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Les propongo los siguientes ejercicios para practicar las reglas de ortografía y
puntuación y ejercitar la corrección y la autocorrección. Pueden encontrar los textos
corregidos en Educ.ar
mi hermano alberto cayó al pozo cuando tenía cinco años fue una de esas tragedias
familiares que sólo alivian el tiempo y la circunstancia de la familia numerosa veinte
años después mi hermano eloy sacaba agua un día de aquel pozo al que nadie jamás
había vuelto a asomarse en el caldero descubrió una pequeña botella con un papel en
el interior este es un mundo como otro cualquiera decía el mensaje
TEXTO n.º 2: «El Evangelio de Juan Rulfo según Julio Ortega», de Adolfo Castañón
Reglas de puntuación
Actividad 2
Emplear los signos de puntuación necesarios –signos de interrogación (¿?), signos
de exclamación (¡!), punto (.), coma (,), punto y coma (;)– para que Fulano deje
sus bienes a:
1. Luis
2. Juan
3. El sastre
4. Los jesuitas
5. Nadie
Puntuar el siguiente texto de cinco maneras distintas de manera tal que en cada caso
resulte beneficiado un personaje distinto. Intercambiar el ejercicio con un compañero,
para que lo corrija.
Leer en voz alta el resultado de cada una de las cinco posibilidades, teniendo en
cuenta los cambios de entonación.
TEXTO n.º 3: «La herencia de Fulano»
Dejo mis bienes a mi sobrino Juan no a mi hermano Luis tampoco jamás páguese la
cuenta del sastre nunca de ningún modo para los jesuitas todo lo dicho es mi deseo
Fulano
Actividad 3
a) Colocar las tildes donde corresponda.
b) Explicar los cambios de significado que produce la tildación en las palabras
que aparecen en negrita en el texto, siguiendo este ejemplo:
-ánimo: sustantivo
-animo: 1.ª persona singular, presente del modo indicativo del verbo
«animar».
-animó: 3.ª persona singular, pretérito perfecto del modo indicativo del
verbo «animar».
Aprendi a ser formal y cortes cortandome el pelo una vez por mes. Y si me aplazo la
formalidades que nunca me gusto la sociedad. Viento del sur o lluvia de abril, quiero
saber donde debo ir. No quiero estar sin poder crecer aprendiendo las lecciones para
ser. Y tuve muchos maestros de que aprender, solo conocian su ciencia y el deber,
nadie se animo a decir una verdad, siempre el miedo fue tonto. Y el tiempo traera
alguna mujer, una casa pobre, años de aprender como compartir un tiempo de paz,
nuestro hijo traera todo lo demas. El tendra nuevas respuestas para dar.