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Para este trabajo final, voy a romper con las reglas, ya que empezaré por lo que podría

ser una conclusión, y es parafrasear a Albert Camus en su libro “La Peste” ¿podemos pensar
una ciudad sin palomas, sin árboles y sin jardines, donde no puede haber aleteos ni susurros
de hojas, un lugar neutro, en una palabra?” Hoy, no podemos concebir una escuela sin
perspectiva de derechos, sin inclusión y sin calidad; no podemos concebir que expulse, que
evite los problemas y los conflictos. Porque no podemos pensar una escuela sin alumnxs,
sin conflictos, sin problemas porque esa escuela no existe. Es obvio, entonces, que la
escuela no puede seguir funcionando como si los jóvenes fueran un todo homogéneo.
Y como lo expresa Analia Gongora, no tengo una relación directa con los jóvenes, ni
con el nivel, solamente me he acercado a ellos para el trabajo anterior, por tal motivo trate,
de encontrar alguna situación para poder plantear espero que sirva.
La mayoría de los adultos y los docentes entre ellos, desconocen las culturas juveniles.
La escuela se levantó sobre la base de que la generación joven aprendía de la generación
de los adultos y que ella constituía el único espacio legitimado del saber. Y, en buena medida,
sigue funcionando con un accionar que ignora los profundos cambios que se produjeron en
la sociedad.
Es Tenti Fanfani quien explica que el maestro tiene que conocer al alumno real, al
sujeto, su lenguaje, sus gustos, sus preferencias, su estética y opina que debe incorporarse
esta materia, culturas juveniles, en el currículo de formación docente.
Antes de plantear la situación de trabajo es necesario plantear un interrogante; ¿La
comunidad educativa posee pleno conocimiento, de los derechos de los niños/as y
adolescentes?
La situación a plantear sucede en el ámbito de una residencia estudiantil del nivel
secundario donde los alumnxs permanecen de lunes a viernes, luego de concurrir a la
escuela a cursar los espacios curriculares tradicionales y los talleres ingresan a este ámbito
donde desarrollan las actividades cotidianas de deberes, recreativas, de higiene,
alimentación y descanso. Es de tener en cuenta que allí permanecen aquellos alumnos que
se encuentran a distancias alejadas de la escuela (sobre todo del ámbito rural) con lo que se
ve imposibilitado que viajen diariamente para la cursada en el establecimiento; teniendo en
cuenta que la jornada comienza 7.30 hs y finaliza a las 18 hs. (Los padres de los alumnxs
son en su totalidad son trabajadores rurales, en algunos casos con primaria incompleta, otros
con primaria completa, pero nunca cursaron el nivel medio)
Los involucrados en la situación son “Juan” alumno residente de 16 años que cursa el
2° año, “María” alumna de la escuela pero no residente, de 14 años que cursa el mismo año
que “Juan”, quienes son novios; “Ana” alumna residente de 12 años quien cursa el 1° año,
los preceptores de residencia, los padres de “Ana”, el director del establecimiento.
(Primer momento)
 En los días previos a la situación a plantear “Ana” ha tenido momentos
de compartir diferentes actividades con “Juan”, “María” ha comentado en su grupo de
amigas que no le gusta la cercanía entre ambos y que si “Ana” sigue juntándose con
su “novio” ella “la va a agarrar a piñas”, comentario que le llega a los oídos de “Ana”.
Los preceptores han hablado con las alumnas sobre el comportamiento que deben
tener, que deben resolver sus diferencias hablando y que ante cualquier
inconveniente deben expresarlo ante los docentes con los que se encuentran.
(Segundo momento)
 Durante una tarde, luego de la merienda, y en el horario recreativo los
alumnos se encuentran en la plaza, enfrente a la residencia, son visitados por otro
grupo de alumnos de la escuela pero que no son residentes, realizan diferentes
actividades de esparcimiento; “Juan” se encuentra “María” y con varias de sus
amigas; en ese momento llegan los padres de “Ana”, quienes la traen a residencia y
a quienes “Ana” les ha comentado de las amenazas que ha hecho “María”. La madre
de “Ana” baja del vehículo cruza a la plaza y busca a “María” a quien en voz alta le
manifiesta “que de ninguna manera se va a meter con su hija, o si no será ella quien
la va a agarrar a cachetadas”. Vista esta situación, es “Juan” quien físicamente se
pone en medio de la madre de “Ana” y “María” tratando de defender a “María”, que
contestaba a la mamá de “Ana”, quien continuaba alzando la voz. Al observar esta
situación los preceptores de residencia se acercan a mediar y a pedir a la madre que
se calme y para que hable con ellos y no con la alumna. Mientras esto sucede el
padre de “Ana” fue en busca de “Juan” ya que interpretó que el niño amenazó a su
