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FUNCIONES EJECUTIVAS

DEFINICION
El termino de funciones ejecutivas se aplica a todo un constructo de conceptos que
abarcan una serie de procesos que regulan habilidades mentales con las cuales los seres
humanos logran una conducta propositiva, creativa, dirigida a metas concretas que son
capaces de planificar, ejecutar y monitorear. Gracia a ellas se logra canalizar los
estímulos externos y coordinar comportamientos adecuados a los estándares
socialmente aceptados. (Lozano Gutiérrez & Ostrosky, 2011, Ramos Galarza & Pérez
Salas, 2015, Fernández-Olaria & Flórez, 2016)

Las funciones ejecutivas representan un elemento fundamental en la vida cotidiana


del ser humano ya que ellas son las que permiten adaptarse adecuadamente al entorno y
conseguir los objetivos propuestos, por lo que influyen en el desenvolvimiento en los
contextos escolares, familiares y sociales. Hace referencia a una serie de mecanismos
implicados en el uso adecuado de los procesos cognitivos para orientarlos hacia la
resolución de situaciones complejas o novedosas. (Ramos Galarza & Pérez Salas, 2015)
En este sentido, el constructo de funciones ejecutivas no se puede considerar bien definido,
pero se refiere a los procesos cognitivos implicados en el control consciente de las
conductas y los pensamientos. Algunos componentes integrados en estos procesos son la
memoria de trabajo como capacidad para mantener la información en línea, la orientación
y adecuación de los recursos atencionales, la inhibición de respuestas inapropiadas en
determinadas circunstancias y la monitorización de la conducta en referencia a estados
motivacionales y emocionales del organismo. De manera más concreta, estas funciones
pueden agruparse en torno a una serie de componentes, como son las capacidades
implicadas en la formulación de metas, las facultades empleadas en la planificación de los
procesos y las estrategias para lograr los objetivos, y las aptitudes para llevar a cabo esas
actividades de una forma eficaz. (Tirapu Ustárroz & Luna Lario, 2008)

El primer autor que habló de funciones ejecutivas sin llamarlas como tal fue A.R
Luria (1974) en su teoría de bloques funcionales, asociándolas con una serie de
trastornos en la iniciativa, en la motivación, en la formulación de metas y planes de
acción y en la automonitorización de la conducta asociada a lesiones frontales. (citado
por Echavarría, 2017)

Mucho tiempo después Muriel Lezak (1982) es a quien se le atribuye el concepto


de función ejecutiva del cerebro: Planificación, programación, regulación, y verificación
de la conducta intencional. Es quien definió que las funciones ejecutivas comprenden
las capacidades mentales necesarias para formular metas, planificar la manera de
lograrla y llevar adelante ese plan de manera apropiada. Lo que se podría interpretar
como las capacidades mentales para actuar de forma adecuada y socialmente aceptada
para conseguir los propósitos a futuro. (Citado por Echavarría, 2017)

Sholberg (1989 citado por Echavarría, 2017) que las funciones ejecutivas
comprenden una serie de procesos cognitivos de anticipación, elección de objetivos,
planificación, selección de la conducta, autorregulación, autocontrol y
retroalimentación. Goldberg (2002 citado por Ramos Galarza & Pérez Salas, 2015)
establece una analogía entre del término ejecutivo y el líder que guía. Zelazo y Muller
(2002, citados por Lozano Gutiérrez & Ostrosky, 2011) plantea que no solo de ellas
hacen parte procesos cognitivos sino también respuestas emocionales, llamando frías a
las primeras y calientes a las segundas.

