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El debate británico sobre la metalurgia del cobre

Article · January 1997


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Beatriz Comendador Rey


University of Vigo
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EL DEBATE BRITÁNICO COBRE LA METALURGIA DEL COBRE

Por Beatriz COMENDADOR REY'


Departamento de Historia I
Universidad de Santiago

Abslract: The British debate about the early metallurgy involves several sights around the
last thirty years academic production. The discussion about the copper ore mined
and its correlation with the metalwork have to do with the explotation of the new
resource and the dependency between different regions. But really, this debate
reflects changes about the nature of the rnetallurgical process in Prehistory, from
a controlated technic, to a craft without control over the final result.
Key words: Metallurgy, Copper, Arsenic.

A menudo cuando se trata la metalurgia prehistórica del cobre el tema acaba


derivando en un debate superficial en torno a la cuestión de los cobres arseni-
cales o arsenicados, es decir, si los contenidos en arsénico que presentan los
objetos de cobre se deben a una aleación intencional con este elemento o si su
presencia es involuntaria ya que el elemento está contenido en los minerales que
se utilizan para la obtención del metal.
En los últimos años los estudios sobre minería prehistórica han ido tomando
gran importancia en las Islas Británicas (Crew & Crew, 1990; Craddock, 1995;
O'Brien 1996). El auge de estos estudios ha creado un ambiente de discusión
entre los distintos investigadores de habla inglesa.
En verano de 1996 tuvimos ocasión de participar en el Proyecto Arqueológico
Ross lsland (Killarney, Co. Kerry, Irlanda) dirigido por el Dr. William O'Brien, de la
Universidad de Galwayl. El Proyecto Ross lsland se estableció en 1992 para inves-
tigar la historia minera y potencial arqueológico de este lugar. El yacimiento se loca-
liza en el parque natural de Killarney, en la orilla oeste del lago llamado Lough Lane.
Se trata de una mina con una larga historia de explotación, desde el período
Neolítico FinalIBronce Inicial (2400-2000 B.C.) hasta el siglo XIX. Hasta el momen-
to es la mina de cobre mas antigua conocida en Europa. Inmediatamente anexo a
esta mina se excava un campo de trabajo donde se trataba el mineral extraido.
El caso de Ross lsland es altamente relevante en la interpretación del metal
arsenical en la Edad del Cobre en Europa. Por ello presentamos una breve sín-

El artíclo fue remitido en su versión final el 19-Xll-96.


Nuestra estancia fue financiada por la Universidad de Santiago de Compostela y posibilitada por el
interés del Dr. William O'Brien, a quién deseo agradecer, junto a su esposa Madeine, no sólo las facilidades
que me ofreció, sinó su afán en que no me marchase de Irlanda sin apreciar sus paisajes y sus gentes.
tesis del debate en el que se inscribe esta investigación, aparentemente superfi-
cial, pero que encubre unos posicionamientos más profundos respecto a la con-
cepción de los procesos tecnológicos en la Prehistoria.

LAS BASES DEL DEBATE: EL ORIGEN DEL COBRE INGLES


Unos dos mil objetos de base cobre se atribuyen a Irlanda, mientras que sólo
unos cientos a Escocia, Gales e Inglaterra. La mayoría de los objetos carecían
de contextos seguros, asociaciones o dataciones, y virtualmente no había asen-
tamiento~del periodo Neolítico Final/Bronce Antiguo en Irlanda que permitieran
seguir el proceso productivo. Por ello, durante un largo período los estudios
sobre metalurgia irlandesa estuvieron orientados en los propios objetos, con un
número limitado de tipos, principalmente hachas, alabardas y puñales, cuyo
desarrollo estilística puede seguirse a través de la tipología. Para la fase más
temprana la investigación se centró en el <<horizontede las hachas),. A través de
la tipología y las asociaciones, investigadores como Humphrey Case, Burgess,
Harbison o Northover trazaron tres estadios en su desarrollo inicial:
1. Introducción de la metalurgia del cobre desde el continente, marcada por
la producción de hachas trapeciales (Castletownroche hoard. Co. Cork).
2. Rápida adopción de la metalurgia con la aparición de las hachas de lados
curvos. Influencia continental campaniforme, con introducción de hachas
de talón delgado y puñales de lengüeta.
3. Desarrollo de un nuevo tipo de hacha de cobre con lados curvos y talón del-
gado (Tipo Balfybeg) e introducción de alabardas y cuchillos de remaches.
4. Finalmente entre el 2200-2000 B.C., aparición del bronce de estaño
(Killaha-Migdale axes).
Las propuestas de un origen irlandés de la metalurgia británica recibieron un
apoyo considerable de los análisis cornposicionales de objetos de ambas partes
y de minerales irlandeses2. Coghlan y Case (1957) identifican a través de los
análisis lo que creen ser un tipo distintivo de metal antiguo irlandés, que deno-
minan Grupo 1, caraterizado por niveles altos de As, Sb y Ag. Consideran que
esta composición es el resultado de la reduccion de minerales sulforosos de
cobre3,en un proceso a alta temperatura que implicaría la tostación4del mineral,

