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Por
Norah V. Walton
CAPÍTULO 1
EL BUSCA DEL AMOR
Pueblo de Osbol año 1.923, todo ahí en ese lugar a simple vista transcurría
de manera tranquila. Los habitantes del pueblo y visitantes solían caminar los
domingos y visitar la plaza Osbol conocida por muchos como la plaza de
Cupido. Él desde su niñez les habían contado historias fascinantes sobre la
unión de dos almas gemelas, podían vivir juntos para siempre si visitaban la
plaza del Osbol en busca de la mujer de sus vidas. Siendo sus padres, una de
las historias más recientes en donde Cupido los flechas uniéndolos para toda la
vida con un matrimonio feliz. Así que entre tantas coincidencias, de varias
parejas que se habían casado, eran historias contada durante muchos años,
tanto así que la plaza del pueblo se hizo famoso entre cuentos contados por
habitantes y visitantes que también venían de otras ciudades en busca de la
persona ideal. Sin embargo el joven Arthur siendo guapo, apasionado y
soñador, no dudó dos veces en irse un día a visitar está plaza para conseguir el
verdadero amor de su vida. Así que él con tan solo veintitrés años un día
decide visitar la plaza de Cupido. Éste al llegar, se consiguió con muchas
personas enamoradas que entre besos, abrazos y melosos, sintió un poco
envidia de la buena. Por supuesto, es normal, se sintió frustrado por no se él
quién estaba con su pareja. Pasaron las horas y el caminando solo por la plaza,
mirando para todos lados, como todo un ventilador en busca de una mujer que
lo cautivará. Terminaba ya la mañana y Arthur al ver que el cielo empezó a
ponerse un gris oscuro, decidió irse a casa. Él se sentía triste y solitario, y no
dudó en regresar nuevamente, nunca perdió la fe en encontrar la mujer de sus
sueños en la plaza, para formar una familia estable y feliz como las de sus
padres.
Su madre al verlo llegar, su mirada era triste y muy poco habló, eso le hizo
preguntarle a Arthur que tienes— ¿hijo mío?— Él de inmediato, le contestó
madre no me pasa nada, unas horas de sueño me hará sentir mejor de ánimo,
no te preocupes mamá.
—Arthur le dio un beso en la mejilla a su madre y se fue acostar.
De inmediato su madre se dio cuenta de que su hijo le pasaba algo, su
institución de mujer, sabía que era por cosas del amor.
*
Había llegado un nuevo día para Arthur, cuando recordó que la historia de
amor, además de mágica llevaba un toque de secreto por lo que debía
conseguirse una flor de loto y llevarla en su bolsillo de lado derecho, si quería
en realidad conocer su pareja ideal. De inmediato se puso en marcha, agarró la
carreta de su padre, y se fue al bosque a buscar la preciada flor de loto. Entre
revisando los albustos y acampado en cabañas cercana, el joven se quedó
dormido en una de las habitaciones de la misma. Una fuerte lluvia lo hizo
despertarse, un poco cansado, se imaginó a la mujer de sus sueños, él siendo
de piel moreno claro, ojos verdes olivo y un cabello liso negro, le llamaban la
atención las mujeres de piel muy blanca y cabello largo era como le gustaban
físicamente, soñó que la besaba suavemente, sus hermosas manos blanquecina
que lo acariciaba por todo su cuerpo. Él no quería despertarse. Su imaginación
lo vislumbraba tanto que imaginó verla a los ojos viendo lo hermosa de su
alma que reflejaba sus lindos ojitos lo hacía más imaginativo. Entre ilusiones
vivía el joven Arthur, cada vez que dormía ilusionado de encontrar a una
mujer para amarla. Sin saber que estaba más solo que la una; la fuerte brisa lo
despertó todo confundido. Se había olvidado por completo de buscar la
dichosa flor del loto. Agarró su sombrero negro y ensilló el caballo, camino a
su casa un rancho que tenía animales de granja, que él junto a su padre la han
tenido bien cuidada.
Arthur estaba tan desesperado en tener la mujer de su vida entre sus brazos
para abrazarla y besarla y decirle cuanto la amaba; rápido corrió tras la carreta
de una mujer que apenas había visto en el camino. La hermosa mujer que la
detalló desde lejos se ilusionó creyendo que era la mujer de su sueño. Cuando
estaba cerca de la carreta donde iba la mujer desconocida, al mirarla de cerca
se dio cuenta de que la mujer no andaba sola, andaba junto a un hombre de
uniforme que la besó en los labios, el de inmediato pensó que ese hombre es
su esposo y dando la vuelta de nuevo camino al rancho, siguió su rumbo al
rancho para entregarle la carreta a su padre.