Más adelante Lezak, Howieson y Loring (2004, citados por Martínez, Aguilar Mejía,
Martínez Villa & Mariño García, 2013) sintetizan las funciones ejecutivas como ‘las
capacidades del sujeto para ser propositivo, independiente y autorregulado, es decir, lo
que le permite saber cuándo, cómo y por qué ejecutar una acción. Así mismo, Cicerone,
Levin, Malec, Stuss y Whyte (2006, citados Martínez, Aguilar Mejía, Martínez Villa &
Mariño García, 2013) afirman que el concepto de funciones ejecutivas es “ambiguo” y
plantean un esquema a partir de cuatro dominios que facilitan la organización de los
programas existentes para la intervención en estas capacidades. El primer dominio es
acerca de “funciones ejecutivas cognitivas” que incluye el control, la dirección de la
conducta y la memoria de trabajo. Un segundo dominio implica “funciones de
autorregulación conductual”. El tercero se centra en “funciones de regulación de la
activación”, relacionadas con la iniciativa y la motivación. El último dominio incluye
“procesos metacognitivos” que se basan en la autoevaluación de las propias habilidades
y de la conducta en relación con un objetivo.
En resumen, la mayoría de los autores (Kolb y Wishaw, 1990; León - Carrión y Barroso,
1997; Lezak, 1995) coinciden en incluir en el sistema ejecutivo aquellas capacidades
cognitivas empleadas en situaciones en las que el sujeto debe realizar una acción finalista,
no rutinaria o poco aprendida, que exige inhibir respuestas habituales, que requiere
planificación y toma de decisiones y que precisa del ejercicio de la atención consciente.
Son consideradas como un conjunto de habilidades cognitivas que operan para dar lugar a
la consecución de un fin establecido con anticipación (Baddeley y DelIa, 1998; Lezak,
1995). Estas funciones son primordiales en todos los comportamientos necesarios para
mantener la autonomía personal, así mismo, fundamentan la personalidad y el
mantenimiento del comportamiento: la conciencia, la empatía y la sensibilidad social.
(Herreras, 2005)

Si bien no existe un acuerdo sobre el concepto de funciones ejecutivas, las


mayorías de los autores consultados las definen como un conjunto de capacidades que
van más allá de solo procesos cognitivos, éstas también contienen respuestas afectivas
que les sirven a las personas para direccionar actividades hacia la resolución de
problemas, en situaciones no rutinarias y complejas, que facilitan la adaptación a nuevas
situaciones.

A continuación, se muestran los procesos cognitivos considerados entre las


funciones ejecutivas planteado por González Osornio M. (2015)
-Abstracción: Capacidad de analizar la información implícita presentada

-Atención Sostenida: habilidad para mantener enfocada la atención en determina


situación or un tiempo considerable
-Autorregulación: Capacidad para controlar y dirigir apropiadamente las propias
emociones

-Control metacognitivo: regulación o ajuste de los procesos cognitivos producto de


su propio monitoreo

-Flexibilidad mental: capacidad para cambiar un patrón de respuesta y tareas y


adaptarse a nuevas circunstancias, a partir de la obtención de un resultado ineficiente,
exige la inhibición de cierto patrón de respuestas para poder cambiar de estrategias.

-Fluidez: Capacidad para generar determinar cierto tipo de información que la


situación exige en un momento particular.
-Inhibición: capacidad para suprimir una respuesta dominante y ejecutar una alterna

-Memoria de trabajo: capacidad para mantener y manipular cierta información por


un tiempo relativamente corto, mientras se realiza una acción o proceso cognitivo
basados en esta información

-Mentalización: Capacidad de anticipar los sentimientos o pensamientos de otras


personas en determinadas circunstancias

-Planeación: capacitar para integrar, secuenciar y desarrollar pasos intermedios


para lograr una meta

-Procesamiento de riesgo beneficio: Habilidad para detener y anticipar elecciones


con base a la determinación del riesgo o beneficio

Así mismo otro autor como Gioia Et. Al (2000 citados por Fernández-Olaria &
Flórez, 2016) plantea que las habilidades que encierran las funciones ejecutivas son:

-Inhibición. Es la capacidad para interrumpir nuestra propia conducta en el


momento oportuno, lo que incluye tanto acciones como pensamientos o actividad
mental. Lo opuesto de la inhibición es la impulsividad. Si tenemos debilidad para
interrumpir la acción dirigida por nuestros impulsos, somos entonces “impulsivos”.

- Cambio. Es la capacidad para pasar libremente de una situación a otra, y para


pensar con flexibilidad con el fin de responder adecuadamente a una situación.

- Control emocional. Es la capacidad para modular respuestas emocionales, de


modo que utilicemos pensamientos racionales para controlar los sentimientos.

- Iniciación. Es la capacidad para comenzar una tarea o actividad y para generar de


manera independiente ideas, respuestas o estrategias capaces de solucionar los
problemas.

- Memoria operativa. Es la capacidad para retener la información en nuestra mente


con el propósito de cumplir una tarea. Es la forma de memoria responsable de
almacenar temporalmente y procesar la información en tanto se llevan a cabo las tareas
cognitivas relacionadas con esa información.
-Planificación. Es la capacidad de manejar las exigencias de una tarea orientadas
tanto al presente como al futuro.

