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Mejoras y remodelaciones en el Mercado

Central De Cadiz por Arquitecto Carlos de


Riaño Lozano
Publicado el 30/01/2014 por Efrain | 0 Comments
Arquitectos en el Mercado Central De Cadiz: Carlos de Riaño Lozano
Ubicación del Mercado Central De Cadiz: Calle Alcalá Galiano, 11001 Cádiz, España
Colaboradores en la remodelación del Mercado Central De Cadiz: Mario Marcos Pinero
Arquitectos Técnicos del Mercado Central De Cadiz: Felipe Martínez
Estructuras del Mercado Central De Cadiz: OTEP INTERNACIONAL
Construcción del Mercado Central De Cadiz: ISOLUX – CORSAN
Área del Mercado Central De Cadiz: 6636.0 m2
Año del Mercado Central De Cadiz: 2010
Fotografías Mercado Central De Cadiz: Javier Reina Gutierrez

Esta fue una de las primeras construcciones españolas para darle albergue a lo que era una
venta ambulante de productos para la alimentación alrededor de 1840.

Los cambios que se realizaron se relacionaron con el choque de estilos arquitectónicos, el


necesario uso de luz artificial aún en horas tempranas lo que provocaba calor excesivo, en
pocas palabras lo que se pretendió es despejar el lugar y hacer de este un sitio airado con
buena ventilación.y la verdad luche muy bonito semejante a un centro comercial antiguo de los
primeros de la época.

El trabajo se produjo atravez de un concurso entre diez arquitectos, organizado por el


Ministerio de Fomento, Dirección General de la Vivienda, la Arquitectura y el Urbanismo,
Subdirección General de Arquitectura.

La estructura es bastante rectangular sus dimensiones de 106’75 m, 56’00 m, 106’73 m, y


55’78 m., totalizando 6.602’93 m2

Es uno de los primeros edificios construidos en España para regular y albergar la


venta de productos perecederos, hasta entonces en manos de vendedores
ambulantes. Es un contemporáneo del mercado de la Encarnación en Sevilla y el
mercado de Puerto Real, y anterior a los mercados que se construyeron en
Madrid, Barcelona y Santander después de 1840. El edificio es una transición
entre la plaza abierta y lo que luego se cubrirían las plazas del mercado. . Con esa
estructura interna masiva que enajenó la arquitectura original y ocultó sus valores,
fue difícil distinguir los dos períodos. Después de subir al techo, se despejaron
todas las dudas al ver cuatro espléndidas puertas, una en cada fachada,
imperceptible desde el nivel de la calle, en un edificio volcado hacia el interior.

Había dos arquitecturas claramente diferenciadas: una neoclásica, terminada en


1838, bajo la responsabilidad de Juan Daura. Y otro de tipo cuartel, firmado por
Juan Talavera y fechado en 1929. El segundo ahoga al primero e impide la visión
del monumento. En este punto, la decisión era clara: mantener el perímetro y
demoler el centro. Debemos enfatizar la falta de ventilación de la nave y la
ausencia de luz natural que fuerce permanentemente el uso de luz artificial, con la
consiguiente carga calorífica para personas y bienes.

Hubo una serie de locales forzados. El antiguo edificio tendría que respirar y ser
visto en su totalidad. La nueva, abierta, permeable y transparente, contaría con
una capacidad similar a la demolida. Un interior luminoso y ventilado permitiría una
perspectiva larga y la percepción de la columnata y los arcos de acceso
circundantes. El edificio original ha pasado por un riguroso proceso de
restauración y se han recuperado las estructuras ocultas y los elementos de
piedra.

Su peristilo interno recuerda las órdenes arcaicas de los templos de Paestum y


Agrigento, recuperados unos años antes por John Nash en Londres, y luego
utilizados por escandinavos hasta Asplund.

Mantiene la idea de un mercado abierto, tal como lo concibieron sus autores


Benjumeda y Daura. La calle entra al mercado y el mercado sale a la calle, gracias
al clima cálido de Cádiz.

La asignación surgió de una competencia limitada entre diez arquitectos, después


de una etapa previa de selección de méritos. Fue convocado por el Ministerio de
Obras Públicas, Departamento de Vivienda, Arquitectura y Urbanismo, División de
Arquitectura.

El mercado cubre una superficie bordeada por la plaza Libertad, la calle Alcalá
Galiano y la calle Libertad, significativamente rectangular. Sus lados miden 106,75
m, 56,00 m, 106,73 m, y 55,78 m, y la superficie total es de 6,602.93 m2.

El nuevo edificio se combinará con el antiguo, con los márgenes suficientes para
un diálogo fluido entre las dos arquitecturas. De manera similar a la galería
cubierta, un amplio porche de concreto protegerá las puertas exteriores. El
contorno de la planta es muy simple.

El nuevo diseño interior y exterior de los stands tiene dos bloques en los lados más
pequeños, donde se alojan los núcleos de comunicación con la bodega. Cabe
mencionar que la duplicidad de varios espacios hace que las compras sean más
convenientes, evitando largas caminatas hacia los clientes. En la parte superior del
nivel de la planta baja hay dos entrepisos abiertos para oficinas, cafetería, sala de
reuniones y archivos.

Una serie de pantallas finas de hormigón blanco separan los soportes y sostienen
los 3,30 m. Proyección de techo. Más allá de la proyección del techo, las pantallas
tienen pilares de 60 por 30 cm del mismo tipo de concreto, que soportan vigas de
130 por 30 m que sostienen la losa del techo.

