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ISBN 978-99905-58-51-7
Impreso en Bolivia
“No esta permi da la reproducción total o parcial de este libro, ni su tratamiento informá co, ni la transmisión de
ninguna forma o por cualquier medio, ya sea electrónico, mecánico, por fotocopia, por registro u otros métodos,
sin el permiso previo del autor o de la autoridad competente de la Universidad Privada de Santa Cruz de la Sierra”.
I
II
Presentación de la Segunda Edición
III
Nuevamente me he abstenido de los “ pie de página”, porque considero
algo sicológico para el alumno o el lector, encontrar en casi todas las
páginas, esas palabras pequeñitas que parecen cortarlo todo en el punto
que a veces resulta más interesante. Por lo que al igual que en la primera
edición, me he limitado a dejarlas para el final de cada tema, pero esta
vez con el aditamento de algunas aclaraciones o explicaciones breves que
he considerado necesarias y ú les para el estudioso; tratando de no hacer
más extenso el libro, pero tampoco pecar de brevedad y frugalidad de
ideas. Ésa ha sido mi intención, guiada por mi percepción de maestra,
porque sabemos que actualmente, no somos muy apegados a la lectura,
por muchas razones.
1.- A todos aquéllos filósofos, historiadores del tema, cien ficos, periodistas
y juristas cuyas obras están citadas en la bibliogra a consultada, va para
ellos mi respeto y admiración desde lejos y desde siempre… Cuando se
trabaja sobre cualquier tema cien fico sea de cualquier orden , uno se
hace consciente del esfuerzo que en él se pone, y de lo que significa
para el autor: la dedicación desinteresada, el empo y el amor que todo
ello simboliza; porque en nuestro trabajo no solo van ideas consultadas,
sino el espíritu de servicio docente para con nuestros alumnos y para el
progreso de la ciencia, aunque sea con un minúsculo granito, tal como es
en mi caso.
IV
3.- Mi agradecimiento, algo tardío al Dr. Alvaro Cedeño Barahona de
quien no he sabido más, pero que después de la publicación de la obra
“Filoso a del Derecho” me hizo llegar desde Panamá, varias obras suyas,
entre ellas “La Magia del Derecho” que yo conocía y de la cual extraje el
siguiente pensamiento extraordinario que encabeza la primera edición de
esta obra, que dice…
Honorable Dra.
María CrisƟna Valdivia Limpias
Santa Cruz-Bolivia
Doctora:
Felicitaciones.
ALVARO CEDEÑO BARAHONA
V
VI
Prólogo
VII
Para la Universidad Privada de Santa Cruz de la Sierra representa un
verdadero honor entregar una vez más este importan simo texto
académico-cien fico cuyo valor se traslucirá en el apoyo a los estudiosos
de la filoso a jurídica pero fundamentalmente en el aporte a la formación
de los futuros profesionales del Derecho.
VIII
UNIDAD 1
FILOSOFIA Y FILOSOFIA
DEL DERECHO.
UNIDAD 1. FILOSOFIA Y FILOSOFIA DEL DERECHO
1.1.- La Filoso a.
1.2.- Problemas fundamentales del pensamiento filosófico.
1.2.1.- Problema del ser.
1.2.1.1.- La Meta sica.
1.2.1.2.- La Ontología.
1.2.1.2.1.- Clasificación de los entes o
regiones de seres.
1.2.1.2.2.- Clasificación de Carlos Cossio.
1.2.2.- Problema del conocer.
1.2.3.- Problema del hacer.
1.3.- El punto de vista de Manuel Kant.
1.3.1.- El problema antropológico.
1.4.- Definiciones y conceptos de Filoso a.
1.5.- Filoso a y Derecho.
Génesis de la voz “filoso a”.- Alrededor del siglo VI A.C. los primeros
sabios o “filósofos” se denominaron así por las voces griegas
“philo”(amante) y “sophos” sabiduría o ciencia. Otros atribuyen
origen hebreo o semí co a la palabra filoso a, que provendría
del vocablo “sophos” que en hebreo significa: “contemplar”, de
donde se entendería por filoso a al “amor a la contemplación”.
Posteriormente el romano Cicerón, el filósofo africano Agus n
de Hipona y el italiano Tomás de Aquino, reconocen a Pitágoras
( del siglo VI a.c.) como el primer sabio griego en haber u lizado
la palabra “filósofo”. La historia dice que Pitágoras en la escuela
fundada por él, se dedicaba a estudiar y enseñar acerca de Dios, el
hombre, la naturaleza, los valores morales, intelectuales y ar s cos,
a las matemá cas abstractas y aplicadas, y hasta a la organización
social y polí ca (1)
Sin embargo, el impulso que lleva al hombre a hacer filoso a, varía según
opinión de filósofos notables: así, Platón y Aristóteles opinaban que el
asombro ante el mundo y sus misterios, era lo que impulsaba al hombre a
tal tarea; Epícteto lo encontró, en la conciencia de impotencia que sufre el
ser humano ante su des no. Schopenhauer creyó encontrar este impulso
en la certeza acerca de la muerte, y otros como Jaspers lo atribuyeron a las
situaciones límite en las que a veces se encuentra el ser humano en algún
Los fines que persigue la Filoso a son además, dis ntos a los de las
otras ciencias, el filósofo desea conocer “el por qué” de las cosas, su raíz
úl ma y su origen; más aún, el sen do primordial de la propia existencia.
Cuando estudia al ser humano, busca entender quién es, por qué está
sobre la erra y por qué es dis nto de los demás seres; para qué ha
sido creado y cuál es su des no final. Quiere en defini va, encontrar la
respuesta a estos problemas por su propia cuenta, usando principalmente
su razón: “Todos los hombres enen naturalmente el deseo de saber”,
escribe Aristóteles al principio de su Meta sica, más adelante con núa “
Los que primeramente filosofaron, fue por el asombro, que fue el principio
del filosofar; asombrándose primero de las cosas extrañas que tenían más
a mano, para luego avanzar poco a poco haciéndose cues ón de las cosas
más graves, como el movimiento de los astros y la generación del Todo.
pero el que encuentra dificultades y se asombra, cae en cuenta de que
ignora”; y por eso, el mito es, en cierto modo, filoso a, y si los humanos
filosofaron para huir de la ignorancia, queda claro que persiguieron la
ciencia por si sola y no por la u lidad que ella reporte; es como decir “ser
humano libre” al que existe por sí mismo y no por otro; así también, la
sabiduría o filoso a es la única que es libre entre las ciencias, porque ene
un fin en sí misma. (2)
Sin embargo, los tres grandes problemas, forman una unidad del
pensamiento filosófico, es decir, todos ellos se relacionan estrechamente
y examinarlos por separado implica directa o indirectamente a los demás,
porque la filoso a es un saber unitario y universal, a diferencia de las
ciencias que son saberes par culares, de determinados sectores de la
realidad y desde determinados puntos de vista. No en vano, M. García
Morente, al iniciar su curso básico de Filoso a, se refiere a ella como “el
conjunto de la Filoso a”, señalando que esta ciencia es un conjunto de
“saberes” y “ haceres” ; es decir, que no puede haber filoso a sin tener
vivencias interiores y externas o manifiestas de los contenidos y cues ones
filosóficas.
Pero, ¿cómo se nos dan los entes? Los entes, no se nos dan como
una unidad uniforme, sino como individuos agrupados en dis ntos
géneros, capas o estratos de la realidad que presentan caracterís cas
generales que los dis nguen de los demás entes u objetos.
La disciplina jurídica que forma parte del ámbito del saber filosófico
es la Filoso a Jurídica o Filoso a del Derecho, porque se ocupa del
conocimiento y de la valoración de lo jurídico como una noción universal,
presente en las normas de convivencia humana. Gracias a la voluntad de
abstracción de nuestra ciencia, se establecerá la unidad y se proporcionará
una visión sinóp ca y crí ca de la realidad que inves ga, en este caso,
del Derecho y demás ciencias jurídico sociales. En el caso del Derecho,
a través de sinnúmero de manifestaciones que éste ha tenido en todos
los empos, la Filoso a buscará lo común y lo permanente, por sobre lo
que es par cular, aparente y pasajero, para llegar al “ser” del Derecho, es
decir, al conocimiento filosófico del Derecho: su esencia y los valores que
persiguen las normas jurídicas
Si par mos de la idea de que toda noción del Derecho se funda en una
filoso a, y que todo sistema filosófico ha desembocado casi siempre
en un concepto de lo que es el Derecho, resulta que los problemas que
habitualmente se agrupan bajo la expresión Filosoİa del Derecho o
Filosoİa Jurídica, son objeto de estudio de los juristas y iusfilósofos, cuya
preocupación se centra en descubrir y establecer el fundamento y valor de
las variadas expresiones de los derechos posi vos en diferentes empos y
lugares, para indagar acerca del por qué de esa constante inclinación del
Derecho hacia la Jus cia y la Equidad, teniendo en cuenta que los estudios
del Derecho Posi vo no son suficientes para “ explicar y dar fundamento a
una concepción unitaria de la vida y del desarrollo concreto de las ramas
del Derecho, por lo que la generalidad o universalidad del derecho solo
podrá ser encontrada desde el punto de vista del método filosófico” (1)
Según Giorgio del Vecchio, “el estudio del Derecho en sus ingredientes
universales cons tuye el objeto de la Filosoİa Jurídica; y el estudio
del Derecho en sus aspectos par culares, con la descripción de las
normas jurídicas que se dan en una comunidad localizada temporal y
espacialmente, será objeto de la Ciencia Jurídica” (3); de manera que
la diferencia entre ambas radica en el punto de vista -sea universal o
par cular- que consideren al Derecho.
Victor Cathrein dice que, “la Filoso a del Derecho, estudia la esencia
y el fundamento del Derecho natural y su relación con el Derecho
posi vo”(5).
La Filoso a del Derecho nace como “Ius Naturale”, como teoría filosófica
con una tradición de 25 siglos, dentro del Derecho clásico griego y romano;
porque fueron los escritores del Derecho Natural quienes iniciaron la
ciencia que hoy se conoce como Filoso a del Derecho o Filoso a Jurídica,
que desde sus primeros pasos trató de dar fundamento, unidad y armonía
a todas las demás ciencias jurídicas: “y es que el Derecho Natural consiste
en el estudio y la formulación de los principios supremos que han de
1.- Terán, Juan M. (1998) “Filoso a del Derecho” Edición XIV°. Ed. Porrúa. México
1998. p. 15
2.- Como cualquier otra disciplina filosófica, la filoso a del derecho ene por objeto
el estudio y análisis racional y reflexivo del Derecho sus problemas y sus valores,
frente a las ciencias posi vas incluyendo el derecho posi vo y sus ramas, que
son saberes par culares y concretos; de ahí surge la dificultad aparente de que la
Filoso a Jurídica es una ciencia di cil, por lo general y abstracto de su ac tud de
estudio frente al Derecho…sin embargo, podemos decir, que desde el momento en
el que el estudiante se coloque al frente del objeto “derecho” zambulléndose en
él y considerándolo en su expresión más general y universal, además de u lizar
inicialmente el análisis reflexivo y la deducción como métodos, eliminaría la
aparente dificultad.
3.- Del Vecchio, Giorgio (1974) “Filoso a del Derecho” Ed. Bosch Barcelona- España,
p. 276.
4.- Ibid. p. 279.
5.- Man lla P., Benigno (1996) “Filoso a del Derecho” Ed. Temis S.A. Bogota -Colombia
p. 18.
6.- Díaz, Elías (1981) “Sociología y Filoso a del Derecho” Ed. Taurus S.A. Madrid-
España, pp. 238 239.
7.- Naranjo V., Abel (1992) “Filoso a del Derecho” Ed. Temis, Bogota-Colombia, p. 9
8.- Villoro T., Miguel (1994) “Introducción al estudio del Derecho” Ed. Porrúa, México,
p. 143.
9.- Man lla P., Benigno ( cita a Stammler) ob. cit. p. 19.
10.- Del Vecchio, Giorgio (1974) ob. cit. pp. 275-282.
11.- García M., Eduardo (1997) “Filoso a del Derecho” Ed. Porrúa. Mexico p. 17.
12.- Lo que caracteriza al derecho es su des no como orden norma vo dirigido a regular
conductas ciudadanas, su grado de obligatoriedad, su origen consuetudinario y su
especial vinculación con la É ca, como ciencia norma va, por lo que es concebido
como una relación estrecha de norma-conducta en sociedad. El análisis racional
, metódico y crí co del fenómeno jurídico, vendrá después, desde el momento
en que se aborda el conocimiento sistemá co del Derecho como una ciencia de
carácter norma vo con una finalidad axiológica.
13.- Rodríguez A., Lino (1961) “Filoso a del Derecho” Ed. Claridad. Bs. As.-Argen na,
p. 227.
14.- Rodríguez A., Lino (1961) “Filoso a del Derecho” Ed. Claridad. Bs. As.-Argen na,
p. 227.
15.- Hegel, Guillermo (1987) “Filoso a del Derecho” Ed. Claridad, Bs.As.-Argen na, p
39.
16.- Hubner G., Jorge (1994) ob. cit. p.269
17.- García M., Eduardo (1996) “Posi vismo jurídico, Realismo sociológico y
Iusnaturalismo” Ed. Coyoacán S.A. México, p. 130.
18.- Villoro T., Miguel (1992) ob. cit. p. 8.
19.- Hubner G., Iván, cita a Catrhein (1994) ob. cit. pp. 273-274.
20.- Pacheco, Máximo (1984) “Teoría del Derecho” Ed. Jurídica de Chile-San ago, p.
473.
21.- Pacheco, Máximo, (1984), ob. cit. p. 466.
22.- Jusfilósofo australiano , profesor de la Univ. De Oxford, uno de los más notables
defensores del lusnaturalismo en el presente, como representante le pensamiento
jurídico anglosajón
23.- Fernández G., Antonio (1998) “Lecciones de Teoría del Derecho y Derecho Natural”,
Ed. Universitarias S.A. España, p. 34.
DERECHO Y CONOCIMIENTO
aunque no por ello dejen de buscar las leyes generales que los
contengan.
