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Actualmente los intereses por préstamos con terceros son deducibles siempre que
cumplan con el “principio de causalidad”, esto es, que el préstamo esté relacionado
con la generación de renta gravada o con el mantenimiento de la fuente productora
de dicha renta; sin embargo, en el caso de intereses de préstamos adquiridos con
partes vinculadas adicionalmente se establece que sólo serán deducibles por la parte
del préstamo que no sea mayor a 3 veces el patrimonio neto de la entidad peruana
al cierre del ejercicio anterior (subcapitalización).
A partir del 2019, se introduce un nuevo límite a la deducibilidad de los intereses por
préstamos adquiridos de terceros independientes a partir del 14 de septiembre 2018
a los que se les aplicará el ratio 3:1 previsto para los préstamos con partes vinculadas
y hasta el 31.12.2021.
En tal sentido, podrán coexistir hasta el 31 de diciembre de 2021 dos límites para los
prestamos provenientes de terceros independientes: (i) para los préstamos
adquiridos hasta el 13 de septiembre de 2018 sólo se requerirá que el préstamo
cumpla con el requisito del principio de causalidad para que sus intereses sean
deducibles y (ii) para aquellos préstamos adquiridos a partir del 14 de septiembre de
2018 la deducibilidad de los intereses será siempre que, además, cumpla con el
requisito de la subcapitalización previsto para partes vinculadas.
A partir del 1 de enero de 2021, los intereses por todo tipo de préstamos, ya sean
contratados con partes vinculadas o con terceros independientes, serán deducibles
siempre que no excedan el treinta por ciento (30%) del EBITDA del ejercicio anterior.
Más aún, se incorpora la posibilidad de deducir aquellos intereses netos que no
hubieran podido ser deducidos en el ejercicio por exceder el límite antes señalado,
dentro de los cuatro (4) ejercicios inmediatos siguientes, quedando sujetos al límite
conforme a lo que establezca el Reglamento.
En caso que luego de cumplido los cuatro (4) ejercicios inmediatos siguientes no
hubiera sido posible deducir dichos intereses, se perderá su deducibilidad.
Hasta el 2018, básicamente existen dos requisitos que deben cumplirse de manera
concurrente para que la venta indirecta de acciones peruanas entendida la misma
como la enajenación de acciones o participaciones representativas del capital de una
persona jurídica no domiciliada en el país que, a su vez, es propietaria -en forma
directa o por intermedio de otra u otras personas jurídicas- de acciones o
participaciones representativas del capital de una o más personas jurídicas
domiciliadas en el país, quedara gravada en el Perú:
La intención del legislador ha sido gravar aquellas operaciones que aun cuando
para el Grupo Económico al cual pertenece la entidad peruana no sean
significativas ya que el valor de mercado de las acciones peruanas sea residual
respecto de las acciones de la no domiciliada que se está transfiriendo (no
llegando al 50% antes referido), por el monto de la operación si sea una
transacción relevante en el país que requiere ser gravada para efectos tributarios
peruanos.
Sobre el particular, a partir del 2019, los contribuyentes peruanos deberán tener
en cuenta los plazos antes señalados respecto de las actividades que realicen sus
proveedores del exterior, a fin de estar seguros si deben obtener un comprobante
de pago del exterior al cual se deberá realizar la retención del Impuesto a la
Renta por los servicios prestados en el país que generen renta de fuente peruana
o si deberían recibir una factura de un establecimiento permanente constituido
en el país, al cual no se debería realizar retención alguna.
Más aún, es preciso indicar que, dado que aún falta la reglamentación de esta
norma, esperamos que el legislador establezca claramente la mecánica del
funcionamiento y tributación de estos nuevos supuestos de establecimientos
permanentes en relación a la asignación de costos y gastos, emisión de
comprobantes, cumplimiento de formalidades tributarias, responsabilidad de los
contribuyentes peruanos usuarios de los servicios, entre otros.
Crédito indirecto
Ahora bien, en ambos casos, para la utilización del crédito indirecto por el
Impuesto pagado por la sociedad de primer o segundo nivel se deben cumplir
ciertos requisitos, entre los cuales tenemos:
Como consecuencia de este cambio normativo, a partir del ejercicio 2019, los
contribuyentes peruanos podrán utilizar como crédito indirecto el Impuesto a la
Renta corporativo pagado por la(s) persona(s) jurídica(s) no domiciliada(s) que
distribuyan dividendos a una entidad peruana, a fin de aliviar la doble imposición
económica que se presentaba al incluir dichos dividendos en la renta neta de
fuente extranjera a la base imponible del Impuesto a la Renta peruano de la
entidad peruana, generando un desincentivo a la inversión en el exterior de los
contribuyentes peruanos.