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SEXO

EN LA
UNIVERSIDAD


¡Estudia, conoce y haz el amor!




























1.a edición: 2018

Publicaciones Kino Brutal

Copyright © 2018 by Ken

Todos los derechos reservados. Ninguna parte de este libro puede ser copiada o reproducida en ningún
formato sin el consentimiento escrito del autor a excepción de sus frases breves, divertidas, asombrosas y
perspicaces. Este e-book no puede ser prestado, sino comprado. Ayuda a que el autor pueda sobrevivir en un
mundo controlado por la élite.

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Impreso en ningún lado







Para aquellos estudiantes que se aburren de
todas esas clases tediosas que son parte de
un siniestro sistema educativo y encuentran
distracción en decidir cuáles son los culos
más bonitos de sus compañeras del salón.







La vida no es corta, es desperdiciada.
by Ken
ÍNDICE

PARTE I
Introducción a la Universidad
1er Día de Clases
Tu 1er Acercamiento
Prendiendo Velitas
Primer Inconveniente: ellas se conocen entre sí
2do Inconveniente: Hombres envidiosos
Ligarte a las Bellezas más populares
Las Bellezas ocultas
La Inocente
Mujeres que viven solas
Chicas que rentan con otras Compañeras
Chicas que viven con sus Padres
Las demás Chicas
La Competencia
Las 10 Máximas para tener Amigas con Derecho
¿Qué hacer si ya estás quemado en la Universidad?
Prosperar ante la Frustración

PARTE II
De las Palabras a la Cama
Preguntas para enamorar
Convive con todos
¿Se te olvidan los Nombres de las Personas?
La Conversación es una Acción
Contar Historias
¿Cómo hacer Preguntas inteligentes?
La Secuencia natural de las Conversaciones
Experto en un Tema
Conversar con Grupos grandes
Preguntas abiertas
Nueve Consejos para saber escuchar
Primero escucha, después platica
No olvides los Cumplidos
Aprende a terminar Conversaciones
Establece Encuentros a Futuro
Los 45 Mandamientos para ser popular en tu Escuela
El Ojo que Todo lo ve
Comentarios entre Preguntas
Dilo, pero de otra Manera
El Sentido del Humor eres tú
Transforma la Conversación en un Juego
Improvisar es crear
Los 19 Trucos para sobresalir como Improvisador
Los 15 Secretos de una buena Conversación
Hacer Amigos conversando
Identificar a las Personas
No te quedes mudo si la Conversación va por buen Camino
Las Opiniones diferentes enriquecen la Conversación
¿Dónde conocer Personas?
¿Y si me quedo callado?
¡Si lo quieres, dilo!
¡Conecta!
¿En qué momento debes acercarte?
Tres Temas de Conversación
Vínculos
Callejón sin Salida
Suave

Conclusión

PARTE I
Introducción a la Universidad

He estudiado en tres universidades: el IPN, la UNAM y la UAM. También he
asistido a varias universidades privadas y a las fiestas que algunos de sus
alumnos realizaron, tales como la UNITEC, la ITAM y muchas otras que no son
tan importantes como para su mención. Asimismo, tuve la oportunidad de ver
pasar generación tras generación que fueron presentando los mismos patrones.
Pude observar muchas cosas y te aseguro que todas esas universidades
comparten características en común, v.g., casi todos ya tienen la mayoría de
edad, algunos ya viven solos, ya pueden fumar y beber sin ser regañados o
restringidos por la edad, y están, ahora más que nunca, dispuestos a explorar su
sexualidad.

Me he dado cuenta de que no importa el estatus de las universidades, si estás
dentro del círculo universitario, serás parte del grupo, incluso si estás en una
fiesta de una universidad privada y tú eres de una pública, lo cual me pasaba a
mí bastante seguido.

La gente y la publicidad dicen que las mejores etapas de la vida son la
secundaria y la preparatoria. Nada más alejado de la realidad. Casi nadie
menciona la universidad. Tal vez tengas menos responsabilidades, presiones y
crisis en la pubertad y en la adolescencia, pero nada se compara con cumplir la
mayoría de edad y estar en tu apogeo sexual.

Sé que cada etapa es maravillosa, tanto las pasadas, las presentes y las que están
por venir. Sin embargo, te mostraré las razones por las que la universidad es la
mejor etapa de tu vida:

Has cumplido la mayoría de edad y tienes más permisos y libertades que en
tus años pasados.
Puedes tener licencia de manejo, entrar a bares, comprar alcohol.
A las mujeres de tu edad les dan mayor consentimiento para llegar tarde.
Algunas mujeres ya viven solas.
Las mujeres que en la secundaria o en la preparatoria no estaban tan
atractivas, ahora se ven mejor que nunca. No me preguntes por qué.
Ya no te saldrá tanto acné como en tu adolescencia.
Tu tratamiento de ortodoncia probablemente ya habrá terminado.
Las chicas están más abiertas a los encuentros sexuales.
Puedes estudiar y trabajar. Ya sabes: más dinero, más opciones.
Tienes más vacaciones que en el trabajo.
Ahora, más que nunca, tienes la capacidad de decidir lo que harás con tu
vida.


La lista sigue, y aunque sean características que se centran en la diversión y el
vicio, son cosas de cierta importancia. Están las responsabilidades, el
crecimiento personal, por supuesto, pero de eso no se trata este libro.

Me gustaría que aprendieras cómo darte el lujo de estudiar, trabajar (quizá),
dedicarles tiempo a tus pasatiempos y lo que nunca puede faltar: mujeres y
mucha diversión.

Esto no es una guía de ligue, sino una serie de consejos que pocos saben sobre la
universidad. Es un escenario completamente diferente. No es lo mismo que en la
secundaria o la preparatoria. No es lo mismo que en el ambiente laboral.
Tampoco sigue las dinámicas de los bares, fiestas y antros. Mucho menos se
parece a un ligue casual en un centro comercial o en la calle. La universidad
tiene reglas propias.

No me gustaría que fueras el clásico estudioso que sólo entra a clase y se va a su
casa a estudiar. El que participa en clase haciendo quedar mal a los demás y
ganándose enemigos. La universidad tiene mucho que ofrecer. Quédate en ella,
disfrútala. No habrá nada parecido en un futuro, y menos en el campo laboral.

Este es el mejor momento de volverte extrovertido, de perder el miedo a hablar
en público, de ser más inteligente, de hablarles a todas las chicas que te gustan
como no lo hiciste en la secundaria o en la preparatoria. Ya eres un hombre, estás
a punto de explorar un mundo nuevo y disfrutar la mejor etapa de tu vida.

Quiero ayudarte a disfrutar de todos estos años universitarios tal como lo he
hecho yo. Acompáñame y sabrás de lo que te estoy hablando.


1er Día de Clases

Pasaste el examen de admisión o tuviste la oportunidad de poder pagar una
universidad privada. ¡Felicidades! No obstante, ahora eso es casi irrelevante. Ya
estás adentro y lo único que importa es cómo vas a pasar los próximos cuatro
años de tu vida ──sean menos o más. Estás sentado en tu salón de clases,
probablemente todos los rostros son desconocidos. Posiblemente algunos de tus
compañeros empiezan a socializar y otros tantos permanecen callados. Tu
corazón palpita acelerado recordando la cantidad de "culos" que viste pasar
mientras buscabas tu edificio y tu salón. Y ahora que estás esperando a tu
maestro en turno, volteas y ves que hay tres chicas ──Dios quiera que más──
que destacan por su belleza.

Si hay cuatro chicas, da por hecho que al menos tres de ellas van a ser abordadas
inmediatamente o al pasar de las horas. Al día siguiente todas ya habrán sido
abordadas y estarán conformando un círculo de tres o más personas. No importa
si está conformado por hombres o puras mujeres, llegar a ellas implicará pasar
por varios obstáculos.

Lo mejor sería formar parte de ese círculo, pero yo sé que no todos tienen esa
misma suerte. Lo más aventurado sería abordarlas directamente, pero no te lo
recomiendo. Incluso si eres bueno cautivando chicas, despertarás envidias y
animadversión. Debes entender que son los primeros días, todo el mundo tiene
una clase de incertidumbre, no conocen a nadie, y aunque parezca contradictorio,
no tienen la mente abierta. Por eso, querer ligar y mostrar tus intenciones los
primeros días con las de tu salón o las de nuevo ingreso será contraproducente.
No te olvides tampoco que tuvieron una vida antes de entrar a la universidad y la
siguen teniendo después de ella. Para ser más específico, me refiero a que
probablemente la mitad de ellas tiene novio.

Entonces, ¿qué puedes hacer? Quédate sentado y observa. Deja que todos los
demás hagan el trabajo sucio. Yo sé que tienes muchas ganas de ligarte a tus
compañeras y no te quiero quitar ese placer, pero es un placer que tendrás que
aplazar. Tal vez alguien más verga que tú te quite a la chica que te gustó, pero no
te mortifiques, hay más en otros salones. Mejor mira más alto. Primero hazte de
un par de amigos varones, ellos pueden hacer la labor sucia y te ayudarán a
distraer tu mente. Luego, trata de buscar el contacto visual con ellas y sonríeles.
Dirígete a ellas cuando sea necesario y no trates de seducirlas, que ellas sean las
que te aborden. Trata de sentarte junto a ellas o estar en su cercanía sin
asediarlas, eso facilitará la comunicación sin tener que hacer maniobras obvias
que activen sus escudos.

Las chicas que sí están permitidas son las de las viejas generaciones. Ellas ya
saben las dinámicas de la universidad, conocen más gente, se siente más
cómodas y, por lo tanto, están más abiertas. Sólo procura que no te vea tanta
gente cuando las abordes y que no estén rodeadas de muchos amigos, porque si
las vas a abordar sobre una base constante, cada vez más personas te conocerán
y cada impresión que tengan de ti, será un rasgo acumulado en tu reputación.

Algo que es tan importante como abordar personas, es conocer todas las
actividades dentro y fuera de tu universidad. Adentro de la universidad puede
haber actividades deportivas, de teatro, baile, canto, ajedrez, y muchas otras.
Asegúrate de involucrarte en ellas. Elige la que vaya de acuerdo con tus
pasiones, no la que veas que van más mujeres. Aunque, quizá sea el momento de
explorar nuevos gustos. Trata de mantener un equilibrio.

Las actividades que se dan fuera de la universidad, sobre todo los lugares de
diversión y esparcimiento, pueden ser bares, billares, centros comerciales,
mercados, cines, entre otros. Estos lugares suelen ser frecuentados por
universitarios, algunos en su mayoría. A veces podrás conocer gente de otras
universidades, que ya trabajan o que se dedican a ninguna de las dos. Yo adopté
una estúpida regla de sólo conocer a las de mi universidad, por lo que, si conocía
a una chica que no pertenecía a mi institución, me marchaba en seguida, aunque
fuese linda. No seas como yo, no limites tus posibilidades.

Otro requisito que debes tomar muy en serio desde tu primer día o de ahora en
adelante es tener dinero guardado y reservado exclusivamente para tus
encuentros sexuales. No para alcohol, no para citas, no para copias. No sé cómo
le tengas que hacer, pero tienes que hacerlo. Toma en cuenta los diversos gastos,
v.g., transporte, alcohol o cena, hotel, entre otros imprevistos. Yo pensaría en
unos mil pesos o su equivalente.

Antes de hablar con cualquier chica, y por obvias razones, siempre debes estar
preparado para todo. Carga siempre en tu mochila desodorante, pasta y cepillo
dental, crema corporal, gel para peinar, condones, dinero, baraja, incluso una
playera extra y comida. Sé que es incómodo cargar una mochila pesada, pero es
más frustrante dejar pasar oportunidades porque no te sientes preparado, porque
hueles feo o lo que sea. Que no te importe parecer mujer con bolsa de
cosméticos, tus éxitos valdrán la pena. Aunque si te sientes muy macho para
rebajarte a eso, entonces carga más dinero. Sé que muchas historias épicas
surgen cuando no lo tienes planeado y tienes que improvisar, pero también sé
que hay más historias de frustración por no estar preparado.

Estudia tu universidad, el tipo de gente que acude, sus actividades, los horarios
de entrada y salida, los lugares afuera de ella. Si quieres rentar cerca de la
universidad, busca la opción más cercana y que te dejen meter a otras personas
──por eso, un compañero de cuarto no te conviene tanto. A veces no te permiten
dejar pasar a otras personas en un cuarto en renta, pero vale la pena buscar.
Muchas veces depende de cuánto quieras desembolsar. Una vez que investigues
todo eso y antes de pasar a la acción, debes checar la logística dentro de la
universidad, es decir, los rincones oscuros donde puedes tener tus aventuras.

Estos lugares no tienen que ser tu carta principal, pero sí deben formar parte de
tu baraja. No todas las mujeres aceptarán acompañarte a estos lugares, pero sí
habrá muchas disponibles para subirse la falda en los mismos. Estos lugares
deben cumplir al menos uno de los siguientes requisitos, incluso pueden ser
completamente opuestos. No obstante, cada lugar debe tener sus ventajas:

Estar aislado o apartado
Se puede cerrar por dentro
Su acceso es restringido
Se puede ver quién viene o quién pasa, pero otros no te pueden ver
Es fácil disimular el acto sexual (acostado en los pastos)
Que sea oscuro
Que esté en una parte alta o en una azotea
Lugares estratégicos en los estacionamientos


Puede haber más lugares potenciales que no cumplan ninguna de las
características anteriores. Todo dependerá de tu intuición.

La segunda alternativa de logística pueden ser los hoteles. Puedes preferir el
lugar más cercano o más barato. Si eres exigente, elige el más bonito. Checa los
precios y su información particular. En ellos no habrá casi ningún problema, lo
único que debes analizar es cómo vas a llevártelas de tu facultad o de algún otro
lugar a ese hotel en particular.

Lo mismo sucede si vives cerca. Aunque muy pocas veces pasa esto. Ya que, si
cuentas con esa bendita suerte, tienes todas las de ganar, pues ya sabes la
logística de tu casa y prácticamente no gastarás nada.

¿Qué sería de nosotros sin los buenos amigos? Aquél que te estima tanto, que es
capaz de prestarte su cuarto para que puedas divertirte haciéndolas gritar de
placer. Él sabe que, si te ayuda a tener sexo, es como si los dos hubieran metido
sus miembros en la misma vagina. Nunca defraudes a este buen amigo. Haz
cosas por él, como él las hará por ti. Preséntale amigas, invítale las cervezas. Y
recuérdale que juntos pueden meter chicas, una tras otra, en su departamento del
amor.

La última opción logística, y tal vez la mejor, la reservaré para más tarde. Por
ahora, hay que ir paso a paso. Todo esto lo puedes hacer a lo largo del primer
semestre, pero trata de no tomarte tanto tiempo. Recuerda que tu mejor amigo,
ese que está ahí abajo esperando que lo despiertes para la acción, está
hambriento de universitarias.


Tu 1er Acercamiento

Bastantes personas aseguran que el momento perfecto no existe, que las mejores
oportunidades se desperdician por la búsqueda de éste, y sólo hace que te
inventes excusas. Yo difiero. El momento perfecto para acercarse sí existe.
Entiende, la decisión de acercarte ya está hecha desde que te levantas y te
preparas para tus clases, lo único que hay que esperar es el momento adecuado.

Para ilustrar este punto, te contaré cómo yo me acercaba a las chicas en mi
universidad con un alto rango de éxito. Te explicaré por qué me iba tan bien y,
además, puedo decirte que mis historias más deliciosas empezaron con este
método de abordaje. Comencemos:

En mi universidad había un gimnasio en el área deportiva. Estaba del lado
opuesto a los edificios donde se tomaba clase. Era un lugar muy concurrido a
todas horas prácticamente. Y como podrás imaginarte, había bastante flujo de
culos, tanto afuera como adentro. Todos los días me la pasaba un aproximado de
tres horas ahí. No todo el tiempo estaba entrenando. Era mi territorio y lo
conocía muy bien. Me sentía seguro, conocía muchos amigos que me
informaban quiénes estaban lindas, dónde andaban y a veces su itinerario.
Algunas personas se referían a mí como el mamado del gimnasio ──esto lo
decían no como un halago.

No importaba si yo veía a una linda chica o alguien me informaba de ella. Lo
único que decidía mi mente era, "¡Le voy a hablar!" Empero, no lo hacía
inmediatamente. Tenía que observar su situación. Primero tenía que ver si venía
con alguien. Si me acercaba a ella enseguida, corría el riesgo de que llegara su
novio unos segundos después y quedara yo como un imbécil. Y créeme, pudo
haberme pasado un chingo de veces. Gracias a la prudencia, siempre evité la
pena. Primero hay que observar con quién viene o si anda sola.

La mayoría de las veces iban con una amiga, y a veces con un amigo que
pretendía ser su instructor porque, y cito a casi todas: les daba pena ir solas. En
este caso no es tan compleja la situación. Es normal que vayan con sus amigas.
Hay que acostumbrarse a ello. Y si te acercas con la actitud indicada, las amigas
pueden animarte. Incluso así, no me acercaba inmediatamente: ellas sólo iban al
gimnasio y no a ligar. Si me acercaba enseguida, independientemente si hubiera
química o no, la presión iba a ser notoria. Lo que yo quería es que estuvieran
tranquilas, ignorando que yo las estaba cazando.

Si ellas iban solas, era todavía más fácil. De todas formas, no me acercaba
inmediatamente. Insisto: es clave dejar que ellas se sientan cómodas en su
entorno. De cualquier forma, si notaba que iban con una amiga o iban solas
──descartando a las que tenían novio, por obvias razones──, era necesario
dejarlas que hicieran su rutina en paz. Lo único a lo que me dedicaba era a
observarlas procurando no establecer demasiado contacto visual. No quería que
lo anticiparan. También hacía mi rutina, pero al mismo tiempo procuraba no
ejercitarme cerca de ellas, no quería ser encimoso. Si bien no me acercaba,
trataba de situarme en un lugar adecuado para observar todos sus movimientos o,
en su defecto, que mis amigos me informaran si salía.

Puede convertirse en un craso error acercarse antes de tiempo. Como dije antes,
pueden estar esperando a su novio, lo que te puede dejar en una mala posición
más tarde. Por lo regular, las mujeres no saben utilizar los aparatos o qué
ejercicios hacer. Como resultado, hacían mal los ejercicios. Si eran feas, nadie se
acercaba. Si eran atractivas, no tardaba en llegar el estúpido queriendo ser
instructor para enseñarles otra forma incorrecta de realizar los ejercicios. No se
llevaban más que su nombre y un "¡Gracias!" Yo prefería no caer en ese vicio a
menos que me preguntaran, pero para eso estaban los instructores ──ellos
también eran mis informantes. Necesitas comprender esto: déjalas en paz.

De hecho, si traen puestos sus audífonos es un claro mensaje de que quieren su
espacio. Ponte en su lugar, es bastante molesto quitarte los audífonos para oír
cosas sin importancia o saber cómo hacer un maldito ejercicio sin que tú lo
hayas preguntado, y más si escuchas tu música favorita, lo que es obvio.
Obviamente tú estarías dispuesto a quitarte tus audífonos sesenta y cuatro veces
si una mujer hermosa se te acerca, pero ella no, porque tiene atrás un chingo de
cabrones queriendo meterle la verga.

Otro motivo por el cual no me acercaba a ellas durante su rutina, era
simplemente por discreción. No quería que nadie me viera acercarme. Que me
vieran hablando con una chica distinta era suficiente para crearme una mala
reputación. Peor es cuando ven cómo te acercas y qué es lo que dices para salir
con ellas.

Ya sabía su situación, con quién venía, cuál era su actitud, si volteaba a verme, si
algún papanatas se había acercado, y finalmente llegaba el momento en el que
ella terminaba su rutina. Evidentemente ya estaba más relajada que cuando
entró. Sabía que había llegado el momento perfecto. Me apresuraba cerca de la
entrada y aguardaba hasta que tomara sus cosas de los casilleros que estaban
afuera y caminara unos pasos para que no me vieran por las ventanas del
gimnasio. Luego me acercaba sigilosamente por atrás y le tocaba muy
suavemente el brazo para que se volteara.

Tantas veces me pasó que me acercaba por atrás, les tocaba el brazo y me
acercaba demasiado. Ellas se sobresaltaban y me miraban aterrorizadas. Quiero
creer que no era porque yo estuviera horrendo. Perfeccioné mi acercamiento
haciendo lo mismo, pero agregando un movimiento: cuando les tocaba el brazo
retrocedía y me hacía a un lado ──del lado donde les tocaba el brazo, por
supuesto──, para que pudieran notarme. Con esto eliminé los sobresaltos.

Luego me acercaba lentamente. Ella me miraba y observaba rápidamente a su
alrededor. Notaba que no había nadie e inmediatamente se relajaba. Palabras
más, palabras menos, la charla seguía siempre el siguiente formato:

── Hola, ¿cómo te llamas?
── Gisela
── Te vi hace rato en el gimnasio y me pareciste muy guapa.
── ¡Ay, gracias!
── No te he visto muy seguido ¿tienes mucha carga de tareas?
── Sí, a veces, pero lo que pasa es que casi no vengo porque los lunes y los
miércoles salgo tarde del laboratorio.
── ¡Uy, que pesado!
── ¡Sí!
── ¿Y qué estudias?
── ¡Biología experimental! ¿Y tú qué estudias?
── Ah, disculpa mi mala educación. Soy Adrian y estudio Lingüística.
── ¡Mucho gusto!
── Pareces apresurada, si quieres caminamos para que no se te haga tarde.
── ¡Ah, sí, claro!
── Pues no sé qué tan ocupada estés, pero me gustaría salir contigo. Quizá nos
estemos viendo por acá o por los salones. Espero me saludes.
── ¡Sí!
── Bueno, pues te dejo, y espero verte pronto.
── ¡Sí, hasta luego!

En el diálogo hay elementos de suma importancia que quizá no hayas notado.
Sin embargo, es necesario que los identifiques. Siempre es bueno tener una
excusa para acercarte. Tienes que evitar a toda costa que se pregunten: ¿por qué
se me acercó este tipo? La mayoría de las veces mi excusa era su físico, me
acercaba porque me gustaban. Si hay un motivo, exprésalo. Sé lo más claro que
puedas sobre tus intenciones.

Exprésale también lo poco que la has visto, o que nunca la habías visto. Eso te
dará información sobre su itinerario y qué tan factible es volver a verla.
Pregúntale sobre su carrera y toda información que te permita saber si te
conviene darle seguimiento o es difícil salir con ella.

En ocasiones ellas no te preguntarán tu nombre o cosas personales. Para esto,
debes cambiar el enfoque de su falta de interés o su nerviosismo. Sí, ellas
también se ponen nerviosas. ¿Cómo cambiar el enfoque? Fácil, simplemente di
que eres un maleducado por no haberte presentado o compartido información.
Haz que sepan detalles de ti a toda costa, pregunten o no.

El límite de tiempo es crucial. Jamás permitas que terminen ellas la conversación
debido a su límite de tiempo. De hecho, por ningún motivo dejes que se sientan
apresuradas. Toma el control de las circunstancias. Si notas que están inquietas,
ves que su cuerpo apunta hacia otro lado o voltean insistentemente hacia un
lugar lejos de ti, ofrécete a acompañarlas. Eso las relajará completamente.
También te dará suficiente tiempo para demostrar valor. Un, "Te ves un poco
apresurada, si quieres te acompaño unos momentos para terminar de decirte
que...", demostrará cualidades atractivas y podrán aceptar relajadas.

Una vez que están relajadas. Déjales claro que quieres salir con ellas. Propón un
día y la hora o pregunta sobre su disponibilidad. Investiga dónde puedes
encontrarlas y en qué horario. Es mejor buscar mujeres sin compromisos y con
disponibilidad de tiempo. Algunas tendrán una agenda muy apretada, pero
puedes insistir o hallar la forma de salir con ellas.

Al final de la interacción, tienes dos opciones. Pedirles o no el teléfono. Eso
depende de cada persona. Si decides pedirle el teléfono o su contacto, te
recomiendo que sea únicamente para acordar una cita ──o como quieras
llamarle. No intentes seducirla a través de mensajes de texto. Eso no sirve. ¿Por
qué? Porque no estás conviviendo cara a cara con ella. Mejor acuerda una cita
con ella por teléfono y lo que tengas que hacer, lo harás en persona con ella.

Lo que yo decidía hacer era no pedirles su contacto por una sencilla razón:
quería ver qué tan seguido podía verlas. No me convenía verme apresurado, ya
que muchas veces no las veía muy seguido, por lo que la magia del inicio se
desvanecía y prácticamente era volver a abordarlas de nuevo. La segunda vez no
salía nada bien. No me preguntes por qué. Sé que parece ilógico, pero déjaselo al
destino. Diles que esperas verlas pronto y un vago, "Cuando tengas tiempo
salimos a comer/beber/bailar/platicar."

Hazme caso. No te conviene perseguirlas o tener sexo con ellas cuanto antes.
Llévatela tranquilo. Alocarte demasiado es una de las maneras más rápidas de
estrellarte contra la pared en poco tiempo. Sé que te encanta el sexo, y lo tendrás,
solamente mantén la calma. Haz lo que tengas que hacer, pero llévatela
tranquilo, nadie te va correteando.

Finalmente, mi recomendación es que abordes a las mujeres estando solo, que no
vayan acompañadas y que no sea frente a tanta gente. Te va a convenir ser
discreto y pasar por desapercibido. Con el tiempo formarás una reputación y
fama, créeme. Nada más no la apresures.

Por otro lado, habrá momentos en que tendrás que ser audaz y abordarlas como
sea y cuando sea. Es posible que el momento perfecto no llegue o te canses de
esperarlo. En esas circunstancias, el momento en el que decidas acercarte será el
perfecto, incluso cuando todas las apuestas están en tu contra.


Prendiendo Velitas

Hablarle a una colegiala es lo más fácil de todo esto. Si todavía tienes
dificultades para acercarte y atraer a una mujer, lamento decirte que no has
pasado por lo peor. Estoy completamente seguro de que no planeas acostarte
sólo con una, sino con varias. Investigar la logística y acercarte a las muchachas
es una deliciosa adicción. Sin embargo, lo bueno todavía no comienza. El juego
consiste en hablarles a todas las mujeres que te gustan y solidificar una relación
sin que se enojen… pero… si no te diste cuenta de lo casi imposible que eso se
escucha, has vivido en una vil fantasía.

La mayoría de las mujeres no tolerará que les hables igual de bonito a otras.
Mucho menos los hombres. La solución es ser tan discreto como sea posible,
aunque parezca más tardado. Lo divertido es poder cortejar discretamente a otras
mujeres mientras culminas tu objetivo. Si quieres algo serio, ya estarás casi del
otro lado, no necesitas hablarles a otras si no quieres, pero si sabes que te
enamoras cada cinco minutos y te gustan las emociones fuertes, también debes ir
por la estrategia de cortejar por debajo de la mesa.

El juego puede llegar a ser frustrante. En un par de semanas puedes tener cuatro
mujeres con las que te hablas bonito, te andas besuqueando y quizá con una ya te
hayas acostado. Todo parece un sueño. Cuando de pronto, por un error, un
chisme de un bato o una chica celosa, tu círculo de amor se vuelve una triste
realidad y las pierdes a todas. Quizá te llegue a pasar muy seguido que te acercas
a una chica y ella te coquetea encantada, y días después se vuelve fría y te deja
de hablar, así, sin previo aviso y sin pista alguna de lo que pudo haber sucedido.

Tristemente, decir la verdad será contraproducente, por lo tanto, no es una
opción. Independientemente de tus valores. Aunque una mujer sepa que andas de
mujeriego, nunca le digas que no es la única, ni que sales con otras. Hablarles
claro es lo correcto, ¿verdad? Por supuesto, pero no llegarás muy lejos. Sólo una
mujer con baja autoestima y que no se respeta aceptaría tal cosa, a menos que
ella esté jugando a lo mismo, pero todavía no llegamos a tener la mente tan
abierta como para ver eso como algo normal y correcto. Así es, tendrás que
mentir, tendrás que romperles el corazón a veces, pero eso es algo que todos nos
arriesgamos a sufrir. Lo creas o no, ellas también mienten y rompen el corazón
sin tentarse el corazón. No es un desquite, es algo inherente al juego.

Por supuesto puedes elegir decir la verdad, y quizá te vaya bien. No obstante,
ninguna mujer dirá, "Ese hombre es fantástico, me dijo que solamente quería
tener sexo conmigo y como yo quería algo más, decidió no herirme. Ahora lo
admiro por su sinceridad", o bien, "Él me dijo que estaba saliendo con otras
mientras salía conmigo, y por ser honesto ahora lo veo más atractivo." Ellas
dirán algo más parecido a "Qué hueva de wey, nada más anda pensando en sexo.
¿Así o más patán?", o bien, "¡Qué estúpido! ¿O sea que todavía debo estar a su
disposición para salir? Por mí que se vaya a la mierda."

Para mí, ocultar la verdad o decir mentiras es lo mismo. Pero mentir
despiadadamente es aberrante, y eso deberías evitar. No abuses de la mentira. No
mientas cuando esté en juego la integridad de una mujer. Mentir
desconsideradamente puede dañar a las personas. Esas mentiras cargadas de
resentimiento y misoginia son actos viles y aquellos que pretendan hacerlo no
deberían participar en los juegos del amor.

Las mentiras a las que me refiero deberían ser:

¡No, hermosa, no te ves gorda en ese vestido!
¡Eres la mujer más hermosa que he visto!
¡La chica de ayer es sólo una amiga!
¡Salimos un tiempo, pero no funcionó!
¡Claro que me gustaría algo serio contigo!
¡Sí, podemos salir en plan de amigos!
¡No, ya no siento nada por ella!
¡Entre ella y yo no hay nada!
¡Yo te marco!
¡Vamos a mi casa, nos tomamos una cerveza y luego paso a dejarte a tu
casa!
¡No te preocupes, no haremos nada que tú no quieras!
¡Claro que no te veo como una más!
¡Eres la única!


Como puedes darte cuenta, son mentiras crueles. Pueden causar daño a
diferentes grados. Eso no desmerita que sean mentiras necesarias. Ya dependerá
de ti si las utilizas o prefieres ser completamente honesto. En este juego casi
todo se vale, sólo procura no abusar de ello. Miente sólo cuando sea necesario,
por el bien de una pasión desenfrenada y no para causar daño por el daño mismo.

En fin, por ahora sólo debes preocuparte por prender tantas velitas como puedas.
Más tarde nos ocuparemos de los demás inconvenientes. Para romper el hielo,
sigue la misma base. Algunas veces ellas te abordarán, otras tantas te las
presentarán. No importa cómo haya sido la primera interacción, mientras hayas
generado una buena impresión. No dejes que ellas se den cuenta cómo abordas a
otras ni lo que sientas por las demás. A cada mujer hazla sentirse especial y la
única, incluso cuando sea difícil ocultar que andas con otras.

Recuerda abordar lo más posible estando solo. Procura que estén lo menos
acompañadas posible y rodeadas de poca gente. Empieza a hablarles poco a poco
tratando de que no sea siempre en el mismo lugar. Evita que la gente logre ver
tus patrones. Mientras más tiempo puedas pasar desapercibido, mejor. Algún día
te será imposible pasar desapercibido, así que aprovecha mientras puedas.

En todos lados debes estar hablando con personas para hacer crecer tu círculo
social. También es necesario que evites abordar a la gente como si fueras un
vendedor callejero. Entre más casual y circunstancial puedas hacer que parezca
el encuentro, mejor. Si la gente nota que estás abordando chicas a diestra y
siniestra, crearás una reputación negativa.

Después de saber todo esto, tu tarea es abordar a las chicas de forma natural y
amigable. Que todo parezca circunstancial, sin tenerlo planeado. No te fuerces a
abordar una y otra vez. Aprende a esperar las oportunidades y aprovéchalas
cuando lleguen. Eres universitario y se supone que primero está el estudio y
luego el desmadre.


Primer Inconveniente: ellas se conocen entre sí

Uno de los primeros inconvenientes será que le hables a la amiga de la chica que
ya habías abordado. Esa situación te hará querer mandar a todos a la chingada.
Va más allá de lo frustrante. Cuando eso te pase, guarda la compostura. Enfócate
mejor cuál de las siguientes tres circunstancias toma lugar:

1) Le hablaste a la amiga de la chica con la que te

acostaste y jamás volviste a buscar.



2) Le hablaste a la amiga de la chica que te

rechazó o simplemente no se pudo dar nada.



3) Le hablaste a la amiga de la chica que andas

pretendiendo.

La mayoría de las veces no hay forma de saberlo. Tú ves a la chica con sus
amigas habituales o quizá siempre la hayas visto sola y pensaste que ya lo tenías
todo bajo control, pero el destino es tan jodidamente cruel, que te llamó la
atención justamente la amiga que ella frecuenta pocas veces. Y por si no fuera
suficiente, después de enterarse de que andas atrás de las dos, de forma
miserablemente mágica, fortaleció su amistad y ahora son más unidas que nunca.
No me preguntes por qué, no sé la respuesta, pero así sucede. Sientes que todo el
mundo se ríe de tu maldita suerte.

Puedes llorar por tu desgracia, pero también debes buscar una solución.
Justamente para eso existen las mentiras y así poder hacerte el desentendido.
Depende mucho también de cómo ellas reaccionen. Si te evitan, son groseras y
dejan de hablarte, ya ni caso tiene insistir, al menos por ahora. Si, por el
contrario, te siguen hablando, aférrate a esa oportunidad. Sólo quiero que seas
precavido, tú no sabes lo que ellas pudieron haber acordado secretamente en su
plática de mujeres. No te confíes y juega tomando en cuenta lo que ha sucedido.
Si ellas no aluden al tema, tú tampoco digas nada. Sigue actuando normal.
Decide por qué amiga vas a ir y haz tu jugada. Lo mejor sería ir por las dos, pero
si no sabes jugar con fuego, ni lo intentes porque te vas a quemar, lo que se
traduce como: sin ninguna de ellas y más problemas de los que tenías.

La otra posibilidad sería que te dijeran que la amiga habló mal de ti diciendo que
eres un patán. No importa mucho si fue una salida, un beso o sexo de una noche.
Hacerte la víctima es una estrategia delicada, pero si haces bien tu jugada
lograrás reivindicarte. A mí esto me pasaba muy seguido: a) lo primero que hacía
era admitirlo: "¡Sí, una vez salí con ella!"; b) después me justificaba: "¡Pero no
pudo funcionar!"; c) finalmente me hacía la víctima: "¡Después de lo que pasó
volví a buscarla, pero me ignoraba y nunca respondía mis mensajes!"; y d) para
rematar: "¡Por eso me resigné a no seguir buscándola!"