1. Castex, Alberto, (1965) ob. cit. p. 158. …El conocer, cuyo producto es el conocimiento,
es una operación mental en la que intervienen nuestras facultades psicológicas y
cogni vas como la memoria, la afec vidad, la imaginación, intuiciones sensibles,
intelectuales y/o espirituales, etc. ; cuyo resultados es un “juicio o proposición”
sobre algún objeto o grupo de ellos, proposición que ene la pretensión de “verdad
” acerca de algo, estableciendo interrelaciones mentales ; dicha “verdad” la
pensamos y la podemos expresar mediante lenguaje, sea hablado escrito, ges cular
y/o simbólico. A la interrelación mental de todas esas capacidades, el análisis y
la reflexión sobre los datos proporcionados por el objeto o realidad, llamamos
capacidad intelectual o cognosci va ; por lo que “conocer”, es el acto mental de
aprehender la realidad o sea, la fase ac va ,y, conocimiento, será el resultado
de dicho acto; lo cual no implica necesariamente que nuestro conocimiento sea
verdadero o concordante con el (los) objeto (s) o falso y equivocado, cuando no hay
concordancia completa o es totalmente discordante. Mario Bunge , sos ene que
la mayoría de nuestro conocimiento en la vida diaria y profesional es conjetural o
14. Bascuñán V., Aníbal (1966) “Introducción a las Ciencias Jurídicas y Sociales” Ed.
Jurídica de Chile. San ago-Chile, p. 126.
15. Salazar B., Augusto (1968) ob. cit. p. 92.
16. Díaz, Esther y otros (1997) ob. cit. p. 26.
17. Bunge, Mario (1998) “Vigencia de la Filoso a”, Comisión editorial de la Universidad
Inca Garcilaso de la Vega-Perú, p. 164.
Ciencia-Tecnología y Sociedad configuran una tríada compleja que no se puede
reducir a simples conceptos y realidades, por lo que es necesario analizar sus
relaciones recíprocas; es decir, un estudio crí co interdisciplinario, como también
la caracterización del contexto social e histórico donde se desarrollan.
Así como la revolución cien fica de los siglos XVII y XVIII, no solo fue de orden
teórico y conceptual, sino que sacudió al mundo con sus transformaciones sociales
que en su momento fueron impresionantes, actualmente todo aquello empieza
a palidecer ante lo que ocurre en la sociedad mundial del presente ; donde las
fronteras del conocimiento se han desbordado ya que el conocimiento y la
tecnología han abierto posibilidades de intervención tanto en las esferas de la
acción humana como en la propia naturaleza. Así podemos “saltar” gracias a la
tecnología cien fica, de las comunicaciones a la ac vidad mental; del genoma
humano a la exploración del espacio; de la procreación “a la carta ” a formas sin
precedentes de invadir la privacidad de las personas, y otras situaciones antes
inimaginables. Este desarrollo ver ginoso cien fico-tecnológico, está convir endo
en una realidad lo que hacen pocas décadas era considerado solo fantasía, con
un extraordinario potencial para transformar la naturaleza y la sa sfacción de las
necesidades humanas. El nuevo milenio caracterizado por la creciente globalización
tecno-cien fica y económica, que se apoya en la energía nuclear, la biotecnología
y las tecnologías de la información; se caracteriza además, por la acentuación de
las diferencias abismales en la distribución de la riqueza y el dominio de unos
pocos de lo que es la imparable tecno-ciencia. Estamos un mundo de asimetrías
injustas y profundas, no solo económicas sino también cien ficas y tecnológicas;
que conllevan beneficios pero también, tremendas amenazas globales, de enormes
costes ambientales y de supervivencia para las sociedades menos favorecidas.
18. Portela, Mario (1976) ob. cit. p. 23.
19. Ibid. p. 31.
20. Ibid. p. 26.
21. Ibid. p. 28.
22. Recaséns S., Luis (1944) “Vida humana, Sociedad y Derecho”. Ed. Fondo de Cultura
Económica, México, p. 22.
23. Portela, Mario (1997) ob. cit. p. 29.
24. Ibid. p. 31.
25. Fernandez G., Antonio (1998) ob. cit. p. 273.
26. Nino, Carlos San ago (1995) “Introducción al análisis del Derecho” Ed. Astrea, Bs.
As.-Argen na, p. 15.
27. Lastra, José Manuel (1994) “Fundamentos de Derecho” Ed. Mc. Graw-Hill,
Interamericana, México, p. 12.
28. Ibid. p. 12.
29. Villoro T., Miguel (1994) ob. cit. pp. 6-7.
30. Muñoz, Carlos (1996) “Fundamentos para la Teoría general del Derecho” Ed. Sersa.
La palabra método viene del griego “meta” que quiere decir “mas allá
de”, y “hodós”, que quiere decir “camino”. El profesor A. Castex, define al
método como “el conjunto de procedimientos adecuados, aplicables a un
grupo de objetos, para obtener un fin determinado” (3).
Principio de idenƟdad.
Principio de no contradicción.
Principio de tercero excluido, y
principio de razón suficiente. (10).
4.3.2.- La Inducción.- Parte de hechos o casos par culares para llegar a
principios o verdades generales. “Sus expositores más representa vos
fueron Galileo y Bacon, quienes entre otros, sus tuyeron la deducción
por el método induc vo-experimental, al presentar una visión
cuan ta va y mecanicista de la naturaleza, lo que dio lugar a un nuevo
método o Novum Organon del inglés Francis Bacon, que par a de los
hechos singulares o par culares para encontrar las leyes generales”(11).
Gracias al método induc vo mecanicista evolucionaron las ciencias
sico-naturales logrando su desarrollo y su posterior especialización.
M. García Morente la define como “un acto único del espíritu que de
pronto, súbitamente, se lanza sobre el objeto, lo aprehende, lo fija, lo
determina por una sola visión del alma. Intuición, viene por eso, del
la n ver”(17).
Rudolf Stammler sos ene que para inves gar el Derecho en forma
metódica y sistemá ca, es necesario acudir a un método en que se
den las caracterís cas siguientes:
1. Díaz, Esther y otros (1997) ob. cit. p. 68. ..No puede haber conocimiento cien fico
adquirido sin un método.
2. Lastra, José Manuel (1994) ob. cit. p. 21. (cita a Carnelu )
3. Castex, Alberto (1965) ob. cit. p. 237.
4. Fatone, Vicente (1969) op.cit. p. 160.
5. Lastra, José Manuel (1994) ob. cit. p. 20.
6. Muñoz, Carlos (1996) ob. cit. p. 98.
7. Castex, Alberto ( 1965) ob.cit. p. 237. Cita a Pascal. En esta definición cabe resaltar
que se toma en cuenta que el método ene dos aspectos: - como invesƟgación para
pasar de lo desconocido a lo conocido, y - como exposición, para clasificar, organizar
y explicar sistemá camente los conocimientos ya adquiridos y demostrados.
La Grecia del siglo VI a.C., estaba compuesta por una serie de ciudades
amuralladas e independientes, que formaban “Estados”. Estos pequeños
“Estados” a los que ellos llamaron “Polis”, se extendían en la Península
Helénica, en la costa de Asia Menor y al sur de Italia; formando lo que se
conocía con el nombre de Magna Grecia.
por lo que ellos son considerados los primeros filósofos del Derecho.
naturaleza, porque es así que surge el mundo de la cultura, donde el ser humano
sigue avanzando y transformando el orden que le ha sido dado; crea un mundo
nuevo y busca incorporar ese Cosmos a sus modos de vida para mejorarlos; con
la filoso a griega de la an güedad podríamos pensar que esta “lucha” adquiere
caracteres épicos.
5. Del Vecchio, Giorgio (1974) ob. cit. p. 476.
6. Gonzáles Díaz, L. F., (1994) “Compendio de Historia del Derecho y del Estado” Ed.
Limusa, Noriega. México, p. 33.
7. El afán de explicar el mundo natural estaba limitado al empleo de los propios
recursos mentales, y en gran medida faltaba el espíritu crí co; de ahí que las
respuestas sean de orden míƟco, es decir, imaginaƟvas y antropomórficas, porque
otorgaron forma y caracterís cas humanas a los inexplicables fenómenos naturales,
e introdujeron conceptos sobre: des no, fatalidad e intervención de la voluntad
discrecional de los dioses en la vida humana. Sin embargo, los mitos recogen en su
trama un elemento común y perdurable en la vida natural y espiritual del hombre:
su deseo de explicar el mundo, su afán de saber y situar los fenómenos externos en
un marco de referencia comprensible en términos humanos, sus ideas acerca de la
jus cia, el orden y el respeto por los otros ; y otras que enen que ver con el mundo
moral y por ende, jurídico; a lo que podemos agregar , sus concepciones sobre el
origen divino e indiscu ble de la ley con una validez universal e inviolable.
8. Carlé, Giusseppe (1912) ob. cit. p. 93.
9. Marías, Julián (1967) ob. cit. p. 26…- En todas las cosmologías an guas encontramos
que aunque en forma rudimentaria se corresponden con los resultados cien ficos
del presente: Caos, fuego, agua, son pues formas primi vas de las actuales
explicaciones del origen del universo y de la vida; como ejemplo podemos ver
el atomismo de Demócrito; el fuego universal de Heráclito; y el pitagorismo
comparado con la fusión de las matemá cas en la sica contemporánea.
10. Carlé, Giusseppe (1912) ob. cit. p. 106.
11. Ibid. p. 104.
12. Enciclopedia Jurídica Omeba (1986) Tomo XIV, Ed. Driskill S.A. Bs. As.- Argen na,
p. 102.
13. García T., Mercedes y Rosaura (1966) ob. cit. p. 177.
14. Gonzáles Díaz, L. F., (1994) ob. cit. p. 93.
15. Villoro T., Miguel (1996) “Filoso a del Derecho” Ed. Porrúa, México, p. 93.
16. Fischl, Johann (1968) “Manual de Historia de la Filoso a” Ed. Herder, Barcelona-
España, p. 58.
17. Villoro T., Miguel (1994) ob. cit. p. 23.
18. Carlé, Giusseppe (1912) ob. cit. p. 61.
19. García T., Mercedes y Rosaura (1996) ob. cit. p. 178.
20. Carlé, Giusseppe (1912) ob. cit. p. 111.
21. Villoro T., Miguel (1994) ob. cit. p. 26..- ..Sócrates fue prác camente el primer
filósofo griego que estableció las bases de la Escuela del Derecho Natural o
Iusnaturalismo; que de una u otra forma ha seguido una tradición jurídica hasta
nuestros días.
22. Todo pensamiento filosófico se germina dentro del complicado tejido del “Ethos”
del filósofo; es decir, la totalidad de circunstancias que le rodean en el más amplio
Platón, (427- 347 a.C.), fue el discípulo más brillante de Sócrates, sus obras
fueron escritas bajo la forma de diálogos entre los cuales tenemos los
principales: “La República”, obra maestra del genio universal, que trata de
“lo justo” en el Estado ideal; ya que la injus cia come da con su maestro
Sócrates, afectó mucho a Platón, quien creía que solamente a la luz de una
verdadera Filoso a (ciencia) podría alcanzarse la Jus cia en las relaciones
sociales y polí cas. Para Platón, los males sociales terminarían cuando
los filósofos o sabios lleguen al poder, porque la Polis o Ciudad deberá
ser fundada en el conocimiento verdadero que es estrictamente racional.
Otras grandes obras platónicas fueron “Las Leyes”, “El Banquete”, “El
Sofista”, “El Polí co” “ El Critón”y “Apología de Sócrates”.
6.3.1.- La Jus cia.- La Jus cia, no designa una virtud par cular en
relación con las demás virtudes, sino, que abraza a todas ellas: La
prudencia, la sabiduría, la fortaleza, la valen a, la templanza, etc.
Por lo tanto, la JusƟcia consiste en la “armonía o equilibrio que debe
exis r entre los diversos estamentos, grupos o clases que componen el
Estado” (La República) (4). El hombre justo, es pues aquél que realiza
la integridad de los valores y de las virtudes.
Para Platón la función del gobierno debe quedar manos de los mejores.
La base de este ideal ene su raíz úl ma en el análisis de la naturaleza
humana, porque para él, la República humana no era mas que un agregado
de individuos: “En La República nos habla de cinco formas de gobierno.
Solo una es justa y legí ma: la del gobierno de los sabios, o sea, la
aristocracia del espíritu”(8).
que les impidan ejercer sus funciones con Jus cia, Platón en La
República , prohíbe a las dos clases superiores, el matrimonio y la
acumulación de riqueza; con lo que también se evitará el afán de lucro y
la ambición de poder, que son los principales mo vos de antagonismos
y desaveniencias en la sociedad; será entonces necesario instaurar la
comunidad de mujeres e hijos en los estamentos superiores.
6.5.- Comentarios.-
6.7.2.- La Jus cia.- Para Aristóteles, la Jus cia es sobre todo, una virtud
social, que obliga a todos a respetar el bien ajeno. Es llamada a regir
las relaciones entre los miembros de una comunidad: …“La Jus cia es
cosa de la Ciudad, ya que la Jus cia es el orden de la comunidad civil,
que consiste en el discernimiento de lo que es justo” (Aristóteles) (22).
6.7.2.1.- Clases de Jus cia.- Comienza por dis nguir una JusƟcia
universal, considerándola como el conjunto de todas las virtudes
que se refieren a la comunicación y relación social. Al lado de ella,
Las leyes son generales, pero en los hechos existen casos que no
están comprendidos en la ley escrita, y dan lugar a ciertos vacíos
o “lagunas” de la ley, que serán llenados precisamente gracias a la
equidad. Dice Aristóteles: “De hecho, ésta es la razón por la cual
no todas las cosas están determinadas por la ley, es decir, que sobre
ciertas cosas no es posible formular una ley, y, por tanto, cuando se
plantean deben ser resueltas por medio de un fallo singular”(E ca
a Nicómaco) (24).
