de la imagen
Presencia: ausencia de significado o simbolismo
Forma de conocimiento no representativo
Imagen no es un objeto, es un acto (Sartre); no es una cosa, es un modo de conciencia
(contrastar con la diferencia icónica)
Pensar la imagen ya no en relación con un afuera sino en su poder sobre el sujeto

La historia de la imagen o una imagen para la historia


La batalla creada por medio de ellas las ha vuelto fundamentales en nuestra moderna cultura
de masas, que las utiliza para manipular información, fabricar justificaciones históricas,
elaborar propaganda publicitaria, política y, desde luego, en la creación artística. Sin
embargo, también es cierto que en la actualidad la saturación de imágenes en la vida cotidiana
ha llegado a volverlas banales. Al respecto, el catedrático español Román Gubern menciona
un ejemplo donde muestra cómo un cartel pegado en una pared seguramente llamará la
atención del público, pero ante una pared tapizada de carteles —caso bastante común— muy
posiblemente nadie se detenga.
Gottfried Boehm: ¿Más allá del lenguaje? Apuntes sobre la lógica de las imágenes

Las imágenes han sido descubiertas por diferentes discursos y disciplinas


Las imágenes tienen una lógica propia y exclusiva. Esta lógica refiere a la producción
consistente de sentido, la cual no se realiza al hablar sino en el percibir.

Algunos giros suplementarios al “giro icónico”


Como bien lo ha señalado Keith Moxey, el giro icónico se separa no sólo del giro lingüístico,
sino también de las aproximaciones a la llamada “cultura visual”. Analíticamente, este autor
divide entre los enfoques ontológicos y semióticos de las imágenes. La diferencia es lo que
Moxey identifica bajo la etiqueta de “presencia”. Una característica básica del giro lingüístico
era que se tomaba a la experiencia como algo filtrado o mediado por el lenguaje. Con el giro
icónico, en cambio, la “presencia” de la imagen ha cobrado un papel importante, pues entre
sujeto y objeto ya no está la barrera del, “significado” o “interpretación”, diría Moxey. Ya
no es que la imagen nos pueda remitir a una “realidad” aparte de ella, ni tampoco a una
ideología que se esconde tras ella. Más bien se trata de un “encuentro” en el que la imagen
demanda un acercamiento más directo que atienda a la inmediatez de su tiempo y espacio

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