Trabajos analíticos de: Ancient Mining and Metallurgy Comitte (Goghlan y Case, 1957); Equipo
de Stuttgart (Junghans, Sangmeister y Shroder, 1968); Equipo de Oxford (Northover, 1980);
Laboratorios de British Museurn (Craddock, 1979).
LOSyacimientos de cobre presentan teóricamente el siguiente esquema geomoríológico: en la
parte más profunda se localizan los sulfuros de cobre, en la zona de enriquecimiento los tipo ((Fahlerz,)
o cobres grises (minerales primarios). La montera o parte superficial del filón, sometida a los agentes ero-
sivos, puede presentar otro tipo de minerales denominados secundarios (carbonatos, óxidos, sulfatos) o
incluso cobre nativo. La reducción de los minerales secundarios es teóricamente más sencilla que la de
los primarios, lo que unido a su emplazamiento superficial, ha llevado a considerar que la extracción de
minerales sulfurosos era más compleja e imposible en las condiciones tecnológicas primitivas.
El tostado se utiira para varios fines, como volver el mineral más friable y convertir los sulfa-
tos, cloratos y carbonatos en óxidos.
su reducción en horno y su refinado en crisol. Se trataría de un alto nivel tecno-
lógico que para ellos implica la introducción tardía de la metalurgia.
Case (1966) había propuesto que los recursos de cobre ingleses no habían
sido explotados durante la primera fase de la metalurgia británica en favor de la
importación a larga distancia de objetos manufacturados del Suroeste de Irlanda.
Un programa de análisis de minerales irlandeses resultó en que los depósitos de
cobre del Munster (Condados de Cork y Kerry, Irlanda) podrían ser la fuente de
suministro de este tipo de metal antiguo, lo que era congruente con la distribu-
ción de los hallazgos de ambas regiones. Northover considera que el origen del
metal pre-bronce en Gran Bretaña está dominado por el cobre producido en el
suroeste de Irlanda (metal tipo A) que se caracterizaría por un patrón de impure-
za entre 1-5 % As, junto con impurezas de Ag y Sb. La uniformidad de este
patrón sería indicativa del suministro continuo de un tipo de cobre, mientras que
la aparición de nuevas composiciones indicaría su sustitución por nuevos tipos
de metal y con ello el colapso de la industria irlandesa y el establecimiento de
nuevas factorías de producción en las regiones cupríferas de Bretaña.
Los metales de tipo A fueron descritos como ((cobres arsenicales,, y se argu-
mentó que se trataba de aleaciones intencionales mediante la selección de mine-
rales ricos en As debido a sus mejores propiedades mecánicas.
La asunción que subyace gran parte de este trabajo es la existencia de una
correlación específica entre tipología, distribución y composición, y en definitiva,
la creencia en procesos metalúrgicos controlados donde la composición de los
artefactos de base cobre viene determinada directamente por el tipo de mineral
o incluso el tipo de depósito de mineral a partir del que el cobre es reducido.