Las leyes posi vas, enen su origen en la voluntad del legislador, son
variadas y mudables, según los diversos pueblos y épocas. Su idea y
6.10.- Comentarios.-
Por lo que se refiere a los conceptos de justo o de injusto, tanto Platón como
Aristóteles coinciden en que para ambos, la Jus cia es uno de los aspectos
de la virtud, porque no dis nguieron todavía “lo justo” de “lo honesto”,
Los dos, son considerados como los fundadores de la ciencia polí ca.
Platón dio a la ciencia del Estado, un fundamento psicológico y meta sico;
Aristóteles, recogió de la observación de los hechos, las leyes universales
que gobiernan la vida de los Estados. Sin olvidar que son “hijos de su
empo” ambos, -maestro y discípulo-, dejaron un inmenso legado
intelectual a la humanidad en materia polí ca y jurídica; buscaron el
principio unificador de las sociedades humanas, y supieron encontrar
ciertas normas ideales comunes, que son fundamento de la organización
social. Entre ellas, y quizás la principal: la necesidad de la educación para
la formación del ciudadano.
Mutabilidad de la Jus cia legal o posi va, lo que no impide que sea
obligatoria.
1. Las ideas son realidades espirituales accesibles a la pura razón que no es engañosa
como el conocimiento sensible que nos lleva a conocer los fenómenos de la
realidad sico-temporal, y que por supuesto conduce a errores y falsedades, al ser
un conocimiento par cular y errado porque está inmerso en lugares y épocas. En
el libro sép mo de La República, Platón hace una explicación de la dualidad de la
condición humana cuya existencia se sitúa siempre entre dos mundos: el mundo
sensible o corpóreo, que es el mundo en que vivimos; y el mundo inteligible o
espiritual. Para Platón, el ser humano es cuerpo y alma. El cuerpo nos ata a este
mundo, pero el alma, mediante el estudio y la prác ca de las Virtudes cardinales:
Sabiduría, Fortaleza o Valen a, Templanza o Moderación y Prudencia, nos
ayudará a alcanzar la máxima virtud que es la Sabiduría, permi endo acercarnos
por contemplación y reminiscencia al “Mundo de las Ideas”, ese mundo espiritual
donde habitaron nuestras almas antes de “caer” en un cuerpo sico. Las Ideas o
Arque pos , del griego “eidos”, originariamente” imagen”, son formas generales,
universales y absolutas del Ser; son la única verdadera realidad. No son meros
conceptos de nuestro pensar par cular y finito, sujeto a equivocaciones e
ilusiones, porque de hecho, las Ideas son paradigmas universales con existencia
y realidad espiritual independiente, cons tuyen la única verdadera realidad,
jerarquizada, eterna e inmutable, en cuya jerarquía máxima está la Idea del Bien,
a veces iden ficada en sus “Diálogos”, con la Belleza, con la Verdad y otras veces,
por supuesto, con la Jus cia.
2. Carlé, Giusseppe (1912) ob. cit. p. 121.
3. Vallespín, Fernando y otros (1993) “Historia de la Teoría Polí ca 1” Ed. Alianza,
Madrid-España p. 121.
4. Alvarez, Mario (1996) “Introducción al Derecho” Ed. Mc. Graw-Hill, México, p.
338.
5. García T., Mercedes y Rosaura (1966) ob. cit. p. 186.. – Platón estableció que la
edad adecuada para ser gobernante era de 50 años, que para la época, un hombre
que alcanzaba esa edad era casi un anciano; es decir, había vivido lo suficiente
para aprender, prac car las virtudes, tener la experiencia necesaria, y dejar de
lado las ambiciones personales.
6. Alvarez, Mario (1996) ob. cit. p. 339.
7. Vallespín, Fernando y otros (1993) ob. cit. p. 126.
8. González Díaz, L. F. (1994) ob. cit. p. 106.
9. Alvarez, Mario (1996) ob. cit. p. 339.
10. Conde O., Ramón (1961) ob. cit. p. 94.
11. Recaséns S., Luis (1944) ob. cit. p. 408.
12. González Díaz, L. F. (1994) ob. cit. p. 104.
13. Ibid. p. 105.
14. Störig J., Hans (1995) ob. cit. p. 205.
.atural.
7.5.- Comentarios.
Cuando Grecia perdió sus an guas ins tuciones civiles, primero por la
dominación macedónica, y luego, por la romana, como también debido
a la corrupción de sus costumbres; los elementos de la tradicional vida y
espíritu griego comenzaron a descomponerse. La polis ideal tan buscada
por la filoso a clásica, tomó caminos diferentes, especialmente por obra
de Epicuro y de Zenón alrededor del siglo III a.C.
7.3.- Comentarios.-
Fundada por Zenón de Chipre (336-264 a. C.). De sus obras solo quedan
fragmentos. Esta escuela buscaba ofrecer al hombre un ideal que sirva
como modelo de conducta en la vida.
7.4.1.- La Moral de los Estoicos .- Era muy rígida, como una consecuencia
que deriva de la explicación que ellos daban del Universo. El precepto
que comprendía la moral estoica, era el de “vivir según la naturaleza”,
que a nivel humano, significa vivir conforme a la razón.
7.5.- Comentarios.-
Tanto los Epicúreos como los Estoicos, inves garon la Ley Natural
para deducir de ella una norma vidad que guíe al sabio en la
prác ca de su vida. Ambos tuvieron un concepto elevadísimo
de la naturaleza, aunque cada escuela la comprendería de modo
diferente, llegando a conclusiones opuestas.
Roma fue un pueblo que tanto en la vida familiar como pública, se some a
a una disciplina con ntes militares, con una rigidez y severidad que se fue
plasmando lentamente en su legislación. La vastedad de su Imperio y las
conquistas romanas de otros pueblos, necesitaron de la evolución de una
voluntad poderosa y persistente, bajo la sujeción obligatoria de las leyes.
En su obra sobre “La Vida del Derecho”, G. Carlé refleja con propiedad
Roma era una agrupación pequeña de pueblos diferentes, con una vida
esencialmente agrícola. La Ley de las Doce Tablas, tenía un carácter
tradicional y consuetudinario cons tuyendo una especie de Jurisprudencia
La Jus cia era una virtud que significaba fuerza, energía espiritual y
Escribió los diálogos “De República”, “De Legibus” y “De Officiis”, donde
trató de fundamentar filosóficamente a la legislación romana. No elaboró
una filoso a propia, sino estudió a los filósofos griegos demostrando una
gran influencia de la escuela estoica, aunque su pensamiento fue más
bien ecléc co. Las obras de Cicerón, muestran que el helenismo que
había penetrado en la literatura y la oratoria romanas, también comenzó
a penetrar en su vida jurídica.
“La Jus cia -decía Cicerón-, es reina y señora de todas las virtudes”(7).
Su obje vo principal es el de “no causar daño a nadie”. Para él, la
disposición hacia la Jus cia es connatural al hombre como ser racional.
El verdadero Derecho o Derecho Natural; no está fundado sobre la
opinión arbitraria, sino en lo justo natural, inmutable y necesario, del
que da tes monio, la conciencia misma del hombre”(8).
y virtud del hombre justo. La Jus cia es pues una virtud moral, que
prescribe normas de vida en las relaciones entre los hombres. La
concepción de la Jus cia hecha por Ulpiano ene dos elementos
destacables.
El vivir honestamente.
No dañar al otro, y
dar a cada uno lo suyo. (12).
El segundo y el tercero son preceptos del Derecho, mientras que el
primero -vivir honestamente-, es una regla moral, cuya sanción se
da solamente en la conciencia humana.
Notas bibliográficas
1. Carle, Giusseppe (1912) ob. cit. pp. 149-150.
2. -Ibid. p.159.
3. Pe t, Eugene (1980) “Tratado elemental de Derecho Romano” Ed. Albatros, Bs. As.-
Argen na, p. 26.
4. Ibid. p. 154.
5. Enciclopedia Jurídica Omeba, (1982) Ed. Driskill S.A., Bs.As.-Argen na. Tomo XIV. p.
983.
6. González Díaz, L. F. (1994) ob. cit. p. 128.
7. Alvarez, Mario, (1996) ob. cit. p. 341.
8. Enciclopedia Jurídica Omeba, ob. cit. p. 983.
9. Alvarez, Mario, (1996) ob. cit. p. 341.
CRISTIANISMO Y DERECHO
Durante los tres primeros siglos de la Era cris ana, se opera en el mundo
an guo una profunda transformación que afecta directamente al
pensamiento de la época. El Imperio romano se desmorona y con su
decadencia, se funden la cultura y la civilización greco-romana.
9.3.- Caracterís cas del pensamiento cris ano que influyeron en las
ideas jurídicas posteriores.-
La condenación de la usura.
Muchos de los textos cris anos que se refieren a cues ones jurídicas,
podrían ser simples repe ciones de lo que ya habían afirmado antes los
autores paganos; sin embargo, están animados por un espíritu nuevo y
una cosmovisión diferente.(7) A par r de la epístola de San Pablo a los
romanos, cuyos versículos 14 y 15 (Cap. II), “son considerados, en frase
feliz, como la Carta Magna del Iusnaturalismo crisƟano (8), gracias a
la obra posterior de San Agus n y Sto. Tomas, se asimiló y cris anizó
el pensamiento greco-romano, y el concepto cris ano inconmovible
y teocéntrico del Derecho, con las nociones claras de: Ley Eterna, Ley
Natural y Ley PosiƟva.
DOCTRINAS FILOSOFICO-JURIDICAS
DE SAN AGUSTIN Y SANTO TOMAS.
La obra de San Pablo había dado configuración a las doctrinas cris anas
como una religión, pero fueron los Padres de la Iglesia quienes tuvieron a
su cargo la elaboración de los cimientos de una nueva filoso a, surgida en
el período de transición de la época an gua a la Edad Media.
Para San Agus n, una ley injusta no puede ser tal, y todo gobernante
para ser el mejor, necesariamente deberá ser cris ano: “...Sin
jus cia los reinos no son otra cosa que grandes latrocinios...”. (San
Agus n) (7).
Santo Tomás estudió la Jus cia desde el punto de vista del sujeto,
esto es, como virtud y como hábito, considerando así al Derecho,
como el contenido objeƟvo de la JusƟcia.
Santo Tomás prefería referirse a la Jus cia como “lo justo”, más
concretamente, como “lo que es justo”, o también “la cosa justa”
(res iusta). Para él, el Derecho Natural, “es antes que nada, la
exigencia ontológica concreta que es debida a alguien de acuerdo
con un orden o armonía de relaciones que todas las criaturas deben
alcanzar entre sí y respecto a Dios”(16). Por lo tanto, el Derecho no
es un ideal abstracto, sino, lo justo concreto, las exigencias posibles
e inmediatas que deben fraguarse en relaciones concretas entre las
personas.
10.5.- Comentarios.-
que no son mas que inclinaciones vitales innatas, que se traducen en parte como
comportamientos morales y también espirituales. El Derecho Natural se presenta
al ser humano con claridad y fijeza, en sus principios más universales, pero no
así en sus exigencias par culares; de ahí la necesidad del Derecho Posi vo cuya
finalidad es coadyuvar al cumplimiento de la Ley Natural y la Ley Divina; porque
las circunstancias peculiares de la vida de las personas siempre llevan múl ples
complicaciones y problemas espinosos, que por su universalidad, el Derecho
Natural no puede resolver. Hirschberger, Johannes.( 1997) “Historia de la Filoso a”
tomo I°, Ed. Herder. Barcelona. pp.416.ss.
15. Enciclopedia Jurídica Omeba, (1982) ob. cit. p. 993.
16. Villoro T. Miguel (1996) ob. cit. p. 297.
17. Maurer, Armand, (1967) ob. cit. p. 189.
18. Carlé, Giusseppe (1912) ob. cit. p. 238.
19. Hirschberger, Johannes (1971) “Breve Historia de la Filoso a” Ed. Herder, Barcelona-
España, p. 137.
20. Ibid. p. 137. Es así que Sto. Tomás coloca a la Ley Divina, siempre por encima de la
Ley Natural y de la Ley Humana o Derecho Posi vo
21. Fischl, Johann (1968) ob. cit. p. 197.
22. Störig J., Hans (1995) ob. cit. p. 302.
23. Conde O., Ramón (1961) ob. cit. p. 152.
24. Massini, Carlos J. (1980) “Polí ca, Derecho, Equidad” Ed. Jurídica de Chile, San ago-
Chile, p.72
25. Storig, Hans J. ( 1995) ob.cit. pp 300 ss….” El bien del hombre, en tanto que sea
hombre, consiste en que la razón sea perfeccionada en el conocimiento de la
verdad y en que las potencias de los apeƟtos inferiores sean dirigidos de acuerdo
con el hilo de la razón . Pues la humanidad le adviene al hombre porque Ɵene el
poder de la razón” ( Tomás de Aquino) citado por Storig…. El bien personal se da
mediante el desarrollo racional y la prác ca de las virtudes cardinales ( griegas y
romanas) pero también y sobre todo, la prác ca de virtudes teologales como la fe,
el amor y la caridad; es así que el bien común debe ser tarea de la autoridad estatal
mediante las leyes, que antes que todo, estarán dirigidas a guiar y colaborar al ser
humano en la realización de propio bien personal y espiritual.
26. Pacheco, Máximo (1984) ob. cit. p. 23.
Aunque la máxima “el fin jus fica los medios” no se encuentra literalmente
en Maquiavelo, se considera como equivalente un fragmento de “El
Príncipe”, en el que al plantearse el problema de si el príncipe está obligado
a respetar los pactos, conforme al principio “pacta sunt servanda”, como
principio moral universal, cualquiera que sea su fundamento -religioso,
racional, u litarista, etc.-, responde que, los gobernantes que han hecho
“grandes cosas”, han tenido poca cuenta de eso, de donde resulta que lo
que cuenta en la conducta del que gobierne, es la conservación del poder
y del Estado, porque el logro de los fines hace válidas las acciones, como
la de no respetar los pactos convenidos.