-Organización de materiales. Es la capacidad para poner orden en el trabajo, en el


juego y tiempo libre y en los espacios dedicados al almacenamiento.

-Seguimiento de uno mismo. Es la capacidad para hacer el seguimiento de nuestras


propias realizaciones y de medirlas o evaluarlas en relación con un estándar
previamente fijado sobre lo que se necesita o lo que se espera.
En términos genéricos, pues, las funciones ejecutivas hacen referencia a una constelación
de capacidades cognitivas implicadas en la resolución de situaciones novedosas,
imprevistas o cambiantes y, de forma consensuada, pueden agruparse en una serie de
componentes (Lezak, 1995; Stuss y Levine, 2000): (i) Las capacidades necesarias para
formular metas, diseño de planes (ii) las facultades implicadas en la planificación de los
procesos y las estrategias para lograr los objetivos, (iii) las habilidades implicadas en la
ejecución de los planes (iv) el reconocimiento del logro/no logro y de la necesidad de
alterar la actividad, detenerla y generar nuevos planes de acción, (v) inhibición de
respuestas inadecuadas, (vi) adecuada selección de conductas y su organización en el
espacio y en el tiempo, (vii) flexibilidad cognitiva en la monitorización de estrategias,(viii)
supervisión de las conductas en función de estados motivacionales y afectivos, y (ix) toma
de decisiones. (Herreras, 2005)

MODELOS TEORICOS

Modelos de sistema simple


Dentro de estos modelos podemos encontrar la teoría de la información contextual
y la teoría del acontecimiento complejo estructurado. La primera de estas teorías
postulada por Cohen et al (citado por Tirapu Ustárroz, García Molina, Luna Lario, Roig
Rovira & Pelegrín Valero, 2008a) entiende los procesos cognitivos como un reflejo de
un sistema único que opera bajo diferentes condiciones, es decir que en situaciones en
las que existen múltiples estímulos que compiten entre si, demandando el bloqueo de
una tendencia de respuesta para conseguir el comportamiento apropiado, se activan las
representaciones internas del contexto que logran inhibir la información sin
importancia, para darle lugar a otros estímulos menos habituales. Por otro lado, la teoría
expone que en caso de que exista una demora entre la información importante para
ejecutar una respuesta y su acción, la memoria de trabajo conserva dicha información
durante el tiempo que sea necesario. (Tirapu Ustárroz, García Molina, Luna Lario, Roig
Rovira & Pelegrín Valero, 2008a)

Por otra parte, la teoría del acontecimiento complejo estructurado propuesta por
Grafman, gira en torno al constructo de “acontecimiento complejo estructurado” (SEC)
este se define como “un conjunto de acontecimientos, estructurados en una secuencia
particular de actividad que por lo general se orienta hacia un objetivo” (Tirapu Ustárroz,
García Molina, Luna Lario, Roig Rovira & Pelegrín Valero, 2008a). La teoría propone
que los SEC almacenados contiene la información necesaria para que el sujeto sea capaz
de solucionar problemas específicos o alcanzar objetivos determinados. Por su Grafman
expone que los SEC se caracterizan por contar con independencia representacional,
frecuencia, similitud, especificidad categoría y jerarquización. Cabe resaltar que los
SEC son acontecimientos estructurados con un inicio y un final, de hecho, algunos
cuentan con una estructura realmente organizada y demandan de la ejecución de
acciones específicas para lograr alcanzar el objetivo planteado, la decodificación de este
tipo de SEC permite que el sujeto prediga la secuencia formada por los eventos que
componen dicho SEC. (Tirapu Ustárroz, García Molina, Luna Lario, Roig Rovira &
Pelegrín Valero, 2008a).

Modelos de constructo único


Los modelos de constructo único hacen referencia a aquellos modelos que
proponen un solo constructo cognitivo para explicar, el funcionamiento cognitivo
general, estos se basan en patrones de ejecución de tareas experimentales y la
caracterización de las demandad en dichas tareas. Entre ellos podemos encontrar los
modelos de memoria de trabajo y el factor ‘g’ y el factor ‘i’. (Tirapu Ustárroz, García
Molina, Luna Lario, Roig Rovira & Pelegrín Valero, 2008a).