Su padre el señor Alirio sentado esperando a su hijo Arthur en la entrada
de su rancho, cuando miró al horizonte que venía con su hijo carreta un poco
triste. Había decidido no reprocharle nada por haberse llevado la carreta sin
permiso. Arthur llega y se sienta junto a su padre y sin decirle ni una palabra a
su padre, él estando muy callado y tratando de esconder la mirada a Alirio.
Pasaron unos minutos en silencio cuando Alirio le dice —¿Qué te está
pasando hijo? ¿Por qué estás tan cabizbajo?
—Él le respondió - Papá quiero sentirme amado por una mujer.
—El padre le dice te estás enamorado.
—Si Padre, pero de una mujer que me imaginó cada que me quedo
dormido.
Luego le dice Arthur a su padre -¡quiero irme a la ciudad a ver si logro
concentrarme mejor en sacar una carrera universitaria y así olvidarme de estar
perdiendo el tiempo imaginándome a una mujer que nu llegar!
Su padre muy apenado le contesta —hijo mío, tanto he querido que
estudies y es ahora que asientas cabeza para hacerlo. Por supuesto, que te
apoyo hijo mío, si decides irte a estudiar en la universidad es una decisión solo
tuya no de tu madre y mucho menos mía.
—Arthur se queda pensativo.
Alirio su padre le dice a su hijo solo quiero verte feliz. Que todo dependerá
de ti lograr tus objetivos. En eso Alirio, lo escucha decirle que se sentía muy
solo y desilusionado por no hacerles caso de haber comenzado a estudiar años
atrás, cuando él y su madre querían verlo graduado al igual que su hermana
mayor.
Pero Arthur, estando muy ocupado en el trabajo de la finca no se había
tomado el tiempo para hacerlo. Ahora que quería encontrar al amor de su vida,
sentía impotencia de no tener una profesión que lo hiciera echar para adelante
por sus propios medios. Tal vez hijo —dice su padre, me harías más feliz, que
hagas lo que más te gustaría hacer en estos momentos y no por hacerme sentir
feliz a mí, quieres dejar de trabajar en la finca. No será que estás enamorado,
cuéntame, cuánto más me gustaría que mi hijo menor se case y me de muchos
nietos. Arthur suspiro al escucharle a su padre decirle que lo haría feliz si se
casará.
Hubo un momento de silencio entre los dos, el ambiente estaba fresco
porque recién había caído un rocío, ya venía la primavera al joven se levantó y
se fue a su cuarto. Su padre al verlo desanimado, se sintió preocupado por no
poder ayudar a su hijo. Él sin embargo, sabía lo que le pasaba, quería correr
lejos sin saber a dónde irse. Sólo pensaba en esa mujer que lo haría muy feliz,
pero que por cosas del destino, todavía no llegaba el momento de conocerla.
Pasaban los días y Arthur juntos a sus padres, los ayudaba a trabajar en la
cabaña y hacer el trabajo pesado. Entre tantas horas de trabajo el joven se
liberaba de las tensiones que el mismo se ponía que para nada lo hacía feliz.
Sus padres al verlo un poco de motivado, sabían que a su hijo le estaba
pasando algo que no quería contarle por penas de saber que el joven buscaba
un poco de cariño y que ellos no podían ayudarlos en lo que realmente le
sucedía. Siendo una cosa natural de la vida que Arthur a pesar de estar
acompañado por sus padres se sentía sólo.