En una cita de su obra “El Príncipe” afirma: “A los hombres, hay que
adularlos o destruirlos. Pues de una pequeña injus cia, siempre podrán
vengarse. Pero desde la tumba, ya no se venga nadie. Así pues, si se
comete una injus cia contra alguien, debe hacerse de tal modo que él no
pueda vengarse más”(8).
las acciones de los polí cos deben ser calificadas según su contribución
al logro del obje vo, no puede ser juzgada aislándola de las condiciones
sociales y polí cas, y de los acontecimientos históricos que enmarcaron
su pensamiento; aunque siempre sus teorías han sido comba das, en la
prác ca, muchas veces han sido seguidas.(9)
La Reforma religiosa del siglo XVI, fue otro fenómeno ligado al Renacimiento.
Por su repercusión mundial, fue además un acontecimiento significa vo
en la historia moderna del mundo occidental.
Dios es la autoridad.
Esta condición natural del hombre, sin leyes posi vas, no es un estado
de carencia absoluta, pues existe una ley (natural), que es propia del
género humano, que juntamente con su naturaleza social, lo conducirá
a formar la comunidad polí ca, dotándola de la fuerza coac va que
le dan las leyes, para lograr el Bien Común y la preservación de ella
misma.
EL RACIONALISMO Y EL EMPIRISMO
DE LA EPOCA MODERNA
Nuevas ideas polí cas que surgen encarnadas en los soberanos europeos,
es pues la época de los nacionalismos y de las monarquías, que rechazan
la idea de un gobierno superior al que ellos representan, tratando cada
cual de llevar a sus respec vas naciones, a la máxima gloria y poder dentro
del concierto de naciones.
Al mismo empo emergen teorías polí co-sociales, que jus fican las
polí cas regidas únicamente por la idea del poder, sin otras consideraciones
de orden moral y religioso, que determinen e influyan en la conducta de
los gobernantes. Aparecen doctrinas como la del “Estado de Violencia”
de Maquiavelo; la del “Estado Comunista” de Tomás Moro; la del “Estado
Técnico” de Francisco Bacon y la del “Estado Totalitario” de Tomás
Campanella.
Grocio, Hobbes y Kant, no fueron los únicos en cul var el Derecho Natural
de la época, pero fueron los exponentes principales de las escuelas en
torno a las cuales se agruparon numerosos seguidores que estudiaron
las dis ntas direcciones que hubo de tomar su estudio. El aspecto
diverso bajo el cual consideraron a la naturaleza humana, sus puntos de
par da diferentes y el método al que se sujetaron en sus inves gaciones,
fueron entre otras tantas, las causas que los condujeron a conclusiones
diferentes y hasta opuestas. Cabe recordar que los pensadores modernos
mantuvieron estrecha relación con la ciencia de su empo, ya que muchos
El siglo XVII fue llamado siglo de los grandes sistemas filosóficos con
pensadores inmortales como Descartes, Locke, Hobbes, Spinoza y Leibnitz;
todos ellos influidos por el pres gio que habían adquirido las ciencias sico-
matemá cas y las ciencias naturales en general. Sin embargo, la mayoría
de los historiadores coincide en que la Filoso a Moderna empieza con
dos grandes figuras que iniciaron dos grandes corrientes de pensamiento,
cuya influencia posterior es enorme; ellos fueron: Renné Descartes
(1596-1650), de nacionalidad francesa, fundador del Racionalismo, y
Francis Bacon (1561-1626), inglés, fundador del Empirismo.
Sus principales obras fueron “El Discurso del Método”, y las “Meditaciones
meta sicas”.
9. Ibid. p. 174.
10. Hirschberger, Johannes. (1971) ob. cit. p. 185.
11. Villoro T., Miguel (1994) ob. cit. p. 67.
12. Villoro T., Miguel (1996) ob. cit. p. 363.
13. Villoro T., Miguel (1994) ob. cit. p. 67.Ibid. p. 68.
14. Ibid. p. 68.
15. Ibid. p. 68.
Nacido en Inglaterra en 1588, más que jurista fue filósofo, sin embargo,
sus teorías jurídico-polí cas ofrecen gran interés histórico por la influencia
que ejercieron en ciertos gobernantes. Su obra “El Leviathán” fue
escrita en la época de terribles desórdenes polí cos, sociales y bélicos de
Inglaterra, ya que Hobbes vivió en uno de los períodos cruciales de su país
natal. Otra obra importante fue “Sobre la Libertad y la Necesidad”.
del hombre”, según la clásica frase “homo homini lupus”, lo que lleva a
pensar en la intrínseca maldad del ser humano”(3), para quien lo único
que realmente importa es su propio interés y supervivencia
La Ley Natural es una con nuación de las propias leyes sicas, por
tanto, el Derecho Natural desciende del ins nto del hombre por la
supervivencia y la conservación de sí mismo.
Por lo anterior, solo son leyes buenas, las necesarias para el bien y la
paz del pueblo, aunque limiten la libertad original de los individuos: “La
libertad de los súbditos, les es así asegurada, por el silencio -deseable-
de la ley”(13).
Además, para Locke, las normas del Derecho Natural, son garan a y
condición de paz entre los hombres que al exis r en la mente humana
como parte de su naturaleza, son independientes y anteriores a
cualquier ordenamiento posi vo. Estos derechos innatos son:
Derecho a la vida, a la libertad y a la posesión de bienes; los que a
la vez, serán fundamento de los mandatos morales de: no matar, no
violar y no robar.
obra “É ca”, pero su Filoso a del Derecho y del Estado, se halla expuesta
en su “Tratado Teológico-Polí co”, y en su “Tratado Polí co” que dejó
inconcluso.
Hobbes).
El Pacto Social se hará gracias a la comprensión racional, que conduce al
hombre a abandonar esa situación de pugna, impulsándolo a ordenar
su vida pacífica y racionalmente. Este pacto “no implica, sin embargo,
-para Spinoza-, una enajenación de la libertad de los individuos -como
en Hobbes-; ene fuerza en cuanto es ú l, y por tanto, apenas cese de
serlo, desaparecerá y perderá toda su eficacia”(25).
14.4.- Comentarios.-
Notas bibliográficas.
PRINCIPALES DOCTRINAS
FILOSOFICO-JURIDICAS DE LA ILUSTRACION.
15.1.- La Ilustración.
15.1.1.- Principales postulados de la Filoso a de la
Ilustración.
15.2.- Juan Bau sta Vico.
15.3.- Carlos de Montesquieu.
15.3.1.- El Espíritu de las Leyes.
15.3.2.- El Derecho Natural.
15.3.3.- Doctrina de la Separación del Poder.
15.3.4.- Comentarios.
15.4.- Juan Jacobo Rousseau.
15.4.1.- El origen de la Desigualdad entre los Hombres.
15.4.2.- El Contrato Social.
15.4.3.- El Estado y los Derechos Naturales.
15.4.4.- La Voluntad General y la Ley.
15.5.- Comentarios.
15.1.- La Ilustración.-
El Derecho Natural, para Vico, es una idea humana, pero también un hecho
humano con sen do histórico, que no se presenta en antagonismo con el
Derecho Posi vo, porque ambos son aspectos de una misma realidad;
los contrastes se pueden dar en los hechos históricos, pero no obstante
todas esas diferencias y antagonismos, existe un orden de verdades
más elevadas, un criterio absoluto e ideal de lo justo y del Derecho,
independientemente y por encima de los hechos y acontecimientos de la
realidad social e histórica.
Nacido en Francia, fue uno de los pensadores polí co-jurídicos que más
influirían en el pensamiento contemporáneo tanto polí co como filosófico
Dra. María Cris na Valdivia Limpias 197
FILOSOFIA DEL DERECHO
Lo anterior postula la conformidad de las leyes posi vas con las normas
consuetudinarias, porque la libertad quedaría restringida cuando
un gobierno exija de sus súbditos algo que infringe las normas de la
costumbre.
Por otra parte, las ideas de separación del poder y del mantenimiento
de autonomías locales en manos de una nobleza que contrapese el
poder real, son indispensable para Montesquieu, porque él creía en
la razón y en el progreso: “dejados en libertad, los hombres enden
a hacer aquello que deben hacer”(13). Para él la libertad polí ca, no
consiste en hacer lo que uno quiera, sino hacer lo que se debe hacer
y lo que las leyes permitan. Los anteriores elementos caracterizan lo
que Montesquieu denominó, gobierno moderado, que será aquél que
asegura y garan za las libertades ciudadanas.
15.5.- Comentarios.-
EL DERECHO RACIONAL.
La vida de Kant simboliza una callada pasión por la verdad, que se exteriorizó
en sus obras. Sin duda fue uno de los más eminentes filósofos de todas
las épocas. Nacido en Königsberg (Alemania), fue profesor universitario
durante muchos años. Sus dos obras fundamentales fueron la “CríƟca
de la Razón Pura” y la “CríƟca de la Razón PrácƟca”; obras magistrales
en las cuales Kant vislumbró más que ninguno de sus contemporáneos,
un sistema meta sico que oscurecía todos los sistemas anteriores, y que
gravitaría sobre todo el pensamiento filosófico posterior con una fuerza
ineludible.
Entre las obras kan anas que interesan a nuestro estudio tenemos los
escritos tulados “Para la Paz Perpetua” y “Principios Metaİsicos de la
Doctrina del Derecho”.
Para que pueda haber conocimiento cien fico, deberá concurrir tanto el
elemento “experimental” que es obje vo, con ngente e individual; como
el elemento formal o “a priori” que es universal y es además netamente
subje vo.
por la razón y no por el sen miento, por muy bueno que éste sea;
ya que todo impulso, ins nto y sen miento será siempre, y en úl ma
instancia, subordinado a la razón. Solo al obrar moralmente, llega el
individuo a ser persona, porque ello exige la libre aceptación de la ley
moral.
Para Kant, “la libertad es una noción meta sica que teóricamente no
puede demostrarse, porque sería conocer lo absoluto”(8); sin embargo,
en la prácƟca somos libres, porque si no lo fuésemos, no se explicaría la
conciencia del deber. La libertad no precede al deber, sino más bien, es
una consecuencia de él, porque sin libertad el imperaƟvo categórico
sería un absurdo. La existencia de tal impera vo en nosotros, solo
ene sen do, cuando tenemos la posibilidad de sa sfacerlo, es decir,
cuando somos libres para seguirlo: “Tú puedes, pues tú debes”, dice
Kant, por lo que su doctrina moral se define como una “éƟca del
deber”(9).
16.5.- El Derecho.-
16.6.- El Estado.-
“No se considera como válido ningún acuerdo de paz que haya sido
firmado con reserva mental en asuntos que puedan provocar en el
futuro una nueva guerra”.
de Immanuel Kant: “La Filoso a no volvería nunca a ser tan ingenua como
en los empos anteriores, más simples; tenía que hacerse dis nta, y más
profunda, porque había vivido Kant”(Will Durant)(29).
Notas bibliográficas.
1. Urdanoz, Teófilo (1975) “Historia de la Filoso a” Tomo IV. Ed. La Católica S.A.
Madrid-España. p. 9.
2. Verneaux, R. (1978) “Immanuel Kant” Ed. Magisterio Español, Madrid-España. p.
64.
3. Carle, Giusseppe (1912) ob. cit. p. 282.
4. Ibid. p. 282.
5. Del Vecchio, Giorgio (1974) ob. cit. p. 96.
En otras palabras: Que lo que tu hagas, puedan hacerlo todos y no perjudique a
nadie; o que tu conducta al no perjudicar ni hacer daño, pueda servir de modelo o
ejemplo para la conducta de los otros.
6. Fischl, Johan (1968) ob. cit. p. 315.
7. Urdanoz, Teófilo (1975) ob. cit. p. 78.
8. Gonzalez Díaz, L.F. (1994) ob. cit. p. 221.
9. Urdanoz, Teófilo (1975) ob. cit. p. 79.
10. Villoro T., Miguel (1996) ob. cit. p. 113.
11. Carle, Giusseppe, (1912) ob. cit. p. 283.
El Derecho pertenece al reino del “ser”, se ocupa solo del mundo sico, del efecto
extrínseco del obrar ( G. del Vecchio), en cambio, la Moral pertenece al “deber ser”.
El Derecho es externo y heterónomo porque viene impuesto desde afuera, por el
Estado; en cambio, la moral es interna y autónoma; porque la autonomía de la
voluntad significa la caracterís ca propia de que la Libertad se regula a si misma y
es universal o formal, porque es inherente a la naturaleza humana. A diferencia de
la Moral, el Derecho es netamente coerci vo, porque sobre las acciones externas
puede haber coacción cuantas veces vayan en contra de los mandatos legales:
Derecho y facultad de coacción, en suma significan una misma cosa.
12. Ibid. p. 283.
13. Villoro, Miguel (1996) ob. cit. p. 352.
14. Ibid. p. 347.
15. Fischl, Johan (1968) ob. cit. p. 315.
16. Villoro, Miguel (1996) ob. cit. p. 343.
17. Urdanoz, Teófilo (1975) ob. cit. p. 109.
En lenguaje kan ano, el Derecho Natural, es una categoría meta sica , porque
la libertad es pues el primero y el principal derecho natural, que nos dis ngue y
diferencia de los demás seres vivos, también nos hace “personas” con dignidad
intrínseca, como fines en nosotros mismos; de manera que es por este camino que
llegará Kant a demostrar la inmortalidad del alma y la existencia divina. N.deA.
CORRIENTES JURÍDICO-SOCIALES
CONSOLIDADAS EN LA EPOCA MODERNA.
Aquella que considera al Derecho como una ciencia, que deberá ser
elaborada, inves gada y sistema zada, u lizando con preferencia la
facultad racional o intelectual del hombre.
Considera al Derecho como una rama más del saber humano. Busca el
conocimiento metódico y ordenado de los diversos sistemas jurídicos
de los pueblos, con la finalidad de alcanzar la esencia o concepto de “lo
En la an güedad clásica, los dis ntos conceptos que inspiraron estas tres
escuelas están a su vez representados por tres civilizaciones: Los griegos,
que se inclinaron hacia el desarrollo de la idea del Derecho, valiéndose
de la reflexión y del razonamiento. Los romanos en cambio, aplicaron la
comparación entre normas, costumbres y usos de los diferentes pueblos
incorporados a su Imperio, interesándose principalmente en el aspecto
histórico del Derecho, y los primiƟvos germanos que vieron en las leyes
una necesidad prác ca para el mantenimiento de la paz y el orden,
enriqueciendo así el Derecho.