Entre los modelos de memoria de trabajo, el que ha obtenido mayor aceptación es


el propuesto por Baddeley y Hitch, quienes proponen el concepto de memoria de
trabajo, entendiendo esta como
Un sistema cerebral que proporciona almacenamiento temporal y manipulación de la
información necesaria para tareas cognitivas complejas, como la comprensión del lenguaje,
el aprendizaje y el razonamiento (Gathercole, Alloway, Willis & Adam, 2006; Baddeley,
1986; Just & Carpenter, 1992). Consiste en un mecanismo de almacenamiento activo y en
mecanismos especializados de almacenamiento provisional que sólo entran en juego
cuando es preciso retener un tipo de información específica. (López, 2011)

Este modelo reestructura el concepto que se tenia de memoria, enfocando el


concepto a una visión funcional en la que se entiende la memoria como un sistema
operativo que mantiene o almacena temporalmente la información pertinente para
ejecutar tareas cognitivas. Además, exponen que el sistema de memoria podría
manipular el contenido de esta, tanto como actualizar dicha información, con el fin de
alcanzar las metas de tarea. (López, 2011)
A pesar de que este es el modelo más aceptado y conocido, existen otros modelos
también relevantes como el expuesto por Petrides, quien entiende la memoria de trabajo
como un sistema en el que la información logra mantenerse en línea para de este modo
lograr dar seguimiento y manipular el estímulo, permitiendo de esta manera que se
realice una evaluación y supervisión de opciones autodesarrolladas y una respuesta
posterior ante la presencia de acontecimientos. Goldman-Rakic fue otro de los autores
que trato de definir el funcionamiento ejecutivo desde el termino de memoria de trabajo,
este autor expone que el procesamiento ejecutivo es el resultado de la interacción de
múltiples módulos de procesamiento de información independientes, los cuales cuentan
con sistemas propios de control motor, sensorial y mnésico. Además, este autor
comprende la memoria de trabajo como una red de integración de áreas cada una de las
cuales se especializa en un dominio especifico (Tirapu Ustárroz, García Molina, Luna
Lario, Roig Rovira & Pelegrín Valero, 2008a).

Por otra parte, el factor ‘g’ es un termino propuesto por Spearman en 1904 para
hacer referencia específicamente a la inteligencia general, este se refiere a nuestro nivel
de desempeño en la aplicación de procesos cognitivos orientados hacia la resolución de
situaciones complejas, además este factor ‘g’ indica Spearman, nos permite alcanzar el
éxito en un amplio rango de tareas cognitivas. Por su parte Duncan propone que el
factor ‘g’ surge de un sistema especifico determinante para el control de diferentes
formas de conducta. Más adelante Golberg propone el término “inteligencia ejecutiva”
para hacer referencia al buen hacer como resultado del funcionamiento ejecutivo,
teniendo en cuenta lo establecido por este autor el factor ‘i’ se define como talento
ejecutivo y a diferencia del factor ‘g’ o inteligencia general, este si existe. Golberg
indica que el factor ‘i’ depende en gran medida del reconocimiento de patrones, que nos
permite recurrir a la experiencia previa para enfrentarnos a situaciones o problemas
presentes. (Tirapu Ustárroz, García Molina, Luna Lario, Roig Rovira & Pelegrín Valero,
2008a).

Modelos de procesos múltiples


Dentro de estos modelos podemos encontrar la teoría integradora del córtex
prefrontal y los modelos factoriales y control ejecutivo. La primera de estas teorías fue
planteada por Miller y Cohen, quienes básicamente establecen que las funciones
ejecutivas y el control ejecutivo son las funciones principales del Cortex prefrontal
(CPF), de esta forma esto autores indican que el CPF se encarga de almacenar y
mantener guías de comportamiento que contienen objetivos y medios para alcanzarlos,
además exponen que el CPF monitorizan, guía y regula el flujo de información y
actividad que se encuentra ingresando y saliendo que es necesaria para dar respuesta a
las situaciones del medio. En pocas palabras el CPF trabaja en aquellas situaciones en
las que es necesario dar preferencia a una señal para lograr una respuesta adecuada a la
exigencia del medio. (Tirapu Ustárroz, García Molina, Luna Lario, Roig Rovira &
Pelegrín Valero, 2008a).