señora. Los preceptores median en la situación, los padres de “Ana”, siguen enojados
y molestos, y deciden de forma inmediata retirar a su hija de la residencia, retirar las
pertenencias de la misma y manifiestan que la cambiaran de escuela. Los preceptores
de residencia informan de lo sucedido al equipo directivo de la institución para que
obre según consideran pertinente.
(Tercer momento)
 En los días posteriores se les informa que los padres de los alumnos
involucrados fueron citados al establecimiento. Que los padres de la alumna “Ana”
no se presentaron, pero que recibieron el pedido de PASE de otra institución
educativa de una localidad lindera. Que los padres de “María” no se presentaron. Que
los padres de “Juan” se presentaron y que fueron notificados de parte de la escuela,
de que su hijo no puede permanecer más en residencia por reiteradas situaciones de
violencia en las que se ha visto involucrado. Visto esta resolución por parte del
director de la escuela, quien fue quien recibió a los padres de “Juan” el alumno no
concurrió más a la escuela y permanece en el ámbito rural con su familia (trabajando
en tareas rurales), sin concurrir a ningún establecimiento educativo. Al momento del
relato de esta situación han pasado 6 meses del último día que “Juan” no fue a la
escuela.
¿La institución mencionada tiene mecanismos anticipatorios o preventivos para que la
presente situación no ocurriera? ¿Cómo se actuó ante el conocimiento del caso? ¿Lo realizó
desde una perspectiva de derechos? ¿Tuvo en cuenta los marcos normativos? ¿Qué
responsabilidad le cabe a cada uno de los actores intervinientes?
Ante la presente situación en líneas generales la institución no actuó conforme a una
perspectiva de derechos, de acuerdo a todo el marco normativo que se cuenta para poder
no llegar a la presente situación, no existen acciones ni preventivas no posteriores al hecho,
esto nos da a las claras que es una Institución que no brinda a los niñxs, ninguna garantía
de derechos. El conflicto desaparece, con la “expulsión” de una de las partes del conflicto,
en este caso son dos Juan y Ana, quienes se ven vulnerados todos sus derechos.
No se visualiza un trabajo en equipo, sin ningún tipo de protocolo, el Director actúa
individualmente, no se trabaja con el E.O.E. no se emplean ningún tipo de estrategias, las
acciones que se intentaron que el conflicto “no llegue a mayores”
Claramente, todavía hoy existe el predominio del paradigma tutelar con prácticas que
se evidencian en lo que sucedió en el relato expuesto, a pesar de las reformas de las nuevas
normativas y de las instituciones, persisten esas prácticas y discursos que niegan a los niñxs
y adolescentes su condición de sujetos de derechos, en este sentido no se ha mostrado un
cambio cultural por parte de la comunidad educativa.
Como afirma Zelmanovich, se trata de reactualizar la diferencia entre niñxs, jóvenes y
adultos, en una época donde éstos últimos se encuentran también vulnerados, para poder
sostener la asimetría, logrando amparo y protección de nuestros jóvenes, y no caer en el
riesgo de potenciar y duplicar el desamparo y vulnerabilidad de quienes los portan. En la
actualidad esta asimetría se ha roto donde padres compiten con sus hijxs adolescente en
cuestiones estéticas corporales, conocimientos, y también se existe una disputa en las redes
sociales en su uso.
Pero, ¿qué hace la escuela ante la situación conflictiva? ¿Qué hacen los padres?
¿Nadie se preocupa por los niñxs y adolescentes hoy?
La actitud que la familia claramente reivindica los discursos “de que yo como padre
dispongo y hago lo que quiero con mi hijo”. ¿Los padres son conscientes de sus obligaciones
como adultos? Pero lo más grave de esta situación es el proceder de los docentes y equipo
directivo. Que no brindan ningún tipo de garantías en el cumplimiento de sus derechos.
Aquí la figura del docente debe ser fundamental y tener en cuenta, que existen muchas
adolescencias y juventudes, ya que cada sujeto está condicionado por su origen y su entorno,
definiendo su personalidad y lugar social. (Kantor, 2008) Para poder resolver de la mejor
manera posible las situaciones conflictivas.
Para el historiador francés Jean-Louis Flandrin, la infancia se convirtió en un objeto
emblemático del siglo XX fijado por los saberes de distintas disciplinas, capturado por
dispositivos institucionales, proyectado hacia el futuro por las políticas de Estado y
transformado en metáfora de utopías sociales y pedagógicas, (Carli, 1999). Pero en la
actualidad la infancia cobra una nueva dimensión que ha desarticulado las prerrogativas, las
construcciones materiales y simbólicas que dieron a un tipo diferente de infancia. Hoy es
necesario hablas de las infancias, en sus tránsitos múltiples y diferentes; atravesados por las