El supuesto tácito de esta escuela es, que existe un orden que rige los
fenómenos del Universo, sin el cual la ciencia posi va sería imposible. La
tarea del cien fico será la de descubrir esas leyes naturales, avanzando
desde las más simples hasta llegar a las leyes supremas que rigen los
fenómenos naturales; lo que trasladado al campo social y humano,
también se traducirá en leyes que rigen el comportamiento social.
Para el Posi vismo, los hechos sociales son considerados como una
producción natural que se va manifestando junto con la evolución
del hombre. El Derecho, viene a ser el fruto natural de una fuerza
y necesidad que reside en la sociedad y la impulsa hacia una
transformación y desarrollo constantes.
“La Escuela posi va, por su parte, inves gando con preferencia,
el mundo sico y natural, encontró en él, las huellas de una fuerza
persistente; descubrió una ley universal que es la de la evolución, e
intentó explicar, sobre todo, los orígenes del Universo, del hombre y de
la sociedad ”.
El Derecho como ley, se pregunta por la meta que persiguen las legislaciones
en cuanto son impuestas a la voluntad de los ciudadanos, entendiendo
que “lo justo” será aquello que es bueno y conveniente para todos, lo que
quiere decir, que busca aquel “bien” que deberá ser el fundamento de
toda legislación.
En la Época Moderna, se aprecia una mayor dis nción entre Polí ca,
Derecho y Moral, sin embargo, la Escuela racional, con su principal
exponente Manuel Kant, quien no obstante haber señalado las
diferencias entre Derecho y Moral, redujo el Derecho a una moral
provista de coacción, que según su propia expresión, es “aquélla que
gobierna las relaciones exteriores entre los seres humanos, y cuyo fin
es la coexistencia de las libertades recíprocas”(6).
iden ficación con lo que es legal; ya que existe otra acepción que
ayuda a entender mejor su significado, y es la que ene que ver con
la igualdad. En este sen do, las leyes remiten a un trato equita vo
según el dicho “la ley es igual para todos”; pero inmediatamente
después, esta igualdad formal hace referencia a la vida prác ca,
donde aquellas desigualdades (injus cias) tolerables en otras
épocas y lugares, actualmente no se las puede admi r.
1. Correas, Oscar (1997) “Una introducción filosófica I” Ed. Cocayán. México, p. 53.
Hay que tener presente que la escuela racionalista del derecho, contribuyó
ideológicamente a la revolución francesa porque tomaba en cuenta ciertos
aspectos dis n vos del hombre y la sociedad: es así que veía la importancia
del ser humano en su estado de naturaleza con esa igualdad primi va común;
el concepto de un pacto social tácito cuyo ar culado era producto de la razón;
concepciones que contribuyeron a crear un ideal de sociedad, que en la realidad de
los hechos, se presentó en abierta contradicción; es decir, no exis a ni concordaba
con las ideas racionalistas tanto en el campo jurídico como social y polí co. En la
Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano de 1789, hubo todo un
compendio de los principios del derecho natural; donde predominaba la idea del
hombre racional y libre, con igualdad de derechos inalienables e imprescrip bles,
poniendo como máxima aspiración de toda sociedad polí ca, la conservación de
esos derechos naturales. Sin embargo, posteriormente, y a causa de los excesos
a los que llegó la revolución, las doctrinas racionalistas encontraron crí cas de
sus propios seguidores, sobre todo aquellas que iban contra el afán de reunir en
codificaciones, todo los derechos consagrados en la declaración de 1789; naciendo
cues onamientos dentro de la misma escuela racionalista, se comenzaría de este
modo a dar mayor valor a la contribución de la observación y la experiencia; como
también de las enseñanzas del pasado ( la historia) y de las sentencias del viejo
derecho romano con sus brillantes jurisconsultos en los estudios jurídico sociales.
2. Carle, Giusseppe (1912) ob. cit. p. 174.
3. Vallespín, Fernando, y otros (1990) ob. cit. p. 272.
4. Carle, Giusseppe (1912) ob. cit. p. 386.
Consideramos necesario completar que la afirmación de la escuela Posi vista del
Derecho, que lo considera como un producto natural de la evolución y desarrollo
de un pueblo; la de la Escuela Histórica, que lo valora como la expresión de la
conciencia social de una época determinada y la de la Escuela Racionalista, que
vio al Derecho como una noción abstracta y universal que se va manifestando
dialéc camente en todas las consecuencias que puede ser capaz, tal cual afirmó
posteriormente Hegel; por lo que lo anterior, nos lleva a la conclusión de que
todas ellas si se las en ende aisladamente, son insuficientes e incompletas para
DOCTRINAS FILOSOFICO
JURIDICAS DEL SIGLO XIX.
UNIDAD 6. DOCTRINAS FILOSOFICO JURIDICAS DEL SIGLO XIX.
LA ESCUELA HISTORICA.
Todo “pueblo” como una realidad social, solo existe y es tal cuando
está en situación de sociedad civil; es decir, organizada, disciplinada
y jerarquizada; ya que cualquier grupo en “estado de naturaleza”,
-no civilizado-, nunca podrá recibir el nombre de “pueblo”. La
mul tud o el grupo que carece de una disciplina social habitual,
donde los que más saben y pueden, dirigen y protegen a los demás,
no es pueblo ni sociedad. Por lo tanto, para Burke, los derechos
del hombre resultan totalmente incompa bles con los derechos del
pueblo, porque los primeros presuponen la ausencia de la sociedad
civil.
Con núa Burke, que los hombres que nacen y viven en el seno de
una sociedad civil, tácitamente aceptan esa sujeción a la misma,
porque se ha ido afianzando gracias a la tradición y a las costumbres.
Los únicos derechos humanos autén cos son los que se disfrutan
dentro de una sociedad civil, y no son naturales o innatos, sino
heredados y recibidos por tradición.
18.2.3.- Caracterís cas del método histórico.- Los autores que siguen
el método histórico en la inves gación jurídica se destacaron por lo
siguiente:
Son:
El hombre es esencialmente un ser histórico y social, surgido en
la naturaleza, que evoluciona y se desarrolla formando primero
grupos sociales y posteriormente pueblos y Estados.
18.4.- Comentarios.-
jurídicas, algo que la Escuela clásica del Derecho Natural había come do
el error de olvidar.
LA FILOSOFIA IDEALISTA
EN LOS ESTUDIOS JURIDICOS SOCIALES.
19.3.- Comentarios.-
La divinización del Estado hecha por Hegel, no ene ningún jus fica vo.
El Estado tendría que ser el medio o instrumento del que se sirven los
hombres para mejorar, y para la consecución de fines propios comunes, no
es por lo tanto, un fin en sí mismo, como lo es el individuo. Ya en la época
de Hegel, el argumento “razón de Estado” se conver ría en argumento
polí co valedero para los déspotas que no reconocían freno moral a sus
decisiones y a sus actuaciones.
sino también por sus teorías acerca de las guerras como “purificadoras”
de la humanidad. Sus ideas acerca de los “héroes”, como “agentes
des nados a la realización de la voluntad del Espíritu universal”(15),
parecen haber inspirado a Hitler en cuanto a sus tan cues onadas
actuaciones históricas.
Esta ley, no es otra más que la Ley Jurídica, cuyo estudio no forma una
parte de la moral, sino lo establece una ciencia puramente teórica, que
determina el “mecanismo natural” por medio del cual los seres libres
pueden gobernar sus acciones. La producción de este orden jurídico,
para Schelling, es obra de la necesidad natural de los hombres, que los
obliga a sustraerse de la violencia universalmente ejercida en contra
de ellos.
Notas bibliográficas
LA ESCUELA POSITIVA.
El Posi vismo iniciado por Comte, adopta prác camente los tres
significados anteriores, al limitarse sólo a los hechos proporcionados
en la realidad natural y social, como también se remite a todo lo que
se reconoce como ú l de una u otra manera, o que también se puede
determinar con seguridad y precisión; esto significará un franco y
abierto rechazo a las interminables y nada fruc feras disquisiciones
meta sicas de la Filoso a.
Los posi vistas, enseñados por los grandes errores en que incurrieron
los an guos, sobre todo, los que se ocuparon de las ciencias sico-
naturales, los que según los seguidores de la Escuela posi va, se
habían dejado guiar -unos-, por la fantasía, -y otros-, por la excesiva
confianza en la razón; pretendieron llegar a verdades universales y
necesarias, completamente alejadas de los hechos reales. Pero, en
general, los par darios de esta escuela, rechazan todos los argumentos
a priori-racionales, desechan también cualquier idea innata y parecen
repe r con Aristóteles que “Nada hay en el entendimiento que antes
Una vez determinadas las leyes que rigen los fenómenos, se buscará
como “preverlos” para orientarse y concluir en afirmaciones cien ficas
acerca del futuro comportamiento natural y social. Así, para Comte, el
conocimiento cien fico debe tener una meta: “La previsión del futuro
comportamiento de la naturaleza y de la sociedad”(4).
Del mismo modo, razona bajo el supuesto meta sico de un “orden que
rige el Universo”, gracias al cual, las leyes descubiertas en una categoría
de fenómenos, se pueden generalizar y extender con discreción a toda
categoría de hechos y fenómenos. Por eso, para muchos historiadores
del pensamiento filosófico occidental, la doctrina social de Comte, es a
la vez, una Filoso a de la Historia, porque la humanidad en su conjunto
y como cultura está sujeta a la “ley de los tres estadios”. La evolución
del Estado, de las leyes y de la sociedad misma, están sujetos a esta ley;
y el individuo como persona individual, quedará siempre subordinado
a contextos supra individuales, sociales e históricos.
Tampoco tomó en cuenta que los tres factores o “estadios” -como él los
llama-, coexisten simultáneamente en toda época y período histórico,
lo que quiere decir que en la propia formulación de su “Ley de los tres
Estadios”, Comte parte de una posición meta sica, en función de la
cuál hace las posteriores subdivisiones de cada estadio. Sin embargo,
debemos reconocer que de los tres aspectos -teológico, meta sico
y posi vo-, suele prevalecer el uno sobre el otro en determinadas
épocas de la historia, los que se van alternando entre sí, en lo que
se refiere a su preponderancia. Así, al estadio meta sico de los
grandes clásicos griegos, sucedió el estadio posi vo del nacimiento de
las ciencias par culares después de Platón y Aristóteles. Al estadio
teológico de la Filoso a de la Edad Media, sucede el estadio posi vo
del Renacimiento.
Para el Posi vismo jurídico, la validez de las normas legales se debe única y
exclusivamente, al hecho de haber sido emi das por órganos competentes
mediante normas de procedimientos legalmente reglamentados. Es
mérito de esta corriente, el haber destacado el valor de la seguridad
jurídica que puede alcanzarse en la medida que el legislador formula
normas de significación inequívoca; y por la subordinación absoluta de
aquél, a la voluntad de la ley, que se podría compendiar en la fórmula “la
ley es la ley”(18).
El profesor argen no M.A. Portela escribe que, para filiar a un autor como
“iusposi vista”, bastará que afirme.
Una separación entre Derecho y Moral, o entre “el ser” y “el deber
ser”.
El Posi vismo Jurídico ene mucha razón al enseñar que la ciencia del
Derecho ene que par r del Derecho Posi vo, sin embargo, sus errores
estarían en:
EL POSITIVISMO EN INGLATERRA
Los rasgos comunes y caracterís cos del Posi vismo inglés son:
Durante su vida, cada individuo busca ante todo su propia felicidad, pero
las circunstancias de los hombres, que son primordialmente, relaciones
de dependencia recíproca, los llevarán al convencimiento de que solo la
coordinación de estas aspiraciones a la propia felicidad, con las aspiraciones
similares de todos los demás, serán el mejor modo y medio para servir a
los propios intereses.
Par endo del cálculo al que siempre se sujetarán los hombres en sus
determinaciones, Bentham estableció una clasificación de los placeres
y dolores, incluyendo sus gradaciones. Dicha clasificación a la que
concibe como una “aritméƟca moral”(11), servirá como guía a cada
individuo en sus actos par culares, y al legislador le servirá como guía
para la elaboración de las leyes, con una meta máxima: el interés de
la comunidad.
Proveer a la subsistencia.
Aspirar a la abundancia.
Fomentar la igualdad de oportunidades.
Mantener la seguridad de los ciudadanos, que es la más
importante. La seguridad, es el obje vo de las leyes que implica
la protección de: la persona y su “status”, el honor, y la propiedad
privada.
La existencia y efec vidad del Derecho Posi vo, se basa en la coacción,
que también es inferida del principio de u lidad social. (18).
J. Stuart Mill sos ene que la felicidad solo puede ser aquello que es
universalmente reconocido como bien; “la felicidad de cada persona es
un bien para esa persona y la felicidad general, por tanto, un bien para el
conjunto de todas las personas”(21).
Al igual que Bentham, sos ene que los principios de la Jus cia y del
Derecho son extraídos de la experiencia, que es variable y cambiante
con la evolución de los empos.
Para Stuart Mill, lo único que podrá autorizar a los hombres, -ya sea
individual o colec vamente-, a turbar o coartar la libertad de acción de
alguno de sus semejantes, es la protección de la persona misma o de
la sociedad en su conjunto; y la única razón legí ma que puede tener
una comunidad para proceder en contra de uno de sus miembros, es
la de impedir que perjudique a los demás, porque por encima de la
protección del bien y de los intereses individuales, la autoridad deberá
proteger el bien y el interés de todos.
21.4.- El Evolucionismo.-
Evolucionismo filosófico.
Entre las obras de Spencer tenemos: el tratado “De los Primeros Principios”;
“Principios de Sociología”, “El Progreso, sus Leyes y sus Causas” y “La
Jus cia”.
“La auto-conservación.
La conservación de la descendencia, y
La conservación del prójimo”(37).