LAS CONCLUSIONES DEL EQUIPO DE BRADFORD5

En los últimos años la arqueometalurgia ha asistido a cambios de perspectiva


que han complementado los análisis compositivos. Los estudios metalográficos del
equipo de Bradford demostraron que las propiedades ventajosas del cobre arseni-
cal habían sido exageradas. Por ejemplo, aunque se consideró que la presencia de
arsénico podría incrementar la dureza permitiendo obtener filos más cortantes, las
micrografías de espadas centroeuropeas demostraron que los metalurgistas
prehistóricos no explotaban las ventajas de la aleación (Budd ef al¡¡, 1992).
Por otro lado, los trabajos de laboratorio les llevan a rebatir la idea de que la
amplia dispersión del cobre arsenical en Europa Continental estaba asociada con
un período de experimentación con la reducción de minerales sulfurosos prima-
rios. Consideran que los metales sulfurosos de cobre que contienen arsénico no
pueden ser reducidos directamente para porporcionar una aleación Cu-As ya que
el tostado es una precondición para la reducción con éxito de estos minerales y

P. Budd, D. Gale & A.M. Pollard, del Ancient Metallurgy Research Group, del Departamento de
Ciencias Arqueológicas de la Universidad de Bradford, y otros colaboradores como R. Ixer, de la
Universidad de Birmingham.
este proceso causa la pérdida casi total del arsénico en forma de trióxido de As
volátil (por cierto altamente tóxico).
Sugieren tres métodos por los que se podría producir tal aleación:
1. La adición directa de As al cobre fundido. Sin embargo hay diversas difi-
cultades para el reconocimiento y uso del mineral de arsénico.
2. La utilización de minerales derivados de la zona secundaria de enrique-
cimiento de sulfuros (tipo Fahlerz o cobres grises), aunque es muy impro-
bable que pudiesen controlar la temperatura del horno y la carga para
producir un cobre siempre justo debajo del 5 % de As.
3. La tercera, y que ellos proponen es la utilización de minerales de las zonas
oxidadas de los depósitos de cobre (minerales secundarios) en un proceso
de reducción a baja temperatura sin producción de escoria (< 900°,aunque
ello no excluye que para otras operaciones, como la fundición, se alcanza-
sen temperaturas más altas). La similitud visual entre arsenatos de cobre con
otros minerales de cobre como la malaquita sugieren que allí donde apare-
cían estos tipos, podrían ser incorporados a la carga de forma involuntaria.
Por todo ello concluyen:
-Que debe ser considerada como improbable la reducción de sulfuros como
fuente del metal tipo A.
-Que la primera producción de cobres difícilmente puede ser asignada a una
fuente en concreto.
-Que cualquier intento de relacionar el depósito mineral y el artefacto usando
datos analíticos requiere la cuantificación de la alteración de los elementos
traza producida por el proceso de reducción y fabricación, y su observación
en estudios de simulación. Es decir, que en la composición de un objeto no
sólo influye el tipo de mineral utilizado, sino su nivel de procesado, la tempe-
ratura alcanzada, el tiempo, las condiciones en el interior del horno, etc.
Demasiadas variables para poder controlar con precisión el resultado final.
Respecto al tipo de mineral propuesto por el equipo de Bradford resulta al menos
llamativa la afirmación de que no aparece en ninguna de las minas prehistóricas
hasta entonces identificadas en Gran Bretaña, minas que ni siquiera podían rela-
cionarse cronológicamente con las fases iniciales. Las dataciones de Mount
Gabriel (O'Brien, 1994) en Irlanda, relacionadas con la última fase del Bronce
Antiguo, tampoco soportaban la idea de la precedencia de la metalurgia irlande-
sa y eran comparables a las dataciones de otras minas galesas.
Sintetizando, hasta el momento existían dos posturas entre los investigadores
británicos:
1. La metalurgia como proceso tecnológico controlado de gran complejidad.
Reducción de sulfuros a alta temperatura, con tostación, reducción y refi-
nado, cuyo alto nivel tecnológico indica que es una introducción posible-
mente campaniforme de grupos centrooccidentaleseuropeos. Tecnología
pareja a la llegada de aportaciones campaniformes.
2. La metalurgia como un proceso sobre el que intervienen múltiples varia-
bles, siendo imprevisible el resultado final. Reducción de minerales
secundarios de cobre en un proceso a baja temperatura no productor de
escoria. El suministro de minerales secundarios de cobre sería gradual-
mente agotado a lo largo de la Edad del Bronce obligando a los metalur-
gistas a utilizar fuentes más pobres de óxidos (como el caso de los lechos
sedimentarios de cobre de Mt. Gabriel) dado que no sabían reducir los
depósitos más profundos de sulfuros, ya que esta tecnología aparecería
sólo durante el Bronce Final. Se sugiere la idea de que son los propios
objetos, con amplia circulación, los que podrían haber jugado un papel en
el reconocimiento del metal nativo y ello puede haber llevado al desarro-
llo de la metalurgia en diversos puntos separados entre sí.
Respecto al bronce, también se había considerado que esta práctica se ini-
ciaría primero en Irlanda para posteriormente extenderse en Bretaña y que
lrlanda sería la única fuente de suministro para esta primera producción. Se pro-
puso que estos recursos podrían proceder de las Gold Mines River (Co. Wiclow)
en forma de casiterita aluvial.
En otro trabajo del equipo de Bradford (Budd et al¡¡, 1994) llegan a las siguien-
tes conclusiones:
-La mineralización de estano en este área no deriva de la misma fuente que
el oro y la concentración de ambos metales no es dependiente. Aunque es
posible que se recogiera oro en el Bronce Antiguo, es inconcevible que se
identificaran y explotaran las pequeñísimas trazas de estaño aluvial.
-La ausencia de fuentes de suministro de estaño en lrlanda no disminuye la
significación de la metalurgia inicial ni la cantidad de artefactos recupera-
dos. Incluso parece muy probable que lrlanda siguiese siendo una fuente
importante de suministro de c ~ b r een este período, aunque no la única.
-Los régimenes de beneficiación y reducción de metal son tan importantes
en la interpretación de los patrones como el origen del mineral. Ello cues-
tiona la validez de agrupar artefactos similares con fuentes de suministro
sin una comprensión detallada del proceso de producción. Insisten en que
no es posible definir un tipo de cobre irlandés: los patrones de impurezas
pueden ser el producto de una tecnología de reducción particular aplicada
a minerales de distintas partes.