Otra de las posibilidades es que sus amigos digan que tú eres un mujeriego, que
sales con una y con otra. Para esto también lanzaba otra mentira, pero esta vez
ofreciendo un punto de vista distinto y más elaborado que cualquier chisme
mediocre:

"Bueno, desde afuera, se ve de esa manera, pero la verdad es que resultamos
tener gustos muy diferentes. Prefiero cortar las cosas que empezar una relación
disfuncional. Me gusta conocer personas y tener relaciones estables, pero
muchas veces sólo es una mera atracción física y nada más."

Quizá parezca contraproducente, pues te estás orillando a ser un simple
pretendiente desilusionado, pero sirve demasiado, porque no hay forma de que
puedan debatirlo. Más tarde lo van a olvidar. Todo esto parece ser la justificación
de un hombre débil que necesita buscar aprobación. Este no es el caso.
Simplemente estoy implantando ideas de lo que quiero que ellas crean. Además,
sirve para que más tarde ellas se justifiquen a sí mismas con sus amigos en caso
de que decidan acostarse conmigo. Sus amigos ejercerán presión sobre ella,
"¡Ese tipo no te conviene, sólo quiere jugar contigo!", pero ellas pueden
justificarse. Es como quitarles un peso de encima.

Claro que puedes elegir decir la verdad y tu conciencia estará tranquila. Toma su
mano, mírala a los ojos y dile, "¡Sí, me cogí a todas ellas y les dejé de hablar
porque ya había obtenido lo que quería desde un principio!", y tener integridad
siendo honesto. Ellas te apreciarán por ello y quizá acepten ser una más...
obviamente estoy jugando, no hay que ser ridículos engañándonos a nosotros
mismos pintándonos una fantasía. Al mundo le da igual si el cuento lo quieres
pintar de rosa. Aunque elijas palabras dulces, ese es el mensaje que al final vas a
transmitir. Los seres humanos nos mentimos todo el tiempo creyendo cuentos
mágicos para estar tranquilos y justificar nuestras decisiones, aunque en el fondo
sabemos la verdad. Será obvio que eres un mujeriego, eso es muy difícil de
ocultar. Se ve, se huele. La clave es cómo te presentas y cómo lo sobrellevas.
Ellas quieren ser especiales de entre todas tus conquistas, no seas tonto, hazlas
sentirse especiales.

En última instancia, cuando le hables a la amiga de la chica que andas
pretendiendo, estarás en graves aprietos. Esta situación depende infinitamente
del contexto. Cualquier bastardo que no sepa nada acerca de las mujeres, te dirá
que vayas por las dos. Tristemente es muy difícil que puedas lograrlo. No
obstante, eso es precisamente lo que tienes que intentar. No porque así puedas
conseguir meter a las dos a tu cama al mismo tiempo, sino porque así te darás
cuenta a cuál de las dos le interesas más. Irónicamente esa circunstancia
provocará que ellas dos se unan más. Por lo tanto, no les mandes mensajes ni les
hagas llamadas, porque ellas se pasarán el dato. Tus mensajes o tu número de
celular quedarán registrados. Trata de no dejar evidencia. Lo mejor será
hablarles en la escuela, ya que de este modo no tendrán nada comprobable, a
menos que te tomen foto, pero es más difícil. No tendrán registros de llamadas ni
mensajes tangibles que te incriminen. Se pueden contar que fuiste a buscarlas,
pero no son pruebas fehacientes. Al mismo tiempo debes dejar que las cosas se
enfríen un poco. Por el momento no insistas demasiado ni apresures las cosas.
No las busques por voluntad propia, deja que la situación tome su curso natural.

Si todavía puedes echarte para atrás, hazlo. Digamos que conociste a Susana,
saliste con ella y ya la besaste. Ella muestra signos de que quiere estar contigo y
a ti también te agrada, pero eso no es suficiente para que quieras dejar de
conocer chicas. Un día descubriste a una linda mujer y fuiste a hablarle. Ella se
llama Itzel y también te demostró que le gustas. Desde entonces andas saliendo
con las dos. Un miserable día te das cuenta, no importa cómo, de que son
amigas. Quizá ya se contaron acerca de ti o quizá lo hagan pronto. ¿Qué más da?
Tu teatrito se puede caer en cualquier momento.

Para esas situaciones que son más probables de lo que te imaginas, debes estar
dos pasos adelante. Si ya sabes que andas saliendo con una, tus demás
acercamientos deben ser todavía más casuales y sin insinuar con palabras
textuales absolutamente nada. Por ejemplo, si no andas con nadie, puedes ser
directo e incluso decirle que es la mujer más hermosa del planeta, pero cuando
ya andas saliendo con alguien, aunque no sea nada serio, debes ser más
cuidadoso y no ser tan directo y aventado. No quieras comerte todas las
panochas de una sola lamida. De esta forma siempre puedes decir que nunca
pretendiste a nadie, que sólo le hablaste por amabilidad. Quizá no te crean del
todo, pero si no tienen pruebas en tu contra, no pueden culparte. Puedes tener
más relaciones sexuales si vas de una en una que si quieres tener sexo con varias
al mismo tiempo, puesto que lo segundo es una de las maneras más rápidas de
empeorar tu reputación.




2do Inconveniente: Hombres envidiosos

Es increíblemente triste y ridículo que los hombres tengan que recurrir a los
chismes para querer quitarte de la jugada y así poder conseguir a la chica que te
interesa. ¿Qué clase de hombre tiene que recurrir a esta estrategia tan pobre?
¿Qué clase de mujer puede sentirse atraída hacia un hombre cuyo recurso es
hacer quedar mal a otros hombres? Estos pobres diablos en verdad se toman en
serio el viejo adagio, “En la guerra y en el amor todo se vale.” Sea cual sea el
caso, estos adefesios de la naturaleza te van a causar un montón de dolores de
cabeza. A veces actúan solos y a veces en grupitos de otros papanatas igual de
incompetentes. Cuando una mujer te diga que le ha llegado un chisme malo de ti,
lo primero que tienes que preguntar es “¿Quién fue?” Muchas de ellas no te van
a revelar sus fuentes. Entonces lo siguiente que tienes que preguntar es “¿Fue
hombre o mujer?” Si fue una mujer, puedes pasar al capítulo anterior. Si fue un
hombre, sigue leyendo.

Cuando es un amigo muy cercano a ellas, estarás en graves problemas al igual
que si hubiera sido una amiga. Un amigo cualquiera te pondrá en uno que otro
aprieto, aunque de menor riesgo si este amigo ya la ha pretendido anteriormente.
Si es alguien que la anda pretendiendo no tendrá tanto impacto. En sí, importa
poco quién sea este mentecato, el chiste es que plantará dudas en la cabeza de la
chica que pretendes. Quieras que no, muchas mujeres tienen la mente tan débil y
carecen de criterio propio para forjar sus propias conclusiones sobre ti. Me
queda claro que tú eres un hombre de alto valor, por lo que buscarás mujeres que
sean lo suficientemente maduras para darles la vuelta a los chismes y mejor
reflexionar las cosas por sí mismas. Obviamente eso no se juzga a primera vista.
Tú ves a una mujer atractiva y no sabes si es segura de sí misma o es de mente
pobre. Naturalmente no tendrás problemas con las mujeres de alto valor. Ellas no
se dejarán influenciar tan fácilmente. Los inconvenientes los tendrás con
aquellas mujeres de carácter débil, que muchas veces no tendrán la decencia de
decirte las cosas y te dejarán de hablar de un día para otro. Lo peor es que tú te
haces mil cuentos en tu cabeza preguntándote por qué te dejaron de hablar si
todo iba tan bien. En el momento en el que te suceda algo así, una de las
posibilidades es que le llegó un chisme tuyo. Qué lástima que esa niña tan
hermosa sea tan pendeja y manipulable. Digo que es una lástima, porque
también sé que eso no te va a interesar y menos si sólo quieres tener sexo con
ella. Sinceramente no te culpo ni te juzgo, lo pendejas no les quita ese culazo
que se cargan.

Ya sabes, no te alteres y piensa en una solución. Primero asegúrate de que la
chica te vuelva a hablar, porque si no, el idiota aquél se habrá salido con la suya.
No es mala idea buscarla y preguntarle qué pasó, por qué te dejó de hablar.
Solamente asegúrate de que no sea uno de sus mejores amigos, porque si lo es,
debes adoptar las estrategias del capítulo anterior. Una vez que sepas que es un
hombre ──que no es su mejor amigo──, el cual es origen del chisme, lo
siguiente es hacerlo pedazos, aunque no sepas quién es. Simplemente pregúntale
a la chica “¿No te parece raro que ese tipo te ande pretendiendo y luego diga
chismes sobre mí?” En caso de que esa pregunta no tenga el impacto debido,
insiste con “Me voy a sentir muy triste si le crees a él, pero sólo toma en cuenta
que tuvo que recurrir a los chismes para sacarme de la jugada. Eso no hace un
verdadero hombre.” Además, es verdad, eso no lo hace un verdadero hombre.
Rara vez es entendible en el caso de que sea su amigo y tú seas descaradamente
mujeriego.

Luego de escuchar tus argumentos, ella te dará la razón. Es más, no te dará la
razón por tus argumentos, te darás cuenta de que ella se pondrá de tu lado desde
el momento en el que te informe de los chismes sobre ti y esté escuchándote lo
que tienes que decir. El verdadero objetivo de tus argumentos es aliviar esa
presión y que ella tenga la excusa adecuada en caso de que se acueste contigo.
Estás dando la cara, eso es lo que hace un hombre chingón. Recuerda que,
aunque sospechen que eres un mujeriego, ellas quieren mentirse a sí mismas
para justificar que están atraídas hacia ti y pasar por alto tus defectos. Por si
fuera poco, les estás devolviendo el favor a aquellos que tuvieron la molestia de
hablar mal de ti. No dejes que se salgan con la suya. El sabor será más dulce
cuando la tengas empinada y ellos sepan que tú verga está llena de sus fluidos
orgásmicos.

Ahora debes estar consciente de que la gente ya te empieza a ubicar y por lo
tanto tu reputación es cada vez más reconocida y delicada. Cuando comiences a
tener inconvenientes que involucren chismes, será el momento adecuado de ser
más precavido. Aunque por ahora todavía no es necesario adoptar otras
estrategias. Aprovecha ahorita que todavía te conocen pocos. Más adelante voy a
ilustrarte otras estrategias más descaradas y divertidas, pero todavía insisto en
que disfrutes cada una de las fases que va a sufrir tu reputación. No hay
necesidad de darte a conocer tan rápido.


Ligarte a las Bellezas más populares

Uno de los objetivos que deberías proponerte es ligarte a la chica más popular de
la escuela, aquella por la que todos mueren. Esa mujer que otras mujeres
envidian. La buena noticia es que no sólo hay una. Todo depende de cuántos
alumnos haya en tu escuela o cuántas carreras. De cada área habrá al menos una
chica popular. La mala noticia es que hay muchas malas noticias. La primera es
que muchas de ellas tienen novio. La segunda es que están rodeadas de
pretendientes. La tercera es que están rodeadas de amigas y amigos ──algunos
homosexuales──, que actuarán como sus guardaespaldas. La cuarta es que son
altamente visibles y pretenderlas te hará visible y todavía más susceptible a los
chismes. En fin, para qué continuar. La otra buena noticia es que se pueden
vencer todos esos inconvenientes.

No es necesario ser el más popular, ser rico o ser guapo y atlético. Lo que sí es
infaltable es que debes destacar con buenas cualidades sobre los demás. Si no
has tenido buena suerte con las mujeres, sería estúpido decirte que debes seguir
haciendo lo que estás haciendo y comportarte como lo has hecho toda tu vida. Si
te digo que no es necesario ser popular no quiere decir exactamente que tengas
alguna oportunidad con la chica más popular. La triste realidad es que nunca te
haga caso porque eres un Donnadie. No es importante ser rico, pero al menos
debes ser capaz de invitarla a salir y pagar el hotel. Si no tienes habilidades, ni
pienses que ella te va a pagar la peda y el hotel. Tener una desventaja física,
v.g., ser feo y estar escuálido, no debe impedirte mejorar tu físico con dieta y
ejercicio. De cualquier manera, existen numerosas formas de sobresalir:

1) Tener muchos amigos

2) Saber ser agradable


3) Ser un hombre inteligente y disciplinado


4) Ser bueno en un deporte


5)
Involucrarte en actividades dentro de tu

universidad
6) Haber conquistado a algunas mujeres bellas de

la universidad
7) Tener mucho dinero

8) Ser guapo o musculoso


9) Tener una buena verga o presumir de ser bueno


en la cama

Dejar de pasar por desapercibido está en tu control. Deja atrás la mediocridad. Si
vas a hacer algo, hazlo bien, porque hasta tener la mala fama de mujeriego puede
servirte para conquistar a la chica más popular. Sobresalir de la multitud
provocará que las chicas populares te vean como un igual y no como un
pretendiente más.

Luego de que estés practicando actividades para mejorar como persona y elevar
tu confianza y autoestima, debes saber que las mujeres populares, aunque
visibles, son de difícil acceso. La mayoría del tiempo van a estar acompañadas y
los hombres nunca las dejarán en paz. Ni siquiera cuando vayan al baño a cagar.
Pedirles su teléfono y mandarles mensajitos simplemente no va a servir. A ella le
llueven tantos mensajes que estarás compitiendo con cientos de otros chats. Por
esa misma razón, en lo personal, este tipo de mujeres no son mi tipo, pero te
mentiría si no es satisfactorio conquistarlas, porque es una prueba incuestionable
de que eres un hombre superior. Yo sé que es pura vanidad querer tener a este
tipo de mujeres, sobre todo porque hay mujeres más bellas que permanecen
ocultas ante los ojos poco observadores y los amantes de gustos mundanos.

En fin, no te quiero quitar la emoción. En teoría, las chicas populares son como
cualquier otra mujer. Lo único que varía es el contexto. Generalmente, la
dificultad reside en que son hermosas y nunca están solas. La belleza les
proporciona el lujo de decidir de entre muchos hombres y es por eso por lo que
nunca están solas, muchos hombres están buscando la oportunidad de salir con
ellas, las mujeres quieren ser como ellas, por lo que estarán apegadas a ellas
tratando de imitarlas o aprovecharse de su estatus. Eso también puede ser causa
de su miseria. Es mucha presión tener que ser bella y popular, y no poder
expresarse fuera de lo que se espera de ellas. También atraen hombres de todo
tipo, desde los más inútiles hasta lo que son un buen partido. De cualquier
manera, e incuestionablemente les gusta la verga, incluso si son lesbianas. ¿Qué?
¿Crees que se meten nomás los dedos?

Lo que debes hacer es acercarte cuando ella esté lo menos rodeada posible de
personas. Ya sé que es una tarea imposible. Sé directo e invítala a salir. Que su
número telefónico no sea tu objetivo, mucho menos sus redes sociales. Lo que
necesitas es ganar tiempo para poder conocerla y que te conozca. La diferencia
es que tú no las invitarás a salir el fin de semana, ni al cine o a cenas costosas,
porque todo el mundo lo está haciendo. Incluso sus amigas batalla para salir con
ellas. En vez de eso intenta que sea algo casual y espontáneo. Aunque sus
agendas sean igual que cualquier estudiante, ella estará ocupada o aparentará
serlo, por lo cual no debe tomarte más de una hora para invitarle un helado o
algo de algún lugar cerca de la escuela. Mientras menos tiempo le tome a ella
pensarlo o de arreglarse para la ocasión, mejor. Así evitarás que te deje plantado,
que cambie tus planes por los de otro pretendiente o que te dé largas. Reconoce
su situación social y estarás muy por encima de otros hombres. Cuando logres
ganar tiempo, el proceso de conocerla no será diferente al de las demás mujeres.
Tomando en cuenta esto, entenderás que no es más difícil que conocer otras
mujeres, sino que es diferente su situación social.

Conquistar mujeres populares hubiera sido mi único pasatiempo en la
universidad de no ser por el hecho de que salir con ellas, o incluso el intentarlo
hará que mucha, mucha gente te conozca y comience a identificarte. Ese es el
precio que lastimosamente hay que pagar. Dichosos no son aquellos que
pudieron acostarse con una chica popular ──yo no me siento dichoso──,
dichosos aquellos que encontraron al amor de su vida en ellas y decidieron
quedarse ahí. No lo digo porque esté celebrando al amor, lo digo porque si hay
otras mujeres que tengas en la mira, inevitablemente van a saber de entrada
quién eres tú. Quizá nunca te hayan visto, pero alguien se va a encargar de
informarles todo acerca de tu pasado. Sé que debo dejar de ser tan dramático con
esto de la reputación. Siento que estoy arruinando algo tan hermoso como tener
bajo tus sábanas a la chica más popular de la escuela. Pero también sé que no
estoy exagerando cuando te digo que tener mala fama de mujeriego es un gran
dolor de cabeza.


Las Bellezas ocultas

Pobres tontos son aquellos que no me creyeron que hay mujeres tan hermosas
que sorprendentemente pasan desapercibidas y que pueden opacar la belleza de
aquellas mujeres populares. Es verdad porque muchas chicas populares están
sobrevaloradas. Hay mujeres que provocan una poderosa atracción sexual
incluso cuando no son las más guapas. Así como también hay mujeres de belleza
inigualable que no generan tanta popularidad. Nada tiene que ver con que los
hombres tengan miedo de acercárseles. De hecho, la mayoría de las veces no
dejan una buena impresión. A veces son desaliñadas, no usan ropa que les
favorezca, no se maquillan, su actitud no es llamativa y a veces no salen a
socializar. Como lo dije antes, sólo un buen observador y un amante con gustos
exquisitos las va a notar. A menudo no son tan populares porque no salen a
fiestas y no conviven tanto en la universidad. Por ello, siempre hay que estar
bien atentos y jugar un juego al que le llamo “¿Cómo se vería desnuda?” Puede
parecer un juego idiota, pero por increíble que parezca, es una excelente forma
de ver a las mujeres más allá de las primeras impresiones y fachadas como lo
son la ropa y el maquillaje. Sé que es meramente físico, pero al menos no
alimenta la lujuria perversa. Más bien, rinde un tributo a la apreciación de la
belleza de la mujer por ser como es. Natural y sin arreglos. Estas mujeres son
mis favoritas.

Nunca me ha gustado acercarme a las mujeres que persiguen todos los hombres.
Me gusta tener mi tiempo y mi espacio. Si confías en mí, tendrás unos deleites
sin límites. Lo más difícil es encontrarlas, pero siempre las hay. Buscarlas es lo
más divertido. La tarea es examinar a todas las mujeres, no con un ojo crítico
sino buscando qué es lo más sensual en ellas. Evita estar pensando en sexo todo
el día o estar de morboso. Simplemente observa y regocíjate con la belleza de las
mujeres. Si no encuentras a una mujer bella, esfuérzate por encontrar qué es lo
más bonito en ellas. Sigue haciendo este ejercicio hasta que la encuentres. Esta
actividad no tiene nada que ver con observar lo mejor de una mujer fea y
aprender a sobrellevarlo, sino con preparar tu ojo y que esté listo para identificar
a las mujeres con rasgos hermosos, pero que no llaman tanto la atención.

Unos ojos profundos, una nariz peculiar y una sonrisa inolvidable. Un cuerpo
bien formado con la piel suave cubierto por una ropa holgada y descuidada.
Espero que no te estés imaginando a una mujer hippie. Puede ser cualquier tipo
de chica. Tan pronto la identifiques, será el momento de abordar o iniciar una
labor de espionaje. Mantenla bien ubicada hasta que puedas acercarte si es que
no te nace hablarle desde un principio. La forma en la que te acerques no tiene
que ser distinta a la forma en que te acercas a las demás. Pregúntale qué días
tiene tiempo libre e invítalas a salir. El proceso de conocerlas tampoco tiene que
ser diferente. Poco a poco irás observando lo hermosa que es, y cuando llegue
ese momento esperado, verás que su cuerpo es fantástico. Muchas veces me he
dado cuenta de que la ropa nos proyecta un cuerpo falso. Pantalones que
levantan los glúteos. Fajas que hacen que su cintura se vea estrecha. Sostenes
que incrementan el tamaño de su busto. Maquillaje que oculta imperfecciones y
que aviva su rostro. Todo eso es falso. Las mujeres de las que te estoy hablando
usan poco o nada de eso. Y cuando la veas desnuda y pruebes las mieles de su
cuerpo, será uno de los deleites más grandes que hayas tenido en tu vida.

Lo mejor de todo será que no tendrán tantos amigos ni tantos pretendientes
molestándote. Prácticamente ellas estarán ahí esperando a que tú las encuentres.
Después de que tú salgas con ellas, otros hombres y mujeres empezarán a
notarlas. Quizá empiecen a sabotearte y a hacerse amigos de ella. Sigue las
estrategias que te he estado comentando y no tendrás problemas en superar las
dificultades. Además, tú las descubriste cuando todos ellos estaban mirando
hacia el lado equivocado. Ellas te mostrarán el mismo aprecio prefiriéndote a ti.


La Inocente

Por cada mujer que para mí sea un deleite, pondré otra que no lo sea en absoluto.
Aunque mi deber es hablar de ellas porque yo he poblado esas tierras, y por
ningún motivo quiero que dejes de probar lo que la universidad tiene que
ofrecerte. Si tienes meses o incluso un año que perder, sé bienvenido. Si tienes la
paciencia y el conocimiento para enseñar, adelante. Si tienes el temperamento
adecuado para superar la resistencia debido a su pudor y recato, ¿pues qué
esperas? Hay algo que odio y mucho, y es perder el tiempo. Esperar meses y
años por sexo se me hace un delito contra los placeres. Sin embargo, estarás
probando un sabor que quizá uno o nadie ha probado. Así es, muchas de ellas
son vírgenes o han tenido sólo un amante, y posiblemente muy malo. Conquistar
una tierra que nadie ha conquistado es una de las más grandes victorias como
conquistador.

Amorosas y frías. No más. Amorosas por su candor; frías por su timidez.
Amorosas por su inocencia; frías por su inexperiencia. Este tipo de mujeres son
las que más tabús tienen. Religiosas o sobreprotegidas. Su cuerpo es sagrado. El
sexo antes del matrimonio es un pecado. Si se meten a una alberca con hombres
puede salir embarazada. El mero tacto de tus manos las hará estremecerse. En
casi todas sus zonas íntimas les dará cosquillas y despertarás una resistencia
difícil de superar. En verdad tienes que estar enamorado o no haber conseguido
nada para esperarte meses por algo que no sabes si te va a gustar. Porque no es
que logres convencerlas de tener sexo y ya ser feliz. La gran mayoría no te
permitirá hacer esas cochinadas que haces normalmente con las mujeres con
experiencia. Olvídate de que quieran lamerte desde los huevos hasta el culo, de
meterles el dedo en cada orificio, por no mencionar el sexo anal, de posiciones,
de nalguearlas, someterlas, cachetearlas, ahogarlas…

Insisto, debes estar muy enamorado o no haber conseguido nada. Tampoco
quiero que me malentiendas. Claro que si me preguntas si vale la pena, la
respuesta será un sí absoluto. Algunas de ellas tendrán un espíritu de curiosidad
latente, esperando despertar. Vence sus resistencias y lograrás que te sigan
adonde quiera que vayas. Probará nuevas cosas contigo. Por ser su primer amor,
sentirá una conexión más fuerte hacia ti. Todas las mujeres son preciadas, pero
ellas son un tesoro muy codiciado. No sólo entregarán su inocencia, sino todo lo
que las hace ser una mujer.

La manera de acercarte no debe ser diferente. La única diferencia es que todo
debe ser más sutil y lento. Seducirlas exige un nivel avanzado en cuanto a la
paciencia y el control de tus emociones.


Mujeres que viven solas

¿Te acuerdas de que te había contado acerca de la mejor logística de todas? Pues
te presento a las mujeres que viven solas. Nada que ver con las mujeres que
viven con una compañera de cuarto. Una mujer que es universitaria y que vive
sola probablemente viene de otro estado, y obviamente vive cerca de la escuela.
Sus papás no estarán ahí para vigilarla y no la tienen tan sobreprotegida como
para conseguir que tenga una compañera de cuarto. La mayoría de las veces no
carecen de dinero. Estas chicas son una bendición de la vida, porque te resuelven
toda la logística. Encontrarlas es todavía más complicado, porque no se juzga a
primera vista y sobre todo tienen que ser guapas. Por eso su número se reduce
infinitamente. Cuando llegues a encontrarlas, no las dejes ir.

Ponte a pensar un momento: una mujer que es atractiva y que vive sola. En
cuestión de madurez, está muy por encima del promedio de mujeres. Es
independiente y se siente tan segura de lo que quiere que es capaz de sacrificar
tiempo con su familia y dedicarse a la universidad y al trabajo, en caso de que lo
tenga y necesite para solventarse. No todas ellas están becadas. En caso de que
no lo estén, significa que les gusta tener tiempo para sí mismas. Esto se puede
deducir porque tener una beca es muy extenuante y todos sus esfuerzos están
dedicados para estudiar.

Para encontrarlas tendrás que hablar con muchas mujeres e investigar su
logística. Te repito, una vez que las encuentres, no las dejes ir. ¿Su debilidad?
Definitivamente su independencia. Eso las hace ser un poco más apegadas a los
amigos. Disfrutan de la soledad, pero no quieren estar solas. Es una lucha
paradójica y constante. Vuelvo a lo mismo, el proceso de conocerlas no tiene que
ser diferente. Necesitas solamente no ser como el promedio. Hazles una buena
chamba y ellas mismas te pedirán que pases un fin de semana en su
departamento. Echa a perder las cosas con ellas y otro estará ocupando tu lugar.
Acostumbrarte a la comodidad de pasar la noche con ellas puede ser peligroso,
porque de un momento a otro habrá una especie de relación seria con ellas. Yo sé
que es difícil dejarlas ir, y voy a contradecirme, pero si una relación seria no es
lo que estás buscando, tendrás que dejarlas libres. A menos que quieras hacerla
tu amiga con derecho. En ese caso será una maniobra delicada, porque si alguien
más la descubre, no dudes en que estarás compartiendo las babas de su segunda
almohada. Lo más sano sería buscar otras mujeres en su misma situación y si no
las encuentras, pues sólo te quedará estar agradecido porque la vida te concedió
al menos una oportunidad.

Imagina que estás en una fiesta o en un bar tomando con unos amigos. Conoces
a una chica y te la andas besuqueando, y te quedas con ella hasta el final de la
borrachera, pero por algo no puedes pasar la noche con ella y estás demasiado
ebrio y excitado como para regresarte a tu casa. De repente tomas tu celular, le
marcas a Jazmín y le pides que te dé asilo. Ella acepta con gusto. Tienes sexo esa
misma noche y un lugar dónde dormir. ¿Qué más quieres?


Chicas que rentan con otras Compañeras

No son particularmente las mujeres que vale la pena buscar en la universidad. De
todas formas, hay que tomarlas en cuenta, porque puede fascinarte una chica que
se encuentre en esa situación. Lo malo es que sus compañeras de cuarto van a ser
como sus mamás. De hecho, a menudo los padres tienen los teléfonos de sus
compañeras de cuarto. Además, no tendrás permitido pasar la noche con ellas,
quizá no por decisión de ellas o sus compañeras, sino por decisión de quien les
renta. Tal vez exista alguna oportunidad, pero es un poco más difícil. A lo mejor
tienes la suerte de que rente con chicas de mente abierta o con algún hombre
igual de alivianado y que no ande teniendo sexo con ella, por supuesto.

Lo mismo que con todas, el proceso de conocerla no debe ser diferente. Su
logística va a ser igual de complicada que una chica que vive con sus padres con
la única diferencia de que no tiene precisamente una hora de llegada. En esta
situación, tienes dos posibilidades: la primera es que logres convencerla de tener
sexo en su cuarto cuando sus compañeras no estén o buscar otro lugar para poder
dormir juntos. Eventualmente ella tiene que acceder a llevarte a su cuarto, pero
tendrás que invertir tú primero. De otra forma va a costarte mucho dinero estar
con ella.

La ventaja que tiene este tipo de chicas es que podrán convivir más tiempo en la
universidad. El lugar donde rentan está cerca, por lo que no tendrás tantos
problemas con el horario. Si te dicen que están muy ocupadas, probablemente no
quieren salir contigo. Por muy estudiosas que sean, tienen al menos tiempo de ir
a comer y tener sexo. En caso de que se te complique demasiado la logística y no
tengas dinero para el hotel, debes intentar tener sexo con ellas dentro de la
universidad. Plantéales que la timidez tiene que quedar a un lado. Si ellas tienen
tantas ganas de estar contigo, deben hacerlo en algún lado. Habla con ellas y
coméntales que no vas a estar pagando hoteles a cada rato, o lo hacen en su
cuarto o sólo quedan las bellas instalaciones de la universidad. Si hiciste bien tu
trabajo, ellas accederán tarde o temprano. De hecho, tener sexo dentro de la
universidad es una buena forma para convencerlas de que es necesario hacer el
amor en su cuarto. Quizás al principio no estén tan cómodos, pero será lo más
conveniente para los dos por el momento.


Chicas que viven con sus Padres

Generalmente son las mujeres con más complicaciones de todas.
Lamentablemente son la mayoría. Que vivan con sus padres implica que tienen
una hora de llegada poco flexible y es probable que vivan muy lejos de la
universidad, lo que hará más difícil que convivan en el ambiente universitario.
Incluso si tienes coche, tienes que ir a dejarlas temprano. Quiero que entiendas
que conocer a todas las mujeres implica un proceso más o menos similar, lo
único que varía es su situación. Entender eso te ahorrará más dolores de cabeza
de los que ya tienes. A este tipo de mujeres les invertía muy poco tiempo si
notaba que era demasiado complicado estar con ellas. No eran lo que yo buscaba
debido a mi poca paciencia. También entiendo que puede que te haya hechizado
una chica en esta situación. Por eso mismo sé que nosotros debemos ser lo
suficientemente capaces de conquistar a cualquier mujer sin importar su
situación. Entre más situaciones difíciles tengas que enfrentarte, mejores serán
tus habilidades de seducción. No hay nada que te dé tanto poder más que saber
que puedes acercarte a la mujer que sea. La libertad de tener opciones no tiene
comparación. Nunca más tendrás que conformarte.

Asumiendo que ya sabes que el proceso de conocerlas no tiene que ser diferente,
empieza a planear bien la logística

¿Dónde vive?
¿A qué hora tiene que llegar a su casa?
¿Se queda a convivir dentro de la universidad?
¿Vive lejos?
¿Es muy estudiosa?
¿Siempre hay alguien en casa de sus padres?
¿La sobreprotegen sus padres o le dan permisos flexibles?


Puedes desconocer la fecha de cumpleaños de todas tus mujeres, pero lo que no
puedes desconocer es su logística. Quizá me haya obsesionado demasiado con
saber la logística que caí en el hábito extremista de juzgar a las mujeres sólo por
su logística. Cuando no eran adecuadas para mí, simplemente dejaba de
pretenderlas; cuando su logística era la adecuada, tenían prioridad
inmediatamente.

Otra cosa que debes también tomar en cuenta es que generalmente son este tipo
de mujeres las que tienen mucha comunicación con sus padres con respecto a su
vida amorosa. Sobre todo, con sus madres. Con esto me refiero a que van a
decirles a sus padres casi inmediatamente que conocieron a un chico, es decir, tú,
y que les pareciste guapo, diferente o confiado. Una decepción amorosa que les
provoques y terminarán brutalmente decepcionadas. Eso significa también que te
verán como un prospecto formal, así que tener sexo con ellas y abandonarlas
hará que quieran desquitarse de alguna forma y ello implica una mancha más
hacia tu reputación.



Las demás Chicas

No es tan fácil clasificar a todas las mujeres. Muchas de ellas comparten
características de diferentes personalidades. Por ello, debes estar ferozmente
atento para analizar su personalidad y su contexto. Ya te habrás dado cuenta de
que, en muchas ocasiones reiteré que el proceso de conocer a las mujeres no
tiene por qué ser diferente. Eso es absolutamente cierto. Superficialmente, la
diferencia de personalidades hace que cambien algunas estrategias a la hora de
acercarse, sin embargo, esencialmente comparten muchas características que son
básicamente similares. La imagen que proyecta la mujer popular o la mujer
inocente es una fachada que debes tomar en cuenta, pero no debe distraerte.
Todas tienen defectos y virtudes, inseguridades y fortalezas, gustos y disgustos
que paulatinamente tendrás que descubrir a través del proceso del cortejo.

Si bien es cierto, no podrás llegar al corazón de todas las mujeres, lo cual no
tiene por qué frustrarte. De hecho, eso te ahorra bastante el trabajo. Únicamente
vas a dedicar tu energía y tus pensamientos a las mujeres que puedan ser tus
potenciales parejas sexuales y amorosas. Ellas pueden aparecer en distintos
tonos y sabores. La tarea a la que te vas a tener que someter es buscar una
estrategia adecuada para maximizar tus oportunidades con ellas y no acercarte
simplemente improvisando. Aunque no lo creas, improvisar gana más fuerza
cuando planeas una estrategia que te dé poder sobre la situación.

Quizá te encuentres con tipos de mujer que no he mencionado y diversas
situaciones que pasé por alto, pero es mejor así, ya que es parte del proceso que
tendrás que pasar por ti mismo. Nadie te puede dar todos los pros y contras de
una situación. Únicamente se te puede proporcionar una base y un panorama
general de lo que es la situación. En la práctica estarás por cuenta propia y tu
juicio será el único guía que te llevará a tener éxito en las diversas situaciones.
Lamentablemente no puedo hacer una descripción de todas las universidades y
de cada personalidad ahí dentro, aunque no tengo que hacerlo para saber que las
dinámicas sociales son casi iguales en todos lados.

Ya para terminar, te recomiendo no pasar por alto las diferentes personalidades y
contextos de las mujeres. A pesar de que seas un hombre que odia las
convenciones sociales, no por eso vas a hablarle a tu doctor particular de la
misma forma en la que le hablas a tu mejor amigo. No tienes que ser falso,
hipócrita o cambiar de personalidad para acercarte a cada chica. Eso solamente
lo hace una persona idiota o un charlatán queriendo venderte una fantasía.
Adecúate a las circunstancias y extenderás los límites de tus posibilidades.