Con respecto a los modelos factoriales y control ejecutivo, encontramos que el


mayormente aceptado es el propuesto por Miyake et al, quienes describieron tres
componentes ejecutivos que son, actualización, inhibición y alternancia, estos se
proponen como componentes parcialmente independientes, que aportaban de manera
diferencial al rendimiento en tareas de tipo ejecutivo. Sin embargo, más adelante las
investigaciones se centraron en la toma de decisiones e indicaron que ninguno de los
componentes expuesto por Miyake et al se halla relacionado con esta habilidad, lo que
implicaría la falta de un componente dentro de este modelo. Por otro lado, encontramos
a Bone quien propuso tres subcomponentes ejecutivos, que son, flexibilidad cognitiva,
velocidad de procesamiento y atención básica y dividida. Así como estos autores,
diversos autores han utilizado el análisis factorial para determinar los componentes
implicados en el constructo de funciones ejecutivas. (Tirapu Ustárroz, García Molina,
Luna Lario, Roig Rovira & Pelegrín Valero, 2008a).
Teoría del filtro dinámico
Esta teoría propuesta por Shimamura, propone que la función principal de las
funciones ejecutivas es controlar y monitorizar la información, procesándola a través de
un mecanismo de filtros, además postula que los cuatro aspectos del control ejecutivos
que se encargan del proceso de filtrado son, selección, mantenimiento, actualización y
rendición. El primero de estos aspectos hace referencia a la capacidad de focalizar la
atención en características o representaciones que se activan en la memoria, el segundo
de estos aspectos se refiere a la capacidad de mantener activa la información
seleccionada, el siguiente aspecto se refiere a la capacidad de modular y reordenar la
información alojada en la memoria de trabajo y el último aspecto hace referencia a la
capacidad de alternar los procesos cognitivos.

Otros modelos teóricos


Modelo propuesto por Norman y Shallice: Este modelo propone tres niveles de
control, control totalmente automático, control sin dirección consciente y control
deliberado y consciente, los dos primeros niveles son niveles no ejecutivos en los que
actúan las unidades cognitivas, es decir los procesos cognitivos básicos como la
percepción, atención y memoria, y actúa el dirimidor de conflictos, elemento que evalúa
la pertinencia de una acción y regula el comportamiento rutinario como respuesta. Por
otro lado, en el tercer nivel actúan las funciones ejecutivas en un sistema atencional
superior, este funciona cuando las circunstancias demandan inhibición, planificación,
monitorización, toma de decisiones, conseguir un logro y tolerancia a la demora (Ramos
Galarza & Pérez Salas, 2015)

Modelo propuesto por Luria: Este modelo propone que existen bloques o
unidades funcionales que se encargan de la programación, regulación y verificación de
la conducta (Echavarría, 2017), además establece que las funciones ejecutivas hacen
parte de un sistema funcional complejo que responde a la interacción de diversos
componentes cerebrales. Dicho sistema funcional pertenece a un sistema global
conformado por tres sistemas encargado de regular el tono y la vigilia, recibir y procesar
información del medio y el sistema ejecutivo propiamente dicho encargado de
planificar, ejecutar y verificar la actividad mental y comportamental. (Ramos Galarza &
Pérez Salas, 2015)

Modelo propuesto por Anderson: Este modelo entiende las funciones ejecutivas
como habilidades mentales y las resume en, flexibilidad cognitiva que agrupa la
atención dividida, la memoria de trabajo, la transferencia conceptual y la
retroalimentación; establecimiento de metas, constituido por el razonamiento
conceptual, la planificación y la organización de estrategias; procesamiento de la
información comprendido como eficiencia, fluidez y velocidad del procesamiento; y
control atencional constituido por atención selectiva, autorregulación, auto
monitorización y velocidad del procesamiento. (Ramos Galarza & Pérez Salas, 2015)
Modelo propuesto por Brown: Este modelo comprende a las funciones ejecutivas
como habilidades mentales independientes que trabajan de forma simultanea y de forma
inconsciente como sistemas funcionales interrelacionados. Las habilidades descritas por
el modelo son la activación, es decir la organización, establecimiento de prioridades y
el emprendimiento para trabajar; la concentración que abarca el mantenimiento y
desplazamiento de la atención hacia las tareas; el esfuerzo que hace referencia al estado
de alerta, la conservación del vigor y la velocidad del proceso; la emoción que es
básicamente la tolerancia a la frustración y la regulación emocional; la memoria
formada por la memoria de trabajo y el acceso a los recuerdos; y la acción que agrupa la
autoevaluación y la autorregulación. (Ramos Galarza & Pérez Salas, 2015)

