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Universidad del valle

Facultad de artes integradas


Departamento de arte y estética
Licenciatura en artes visuales
Historia V
Laura Andrea Gallo Morales 1343255

DEPRESIÓN Y SIGMUND FREUD

Al querer relacionar un trastorno mental como la depresión con estudios Sigmund Freud, se
va directo al psicoanálisis, una teoría psicológica desarrollada por este mismo. El arte en
todas sus manifestaciones implica una función que va más allá de una cuestión únicamente
estética, pero no cabe duda de que el psicoanálisis tuvo una fuerte influencia en el. El
psicoanálisis desde sus inicios ha mostrado un especial interés por el arte y se ha dicho de
este que no sólo conmovió y enriqueció la ciencia médica, sino también el mundo mental del
artista.

Las teorías de Freud, se suelen utilizar como soporte para abordar obras de arte, literatura y
cine. Las distintas interpretaciones freudianas se basan en la visión de Freud del arte como
un método efectivo para la sublimación de los deseos reprimidos.

Freud desarrolló un trabajo llamado “duelo y melancolía” en el que sugirió que así como el
duelo resulta de la pérdida por muerte, la melancolía surge por la pérdida de otro tipo, pero
como no todos los deprimidos habían sufrido una pérdida real, se explica que existen las
“pérdidas de objeto” que podrían relacionarse con el apego hacia las personas, actividades y
objetos. Para Freud, la causa de muchas depresiones es psicológica. Considera el estado de
ánimo depresivo como una forma de adaptación, que funciona como mecanismo de defensa.
La solución era entonces, explorar la mente del inconsciente.

En muchas formas en las que se abordó dicha exploración, una de ellas fue el análisis de la
obra creativa para la que usó las creaciones de grandes artistas con la intención de encontrar
en ellas una compresión de su vida anímica valiéndose del psicoanálisis. Con ellas podía
estudiar detalles de sus infancias, su sexualidad y de sus inconscientes, todo ello, estudiando
trazos, posturas, colores, etc.
Freud aplicó la exploración del inconsciente desde el arte en las pinturas clásicas y
renacentistas. Su intención era interpretar el propósito de toda figura plasmada. Este estudio
abrió las puertas a nuevas expresiones artísticas como el surrealismo y el expresionismo, que
se basaban en estudios de Freud en las que aseguraba que en la expresión artística se
encontraba reflejada el inconsciente del creador. Pero para Freud, el “estar consciente del
inconsciente” para expulsar sus represiones en una obra, suprimía esa misma intención. Para
él, la creación debe ser completamente ajena a la intención de reflejar asuntos internos, pues
estos serían igualmente plasmados y se verían evidentes en otros detalles.

Freud no se plantea el arte como un proceso morboso sino como el indicio de un


funcionamiento normal del inconsciente.

El arte es una realidad convencionalmente aceptada en la que, gracias a la ilusión artística,


ciertos símbolos y sustitutos pueden provocar emociones reales. Constituyen así una región
intermedia entre una realidad que frustra los deseos y el mundo de la imaginación, que los
satisface (Freud, S. 1905-1915).

Se pensó que las artes visuales mantienen la fuerza de una sensorialidad primitiva sepultada
pero que siempre influye en el arte en la medida que la pulsión en la búsqueda del objeto
perdido realiza el camino creativo hacia lo regresivo y así se van construyendo metáforas
artísticas en las creaciones.

El arte entonces, supone ser un medio terapéutico. Con el uso de la creación se han logrado
realizar tratamientos exitosos con enfermos mentales. Como bien se ha mencionado, tan sólo
la puesta en práctica de la creación supone una mejoría en el paciente. Se le suma además,
todo aquello que el creador puede “expulsar” por medio de la representación artística. Lo que
para él puede suponer un simple ejercicio de relajación, de aprendizaje y de diversión, para
sus médicos y encargados, significan una amplia respuesta de su estado de ánimo, de sus
emociones reprimidas y reflejadas, y de sus capacidades respecto a cómo se ha implicado el
paciente a estas terapias en lo que lleva de evolución en su enfermedad.

Freud es en entonces, una base argumentativa clave para justificar aquello que las artes
visuales pueden representar en el intento de ser usadas como una vía terapéutica para tratar,
sobrellevar y curar trastornos anímicos como la depresión.

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