Para ilustrarte lo que pretendo decirte, te quiero contar la historia de Matito. Él
era un chico increíblemente influenciable. Su madre siempre le decía que había
que respetar a las mujeres. Matito le creyó ciegamente a su madre hasta que
conoció a Raquel. ¿Quién no conocía a Raquel? Media universidad ya había
disfrutado de sus nalgas y eyaculado en su bello rostro. Matito decidió ignorar
todo su contexto y se propuso a conquistarla creyendo que si la respetada y
trataba como a una mujer decente iba a conseguir su amor. Raquel, a quien le
encantaba que le metieran el pene, decidió salir con Matito porque, así como les
contó a sus amigas ──igual de golosas, por cierto──, “Nunca había tenido sexo
con un hombre virgen.” Raquel se le insinuaba a Matito, pero este parecía no
responder con el mismo tono. Él simplemente se limitaba a llevarle flores,
dedicarle canciones y ser todo un caballero. Raquel se cansó de eso y rechazó a
Matito. Lo dejó llorando y con el corazón hecho pedazos.

Matito, decepcionado, juró que eso no le iba a pasar de nuevo. Se metió al
gimnasio, se puso a buscar lecciones de seducción y se encontró con una serie de
consejos que eran tanto pendejos como ambiguos, los cuales eran:

- A las mujeres les encanta el sexo tanto o más

que los hombres


- Es mejor pedir disculpas que pedir permiso

- Nunca te disculpes por ser quién eres


- Vive bajo tus propias reglas


- Los hombres son la acción y las mujeres son la


reacción
- Sé completamente directo y honesto


Entonces, Matito se memorizó estos consejos y se puso a practicar. Un día se
encontró a una hermosa chica que al parecer le proporcionaba todos los
indicadores de interés, pero era muy tímida. Su nombre era Viridiana. Como
Matito no tenía criterio propio y se creía todo lo que le decían, sobre todo si
sonaban bien los consejos, fue directo, quiso llevar la relación bajo sus propios
términos e insistió siendo honesto y directo, hasta que Viridiana, frustrada y
llena de hartazgo, decidió rechazar a Matito, quien nuevamente quedó en medio
de la nada llorando y con el corazón hecho pedazos.

La moraleja de la historia ──dentro de todas las demás──, es que nunca hay
que olvidar la personalidad y el contexto de las mujeres. Nunca. Jamás serás tan
importante para ellas como para llegar y hacer las cosas bajo tus propios
términos.


La Competencia

¿Creíste que te ibas a escapar de ella? Así como hay diferentes tipos de mujeres
con las que vas a encontrarte, también hay diferentes tipos de competencia con la
que vas a tener que lidiar. A continuación, te mostraré los diferentes tipos con los
que te vas a topar ──aunque no sean precisamente competencia sino un dolor de
huevos──, y describiré la forma de patearles el trasero.

1. El Chicle. En un mundo ideal, lo mejor sería darles un zape y decirles que
si regresan, meterás su cabeza en su trasero. Lamentablemente no es
posible, porque de alguna manera las chicas parecen adorarlos. De modo
que, tratarlos mal sería un grave error. Son intocables y no poder darles su
merecido es peor que un dolor de muela. Frustrante, ¿no? ¡Sí que lo es! A
veces se pueden confundir con un pretendiente que pasa mucho tiempo con
ellas o un amigo que se las anda cogiendo. La diferencia fundamental es
que el contacto físico no será sexual o amoroso. Ella se comportará
cómoda, pero nunca coquetearán con ellos.


Ella puede salir de su clase con varios
amigos, tanto hombres como mujeres. Pero
este maldito pedazo de mierda no se le va a
despegar incluso si se despiden los demás. Va
en todas sus clases, come con ella, la
acompaña a todos lados, la va a dejar a su
camión, y la situación no para ahí. No, señor.
Si tú llegas a hablarle, él no se va a ir. Estará
escuchando todo lo que dices. Puede estar a
sólo unos metros, pero estará ahí expectante
con el único objetivo de presionarla. Todo eso
hace que sea difícil hablar con ella por más
tiempo, invitarla a comer o acompañarla en
ese momento. Ella va a sentir remordimiento
como si este fulano fuera su novio, sólo que
no lo es. Ese despreciable apego se vuelve
más difícil de vencer con el paso del tiempo y
empeora la situación si el infeliz es maricón.
Ten especial cuidado si no le caes bien. Es
más fácil vencerlo si él quiere con ella y te
desaprueba, que si es maricón y la quiere para
otro tipejo o sólo para sí mismo.

Para comenzar a hablarle, es peligroso si le
dices que quieres hablar a solas con ella. Es
muy probable que oponga resistencia si
quieres apartarla de él. Recuerda que son
como uña y mugre. Tristemente tendrás que
aceptar que él estará viendo y escuchando
todo. Pedirles el teléfono o invitarlas a salir
en las primeras interacciones es un riesgo
que, de acuerdo con la situación, puede o no
valer la pena correr. Todo depende cuánto te
guste ella y si el momento lo amerita. Si
quieres ser precavido, demuéstrale tu interés
romántico, pero trata de formar un hábito. Es
decir, si la vez, la vas a saludar, hablarás un
par de minutos y en ese tiempo la vas a
cortejar y propondrás un encuentro. Si el
chicle se queda ahí, reconócelo y salúdalo,
pero no le hagas mucho caso. Si se queda a
unos metros, puedes preguntar discretamente
si es su novio o un pretendiente. Si el tipejo
ese cae en la categoría de chicle, ella te dirá
que sólo es un amigo. Eso lo mandará directo
al carajo. “¡Espero que no se moleste si te
invito a salir!”, puedes preguntar. Ella reirá,
se sonrojará y te dirá, “No, para nada. ¡Sólo
somos amigos!”
Ya que, si él no se larga y quieres ser
indirecto, pero terriblemente cruel, puedes
preguntar, “¿Cómo fue que se conocieron?” Y
si su respuesta es algo nada romántico,
destrúyelo diciendo, “¡Ah, por un momento
creí que eran novios!”

La clave es no demostrar tu desprecio por él.
Es una buena persona que tristemente no
tiene el coraje para demostrarle su amor.
Pocas veces en verdad sólo quieren su
amistad. No fuerces las cosas más allá de su
curso natural. Si haces las cosas bien, su
querido amigo tendrá que retirarse y ella
gustosa se despedirá de él para irse contigo.


2. El Deshuevado. Personalmente, es el tipo que más desprecio y aborrezco.
No es un contendiente digno, pero sí entra en la categoría de competencia,
porque de cualquier manera es un hombre que tendrás que vencer. El
deshuevado es un individuo frustrado que te envidiará y hará todo lo
posible para arruinarte la conquista con la chica que estás pretendiendo,
porque él no puede ni siquiera despertar la menor excitación en ella. Su
único objetivo es lograr que no la puedas empinar y meterle la verga. Algo
que ni en sus sueños podrá conseguir. La sola idea de que alguien se esté
parchando a las mujeres que él desea lo atormenta y lo hace sentirse menos
hombre. No se sabe cómo, pero él cree que al decirles que tú eres un patán
y sólo quieres introducirte en su vagina, y de este modo arruinar tus planes
amorosos, ellas lo van a ver como un héroe y automáticamente ellas van a
querer acostarse con ellos, porque son su única salvación ante el machismo.


Lo peor de todo es que muchas mujeres
caerán en este juego, y aunque la segunda
parte de su estrategia ──que ellas se acuesten
con él──, no suceda, él estará satisfecho.
Tienes que afrontarlo de una vez: la mayoría
de las mujeres que piensas seducir, no tendrán
criterio propio y les creerán.
Lamentablemente la belleza no siempre va de
la mano con la inteligencia. Tampoco pienses
que ellos tienen grandes poderes de
convencimiento, puesto que, aunado a la falta
de juicio de las mujeres, los deshuevados
están rodeados de otros deshuevados y gente
que no tiene otro propósito mayor en su vida
que hablar mal de otras personas.

Vencer a estos individuos es un camino
delicado y truculento. Volverte amigo de ellos
no es la solución. No querrás juntarte con la
mierda y arriesgarte a que su condición sea
contagiosa. Tampoco puedes decirles a las
chicas, “¡Prepárate porque la gente es bien
chismosa y le gusta inventar chismes de mí
que no son ciertos!” Con ello solamente
lograrás que sospechen más de ti. Mucho
menos puedes caerle bien a todo mundo y
evitar humillar a los deshuevados. El simple
hecho de que te acuestes con sus
“imposibles” es humillación suficiente para
ellos.

¿Qué puedes hacer? Nada. No puedes
controlar las opiniones ni los juicios de otras
personas. Yo sé que no es suficiente con que
te diga que eso te alejará de las mujeres de
mente débil y te acercará a las mujeres que
posean una mente brillante. Eso le viene
valiendo una mierda a tus ganas de coger.
Como yo sé que tu objetivo no es buscar una
esposa sino experimentar colores, olores y
sabores, sentirás igual de rico tener sexo con
una chica de mente pobre, que con una que
tiene una visión más amplia del mundo.
Quizá sea injusto decir que ellas tienen una
mente débil, ya que simplemente pueden estar
buscando la aprobación de sus amigos y no
quieren ser unas zorras frene a sus ojos. Pero
hay que tener cierto criterio para diferenciar
la opinión de sus amigos de la opinión de un
deshuevado que no te conoce. Un individuo
que habla mal a las espaldas de otra persona
no es digno de confianza, y menos si ese
individuo, al igual que tú, quiere acostarse
con ellas. Sobre todo, si a ella no le gusta y ya
ha sido previamente rechazado.

Después de acercarte a una chica, lo más
probable es que ella le cuente lo que les pasó
a sus amigos ──uno de ellos puede ser un
deshuevado. Eso no lo puedes evitar. Ella
pudo llegar a contarles a sus amigos
emocionada de que tú te acercaste. Tú puedes
estar satisfecho de que ella te respondió bien.
Pero alguien puede bajarla de su nube y
decirle que tú eres un patán. A partir de allí
existen tres posibilidades: 1) ella es de mente
débil y les cree; 2) a ella no le importa, pero
el comentario la pone a dudar de tus
intenciones dificultando tu misión; y lo más
raro 3) ella tiene criterio propio y decide
dejarse llevar porque le gustas.

¿No te parecería raro que las primeras veces
que le hablaste, sonrió y te coqueteó, y de
repente, un día como cualquier otro, es fría y
trata de evitarte? Es probable que te haya
visto coqueteando con otras chicas, pero
también es probable que un deshuevado le
haya hablado mal de ti. Si tú has sido
especialmente cuidadoso, debes estar seguro
de que hay alguien detrás de todo esto.

Entonces, tu mejor apuesta es mejorar tus
habilidades de conquista y ganarte su
confianza lo más rápidamente posible. Evita
ser arrogante. Sé coqueto, pero caballeroso.
Si ella es tímida, no seas descarado con ella.
Procura establecer contacto físico y has que
hable sobre su vida. Pasar más tiempo con
ella hará que confíe en ti. Si no quieres que
ella crea en los deshuevados, no le des
razones para que ella confirme las cosas que
pueden hablar de ti. Si tú eres atento con ella
y la seduces con caballerosidad, es más
probable que se ponga de tu lado. Es muy
fácil ser más astuto que ellos, porque tu
visión es en muchos niveles más amplia.
Mejora tus habilidades de seducción y
siempre estarás un paso delante de ellos.

Confrontarlos puede ser una solución
temporal sólo si sabes quién está hablando
mal de ti, pero si no lo sabes, tu mejor
estrategia es hacer que se traguen sus
palabras.


3. El Pretendiente. Quiero dejar al lado a los novios y a otros tipos que se
andan cogiendo a las mujeres que te gustan. Meterte con la mujer de otro
hombre quedará bajo tu propio riesgo. Prefiero enfocarme en mujeres que al
igual que tú, no tengan ataduras. Un pretendiente es otro hombre que, justo
como otros hombres, desea acostarse con ella. No importa si es por primera
o décima vez. En teoría, la diferencia que ellos tienen entre el novio u otra
pareja sexual formal es que ella está abierta a buscar otra pareja sexual y no
tiene que darles explicaciones a ti ni a tus contrincantes. Ellos son una
competencia respetable sin importar sus estrategias por la sencilla razón de
que ellas sí los están tomando en cuenta para abrirles las piernas.


La primera estrategia es nunca presionarlas
para que elijan entre tú y alguien más. La
segunda es aceptar que puedes estar probando
los fluidos del otro u otros, según sea el caso.
La tercera es nunca reprocharles por decidir
estar con el otro. Aquí puedes decidir retirarte
si te están ganando la batalla o seguir
insistiendo sin agobiarlas. La cuarta estrategia
que bien podría ser una regla de oro es no
competir con los demás. Cada contrincante
tiene algo diferente para ofrecer. No busques
ser mejor que el otro o estarás dándole más
importancia de la que merece. Tampoco
busques ofrecer más que los demás o le
estarás dando a ella más poder del que tiene.
Aprovecha cualquier oportunidad que ella te
ofrezca y exprímela al máximo sin tener que
rogarles o perseguirlas todo el tiempo.

La quinta estrategia es una de las más
poderosas: que ella no sea la única opción. Si
ella nota que es la única mujer en juego y
tiene dos o más hombres compitiendo por
ella, tendrá mayor control de la situación.
Déjale claro que estás dispuesto a competir
por ella, pero también que estás en la misma
situación: otras mujeres quieren también estar
contigo.

Finalmente, recuerda que la única forma de
ser mejor que los demás es estar en control de
ti mismo y nunca permitir que la situación te
sobrepase. No importa si juegas limpio en el
sentido estricto de la palabra. Las estrategias
que adoptes no son tan importantes en
comparación con tu actitud. No les cedas el
poder a ninguno de los dos.


Las 10 Máximas para tener Amigas con Derecho

Así que no quieres ninguna relación seria. Sólo sexo casual y sin mezclar
sentimientos. Solamente quieres tomar tu celular, marcar y cenar esa misma
noche. Tener amigas con derecho es una bendición que elude a la mayoría.

En teoría es un estilo de vida saludable, aunque a menudo fracasa
miserablemente debido a los malentendidos. Tener amigas con derechos es
divertido, ambos salen beneficiados y lo mejor es que no tienes que pagar cenas
costosas, llevar flores o regalos, ni dar explicaciones.

Parece que es simple, sin embargo, pocos poseen estos deliciosos beneficios.
Quiero ya suponer que tienes los pantalones suficientes para hablarles a las
chicas lindas cuando quieras y eres lo suficientemente perspicaz como para
atraerlas cada vez ──si no, continúa leyendo──, por lo que únicamente me
enfocaré en darte las 10 máximas para llevar tus habilidades al siguiente nivel:




Máxima #1: Tienes prohibido enamorarte

Este tipo de relaciones se ven arruinadas por la falta de objetividad. Lo único
que necesitas de tu amiguita es que te permita eyacular en su hermosa cara y que
cumpla tus antojos. Esta es una regla que al parecer les cuesta mucho trabajo a
los hombres obedecer. Entiendo que eventualmente vas a sentir algo más por
ella, aunque también sé que, si eso pasa, es momento de buscar otras amiguitas,
porque evidentemente has pasado demasiado tiempo con ella y nadie más.
Recuerda que hay una razón por la que no quisiste algo serio con esa persona.

Máxima #2: No debes buscarla ni llamarla a menos que sea para tener sexo

Lo único que le tienes que escribir por whatsapp es “¿Estás libre esta noche?”, y
posiblemente una imagen pícara para que sepa a lo que te refieres. Más allá de
eso, no le preguntes qué tal estuvo su día, ni le pidas el recuento de su semana.
Tampoco charles con ella sólo porque estás aburrido y nadie más te hace caso.

Tener amigas con derecho tiene reglas de oro y si las rompes, sólo te llevará a la
confusión, a los celos que llevan a la decepción, y a una historia que ambos
creerán que es romántica, pero la verdad es que será patética.

Máxima #3: No saldrás con tus amiguitas en plan romántico

El primero que sea romántico pierde. Así que debes comportarte. ¿Quieres
llevarla a cenar después de tener sexo? Pierdes. ¿Quieres invitarla al cine antes
de llevarla a la cama? Pierdes. Todo evento que involucre algo más sentimental
que un, “Te equivocaste de hoyo”, es romántico y, por lo tanto, no
recomendable.

No quieres mezclar emociones ¿recuerdas? Es más fácil que salgas con el
corazón roto que lograr una maravillosa historia de amor.

Máxima #4: No la involucrarás con tus amigos

Tienes que hacerme caso en esta máxima, de lo contrario, se la terminarán
cogiendo. Mucho menos debes presentarla con tu familia, pues, si bien te va, se
terminarán encariñando con ella. Eso sólo lo puedes hacer cuando una relación
va en serio, pero con una amiguita con la que te acuestas los fines de semana y
que, probablemente compartes con otros, estarás cometiendo un error que te
provocará dolores de cabeza. Entre menos sepan tus amigos y tu familia de tus
amiguitas, mejor.



Máxima #5: Prohibido ponerte celoso

Mantén libre la entrada y salida. Es decir, si conoces a alguien más, ten la
decencia de comentarlo con tu amiguita. Por otro lado, si ella conoce a alguien,
déjala ir. Nunca olvides que es sólo sexo. Tener amigas con derecho también
implica estar dispuesto a desapegarte de ellas emocional y físicamente.

Máxima #7: Debes diferenciar a tus amigas con derecho del resto

Puedes tener sexo casual con alguna mujer que te gusta, pero no precisamente es
una amiga con derecho. Una amiga con derecho tiene límites, las demás tienen la
posibilidad de tener algo serio contigo. Es decir, pueden conocer a tus amigos y a
tu familia, y puedes llevarlas a cenar las veces que te plazca sin temor a que
suceda algo más. Tus amiguitas no.

Máxima #8: Nada de besos ni abrazos

Esta máxima se relaciona con la tercera, sólo que esta vez quiero hacer hincapié
en que no debes tomarla de la mano por la calle ni dejar de caminar para besarla.
Mucho menos debes abrazarla después del sexo. Sin embargo, esta máxima no
tiene por qué ser estricta. Digo, de repente se te puede antojar darle un beso y
abrazarla por atrás para sentir las carnes de sus glúteos. Solamente procura no
llevarlo demasiado lejos, cosa que puede suceder si andas de manita sudada.

Máxima #9: Es pésima idea que tu mejor amiga se vuelva tu amiga con derecho

No te quiero quitar el placer de acostarte con esa amiga que por tanto tiempo le
has traído ganas. Además, no me refiero a eso. Simplemente es mejor iniciar este
tipo de relación con alguien que apenas conoces. Si te acuestas con una amiga,
ambos pueden recuperar la amistad, pero si no les funciona ser amigos con
derecho, difícilmente podrán rescatar esa amistad previa. De hecho, esa es la
transición que genera más problemas.

Máxima #10: Entiende que estas relaciones son pasajeras

Si las sexoservidoras no están disponibles para ti todo el tiempo, menos lo
estarán tus amiguitas. Después de un par de meses, se vuelve un tipo de relación,
sobre todo si son encuentros seguidos. Puedes tener amiguitas que duren años y
haber tenido pocos encuentros sexuales. Incluso es factible que se vuelva una
simple amistad. No cabe duda de que ellas encontrarán a alguien más, quizás
otros amiguitos o una pareja estable. El único remedio es seguir conociendo
personas y encontrar más amiguitas o a tu pareja ideal. No es motivo para
desilusionarse. Durará lo que tenga que durar y pasará lo que tenga que pasar. Lo
fugaz no le quita lo placentero.

La única advertencia que quiero darte es que siempre debes comunicar
abiertamente que no quieres nada serio. Expresa tus deseos y necesidades
abiertamente y sin temor. Vas a sorprenderte de cuántas mujeres quieren
complacer tus caprichos.

¿Aun así quieres tener amigas con derecho? Pues sigue las máximas y ve por
ellas vaquero.


¿Qué hacer si ya estás quemado en la Universidad?

“¡La escuela no es un antro!”

“¡Si andas de perro con todas, te van a ver como un necesitado!”

Uno de los grandes dilemas de los hombres es cómo conocer a las mujeres más
bonitas de su facultad sin verse como desesperados o necesitados.

En mi experiencia, no es posible andar con las mujeres más bonitas de tu escuela
y no dar de qué hablar. Los hombres envidiosos, las mujeres celosas, los
hombres inseguros, las mujeres despechadas, y la competencia harán que tu
fama de “todas mías,” se extienda hacia las mujeres que te interesan causándote
muchos inconvenientes.

Tienes que aceptar que en cualquier momento tu reputación será cada vez más
conocida. Querer ocultar y negar esa reputación casi inevitable no es la solución,
más bien haz todo lo contrario: acéptala y auméntala.

Es obvio que la escuela no es un bar donde puedes hablar con todas y no tener
repercusiones negativas en tu reputación puesto que nunca las vas a volver a ver,
pero tampoco es como el trabajo donde tener una mala fama puede poner en
riesgo tu empleo, entorpecer el trabajo en equipo y afectar a la compañía.

La escuela es especial, hay muchas mujeres, las oportunidades de conocerlas son
numerosas y, por si fuera poco, cada semestre y cada año, hay renovación de
mujeres. Las veteranas se gradúan y las nuevas pieles ingresan. Si en dado caso
llegaras a “quemarte” como dicen las malas lenguas, cada año tienes borrón y
cuenta nueva. Además, es casi imposible conocerlas a todas, lo que quiere decir
que no todas sabrán de tu mala reputación, si es que la tienes.
Y hablando de la mala reputación, temerle es darte demasiada importancia. Por
muy popular que seas, el mundo no gira alrededor de ti. Aunque la gente sea
chismosa, están más preocupados por lo que los demás puedan pensar de ellos,
por lo tanto, lo que ellos piensan de ti, se vuelve irrelevante. De ahí la frase,
“Haz lo que se te pegue la gana sin que la opinión de los demás te importe,” y
mucho ojo, no es que no importe, es simplemente que esa opinión, no existe,
sólo está en tu cabeza, son tus excusas y tus miedos. Pero como te gusta culpar a
los demás, crees que lo que la gente piensa de ti, es el problema.

En contraparte, mi señora madre una vez me dijo, “Preocúpate cuando la gente
deje de hablar de ti,” y es cierto, cualquier publicidad es buena publicidad. A
pesar de la mala publicidad, la gente sigue yendo a McDonald’s, a pesar de que
Justin Bieber les escupe a sus fans, ellas siguen yendo a sus conciertos, a pesar
de que varios artistas son racistas, la gente sigue admirándolos. Así que, si
personajes de fama internacional siguen siendo admirados, ¿por qué tú no?
Recuerda que la gente va a quererte o a odiarte hagas lo que hagas.

Y qué si te rechazaron, y qué si una mujer dejó de hablarte porque le dijeron
cosas malas de ti, y qué si ellas te ven saliendo con otras, y qué si los hombres
celosos e inseguros hablan madre y media de ti. La última palabra la tienes tú. Si
una mujer te rechaza siempre tienes una nueva oportunidad, ya sea con ella
misma en otro momento o con otra chica. La gente olvida rápido. La gente no
piensa todo el día en ti. El tiempo enmienda tus errores.

Si le hablaron mal de ti a la chica que te gusta, habla con ella, dile que tome su
decisión basándose en lo que ella vea de ti. Si los hombres te echan tierra, dales
más razones para que sigan sintiéndose inseguros, demuéstrales que tú eres el
macho alfa de la manada y quédate con las hembras más fértiles.

Ser sincero y congruente es la clave para superar la mala fama. Acércate con
cualquier pretexto, ve prendiendo tantas velitas como puedas. Invítalas a salir,
coquetea con ellas sin pena ni remordimientos. Si ellas se enojan porque andas
de ojo alegre, discúlpate. Tu disculpa puede o no ser sincera, pero sí debe ser
coqueta. Muéstrate con una sonrisa y acepta la presión de las críticas y
canalízalas en algo positivo. Si no te escondes ni te muestras abrumado u
ofendido, la gente se tragará todas sus palabras. Y si, por el contrario, te
escondes, lo niegas y evitas el conflicto, les darás la razón.

Acepta que te gusta conocer chicas bonitas, pero hazles saber que jamás juegas
con ellas. Muéstrate como el amante perfecto, jamás hables de tus conquistas,
nunca le digas a nadie que tuviste sexo con ellas. Les harás un favor y te harás
un favor a ti. Tus acciones demuestran que eres el “mil amores,” pero nadie tiene
pruebas. Todo se queda entre tú y ellas. Tu mira siempre está en tu presente
conquista, lo demás sale sobrando.

Si te preguntan, “Oye, ¿te la cogiste?,” diles que no, que era sólo una amiga. Si
tú cortaste a una chica porque querías conocer a otra mujer, diles que ella fue la
que te cortó. Si un día te ven besando y agarrándole las nalgas a una chica y al
otro día te ven con otra, diles que tu primera relación no pudo funcionar y que
quieres intentarlo con alguien más. Tú no sabes nada y tú no hiciste nada. El
secreto y el recuerdo de ellas entregándose a ti se quedará guardado en tu
corazón.

La fama, positiva o negativa, es simplemente un elemento más que le brinda
sabor al cortejo, no la evites, úsala a tu favor. Tu amor por ellas no tiene remedio
y ellas tarde o temprano van a aceptarte, a pesar de tu fama de mujeriego.


Prosperar ante la Frustración

Antes de concluir la primera parte, me gustaría hacerte saber que pasarás por
intermitentes momentos de frustración más o menos duraderos. No
necesariamente hay algo mal en ti, simplemente es un juego de números.
Independientemente de cómo reacciones ante aquellos momentos en donde nada
parece funcionar y la fortuna te abandona completamente, el fracaso llegará a ti.
Define al fracaso como quieras, llámalo aprendizaje si te da la gana. Lo que no
cambia es le hecho de que en un momento dado las tres chicas que te andabas
cotorreando te dejaron de hablar repentinamente. Tu compañera de la clase de
alemán te canceló una cita para salir con el chairo que se cree zapatista sólo
porque fue a una huelga. Te enteraste de que la chica que andabas siguiendo
desde hace una semana tiene novio. La chica que te caldeaste en un bar te dio un
número falso. De un momento a otro ninguna mujer te hace caso.

Es como si la Diosa de la Fortuna te hiciera pasar siete ratos amargos por cada
noche de placer. No hay nada que puedas hacer para prevenir estas inminentes
recaídas. Sólo hay una forma de prosperar, y es tratar de salir de ese bache lo
más rápido posible. Este estado puede durar desde un par de horas, una noche,
hasta dos semanas. Después de ese lapso, la culpa es únicamente tuya. La clave
es seguir interactuando con tantas mujeres sin perder el estilo hasta que vuelvas
a probar las mieles del triunfo. Nunca te des por vencido ni te sientas la víctima.

Esta es la mejor forma de superar la frustración. Obviamente no siempre tienes
que empezar desde cero. Una vez que tengas éxito, construye relaciones sólidas
y duraderas. Cuando te vaya mal, vuelve a lo básico y reflexiona sobre tus
acciones. Quizá la mala racha sea culpa tuya y la solución estará en tus manos.

PARTE II
De las Palabras a la Cama

Yo creo firmemente en el contacto físico como una de las herramientas más
poderosas para seducir a una mujer, pero ese es un tema que ya expliqué
extensivamente en mi obra de arte Kino Brutal: cómo cautivar a las mujeres en
un instante. Sin embargo, también sé que hay que hablar de algo y más en la
universidad. Es por eso por lo que dedicaré la segunda parte de este libro ──que
es mi segunda obra maestra── para cubrir los requisitos y cautivar a las mujeres
con tus palabras.


Preguntas para enamorar

Hace un par de años leí un artículo en la página The New York Times, sobre un
ensayo de Mandy Len Catron donde hace referencia a un estudio del psicólogo
Arthur Aron que analiza si la intimidad entre dos extraños puede ser acelerada al
hacer que se formulen una serie de preguntas personales específicas. Las 36
preguntas están divididas en tres grupos. Cada grupo pretende ser más profundo
que el anterior.

Lo que se intenta probar es que la vulnerabilidad mutua fomenta el
acercamiento. Un patrón esencial asociado con el desarrollo de una relación
cercana entre una pareja es la autorevelación sostenida, progresiva, recíproca y
personal. Volverte vulnerable ante una persona puede ser extremadamente difícil,
por lo que este ejercicio fuerza el asunto. La clave es estar en un lugar íntimo,
estar cerca de la persona y mirarla a los ojos. Es decir, ya tiene que estar
invirtiendo tiempo y emociones en ti. No vas a decirle en los primeros minutos
de la interacción, “A ver, cuéntame sobre tu infancia.” Obviamente no. Debes
buscar el momento adecuado.

Antes de comenzar, quiero que sepas que no es necesario que hagas este
experimento con las chicas que conoces, más bien te presento este artículo para
que te des una idea de qué preguntas hacer para conocer a una persona. Evita,
como siempre, juzgar a la otra persona por sus respuestas. Asimismo, no es
importante que hagas las preguntas en un solo día, ya que puedes profundizar en
el tema y no dejarlo en una simple respuesta. Tampoco se trata de que hagas las
preguntas tal cual las presenta el artículo. Es sólo una guía. Permítete ser
creativo.

Grupo I

Si tuvieras la oportunidad de invitar a cualquier persona en el mundo
──viva o muerta──, ¿a quién invitarías?
¿Te gustaría ser famosa? ¿De qué forma?
Cuando vas a hacer una llamada, ¿ensayas lo que vas a decir? ¿Por qué?
¿Cómo describirías tu día perfecto?
¿Cuándo fue la última vez que cantaste a solas? ¿A alguien?
Si pudieras ser capaz de vivir hasta los 100 años y retener ya sea tu mente o
tu cuerpo de cuando tenías 20 años, ¿con qué te quedarías?
Nombra tres cosas que tú y yo podamos tener en común.
¿Qué es lo que más agradeces de tu vida?
Si pudieras cambiar cualquier cosa sobre tu niñez, ¿qué sería?
¿Tienes una corazonada sobre cómo vas a morir?
De la manera más detallada posible, ¿cómo podrías resumir tu vida en
cuatro minutos?
Si pudieras despertar mañana teniendo una cualidad o habilidad, ¿cuál
sería?


Grupo II

Si una bola de cristal pudiera decirte la verdad sobre ti, tu vida, tu futuro o
cualquier cosa, ¿qué quisieras saber?
¿Hay algo que has deseado hacer durante mucho tiempo? ¿Por qué no lo
has hecho?
¿Cuál es el logro más grande que has hecho en tu vida?
¿Qué es lo que valoras más en una amistad?
¿Cuál es tu recuerdo más apreciado?
¿Cuál es tu recuerdo más horrible?
Si superas que en un año vas a morir, ¿cambiarías la forma en la que estás
viviendo? ¿Por qué?
¿Qué significa la amistad para ti?
¿Qué papeles juegan el afecto y el amor en tu vida?
Menciona 5 características positivas que veas en mí.
¿Qué tan cercana y amorosa es tu familia? ¿Crees que tu niñez fue más feliz
que la mayoría de las personas?
¿Cómo te sientes con la relación que estás llevando con tu mamá?


Grupo III

Realiza tres declaraciones que tengan un “nosotros”. Por ejemplo,
“Nosotros estamos en esta habitación sintiendo…”
Completa esta oración: “Desearía que tuviera a alguien con quien pudiera
compartir…”
Si de pronto te convirtieras en mi mejor amiga, qué cosa es tan importante
que yo tendría que saber.
¿Qué es lo que te gusta de mí? Se honesta conmigo. Puedes decir cosas que
no estés acostumbrada a decírselas a alguien que acabas de conocer.
¿Cuál es el momento más embarazoso de tu vida?
¿Cuándo fue la última vez que lloraste enfrente de otra persona? ¿Sólo?
(Es el turno de decirle a la otra persona lo que te gusta de ella)
Para ti, ¿qué es tan serio como para hacer una broma de ello?
Si fueras a morir esta noche sin la oportunidad de hablar con alguien, ¿qué
es lo que lamentarías no haberle dicho a alguien? ¿Por qué no se lo has
dicho?
Supongamos que tienes una casa con todas tus pertenencias. Después de
salvar a tus seres queridos y tus mascotas, tienes tiempo de sacar sólo una
cosa. ¿Cuál sería? ¿Por qué?
De todas las personas en tu familia, ¿de quién sería su muerte la que te
cause más tristeza? ¿Por qué?
Cuéntame un problema del cual necesites un consejo para resolverlo.


Quizá quieras cambiar algunas preguntas o adecuarlas a la situación y a lo que tú
quieras saber. Mi intención era que te dieras una idea de cómo cavar más
profundo para conocer una persona y generar intimidad y confianza entre los
dos.


Convive con todos

Si es que quieres pasarla bien en la universidad, una cosa que debes hacer es
aprender a hablar con quien sea, como sea y cuando sea.

La buena noticia es que puede ser más fácil de lo que te imaginas. Pero primero
debes saber que hay un par de cosas que no debes hacer. La primera es que no
debes desesperarte, disculparte e irte. Esa es la manera más fácil para no ser
tomado en serio. Nunca sabrás si es un aliado el que te puede ayudar en tus
conquistas, la que te presentará a sus amigas o tu siguiente amor de verano.
Sigue conviviendo con tus compañeros.

En segundo lugar, no empieces a hablar de ti. Claro, puedes presentarte, pero no
aturdas a la gente hablando media hora sólo de ti. Esto nos lleva al primer gesto
de las interacciones: habla sobre la persona que acabas de conocer. No hables de
tus logros todavía. La clave está en las preguntas y declaraciones. Obviamente
habrá personas que no tendrán mucha conversación, personas que se sientan
intimidadas o que se sientan molestas por algo. Sin embargo, sigue siendo una
minoría tomando en cuenta las posibilidades. Si persistes, gran parte de las
personas tendrán cosas interesantes que decir y aportarte cosas valiosas.

Implementa estas tres estrategias en tus conversaciones: 1) haz preguntas; 2)
encuentra conexiones; y 3) sigue la dirección que te indiquen tus interacciones.
Lo que harás con esto es encontrar algo en común con las personas. Lo que a
muchos hombres les preocupa es no tener nada en común, tanto con mujeres
como con hombres. No obstante, lo que he descubierto es que, si realizas
preguntas inteligentes, podrás encontrar algo en común con las personas, y ya
estarás dentro. Lo peor que puede pasar es que no tengas conexión alguna. De
todos modos, te servirá de experiencia y quizá no sea tan malo. Así sabrás qué
preguntas hacer y cuáles no.

Tendrás un arsenal de cosas que decir y sufrir silencios incómodos no será un
problema para ti. Inevitablemente encontrarás personas que se adaptarán a tu
forma de conversar. Lograrás relacionarte con muchas personas, lo cual hará que
tu experiencia en la universidad o tu preparatoria sea más que placentera.