desigualdades. Esto se caracteriza también por el impacto de la diferenciación de las
estructuras y de las lógicas familiares, con el impacto de las políticas neoliberales que afectan
directamente las dinámicas de las relaciones de los sujetos.
Como se puede apreciar la escuela no da una respuesta ante la situación, se toma el
atajo del no compromiso de salvaguardar a los niñxs/adolescentes. Sino que opta por la
expulsión el de sacar al Otrxs. Primando una ausencia deliberada del Estado que es quién
debe garantizar el cumplimiento y dar las garantías necesarias para que los
niñxs/adolescentes podar hacer uso del derecho a la educación.
En esta escuela es necesario reactualizar la asimetría, ya que esos niñxs en residencia
dependen totalmente de los adultos, y necesitan de adultos que les garanticen sus derechos,
que protejan y den amparo, ya que su situación de residentes ya les implica un desamparo
y los pone en una situación de vulnerabilidad, que es crucial para su desarrollo psíquico. Es
ni más ni menos que pensar esta condición particular de vulnerabilidad en la infancia es
reconocer que estos alumnxs están en plena constitución de su desarrollo afectivo y
cognitivo, (Zelmanovich, 2003)
El trabajo educativo hoy aparece ligado al ejercicio de la justicia social, en el de procurar
a los niñxs, un marco de igualdad jurídica, de garantía para el ejercicio de sus deberes y
derechos, pero también de igualdad de oportunidades (Nuñez, 2007) Esta es una
responsabilidad pública de todxs los docentes, más allá del lugar que ocupen en cualquier
institución educativa.
Por el contrario, en esta institución educativa, se “practica” una pedagogía
normalizadora que se impuso a finales del siglo XIX y que perdura en las más profundas
raíces de la constitución de esta institución. Que se impuso como modelo de enseñanza, la
normalización de la conducta y de lo esperable, todo aquello que entra en esta normativa es
expulsable como se dio en el caso de Juan.
La escuela en este desarrollo del conflicto, está dispuesta como un dispositivo de
disciplinamiento para conseguir una producción de sujetos políticamente dóciles y
económicamente rentables, para tener una sociedad controlada (Foucault, 1961), creo que
esta manera de entender la educación, de mantener un sistema pensado en mantener el
poder y la autoridad ejemplificadora, es tomar o pensar a los alumnxs como cosa. Es ni más
ni menos que cosificar al Otro. Es no pensarlo con derechos, es pensarlo como tabulas rasas,
es reflotar las viejas ideas del positivismo, es traer al presente viejas prácticas de opresión,
de negar las diferencias, de negar los derechos conquistados a lo largo de la última década.
¿Qué se debería haber hecho en este caso en particular?
Primero y previamente al iniciar cualquier ciclo lectivo es necesario en pensar y
repensar la institución educativa desde una perspectiva de derechos, pero para esto requiere
de una responsabilidad y compromiso de todxs los docentes de la institución, si no, no es
posible dicho cambio.
El reglamento general de Instituciones Educativas de la Provincia de Buenos Aires
prescribe en el capítulo II la construcción del proyecto institucional. En su Artículo 95 se
enuncia: “El proyecto institucional deberá facilitar la identificación de las problemáticas
institucionales y la elaboración de estrategias para darles respuestas”. El PI se tiene que
realizar dentro de un consenso con toda la comunidad educativa, como bien los define este
reglamento.
¿Pero qué se debería haber hecho en el momento de la situación conflictiva?
La primera acción es contener y atender inmediatamente a los sujetos afectados de
manera directa o indirectamente, realizando el acompañamiento necesario a sus familiares
y a todos los involucrados. Como se relata el caso acciones que no se llevaron adelante
claramente con un desinterés, de garantizar los derechos de los involucrados.
Belauzarán, L. (2015). Niñez y derechs humanos. Herramientas para un abordaje integral.

Camus, A. (s.f.). La peste.

Carli, S. (1999). La infancia como construcción social. En la familia la escuela, infancia, socialización y
subjetividad. Buenos Aires: Santillana.

DGCyE. (2012). Guía de Orientación para la Intervención. LA PLATA.

Foucault, M. (1961). Vigilar y Castigar.

Kantor, D. (2008). VAriaciones para educar adolescentes y jovenes. Buenos Aires: Del estante.

Nuñez, V. (Junio de 2007). "¿Qué se sujeta (o se entiende por sujeto) en educación? Acerca de la
gobernabilidad". (F. Argentina, Ed.) Propuesta Educativa, 1(27), 37 - 49.

UT N° 3 Juventud, familia, educación y nuevas tecnologías

Zelmanovich, P. (2003). Contra el desamparo. En I. Dussel, Enseñar hoy. Una introducción a la

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