Estos obje vos en conjunto vienen a ser el supremo valor de la
evolución social, que se da cuando en las relaciones de los individuos,
el altruismo ha superado al egoísmo; por lo que podemos deducir
que la vida humana es el valor principal que Spencer propone en su
filoso a moral y polí co-jurídica
En su obra “La Jus cia”, el autor hace una exposición de sus teorías
acerca de la Jus cia, valiéndose también del método posi vo. Según
Spencer, la conducta é ca ya existe en el reino animal, porque entre los
animales se pueden observar claramente formas de conducta egoísta y
altruista. Siguiendo la evolución de los seres vivos, Spencer afirma la
existencia de una “Jus cia sub humana”, que es la ley biológica evolu va
que implica la supervivencia de los más aptos: “...Cada individuo ene
que recibir los beneficios y sufrir los daños de su propia naturaleza y de
su conducta consiguiente”(Spencer)(40).
Según Spencer, entre los sen mientos sociales que elabora la evolución,
el de la Jus cia es de importancia capital; así, afirma que “poseemos
todos el sen miento de la Jus cia, pero nuestra idea se encuentra vaga
e indecisa”. Para que la idea de Jus cia emerja clara en nuestra mente,
será pues necesaria la experiencia acumulada de actos de jus cia
dentro de la vida social y exclusivamente humana. (41).
Sin embargo, hay que destacar que la dirección posi vista en general,
introdujo el espíritu de observación en las ciencias humanas y sociales,
algo que antes había sido privilegio casi exclusivo de los sicos y de los
naturalistas, impulsando el progreso de estas ciencias, sobre todo en
lo referente a los orígenes de la sociedad y sus ins tuciones. También
enriqueció su lenguaje cien fico con un gran número de términos que
hasta entonces habían sido propios de las ciencias sico-naturales.
7. Ibid.
8. Ibid.
9. Ibid.
10. Ibid. p. 233.
11. Carle, Giusseppe (1912) ob. cit. p. 410.
12. Ibid. p. 409.
13. Ibid.
14. Ibid. p. 410.
15. Bodenheimer, Edgar (1986) “Teoría del Derecho” Ed. Fondo de Cultura Económica,
México. p. 308.
16. Urdanoz, Teófilo (1975) ob. cit. p. 236.
17. Ibid.
18. Bodenheimer, Edgar (1986) ob. cit. p. 309.
19. Del Vecchio, Giorgio (1974) ob. cit. p. 181.
20. Ibid. p. 182.
21. Vallespín, Fernando y otros (1995) ob. cit. p. 362.
22. Ibid. p. 363.
23. Carle, Giusseppe (1912) ob. cit. p. 413.
24. Urdanoz, Teófilo (1995) ob. cit. p. 258.
25. Ibid.
26. Ibid.
27. Vallespín, Fernando y otros (1995) ob. cit. p. 365.
28. Ibid.
29. Las limitaciones de la doctrina de la evolución y su idea sobre la selección
natural, la supervivencia del más apto y otras conclusiones en las que solo se
toma en cuenta la parte natural y sica del ser humano, resulta insuficiente para
proporcionar una explicación coherente del origen de las ins tuciones sociales ,
polí cas y jurídicas; y todavía menos capaz , para explicar y encontrar ves gios
del hombre como ser religioso y moral, ya que son aspectos que remontándonos
a los primeros rastros de la humanidad como sociedad y civilización, no pueden
explicarse con doctrinas meramente evolucionistas. El método posi vo puede
ser valedero para la observación y acopio de datos existentes acerca de los
orígenes de los seres naturales, entre ellos el ser humano, donde hay predominio
de ins ntos e inclinaciones naturales e inconscientes; pero cuando se trata de
explicar el progreso histórico de la humanidad, no solo en aspecto cien fico sino
también polí co, jurídico y espiritual, la “ley de la evolución” resulta limitada
e insuficiente; ya que no puede encontrar los datos observables necesarios para
explicar el origen y la evolución de las ideas, aspiraciones, afectos e ideales de lo
justo, lo bueno, lo bello, lo verdadero, y otros.
30. Pacheco, Máximo (1984) ob. cit. p. 14.
31. Carle, Giusseppe (1912) ob. cit. p. 337.
32. Ibid.
33. Ibid. p. 338.
Spencer, parte de un postulado que la observación y la experiencia jamás podrían
demostrar, incluso, la razón tampoco puede demostrarlo con la certeza cien fica
que busca el posi vista, sin embargo, este postulado o presupuesto presenta un
mayor acceso a la razón, aunque ni la misma razón lo podría explicar claramente.
Una de las obras que iniciaron este movimiento fue “Sobre la circulación
de la vida”, del alemán J. Molescho , en la cual se establecía el principio
materialista que dice: “No hay fuerza sin materia, ni materia sin
fuerza”(1). Otro materialista fue el profesor Haeckel, quien difundió las
teorías del inglés Charles Darwin, acerca del origen del hombre.
Con las obras “Fuerza y Materia” y “El Hombre según la Ciencia”, el profesor
alemán Ludwig Buchner, difundió sus ideas materialistas referidas a las
leyes mecánicas que gobiernan el Universo, como también a los ancestros
animales del hombre. Luis Feuerbach, seguidor de los anteriores, con
sus obras “Pensamientos sobre la muerte y la inmortalidad” y “Rasgos
fundamentales de la Filoso a del porvenir”, se inclina también por el
materialismo filosófico y antropológico, además de sus crí cas ver das
Marx al igual que Hegel, creía que la Historia era una eterna lucha
de fuerzas contrapuestas en proceso dialéc co de Tesis, An tesis y
Síntesis”; solo que para Hegel, eran las fuerzas espirituales y las ideas
las que determinaban la Historia; para Marx, son las fuerzas materiales
(económicas) las que la impulsan y determinan.
clases”(C. Marx)(9).
La úl ma etapa del siglo XIX es para la Filoso a una época de incer dumbre
y vacilación a la que muchos autores llaman “crisis filosófica”. Su
importancia radica en el hecho de ser un período en el que se fraguan
las corrientes de pensamiento que madurarían hasta la primera Guerra
Mundial de 1914.
de un alma colec va par cular, porque para este filósofo, las culturas
nacen, florecen y mueren, al igual que la civilización”(18).
Esta corriente tuvo el gran apoyo del Papa León XIII, con su Encíclica
“Rerum Novarum”. León XIII fue un hombre conocedor del movimiento
espiritual de su empo, que se encontraba bajo la profunda y radical
influencia de las ciencias modernas. Su intención principal fue la de
dar un impulso nuevo al pensamiento católico de su empo que se
había estancado, principalmente en lo que se refería a la formación
de futuros sacerdotes, es mulando además, el cul vo de la Teología,
juntamente con la Filoso a.
una escala pequeña, al nivel de los átomos, rige un conjunto de leyes totalmente
diferentes e impredecibles. Estas son las leyes cuán cas” S. Hameroff. Cien fico
estadounidense. Univ. de Arizona.
4. García Morente, Manuel (1964) ob. cit. p. 340.
5. Gran parte de los cien ficos dedicados a la observación y conocimiento de los
misterios del universo y la vida han dicho: “ Sabemos muy poco, lo que mayormente
tenemos son preguntas” El sico inglès Hagelin , describe el proceso de de la
siguiente forma: “Dentro del progreso de la ciencia hay etapas de comprensión
y etapas de evolución del conocimiento. Cada una de ellas trae su cosmovisión,
su propio paradigma, dentro del cual la gente actúa, nace y vive; dentro del cual
se forman naciones y gobiernos, se escriben cons tuciones, se estructuran las
ins tuciones sociales y se crea la educación. Entonces, el mundo evoluciona de
paradigma en paradigma, a medida que el conocimiento avanza.- T. Honderich
2001 “Enciclopedia Oxford de Filoso a” ob.cit. pp 813 ss
6. García Tudurí, Mercedes (1970) ob. cit. 337.
7. Marías J. y Lain Entralgo (1964) ob. cit. p. 248.
8. Marías, Julian (1970) ob. cit. p.353. Ibid.
9. Terán, Juan Manuel (1998) ob. cit. p. 344.
10. Ibid.
11. García Tudurí, Mercedes (1970) ob. cit. p. 84.
12. Marías, Julian (1967) ob. cit. p. 386.
13. Ibid.
14. Muñoz, Carlos (1996) ob. cit. p. 146.
15. Störig, Hans (1997) ob. cit. p. 629.
16. Ibid. p. 630.
17. Ibid.
18. Ibid.
Como escribe H. Störig (1), cuanto más hubo avanzado nuestro siglo, más
claramente se ve que presenta una crisis de muchos valores tradicionales
y de las soluciones filosóficas aceptadas históricamente; siendo quizás
la más su l, aquella que proviene de la desconfianza del hombre
post-moderno o actual, en relación a la propia capacidad para ofrecer
soluciones; toma de conciencia que se hizo más patente a par r de la
Segunda Guerra Mundial.
El espíritu del filósofo y del cien fico del siglo XX y comienzo del XXI es
otro que el del siglo XIX.
La Física del siglo XIX, y toda la Filoso a basada en ella, descansaba sobre
dos supuestos: la unidad e irreduc bilidad del átomo y el determinismo
o cadena causal de todos los procesos naturales, que nunca se rompía
(3), por lo que el sueño de la unidad cien fica propio del siglo XIX, basado
en estos supuestos, con los nuevos descubrimientos y teorías, se ha ido
perdiendo.
En el año 1900, Max Plank introdujo el concepto de “quantum” en la
24.3.- La Tecnología.-
A diferencia de la Filoso a del final del siglo XIX que era más materialista
y posi vista, todos coinciden en que el pensamiento del presente es más
espiritualista, antropológico y meta sico.
La Fenomenología
La Axiología.
La Filosoİa AnalíƟca.
Para Bergson, la visión del mundo que nos proporciona el Posi vismo,
es sólo el aspecto superficial de las cosas, sacrificando la interioridad del
hombre, “la conciencia, la espontaneidad y la libertad” (3), porque las
ciencias sólo se refieren al espacio, a la extensión y al empo exterior
de “los relojes” y de la Física. Sin embargo, para él, hay otro empo,
“el empo interior, heterogéneo e irreversible” (4), que es el verdadero
empo, al que Bergson llama “duración”, y que solamente lo podemos
intuir.
25.3.- La Fenomenología.-
Entre los filósofos del Derecho más destacados en este tema tenemos,
al mexicano Luis Recaséns Sichés y al argen no Carlos Cossio.
La filoso a del Círculo de Viena, al igual que el posi vismo del siglo XIX,
se basa en un empirismo llevado hasta sus úl mas consecuencias, sin
embargo, difiere del posi vismo anterior, porque atribuye importancia
fundamental a la elaboración lógica de todo dato proporcionado por la
experiencia, pero, al igual que el posi vismo, rechaza de un modo radical,
a la Meta sica como disciplina fundamental de la Filoso a. Con el Círculo
Neoposi vista de Viena, la lógica es la única manera posible de filosofar,
porque es la única que sa sface los anhelos de una filoso a cien fica.
Para los neoposi vistas, las proposiciones metaİsicas carecen de sen do,
porque no son verificables empíricamente, así como las proposiciones de
valor y las normaƟvas son solo expresión de los sen mientos. La única
misión que se atribuye a la Filoso a, es la de analizar la estructura y los
25.7.3.- La É ca Aplicada.- Desde finales del siglo XX, los temas é cos
han sigo acogidos con entusiasmo como parte de la Filoso a Actual
en cues ones prác cas tanto de la vida co diana como dentro del
campo de las ciencias y de las profesiones u ocupaciones. La éƟca,
en el presente, esta en todas las situaciones que suponen acƟvidad
humana. Su desarrollo sistemá co comienza con el trabajo del filósofo
alemán Nicolai Hartmann con su “E ca”, y con D.D. Raphael con su
obra “Filoso a Moral”. En general, la E ca Aplicada podrá entenderse
como una forma de mediación entre la razón y la acción, dentro de
las acƟvidades de interrelación social (48).
Para Rawls, la Jus cia “es la primera virtud de las ins tuciones
sociales”(50), y ocupa en el ámbito social, un puesto similar al de la
verdad en el plano cien fico. Así como el inves gador-cien fico,
cuando piensa, busca la verdad; cuando el legislador y el jurista
plantean el problema de la organización social, buscan la Jus cia.
Pero, la gran renovación que se ha vivido en las úl mas décadas en los países
de habla castellana, la debemos a las geniales y arduas inves gaciones
de los juristas Luis Recaséns Sichés, Miguel Reale y Carlos Cossio. Cada
uno de ellos “abandona el discurso formal y abstracto y se acerca a la
vida co diana, a la existencia y a la coexistencia, al hombre de carne y
hueso, a la e cidad, a la comunidad y al Estado, a la cultura y a la sociedad
internacional (1). Gracias a sus obras aparece un es lo nuevo e innovador
en el pensamiento jurídico, que lo integrará al devenir histórico y cultural
concreto, cuya influencia en el presente es de gran notoriedad.
26.2.1.- La Teoría Pura del Derecho.- Cons tuye una de las mas
grandiosas y coherentes doctrinas jurídicas. El objeto primordial
del tratadista austriaco al elaborar su Teoría Pura, fue “ante todo,
el de proporcionar a la Ciencia Jurídica, el mayor rigor, coherencia
y autonomía posibles, liberándola para ello, de lo que consideraba
disciplinas extrañas tales como la Psicología, la Sociología, la Religión
o la É ca”(2).
26.2.3.- La Ciencia Jurídica.- Kelsen sos ene que la Ciencia Jurídica versa
sobre las normas jurídicas, y no así, sobre los hechos jurídicos. Para
él, “la Ciencia del Derecho es una ciencia norma va y no una ciencia
de la naturaleza”(9); lo que también significa, que no se interesa por
la conducta del hombre, sino únicamente “por el orden normaƟvo
que la regula”(10). Como tampoco se interesa por “el contenido” de
esa norma, limitándose a estudiar la norma en su relación lógica de
atribuir a un presupuesto jurídico, un efecto jurídico. A esta relación
la denomina imputación, que según él, es la forma de las ciencias
norma vas, dis nguiéndola de la causalidad, como forma de las
ciencias naturales.
respecto escribe: “la Jus cia absoluta es un ideal irracional” ... “Por
indispensable que pueda ser a la voluntad y a la acción, escapa al
conocimiento racional ... y a la Ciencia del Derecho, que sólo puede
explorar el dominio del Derecho Posi vo”(Kelsen)(22).