Cuando conozcas y te conozcan, y ambas partes puedan ver con claridad los
defectos y virtudes del otro, podrás estar seguro de que no hay mucha diferencia
entre las personas. Podrás establecer lazos de amistad y amor. Si conoces y dejas
que te conozcan. Las cosas más importantes no saldrán de tus labios, sino de la
vida que llevas.


¿Se te olvidan los Nombres de las Personas?

Si, por cualquier razón te distraes cuando las personas se presentan contigo y
olvidas su nombre, confiesa. No pases toda la conversación pretendiendo que
sabes su nombre. Es mejor decir algo como, “Disculpa, no estoy seguro de cuál
es tu nombre.” Es preferible que te lo repitan que andar fingiendo. Este pequeño
contratiempo te salvará de uno peor, v.g., olvidar el nombre de la chica que
acabas de conocer justo cuando en medio de la conversación aparece uno de tus
amigos y tengas que presentarla.

Hay algunos casos cuando el nombre de la chica es raro o difícil de pronunciar.
Aunque parezcas torpe, asegúrate de poder pronunciar bien su nombre. Tomarse
el tiempo de aprender el nombre de la otra persona expresa un interés sincero y
de que te da gusto que entre a tu vida. El esfuerzo es lo que cuenta. Y ese
esfuerzo hará una gran diferencia en tus conversaciones.

Y si alguien olvida tu nombre, sólo acércate, extiende tu mano y dile tu nombre
con una sonrisa.


La Conversación es una Acción

Deja de utilizar el conocimiento de pocas personas. Entiende que puedes ganar
el conocimiento de cientos de personas enfocándote en preguntas clave e
incluyendo personas intencionalmente a tus conversaciones.

La conversación siempre ha sido nuestra principal herramienta para descubrir
intereses en común, compartir conocimiento y cooperar con otras personas para
salir adelante. Desde esta perspectiva, la conversación es una acción.

A través de las conversaciones construyes tus conexiones y participas en el
mundo. Asimismo, las preguntas crean una interacción de aprendizaje que un
simple debate sobre los problemas de la vida.

Si quieres usar la conversación como un proceso importante en tus relaciones,
entonces debes tener la intención adecuada para diseñar estructuras
conversacionales que inviten a las personas a ver el mundo desde otra
perspectiva o, mejor aún, a ver el mundo como tú lo ves. Quizá tengas un punto
de vista demasiado raro, pero con la actitud correcta harás la diferencia. Sólo
escuchamos a aquellos que hablan en voz alta y a quienes tienen mayor poder.

Las habilidades de una persona que habla en voz alta y posee mayor poder
pueden ser las siguientes:

- Crea una conversación de autodescubrimiento y curiosidad
- Saca a la luz nuevas perspectivas
- Realiza preguntas poderosas
- No provoca prejuicios prematuros
- Explora creencias y opiniones
- Acepta la ambigüedad y la ignorancia
- Sabe hacer conexiones entre las ideas
- Captura los temas clave y entiende a las personas

Por estas mismas razones, practicar para ser un buen conversador es
indispensable. Si no sabes qué hacer para conquistar una chica, toma en cuenta
que tener una base de temas de conversación te ayudará para emprender acciones
e incrementar tus oportunidades para tocar fibras sensibles en ella y lograr que te
tomen en cuenta como un candidato para acceder a los rincones más jugosos que
esconde su falda.


Contar Historias

Contar historias es una de las herramientas más poderosas para transmitir ideas
en la mente de las personas. ¿Por qué es tan importante contar una historia?
Piensa de esta manera, una historia bien contada tiene retribuciones. Nada te da
más armas que tener la atención de las demás personas.

En un mundo donde el vulgo trata de impresionar con cosas banales, saber
contar historias es refrescante, es una forma indirecta y poco agresiva de
persuadir a quien te escucha. Es gentil, interesante y persuasivo, ya que invita a
la acción.

En esencia, nuestras historias provocan que nos presten atención y nos den
reconocimiento. Una historia es una base principal para capturar la imaginación
de tus oyentes y que así puedan asimilar tu historia según sus propias ideas y
experiencia. Las historias siembran ideas en las mentes de otros. Socialmente
estamos atraídos hacia las historias.

No tienes que ser el más interesante y el más experimentado. Puedes
simplemente compartir hechos, vivencias u opiniones. Aunque, como ya sabes,
no es recitar palabras, así como los clásicos estudiantes que pasan a leer la
exposición al pizarrón. Es contar las cosas con entusiasmo, como si fueran las
cosas más interesantes del mundo, yendo de emociones de la tristeza a la dicha,
del suspenso a lo emocionante, de lo pasivo a lo enérgico, del enojo a la
excitación. Será una montaña rusa de emociones.

Elige tus historias según la persona, algunas historias pueden aburrir a quienes te
escuchan, otras pueden excitarlos. Unas pueden interesarles y otras pueden
ofenderlos.

También elige tus palabras, no todas provocan el mismo impacto. Algunas están
cargadas de sentido, otras son ambiguas y algunas dicen muy poco.

¿Alguna vez has leído un libro que te transporte a un mundo diferente o a un
lugar donde nunca has estado? A esto me refiero con que debes llevar a las
personas a experimentar cosas que nunca han vivido. Tampoco seas
tediosamente descriptivo. La clave es usar pocas palabras, pero que esas pocas
tengan impacto.

1. Recuerda tus historias, las cuales puedas utilizar para tus propósitos. Usa
diferentes escenarios, problemas que has enfrentado y que pudieran haber
enfrentado las personas con quienes estás hablando, cosas que has logrado y
aquellas cosas que más valoras.

2. Utiliza diferentes tipos de energía, crea ejemplos ficticios, apela los sentidos y
dibuja imágenes en la mente de las personas que te escuchan.

3. Utiliza la intriga para capturar la atención e implementa preguntas retóricas
para que inviertan las personas. Describe personajes que se pudieran parecer a
tus escuchas. Usa elementos de novedad, intriga, suspenso y sorpresa para tomar
y retener a las personas.

Otro propósito de las historias es acercarte a las personas al demostrar empatía.
Sin empatía, no hay conexión. Te sugiero que uses las historias para construir
conexión, atracción y buenas emociones. Cuando hay conexión, puedes extender
la conversación hacia temas de mayor importancia. Lo más probable es que
consigas tus objetivos con una o un par de historias.

El mismísimo Milamores, como cualquier persona sobresaliente, primero debe
tener la atención de las personas, para que pueda lograr sus propósitos. Y ya que
menciono tu condición de mujeriego, es importante que no te vanaglories de ser
santo. Muestra tus defectos. Demuestra que también eres vulnerable. Piensa en
momentos embarazosos, compártelo con sinceridad, haz que la gente se ría de ti.
Lo único que debes evitar es que te vean como el payaso de la fiesta. Cambia de
tema cuando el buen momento pase.

También piensa en las tragedias que hayas tenido. La gente ama la tragedia
combinada con sinceridad y humor. Genera bastante empatía, por lo que
conectarás más rápido. La gente se sentirá bien si te rebajas un poco. Alégralas
con tus tragedias. Enséñales una lección de vida.

Tienes que aceptar que los hechos acerca de ti son interesantes. Sólo depende de
cómo los cuentes. Existen muchas historias sobre ti, únicamente les falta una
manera interesante de contarse. ¿Tienes un pasatiempo único como coleccionar
fotos urbanas? Utiliza ese hecho para contar una historia atractiva que te haga
valer. Comparte algo que pocos compartirían, como aquella vez que te dejaron
plantado pero que conociste a una persona maravillosa en ese mismo lugar.
¿Alguna vez has traspasado los límites de lo prohibido? Pues cuenta la historia.

Es buena idea que tus historias terminen con algún mensaje o moraleja, lo que le
añadirá poder a tu historia. Antes de contar tu historia, piensa bien qué quieres
comunicar. Procura que ese mensaje sea corto pero memorable.

Muchos individuos tienen una historia que les avergüenza y se sentirían patéticos
si alguien se enterara. Si quieres sobresalir ante todos ellos, cuenta esas historias.
De esta forma tu confianza se elevará por los cielos y te perdonarás a ti mismo.
Sin embargo, debes impactar y no deprimir o hacer sentir mal a las personas.
Añadir un poco de humor ayudará a crear buenas emociones. La gente te
apreciará por tu sinceridad, confianza, autenticidad.

Si quieres comunicar valores, no digas lo que uno debe hacer o creer. Mejor
cuenta una historia.

Dibuja imágenes con las palabras. Los detalles pueden ser vitales. Cuando tu
historia tiene buenos detalles, tendrá vida propia. Tampoco exageres, no te
detengas en cosas irrelevantes. Ni mucho ni poquito, tal como la sal en la
comida. Dibuja una imagen de algo que sea importante para ti.

Cuenta algo que creas que los hará reír, no importa si es tan ridículo como la
historia de Reese en la serie Malcolm el de en medio en el capítulo ‘La hermana
de Lois’:

“Sí, manejar es increíble. Siempre pienso cuando manejo. Claro que hay veces
que manejo y no pienso. Sólo manejo. Pero no importa adónde maneje o cuánto
maneje, siempre me doy cuenta de que las personas siguen siendo personas.”

La clave es ser tan visual y expresivo como puedas, justo como lo hace Reese
cuando cuenta su reflexión. Dibuja una imagen con detalles relevantes. Captura
la imaginación y los sentidos con detalles sensoriales. Haz tu imaginación
visible.

Usa preguntas como ganchos para atraer a tu audiencia hacia tu historia. Al
preguntar cosas relevantes a lo que estás contando, harás que tu audiencia deje
de pensar en otras cosas y se enfoque en tu narración. Haz una pregunta retórica
e incluso una tonta, y ve lo que pasa. Por ejemplo, si quieres contar la historia de
un gran amor pasajero, pregunta, "¿Crees en el amor a primera vista?" Y a pesar
de que es una pregunta cliché, es una en la que la mayoría opina. Luego cuenta
la historia de por qué sí o por qué no.

El suspenso es el ingrediente del que las buenas historias están creadas. Hace
que las personas estén al borde del asiento. Una forma para crear suspenso es
proporcionar un dato crucial, pero no decirlo todavía. Entrégalo cuando la
tensión esté elevada. Eso mantiene a las personas despiertas tratando de adivinar
el desenlace. Cuenta tu historia que contenga un gran misterio desde el principio.
Ve dando pistas, pero no las des todas en un solo momento. Construye energía y
suspenso hasta llegado el momento de la verdad. La primera pista lleva a la otra.
Empieza tu punto haciendo una gran promesa. "Ayer me persiguió la policía... y
yo no había hecho nada." Posteriormente, puedes hacer una pregunta para
estimular la atención, v.g., ¿Alguna vez te ha perseguido la policía?" Poco a
poco ve dando pistas hasta el desenlace.

La gente ama el drama. Nadie quiere escuchar que tú sólo eres éxito, que todo lo
haces bien o que te madreaste a cinco chacas tú solo. Sí, cuenta tus éxitos, pero
cuando hayas salido de un montón de problemas en tu contra. Cuenta historias
en donde hayas estado en una terrible situación, solamente no te hagas la
víctima. ¿Qué tal aquella vez que se te quedó atascado el coche de tu papá en
una inundación, justo cuando ibas a pasar por tu novia el día de su cumpleaños?
¡Cuéntalo! Eso impactará a tu audiencia y al mismo tiempo despiertas su
curiosidad. Esa complicación hará tu historia más interesante porque genera
cierta ansiedad y energía, también transmites varias emociones al mismo tiempo.
Además, enganchas a las personas para que quieran saber lo que ocurrió.

No puedes permitirte ser tachado de aburrido. Contar historias llenas de drama
es algo que le debes a tu audiencia. Ese es el ingrediente esencial que les da
sentido a tus historias. Cuéntales acerca de tus altas y bajas en la escuela, nuevos
descubrimientos, las volteretas de la vida, lo bueno y lo malo, lo dulce y lo
amargo. También debes hablar de los temas que a la mayoría le concierne:
maestros, actividades, tesis, amigos, lugares fuera de la universidad.

¿Tienes muchas dudas de qué historia contar? Pues cuenta historias que sean
relevantes para la plática o las necesidades de las personas que te escuchan.
Investiga qué es lo que quieren de sus vidas a corto y largo plazo, qué es lo que
las haría felices. Las cosas básicas que la mayoría quisiera tener es libertad
financiera, comodidades, aceptación social, reconocimiento, más tiempo, más
viajes. Como podrás darte cuenta, muchas cosas que les interesan, están en un
futuro cercano o lejano. A las personas les gusta soñar en lo todavía
inalcanzable. Al hablar de ese tipo de cosas, demostrarás que ellas te importan. Y
créeme, después de eso, la gente te recordará por mucho tiempo.

1. Sé ordinario. Con esto quiero decir que tus compañeros de universidad te vean
como uno de ellos. Cuidado si te presentas como el héroe, el que todo lo sabe y/o
el que lo tiene todo. Darás mucha flojera. No seas así.

2. Que tus historias inciten a la aventura. Serás una influencia, buena o mala.
Eres esa persona que les dirá aquello que estaban buscando, pero no sabían que
existía. Sentirán que se habían perdido de mucho.

3. Si tienes que ser el mentor, sé el mentor. Serás aquél que desafiará a las
personas para que puedan emprender un viaje que tanto anhelaban, pero hasta
ahora les era desconocido.

4. Prueba quiénes son tus amigos y quiénes son tus enemigos. Cualquier persona
sobresaliente se topará con retos y descubrirá que tiene más enemigos que
amigos, pero ambos serán de vital ayuda para llegar a su destino.


¿Cómo hacer Preguntas inteligentes?

El objetivo de este libro no es hacer sólo preguntas, sino preguntar cosas que
inspiren a la gente a pensar de formas fuera de lo común, expandir su visión y
hacer que contribuyan más a la interacción. Las preguntas que logran eso por lo
regular son abiertas ──aunque a veces pueden requerir una simple negativa o
afirmación. Evita que la interacción pierda fluidez con respuestas de “sí” o “no”.
Muchas preguntas inteligentes empiezan con “por qué…”, “cómo…”, “qué
opinas sobre…” Son preguntas que motivan a descubrir soluciones, incrementan
la energía, la confianza y llevan a mejores conversaciones.

Una pregunta inteligente hace más que transmitir respeto hacia la otra persona.
También le ayuda a pensar que está contribuyendo a la conversación y así creer
que su aportación es valiosa. Por el contrario, una pregunta que no es inteligente
se enfoca en cuestionar por qué una persona no puede hacer ciertas cosas, eso
provoca que se ponga a la defensiva. Una pregunta poco inteligente se dirige
más hacia los problemas que a las soluciones. Una pregunta inteligente obtiene
respuestas favorables; una pregunta poco inteligente obtiene repuestas
desfavorables.

Parece extraño, pero muchas personas hacen preguntas sobre cosas que no
quieren oír o simplemente no saben qué respuesta quieren escuchar. ¿Qué es lo
que quieres lograr con tus preguntas? Entre mejor sepas qué quieres escuchar,
más inteligentes serán tus preguntas.

Habrá veces en las que necesitarás más de una pregunta para llegar a la respuesta
deseada. Necesitas más información, no simplemente una opinión de las
personas. Propón el contexto adecuado para obtener buenas respuestas, no sólo
interpretaciones. ¿Quieres saber si siente deseo por ti? ¿Quieres saber si vive
sola? ¿Quieres saber si tienen novio? ¿Quieres saber qué posiciones sexuales le
gusta? Después de preguntar eso debes considerar hacer preguntas de
seguimiento. Siempre hay una clase de invenciones en las respuestas de las
personas. Ya sea por quedar bien o que sólo quieran desviarte del tema. De este
modo, sin presionar, debes preguntar, “¿por qué dices eso?” o, “¿cómo fue que
llegaste a esa conclusión?”, o, “¿a qué te refieres con eso?” Las preguntas de
seguimiento siempre te harán tener un mejor panorama de lo que quieres saber.

Otra estrategia que debes adoptar es aprender a guardar silencio después de
preguntar. Espera la respuesta, escucha lo que tienen que decir y espera que
digan más. Muchas veces la persona con la que estás platicando tiene más
información y te la dará si sabes esperar. Aprende a sentirte cómodo guardando
silencio esperando que hablen un poco más. Trata de no interrumpir sus
respuestas.


La Secuencia natural de las Conversaciones

Muchas personas tímidas se atoran cuando tratan de hacer conversaciones
porque ven la conversación como algo lineal. Creen que sólo son preguntas y
respuestas, y que llevan una sola dirección. No saben que las conversaciones no
siguen una secuencia lógica de principio a fin. Las direcciones que siguen son
arbitrarias. ¿Te ha pasado que estás hablando de algo completamente extraño y te
preguntas cómo diablos fue que empezaste a hablar de ese tema?

Esto sucede debido a que hay un sinfín de caminos que un tema de conversación
puede seguir. Depende completamente de lo que los hablantes quieran decir.
Gracias a esto, es posible tener una conversación que dure para siempre y nunca
quedarte sin nada qué decir. Pero antes de que llegues a ese punto, debes saber lo
que es un hilo de conversación.

El hilo de conversación es un pequeño elemento de la comunicación. Es una
pequeña idea que tú les comunicas a los demás o ellos a ti. En una pequeña frase
que alguien pudiera decirte, existen varios hilos de conversación. Toma como
ejemplo esta frase: “Ayer me estuvieron dando muchas patadas en el partido de
fútbol.” Este sería un pequeño fragmento de una conversación, pero en él se
pueden encontrar al menos dos hilos de conversación si sabes cómo buscarlos.
Las palabras claves para seguir el hilo de la conversación son ‘patadas’ y
“fútbol’. Así que, supongamos que yo elijo la palabra ‘fútbol’, entonces podría
decir algo como, “¿En qué posición juegas? Te lo digo porque el sábado
necesitamos un delantero, y ya que dices que te dan muchas patadas, supongo
que juegas en esa posición.” O si quieres seguir con el tema de las patadas,
puedes decir, “Pues has de querer hacer las jugadas tu sólo y por eso te pegan”.

Cualquiera de esas declaraciones es socialmente inteligente, ya que:

1. Siguen el flujo del tema de conversación.


2. No necesitas escuchar y quedarte callado, porque estarás participando
activamente en lo que te están diciendo.


3. Le das motivos a la otra persona para que siga hablando y se sienta
apreciada. Siempre tendrás algo que decir y serán buenos temas de
conversación.


4. Es más fácil que te sigan la conversación si eliges las palabras o ideas clave
de cada frase.


5. Combinas entre preguntas y declaraciones, es decir, evitas que se vuelva
una tediosa entrevista.


Algo que debes evitar es dejar que la persona tenga todo el peso de la
conversación. Eso sería aburrido para ambos. Entonces, lo siguiente que debes
hacer después de buscar palabras clave, es asegurarte de que tus respuestas o
comentarios tengan sus propios hilos de conversación. Supongamos ahora que
estás hablando con una chica que te gusta y te dice:

Miriam: El sábado me quedé toda la noche viendo una serie en mi casa.

Tú: Y yo pensé que todo el tiempo tus pretendientes te invitaban a salir. Me
imagino que debe estar muy buena esa serie para que te quedes toda la noche
aguantándote las ganas de salir a bailar.

Miriam: ¡Ay, claro que no! Yo soy niña buena. Y sí, esa serie me gustó desde el
primer capítulo, pero si me hubieras invitado tú a bailar, igual y lo pensaba.

Como puedes ver, hay palabras clave para continuar una buena conversación, y
cada frase ofrece un nuevo camino. Primero se habla de ver series de televisión y
luego se pasa al tema del baile. Y como también puedes darte cuenta, no hay
ninguna pregunta y, sin embargo, hay respuestas. La conversación es más ágil
cuando no hay preguntas como tal, sino declaraciones. La gente tímida posee
una tendencia a realizar demasiadas preguntas como forma de ocultar su falta de
inteligencia conversacional. No cometas ese error. Si en algún punto de la
conversación te encuentras realizando demasiadas preguntas, detente, o de lo
contrario le darás una tremenda flojera a la otra persona. Opta mejor por hacer
declaraciones. Un ejemplo de una mala conversación es el siguiente:

− Hola, ¿cómo te llamas?
− Lucía
− Ah, muy bien, yo me llamo Jorge ¿Y qué estudias, Lucía?
− Bioquímica
− ¡Órale, qué padre! ¿Y ahorita tienes clase?
− No, tengo hora libre. Voy a comer con una amiga.
− ¡Qué rico! ¿Y qué piensas comer?
− No sé todavía. Oye, ya me tengo que ir, me están esperando.
− Oye, ¿me pasas tu teléfono?
− No puedo, tengo novio. Nos vemos.

En esta conversación hay varios errores, pero el que nos incumbe en este
momento es el de las preguntas. Como puedes ver, hacer preguntas no aporta
nada a la conversación y no ofrece nuevos temas de conversación. Fastidia,
aburre. Lo único que quería Lucía es huir de Jorge.

Lo que puedes intentar para no ser aburrido como Jorge es compartir intereses.
Si quieres tener conversaciones que sean fluidas e interesantes, tienes que saber
lo que las personas hablan normalmente con sus mejores amigos. Aprende de
todo. Comienza a ver películas y series populares. Aprende algo de deportes,
cualquier cosa siempre y cuando no te aburra. Tampoco tienes que hacer cosas
sólo para caerle bien a la gente. Puedes leer libros que te parezcan interesantes, o
simplemente aprender cosas de lo que ves y de las personas que conoces.
Recuerda que la meta no es ser ese personaje patético que puede citar películas y
libros palabra por palabra, o decir datos de cultura general que a nadie le
importa. La meta es construir conocimiento de modo que, si alguien te habla
sobre música, tengas algo qué comentar o al menos hacer preguntas inteligentes.
Este proceso puede llegar a ser complicado, pero se vuelve cada vez más fácil
con el tiempo y la experiencia. A veces ni siquiera tienes que leer libros, se
aprende muchísimo de la gente que te rodea. Hablando se genera mucho
conocimiento.

Una vez tomando en cuenta lo anterior, puede que te pase que al pasar los
minutos de repente sientas que la conversación se está volviendo tediosa y pierda
fluidez, en ese momento no dejes que la conversación se muera, o peor aún, que
la vuelvas un interrogatorio. Lo que debes hacer es preguntarte un par de cosas:

Conecta − ¿Qué es lo que tuviste en común con esa persona? Vuelve por ese
camino.
Observa − ¿Hay algo interesante que esté sucediendo alrededor? Hazle un
comentario.
Recuerda − ¿Hay algo interesante que te haya pasado últimamente?
Pregunta − Con lo poco o mucho que te haya compartido, ¿hay algo que le
quieras preguntar?

Algunos ejemplos serían los siguientes:

Conecta − “Hace rato me dijiste que cantabas en un grupo, yo hace mucho
tiempo toque en una banda.”
Observa – “¿Ves a esa chava que estaba formada en el baño? El otro día se enojó
conmigo porque no le pasé las respuestas de un examen.”
Recuerda – “El otro día que iba caminando me encontré a un amigo de hace
muchos años…”
Pregunta – “Acabas de mencionar que sabes tocar el piano, ¿por qué te
intereso?”

Quizás en esos momentos de incertidumbre tengas que forzar un poco las cosas,
pero poco a poco la conversación irá retomando su fluidez.


Experto en un Tema

Habla de algo que te hayas ganado el derecho de hablar a través de un largo
estudio o experiencia. Habla sobre algo que sepas que sabes muy bien. No pases
minutos ni horas preparando tu discurso: prepárate semanas o meses. Mejor aún,
invierte años. Habla de las cosas que exciten tu interés. Habla de algo que te
provoque un deseo intenso de compartirlo con los demás. Los discursos más
aburridos son aquellos que tienes que escribir y memorizar. Solamente vas a
escucharte falso. Los buenos discursos son los que brotan de ti como si fueras
una fuente.

No necesitas leer revistas para buscar temas de conversación. No busques en
ningún lado temas de conversación. Es necesario que tus temas de conversación
provengan de tu conocimiento, deseos y convicciones. Nada más te dará el
derecho de hablar. A su vez, hablar desde tu propia experiencia te proporcionará
un profundo y permanente deseo de comunicar tus ideas y transferir emociones a
los que te escuchan. Pocas cosas te harán sonar más convincente, ya que tu
experiencia te dará certeza y seguridad.

Yo sé que has vivido cosas únicas, que tienes un punto de vista diferente y
valioso. Ya estás preparado para tener miles de buenas conversaciones,
conversaciones que nadie más que tú puede llevar a cabo. Yo no sé qué
conversaciones puedan ser, pero tú sí. Anota tus historias en un papel o
simplemente empieza a contarlas y ve puliéndolas para que tengan un mejor
impacto. También sé que tus historias son excepcionales, y algunas pueden caer
en las categorías de “Cosas de las que me arrepiento,” “Mi más grande
ambición,” “Lo que me gusta/disgusta de la universidad.” Empieza por esos
temas y verás que poco a poco surgirán nuevas historias.

La buena noticia es que tu progreso como buen conversador dependerá más de
elegir el tema adecuado para ti que tu habilidad para contar historias. Insisto,
hablar de tus propias experiencias es una de las mejores maneras de generar
atracción en las mujeres. Obviamente cuando vayas progresando vas a querer
hablar de otros temas. La buena noticia es que puedes encontrar temas de
conversación en cualquier lado. Sin embargo, seguirás hablando desde tu propia
experiencia. Cualquier arte es una expresión de uno mismo. Sólo puedes cantar
lo que tú eres. Sólo puedes pintar lo que tú eres. Sólo puedes escribir lo que tú
eres. Eres lo que tus experiencias han hecho de ti. Para bien o para mal sólo
puedes hablar de lo que tu experiencia te dicta.

Puedo apostar que ya has escuchado que envidiar es ignorarte a ti mismo; que la
imitación es el suicido de tu propio yo; que debes aceptarte seas bueno o seas
malo. Y sólo podrás mejorar como conversador cuando emplees dos
herramientas fundamentales. Número uno: arriésgate a expresarte. Depende de ti
tomar ese riesgo y empezar a hablar con las personas. No debes depender de que
las personas vayan a acercarse a ti ──rara vez te hablará la chica que te gusta.
No me importa si eres tímido, es tu obligación, tal como lo oyes, hacer el primer
movimiento. A la mayoría nos atemoriza el rechazo, ni modo, tendrás que
aceptarlo. Créeme, ser un Donnadie es mil veces peor que ser rechazado.

Número dos: asume la responsabilidad. Es tu responsabilidad asumir el peso de
la conversación, al menos al principio. Claro, si es que quieres conocer chicas
lindas. Es tu responsabilidad sacar temas de conversación; es tu responsabilidad
recordar los nombres de las personas y presentarlas a otras; es tu responsabilidad
componer el flujo de la conversación y prevenir silencios incómodos. No esperes
que los demás asuman la responsabilidad. Esto es necesario, ya que, si las
personas se sienten cómodas a tu lado, las probabilidades de conocer a quien te
interesa y fundar nuevas relaciones son amplias.

Quizá tengas la inseguridad de que es poco probable que tengas algo en común
con otras personas. Pensar así limita tus oportunidades. Permites que las
diferencias de cualquier tipo te disuadan de empezar una conversación. No
permitas que el género, el estatus social, la edad, la ocupación, el estilo de vida
generen barreras artificiales. No obstante, debes saber que los seres humanos
tenemos más cosas en común que diferencias. Cada persona es única, más no
diferente. Sólo es cuestión de hablar, mostrar interés, escuchar y observar.




Conversar con Grupos grandes

Si es difícil para los hombres tímidos hablar con una persona, lo es aún más
hablar con dos personas o más. Un grupo de dos o más personas es un poco
cerrado, y se requieren ciertas habilidades para meterse en él. A continuación, te
mostraré algunas tácticas que puedes utilizar en momentos de necesidad:

Muestra interés en los integrantes del grupo, pero no te metas tanto en sus
asuntos si no te han invitado. Entre más personas haya en el grupo es
proporcionalmente más complicado que te den la bienvenida, así que
primero deja que se acostumbren a tu presencia. Poco a poco ellos mismos
harán que te involucres dentro del círculo.
Facilítate dentro del grupo al demostrar que has prestado atención a todos
sus asuntos. Empieza a buscar signos de que quieren que te involucres
como hacerte preguntas, pedir tu opinión o que empiecen a dirigirse hacia ti
mediante un lenguaje corporal más abierto.
Al principio es mejor no destacar, reconoce a todos en el grupo. Espera
pacientemente tu turno o el momento de destacar un poco más. Deja que el
mismo grupo te vaya incluyendo. Si empiezas a destacar demasiado o
empiezas a interrumpir la armonía que ya tenía el grupo, van a resentirte.


Una vez que estés adentro del grupo es importante que te enfoques ahora en la
persona o personas con quienes te interese hablar. En lo personal, no me gusta
hablar con grupos grandes porque lo considero una pérdida de tiempo, pero sé
que es necesario saber cómo manejarlo si no hay de otra. Prefiero acercarme
directamente a las personas que me interesan, pero sé que es algo arriesgado,
porque los integrantes del grupo podrían ofenderse, incluso con la persona que te
interesa.

Saber manejar grupos es una habilidad que nunca te hará daño, y menos si es lo
que te gusta: ser el centro de atención. Ya que si los grupos no son lo tuyo trata
de evitar manejar grupos y ve por lo más arriesgado, aunque muchas veces será
la mejor decisión. Siempre he creído en la versatilidad, pero creo más en la
eficiencia: hacer más con menos.


Preguntas abiertas

Descríbeme…
Cuéntame acerca de…
Cómo…
Qué tal te pareció…
Qué fue lo que te llevó a…
Por qué…


Todos los días hay personas preguntando a otras, “¿Qué tal te ha ido?,”
──palabras más, palabras menos──, y la respuesta oficialmente recurrida es un
insignificante, “¡Bien!” Posteriormente la otra pregunta dice lo mismo y
segundos después, ambos están a diez metros de distancia siguiendo sus
caminos. Esto sólo significa una cosa: ninguna de las partes estaba interesada
realmente en lo que sucedía con su vida, simplemente es una formalidad, nada
más. ¿Qué tal tus vacaciones? ¿Cómo te fue? ¿Cómo va la escuela? ¿Cómo
estás? ¿Dónde has estado? Estas preguntas también son pura formalidad. Quizá
en otras culturas sea diferente, pero en la nuestra no significan mucho estas
preguntas. La mayoría de las veces, estas conversaciones terminan bastante
rápido. Y no tendrá mucho sentido que hagas estas preguntas si no preguntas
más. Entonces, lo que debes hacer después de que te respondan una pregunta tal
como, “¿Qué tal te ha ido?,” puedes seguir preguntando cosas como, “¿En serio
bien, pues qué, has estado viajando o encontraste al amor de tu vida?”

Con esto quiero decir que, si empiezas un diálogo con una pregunta, prepárate
para cavar más profundo y hacerle saber a esa persona que estás interesado en
escuchar más acerca de su vida. Seguir haciendo preguntas sin ser tedioso, indica
que realmente deseas escuchar sus respuestas y quieres invertir tu tiempo para
saber más. A continuación, te mostraré algunas sugerencias:

── ¿Qué tal tu fin de semestre?

──Bien.
── ¿En serio, tuviste buenas calificaciones?

── ¿Qué tal estuvieron tus vacaciones?

──Bien.
── ¿Adónde fuiste?

── ¿Qué tal tu fin de semana?

──Bien.
── ¿Pues qué hiciste?
── Fui a ver un concierto con mis amigos.
──Ya ves, me hubieras invitado, ¿qué tipo de
música te gusta?
──No te invité porque no sé si te gusta el
Rock.
──Claro que me gusta el Rock, ¿y vas a
conciertos muy seguido?

Esto es parte de hacer preguntas inteligentes. Hacer preguntas inteligentes no
quiere decir que digas cosas intelectuales o profundas, ni siquiera que inviten a
reflexionar. Claro, hacer eso te hará verte más interesante para algunas personas,
pero la mayoría de las veces, hacer preguntas inteligentes significa que puedes
entablar una conversación fluida y relajada con todo el mundo haciendo
preguntas cualesquiera y aun así mantener el diálogo y pasar un buen rato. Saber
hacer preguntas inteligentes quiere decir que eres capaz de que las personas se
abran hacia ti y lograr saber eso que tanto quieres saber sobre los demás.

Y no necesariamente tienes que hacer preguntas para pedir una respuesta. Así
que, en vez de preguntar, “¿tienes novio?,” “¿qué carrera estudias?,” “¿qué haces
en tu tiempo libre?,” puedes decir cosas como:
¿Qué tal te llevas con tu familia?
¿Qué es lo que más te gusta de tu trabajo?
Si pudieras ganarte la vida haciendo un pasatiempo, ¿cuál sería?
¿Hiciste algo nuevo este fin de semana?


Nueve Consejos para saber escuchar

1. Si quieres saber escuchar, te debe interesar la persona.


2. Si quieres saber escuchar, da señales verbales y visuales de que en verdad
estás haciéndolo.


3. Jamás te aburrirás de escuchar si participas en lo que te están contando.


4. Aunque te grabes de memoria todo lo que te están diciendo y lo repitas para
que se den cuenta que sí estás escuchando, jamás se sentirán importantes si
estás viendo otras cosas o mandando mensajes desde tu celular.


5. Haz preguntas o declaraciones, te ayudará a no olvidar lo que te están
platicando.


6. Si no entiendes algo o si de repente dejaste de prestar atención a lo que te
estaban diciendo, haz preguntas para saber si estás siguiendo el hilo de lo
que te estaban platicando.


7. Controla las distracciones internas o externas.


8. Si no te interesa escuchar a la persona, mejor no lo hagas.


9. Si estás aburriéndote, trata de participar más en la conversación.



Primero escucha, después platica

Por cortesía y a pesar de todas las buenas preguntas que hayas hecho, tarde o
temprano tendrás que hablar de ti. Las reglas de una buena conversación
involucran un equilibrio entre dar y recibir. Si sólo haces preguntas, la otra
persona se cansará de hablar ──aunque con las mujeres parezca extraño── o
sentirán que no te interesa compartirles acerca de tu vida. Es muy importante que
cada persona cuente acerca de su vida. Es un esfuerzo para cada involucrado en
la conversación. Algunas personas que se rehúsan a hablar de sí mismas tienen
algunos miedos en común, tales como:

1. Creen que sus vidas son demasiado ordinarias para ser interesantes
2. No quieren parecer egocéntricas o presumidas


En primer lugar, no debería preocuparte parecer demasiado ordinario. En
realidad, todos somos personas ordinarias tratando de hacer lo mejor de nuestras
vidas ──aunque a veces no lo parezca. Nos preocupamos por pagar recibos,
trabajamos para tener dinero, estudiamos todas las noches para sacar buenas
calificaciones, queremos agradarles a los demás, nos preocupamos por nuestros
padres y parientes, tenemos pasatiempos, nos gustaría salir más de vacaciones,
odiamos levantarnos temprano. Recuerda que tenemos más cosas en común que
diferencias, y a través de todas esas cosas que tenemos en común podemos crear
una conexión y, por supuesto, una buena conversación.