La estructura en la parte superior del toldo está cubierta con listones de vidrio extra
claro con serigrafía sombreada, en un ángulo fijo de 45º. Cada unidad mide
aproximadamente 180 por 30 cm y está montada en una subestructura tubular de
acero inoxidable metálico de calidad AISI-316. Elegimos una solución de vidrio por
su transparencia, que ofrece una vista del edificio histórico, a la vez que le da
ligereza al nuevo y facilita una ventilación permanente del interior.

El hormigón blanco y el vidrio, con un diseño estudiado de los stands según las
necesidades del cliente, conviven perfectamente con la piedra transparente que
cubre la totalidad del antiguo edificio, incluidas las columnas, hasta hoy ocultas por
capas de yeso y pintura.

[ES]

Nos encontramos ante uno de los primeros edificios levantados en España para
ordenar y acoger la que hasta entonces había sido una venta ambulante de
productos perecederos. Coetáneo del sevillano de la Encarnación y del mercado
de Puerto Real y anterior a los que partieron de 1840, se construirán en Madrid,
Barcelona y Santander.

Se trata de un edificio puente entre la plaza abierta y lo que más tarde serán
mercados-plazas cubiertas. En un principio resultante de difícil entendimiento con
un macizado interior que copiaba fielmente elementos de la construcción
perimetral. Una ascensión a las cubiertas, despejaron todas las dudas a la hora de
separar la paja del trigo. La contemplación de las cuatro puertas internas solo
visibles desde la azotea, determinadas fechas y autor en un edificio volcado al
interior.

Existen dos arquitecturas claramente diferenciadas. Una neoclásica, finalizada en


1838, con autoría de Juan Daura. Otra cuartelaria y mimética, de la mano de Juan
Talavera, y fechada en 1929. La segunda ahogaba a la primera e impedía la visión
del monumento. En este punto la decisión fué clara, nos quedamos con el
perímetro y demolimos el centro. Debe resaltarse la falta de ventilación de la nave
y la ausencia de luz natural que obliga permanentemente a la utilización de luz
artificial, con la carga de carga calorífica para personas y género.

Se establecieron una serie de premisas obligadas. El edificio antiguo requerido


respirar y contemplar en su totalidad. El nuevo, abierto, permeable y transparente,
contaría con una capacidad similar al derruido. Un interior luminoso y ventilado ha
permitido largas perspectivas y la percepción de columnata y arcos de acceso
circundantes.

El edificio histórico fué objeto de una restauración profunda, recuperando las


fábricas y elementos de piedra ocultos.

Su peristilo interior se traslada a los ordenes arcaicos de los templos de Paestum y


Agrigento, recuperados unos años antes por John Nash en Londres y
posteriormente utilizados por los nórdicos hasta Asplund.
Continúa la idea de mercado abierto, como lo concibieron sus autores Benjumeda
y Daura, penetrando la calle en él y saliendo por la calle, todo posible gracias a las
condiciones climáticas de Cádiz.

El encargo se derivó de un concurso restringido entre diez arquitectos, previa fase


de méritos, convocado por el Ministerio de Fomento, Dirección General de la
Vivienda, la Arquitectura y el Urbanismo, Subdirección General de Arquitectura.

El Mercado ocupa una superficie limitada por la Plaza de la Libertad, calle de


Alcalá Galiano y calle de la Libertad, sensiblemente rectangular con unas
dimensiones de 106'75 m, 56'00 m, 106'73 m, y 55'78 m. , totalizando una
superficie en planta de 6.602'93 m2.

El nuevo edificio queda inscrito en el antiguo, con los márgenes específicos para
un fluido diálogo entre las dos arquitecturas. Un semejanza de la galería cubierta,
un amplio vuelo de hormigón, protege a los puestos exteriores. El esquema de la
planta es muy simple.

La nueva disposición de puestos externos e internos, cuenta con dos bloques en


sus lados menores, en donde se alojan los núcleos de comunicación con el
sótano. Debe especificar la duplicidad de varios espacios, para hacer más cómoda
la compra, evitando grabar largos a los clientes. Sobre el nivel de planta baja, se
sitúan dos entreplantas diáfanas ubicadas en oficinas, cafetería, sala de reuniones
y archivo.

Se proyecta una estructura de pantallas de hormigón blanco que actúan como


divisiones de los puestos y soportan el vuelo de 3'30 m. Una vez superado el
vuelo, de la pantalla arrancan pilares de 60x30 cm., En el mismo tipo de hormigón,
sobre los que apoyan jácenas de 130x30 cm., Soportando la losa de cubierta.

El cuerpo superior que destaca sobre la marquesina de borde se recubre con una
piel de lamas de vidrio serigrafiado fijas a 45º y con una dimensión aproximada por
unidad de 180x30 cm., Montadas sobre una subestructura metálica tubular de
acero inoxidable AISI 316. Se ha optado por una solución en vidrio por su
transparencia, que permite una amplia visión del edificio histórico y dota al nuevo
de la necesaria ligereza, facilitando una ventilación permanente del espacio
interior.

Hormigón blanco y vidrio, con un diseño de estudio de los puestos según


necesidades del cliente, perfectamente comunicado con la piedra ostionera que
reviste partes del edificio antiguo, antes de todo cubierto por capas de enfoscado,
pintura y alicatados.
Arquitecto
Carlos de Riaño Lozano

Colaborador
Mario Marcos Pinero

Arquitectos técnicos
Felipe Martínez

Promotor
Ayuntamiento de Cádiz / Ministerio de Fomento

Ubicación
Plaza de La Libertad, Calle Alcalá Galiano, CADIZ, ESPAÑA

Superficie construida Intervención


6636 m2

Superficie Urbanización Exterior


6105 m2

Estructuras
OTEP INTERNACIONAL

Instalaciones
JG INGENIEROS

Construcción
ISOLUX - CORSAN

Fotografia
Javier Reina Gutiérrez

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