CAPÍTULO 2
CONOCIÓ EL AMOR A PRIMERA VISTA
Había llegado el verano, cuando el joven Arthur decidió ir de paseo a la
plaza de cupido en busca de su media naranja. Sin dudarlo ni siquiera un
instante, que el amor lo encontraría en ese lugar en medio de árboles y
banquitos también en compañía de transeúntes. Iba muy contento caminando y
mirando que uno de los banquitos se encontraba libre se sentó. Tomó una
bolsa de palomitas que traía en la mano y se puso a lanzar le a los pajaritos
palomitas. Mientras las horas transcurría ocupando su mente y entretenido
dándole de comer a estos lindos animalitos, se consigue con un grupo de
chicas muy guapas todas. Pero había una en especial que le hacía ojitos a
Arthur. Éste viendo la chica que se le insinuaba trató de acercarse a él, ella se
alejó, al parecer Arthur no sintió empatía con la joven y también se alejó del
grupo de chicas. Arthur se estaba aburriendo de estar sentar y nada que
conseguía el amor de su vida, agarró su sombrero de cuero negro y cuando iba
descuidado viendo una de las palomitas acercándose a donde él estaba, se
tropezó con una mujer muy hermosa y lujosa ya que llevaba en su mano
izquierda un reloj de Oro. Él con sólo mirarle sus hermosos ojos azules y su
piel blanca y una sonrisa dulce que lo cautivó al instante. Su vestimenta la
hacía elegante parecía una dama de la sociedad ya que traía puesto un
sombrero verde esmeralda y una pelliza negra que cubría todo su cuerpo de
manera presumida.
—Él al verla la detalló de pies a cabeza quedándose enamorado de la mujer
que recién había tropezado por anda de descuidado. Y a simple vista quedó
enamorado de la dama de sombrero verde esmeralda.
—Discúlpame hermosa dama que bella eres.
—Arthur observándola más de cerca se dio cuenta de que su piel parecía
de porcelana, su cabellera larga rojiza lo seducía, sus ojos azules le brillaban
como dos luceros y una sonrisa angelical y cautivadora que te enamora.
—Ella al verse desnuda literalmente por ese hombre tan apuesto le
preguntó su nombre.
—Arthur con su voz dulce le da la mano y le dice mucho gusto bella dama,
me llamo Arthur Constatino Larrazabas.
—Ella le responde el placer es mío, por haberlo conocido por anda de
descuidada.
No te preocupes la culpa es mía —dijo Arthur.
—De inmediato ella le dice que su nombre es: Cristina Eleonor Boscoso de
Arismendis.
Mucho gusto «"respondieron los dos al mismo tiempo“» .
—Cristina, de inmediato se acercó al joven Arthur dándole un beso en la
mejilla.
—Él se sonrojó y también la besa en la mejilla.
Luego Cristina le dice que se le estaba haciendo tarde y que tenía que irse.
Los dos se despidieron dándose un abrazo y se quedaron en verse mañana
a la misma hora en la plaza cupido.
Arthur estaban brincando de la alegría en ver que las historias contadas de
la plaza de cupido, le había dado resultados, tanto así que pensó que había
conocido el amor, por puro mito ya que se encontraba visitando la plaza de
cupido.
CAPÍTULO 3
ARTHUR VIVIRÁ MOMENTOS PLACENTEROS
CAPÍTULO 4
ARTHUR VIVE UNA RELACIÓN PELIGROSA
CAPÍTULO 5
EL TIEMPO TRANSCURRIÓ DE PRISA Y LA HERMOSA DAMA
MÁS NUNCA VOLVIÓ
CAPÍTULO 6
EN SU VEJEZ LO ATORMENTA AÚN MÁS LOS RECUERDOS
CAPÍTULO 7
TODA UNA VIDA SIN TI, BELLA DAMA
El médico lo había dado de alta hace tres días atrás, Arthur comenzaba a
disfrutar de la vida, su hermana blanquita lo había dejado bien acomodado en
un ancianato donde antendian muy bien a las personas que se encontraban
solos sin familia y abandonado en la calle. Él al llegar a ése triste lugar para
muchos, para Arthur no fue así, cuando apenas tiene un día en el ancianato
municipal de pueblo de Osbol. El amor tocó su puerta, tanto así que Clarita
una señora de la misma edad de Arthur, que tenía dos años de haber llegado al
ancianato le cuenta muchas cosas sobre su vida. Arthur quién se notaba sereno
y con brío la escuchaba día y noche, entre tantos encuentros entre los dos
Arthur se enamoró, no fue la primera vez que estuvieron platicando, si no que
habían muchas cosas en común, su historia también un poco trágica muy
parecida a la de Arthur.Entonces habiendo similitudes entre los dos, se fueron
enamorandos. Tanto así que Arthur tenía dos meses de haberla conocido la
tomó de sus manos y le dice "Clara dulce amor de mí vida, te gustaría casarte
conmigo", Ella estaba sorprendida a que volvería a casarse con él verdadero
amor de su vida, y dice para ser feliz no necesitamos ser unos jóvenes mi
guapo Arthur, lo miró a los ojos y se acercó dándole un beso en los labios y en
segundo le dice claro que acepto guapo amor. Los dos parecían unos
adolescentes queriendo ser felices y amarse hasta el final de sus días.