No conozco a todas las personas, probablemente no te conozco a ti, sin embargo,
sé que has tenido experiencias increíbles de una manera u otra. Todos hemos
vivido un acontecimiento gracioso que seguramente provocará la hilaridad de los
demás. Seguramente has tenido unas vacaciones de ensueño o de pesadilla, o
quizá una lista de lugares que te gustaría visitar. Piensa en compartir esos
momentos en los que te sentiste ridiculizado y empieza a reírte de ti mismo y no
tomarte las cosas tan en serio. Posiblemente tienes historias que empezaron
fatalmente y tuvieron un final feliz, o al revés. Presume tus logros y cuenta lo
que tuviste que pasar. Diles las coincidencias que te ha regalado el destino.
Impáctalos con tus aventuras. No te guardes nada. Sé que puedes hacer una
conversación de cualquier cosa.

Tampoco te veas limitado para hablar sólo de sucesos y experiencias. Puedes
compartir tus sentimientos ──aunque suenen cursis──, tus opiniones acerca de
la vida, los libros, el mundo. Hay muchas posibilidades de que compartan los
mismos gustos en comida, series de televisión, género musical, el clima, las
personas.


No olvides los Cumplidos

Sin caer dentro de lo regular y decir lo que todo el mundo dice, puedes empezar
y mantener una conversación dándole un cumplido a la otra persona. Encontrar
algo agradable en los demás no te debe ser muy difícil. Todos tenemos algo qué
presumir, y la persona que tienes al lado no debe ser la excepción. No tengas
miedo a ser directo y decirles a las personas que las admiras por algo, ya que
puedes lograr una conexión inmediata. Y no puede haber una buena
conversación sin una conexión de algún tipo. Las cosas serán más fáciles cuando
muestres aprecio por las cualidades de los demás. La clave es que el cumplido
sea sincero, así que selecciona algo que en verdad admires, si no, puedes
abstenerte y buscar posteriormente con más cuidado. Puedes realizar un
cumplido por la apariencia, sus posesiones o su comportamiento.


Aprende a terminar Conversaciones

Termina una conversación mostrando aprecio para dejar una impresión positiva.
Agradéceles por su tiempo, habilidades o el puro placer de haber hablado con
ellas. Demostrarás elegancia y confianza cuando te despidas expresando gratitud
y halagando a la otra persona de alguna manera. Esto lo puedes lograr de la
misma forma en la que usas un cumplido para alimentar la conversación, y lo
mismo sucede aquí, si eres genuino la otra persona lo notará y se sentirá
apreciada. Ser sincero al demostrar gratitud por su tiempo producirá un ambiente
de buena voluntad y serás una figura positiva para ellos. La apreciación es un
cumplido con una despedida intrínseca. Habrás terminado la conversación con
un sello personal, y ambos podrán volver a sus asuntos llenos de un buen
sentimiento.

Recuerda terminar la conversación de la misma forma en la que la empezaste:
con una sonrisa y un buen apretón de manos ──o un beso y un abrazo en el caso
de las mujeres. Sé igual de efusivo que al principio. Ser seco en tus despedidas
no te ayudará en nada. Incluso cuando tengas que rodear la mesa o superar
obstáculos, haz lo que esté en tus manos para asegurarte de dejar un buen sabor
de boca. Da buenas impresiones terminando las conversaciones de una manera
amable y amistosa. Esta pequeña acción que es despedirse te ayudará a lograr lo
que tanto estás buscando: que la universidad sea de las mejores etapas de tu vida.

Existen pausas naturales entre las oraciones y temas de discusión. Espera esos
momentos oportunos para terminar tus conversaciones. Después de que mandes
el signo de que quieres terminar la conversación, es bueno planear ver a la otra
persona al fijar un encuentro en el futuro, incluso si lo haces muy vagamente, tal
como, “¡Espero verte pronto!”, o “A ver cuándo nos vemos.”

Si la otra persona habla demasiado y no respira entre oraciones, interrúmpela.
Tómala del brazo o del hombro y dile, “¿Qué te parece si me terminas de contar
en otro momento? La verdad es que tengo que ir a ver a una persona.” Sé
amistoso y discúlpate por interrumpirla. Prométele unas cervezas si es preciso,
pero hazle saber que quieres escuchar su historia completa y que te dará gusto
volver a verla.
Establece Encuentros a Futuro

Si conoces a alguien con quien te gustaría formar una relación, la mejor forma
que existe para hacerlo es pedirle un encuentro en un futuro. Asume la
responsabilidad de expedir una invitación. No importa si es hombre o mujer, no
hay nada que temer ni que demostrar. Sencillamente tienes que generar una
buena charla para lograr tus intenciones. Si tu meta es conocer mujeres, entonces
hazlo. Si quieres conocer hombres, diviértete de la misma forma, pero no me
cuentes. Reúne el coraje y hazlo. Yo sé que es bastante atemorizante, pero si no
lo haces, tus posibilidades se verán severamente limitadas. Si te rechazan tienes
permiso de irte a llorar a un rincón, pero también tienes la obligación de seguir
intentándolo. Algunas formas que he utilizado para ver a una mujer en otro
momento son las siguientes:

No quiero hacerte perder el tiempo, se ve que tienes prisa, pero ¿qué tal si
nos vemos el jueves?
¿A qué hora tienes tiempo libre? Podemos ir a comer o a beber un par de
cervezas.
En la tarde vamos a ir mis amigos y yo a bailar, ¿quieres venir?
Me agradó mucho platicar contigo, pásame tu teléfono y nos vemos otro
día.
Me llamó la atención ese curso que estás tomando, hay que vernos pronto
para que me platiques más.
¿Qué días tienes más posibilidades de poder vernos? Podemos hacer algo
rápido si no tienes tiempo.


No hay ningún truco en todo esto, no necesitas memorizar nada. Simplemente
estás poniendo una oferta sobre la mesa, estás mostrando interés y la otra
persona tiene que decidir si salir contigo o no. Las peticiones se basan en el
sentido común, pero muchos se ven cegados por el miedo al rechazo y pierden
cualquier noción. Invita a salir a las personas frecuentemente hasta que ya no
tengas ni que pensarlo y las palabras cobren vida por sí solas. Tener la costumbre
de invitar a salir a las personas te dará presencia y confianza. Esto es parte de ser
atractivo e interesante. Pocas personas se van a resistir y si lo hacen, tendrán
curiosidad de qué habría pasado, ya que estoy seguro de que te verán salir con
otras personas. Si crees que te pierdes de la oportunidad con esa persona que te
rechazó, puede que sea verdad, pero también esas personas se pierden de ti.


Los 45 Mandamientos para ser popular en tu Escuela

Sé el primero en decir, “¡Hola!”
Preséntate a los demás.
Toma riesgos y anticipa el éxito.
Utiliza tu buen sentido del humor.
Practica diferentes formas de empezar una conversación.
Haz un verdadero esfuerzo por recordar el nombre de los demás.
Pregunta el nombre de las personas si lo has olvidado.
Muestra curiosidad e interés para saber acerca de las personas.
Cuéntales a las personas sobre tu vida.
No seas pasivo al esperar que las personas se acerquen a ti.
Demuestra que estás escuchando al reafirmar las cosas que te están
contando.
Expresa entusiasmo por los temas de conversación que brindas a la plática.
Forja tu camino para conocer nuevas personas donde quiera que estés.
Acepta que los demás pueden tener ideas y creencias diferentes a las tuyas.
Involúcrate en la costumbre de preguntarles a las personas acerca de su
vida.
Repíteles tu nombre a aquellas personas que muestren signos de haberlo
olvidado.
Rétate a ti mismo y a los demás a decir cosas interesantes o diferentes.
Sé consciente del lenguaje corporal abierto y cerrado.
Sonríe, establece contacto visual, extiende tu mano y ve en busca de nuevas
personas.
Saluda a las personas que veas regularmente.
Busca intereses, metas y experiencias en común.
Si puedes, haz el esfuerzo de ayudar a los demás.
Deja que las demás personas se sientan los expertos en su tema.
Si alguien te pregunta cómo estás, responde algo más que un simple,
“¡Bien!”
Entusiásmate por los intereses de los demás.
Establece un balance entre contar y escuchar.
Habla sobre toda variedad de temas.
No tengas temor de expresar tus sentimientos, opiniones y creencias.
Haz que se note que la pasas bien platicando con los demás.
Invita a las personas a salir, sea donde sea.
Encuentra una forma de mantenerte en contacto con las personas que te
interesan.
Busca la opinión de los demás.
Busca lo positivo en aquellos que estás conociendo.
Termina las conversaciones con el mismo entusiasmo con el que las
saludaste.
Forma relaciones con tus compañeros.
Haz preguntas sobre lo que te han dicho previamente en las conversaciones.
Haz preguntas abiertas para aprender un poco más.
Cambia los temas de conversación incómodos, tediosos, aburridos o que no
aporten nada bueno.
Busca aquellos temas de conversación que les excite.
Diles cumplidos acerca de lo que usan, hacen o dicen.
Cuando cuentes una historia empieza con una frase cautivadora y luego
ofrece detalle.
Incluye a todos en la plática siempre que sea posible y necesario.
Aprende a notar signos de aburrimiento o falta de interés.
Prepárate con tiempo cada vez que tengas una reunión importante.
Despídete cortésmente cuando alguien no esté interesado en tu plática.



El Ojo que Todo lo ve

Cada vez que entres a un lugar, pretende que eres invisible. Nadie te ve, así que
no tienes la necesidad de sentirte incómodo o inseguro. Cada persona que está en
el lugar al que tú llegas está centrada en sus propias actividades, tiene sus
propias conversaciones o está absorta en sus propios pensamientos. Con más
calma podrás andar u observar el lugar al que llegues: ¿quién está allí? ¿Cómo se
comporta el ambiente? ¿Todos se están divirtiendo o hay mucha tensión?
Observa todo. ¿Quién parece más accesible? Cuando hayas reunido información
suficiente sobre el lugar, tus pensamientos ahora pueden convertirse en palabras,
las cuales compartirás al abordar a las personas o cuando ellas te aborden a ti. Es
más fácil romper el hielo comentando observaciones sobre la situación que ir
directamente a las preguntas personales. Normalmente, si realizas un comentario
inocente, la persona del otro lado responderá con sus propias impresiones. Y a
veces puede resultar efectivo que empieces a hablar con los hombres antes que
las mujeres para no despertar sospechas o simplemente para entrar en el estado
adecuado para socializar. Si tienes suerte, ellos mismos te pueden presentar con
una linda chica.

Algunos rompehielos que puedes utilizar son:

¡Ya he venido varias veces aquí y nunca te había visto!
¿Sabes dónde van a dar la conferencia X?
Yo casi no conozco a nadie de este salón, ¿tú sí?
Los jueves se pone muy bueno en X. ¿Tienes algún plan? Si no, podemos ir.
Ya te he visto varias veces, y has despertado mi curiosidad.
Nunca había venido aquí. ¿Tú qué opinas de este lugar?




Comentarios entre Preguntas

Considera lo siguiente cuando realices una pregunta o ellas te pregunten a ti:
piensa en cómo puedes hacer un comentario acerca de lo que respondan las
personas. Aquí hay un ejemplo:

Tú: ¿Qué tan seguido sales?
Ella: Trato de salir los viernes y sábados

Cuando ella responda, piensa qué comentar acerca de lo que te respondió en
lugar de pensar en la siguiente pregunta. Este ejercicio hace maravillas para
mejorar tus habilidades para escuchar.

Tú: ¡Parece que lo último que quieres hacer es estar en casa!

Ahora hiciste un comentario en vez de ser predecible y formular otra pregunta al
estilo de, “¿a qué lugares te gusta ir?” Verás, requiere de un nivel más alto de
atención realizar comentarios que hacer preguntas. Al hacer un comentario
estarás dándole más flujo y contenido a la conversación, y puedes demostrar
buenas cualidades como sentido del humor y quizá un poco de coquetería,
mientras que hacer preguntas puede demostrar nerviosismo o que no te interesa
en absoluto lo que te están explicando al no dar un poco de retroalimentación. Si
tienes varias preguntas en mente, no las digas todas si no has hecho unos cuantos
comentarios. Tampoco te preocupes, eso no quiere decir que no puedas preguntar
después. Guárdalas en tu mente y pregunta más tarde cuando creas que sea el
momento indicado.

Otra opción que puedes tomar en vez de hacer un comentario humorístico es
revelar cosas de ti de acuerdo con lo que te están diciendo. Así es como
funciona:

Tú: ¿Qué tan seguido sales?
Ella: Trato de salir los viernes y los sábados.
Tú: ¿En serio? Yo trato de salir entre semana porque hay menos gente en mis
lugares favoritos.

Esta vez, una revelación acerca de ti mantiene cierta conexión en la
conversación. También te servirá de ayuda hacer una que otra pregunta. En la
mayoría de las ocasiones, si todo va bien, estas revelaciones actuarán como
generadores de interés. Estos comentarios despertarán la curiosidad de la otra
persona para que hable más o te haga preguntas a ti. Siguiendo este hilo de la
conversación, ella te podría decir algo como:

Ella: Oye, es cierto, nunca se me hubiera ocurrido. Lo malo que entre semana no
tengo mucho tiempo.

Cuando comentas la respuesta de alguien, sentirá cierta obligación de decir algo
de regreso. Utiliza esta reacción a tu favor. Ahora te preguntarás qué sucede
cuando no hay reciprocidad en la conversación. Bien, utiliza las preguntas que
tengas en mente. En estos casos debes ser paciente e insistir hasta las últimas
consecuencias, o bien, cortar la conversación e intentarlo otro día o más tarde.
Sigamos entonces con el ejemplo que estábamos tratando:

Tú: ¿Qué tan seguido sales?
Ella: Trato de salir los viernes y sábados
Tú: ¡Parece que lo último que quieres hacer es estar en casa!
Ella: (se ríe, pero no responde)
Tú: ¿Y cómo le haces para aguantar todas las desveladas?

Una vez que entres en el hábito de hacer comentarios y revelar cosas de ti, hacer
preguntas no será tan tedioso. Con el uso creativo de esos tres elementos, las
posibilidades y variaciones de tus conversaciones son virtualmente ilimitadas.
Mientras estés atento en tus conversaciones todo se irá dando poco a poco.

Quiero finalizar este apartado diciéndote algo: debes de ser paciente ──cosa que
a mí me ha fallado mucho. No tienes que darlo todo en la primera cita. Date la
oportunidad de conectar con las personas que te interesan en vez de tratar de
encontrar todo acerca de ellas en ese mismo encuentro. Tantea las posibilidades
que tienes de lograr esas cosas que buscas de esa persona y decide si vale la pena
continuar esa relación o sólo dejarlo como un solo encuentro


Dilo, pero de otra Manera

Ya estoy cansado de la frase, “No importa lo que dices, sino cómo lo dices,” pero
no hay nada más cierto. Diciendo las cosas de una forma diferente puedes
transformar el valor de la plática de aburrida a interesante. ¿A qué me refiero con
esto? Me refiero a que sobre el curso de una conversación la información
compartida necesita ser transmitida de un lado a otro con la mujer que estés
hablando. Este es el flujo natural de cualquier conversación. Así que puedes ir
olvidándote de pasártela platicado acerca de lo que has logrado, de cuánto dinero
te da tu papá para ir a gastar y todas tus patoaventuras que al inicio no harán más
que complicarte las cosas.

Mejor aprende a crear pequeñas charlas añadiendo cosas divertidas, juguetonas y
coquetas. Existe un sinfín de maneras para hacer que una plática sea coqueta y
debería fascinarte buscar esas oportunidades tan valiosas. Muchos hombres
tienen miedo a usar la coquetería en sus conversaciones por miedo a ofender a la
chica en cuestión. Sin embargo, es un componente importante para medir el
interés sexual que una mujer tiene hacia ti. Si sientes que una mujer actúa
cómoda platicando contigo y la conversación no tiene ningún componente
sexual, no importa el tiempo que ella dure contigo, no va a besarte ni a acceder a
algo más contigo a menos que ella ya esté atraída hacia ti. Si después de una
plática nunca terminas besuqueándotelas o nunca las tienes bajándose sus
calzones ansiosas por tu verga, y ni tú ni ellas toman la iniciativa, probablemente
careces de este componente sexual del cual te estoy hablando.

Que una mujer esté platicando contigo no significa que pueda haber algo más.
La próxima vez que estés en medio de una conversación con una mujer que te
guste y no sepas qué hacer, relájate unos segundos y pregúntate por qué estás
hablando con ella. Quizá quieras una amistad, una relación seria, una sola noche
de pasión, amistad con derechos. Empieza siendo sincero contigo mismo y no te
conformes con menos por mera inseguridad. Lo más probable es que quieras
escucharlas gritar de alegría mientras te las estás cogiendo durísimo.

Si quieres revolcarte con ella en la cama o en un salón de clases, debes estar
dispuesto a perderla. Esto significa que, si tu intención es desnudarla o al menos
subirle el vestido, debes arriesgarlo todo para lograr tu cometido. Que no te dé
miedo perderla. Créeme si te digo que vas a fracasar miserablemente si te da
miedo romper esa linda conexión que tienes con ella, que si estás dispuesto a
incomodarla al sugerirle cositas indecentes. La tensión sexual genera deseo
combinado con incertidumbre, suspenso e incluso nerviosismo.

Si has estado hablando durante una hora con una mujer acerca de comida, viajes
o escuela, ten por seguro que no hay tensión sexual, incertidumbre, suspenso ni
nada que despierte sus sentidos sexuales, a menos que le hayas estado tocando la
pierna o haciéndole propuestas indecorosas con un lenguaje no verbal. Tampoco
es tan malo, pues generas cierta comodidad y simpatía. Sin embargo, si quieres
avanzar, tienes que sacudir esos sentimientos. Por ejemplo, si una mujer se ha
acomodado demasiado contigo y comienza a parlotear acerca de lo mucho que
odia la escuela, detenla y dile, “Si seguimos hablando acerca de esto tendré que
cobrarte $300 la hora por la terapia.”

Es necesario también que sepas cuándo interrumpirlas y cuándo dejarlas hablar.
Tampoco te estoy recomendando que seas un egoísta y que impidas que te
hablen de esas cosas de las cuales necesitan desahogarse. Utiliza tu criterio y no
hagas sentir a las personas poco apreciadas sólo porque quieres ser coqueto.

Volviendo al ejemplo anterior, lanzar ese comentario romperá ese trance
negativo y le dará vida a la conversación. Además, harás pedazos cualquier
pensamiento relacionado con, “Me cae bien, lo voy a mandar a la zona de
amigos.”

En general, no tendrás problemas de que tus interacciones carezcan de tensión
sexual si desde el principio tienes claras tus intenciones y se las haces saber a
ellas. Siempre hazles saber tus intenciones. Si no quieres que una mujer se sienta
demasiado cómoda contigo y te empiece a ver como un chico divertido con el
cual uno se la pasa riendo, entonces demuestra tus intenciones desde el principio.
Si sólo te la pasas hablando con una chica acerca de la escuela, viajes y comida,
te verá sólo como alguien con quien puede hablar de la escuela, viajes y comida.

A continuación, te mostraré un par de ejemplos sobre cómo puedes demostrar tus
intenciones de una forma coqueta:

Tienes una sonrisa muy traviesa, como si todo el tiempo pensaras en
maldades. Me encanta.
Eso que estás haciendo con tus ojos me está volviendo loco. Ya dejé de
poner atención a lo que estás diciendo.

Una vez que hagas una declaración indecorosa no hay cabida para una disculpa,
decir que era broma o echarte para atrás. De otro modo destruirías la tensión que
acabas de crear. Si rompes esa tensión que has creado, será más difícil volver a
construirla. No tendrás que preocuparte de que ella malinterprete tus intenciones
si eres claro y no te disculpas cuando sacudes sus emociones.

Eso sí, cuando realmente las ofendas, discúlpate. Diles que te ganó la excitación,
que su belleza te puso nervioso o cualquier comentario para mitigar su
enfurecimiento. Apacígualas y vuelve a intentarlo si tuviste éxito. Todo depende
del contexto y la calibración. Usa el sentido común.

El Sentido del Humor eres tú

El sentido del humor no es lo que dices, es lo que eres. Necesitas tener un sello
único. Una actitud que indique que eres tú y sólo tú. Sin un estilo propio sólo
eres un recitador de palabras. Una persona puede hacer reír a la gente incluso
cuando lo que dice no es especialmente gracioso, porque lo que hace reír es la
persona, no lo que dice. Aquellos quienes tienen el don de tratar a las personas
se han creado una personalidad memorable. No sólo las personas se sienten bien
a su alrededor, sino que las interacciones cobran vida propia.

Como ya hemos visto, el inconveniente más grande es que muchas personas se
quedan sin nada que decir o recurren a temas aburridos, especialmente al
principio de la conversación, donde no se ha establecido casi nada. A ti y a esas
personas les gustaría saber que se puede tomar cualquier tema de conversación y
convertirlo en un tema excitante y coqueto para, de este modo, tener siempre
algo bueno que decir y nunca quedarse sin tema. Así es, existe una forma de
lograrlo.

Esto es posible porque, como dije antes, el sentido del humor fluye más de las
personas y de la interacción, que de las bromas. Esto es un alivio porque no
necesitas estar pensando constantemente en un chiste para hacer divertida la
interacción. De hecho, la diversión se generará gracias al juego entre ustedes dos
o demás personas. El humor y su expectativa generan tensión. Mientras
continúes construyendo tensión, relajando la situación y subas la energía,
crearás, paso a paso, tensión sexual.

Importa poco tu personalidad en este asunto. No obstante, exhibe un pequeño
grado de dominio mental sobre las personas con quienes platicas. Bromear y
ostentar un dominio mental, en combinación, generarán bastante atracción.
Escoger una postura debe involucrar un criterio adecuado para lograr esa
atracción que tanto te falta. Algunas posturas funcionarán mejor que otras. Para
que me comprendas mejor, estos son algunos de los papeles implícitos que
puedes atender:

Tú eres el dominante, ella la inocente
Tú eres la autoridad, ella quien intenta pervertirte
Tú eres su maestro, ella la aprendiz
Tú eres el seducido, ella la seductora
Tu eres el frío, ella la caliente
Tú eres el conservador, ella la aventurera
Tú eres el usado, ella la que te usa


Haz que cada uno adopte el papel que más convenga a tus propósitos. Bromea
con ello y no te lo tomes tan en serio, así como tampoco debes llevarlo
demasiado lejos. Básicamente estás haciendo que cada uno adopte la postura
adecuada para que de ahí establezcas las reglas de la conversación. Es
importante que lo hagas desde el principio y no cuando hayas platicado media
hora de su situación académica. Eso haría las cosas demasiado torpes. Lo más
importante es que seas congruente, lo cual quiere decir que no te vas a intimidar
si ella te pone a prueba. No le estás pidiendo permiso, ella simplemente tiene que
jugar con las cartas que le diste.

Finalmente, lo único que faltaría es saber cuándo dejar esa postura al olvido y
dejar que la conversación evolucione. Quizá no sea necesario dejar el tema por
completo para poder utilizar un par de bromas esporádicas más adelante. En
resumidas cuentas: no abuses. Si ya generaste atracción, no hay necesidad de
gastar el tema.

Con esto en mente, me gustaría dejarte de tarea un ejercicio ──con esto me
refiero también a que lo lleves a la práctica──, el cual consiste en lo siguiente:
con la postura que acabas de elegir para determinada interacción, cómo
responderías a las siguientes situaciones:

Ella toca tu trasero accidentalmente
Deja caer algo
Se pone a mandar mensajes en su celular
No te presentó a sus amigas cuando fueron a saludarla
Bosteza
Bebe muy rápido
Se pone a fumar
Pide algo de comer
Voltea hacia otros lados
Te da un golpe en el pecho por algo que dijiste
Te dice una grosería


Te recomiendo hacer este ejercicio adoptando diferentes posturas. El éxito es
amante de la preparación. Cuando lleves este ejercicio a la práctica debes saber
que ella sabrá de antemano que estás jugando, así que puedes sentirte cómodo
siendo cursi, exagerado e incluso grosero.

La práctica debería involucrar un diálogo más o menos así:

Ella: (accidentalmente toca tu trasero) ¿Y cómo te ha ido este semestre?
Tú: (viendo hacia abajo y a su mano) Sí me di cuenta de lo que acabas de hacer,
eres una perversa.
Ella: Jajaja, cálmate, fue sin querer.
Tú: Quieres distraer mi mente y aprovecharte de mí.
Ella: Lo siento, me atrapaste.
Tú: Y no es que no me haya gustado, el problema es que ni un café me has
invitado.
Ella: Tú eres el que debería invitarme a salir.
Tú: ¿Entonces debo agarrarte las nalgas antes o después?
Ella: Jajaja, eres un tonto. Pero yo creo que después.

Hubieras podido ignorar ese hecho y simplemente responder su pregunta y
continuar con la conversación aburrida y desabrida. Pero adoptar una postura te
permite avivar las cosas instantáneamente y generar buenos sentimientos.
Tensión sexual, por ejemplo. Esto no quiere decir que debas ignorar la plática
anterior o que no debas responder su pregunta, lo único que estás haciendo es
generar una pequeña pausa para subir el ritmo y evitar el tedio.


Transforma la Conversación en un Juego

¿Alguna vez has pasado divertidas horas pateando un balón de fútbol contra la
pared volviendo a rematar cada vez que rebotaba hacia ti? ¿Te has sentado en tu
asiento clasificando quiénes eran tus compañeras más “cogibles” en tu salón de
clases mientras el maestro recitaba conceptos aburridos? ¿Has jugado a ser
equilibrista caminando a través de un borde estrecho en la calle? Felicidades, ya
sabes cómo hacer algo divertido de una actividad aburrida. Yo creo que la gente
hace esto todo el tiempo, puesto que los juegos son divertidos. Cada interacción
que tengas con una chica posee el potencial de volverse divertida. Hacer de las
conversaciones que antes eran aburridas en un juego es una habilidad digna de
construirse. Busca algo que puedas convertir en algún tipo de concurso y ver
quién supera a quién.

A todo el mundo le gusta jugar juegos. Hacer esto hará que siempre haya algo
que decir, porque la conversación será parte del juego. Y antes de pasar a los
ejemplos, me gustaría decirte las razones por las que es una excelente idea jugar
estos juegos:

Genera un buen entendimiento entre ambas partes
Mantiene la conversación fluyendo adecuadamente creando una ilusión de
química
Permite que los dos compartan información que sería un poco más
complicada obtenerla de otro modo
Puedes entablar temas sexuales de una manera menos agresiva e incómoda
Sitúa la conversación en los sentimientos, emociones y observaciones en
lugar de meros hechos


Cualquier cosa tiene el potencial de convertirse en un juego. Cada juego debe
pensarse y diseñarse para apelar a las emociones y crear un sentimiento de
compenetración y atracción. Ten en mente que no debes acabar el juego, no
debes llevarlo hasta las últimas consecuencias y no debes tomártelo demasiado
en serio. Tampoco debes usarlo como una medida desesperada para hacer que
ella invierta en la conversación, o porque no tienes nada que decir. Entender el
ritmo de tus conversaciones es vital. Si la conversación no va del todo bien de
nada te servirá esto, mejor adopta otras estrategias para generar el ambiente
apropiado. Por último, es importante que no avises, simplemente propón el juego
cuando lo creas conveniente. Sin más preámbulos, vayamos a este par de
ejemplos:

1) Tú: Vamos a jugar un pequeño juego.

Ella: Está bien, ¿cuál juego?


Tú: Es muy simple. Sólo tenemos que tomar
nuestro turno para hacer la pregunta que
queramos, pero las reglas son las siguientes.
Ella: ¿Cuáles reglas?
Tú: La primera es que todas las preguntas
deben ser respondidas con la verdad; la
segunda es que no pueden repetirse
preguntas, es decir, si yo pregunto algo, no
me puedes preguntar lo mismo; y la tercera es
que yo voy primero, “¿Cuántos novios has
tenido?”

2) La segunda opción es jugar los juegos del rol.

El juego del rol consiste en crear un escenario


imaginario y papeles que los dos deben actuar
juntos. Digamos que estás hablando con una chica
y le dices que en dos meses vas a viajar a Holanda
y entre bromas ella te dice, “¡Llévame, por
favor!,” en vez de decirle que no puedes o algo
estúpido, puedes seguirle la corriente con:

“Por supuesto, es exactamente lo que te iba a
proponer. Lo malo es que no compre otro
boleto así que tendré que guardarte en mi
maleta. ¿Qué tan flexible eres? No lo digo
para hacer porquerías en la cama, lo digo
porque sólo tengo maletas pequeñas. Después
cuando lleguemos te voy a contratar como mi
guardaespaldas, porque quiero ir a apostar a
los bares y cuando no tenga con qué pagar, tú
los vas a golpear a todos. Nos robaremos ese
dinero y con él podemos estar de bar en bar
por toda Europa.”

Así es como puedes hacer un juego de cualquier cosa. No olvides ser coqueto y
divertido, ya que ese es el punto. Aquí te mostré un par de juegos, pero estoy
seguro de que conoces otros más, así que no temas proponerlo y pasar un buen
rato.


Improvisar es crear

No hay duda de que la improvisación puede ser divertida. Sin embargo, el
propósito principal de la improvisación no es ser divertido. Improvisar es
desempeñarse en una actividad sin un guion en específico. Es poner al máximo
tus habilidades mentales, estar atento a la situación y reaccionar de acuerdo con
lo que está a tu alrededor y estar completamente en el momento presente ──no
el pasado ni el futuro, sino el ahora. Improvisar trata sobre darte cuenta de que
todo lo que necesitas está en el momento presente. Si no estás atento a las
circunstancias, no podrás actuar sobre ellas.

Regla #1: Concuerda y di “sí”

“Sí” es una palabra simple, y en la improvisación es una filosofía. “Sí” es la
aceptación de nuevas ideas y perspectivas, y establece reconocimiento y respeto
a la persona que te está hablando. Forja un escenario de comunicación positiva y
un verdadero diálogo. Es muy fácil ser negativo y apático ──actitudes que
rápidamente corroen los buenos sentimientos de la interacción. La negatividad
sofoca la creatividad y la innovación. Decir “sí” te mantiene abierto a nuevas
posibilidades. Es positivo, afirmativo, confiado, optimista. Decir “sí” es el
primer paso para erradicar la negatividad.

Regla #2: No sólo digas “sí”, di “sí, y”

“Sí” establece sinceridad y aceptación. “Sí, y” toma esa sinceridad y aceptación
un paso más adelante al construir algo nuevo sobre lo que la otra persona ha
dicho. Significa que aceptas lo que la otra persona dijo y estás dispuesto a
aportar. “Sí, y” te permitirá tomar ideas y construir sobre ellas algo que te
acerque a tus objetivos amorosos. También motivarás a la otra persona para
seguir aportando a la conversación y apegarse a tu plática. A su vez, esa persona
estará acercándose a tus propósitos sin sospechar de tus intenciones. Además,
fomenta la cooperación porque ambos estarán dando sus puntos de vista. Sirve
para construir una relación entre los dos, lo que permite que tus interacciones
sean más exitosas.

Regla #3: Haz declaraciones

Cualquiera que sea el problema, sé parte de la solución. Las personas que
constantemente están haciendo preguntas ponen presión en los demás para seguir
con la plática. Todos hemos estado con este tipo de personas o hemos sido este
tipo de personas. No se logra otra cosa más que detener el progreso de la
conversación, a veces causando que la interacción se estanque. Este mundo
necesita personas que sepan resolver problemas, o en este caso, personas que
sepan hacer declaraciones. Es importante hacer preguntas trascendentales, pero
también es importante pinar sobre los comentarios. Hacer declaraciones provee
diferentes direcciones por las cuales la conversación puede dirigirse. Hacer
declaraciones implica liderazgo, lo cual ayuda a forjar un camino que ambas
partes van a disfrutar.

Regla #4: No hay errores, sólo oportunidades

Si sigues las otras reglas de la improvisación, entonces las posibilidades son
ilimitadas. No habrá errores. Estarás escuchando, reaccionando y creando algo
nuevo, y este simple acto puede llevarte a algo novedoso e inesperado. Es cierto
que puede haber equivocaciones, pero esta regla trata de aceptarlas y seguir
adelante. La improvisación también consiste en no detenerte y explorar
territorios inexplorados ──no de arrepentirte y morar en el pasado. Preocuparte
por los errores puede llevarte a ser demasiado precavido, a tener miedo a
cometer más errores y dejar pasar oportunidades. Necesitas liberarte para
intentar lo nuevo, lo arriesgado. Sé libre para experimentar e innovar en tus
conversaciones. El verdadero fracaso es no aprender de tus errores. Los inventos
que han provocado que la humanidad pueda trascender, fueron errores cargados
de buena suerte. Entonces, ya no son errores, sino oportunidades.

Ya que has visto y puesto en práctica las reglas de la improvisación, es
importante plantearte la siguiente pregunta: si tienes miedo a pensar diferente,
¿cómo puedes prepararte para lo inesperado, cuando los retos que vas a enfrentar
dependen menos de lo que sabes y más de la manera en la que piensas? Si
realmente quieres pasarla bien en la universidad necesitas sobresalir como
comunicador, innovador, saber cómo tomar decisiones, pensar críticamente,
promover la cooperación ──entre amigos deben ayudarse── y saber transmitir
buenas emociones a los demás.

Como un improvisador principiante puedes encontrar adverso cuando conoces
alguien en la vida real y su primera respuesta es “¡No!” Pero si sólo te quedas
con esa primera respuesta, no tendrías manera de sobresalir. Toma en cuenta que
en la segunda regla tienes que estar de acuerdo con lo que dicen y luego añadir
algo de tu propia cosecha. Si alguien empieza con un comentario como, “Hay
demasiada gente aquí,” y tú dices, “¿Pues qué esperabas?,” estás frito, porque
estás llevando la conversación a ningún lado. Un mejor abordaje podría ser, “Sí,
pero así no vamos a pasar frío,” ya que puedes llevar la conversación a otro lado.
Esto significa que no tienes miedo de contribuir. Es tu responsabilidad
contribuir. Siempre asegúrate de aportar algo valioso a la conversación.