Modelo propuesto por Gioia: Este modelo propone que el funcionamiento


cognitivo se organiza en tres dimensiones: metacognición, regulación comportamental
y regulación emocional, de tal forma que cada aspecto este relacionado dentro de un
mismo sistema general ejecutivo y al tiempo cada función pueda ser separada hasta
cierto grado en un plano clínico. En la dimensión metacognitiva se encuentran, las
siguientes funciones: memoria de trabajo, iniciativa, panificación y organización,
organización de materiales y monitoreo de tareas. Por otro lado, en la dimensión de
regulación emocional podemos encontrar la inhibición y la autoobservación. Por último,
en la dimensión de regulación se comprenden el control emocional y el cambio. (Ramos
Galarza & Pérez Salas, 2015)

COMPONENTES

Los componentes de las funciones ejecutivas varían dependiendo del modelo que
se utilice para explicarlas, en este aspecto uno de los modelos más completos es el
“sistema de control ejecutivo” propuesto por Anderson (2002) desde el punto de vista
de este “Las funciones ejecutivas dependen de funciones cognitivas de más alto nivel y
de más bajo nivel, por ello no pueden ser consideradas de forma aislada” (Bausela
Herreras, E, 2014) es por esta razón que Anderson (2002) propone cuatro dominios
independientes que interaccionan entre sí, dentro de los cuales incluye las funciones
ejecutivas, estos dominios son:

Flexibilidad cognitiva (Atención dividida, memoria de trabajo, transferencia


conceptual y retroalimentación)
Este dominio abarca la capacidad para “cambiar entre conjuntos de respuestas,
aprender de los errores, diseñar estrategias alternativas, dividir la atención y procesar
múltiples fuentes de información al tiempo” (Anderson, 2002) en otras palabras la
flexibilidad cognitiva implica la habilidad para adaptarse al cambio, diseñar nuevas
estrategias para enfrentarse a las situaciones, tomar información útil de los errores y el
proceso de almacenamiento temporal. (Bausela Herreras, E, 2014)

Establecimiento de metas ()
Este dominio agrupa “la capacidad de desarrollar nuevas iniciativas y conceptos,
así como la capacidad de planificar acciones por adelantado y abordar las tareas de
manera eficiente y estratégica” es decir el establecimiento de metas implica la iniciativa,
el razonamiento conceptual y la habilidad de planificar y organizar, es decir la habilidad
de anticipar los eventos, establecer objetivos claros y planear como alcanzarlos, además
de ser capaz de ordenar información densa y hacer una secuencia de estrategias lógicas
y sistemáticas (Bausela Herreras, E, 2014)

Control atencional ()

Este dominio comprende “la capacidad de atender selectivamente estímulos


específicos e inhibir las respuestas prepotentes, y la capacidad de enfocar la atención
durante un período prolongado. El control de atención también implica la regulación y
el seguimiento de las acciones para que los planes se ejecuten.” (Anderson, 2002)

Procesamiento de la información ()

Este dominio hace referencia a “la fluidez, la eficiencia y la velocidad de salida”


(Anderson, 2002) de la información que es procesada por el sujeto. Este se evalúa
teniendo en cuenta la velocidad, la cantidad y la calidad de salida de la información que
un sujeto procesa. (Anderson, 2002) Además, se debe tener en cuenta que este
interviene en el proceso de completar tareas nuevas y de resolución de problemas.
(Bausela Herreras, E, 2014)

ASPECTOS NEUROBIOLOGICOS

FUNCIONES EJECUTIVAS Y RENDIMIENTO ESCOLAR

RENDIMEINTO ACADÉMICO
Definición
El termino rendimiento académico, también conocido como rendimiento escolar,
desempeño académico o aptitud escolar, ha sido un termino discutido por diferentes
autores y de gran interés para los diferentes sistemas educativos

Proceso de aprendizaje y rendimiento académico


Evaluación pedagógica
Aspectos neurobiológicos
Referencias

Bausela Herreras, E. (2014). La atención selectiva modula el procesamiento de la


información y la memoria implícita Acción Psicológica, 11(1), 21-34.
http://dx.doi.org/10.5944/ap.1.1.13789
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Tirapu Ustárroz, J., García Molina, A., Luna Lario, P., Roig Rovira, T., & Pelegrín
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