EL CASO DE ROS$ lSLAND

La investigación en Ross lsland no sostiene las conclusiones del equipo de la


Unviersidad de Bradford respecto al tipo de mineral utilizado, principalmente por-
que los minerales secundarios arsenicados están totalmente ausentes en la
mineralización tanto del lecho rocoso como del espolio de aquel yacimiento.
El yacimiento muestra evidencias de la reducción de cobre en el período 2500-
2200 BC, que pueden ponerse en relación con el uso de la cerámica campaniforme
dentro del propio asentamiento. La investigación se centra en el área conocida
como Western Mine. La veta entre 13-18 m. de profundidad no presenta indicios de
óxidor sino que consiste en una calcopirita diseminada muy fina y cobres grises,
especialmente tennantita rica en arsénico. Este tipo de mineral está bien represen-
tado en el expolio asociado a los trabajos prehistóricos y al campamento campani-
forme adyacente. Se ha localizado caliza machacada asociada con martillos de pie-
dra y bloques-yunque. También restos de al menos cuatro estructuras de cabaña
junto a huesos de animales y restos de comida. De especial interés es el hallazgo
de estructuras-horno vinculadas con el procesado del mineral.
El caso de Ross lsland confirma la habilidad de procesar minerales sulfuro-
sos en Irlanda durante la fase inicial del uso del cobre 2500-2000 B.C. siendo una
fuente de suministro la mezcla de cobres grises y calcopirita. También se redu-
cen sulfuros, en una etapa más tardía, en Cwmystwyth (1800 B.C.) y otras minas
galesas. Por el contrario en Mount Gabriel y Great Orme se explota malaquita.
O'Brien considera que la minería del cobre en Ross lsland debió haber sumins-
trado metal tanto para la corta etapa temprana de uso del cobre, como el primer
uso del bronce estaño (2200-2100 B.C.). Según este autor las recientes investi-
gaciones apoyan las tesis de Northover acerca de que las fuentes de cobre irlan-
desas, caracterizadas por As-Sb-Ag, no sólo suministran parte del cobre usado
en los enterrarnientos campaniformes del sur de Bretaña, sino que además es el
primer metal que circula en el norte y el este de la isla. La importancia de este
metal decaería hacía el 1900 B.C., cuando comienzan a aparecer otras compo-
siciones, y coincida con las fechas radiométricas del final de la explotación de
Ross Island.
Sin embargo, a pesar de las numerosas muestras de procesado del mineral,
en el yacimiento no se han localizado restos de metal, y lo que es más extraño,
tampoco restos de escorias. De hecho, se desconocen las características con-
cretas del proceso realizado para reducir los cobres grises y actualmente R. lxer
de la Universidad de Birmingham, experimenta sobre este tema.