Para Kelsen, -al igual que para Kant-, lo Absoluto está más allá de la
capacidad racional del hombre. La historia del pensamiento nos
muestra que la razón humana sólo puede acceder a valores rela vos,
ya que “un nivel de conducta humana justa, no excluye la posibilidad
de considerar que el sistema opuesto pueda ser justo también (23); de
manera que la Jus cia absoluta es “una ilusión, una de las ilusiones
eternas del hombre....Desde el punto de vista del conocimiento
racional, no existen mas que intereses humanos y, por tanto, conflictos
de intereses. (Kelsen)(24).
26.2.4.1.- Valor legal y Valor de jus cia.- Kelsen dis ngue entre
dos clases de valores: valores legales o jurídicos, que se limitan a
decir si una conducta es legal o ilegal; es decir, si está conforme o
no a lo es pulado por un determinado Derecho Posi vo. Pueden
ser probados por hechos y enen cabida en la Ciencia del Derecho.
En cambio, los valores de jus cia, afirman que algo es justo o injusto,
son juicios de valor moral o polí co y presuponen una norma que
pretende ser obje vamente válida; pero, la existencia y el contenido
de dicha norma, no puede ser comprobada con hechos, ya que se
determina sólo por el deseo del sujeto que formula el juicio; “por
eso, su valor es subje vo, y toda la filoso a fundada sobre lo que
Kelsen llama, deseo, no puede ser mas que subje va”(28).
logró salir del “callejón axiológico” que demuestra que los valores son creación
racional e espiritual humana, y que así, sencillamente, por más lógica-cien fica
que sea una inves gación no podrá alejarse y refutar lo esencialmente humano
y espiritual en el Derecho como los son la Jus cia y demás valores de naturaleza
moral y también jurídica, como el fin primordial del derecho y la necesidad para la
convivencia armónica de los humanos; “Lo Justo”, es pues, un ideal buscado desde
el nacimiento de las primeras y rudimentarias normas jurídicas por más “injustas”,
toscas y crueles que hubieren sido, ya que allí radica también la esencia humana,
y lo que nos diferencia de los demás seres vivos. ( N. de la A.)
19.
20. Perez Luño, Antonio E. (1997) ob. cit. p. 85.
21. Smith, Juan Carlos (1982) ob. cit. p. 252.
22. Ibid.
23. Kelsen, Hans (1986) ob. cit. p. 62.
24. Kelsen, Hans (1993) “¿Qué es la Jus cia?” Ed. Planeta-De Agos ni, Barcelona-
España, p. 59.
25. Ibid.
26. Ibid.
27. Ibid. p. 63.
28. Terán, Juan Manuel (1998) ob. cit. p. 351.
29. Villoro T., Miguel (1996) ob. cit. p. 416.
30. Man lla P., Benigno (1996) ob. cit. p. 106.
31. Alvarez, Mario (1995) ob. cit. p. 91.
32. VilloroT., Miguel (1996) ob. cit. p. 429.
33. VilloroT., Miguel (1996) ob. cit. p. 431.
34. Ibid.
35. Ibid. p. 428.
36. Man lla P., Benigno (1996) ob. cit. p. 106.
37. Perez Luño, Antonio E. (1997) ob. cit. p. 86.
Los Fines organizados son los que existen en masa compacta, -según
el autor-, y para demostrar su inmensa variedad, basta dar algunos
ejemplos como, las asociaciones, las sociedades, los contratos, etc. La
expresión más completa de los fines organizados está en el Estado que
se caracteriza por el amplio uso que hace del Derecho. (14) El Estado es
la ins tución que ene el monopolio del derecho a obligar. Derecho y
Estado son inseparables: “ El Derecho es la suma total de principios con
arreglo a los cuales funciona el Estado como disciplina de coacción”…
“Una norma legal sin coacción es un fuego que no llamea, una luz que
no brilla”( Ihering) (15)
Las causas que impulsan las acciones humanas son los intereses
propios, que crean la convivencia y la sociedad.
El Derecho nace y se establece por la lucha de intereses.
Las leyes están determinadas por los intereses nacionales,
ideales, religiosos, é cos y materiales, que pugnan dentro de la
comunidad social.
El legislador, es la persona designada por la colec vidad para
salvaguardar los intereses de todos, en base a criterios generales
de valoración y a la luz del bien común. (20).
La función del juez consiste en resolver conflictos de intereses,
respetando y siguiendo la valoración llevada a cabo por el
legislador, que siempre deberá prevalecer sobre la valoración
individual del juez: “en la ley siempre hay que buscar la voluntad
del legislador”(21).
27.5.2.- Comentarios.-
Entre sus aspectos nega vos, que son muchos, a pesar del idealismo
de la mayoría de sus seguidores, hay que señalar el peligro de disolver
la necesaria obje vidad imparcial del Derecho, en una subje vidad
que pueda conducir al juez a la imposición de sus propias convicciones
personales, polí cas, o sociales, en el momento de decidir cuáles sean
los sen mientos de Jus cia predominantes en la comunidad social;
y “como una lógica derivación del riesgo anterior, ha de subrayarse
también, el riesgo de inseguridad jurídica, que podría representar
para los ciudadanos, al conver rse las sentencias judiciales en
manifestaciones de arbitrariedad en algunos casos”(26).
Jurista francés (1856-1930); entre sus obras más conocidas están: “La
Teoría de la Ins tución y de la Fundación”, “Principios de Derecho Público”
y otras.
determinada.
Es además, una ac vidad que se dinamiza por la acción de los
individuos que la conforman, porque conlleva una idea de obra
y de acción. (29).
27.7.2.- Tipos de Ins tuciones.- Para el autor existen dos pos:
InsƟtuciones CorporaƟvas.- Las que se personifican e
integran la categoría de ins tuciones-personas o cuerpos
(corporaciones) cons tuidos en Estados, sindicatos,
asociaciones, etc. Tienen un poder organizado y una común
unión entre los miembros que se manifiestan dentro del marco
de una idea de obra, de donde deviene el sujeto como persona
moral (colec va) que se desarrolla en el cuerpo cons tuido.
Holmes, en su obra “The Common Law” escribe: “La vida del Derecho
no ha sido la lógica, sino la experiencia; las necesidades sen das de
la época, las teorías polí cas y morales predominantes, las intuiciones
acerca del interés público -confesadas o inconscientes-, incluso, los
prejuicios que los jueces comparten con los ciudadanos...” “El Derecho
encarna la historia del desarrollo de una nación, a lo largo de muchos
siglos, y no puede tratársele como si contuviera únicamente los axiomas
y corolarios de un libro de matemá cas. Para saber lo que es el
Derecho, es preciso saber lo que fue y lo que ende a devenir...” “…Sólo
un juez jurista, que conozca los aspectos más remotos y generales (del
Derecho), estará en situación de llenar adecuadamente, las funciones
sociales que le competen”(32).
hasta las que cabe declarar como anormales o patológicas. Esta anormalidad que
puede surgir en cualquier forma social, resulta del debilitamiento de las relaciones
funcionales. Ferrater M. José. y otros ( 1994) “ Diccionario de Filoso a” Tomo I. Ed.
Ariel, Barcelona, pp. 955 ss.
5. Perez Luño, Antonio , cita a Gumplowiecz (1997) ob. cit. p. 88.
6. Muñoz, Carlos (1996) ob. cit. p. 210.
7. Radbruch, Gustav (1998) ob. cit. p. 9.
8. Ibid. p. 31.
9. Radbruch, Gustavo (1987) “El Hombre en el Derecho”. Ed. Depalma. Buenos Aires-
Argen na. p. 120.
10. Radbruch G. (1998) “Introducción a la Filoso a del Derecho”. Ed. Fondo de cultura
económica. México. Pp. 31-34 .- Complementaciones: Radbruch dis ngue entre
Jus cia como virtud o cualidad personal a la que llama “jusƟcia subjeƟva”, como
puede ser la jus cia de juez. Y a la jus cia como propiedad la llama “jusƟcia
objeƟva” por que se da entre la relación de actos o personas ; por ejm: el precio
justo. La jusƟcia objeƟva es la forma primaria de la jus cia, y la que realmente nos
interesa ( dice el autor); y la jus cia subje va es la forma secundaria, e interesa a
la moral, pero no al Derecho.
La jusƟcia objeƟva, se dis ngue en: a) La Jus cia a tono con las exigencias del
Derecho Posi vo, a lo que él llama “la juricidad” que es la JusƟcia del Juez; y la
Jus cia como idea del Derecho anterior y superior a la ley; o sea, la JusƟcia en
senƟdo estricto; que es la más importante: la JusƟcia del Legislador .
11. Ibid.
12. Ibid. Pp 36 y ss
13. Muñoz, Carlos , (1996) cita a Ihering. ob. cit. p. 211.
14. Ihering. Rodolfo. ( 1978) “ El fin en el Derecho”..Ed. Heliasta. Argen na. Pp.26-28
15. Ibid. Pp. 155-159
16. González Diaz L., Francisco (1994) ob. cit. p. 270.
17. Ihering. R ( 1978) ob. Cit. pp 216-217
18. Pacheco, Máximo (1984) ob. cit. p. 382.
19. Recaséns S., Luis (1980) ob. cit. p. 41.
20. Ibid. p. 42.
21. Bodenheimer, Edgar (1986) ob. cit. p. 312.
22. Pacheco, Máximo (1984) ob. cit. p. 387.
23. Perez L., Antonio (1997) ob. cit. p. 90.
24. Radbruch, Gustav (1998) ob. cit. p. 123.
En el caso de las lagunas de la ley, el juzgador estaría obligado a inves gar los
intereses y conflictos existentes en la sociedad de dicho momento, para resolverlos
de acuerdo al derecho natural y al mayor interés y bienestar social, dando mayor
relevancia a lo que la comunidad demande en sen do de orden y cohesión social,
por lo que los intereses del grupo, estarían por encima de los individuales..-
Influencia de la vieja jurisprudencia romana y del derecho natural.
25. Pacheco, Máximo (1984) ob. cit. pp. 384-385.
26. Aguilera B., Bruno (1996) ob. cit. p. 102.
No obstante que la intención de los seguidores del movimiento del Derecho
Libre es la de buscar un derecho más justo y más humano, mas sabio y apegado
a la realidad como dice Kantorowiecz, es pues hasta utópico que una persona
Hay que destacar que Cossio puntualizó que las ideas de igualdad y
proporcionalidad son contenido básico de la Jus cia; y que todo objeto
cultural, como lo es el Derecho, es siempre suscep ble de valoración
Para ilustrar, diremos que según Cossio, las leyes no enden a la Jus cia
ya que ellas mismas encarnan o se proponen encarnar esa Jus cia.
El Prof. José F. Lorca (3), escribe que, la misión de los inves gadores
del Derecho Natural en la actualidad deberá abocarse a los temas
siguientes:
El Iusnaturalismo filosófico.
El Iusnaturalismo católico.
El Iusnaturalismo protestante, y
material y social.
son:
a. Principio de Respeto:
Una voluntad no debe quedar nunca a merced de lo
que otro arbitrariamente disponga.
Toda exigencia jurídica deberá ser de tal modo, que
en el obligado se siga viendo al prójimo.
b. Principio de Solidaridad:
Un individuo jurídicamente vinculado, no debe nunca
ser excluido de la Comunidad por la arbitrariedad de
otro.
Todo poder de disposición otorgado por el Derecho,
solo podrá excluir a los demás de tal modo, que en el
excluido, se siga viendo al prójimo (16).
Para Del Vecchio, los componentes del Derecho son, por una parte,
inmutables, pero por la otra, variables e históricos; sin embargo,
la influencia de Kant queda manifiesta cuando escribe:“Debemos,
pues, admiƟr que el senƟmiento jurídico, inherente a nuestra
naturaleza, es una fuerza viva, originaria y autónoma, y la fuente
primera del desarrollo del Derecho”(18), que va incorporando las
exigencias de la naturaleza humana de carácter universal, en los
diversos ordenamientos posi vos. Para Del Vecchio, el Derecho
Otro mérito del Prof. Del Vecchio, fue el de haber sido el primero en
indagar sobre “el derecho a la soledad” que actualmente es muy
discu do y discu ble bajo el concepto de“ derecho a la inƟmidad o
privacidad”. Aparentemente, pareciera contradecir la caracterís ca
sociabilidad natural que dis ngue al ser humano. Sin embargo el
autor parte de un “derecho primario a la soledad”, afirmando que
la propia vida ene su individualidad que puede considerarse extra-
social y extra-jurídica, que sustenta el valor primario y absoluto
de la persona humana., porque la persona no se agota en una
sociabilidad fenoménica u litaria ( para el mundo); añadiendo que
la más profunda socialidad es “la del espíritu”, porque solo en ella la
persona humana se reconoce como igual en valores y en derechos.
(20)
1. Lorca N., José (1998) “Temas de Teoría y Filoso a del Derecho”. Ed. Pirámide,
Madrid-España. p. 319.