Luego, tomando en cuenta la regla número tres, es una manera positiva de decir,
“¡No hagas tantas preguntas todo el tiempo!” Si desde el principio empiezas a
preguntar, “¿Cómo te llamas? ¿Qué estudias? ¿Dónde vives? ¿Adónde vas?”
Estás poniendo demasiada presión para que deba responder todas esas preguntas.
Entiende, sea cual sea el problema, sé parte de la solución. No te pares enfrente
haciendo pregunta tras preguntas poniendo obstáculos entre tú y las demás
personas. Y algo muy importante es que tus declaraciones no deben sonar como
preguntas, es decir, no tienes que sonar dubitativo: “¿te acompaño a tu salón?”
No, si quieres acompañarla a su salón, debes decirlo con seguridad, “¡Te
acompaño a tu salón!” Que se noten tus intenciones con tus acciones y con tu
voz.

Implementada correctamente, la improvisación puede ayudarte a confiar más en
ti mismo, incrementar la colaboración con quienes te escuchan, mejorar tus
habilidades de comunicación, promover la innovación y la creatividad, mejorar
la tolerancia a la ambigüedad y el caos en tus conversaciones, y saber cómo
asumir riesgos. Todas estas destrezas te ayudarán a sobresalir.

La improvisación puede desarrollar un enorme rango de habilidades y
comportamientos, pero tiene sus limitaciones y puede no ser la mejor solución
para cada interacción. Reflexiona en las habilidades y competencias que debes
requerir para sobresalir en la universidad. No todas ellas pueden desarrollarse
con la improvisación. La improvisación provee muchas herramientas para
desarrollar habilidades como el liderazgo y la confianza, pero no siempre
funcionarán en cada ocasión. Las habilidades que decidas usar dependerán de tu
forma de ser y la situación en específico.


Los 19 Trucos para sobresalir como Improvisador

1. Preséntate. Jamás asumas que todos saben quién eres.


2. No bloquees a los demás. Habla con todas las personas que se dirigen a ti
dentro y fuera del grupo. Siempre y cuando no generes conflictos y esas
personas tengan cierta relevancia.


3. Recuerda la regla de “Sí, y”. Acepta la información que los demás te
comparten, pero también recuerda añadir algo más. Quieres ser una fuente
de buenas conversaciones, no alguien que dice que sí a todo.


4. Escucha. Una de las claves de la improvisación es escuchar. Presta atención
a lo que dicen y cómo lo dicen. Los detalles te darán dividendos más tarde.


5. Usa tu cuerpo. Tienes que estar consciente de tu lenguaje corporal, tu
postura y tu apretón de manos para asegurarte de comunicar el mensaje
adecuado: confianza, positividad, amistad y capacidad.


6. Comprométete. Una vez que les intereses a los que te escuchan, sigue
asumiendo esa responsabilidad.


7. Practica por cuenta propia. A veces no es posible hablar con todos todo el
tiempo, pero puedes practicar en tu cabeza planteándote diferentes
escenarios o enfrente del espejo. Quizás a solas en voz alta.


8. Ayuda a los demás. Si alguien tiene problemas para acercarse o hablar con
las personas. ofrécele un par de consejos o dale retroalimentación. No te
burles, mejor aprende de él.


9. No hagas preguntas, haz declaraciones. Jamás me cansaré de repetirlo: dale
dinamismo a tu conversación.


10. Vive en el presente. No existe otra cosa más que la conversación y tú. Deja
tu sello personal.


11. Conviértete en un pensador ágil. Esto podrás lograrlo únicamente con la
práctica y la experiencia.


12. Entiende tus motivaciones. No camines hacia otra persona si no sabes por
qué lo haces.


13. Entra y sal con propósito. Esto es muy importante. Si sólo abordas a una
persona y abandonas sin una justificación real, carecerás de presencia. Ten
un motivo real para hablarle una persona y otro motivo por el cual
abandonas la conversación. De esta forma no despertarás sospechas ni
malos sentimientos.


14. Establece contacto físico. Tocar a las personas fomenta una buena
conexión.


15. No seas arrogante. Presumir y acaparar la conversación te hará sobresalir…
negativamente. Robar la escena sólo provocará animadversión y
sentimientos que no te conviene provocar.


16. Fomenta relaciones potenciales. Promueve ideas, motivaciones o metas en
una conversación para crear futuras colaboraciones o encuentros.


17. Si puedes vender tu acto, no tienes que ser el mejor. Si tienes posibilidades,
hazlas valer.


18. Mantén la energía alta relajándote. Visualízate logrando tu objetivo y
convenciéndote de que hablar y persuadir a las personas es tu actividad
favorita y de que eres bueno en ello.


19. Haz que los demás queden bien. Tienes que ser capaz de dar tanto como
recibes. Haz cumplidos, da buenas críticas.



Los 15 Secretos de una buena Conversación

Secreto #1
Construye Autoestima

Nuestra percepción de nosotros mismos tiene bastante control sobre nuestra
habilidad para conversar. Muchas personas pasan mucho tiempo y se esfuerzan
para construir una imagen de sí mismas y que otras personas puedan ver. Por
ejemplo, pueden hacerse pasar como alumnos destacados, o pueden gastar todo
su dinero en ropa y así poder aparentar un estatus superior. Las mujeres pueden
construir una imagen de sí mismas para parecer populares e inalcanzables. Nos
creamos una identidad falsa cuando no nos valoramos adecuadamente y tenemos
muchas inseguridades. La personalidad que tratamos de proyectar se vuelve
demasiado frágil.

De este modo, un individuo con una personalidad frágil tiende a enojarse o
alterarse cuando su ego se ve herido. Eso significa que hará lo siguiente:

Callarse y criticarse a sí mismo
Apresurarse para decir lo que sea y evitar silencios incómodos
Preocuparse demasiado por lo que están diciendo. ¿Es lo suficientemente
interesante?
Ponerse nervioso cuando haya un tema que no conoce
Perjudicar su habilidad natural para ser espontáneo
Tener un conflicto mental en vez de disfrutar el momento


Y todo esto solamente para evitar decir algo tonto, dar un paso en falso o parecer
aburrido. El temor a ver su ego dañado está latente en todo momento. Así es
como el ego puede manipular nuestro comportamiento. Es importante
preocuparse por lo que las personas piensan de ti, pero una cosa es una
preocupación constructiva a una destructiva. Si te preocupa la impresión que
puedas causar o te preocupa lo que las personas piensen de ti, serás muy frágil
ante las adversidades. Te recomiendo que no te mortifiques tanto. Yo tengo el
ego sensible, casi todos lo tenemos. Lo único que podemos hacer para
contrarrestarlo es fortalecer nuestra autoestima. Mientras más fuerte sea tu
autoestima, menos necesitarás usar esa máscara y más cómodo te sentirás en tus
interacciones. Una de las maneras más efectivas para construir una autoestima
inquebrantable es hacer cosas para ti y para tu crecimiento personal. Créeme,
nadie puede tacharte de aburrido cuando has dedicado tus fines de semana para
practicar deportes extremos. Lo único que puede ser herido es tu orgullo, una
autoestima fuerte jamás va a tambalearse, y menos cuando alguien haga un
comentario hiriente o dé una opinión negativa. Una fuerte autoestima jamás se
verá afectada por los ataques al ego. Esa debilidad quedará superada.

Acepta los juicios sobre ti. Así aceptarás cualquier crítica en tu contra y
aumentará tu confianza. Te darás la única aprobación que importa: la tuya. No
buscarás el consentimiento de los demás. Esta perspectiva te permitirá una mejor
maniobrabilidad en tus conversaciones porque te permitirá hablar de cualquier
cosa sin juzgarte internamente acerca de lo que estás diciendo. Podrás tener
cualquier conversación sin tener que censurarte o preocuparte sobe la impresión
que estás creando. Recuerda que esto no quiere decir que no debas preocuparte
por la retroalimentación que recibas de los demás. Ten en mente que hay una
preocupación constructiva y una destructiva.

Secreto #2
El Poder de la Positividad

La extraordinaria habilidad para hacerte amigo de tus maestros, actuar como el
anfitrión de las fiestas e inclusive acercarte a personas extrañas y tener buenas
conversaciones, empieza con la positividad: la energía que expresará tu carisma.
Si no puedes hacer esto, tu negatividad prevalece. Tu meta es acercarte a la
gente y durar todo el tiempo conversando sin albergar ningún pensamiento
negativo. Si algún pensamiento negativo surge, para y cámbialo por uno que te
sea de más ayuda. Imagínate logrando lo que te has propuesto.

Secreto #3
Haz que la Conversación sea un ganar-ganar

Cando empiezas una conversación con una confianza cálida pero minimizada,
será difícil que no te respondan favorablemente y tengan una reacción más
positiva para que la puedas aprovechar. Esto te ayudará a exudar una vibra
afectuosa y auténtica que mucha gente está programada a responder de la misma
forma. Este panorama asegura que cualquiera que sea la reacción que obtengas
en tus conversaciones siga una línea adecuada que te acerque a tus objetivos.
Será difícil obtener una mala reacción. El resultado final es que no importa
demasiado si llegaras a recibir respuestas negativas, ya que tu postura te ayudará
a sacar lo mejor de esa interacción.

Secreto #4
Empieza tus Conversaciones por Razones auténticas

Antes de que empieces a hablar con las personas es mejor tener una razón
genuina para empezar a hablar. Eso puede sonar demasiado obvio, pero cada
conversación empieza de dos maneras: 1) el deseo de impresionar a otros; ó, 2)
la necesidad de expresarte a ti mismo. ¿Me pregunto si ahora sabes cuál sería la
mejor perspectiva para acercarte a una persona? Cuando deseas impresionar a
alguien con lo que dices, estarás presumiendo de alguna forma, cualquier tipo de
abordaje llegará a eso. Nuestros motivos para acercarnos son egoístas porque
queremos ser bien recibidos y sentirnos validados por nuestras acciones. El
siguiente motivo no es tan egoísta, de hecho, cuando queremos expresarnos
simplemente enunciamos algo interesante que ha sucedido: nuestras
conversaciones empiezan de forma natural y relajada porque estamos menos
preocupados por el resultado de nuestra interacción. La conversación se verá
envuelta en una vibra genuina y auténtica y las personas con las que hables
tenderán a considerar tu presencia favorablemente.

Siguiendo el segundo enfoque, puedes empezar una conversación por impulso, y
es cuando te ves tan envuelto en el momento presente que tienes que compartir
un gran pensamiento, idea u observación con la persona que deseas comunicarte.

La curiosidad es un elemento favorable, ya que, si notas algo sobre alguien que
te interesa, te acercarás a esa persona para decírselo. Puede ser un accesorio, una
prenda de vestir, la feliz expresión de su rostro, la raza de su perro, incluso su
belleza física. De cualquier forma, si te da curiosidad, te acercarás.

La siguiente razón puede ser por mera diversión. Siempre que tienes un
pensamiento divertido o una broma graciosa, seguramente quieres compartirla
para que puedan reírse, así como lo hiciste tú. Quizá no se rían tanto como tú,
pero de ahí puedes empezar a construir una charla favorable para tus propósitos.

Otra razón es por una necesidad. Esto depende de la idea de que necesitas
preguntar información sobre alguien o sobre algo. Por ejemplo, digamos que no
sabes dónde está el auditorio de la universidad, o cualquier cosa que no sepas en
ese momento. Este tipo de conversación, mientras que se dan fácilmente, son
cortas porque terminan tan pronto tengas la respuesta, y es difícil hacer una
transición para continuar platicando. Lo que puedes hacer es realizar una
transición de una manera sutil.

Ahora quiero que prestes mucha atención. Si quieres romper cualquier protocolo
social o acercarte a las personas en una situación muy difícil, necesitas primero
entender el contexto y reconocerlo para no tener repercusiones negativas, pero
aun así salirte con la tuya. Todo esto se puede resolver con una simple
declaración como en los ejemplos siguientes:

Hola, sé que no debemos estar hablando aquí, pero quería decirte que…
Hola, sé que te estás divirtiendo mucho y no quisiera interrumpirte, pero…
Hola, creo que vienes con alguien, pero me gustaría…


Primero estarás rompiendo el hielo al decir “¡Hola!,” pero la siguiente
declaración reconoce las reglas sociales que estás rompiendo. Por ejemplo, si
quieres hablar con una chica que va corriendo para no llegar tarde a su clase, no
tendrás ninguna oportunidad si no reconoces la situación y quieres extender tu
plática o hacer que ella se detenga. Las convenciones sociales nos dicen que no
debemos hacer eso. Si quieres lograr algo en esta situación, tienes que anticiparte
a las negativas y hacer una declaración de por qué no consideras correcto
hablarle en ese momento, pero después le dices el motivo por el que tuviste que
hacerlo: “Hola, te noto muy apresurada, seguro vas a clase, pero necesito decirte
algo. Te lo digo mientras caminamos para que no llegues tarde.” Lograr algo en
estas situaciones tan difíciles, requiere de cierto nivel de maestría.

Secreto #5
Una Manera efectiva de sacar buenos Temas de la Nada

Puede ser bastante frustrante cuando no tienes nada que decir, pero aun así
quieres hablar con alguien. Un método para sacar el tema correcto de la nada es
hacer una declaración exagerada. Esta es una declaración respaldada por una
energía positiva apenas la articules. Para que tu declaración exagerada sea
auténtica, necesitas encontrar algo que admires genuinamente o encuentres
peculiar en la persona que quieres abordar.

“Caray, tu cabello rizado parece que tiene vida propia. Deberías culpar a tu
cabello de que me fuera casi imposible no acercarme a ti”.

Desarrollar tus capacidades de observación te ayudará descomunalmente a
encontrar siempre un detalle y decir algo acerca de ello. Si ella ríe o te hace
sentir algo, puedes observar y definir esa sensación y describírsela para inicial
una buena charla.

Siempre que te veo siento que mi cuerpo se estremece, ¿cómo le dicen?
¿Mariposas en el estómago?


También puedes hacer declaraciones exageradas acerca del clima. Esto es
particularmente útil cuando la persona que te interesa está muy cerca de ti:

No quiero sonar dramático ni nada, pero con este calor lo único que nos
falta es una playa.


Como regla de oro, considera que entre más problemas tengas para acercarte y
decir algo, más energía y pasión debes exudar en tu declaración.

Después de todo esto espero que te hayas dado cuenta de que todo depende del
contexto. Por ejemplo, si la persona que quieres abordar nota que has caminado
diez metros a través de un lugar lleno de gente, tienes que tener una buena razón
para justificarlo. De otro modo te verás incongruente y patético si haces todo un
recorrido por el lugar para acercarte a preguntarle dónde está el baño. Ellas
sabrán que tienes intenciones ocultas y cualquier cosa que digas o preguntes la
catalogarán como negativa.

Por lo que hasta ahora sé y que tú también ya debes saber, es que no hay una
frase mágica que te garantice que tu conversación sea fluida y positiva todas las
veces. Sin embargo, ser observador te dará muchas garantías. Este método de
acercamiento depende de que veas a alguien, realices una declaración positiva y
se la hagas saber.

Quizás observes que en el lugar hay un grupo de ocho personas que obviamente
se conocen y la están pasando genial. Puedes asumir que están juntos por una
razón en especial.

Se ve que se la están pasando de maravilla, ¿cuál es la ocasión?

Si tu suposición es incorrecta, ellos te lo dirán. A pesar de todo, una vez que el
diálogo haya comenzado, es más fácil meterte dentro del grupo. Para mantenerte
dentro del grupo, debes convivir con entusiasmo hasta que puedas brindar un
tema nuevo a la conversación. Cuando hayan adquirido más confianza, podrías
tan sólo asumir que un integrante del grupo sabe la respuesta de una pregunta
que necesitas formular. Por ejemplo, tú realmente no sabes si a esa persona le
gustan las series, pero aun así vas a preguntarle:

Oye, ¿sabes a qué hora pasarán el nuevo capítulo de ‘X’ en la televisión?


Recuerda que este es sólo un ejemplo. No te recomiendo ponerte a hablar de
series de televisión en un grupo cuya energía es demasiado alta por la música y
el alcohol.

Es de bastante ayuda observar el comportamiento de las personas. Una chica que
está volteando a otros lados menos al grupo es más propensa a ser abordada. Una
chica sentada y cruzada de brazos probablemente no sabe bailar o es la que está
cuidando las mochilas del grupo, por ejemplo. Tienes que hacer una labor
interpretativa del por qué se están comportando de esa manera, luego usa esa
hipótesis para comenzar una plática.

Oye, sólo por curiosidad, ¿tienes que llegar temprano a casa?


Para que puedas agudizar tu sentido interpretativo, la próxima vez que
encuentres a alguien interesante en la cafetería, en el salón o en la biblioteca,
empieza a formularte preguntas sobre esa persona basándote en tus suposiciones.
Trata de adivinar a qué se debe su comportamiento y llena los huecos con todas
esas hipótesis que surgen en tu imaginación. Todo eso te dará muchas ideas para
poder comenzar una plática, lo que hará de tus abordajes algo sencillo, casual y
auténtico. Desarrollar este hábito te volverá un conversador mucho más hábil
que cualquier línea que te puedas memorizar.

Secreto #6
Por qué las Conversaciones sobre el Presente no van a ningún Lado

Las conversaciones que se atascan en el momento presente morirán. Eso
significa que, si el tema de tu conversación permanece arraigado en las
observaciones que haces en el momento presente, entonces tienes unos pocos
segundos antes de que tu diálogo se vaya de picada y se detenga. Si alguna vez
le has dicho a una linda mujer lo bien que se ve en ese momento, seguramente
obtuviste como respuesta una sonrisa y un “¡Ay, muchas gracias!,” seguido de un
absolutamente nada.

Este es el punto débil de las pequeñas charlas: empezar una conversación sólo
para ver cómo desfallece y te deje parado en medio de un silencio incómodo.
Hubiera sido mejor no haber dicho nada. Tristemente, eso es lo que muchas
personas hacen. Esto sucede cuando la conversación permanece inmóvil en el
momento presente y no viaja al pasado o al futuro. Quiero creer que te son
familiares los conceptos de estas tres dimensiones. No es tan difícil, solamente
pon atención a mi recomendación.

Digamos que nuevamente emites la misma declaración:

“¡Hola, quería decirte que me pareces una chica muy atractiva!”

Y ella te responde con un amable:

“¡Ay, muchas gracias!”

Luego, en vez de quedarte parado en un silencio incómodo, debes plantear una
situación a futuro:

“Sabes, me serías de mucha ayuda para un proyecto que estoy realizando. Me
dedico a salvar animales en situación de maltrato. Lo que tú podrías hacer es
seducir a esas malas personas e investigar todos sus movimientos. No te podría
pagar con dinero, pero la recompensa de salvar a un animal es enorme.”

Quizá no sea necesario aventarte todo un discurso, pero entiendes que la idea es
convertir una observación casual en una situación más entretenida porque habrás
forjado muchas direcciones que ambos pueden seguir.

Secreto #7
Una estrategia para captar la atención de las personas

¿Alguna vez has estado en la situación donde has empezado una conversación
que da buenos indicios al principio, pero después pierdes la atención de esa
persona y todo se viene abajo? Pudo haber sido un buen comienzo, pero quizá
sólo tuviste unos segundos para demostrar algo más y no lo hiciste. Quizás el
diálogo haya terminado simplemente porque la pregunta que hiciste fue
respondida:

── “Hola, ¿cómo te llamas?”
── “¡Aidée!”

Yo amo empezar mis conversaciones con esta pregunta, es sencilla y va al punto:
quieres saber cómo se llama esa persona. No obstante, eso sería todo. La
pregunta sería respondida, y si no tienes algo más que decir, te quedarás ahí
parado con las ganas. Cuando esto te sucede puedes verte en una situación donde
se siente peor intentar poner un mayor esfuerzo en la conversación porque
parecería que estás presionando demasiado para satisfacer más tus intenciones
que simplemente ser amigable.

Lo que necesitas es una razón natural para seguir hablando y seguir conociendo
a esa persona que tanto te gusta. Afortunadamente existe una herramienta que te
puede proporcionar esa oportunidad y se llama ‘transición’. Una transición es un
acuerdo sobreentendido de ambas personas en una interacción para averiguar un
poco más sobre la persona que está enfrente sin tener que sentir presión. Existen
numerosas formas para conseguir este acuerdo. Un método muy efectivo es
recompensar verbalmente el comportamiento de la otra persona por responder tu
pregunta o reírse de tu broma. Después de oír la respuesta a tu pregunta, puedes
añadir:

“Bien, mi nombre es Carmelo. Por cierto, no me imaginé que fueras tan
amable.”

Este cumplido te facilita una razón genuina para seguir dentro de la
conversación:

“Tenía muchos nervios de acercarme, pero si eres así de amigable, me gustaría
poder conocerte aún más.”

En caso de que dudes qué cumplido es más adecuado, tienes que saber que no
puedes arruinar el momento con un cumplido, sobre todo si va de acuerdo con la
forma en la que esa persona te ha respondido. Si le pides un cigarrillo a una
chica y le dices sólo “¡Gracias, eres muy amable!,” no será tan personal como
decir, “¡Gracias, eres una en un millón, ¿cómo te llamas?,” ahí serás más
específico e irás al punto.

Es también posible que cualquier reacción que tenga cuando rompes el hielo sea
suficiente para facilitar la conversación. Es como si todas las barreras hayan sido
derribadas entre los dos y tengas el camino libre para hablar de lo que sea con
esa persona sin sentir que estás presionando o molestándola. Nada es tan bonito
como cuando ya no tienes que pensar en ninguna transición para mantener viva
la conversación. Si muestras confianza y amabilidad, es posible que la otra
persona quiera seguir hablando contigo.

── Hola, ¿cómo te llamas?
── Aidée, ¿y tú?
── Carmelo. Ya te había visto aquí en la universidad, pero no había podido
acercarme.
── Sí, yo también te había visto. ¿De casualidad eres amigo de Sebastián?
── Sí, nos conocimos en el equipo de fútbol.
── Ah, ya, es que ya me había hablado de ti y me dio mucha curiosidad.

Algunas mujeres parecen haber descendido del cielo sólo para hacer de tu vida
algo maravilloso.

Secreto #8
Nunca te quedes sin Nada que decir

A todos nos pasa. A pesar de la experiencia, existen días y situaciones que
simplemente nos dejan congelados. Lo que tienes que hacer es recordar que todo
lo que existe a tu alrededor es una oportunidad para seguir hablando. No me
digas que puedes mirar hacia el frente o a tu alrededor y no haya nada que decir,
que nunca logras tener una opinión sobre algo que puedes observar. La verdad es
que puedes hablar sobre cualquier cosa. Quizá no sea la más atinada o no te sirva
para conseguir que ella se quede platicando contigo, pero al menos estás
explotando todas las posibilidades. Lo que sospecho es que si decides no hablar
sobre algo que viste o que pasó, es sólo porque piensas que no eres capaz de
decir algo interesante o te preocupa la reacción de la otra persona. Entonces, es
así como te ves envuelto en un dilema: ¿qué puedo decir que sea interesante? Sin
embargo, eso sólo te garantiza que te quedes sin nada que decir. Entiende, lo que
hace que un comentario sea bueno o malo es el entusiasmo que le apliques a tus
palabras.

La clave principal es no juzgar lo que estás a punto de decir. El principal motivo
por el que no hablamos sobre lo que crea nuestra imaginación es porque tenemos
miedo a decir algo tonto y nuestro frágil ego pueda verse herido. Cuando juzgas
todo lo que tienes que decir, te bloqueas. Si aceptas todo lo que tu mente se
imagina, entonces les darás fluidez a tus ideas y a la interacción. Eso sí, en
ninguna circunstancia digas algo inapropiado o que pueda ofender a las
personas. Nunca pierdas el sentido común.

No te cierres a las ideas que te va dictando tu mente. Es más, si de repente tu
mente se encuentra bloqueada pensando qué decir y te invade el nerviosismo, di
exactamente eso. Utiliza la espontaneidad como una práctica. Di todo lo que tu
mente te sugiere. Estoy seguro de que cuando digas eso, algo más surgirá. La
interacción seguirá su curso y podrás seguir otro hilo de la conversación.

Secreto #9
Acepta otros Temas de Conversación

Una característica que tienen en común aquellos no dotados de una buena
conversación es que se cierran a otras ofertas dentro de la conversación. En vez
de eso, eligen escuchar impacientemente lo que la otra persona dice y luego la
interrumpen para hablar de su propia idea. Hablar con estas personas es una
tortura. Por ejemplo, Martha puede estar contándole a Tomás que el otro día se
peleó con su amiga porque ésta se puso celosa de que ella estuviera hablando
mucho tiempo con su novio. Tomás puede asentir impacientemente y luego
platicarle sobre algo que le pasó recientemente. Eso es terrible, porque en vez de
que le dijera su opinión o le diera un consejo, Tomás decide ignorar a Martha y
empezar a platicar de sus propios asuntos. Lo único que ocasiona es que se
rompa el flujo de la conversación. Bloquear cualquier oferta como tema de
conversación asegura que la plática pierda su buena vibra y eventualmente se
venga para abajo, ya que no se puede construir nada a partir de ahí. A menos que
se inicie una discusión, pero eso tampoco es bueno. Si Tomás no escucha lo que
dice Martha, entonces Martha no va a querer escuchar lo que dice Tomás.
Primero se restringe la participación y luego se restringe la atención. Se vuelve
un círculo vicioso. La interacción muere.

No existe ninguna experiencia tan agradable como cuando hablas con tus amigos
más cercanos y te siguen la corriente en todas tus tonterías. No tienes ninguna
presión con tus amigos, ya que los conoces y ellos a ti. La presión desaparece.
Con ellos puedes ver una película, tomar una cerveza y la garantía de pasar un
buen rato se da por hecho. Indudablemente esto no pasa tan fácil con una
persona que acabas de conocer. Y no es necesario que así sea. Simplemente
quiero que te des cuenta de que es el orgullo lo que impide que la fluidez se
pueda dar con todas las personas con quienes tienes contacto. Acepta todas sus
ofertas, te gusten en un principio o no. A fin de cuentas, tú fuiste quien quiso
emprender el abordaje. Cuando tu ego está en control va a forzarte a mantener
una postura superior y a siempre querer tener la última palabra.

Si esto te sucede muy a menudo, quiero que sepas que es una forma de agresión.
Muchas discusiones y peleas inician con este tipo de actitud. Si quieres evitar
cualquier tipo de conflicto y no ser rechazado a la primera, debes aceptar lo que
la otra persona considere conveniente expresar. Lo único que se puede ver herido
en tus interacciones es tu ego. Empieza a trabajar en ello y pasa la vida hablando
con quien tú quieras.

Secreto #10
No hay malas Respuestas, sólo malas Reacciones

Existe una tendencia a pensar que hay buenas y malas respuestas para las
preguntas. Cuando le preguntamos algo a alguien hay una respuesta que
esperamos obtener. Por ejemplo, si un novato se acerca a una chica y le pregunta
su nombre, él espera que ella le conteste con su nombre verdadero y ella
pregunte lo mismo. Pero muchas veces ella va a responder con otra pregunta:

“¿Por qué quieres saber?”

Él no esperaba esta respuesta. Su mundo se derrumba. Empieza a ponerse
nervioso y termina ahuyentándola. La verdad es que no lo culpo, es muy común
anticipar buenas respuestas, y nos cuesta trabajo asimilar otra respuesta o una
respuesta negativa. La experiencia te dirá las posibles reacciones que debes tener
ante este tipo de situaciones. Yo también opino que es una pregunta estúpida,
pero no podemos hacer nada para que no vuelva a surgir. Lo que sí puedes hacer
es guardar la compostura y responder con algo más o menos así:

“Bueno, pues me acerqué porque me pareces muy atractiva y quisiera conocerte
un poco más, y pienso que lo primordial es saber tu nombre.”

Nos parezca adecuado o no, es una respuesta válida. Lo que te corresponde es
tomarla desde una perspectiva positiva: “Si realmente quieres saber por qué
pregunto tu nombre, aquí tienes la respuesta.” En este caso sé que puede haber
otro motivo por el que no te quiere decir su nombre, y habrá muchos otros
motivos por el que no te den la respuesta que esperas. Sobre todo, si es un patrón
que persiste:

── Hola, ¿cómo te llamas?
── ¿Para qué quieres saber?
── Bueno, pues me acerqué porque me pareces muy atractiva y quisiera
conocerte un poco más, y pienso que lo primordial es saber tu nombre.
── Liliana, pero tengo novio.
── Eso no me interesaba saber, disculpa las molestias. Mucho gusto.
── No te preocupes, es que es muy celoso.
── Eso tampoco me interesa.

¡Jajaja! Estas últimas líneas puedes omitirlas. Hay momentos en los que puedes
continuar teniendo una buena reacción y otros en los que es claro que te están
rechazando. Acéptalo y no insistas. No pierdas el estilo.

En general, trata de buscar algo en común al tener un poco de empatía. Si
quieres sacarla a bailar y ella te dice, “No, gracias, es que no sé bailar,” o bien,
“En la siguiente canción, ¿va?, es que ya me duelen los pies,” puedes responder
con:

“No te preocupes, realmente no importa si bailamos o no. Sólo quise tener un
pretexto para platicar contigo. ¿Te molesta si me siento contigo?”

Al mantener tu postura te darás cuenta si eso fue un rechazo o si tienes una
oportunidad. De todas formas, acepta la respuesta que te están proporcionando
como si ya la estuvieras esperando y tendrás una oportunidad para mantener la
interacción y rescatar la situación. Cualquier respuesta es una oportunidad. Eso
debido a que importa más tu reacción que lo que ellas digan. Siempre serás la
diferencia.

Secreto #11
Cambia de Tema sin Esfuerzo

Si no cambias el tema de conversación corres el peligro de que se vuelva
monótona y la fluidez se extinga. Las conversaciones deben evolucionar
naturalmente cuando empiezas a expandir los temas de conversación y buscas
siempre temas nuevos. Incluso puedes tratar temas diferentes al mismo tiempo.
Una estrategia para cambiar de tema elegantemente es encontrar una frase que
pueda unir al tema siguiente. Estas pueden ser:

“Así como cuando…”
“Eso me recuerda a…”
“Por cierto…”
“Eso mismo me pasó el día que…”

Estas frases de conexión te permitirán moverte sutilmente de un tema a otro,
incluso si los temas no tienen nada en común. Siempre que te mantengas
hablando, la gente no se dará cuenta de que estás haciendo un salto deliberado
para cambiar de tema. Y si se dan cuenta inicialmente que realizas ese cambio
brusco, volverás a capturar su atención si demuestras entusiasmo. Tus escuchas
tendrán la urgencia de quedarse contigo, porque hay tantos temas que se tienen
que resolver que la única alternativa es seguir participando en el diálogo.

Secreto #12
Siéntete libre para decir Tonterías

Si estás platicando con alguien y notas que todo va bien, es un motivo para no
censurar tus pensamientos. La triste realidad es que los malos conversadores,
que son muchos, se preocupan más por no arruinar la plática cuando las cosas se
van dando a pedir de boca. Las ideas, por más tontas que parezcan, deben surgir
para mantener viva la interacción. Preocuparte por no decir tonterías es lo que te
hará parecer aburrido. No podrás evitar lo inevitable. En algún punto dirás algo
que puede sobresaltar o incomodar a tu audiencia y hacerte parecer un tonto de
alguna manera.

Los individuos sin tema de conversación tratan de lidiar con este sentimiento al
ignorarlo en un intento de esconder su error. Esto, no obstante, los hace sentirse
y verse como la persona menos importante en la conversación. Te animo a hacer
lo contrario y jalar más la atención hacia tu torpeza.

Actuar como si nada hubiera pasado te sitúa en una posición débil. Esta reacción
podría parecer contraintuitiva, pero minimiza tu torpeza inicial y demuestras al
mismo tiempo que te sientes cómodo en tu propia piel. Si haces algo tonto como
escupirle en la cara a la otra persona mientras estás hablando ──puedes incluso
decirle que no debió haberse acercado a ti en tono de broma──, haz que eso se
vuelva el tema a debatir: “Rayos, te rocié la cara por completo, es que quería que
me dijeras como iba a estar el clima el día de hoy. Lluvioso, me imagino.” Con
esto puedes causar que la otra persona se empiece a reír y así aliviar su
incomodidad que pudiste haberle causado. A veces puedes rescatar tus
meteduras de pata, como cambiarle el nombre a una persona, usando una técnica
de teatro llamada ‘la cuarta pared’. Lo cual implica dirigirte a una audiencia
invisible e imaginaria y narrar la escena en voz alta. Digamos que le cambias el
nombre a una chica que acabas de conocer.:

“Como podrán ver señores, Alicia me romperá la nariz y me dejará un ojo
morado después de haberle dicho Alejandra…”

De la misma forma, si cuentas un chiste y nadie se ríe, que pudiera pasarte
constantemente, puedes confrontar las caras perplejas y serias con:

“Voy a tener que ir a reflexionar unos minutos bajo ese árbol, ¿verdad?”

No importa lo que hagas para salir del apuro, cuando reconoces lo que tus
escuchas están pensando, podrás anticiparte y continuar. Si realmente dices algo
malo en una conversación, como un comentario racista, entonces tu carta es
disculparte y reconocer lo que probablemente están pensando: que eres un
‘idiota’. Si reconoces las malas reacciones a tus comentarios y a tus acciones,
podrás manejarlas con gracia y mejorar la interacción.

Secreto #13
No revivas Temas pasados

¿Alguna vez te ha pasado que estás hablando con alguien cuando de repente la
conversación se convierte en un silencio incómodo y tratas de reavivarla con
temas pasados? Quizás estabas hablando sobre los maestros estrictos y la
conversación cambió hacia las actividades extracurriculares de la universidad.
De repente sientes que el tema ha llegado a su conclusión natural, así que, para
evitar el silencio incómodo, dices, “Entonces dices que casi no tienes maestros
estrictos, ¿verdad?”

Muy a menudo se entorpece la interacción cuando vuelves a poner antiguos
temas sobre la mesa porque ahora te ves como si te esforzaras demasiado para
evitar un silencio incómodo, o peor, para impresionarlos. Tener una
conversación es como adentrarte a lo desconocido del bosque; no tienes idea de
lo que te vas a encontrar, pero puedes voltear y ver las huellas que has dejado.
Para mantener viva, excitante y dinámica una conversación, es importante que te
dirijas hacia adelante a lo desconocido. No retrocedas hacia los temas pasados,
sobre todo si ya han sido expandidos, explicados y dejados al olvido.