METALURGIA: MAGIA VERSUS CIENCIA

El título hace alusión a un trabajo de Budd y Taylor (1995) desde el punto de


vista de la arqueología contextual, en el que se apuntan diversas reflexiones
sobre la dimensión social que se le ha dado a la metalurgia en los estudios de
Prehistoria. Ante la imagen de la metalurgia prehistórica definida en términos de
estandarización composicional y producción industrial, con economías de esta-
la, mercados, clientes y los primeros metalurgistas como experimentadores
proto-científicos, proponen una imagen atternativa más congruente con las evi-
dencias, de la fabricación de metal como un asunto no científico desarrollado en
relación con actividades sociales que no podemos inferir fácilmente. Para estos
autores tales actividades deben ser descritas como rituales o simbólicas más que
económicas, comenzando por utilizar una terminología menos prejuiciosa para
interpretar los diversos patrones de la actividad que el material indica.
Plantean que 10s conceptos de extracción y producción a larga escala y la
reconstrucción ~ ~ n c o m i t a ndet e actividades especializadas y roles sociales que
f i g u r a n ampliamente en el modelo industrial ortodoxo patente no están determi-
n a d o s ni sustentados en datos arqueológicos y representan una retroproyección
anacrónica de la noción moderna del cambio tecnológico según la ciencia racio-
nal.
La mayoría de las propuestas del desarrollo de la metalurgia en Eurasia
prehistórica han conllevado la asuncion de que tal desarrollo fue un proceso de
experimentación y descubrimiento de naturaleza racional y científica, basada en
la curiosidad innata al carácter humano. Otras asunciones son que fue desarro-
l l a d a por metalurgistas especializados a tiempo completo (no por especialistas
re1igiosos o expertos rituales) y que estos eran hombres, no mujeres. Estas asun-
c i o n e s están a su vez basadas en otras acerca de la especial naturaleza de la
tecnología del metal: cualitativamente diferente y más difícil y compleja que otras
técnicas precedentes, y asunciones sobre la constancia de los roles de género.
L o s arqueometaurgistas interpretan los artefactos metálicos prehistóricos con
r e s t o s de experimentos en una secuencia acumulativa progresiva y racional.
S e n a l a n la importancia de las propuestas de G. Childe en la creación de este dis-
curso, basado en conceptos como estandarización o especialización.

COMENTARIO

El debate británico refleja profundos cambios de perspectiva sobre la natura-


l e z a d e l proceso metalurgico en la Prehistoria, desde su definición como un pro-
c e s o controlado dentro de una concepción de boom tecnológico desarrollado por
especialistas, hasta su definición como un proceso sometido a multiplicidad de
variables en las que no hay un control sobre el resultado final del proceso.
En relación al tipo de minerales utilizados, sean estos primarios, secunda-
r i o s o una mixtura de ellos, el resultado final de su reducción no parece que sea
previsible, por lo que la cuestión del cobre arsenical pasa por esta reflexión
previa.
En relación al noroeste, a pesar de la ausencia de investigación en el ámbito
de l a minería prehistórica, se tomaron conclusiones quizás demasiado precipita-
damente. Por un lado Asturias presenta depósitos minerales asociados a las cali-
z a s d e montaña e indicios de captación de mineral desde época prehistórica, y
p o r otro Galicia y norte de Portugal presentan recursos más dispersos y gene-
ralmente vinculados a cuerpos polimetálicos hasta el momento sin indicios de
explotación prehistórica (aunque si de <<epocaromana)) y <<fenicia>)). Las carac-
terísticas de estos recursos ((más pobres), en terminología económico-minera
moderna, determinaron que varios autores (entre ellos Obermainer) concibiesen
l a idea de la imposibilidad de su explotación en la Prehistoria, tanto por su esca-
sez como por su dificultad tecnológica, y que por el contrario sugiriesen un abas-
tecimiento en la vecina Asturias, con yacimientos de carbonatos y otros minera-
l e s de fácil beneficio.
Según la óptica de que el descubrimiento de la técnica para reducir los sulfu-
ros de cobre sería tardío, el despegue de la producción de cobre y el bronce en
el Bronce Final del noroeste vendría dado por la explotación de estos nuevos
recursos.
A la vista está que conviene revisar estos presupuestos, aunque desgracia-
damente tengamos que partir más de las investigaciones foráneas que de las
nuestras propias.
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