2. Ibid.
3. Ibid. pp. 321-323.
4. Naranjo V., Abel (1992) ob. cit. p. 290.
5. Serrano V. Emilio (1977) ob. cit. p. 51.
6. Otros temas relacionados fueron: la igualdad racial, la jus ficabilidad de las
guerras, la desobediencia civil, el desarrollo de la energía nuclear con fines
bélicos y de poderío mundial , el nacimiento de los derechos que protegen a los
animales contra el abuso en la inves gación y de aniquilación con fines lucra vos,
provocando su ex nción; el atropello económico debido a la globalización y
mercan lización del mundo, donde los países pobres resultan ser víc mas de este
sistema aberrante y alienante de la condición de dignidad humana. El “boom” de
la comunicación masiva merced a la tecnología, ya que los medios enen alcance
e influencia mundial que como dijo un intelectual (A. Finkielkraut) sirven para
“llenar los ojos y vaciar la cabeza”, convir endo la información en un “show” con
fines comerciales y lucra vos antes que ser medios de información de la verdad
y de difusión de valores humanos y culturales. En la pos modernidad, el ser
humano se siente cada vez más lejos de poder incidir con sus acciones en el curso
de la historia, con la convicción de que poco o nada puede hacer para cambiar
“el mundo” con su intervención, ya que la polí ca mundial y local y los intereses
económicos de los “grandes” mandan, a través de esa “cultura de los medios” que
se han conver do en otro poder mundial ante el cual las personas se sienten y se
encuentran inermes y aisladas. N. de la A
7. Varsi, Enrique ( 2001) “ Derecho Genè co”. Ed. Jur. Grijley. Lima Perú. Pp. 51 y ss
8. Beuchamp. T.L “ La razón de la Bioé ca” (1998) Milano, pp. 51 y ss.- Citado y
traducido por el Dr. Gonzalo Miranda. Publicación virtual tulada “ Problemas
del desarrollo de la BioéƟca” . Otra referencia: publicaciones virtuales como la
tulada “ Fundamentos filosóficos de la BioéƟca Contemporánea”.- Dra. M.Liliana
Lukak. (2007). Es un dossier de varias conferencias académicas de médicos y
filósofos efectuadas en Argen na por la Academia Nacional de Ciencias Morales y
Polí cas. ( ver pág. Web: www.ancmyp.org.ar )
La afirmación : “ El absurdo del rechazo de la razón: jusƟficación racional de la
sinrazón” citada por el Dr. Miranda, describe crí camente a la Bioé ca como
una éƟca casuísƟca, emoƟva e intuiƟva, más que racional y reflexiva, donde no
prevalece el principio kan ano de que la dignidad de la persona humana radica
en la de ser un fin en si misma. Estas situaciones actuales de nte é co y moral,
que prevalecen en las ciencias médicas y han dado origen a los temas de Bioé ca
con sus contradicciones y conflictos morales y humanos, en gran parte se deben
a la mercan lización de la medicina y otras ciencias afines, donde el médico y el
cien fico se encuentran presionados por fuerzas ajenas a su profesión como son:
intereses económicos de grandes empresas , intereses polí cos, hospitalarios, y
hasta necesidades económicas de los propios profesionales de la medicina.- Por
otra parte, la Pág. Web de la “Comisión Nacional para la Protección de los Sujetos
Humanos” en el campo de la inves gación médica ha desarrollado un esquema de
principios é cos básicos relacionados que se resumen en : 1) Respeto a las personas
con sus derechos. 2) Beneficencia, que siempre debe equipararse o colocarse por
encima del perjuicio; considerando además el costo- riesgo-beneficio y 3) Jus cia,
aplicada a la selección de los sujetos para la experimentación cien fica.
9. El filósofo belga Paul Schotsmans, representante de la corriente personalista de
la Bioé ca , en un ar culo publicado como “ Acta Bioé ca XI , Nº 1 , 2005”,
y consciente de los desacuerdos en lo que se en ende por “dignidad humana”
tratando el tema del modo kan ano: “ el ser humano es un fin en si mismo”,
en lo que respecta a las cues ones bioé cas más graves, en las que la persona
ya no Ɵene autonomía como es el caso del embrión, de los discapacitados, de
los enfermos en estado vegeta vos, de los enfermos mentales y otros, resume
el contenido sustancial de los problemas de esta disciplina, vale decir, de “la
dignidad humana” en los siguientes puntos : 1) Reconocimiento del otro (
paciente o embrión ) en una relación inter-subje va. 2) Reconocimiento del valor
intrínseco y la responsabilidad moral en relación a cada ser humano, aunque esté
en cualquier condición o circunstancia, 3) Reconocimiento de que la persona no
ene precio ni puede ser objeto de comercio. 4) Reconocimiento de la dignidad
basada en relaciones de pudor y vergüenza respecto de sí y los otros. 5) Que la
dignidad humana define ciertas situaciones y emociones tabú como limites del
comportamiento civilizado. 6) La dignidad humana surge y se va desarrollando
conforme al proceso y progreso de la civilización. 7) Reconociendo también que
la dignidad del ser humano, incluye la apertura del individuo a dimensiones
meta sicas de la vida referidas a situaciones límites de la existencia : nacer,
sufrir, morir. Los anteriores 7 argumentos que interpretan y reconocen lo que
es la dignidad del ser humano están presentes de alguna forma en la Declaración
de Derechos Humanos del 1948 y en la Convención de Derechos Humanos y
Biomedicina del Consejo de Europa del año 1966, entre otros.
10. Villoro T., Miguel (1996) ob. cit. p. 401. Cita a Stammler
11. Ibid. p. 402.
12. Ibid.
13. Fernandez G., Antonio (1998) “Lecciones de Teoría del Derecho y Derecho Natural”
Ed. Universidad, Madrid-España, p. 395.
14. Villoro T., Miguel (1996) ob. cit. p.402. Cita a Stammler
15. Ibid. pp. 402-404.
16. Terán, Juan Manuel (1998) ob. cit. p. 332. cita a Stammler.- Los contenidos cien ficos
enden a la obje vidad frente a la subje vidad rela va de los contenidos a
priori e ideales del conocimiento racional e ideal. Por lo que a Stammler se debe
en gran parte la restauración de la Filoso a del Derecho frente al posi vismo
predominante en el siglo XX; ya que el autor demuestra que el Derecho se funda
necesariamente en contenidos a priori e idealistas y universales que concuerdan
con los postulados del viejo Derecho Natural . El Derecho Posi vo, es aposteriori
o fácƟco, pero el concepto de Derecho, ene contenidos a priori, pese a que sus
principios solo pueden proyectarse en la experiencia, no por ello dejan de ser
racionales y universales ( a priori).
17. Enciclopedia Omeba (1997) ob.cit. Tomo XX p. 251.
18. Del Vecchio, Giorgio (1974) ob. cit. pp. 491-492.
19. Ibid.
20. Es importante resaltar que el Prof. Del Vecchio reconoció como fundamento del
30.1.- Introducción.
30.1.1.- Criterios teóricos-prác cos asumidos por la mayoría
de los juristas angloamericanos.
30.2.- Tendencias principales del desarrollo de la Teoría sobre la
Jus cia en el pensamiento de habla inglesa.
30.3.- El Iusnaturalismo de Ronald Dworkin.
30.3.1.- El Derecho.
30.3.2.- Los Derechos Individuales o Fundamentales.
30.3.3.- Teoría de la Jus cia.
30.3.4.- Comentarios.
30.4.- La Jus cia como Decisión Negociada.
30.4.1.- El hombre justo.
30.4.2.- Teoría de la Jus cia.
30.4.3.- Representantes.
30.5.- La Jus cia como Distribución Eficiente.
30.5.1. Los Principios sobre el Bienestar Social de J. Elster.
30.5.2.- La teoría de R. Posner.
30.6.- La Jus cia como Respeto al Mérito.
30.6.1.- La Teoría del mérito de W. Sadurski.
30.6.1.1.- La Sociedad Justa.
30.7.- Comentarios finales.
30.1.- Introducción.-
una exigencia social, que debe armonizar las dis ntas tendencias
de los individuos en la sociedad, para poder atribuir a cada uno
aquello que le corresponde, o lo que es suyo.
30.2.- Tendencias principales del desarrollo de la Teoría sobre la Jus cia
en el pensamiento de habla inglesa.-
En su obra “Jus cia Local”, plantea varias hipótesis que llevan implícitas
la idea de Jus cia denominándolas “Concepciones que el SenƟdo
Común Ɵene de la JusƟcia” . Según Elster, el sen do común lleva
Jurista que trata de rescatar la idea de “mérito” como una idea inteligible,
realista, prác ca y opera va, para poder construir un Derecho justo y
una sociedad justa.
El gran aporte de todos ellos que ene en común ser juristas más que
filósofos, es concretamente referido al problema de distribución de
recursos y cargas, y sus discusiones y soluciones no son necesariamente
ideas abstractas y generales; son, por lo tanto, más prácƟcas, concretas
y realistas, donde los bienes materiales entendidos en el sen do de todo
aquello necesario para alcanzar una vida digna “adquieren la condición
de instrumentos y de medios necesarios para la verdadera perfección
del ser humano”, sin los cuáles, es imposible la realización de sus
condiciones espirituales más elevadas. Además, casi todos ellos resaltan
que la alteridad de la actuación humana dentro de una sociedad, es
el substrato sobre el que se levanta o sobre el que recae todo orden
jurídico. (20)
1. Rus R., Salvador (1997) “Ar culos sobre la Jus cia” Facultad de Derecho de la
Universidad de León. León-España. Publicación virtual.
2. Van Parijs, P ( 1993) “ Qué es una Sociedad Justa? Introducción a la Prác ca de la
Filoso a Polí ca”. Ed. Ariel. Barcelona. Pp. 200-202
3. Rus R., Salvador (1997) ob. cit P. virtual
4. José F. Lorca N. (1998) ob. cit. pp. 324-325. ( cita a Dworkin)
5. A alión E., Vilanova J. (1992) ob. cit. pp. 378-379.
6. Ibid. p. 380.
7. Dworkin, Ronald. (1980) “ Los Derechos en serio” ( traducción virtual) El uso del
vocablo “ right”, para designar los derechos fundamentales, no ene que ver con
el vocablo “law” ( derecho/ley), sin embargo es acentuado en el sen do de que
expresa los intereses de cada ciudadano cuya sa sfacción permi rá mantener los
ideales y valores que son conflic vos en la sociedad.
8. José F. Lorca N. (1998) ob. cit. p. 327. ( cita a Dworkin).
9. Ibid. p. 325.
10. Ibid.
11. Rus R., Salvador (1997) ob. cit.
12. Van Parjis, P (1993) ob.cit. pp. 210-211 ( cita a Ackerman)
13. Ackerman, B. (2005) “ La Jus cia Social en el Estado Liberal” Publicación Virtual.
14. Elster, J. ( 1994) “ Jus cia Local” Ed. Gedisa. España ( ver para una mejor
descripción)
15. Alvarez I. Mario (1996) ob. cit. p. 360.
16. Rus R., Salvador (1998) ob. cit.
17. Ibid.
18. W. Sadurski. (1985) Citado por Rus.R, Salvador. Ob cit.
19. Rus. R, Salvador. ( 1998) Ob. cit.
20. Massini, Carlos L. (1980) “Polí ca, Derecho y Equidad” Ed. Jurídica de Chile,
San ago p. 20.
21. Ibid. p. 39.
22. Rodríguez A., Lino (1986) “Abogacia y Derecho” Ed. Reus, Madrid-España, p. 79.
CONCLUSIONES
I.- Algunas consideraciones previas.-
Es así que nada queda asegurado y que las ins tuciones jurídico-sociales
por más bienintencionadas que fueren como también, las ins tuciones
polí cas con su ideal de jus cia y bienestar para todos, a nivel mundial y
dentro de los propios Estados, avizoran un horizonte de impotencia frente
al maremagno de ideas, nuevos derechos, tolerancia que poco a poco va
excediéndose de los límites racionales y morales, y -por el otro lado,- el
abuso de autoridad, la información manipulada, los discursos polí cos
clase de tendencias.
las principales:
Que existe una conexión directa entre la norma jurídica y el fin social
que persigue, por lo que dichas normas son siempre de cumplimiento
obligatorio.
La Jus cia ha sido vivida mucho antes de haber sido razonada, formulada
y definida, porque es un aspecto de nuestra condición ontológica: la
dimensión moral de los seres humanos. Sin embargo, el modo el cómo
se ha entendido y concretado el concepto de Jus cia es pues diferente,
debido a la concurrencia de muchos factores como son las diferencias
personales, religiosas, culturales y circunstanciales de los pueblos.
Podemos notar que se dan dos sen dos primordiales de la Jus cia.
Primeramente, se la conoce como una virtud, tal como la define el romano
Ulpiano: “La constante y perpetua voluntad de dar a cada uno los suyo”,
en este sen do la jus cia hace referencia inmediata al agente humano,
además de ser un hábito bueno ( virtud), que inclina la voluntad de dar a
cada cual lo que le corresponde, según el criterio de igualdad esencial de
todos los seres humanos.
Aunque el Derecho lleva consigo una serie de exigencias posi vas que
nada enen que ver con el amor y la caridad, no puede, sin embargo, eludir
la carga axiológica o de valores jurídico sociales que ontológicamente le
sirve como soporte.
( Georges Renard)
“ El Derecho, La JusƟcia y la Libertad”
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Villoro T., Miguel, “Introducción ai estudio del Derecho”, Ed. Porrúa S.A., México,
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INDICE
Dedicatorias I
Prólogo VII
UNIDAD 1.-
FILOSOFIA Y FILOSOFIA DEL DERECHO 1
UNIDAD 2.-
DESARROLLO FILOSOFICO DEL DERECHO EN GRECIA Y ROMA 65
UNIDAD 3.-
LA FILOSOFIA DEL DERECHO EN LA EDAD MEDIA 117
UNIDAD 4.-
LA FILOSOFIA DEL DERECHO EN LA ÉPOCA MODERNA 143
UNIDAD 5.-
LA FILOSOFIA DEL DERECHO DE LA ILUSTRACION 193
UNIDAD 6.-
DOCTRINAS FILOSOFICO JURIDICAS DEL SIGLO XIX 241
UNIDAD 7.-
LA ESCUELA POSITIVA Y SU INFLUENCIA EN EL DERECHO 271
UNIDAD 8.-
FILOSOFIA Y DERECHO EN EL SIGLO XX 325
UNIDAD 9.-
LA FILOSOFIA DEL DERECHO EN EL SIGLO XX 375
UNIDAD 10.-
CONCLUSIONES 475
CONCLUSIONES 477
I.- Algunas consideraciones previas.- 477
II.- Principales conclusiones finales.- 480
BIBLIOGRAFIA 497