Es posible que te ocurra que estás hablando con alguien sobre un tema sólo para
ser interrumpido por una llamada o alguna otra complicación. Quizás un extraño
se acerca a ustedes para venderles dulces. La conversación se ve interrumpida
bruscamente. En este punto, te recomiendo no seguir contando la historia a
menos que la otra persona te pida que lo hagas, sobre todo si es una persona que
acabas de conocer. Si ya conoces a esa persona no tendrás ningún problema. De
hecho, la mayoría de estos consejos están enfocados en las primeras
interacciones.

Si ves que no les interesa la conclusión de tu historia, déjala atrás, incluso si es
una historia irresistible para ti. Eso quiere decir que no estaban tan enganchadas
en el tema como tú lo estabas. Los malos conversadores volverán hacia atrás
buscando un tema cómodo y desgastado en la primera oportunidad que
encuentren, y los hace ver como si estuvieran esperando para sentirse
importantes de nuevo. Esto muestra a su vez que no les importaba lo que los
demás tenían que decir.

Una conversación necesita de diferentes temas para ser más interesante. No
importa si sacas a la luz un tema interesante, tarde o temprano cambiará a un
tema nuevo. Revivir temas pasados siempre estará fuera de contexto, incluso si
es un tema que se trató siete minutos atrás. Tener la disponibilidad de cambiar de
temas muestra muchas cosas buenas de ti como conversador. Ser capaz de
introducir nuevos temas constantemente, sin dificultad o ansiedad, les dice a tus
oyentes que te sientes cómodo con cualquier tema, que tienes la mente abierta y
que sabes mucho. Si te sientes cómodo socialmente, las personas se sentirán
cómodas contigo, porque sabrán que ellos también pueden hablar de cualquier
cosa y no dejarás que la conversación se vaya en picada.

Secreto #14
Cómo terminar una Conversación sin ser grosero

¿Ya quieres terminar la conversación? No necesitas inventar ningún pretexto. Di
algo positivo y cierra con una frase de cortés despedida. Por ejemplo, “Ha sido
un placer hablar contigo. Necesito hablar con un amigo que está allá.” Señala el
final de la conversación ofreciendo tu mano y diciendo algo como, “Me dio
mucho gusto conocerte.” Dar la mano siempre es una buena idea porque son
signos sociales de presentación y despedida. Si eliges dar una razón de por qué
estás terminando la conversación hará que tu despedida sea más genuina. La
manera más fácil para dar una razón de algo es usar la palabra ‘porque’. Por
ejemplo, si necesitas irte porque quieres ver a otra persona, simplemente di, “Lo
siento, tendré que dejarte un momento porque quiero saludar a unos amigos que
están por allá, pero me dio gusto saludarte.”

Es positiva la tendencia a cerrar las conversaciones con “me dio mucho
gusto…”, porque hay algo encantador en dejar una imagen positiva. No sabes
cuándo te volverás a encontrar a esa persona o si le habla a alguien que te
interesa. Ese buen cierre de conversación también te proporciona la oportunidad
de pedirle su contacto. Simplemente saca tu teléfono y di, “Pero dame tu número
para estar en contacto. Puede que no te vea más tarde.”

No ofrezcas ni aceptes nuevos temas si no quieres, v.g., si alguien te dice que ha
tenido mucha tarea o cualquier otro comentario, no des la última palabra. Sé
muy bien que a todos nos gusta irnos con la frase final, el problema es que puede
reavivar la conversación. Responder algo como, “¿En serio? Yo también he
tenido muchas tareas además de dos exposiciones.”, les dará la oportunidad de
seguir hablando, haciendo que la conversación se extienda y sea más difícil
cortarla sin ser grosero.

Cuando intentes cerrar una conversación, lo mejor que puedes hacer es lidiar con
los nuevos comentarios reconociéndoles, pero sin expandirlos de más. Eso sí, ten
en mente que estás bloqueando el flujo emotivo de la charla. Por lo tanto, puedes
decir cosa como, “¡Buena suerte con ello!”, o, “¡Eso suena interesante!”, luego
espera. Es posible que tengas que decir varias de estas frases cortantes hasta que
eventualmente se pierda el flujo de la conversación porque no estás aportando
nada.

No estarás añadiendo ninguna nueva información, pero estás reconociendo a la
otra persona para hacerle saber que te importan sus emociones. Aunque ellos
también deben entender que les estás dando una razón para retirarte, lo que
implica que no te vas así porque sí.

Yo sé que hay personas difíciles. Con ellas hay que repetir bastante que tienes
que retirarte y quizá ser un poco más cortante. Habrá también muchas personas
que son indeseadas, v.g., las que sólo llegan a interrumpir sin que las conozcas y
sin que les hayas hablado. No pierdas el estilo, no les sigas el juego. Sé cortés,
pero extremadamente cortante. Un ejemplo sería:

Tú: …y de repente ya no sabía qué hacer.
Ella: No lo puedo creer, ¿y luego qué pasó?
Indeseado: Oye, ¿quieres bailar? (Dirigiéndose a ella)
Ella: No, gracias.
Indeseado: Ándale, es sólo una canción.
Tú: Estamos hablando de algo importante. Retírate, por favor.
Indeseado: Bueno, ¿y ustedes son novios o amigos?
Tú: Ese no es asunto tuyo. Insisto que te vayas.

Sé que a veces dan ganas de golpear a los intrusos. Resístete. A la mayoría de las
chicas no les interesa verte pelear con un perdedor. Muestra autoridad siempre
que no quieras hablar con algún intruso. Expresa que ambos están hablando de
algo importante y que su presencia no es bienvenida. Debes calibrar según la
situación y reaccionar positivamente, quizá con una sonrisa, pero no debes
involucrarte en conversaciones en las que no quieres participar.

Secreto #15
Habla con Todos, donde sea

Es maravilloso saber que puedes conversar con todas las personas que te
interesan, el problema es que hay algo que se llama “parálisis de información”.
Este fenómeno ocurre cuando sabes lo que necesitas hacer para mejorar tus
habilidades, pero tienes que hacer lo demás: poner los conceptos en práctica.
Aunque sepas qué hacer, poner los conceptos en práctica es un gran salto. Yo sé
que la práctica es muy intimidante, pero en algún momento tienes que hacerlo.
Por esa misma razón, quiero facilitarte un poco más las cosas. Quiero hacer que
te involucres en la práctica y pongas a prueba estas técnicas, pero liberarte de
todo estrés y la necesidad de forzarte a ti mismo. Todo lo que quiero que hagas
es que sigas la siguiente filosofía que me ha servido todo este tiempo:

“Si ella pertenece a la misma universidad que tú, tienes el derecho a dirigirte a
ella como compañero.”

La realidad de todo esto es que, si alguien va a la misma universidad, al mismo
gimnasio, al mismo club, o a la misma organización o institución, tiene que estar
dispuesta a hablar con los miembros de esta. Tiene que hablar contigo, para ser
más específico. No es necesariamente cierto u obligatorio, pero al pensar de esta
forma descubrirás que puedes hablar con cualquier persona en tu rutina diaria.
No vas a hablar con las personas con el simple hecho de pulir tus habilidades, de
hecho, estarás involucrándote más en la universidad y con todos los estudiantes.
No importa adónde vayas, siempre estarás en contacto con tus compañeros y con
las personas que laboran dentro y fuera de la universidad. Incluso si sólo es para
preguntarles qué carrera estudian. El chiste es conectar con tus compañeros y ver
qué pasa.

Notarás que, poco a poco, te será más fácil hablar con las personas, incluso si el
contexto parece difícil. Tu competencia conversacional se nutrirá con cada
interacción, lo que aumentará tu confianza y disminuirá tu miedo al rechazo, lo
que a su vez te hará más fuerte para lidiar con algunas malas respuestas. A partir
de allí, sólo será diversión.

Nada más debes de tomar en cuenta que habrá mucha gente mamona. Te tratarán
como si no existieras, se molestarán con el simple hecho de tener que mirarte y
responderte. Incluso si su actitud es personal, es decir, que están en contra tuya,
no te ofendas, no te desmotives y mucho menos pierdas el estilo. ‘Esas gentes’
están insatisfechas, son infelices y su visión del mundo es tan pequeña porque su
mentalidad no les da para más. Sus papás no les dieron ácido fólico. Están
malitas de su cabeza. Compréndelas y ve a repartir felicidad a otro lado.


Hacer Amigos conversando

El principio para empezar una conversación y hacer amigos se compone de
cuatro claves: 1) tomar la iniciativa y acercarse a los demás; 2) mostrar interés
en las personas que quieres conocer; 3) tratar a las personas con respeto y
amabilidad; y 4) entender que las personas pueden ofrecerte cosas valiosas.
Cuando apliques estas ideas y los demás consejos que incluyo en este libro,
puedes pasarla de lo lindo. Nada me haría más feliz que ver que este libro te ha
ayudado a conseguir tus metas.

Las buenas conversaciones sirven para parecer más interesante. Después de todo,
pasamos mucho tiempo conversando con otras personas. ¿Por qué aburrirte o ser
aburrido cuando puedes divertirte a lo grande? La próxima vez que estés en un
lugar donde haya gente que te interesa conocer, sólo obsérvalos hablar. Todos se
están comunicando a través de la verbalización. La conversación es nuestra
principal forma de expresar ideas, opiniones, metas y sentimientos a aquellos
que entran en contacto con nosotros. Es también el principal medio para empezar
y establecer amistades y relaciones. Cuando el canal de conversación está
abierto, podemos conectarnos y comunicarnos con las personas que nos rodean.
Si se cierra el canal de conversación, entonces empezar y sostener una
conversación puede ser un gran problema.

Incluso los buenos conversadores a veces se encuentran en situaciones donde la
conversación no sale del todo bien o tal como lo esperaban. Este libro te
proveerá de técnicas para ayudarte a dirigir y controlar las conversaciones según
te convenga. Las situaciones más comunes en donde las personas tienen
problemas para socializar con nuevas personas son las fiestas y los eventos
sociales. No hay que hacer ninguna encuesta para saber que muchas personas se
sienten incómodas en un lugar donde no conocen a nadie y tienen que acercarse
a otras personas.

La gente quiere compartir sus experiencias con otros. Constantemente estamos
buscando personas para poder relacionarnos en un nivel intelectual, físico y
emocional. Esta búsqueda puede ser frustrante y poco compensatoria si no eres
capaz de acercarte y comunicarte. Pero una vez que domines los fundamentos
básicos de una buena conversación y estés dispuesto a acercarte, atraerás muchas
amistades, conexiones y relaciones.

La habilidad de comunicarte en una forma informal y amigable es esencial para
cada aspecto de tu vida laboral, social y personal. Muchas personas pueden
conversar con otros cuando se sientes confiadas y cómodas. El problema surge
cuando la seguridad y la comodidad se ven reemplazadas por la ansiedad y el
miedo.

La meta de una conversación es conectar con las personas y el mundo alrededor
de nosotros. Tenemos mucho que ganar al poder comunicarnos de una forma
abierta y mutua. Al compartir nuestras experiencias podemos crecer de muchas
maneras. Nuestros horizontes y oportunidades van a expandirse, mientras que
nuestras relaciones pueden profundizarse y volverse más significativas. Las
amistades y un sentido de logro personal pueden desarrollarse. La conversación
es también una vía para negociar con otros. Comunicar nuestros deseos y
necesidades efectivamente es esencial para que puedan lograrse.

Empieza por abrir tu mente y tus sentidos, observa a la gente y el mundo que
está a tu alrededor. Empieza a integrar estas nuevas habilidades en tu
personalidad. No tienes que volverte una persona diferente; sólo necesitas
cambiar tus actitudes y habilidades cuando te dirijas a otros. Sé paciente y
enfócate en los pequeños cambios progresivos, en vez de buscar un cambio
repentino. Recuerda, nuestros patrones tienen que tener una práctica constante
para quedar arraigados, y toma bastante tiempo cambiarlos. El requisito es tener
el deseo de cambiar y acercarte a las personas que te interesan, e implementar
nuevas ideas. Genérate la necesidad de hablar con otras personas. Tener una base
de habilidades para comunicarte, te ayudará a cumplir tus metas de una manera
más fácil y más divertida de lo que imaginabas. Así que refréscate la boca y
empieza a hablar.

Una de las habilidades más importantes para ser mejor conversador no viene de
tu boca, sino de tu cuerpo. Aquellas personas que aburren una vez que abren la
boca no se dan cuenta de que un lenguaje corporal no-receptivo ──brazos
cruzados, poco contacto visual, no sonreír── es a menudo la causa de una
conversación corta y de poca relevancia. Las personas hacen evaluaciones
consciente e inconscientemente sobre las señales que emites, y si no tienes un
lenguaje corporal abierto y amistoso, va a ser difícil mantener una buena
conversación.

Sonreír es un fuerte indicador de una actitud amistosa y abierta. Sugiere que
tienes muchas ganas de platicar. Es un signo receptivo y no verbal enviado con
la esperanza de que la otra persona te corresponda con una sonrisa. Cuando
sonríes, demuestras que has catalogado a la otra persona de una manera positiva.
La otra persona lo considerará como un cumplido y usualmente la harás sentir
bien. Las posibilidades de que también sonría serán muy altas. Sonreír no
significa que debas esbozar una sonrisa hipócrita o que pretendas estar feliz todo
el tiempo. Yo sé que cuando veas a la chica que te gusta vas a sentirte alegre por
conocerla. Sonreír te abrirá muchas puertas y pocas veces te verá la gente como
alguien pesado. Es difícil rechazar a una persona que sonríe.

Abre tus brazos, no los cruces. No metas tus manos en las bolsas. Yo sé que
alguna vez te han dado una bienvenida con los brazos abiertos, lo que por
supuesto indica que a la otra persona le alegra tu presencia. En una fiesta o en
cualquier otra situación social, los brazos abiertos sugieren que estás receptivo a
lo que te dicen y que te agrada lo que estás escuchando. Por otro lado, pararte o
sentarte con los brazos cruzados te hace parecer como una persona poco
receptiva, a la defensiva y de mente cerrada. A esto añádele las piernas cruzadas
y una cara seria y parecerás alguien insoportable a quien mejor hay que evitar.
Dime tú, ¿te gustaría acercarte a una persona que muestre estos signos?
Probablemente no. Además, cruzar tus brazos puede hacerte parecer nervioso,
escéptico y criticón ──signos que desaniman a la gente para hablar contigo o
que les hace sentirse incómodos y ansiosos.

Inclínate hacia las personas. Tampoco invadas su espacio, simplemente inclínate
ligeramente mostrando interés. También demostrarás que te interesa lo que están
diciendo y, por lo tanto, que estás escuchando. Esta acción será interpretada
como un buen signo y eso los animará a seguir hablando contigo. Procura ser
casual y no exagerar cuando te inclines. Sólo muéstrale tu aprecio de una manera
casual y natural. Al hacer esto estarás comunicando lo siguiente, “Estoy
interesado en lo que me estás diciendo, por favor, continúa hablando.” Es una
excelente manera de hacer que las personas te busquen y les encante hablar
contigo.

Toca a las personas. En nuestra cultura la manera más aceptable como primer
contacto entre dos personas que se están conociendo es el apretón de manos.
Esto es usualmente verdad cuando conoces personas tanto del género masculino
como del género femenino. Y esto se puede dar en cualquier situación social. En
casi todas las situaciones, un apretón de manos cálido y firme es una forma
segura de mostrar una actitud abierta y amistosa hacia las personas que estás
conociendo. Sé siempre el primero en extender tu mano para saludar. Acompaña
esto con un “¡Hola!” amistoso, una sonrisa, tu nombre, y habrás dado el primer
paso para abrir los canales de comunicación entre la otra persona y tú. En los
países de Latinoamérica es perfectamente aceptable que un hombre le dé la
mano y un beso en la mejilla a las mujeres que apenas conoce. Incluso, en
algunos casos, sería de mala educación si les das sólo la mano y no les das la
mejilla.

También es importante terminar tus conversaciones con un apretón de manos
cálido y amistoso en cualquier situación social. Acompaña ese apretón de manos
con una agradable sonrisa y una declaración como, “¡Me dio mucho gusto hablar
contigo!”, o “¡Hay que salir un día de estos!” Esta es una excelente forma de
terminar una conversación y deja a ambos con un buen sabor de boca.

Mantener el contacto visual es un hábito que cualquier persona exitosa te va a
recomendar. Es uno de los gestos no verbales que tiene un poder inimaginable y
que no te puedes dar el lujo de no hacer. El contacto visual directo indica que
estás escuchando a la otra persona y que quieres saber más acerca de ella.
Acompaña el contacto visual con una sonrisa y enviarás un mensaje
inconfundible, “¡Me encantaría conversar contigo y saber más acerca de ti!” El
contacto visual debe ser natural y no forzado o exagerado. Es importante
también que tengas breves períodos en donde alejas tu mirada para ver hacia otra
dirección o ver otras características del rostro de la otra persona
──particularmente su boca. Y si ves que la otra persona te observa y te sonríe,
correspóndele con el mismo cumplido.

A su vez, debes saber que demasiado contacto visual puede ser
contraproducente. Si observas fijamente a una persona, puede sentirse incómoda
y sospechar sobre tus intenciones. Una mirada fija puede parecer agresiva, sobre
todo si esperas que la otra persona se sienta intimidada y desee mirar hacia otro
lado. No es una buena idea que veas el contacto visual como una lucha de poder,
porque usualmente resultará en una respuesta negativa o defensiva por parte de
la otra persona. Si, por otro lado, tienes problemas para mantener el contacto
visual, intenta las siguientes dos sugerencias. Empieza a establecer el contacto
visual por períodos de tiempo relativamente cortos ──quizás unos segundos.
Mira las pupilas de la otra persona y sonríe. Luego deja que tu mirada explore
sus rasgos faciales, v.g., el cabello, la nariz, los labios e incluso sus orejas. Es
más placentero examinar los hermosos rasgos de las mujeres. No olvides volver
a mirarla a los ojos a la otra persona. Evitar el contacto visual puede causar que
la interacción se llene de ansiedad e incomodidad, y puede dar la impresión de
que no te interesa, que no eres de fiar o que te aburre su compañía. Lo único que
obtendrás es una conversación corta y poco satisfactoria. Así que asegúrate de
practicar y ejercitar este hábito.


Identificar a las Personas

Cuando entres en cualquier lugar, busca rostros amigables entre la multitud y
personas que estén platicando o que se estén divirtiendo. Saber identificar gente
amigable te ahorrará muchos dolores de cabeza. Tú podrías asumir que sólo
porque las personas sostienen una plática placentera, son personas que ya se
conocen, pero con frecuencia son personas que se acaban de conocer. No asumas
que eres el único desconocido. Busca el contacto visual con las personas, sonríe
y, sobre todo, mantén un lenguaje corporal abierto. Comienza a divagar por el
lugar, observa a las personas mientras caminas hacia el baño, el bote de basura,
hacia tus conocidos, o adonde sea que te dirijas. Mantén los ojos abiertos para
conseguir amigos, conexiones, relaciones y ligues. Busca precisamente ese tipo
de gente que parezca más abierta. Más tarde, paséate cerca de ellos. Recuerda
que lo que dices es menos importante que enviar signos con el lenguaje corporal
de que quieres pasarla bien con ellos. Cuando conozcas a alguien en una fiesta,
lo más fácil para romper el hielo es presentarte y comentar algo acerca de la
fiesta. En la mayoría de tus interacciones, las personas serán abiertas. Escucha
cuidadosamente los signos o palabras que manifiesten que también ellas están
interesadas en ti. Es muy seguro que en tu universidad haya gente que sólo
conoces de vista, pero que nunca has conocido formalmente. Invéntate una
apertura positiva y combínala con una energía alegre. Haz que les sea imposible
resistirse a tu encanto.

Una conversación ideal debe ser un intercambio de ideas y no como una
exhibición elocuente de inteligencia y oratoria. No necesitas ser divertido,
inteligente o interesante. De hecho, sin temor a equivocarme, las personas que
tratan de generar ese tipo de impresiones no logran serlo ni un poquito.

Siempre que quieres acercarte a alguien corres ciertos riesgos. Muchas personas
tímidas no inician las interacciones por tener miedo a ser rechazados. Y claro, se
pierden de muchas buenas oportunidades y experiencias. Ten en mente que el
riesgo y el rechazo son parte de la vida, y dejar que eso te afecte es
contraproducente. Les estás dando demasiado poder a las personas que ni
siquiera conoces. Procura no adoptar el papel pasivo en cuanto a tus
conversaciones. Mucho menos te quedes sentado esperando que alguien se
apiade de ti y empiece a querer conversar contigo, porque ahí te quedarás:
sentado y esperando. Es más, digamos que es una buena estrategia y que eres
muy atractivo y estás acostumbrado a que las personas se acerquen a ti. Empero
¿qué tal si la chica que te gusta es también tímida y está esperando que tú te
acerques? Ambos están jodidos. Ahora supongamos que tienes más suerte que
aquellos que se ganan la lotería y la chica que más te gusta se te acerca para
platicar contigo. También estarás jodido, porque no vas a tener la soltura que
sólo la práctica te puede proporcionar. No sabrás llevar la plática al lugar donde
logres todo eso que quieres obtener. No sabrás qué decir y perderás la
oportunidad de todos modos. Además, te estarás conformando con una sola
mujer. Si quieres evitar este dilema, toma la decisión de ser activo en lugar de
pasivo. Sé el primero en decir, “¡Hola!”, y toma la iniciativa de generar
conversaciones. Empieza a presentarte con las personas regularmente y comparte
tus ideas, sentimientos, opiniones y experiencias. Busca en cada lugar y ve si
conoces a alguien ──sobre todo cerca de tu universidad──, después de
presentarte, busca qué es lo que tienen que decir, lo que piensan, sus puntos de
vista, sus intereses. Al iniciar conversaciones, tendrás más resultados positivos,
y tu miedo al rechazo será cada vez menor. De esta forma, tu toma de riesgos
puede pagarte con dividendos y tener más contactos, relaciones y experiencias
gratas. Otra ventaja de ser el primero en decir, “¡Hola!”, es que te proporciona la
oportunidad de dirigir hacia dónde va la conversación, lo cual le dará a la otra
persona la impresión de que eres confiado, amigable y abierto. También haces
sentir bien a los demás al mostrar el deseo de entablar una conversación.

No me cansaré de repetir que entre más conversaciones inicies, mejores
resultados vas a tener. Aunque tampoco es para tanto, también vas a ser
rechazado, a veces de formas crueles. Nadie tiene la aprobación de todos, así que
cuando te rechacen, aprende de ello y olvida el mal sabor de boca. La mejor
forma de disminuir la cantidad de rechazos es observar el ambiente y buscar
gente receptiva. Más adelante en la práctica tú mismo te impondrás retos,
mientras tanto, es válido jugar a la segura.

Otro inconveniente es que se piensa que puedes ofender a las demás personas si
te acercas. La verdad es que sí, es probable que puedas molestar un poco. Así
que quítate ese peso de encima. A veces, las personas quieren su privacidad
incluso cuando acuden a eventos sociales. Me parece una pendejada que las
chicas vayan a un antro donde hay demasiado ruido para hablar de sus
problemas, pero suele pasar. A veces, las personas quieren reflexionar a solas. En
esos casos, discúlpate y retírate. Sin embargo, habrá personas que van a sentirse
halagadas si te acercas con una buena actitud y aportas un poco de dicha en sus
días. Esas personas son tu principal objetivo. Necesitas más personas que
realmente se interesen en ti y en lo que tienes que decir. Las demás personas
deben esperar un poco para que puedas encontrarlas en su mejor momento. Un
sesenta por ciento de las veces puedes volver a hablar con una chica que ya te
había rechazado.

Es también importante que tú estés dispuesto a aceptar que otras personas se te
acerquen. Responde a su iniciativa con más que unas solas palabras. Muéstrales
que siempre tienes algo que decir. Cuando respondes de forma extensa, también
podrás darle herramientas a la otra persona que se interesa en charlar contigo y
pueda extender la conversación hacia otros temas. Lo que más se me ocurre para
hacer que este punto quede claro, es cuando las personas te preguntan qué tipo
de música te gusta. La mayoría de la gente dice, “¡De toda!”, eso casi nunca es
cierto, ni siquiera cuando dicen, “¡De todo un poco!” Lo que me gustaría que
dijeras en lugar de comentar algo típico de la gente regular, sería algo como:

── Cuando era niño me gustaba mucho el rock, pero ahora prefiero el metal
alternativo, aunque me gusta ir a conciertos de música electrónica. Me gusta ese
ambiente.

Durante tu estancia en la universidad, tendrás que preguntar en qué carrera están
aquellas personas con quienes interactúas. También tendrás que responder esa
pregunta cada vez que conozcas a alguien. Es una pregunta estereotípica que
tiene que preguntarse por ley general. Y no sólo vas a tener que responder qué
carrera estudias, sino darles una idea general de lo que ejerces o pretendes
ejercer. Pronto vas a memorizar esa respuesta y podrás ser capaz de agregar o
disminuir detalles si así lo prefieres. Es mejor estar preparado para responder
esta pregunta y generar una buena impresión. Lo mismo tienes que buscar como
respuesta cuando preguntes sobre su carrera. No toda la gente te dará una
respuesta detallada, pero puedes buscarla con un par de preguntas más.

Tus respuestas pueden seguir el siguiente formato:

── Bueno, responder qué estudio es un poco complicado, porque la mayoría
piensa una cosa, pero la verdad es que yo me enfoco en tal área. A veces les digo
a las personas que hago tal, porque no comprenden muy bien mi carrera, aunque
si quieres saber más, puedo decirte que…

Quizás esto pueda parecerte aburrido y tedioso, sobre todo porque casi todos van
a formularte este tipo de preguntas rituales y también vas a tener que preguntar
lo mismo. Sin embargo, hay un orden particular socialmente implícito en las
conversaciones sobre cómo las interacciones deben proseguir, y muchas pláticas
deben pasar sobre las fases de preguntas rituales para proceder a fases más
profundas y significativas. Las pequeñas charlas y las preguntas típicas son un
elemento importante en tus relaciones, de otra forma será bastante complicado
que te puedas relacionar con los demás de forma significativa.

Las preguntas que se realizan meramente por costumbre te permiten descubrir
información personal de una forma natural y un poco informal. Intercambiar
pequeños detalles de la vida de ambos es un rito sencillo para descubrir la forma
de ser de las personas paulatinamente. Esa pequeña información que la otra parte
te va proporcionando con el tiempo te ayudará a determinar si quieres seguir
conociendo a esa persona o no. Conocer lo que es importante para la otra
persona es clave para poder formar una relación estable y positiva, siempre y
cuando utilices esos datos para hacer el bien, claro está. Otras maneras de
utilizar esas preguntas rituales son para romper el hielo o cambiar el tema de
conversación. Si las respuestas a tus preguntas rituales son breves, intenta con
otras hasta que obtengas una respuesta entusiasta. Cuando descubras un área de
interés en la otra persona, asegúrate de seguir con una pregunta abierta para
obtener más información. Cuando el tema se esté agotando ──no tienes que
agotar el tema──, utiliza otra pregunta ritual basándote en la información que
acabas de recaudar.

Quiero creer que a estas alturas ya no tendrás problemas para saber qué decir
posteriormente. Bien, pues te recuerdo que la clave es escuchar. Ya has
formulado varias preguntar rituales y después no sabes qué decir. En menos de
un minuto ya no te pasa por la cabeza algo que puedas decir para mantener la
conversación. A decir verdad, ya no tienes por qué pensar en lo que vas a decir.
No tienes que andar pensando. Escucha palabras clave. Aprende a saber qué
decir al escuchar cuidadosamente palabras clave, hechos, opiniones,
sentimientos o cualquier pedazo de información. No pienses en lo que vas a
decir después, porque mientras estás pensando, no estás escuchando. Estás tan
metido en tu cabeza buscando desesperadamente temas de conversación que
dejas de preocuparte por lo que en verdad importa, que es exactamente lo que la
otra persona te está diciendo, tanto verbal como físicamente. La clave es prestar
atención a la situación en la que estés.

Utiliza tu lenguaje corporal, especialmente el contacto visual. Tu sonrisa también
puede proporcionarte ayuda al igual que analizar e imaginarte lo que te están
contando. Escuchar activa o participativamente anima a la gente a continuar
hablando. Cuando alguien te está contando algo, encontrarás demasiado tiempo
como para que tu mente empiece a divagar mientras la otra persona vocifera
palabras que ya no tienen sentido alguno, y más si la persona habla lento y te
proporciona un lujo de detalles. Es muy difícil no divagar. Vas a perder la
concentración e incluso la idea principal de la conversación. Para evitar eso, has
preguntas de seguimiento basándote en lo que te están contando. Tener dudas y
preguntarlas te ayudará a clarificar los hechos y los detalles. Si te perdiste en
algún punto, puedes decir que te repitan lo que te estaban diciendo. Luego
resume lo que te acaban de decir. Así tu mente puede relajarse un poco más.
“Entonces, en resumen, te paso tal, ¿cierto?”, puedes decir para no memorizar
tantos detalles. Esto mejorará tu concentración y te ayudará a quedarte con las
ideas principales.

No tendrás problemas para conversar si sabes buscar información. La
información puede encontrarse en el atuendo de los individuos, su físico, su
lenguaje corporal, su comportamiento, sus actividades, así como también sus
palabras. A veces la información puede consistir en una impresión general.
Después puedes hacer preguntas del tipo:

“Parece que sabes mucho sobre…”
“Se ve que haces mucho ejercicio, ¿qué deporte practicas?”
“Me da la impresión de que tienes muchas ganas de bailar.”
“Hablas mucho sobre viajes, ¿cómo le haces para conseguir tiempo libre y
viajar?”

Preguntar cosas personales siempre requiere de una sensibilidad particular a los
sentimientos de la otra persona, y especialmente su nivel de receptividad hacia ti.
Usualmente es mejor empezar a realizar preguntas personales con un mitigante,
“Disculpa por preguntar, pero…” o “Me gustaría saber, si no te incomoda…” o
“Espero no ser un entrometido, pero…” si formulas una pregunta personal de tal
forma que la otra persona no tiene que responder, frecuentemente responderá de
una manera quizá no tan directa. De hecho, no debes esperar una respuesta
directa, debido a que mucha gente tiene problemas para decir lo que quieren
realmente decir, especialmente si es un tema delicado. Sin embargo, si escuchas
cuidadosamente y buscas si tiene un lenguaje corporal receptivo, puedes darte
una idea si la otra persona confía en ti lo suficiente como para revelar
información personal.

Por otro lado, si te preguntan algo que no quieres responder, simplemente di,
“Preferiría no contestar eso. No te lo tomes a mal.” Mucha gente entenderá y no
volverá a indagar más sobre el asunto. Si alguien te pregunta cuánto cuesta algo
que traes puesto y no quieres discutirlo, di, “No lo sé, me lo regalaron.” Tienes
que saber que la mayoría de los individuos no quieren revelar cierta información
tal como su ocupación, de dónde son, etcétera. No tienes por qué sentirte
obligado a responder este tipo de preguntas. Si te incomoda responder algo
personal, no lo hagas o responde lo que te plazca. Después de rehusarte a
responder, realiza otra pregunta o cambia de tema.

Al principio, trata de evitar dificultades cuando estés conversando. No entres en
temas tabú como la muerte, religión, eventos tristes, chismes o temas raciales o
feministas. Evita, por el momento, desahogarte con la otra persona y usarla para
contarle todos tus problemas. Es mejor no dramatizar o pedir consejos
trascendentales. Estas interacciones pueden causar una impresión negativa. Al
principio es mejor tener una conversación sencilla y un tanto superficial.
Recuerda que todo tiene que ser gradual. Aunque parezca contradictorio, no
temas ser abierto con lo que cuentas acerca de ti. La próxima vez que alguien
pregunte acerca de tu pasado, tus ideas y opiniones, recuerda que tienes derecho
a expresarte de la manera que quieras. De eso se trata, de expresarte en compañía
de otros. Debe ser un equilibrio, tampoco caigas en el extremo de contarlo todo.
Todos hemos tenido esa experiencia de alguien que se pone a platicar toda su
vida. ¡Qué aburrido! Es mejor revelar tu pasado e ideas poco a poco con el
tiempo y dentro del contexto de la conversación. Si exageras tus buenas
cualidades y escondes tus defectos, la gente pronto se dará cuenta de que estás
mintiendo y exagerando. Es importante que te aceptes tal como eres. A veces las
personas no te creerán lo que les dices, aunque sea verdad, así que puedes omitir
varios detalles para no parecer arrogante.

Deja que los demás se acerquen a ti. No tengas miedo de aburrir a la otra
persona. A mucha gente le fascina hacer nuevos amigos, y es esencial dejar que
otros te conozcan realmente y si tienen intereses en común. No tienes que ser un
payaso de circo para entretener, pero se tan alegre como sea posible.


No te quedes mudo si la Conversación va por buen Camino

1. Enfócate en la situación en la que estás.


Empieza por identificarte con el ambiente donde sea que estés por
más difícil que te parezca. ¿Por qué estás ahí? ¿Quién más está en
ese lugar que ya conoces o que deseas conocer? ¿Qué tipo de
actividades están llevándose a cabo? ¿Qué es lo que ese lugar
tiene de inusual o interesante? ¿Quién te puede dar más detalles
sobre el lugar? ¿Qué experiencias previas has tenido en ese lugar?
¿Cómo te sientes en ese lugar?

Puedes conversar con otros simplemente enfocándote en los
diversos aspectos de tu alrededor. Una vez que te identifiques a ti
mismo, es natural descubrir lo que los demás están haciendo en
ese lugar. Este enfoque puede proveerte muchos temas de
conversación. No tienes que pensar en lo que vas a decir. Sólo
observa la situación y descubre algo que puedas comentar.
Observa tu exterior, no tu interior. Los malos conversadores
tienden a ensimismarse en lugar de observar su ambiente. Se
preguntan cómo se ven, lo que los demás puedan pensar y si
pueden ser validados. Se preguntan si la gente piensa que son
inteligentes o estúpidos, atractivos o feos y cosas que sólo
impiden el progreso. Estos pensamientos internos te harán sentir
inseguro y totalmente ignorante de lo que sucede en tu entorno.
Como resultado, todo el arsenal conversacional que se encuentra
frente a tus ojos se pierde. En vez de eso, utiliza tus sentidos para
recoger detalles y usarlos a tu favor. Además, cuando piensas y
observas el exterior, te sentirás menos inseguro e incómodo. Tu
confianza aumentará, el miedo y la duda disminuirán y tus
conversaciones se volverán más naturales y sostenidas.