Clarita y Arthur, se casaron un domingo en la capilla del pueblo de Osbol,
entre sus invitados estaban su única hermana, blanquita y unos sobrinos que
había llegado de San Petersburgo a la boda de Arthur que juntos eran muy
felices, de parte de su esposa sus familiares fueron una hermana muy
misteriosa que escondía su rostro, no quería ser vista pareciera que se oculta a
de alguien quien había visto en la iglesia. Por supuesto que la felicidad volvió
a sonreír a Arthur y a su esposa Clarita, los dos disfrutaron toda la noche
bailando y disfrutando y degustando de una deliciosa comida pero sin ninguna
gota de licor. Llegando la 3:15 am la fiesta terminaría yéndose Arthur en un
carro que le habían prestado unos amigos de la infancia a Arthur para que
juntos se fueran a pasar una muy deseada luna de miel.
Amaneció tan rápido, le dice Arthur a su hermosa esposa que apenas abría
los ojos de tan caliente y pícara madrugada. Los estaban my felices juntos,
sonreían, se acariciaban a cada rato, muy melosos se encontraban en una de las
mejores habitaciones del hotel Aventura, sin lugar a duda Arthur había
olvidado por completo al que el creía que era el amor de su vida "Cristina",
ahora estaría solo amando a una mujer llamada Clara que viéndola cada día
como la verdadera dama que el siempre añoro tener y hacerla su esposa para
toda la vida.
Arthur y Clara se querían demasiado, que no había discordia entre ellos y
mucho menos peleas. Todo era un amor uno del otro, los años pasaban juntos
y saludable en el ancianato municipal de Osbol. Hasta que un día Clarita le
dice a su esposo que ella tenía una hermana que dice conocerte y muy bien. Él
le respondió¿ Porqué no me la presentas para ver de dónde me conoces?.
Ella solo me dijo que te conoció una tarde en una plaza llamada cupido.
—Arthur había quedado en shot, en ver que la hermana de su esposa era la
mujer que lo hizo sufrir por décadas. - pensó.
—Él por minutos, no le contestó nada a su esposa Clarita.
Clarita, sin embargo quería saber que era lo que ocultaba Arthur y su
hermana Cristina.
—Ella por curiosidad de mujer quería saber la verdad y le dice a su esposo
¿Quiero que me cuentes de dónde conociste a Cristina y si tuvieron un
romance?
—Él dijo - esté mundo es un pañuelo, sin imaginarme nuncaque tú mi bella
dama Clarita eres hermana de esa mujer tan mala que conocí un día de verano
llamada : "Cristina" .
—Ella vuelve a preguntarle ¿como fue que se conocieron Arthur y si
tuvieron una relación o solos eran amigos?
—Arthur le dice con voz agitada - esa mujer pertenece a un pasado que no
quisiera nunca más recordar.
—Otra vez le dice Clarita - Dime amor, que paso entre tu y Cristina y por
qué es que no la quieres recordarla más.
Arthur dice más calmado a Clarita - si supieras que tu hermana Cristina la
conocí en la plaza cupido, cuando apenas tenía 23 años de edad y que también
estando casada teníamos ha escondida de su esposo momentos de placer.
Ella salía conmigo y teníamos una relación muy bonita a espaldas de su
esposo "el patán de Robert".
—Su esposa Clarita, se sintió un poco mal, por saber como fue que su
esposo Arthur conoció a su hermana Cristina. Y de saber también que su
hermana Cristina había engañado a su esposo Robert con Arthur cuando
estaba empezando a vivir.
Clarita le dice a Arthur, ahora entiendo por qué Cristina no quiso que te
presentará el día que nos casamos aquel domingo lluvioso.
—Arthur con todo lo que le contó su esposa sobre su hermana Cristina
estaba sorprendido, de saber que siendo hermana de su mujer venía siendo
también parte de su familia.
Sin embargo Arthur, ya no sentía nada por Cristina y por lo tanto ya no
quería ni verla más en su vida.
CAPÍTULO 9
EL REGRESO DE LA DAMA DEL RELOJ DE ORO A TRAVÉS DE SU
HERMANA CLARITA