2. Descubre los grandes eventos en la vida de la persona.


Esos grandes eventos son áreas que son de enorme interés y
generan entusiasmo en las personas y en ti también. Estos son
temas en los que tú o tu compañera de charla pueden estar cien
por ciento metidos y hablar de ello por un largo período de
tiempo. Puede ser el trabajo, una novedad, un pasatiempo, una
meta, un viaje por realizar, un deporte, alguna obra de caridad y
faltaba más: el sexo. Estos son temas y actividades que le
interesan a la mayoría de las personas. Cualquier cosa que logre
excitar las emociones. Como podrás imaginarlo, es necesario
encontrar esos temas tan pronto como sea posible, porque generan
un fuerte interés y ayudan a que tus pláticas sean más
prolongadas.

Mientras más pronto encuentres estos botones de encendido en
las personas y reveles los tuyos, más energética y estimulante será
tu conversación. Quizá tengas la fortuna de que la otra persona
tenga los mismos intereses personales. Para eso son las pequeñas
charlas, para descubrir esos botones de encendido. Cuando
descubras ese botón, vas a encender las emociones de la otra
persona y probablemente aquello que más valora en la vida. Te
darás cuenta en dónde invierte su tiempo, dinero y esfuerzo
──por eso es lo que la otra persona valora. Es un generoso
estimulante para la conversación, y te cuenta cosas relevantes
sobre tu compañera. A partir de aquí puedes buscar cosas en
común. Lo mejor es que cuando encuentres cosas en común,
tendrás el pretexto perfecto para establecer una relación y
establecer planes a futuro.

Cuando recibas una respuesta entusiasta, expresa interés en el
tema. Esto no significa que debas tener un fuerte interés, pero un
poco de curiosidad te ayudará mucho. Lo importante es que
sientan que te importa escuchar los aspectos de su vida al mostrar
un poco de curiosidad. Eso generará un halo de buenos
sentimientos. Sólo así incrementarás las probabilidades de que
ellas muestren interés en ti.

La gente, para ser más interesante, seguido hablan de sus botones
de encendido con pequeños comentarios. A cada rato estarán
revelando cosas que ellos consideran importantes. Si encuentras
signos visuales o verbales sobre esos botones de encendido, haz
preguntas abiertas acerca de ello.

¿Qué haces los fines de semana?
¿Qué haces para divertirte?
¿Qué haces cuando no estás trabajando/estudiando?
¿Qué es lo que te ha llamado la atención últimamente?
¿Qué haces para relajarte?
¿Tienes algún proyecto en el que estés trabajando por el
momento?
¿Perteneces a alguna organización?
¿Hay algo que siempre hayas querido hacer pero que no has
podido llevar a cabo?
¿Tienes alguna meta a largo plazo?

Recuerda que una buena conversación posee un balance, así que
debes revelar también cosas importantes sobre tu vida. Al dejar
que los demás sepan lo que es importante para ti, les estarás
dando una oportunidad para conocerte de una forma que cause
una buena impresión. Ni siquiera tienes que escribir nada o
memorizarte algo, eso que es importante está latente dentro de ti.
Así será más fácil que te entusiasme platicar con otros. Es
importante también que proporciones detalles sobre lo que te
gusta, no lo dejes como un seco, “Ah, sí, me gusta patinar.” No
seas tan apático y di cosas como, “Me encanta patinar, pero me
gusta ser un poco más extremo, así que me dedico a hacer
downhill, porque amo la adrenalina.” Imagina que estás
convenciéndolos para que practiquen contigo. Proporciona
detalles, sentimientos. Quizá no sepan nada acerca de tu tema,
pero tu entusiasmo será contagioso y provocarás que te hagan
más preguntas. Si empleas términos técnicos que son exclusivos
de tu área de interés, explícaselos o cuenta las cosas
coloquialmente para que los demás puedan entender. Se trata de
que les des una idea de lo que te apasiona en vez de entrar en
modismos arrogantes. La clave es no hablar demasiado. Lo más
probable, si no te lo preguntan, es que no quieran saber cada
detalle sobre lo que te apasiona.

Busca intereses en común. A muchas personas les proporciona
placer encontrar gente que tenga los mismos intereses. A través
de la conversación activa, te irás acercando a las metas
particulares asociadas con ese tema. Por supuesto, mientras más
intereses tengas y seas capaz de discutir, más agradables serán tus
conversaciones. Recuerda que la conversación es una forma de
aprender sobre muchas cosas que no has experimentado
directamente. Cuando compartes experiencias, ambas partes
saldrán ganando en cultura general. Proponte a encontrar lo que
les interesa a las personas y anímalas a hablar de ello.

3. Mantén un balance en el intercambio de información.


En una buena conversación, los participantes son conscientes de
que el intercambio de información debe ser equitativo. Este
intercambio de información debe ser un balance entre hablar y
escuchar. No te preocupes por los turnos, estos se irán dando de
forma natural. Es mejor cuando las dos partes hablan cuando es
su turno y escuchan cuando sea el turno del otro. Cuando se habla
de un tema que probablemente sea desconocido para el otro, es
mejor pintar un panorama general y si la otra parte quiere saber
más, es correcto entrar en detalles. Procura no aburrir a las
personas con demasiados detalles, si puedes explicar una gran
idea con sólo una oración, mantenlo así de breve. Suena
paradójico, porque lo que quieres es que la conversación se
alargue, sobre todo si quieres pasar más tiempo con esa persona,
pero créeme, la conversación va a durar lo suficiente si dices
cosas interesantes y no aburres con detalles innecesarios.
Mientras tu conversación sea activa, mucha información será
intercambiada, y al final ambos partidos sabrán lo suficiente del
otro como para conocerse mejor. Esta es una forma natural de
conocer a las personas. Promueve la confianza mientras que
anima a las personas a abrirse hacia ti. Se enfatiza en saber
escuchar, pero ser participativo dentro de la conversación es igual
de necesario e importante.

4. Cambia el tema usando información adicional


Cambiar el tema es la manera más sencilla de sostener una
conversación mientras buscas temas de interés mutuo o personal.
No tienes que terminar un tema antes de proceder al siguiente.
Los buenos conversadores siempre están entretejiendo temas e
ideas y siempre están brincando de un punto al otro. No siempre
se brinca hacia un tema relacionado, por lo que es más fácil
volver al tema inconcluso diciendo, “Bueno, regresando a lo que
te estaba diciendo hace rato…”, o “Escuché que mencionaste que
te gusta el motocross…” Siempre escucha atentamente y recuerda
que la información adicional puede darle más vivacidad a la
conversación. Si sientes que el tema que estás discutiendo ya se
desgastó, sólo cambia el tema y realiza una pregunta que te
interese saber de la otra persona. A veces, quizá, quieras cambiar
el tema por unos momentos, así que todo lo que tienes que decir
es, “Disculpa, pero me gustaría cambiar el tema por un
momento”, y luego hacer un comentario o formular una pregunta.
Procura completar tus ideas rápidamente y luego regresa al tema
original.

Toma en cuenta que, si brincas de tema en tema
indiscriminadamente, puedes dar la impresión de que no te
interesa discutir un tema seriamente. También puede indicar que
no estás escuchando o que te aburre el tema ──lo que puede ser
verdad. Si la otra persona te responde cortante, es obvio que no
quiere discutir el tema en cuestión. Presta mucha atención a las
respuestas poco entusiastas. Cambia el tema rápidamente cuando
sientas que has tocado una fibra sensible o que no le interesa a la
otra persona.

Hay temas de mal gusto que hace sentir incómodas a las personas.
Por ejemplo, si alguien saca un tema racista o sexista para ser
gracioso para atraer la atención o mantener la conversación,
siéntete libre de mostrar tu incomodidad. Hazlo sin tener que
discutir. Simplemente di, “No estoy de acuerdo”, o “Sé que
podemos hablar de algo más bonito”, o “Te perdono por decir eso,
si tú me perdonas por cambiar de tema.” Abre un nuevo tema de
conversación rápidamente como ya sabes hacerlo. Ambos estarán
más tranquilos cuando el tema de conversación cambie.

Otro problema común que complica llegar hacia las personas es
que a veces estarás compitiendo por atención. En vez de escuchar
tus palabras, el otro participante está pensando en sus propias
ideas y permanece desconectado. Debido a su poca atención, tus
ideas y argumentos se pierden o se malentienden. Algunos de los
signos que indican este problema es que la otra persona te haga
preguntas que no se relacionen con lo que estás hablando, hace
comentarios irrelevantes y vuelve a tratar argumentos que ya han
sido discutidos y respondidos. Estos factores indican que la otra
persona no está sintonizada con tu forma de pensar y no está lista
para adoptar o considerar tus ideas. Un tercer factor que interfiere
con la comunicación es cuando la otra persona transforma lo que
dices en lo que desea escuchar. De este modo, lo que dices lo
malentiende porque lo interpreta como algo que quiere escuchar y
no lo que quisiste decir.

Hay formas de superar las dificultades para presentar tus ideas a
otros. Comienza a animar la cooperación y receptividad al
decirles a otros que sientes su poca atención. “Te noto un poco
distraída…”, “Creo que no me estás siguiendo en lo que te
digo…”, “¿No quieres hablar de este tema?”, “¿Qué sucede? Te
noto un poco distante.” Este tipo de declaraciones harán que la
otra persona haga un esfuerzo en ser más receptiva. Siempre
puedes cambiar la conversación si muestran poca receptividad.
No tiene sentido seguir hablando cuando la otra persona no pone
de su parte, porque, aunque sigas hablando, tus ideas no serán
tomadas en cuenta. Casi siempre es mejor cambiar a otra cosa,
realizar otra actividad, preguntar entonces qué es lo que tiene en
mente o dejar de hablar con esa persona. La mayoría de las veces
existirá más tarde la opción de regresar a lo que quieres comentar
cuando notes que la otra persona es más cooperativa. Nunca
ignores los signos de la otra persona, puesto que eso es
precisamente lo que anima a la cooperación y receptividad para
que puedas presentar tus ideas. Para que puedas incrementar esa
sensibilidad cuando estés hablando con otros es preguntarte:

¿Cómo hará sentir a la persona lo que estoy a punto de comentar?
¿Cómo está reaccionando a lo que estoy diciendo?
¿Se sentirá halagada o menospreciada con lo que voy a decir?


Lo importante es abrir los canales de comunicación. Aprende a
ser más consciente de los signos implícitos u ocultos que
acompañan a la conversación.





Las Opiniones diferentes enriquecen la Conversación

No asumas que todo lo que ves o crees es la verdad. Cuando discutas temas, ten
en mente que hay diferentes puntos de vista, recuerda que hay una gran
diferencia entre lo que es un hecho y lo que asumimos que es verdad. Con
frecuencia, nuestras opiniones son el resultado de nuestras preferencias,
prejuicios, suposiciones y nuestro condicionamiento, lo que no son
necesariamente hechos universales. Como resultado, hay muchas áreas donde la
diferencia de opiniones es inmensa. Son áreas que de hecho pueden fomentar
una gran conversación. Cada persona tiene derecho a su punto de vista
──incluso si es estúpido──, sin tener que ser ridiculizado. No fuerces tus
puntos de vista sobre otros. Muestra un deseo de entender las demás opiniones.
Así lograrás que las demás personas se abran poco a poco y de este modo ellas
también se vuelvan receptivas a tus ideas. Esto es especialmente importante
cuando estás tratando de convencer e informar.

Cuando alguien comente algo con lo que no estás de acuerdo, evita matar la
conversación con “¡Estás mal!” o “¿De dónde sacaste esa estupidez?” Cuando
alguien salga con una opinión diferente, responde con “A mi parecer…”, “En mi
opinión…” o “En mi experiencia…” Cuando presentas tus opiniones de esta
manera, sin condenar el comentario de la otra persona, promoverás una
discusión sana y que escuche tu punto de vista, en lugar de poner una barrera o
ponerse a la defensiva. Si alguien no está de acuerdo con lo que has dicho o con
lo que crees, no te pongas a discutir. Es mejor decir, “¡Supongo que no hemos
pasado por lo mismo!”, o “Entiendo lo que piensas, pero a mi parecer…”
Recuerda que todo mundo tiene derecho a su opinión. No se trata de hacerlos
cambiar de parecer, sino promover la comunicación.

Es bueno ser flexible, pero no indiferente. Puedes pensar que si eres lo
suficientemente cordial para aceptar casi cualquier cosa que la otra persona
quiere ──sobre todo cuando no estás de acuerdo──, te volverás una persona
agradable. Sin embargo, la otra persona podría sentir tu actitud de “me da igual”,
lo que demuestra indiferencia, aburrimiento e incluso deshonestidad. Expresa tus
preferencias incluso cando difieran de las de la otra persona. Si no expresas
preferencias, gustos y deseos, la gente no sabrá lo que quieres o lo que andas
buscando. Las personas no leen la mente y a menos que aprendas a expresarte,
no lo van a saber. Si no expresas tus sentimientos, corres el riesgo de provocar
hostilidad, resentimiento y culpa. A eso se le llama asertividad, cuando dices
directamente lo que quieres respetando los derechos y sentimientos de los otros.
Deja que la otra persona sepa lo que quieres y estará en una mejor posición para
dártelo o negártelo. Al menos tendrás la satisfacción de haberlo intentado. La
actitud de “a mí no me importa” indica que no tienes deseos de involucrarte en el
proceso de decisiones necesario para la interacción humana. En vez de decir que
sí a todo lo que te proponen, ofrece algunas alternativas. Presenta tus ideas y
preferencias y la otra persona podrá conocerte mejor. Involucrarte es interesarte,
entusiasmarte por su compañía y mostrar el deseo de estar con esa persona.

Un claro ejemplo de saber expresarte es cuando no sabes nada acerca de un tema
o muy poco. En lugar de quedarte callado y poner cara de tonto sin entender lo
que te están diciendo, pregunta cuando no sepas lo que se está tratando. Mejora
tus conversaciones diciendo “¡No lo sé!” Es contraproducente pensar que
necesitas saber todas las respuestas de todas las preguntas. Hazlo sin ser apático.
“¡No lo sé, pero dime de qué se trata!” Muestra que no eres un ignorante que se
queda con la duda, sino que te gusta saber nuevas cosas. La mayoría de las
personas te explicarán las cosas con gusto, la mayoría a quienes les gusta
enseñar y que vale la pena conocer.


¿Dónde conocer Personas?

Para conocer mujeres, ve a los lugares donde te diviertes. Existe un sinnúmero
de lugares para conocer buenos culos, aunque no cabe duda de que hay lugares
que son mejores para interactuar con ellas. Esos lugares suelen ser los eventos
sociales, donde la gente se reúne para convivir con otras personas. Si tienes
intereses en común con las personas que acuden a ese lugar en el que te
encuentras, entonces estás en el lugar adecuado. Cuando conoces a una mujer en
un lugar y ambos disfrutan las actividades, ya tienes una base importante para
comenzar una amistad o incluso algo más. Es una excelente idea buscar
relaciones que compartan tus intereses. Si, por ejemplo, te gustan los deportes, te
gusta practicarlos al aire libre, tienes equipo y asistes a eventos, al menos podrás
tener una cosa en común con las personas que acuden a los mismos. Al principio
de todas tus interacciones con ellos incluirán el tema del deporte y las razones
por las que están ahí. “¿Por qué comenzó a gustarte este deporte?”, “¿Cuánto
tiempo llevas practicando este deporte?”, “¿De dónde vienes?”, son preguntas
que puedes utilizar para iniciar una conversación. En el transcurso de la
conversación podrás notar si la otra persona disfruta y desea tu compañía. De ser
así, ya tendrás asegurada una amistad. Durante tus conversaciones casuales
puedes sugerir un encuentro futuro para ir a tomar algo, salir a comer o realizar
alguna otra actividad. Esto le dejará claro que disfrutas su compañía y quieres
seguir viéndola. Si ella no tiene compromisos y es receptiva, seguramente
aceptará. Sólo te queda fijar el día y la fecha, “¿Qué día y a qué hora puedes?”, o
“¿Qué me dices de esta noche?”, o “¿Qué días tienes libres?”

Lograr que alguien te acompañe a comer no es tan difícil tomando en cuenta que
todo el mundo al menos come una vez al día. Cuando estés hablando con alguien
que te interese y quieras volver a ver, busca la oportunidad adecuada para sugerir
un encuentro para ir a comer. Es fácil sacar el tema a colación haciendo
preguntas sobre los restaurantes que hay cerca de su casa, su comida favorita o
lugares que suele frecuentar. Puedes preguntar, “¿Sabes de algún restaurante aquí
cerca?”, o “¿Qué opinas del restaurante que está aquí cerca?”, o “¿Te gusta la
comida tailandesa?” Es muy fácil tener platillos favoritos en común, y más fácil
aún sugerirle salir a comer algún día. Si la otra persona quiere pasar más tiempo
contigo, aceptará sin problemas.

Planea realizar actividades de interés mutuo. Después de platicar por un rato,
propón salir a una actividad que tome más tiempo para conocer a esa persona.
Puede ser salir al billar, ir a patinar sobre hielo o ir por unas cervezas. No tendrás
que preocuparte, pues se supone que tienen intereses en común. En lo único que
tienes que enfocarte es en la diversión. Es mejor cuando ofreces opciones y
sugieres el encuentro en los próximos días. No lo apresures, pues habrá un poco
de presión; no lo pospongas por mucho, pues es más probable que te cancelen o
lo olviden. Cuando tengas el chance, sugiere, “Recuerdo que me dijiste que te
encantaba (hacer cierta actividad), así que me preguntaba si te interesaría
acompañarme a…”

Mi recomendación es que pidas el teléfono para confirmar, agendar o proponer
un encuentro, no para seducir con una llamada, ya que pocas veces funciona,
puesto que es infinitamente mejor tener cerca a la persona que te interesa.
Confirmar, agendar o proponer un encuentro debe ser fácil.

“Hola, Susana, habla Ramiro. ¿Tienes un par de minutos?”

Haz una llamada corta para confirmar y saludar. Cuando la persona responda el
teléfono, identifícate y nunca digas el patético, “¿Adivina quién habla?” Es
buena idea preguntar cosas como, “¿Cómo ha sido tu día?”, o preguntarle sobre
alguna cosa que te haya contado las primeras veces. Luego dile por qué estás
llamando, “Sólo quería confirmar lo de mañana”, “Mañana voy a estar cerca de
donde trabajas y quería saber si te gustaría salir a comer conmigo.” Cuando
hayas confirmado, termina la llamada con un sincero, “Me dio mucho gusto
escucharte”, “Bueno, entonces te veo ahí”, “Muy bien, te llamo en la mañana
para confirmar.”


¿Y si me quedo callado?

¡Esos malditos silencios! ¿Quién no ha recurrido al modo entrevista bajo esas
circunstancias? Cuando hacemos pregunta tras pregunta es una clara señal de
que estamos dando patadas de ahogado. Por dentro sabemos que la hemos
perdido.
── ¡Oye, tengo que ir con mis amigas! ¡Mucho gusto!
¡Bang! Las mujeres sí que saben cómo rompernos el corazón.
Independientemente si son amables o groseras. En definitiva, no hay que
culparlas. Ya han pasado por ese martirio y es entendible: ¿a quién no le daría
flojera? Sin embargo, los silencios también son una forma de comunicación y
expresión. Incluso sirven para generar tensión sensual. Una de las cosas más
comunes que los hombres hacen, tan pronto se hallan en una conversación con
una mujer, es llevar los silencios a las conversaciones basadas en el nerviosismo.
Cuando hay una pausa en la conversación por cualquier razón, ellas notan
cuando desesperadamente avientas una pregunta o comentario con la intención
de no hacer que el silencio sea incómodo. Este es un comportamiento bastante
forzado. Estoy seguro de que cuando estás con tus amigos no te apresuras a
llenar los silencios con comentarios forzados. Si no lo haces con tus amigos, no
lo hagas con ellas. Aprende a sentirte cómodo durante los silencios. Yo sé que
odias quedarte callado cuando estás con la mujer que te encanta, pero ¿por qué
consideras que es necesario tener una conversación trivial, aburrida y torpemente
persistente? A veces es mejor callarte la boca por un minuto y disfrutar la
compañía de la persona que te fascina. Entiende una cosa: está bien quedarte en
silencio, no te estás resistiendo a la tensión, sino lo contrario, estás disfrutando la
tensión. Déjales el peso a ellas para que quieran llenar el silencio. Siéntete
cómodo sosteniendo su mirada, deléitate en la tensión sexual que revelan los
breves momentos de silencio. Un silencio bien ejecutado tendrá más poder de
insinuación que tu voz. No siempre digas lo que sientes o lo que quieres, usa el
misterio a tu favor. A menudo en el lenguaje, menos, es más. Un silencio bien
ejecutado puede decirlo todo. Sentirte cómodo con el silencio significa que estás
en control de tus emociones y la situación. Es un silencio con significado y no un
silencio torpe por no saber qué decir después. A veces tu calma y tu silencio
impresionarán más que tus palabras. No sientas que debes hablar cuando no
tienes nada que decir, relájate y acepta que tu mente se quedó en blanco en ese
momento. Presionarte no te ayudará en nada.

No debes llenar todos los silencios, no debes ser siempre gracioso o atractivo o
intentar decir la frase perfecta. Saca lo mejor de las situaciones, cualquier
situación es tu mejor amiga. Está bien querer hacer las cosas lo mejor posible y
querer que ellas se sientan atraídas hacia ti, pero piénsalo bien, eso no se podrá
hacer todo el tiempo, es un trabajo muy pesado, no hay nada de divertido en ello.
Ninguna mujer es tan buena como para llegar al punto de la desesperación. Sé
fantástico, reconoce que eres lo suficientemente bueno, no por ser complaciente,
sino para evitar querer hacer cosas que estarán por demás. A veces estará bien
que no se la pasen bien contigo, todo está bien. No tienes que culminar con
todas. Limítate a aprender de ellas y a disfrutar con las mujeres con quienes
sientes química. No tienes que jugar un juego perfecto, sólo necesitas ser lo
suficientemente bueno, saber cuándo es momento de cerrar y aprovechar esas
oportunidades sin hacer demasiado. Recuerda que también los silencios son
importantes en la música.

Finalmente hay que romper el silencio. Obviamente no te quedarás todo el rato
disfrutando el silencio viéndola a los ojos. En un momento dado tendrás que
hacer la transición. Entonces, si no se te ocurre nada, ¿qué debo decir? Bueno,
pues un ejercicio que a mí me funcionó en muchas ocasiones cuando no tenía
nada que decir es formular el siguiente comentario, “No tengo nada que decir.
Eres tan hermosa que estar a tu lado me ha dejado congelado.” Este comentario
funciona por diversos motivos. En primer lugar, estás diciendo la verdad. En
segundo, estarás exteriorizando tu diálogo interior, el mismo que hace que te
presiones. De modo que al expresarlo te hará sentir más tranquilo y podrás
acceder a los temas de conversación que estaban bloqueados. En tercer lugar,
porque una de las razones por las que te bloqueas es porque estás tratando de
impresionarla y tú no te sientes con suficiente valor para hacerlo. Entonces, al
expresar que te has bloqueado es una forma de quitarte esa presión. Querer
impresionarlas es una terrible estrategia de seducción y peor aun cuando sientes
que no la mereces. Y finalmente, le estás haciendo un cumplido y es una forma
de coquetear con ella. Es decir, estás cambiando el enfoque de una situación
desfavorable. Estás bloqueado y sabes que en cualquier momento se excusará
para irse o peor, tendrán un momento forzado y aburrido. Pero con este
comentario cambiarás el rumbo de la interacción y a continuación ella se sentirá
halagada, y en el mejor de los casos, ella romperá ese silencio incómodo, lo que
te dará tiempo y claves valiosas para hacer una transición.


¡Si lo quieres, dilo!

La mejor forma de obtener lo que quieres es pedirlo directamente. Muchas
personas prefieren que se les pida directamente para dar o hacer algo. A muchas
personas les desespera que no les pidan las cosas directamente. Si quieres algo
de alguien, es mejor hacer tu petición claramente. De esta forma, la otra persona
sabrá lo que estás pidiendo y puede responderte con un sí o con una negativa.
Evítate los rodeos o las manipulaciones. La gente no puede leer tu mente. Es
absurdo que la gente esté esperando que otros sepan lo que están pensando,
sintiendo o lo que desean conseguir. Estas personas mandan peticiones
encubiertas todo el tiempo, esperando que los demás sepan lo que están
pidiendo. Es mejor ser directo, porque las peticiones encubiertas son a menudo
ignoradas o malentendidas. Por ejemplo, considera a Filiberto que quiere invitar
a salir a Carla. Éste le escribe diariamente para saber cómo ha estado su día y
nada más. Él quiere salir con ella, pero no se lo pide directamente. Él sólo
piensa, “¿Por qué no se da cuenta de que quiero invitarla a salir?” En este caso,
Filiberto cree que, al escribirle diario, Mónica se dará cuenta de todo, pero
seguramente está pensando que Filiberto es un buen amigo que se preocupa por
ella. Ella no puede leer su mente y es ilógico que él espere que ella lo haga, pero
así pasa más de lo que podrías imaginar.

Existe algo de suma importancia que se llama expresar tus deseos y sentimientos
tan pronto como los sientas. Si ves a una mujer que te agrada y notas algo
característico en ella, entonces acércate y díselo directamente. Se trata de tomar
decisiones, incluso si no tomas acción inmediatamente. Expresar el cómo te
sientes y decirle a una mujer lo que piensas cuando la ves incrementará tus
niveles de confianza. Sentirás que puedes decir cualquier cosa y aun así
atraerlas. Los hombres débiles tienen miedo de expresar sus sentimientos y
pensamientos. Hacer lo contrario a ellos te convertirá en un hombre rudo y
varonil. Se trata de que te sientas pleno al expresar tus deseos sin esperar un
resultado. La peor manera en la que puedes decirle a una mujer que la amas es
esperando que ella lo diga de regreso. Hacerlo te transforma en un hombre débil.
Si logras lo que deseas con la mujer que te gusta, qué bueno, si no, continúa
siendo libre y feliz. Vive una vida donde aceptes y expreses tus deseos en lugar
de esconderlos. Hazlo y tendrás una vida más plena.

Yo sé que cuando vez a la mujer que te fascina, sientes que es demasiado
hermosa, pero también sé que tú eres inteligente, bien parecido e interesante.
Quizá ella no lo vea justamente cuando te vea por primera vez, pero para eso te
darás la oportunidad de platicar con ella y dejar que ella descubra todas las cosas
buenas de ti. Ese es el propósito de la conversación, que ella te conozca. No
siempre puedes comunicar esas cosas a través del lenguaje corporal.

Date cuenta de que tienes deseos sexuales y románticos. Después dales rienda
suelta. Estos deseos son reales y son parte de ti. Contrólalos y dales satisfacción.
Es bueno tener deseos y querer lograr cosas. Lo que hace a la vida interesante es
que puedes ir tras eso que tanto anhelas para ti. Sólo no dejes que el resultado
sea lo único que sea importante. Hay pocas cosas que te proporcionan tanta
autoestima como ser capaz de ir por lo que quieres y aceptar los triunfos y
fracasos. Pase lo que pase, haz que tu vida sea una historia digna de contar. Así
que cada vez que quieras hablar con una hermosa chica, obedece a tus instintos y
ve por ella, pero sea cual sea el resultado, tu fortaleza seguirá intacta. Es más
importante que sigas progresando y desarrollando tus habilidades para conocer
mujeres.


¡Conecta!

Casi todo el mundo puede hablar. Casi todos podemos comunicarnos. Pocos
saben conectarse con las personas. Aquellos que saben conectarse llevan sus
relaciones, su trabajo y sus vidas hacia otro nivel. Para ser exitoso, necesitas
aprender cómo comunicarte realmente con los demás. La gente no puede tener
un éxito significativo si no sabe comunicarse efectivamente. No es suficiente
acercarte a ellas todos los días. No es suficiente salir con ellas. Para ser exitoso,
necesitas aprender a comunicarte con los demás. ¿Alguna vez te has sentido
frustrado por querer comunicar algo y no ser comprendido? ¿Alguna vez has
querido mejorar tus relaciones íntimas o generar impacto en otros? Si no puedes
encontrar una forma de comunicarte efectivamente, no serás capaz de alcanzar tu
potencial, no tendrás el éxito que deseas y siempre quedarás frustrado. ¿Cuál es
el secreto? Saber cómo conectar con otros.

Conectar es la habilidad para identificarte con la gente y relacionarte con ellas de
una forma que incremente la influencia que posees sobre ellos. ¿Por qué es
importante? Porque la habilidad de comunicarte y conectar con otros es un factor
determinante para alcanzar tu potencial. Antes de poder cogerte a Laura, debes
saber comunicárselo. Y para hacerlo de la mejor forma, debes aprender a
conectar. El talento no es suficiente. La experiencia no es suficiente. Para
mejorar tus relaciones personales, debes ser capaz de comunicarte bien, y la
conexión es la clave.

Quizás eres el chico que intenta bailar con todas en las fiestas, pero nunca se
quedan contigo. Te interesas en los temas que ellas te platican, pero no muestran
aprecio por tu atención. Deseas tener relaciones íntimas con las mujeres que te
gustan, pero no parecen desearte como desean a otros. Quieres tener un grupo
grande de amigos, pero te sientes evadido por ellos. ¿Cuál es el problema? La
conexión. Para poder llegarles a las personas, debes ser capaz de conectarte con
ellas. Tener una conexión con otras personas puede no ser un asunto de vida o
muerte, pero a menudo es un asunto de éxito o fracaso. Mientras más avances en
la vida, más consciente te vuelves sobre la importancia de conectar con otras
personas.

Para empezar, debes aprender los principios detrás de conectar con otros al:

Interesarte en sus asuntos
Saber que la comunicación va más allá de las palabras
Despertar todo tipo de emociones
Observar cómo las personas exitosas establecen conexión con otros
Encontrar cosas en común
Tratar asuntos íntimos
Capturar el interés de las personas
Inspirarlos
Ser auténtico


No tienes que ser un genio para saber que todo lo que somos y todo lo que
hemos logrado en nuestra vida es el resultado de nuestra interacción con otros.
La habilidad de conectar con otros es una de las habilidades más importantes que
debes aprender. Conectar con las personas una a una es más importante que ser
capaz de hacerlo en un grupo o con una audiencia. ¿Por qué? Porque el 80 ó 90
por ciento de la conexión ocurre en ese nivel, y es cuando conectas con las
personas que son más importantes para ti. ¿Qué tan bueno eres conectándote con
amigos, familia, compañeros? Para incrementar tu influencia cara a cara
necesitas:

Hablar más sobre la persona que está frente a ti y luego de ti. Tener bajo la
manga dos o tres preguntas que puedas formular para conocer personas en
una reunión.
Ofrecer algo de valor, como una frase positiva, una historia ilustrativa, un
obsequio (tangible o no) para darle a una persona cuando la veas.
Aprender a servir a las personas.


Es difícil, pero ¿por qué? Empezar una conversación con alguien que nunca has
visto puede ser estresante y difícil a menos que tengas la mentalidad correcta. Tu
éxito y felicidad dependen masivamente de tu habilidad para interactuar con
otras personas. No tienes que ser original, de hecho, puedes utilizar el mismo
material una y otra vez hasta que eventualmente sea un botón automático que
presiones para tener conversaciones con otras personas. Estas viejas
conversaciones confiables serán nuevas e interesantes para las personas que no
te conocen. Desarrolla la rara habilidad de comenzar una gran conversación con
cualquier persona para alcanzar tus metas más rápido. ¿Por qué? Porque a quién
conoces es más importante que lo que conoces.

Es poco importante qué tan habilidoso seas para empezar conversaciones, en
ocasiones conocerás gente que no quiera hablar o gente que no tenga nada en
común contigo. En estos casos es aceptable dar lo mejor y después llevar la
conversación a su fin cuando la conversación no vaya a ningún lado. Sé amable
y emprende tu salida cuando veas que no hay motivos para continuar. Mejor
sigue hablando con otras personas hasta encontrar a alguien que también le
intereses. Incluso, aunque tengas buenas conversaciones, emprende tu salida
cuando veas que ya no está yendo a ningún lado. Termínala antes de que se
desplome y amablemente finaliza la conversación:

- Gracias por tu tiempo, me encantó hablar

contigo. Me voy para dejar que te sigas


divirtiendo.
- Eso fue genial. Es bueno hablar con alguien tan

interesante. Me tengo que ir ahora. Quizá nos


veamos pronto.
- Creo que no tenemos nada en común, pero

gracias por no ser grosera. Que te diviertas.



Cuando las cosas no salgan bien, no te martirices pensando que es tu culpa. Las
conversaciones siempre tienen dos partes. Si la otra persona no quiso participar,
no es tu culpa. Por otro lado, siempre es valioso analizar tus conversaciones que
no terminaron bien y darte cuenta de qué pudiste hacer diferente para salir a
flote. Aprende de las experiencias y mejora a cada paso.


¿En qué momento debes acercarte?

Las mujeres que simplemente están paradas o sentadas en una banca son más
fáciles de abordar. Simplemente hay que acercarse y hablar con ellas. Con
respecto a las mujeres que están sentadas, si responden bien a tu acercamiento y
puedes entablar una conversación con ellas, necesitas sentarte con ellas o
pedirles que se paren un momento contigo. Es mucho mejor cuando están cara a
cara hablando. Sencillamente di, “¿Te importa si me siento?”, o bien, “¿Te
importaría levantarte y platicar un poco conmigo?” En cuanto a las mujeres que
están caminando puede llegar a ser complicado, ya que están dirigiéndose hacia
algún lado. A veces con prisa. Es un poco más difícil captar su atención. Como
ya he dicho antes, lo mejor es acercarse por atrás y un poco de lado. Tócalas
ligeramente en el brazo y diles lo que tienes que decir. Lo que estás esperando es
que se detenga para escucharte. Incluso cuando caminan hacia ti, déjalas pasar y
luego voltéate para abordarlas. Esto también te sirve para verles las nalgas y
evaluarlas un poco mejor. Todo esto con el fin de no espantarlas o hacer que se
sobresalten. Yo sé que para algunos hombres suena ridículo acercarse por atrás,
pero si las abordas de frente también pueden ellas anticiparte y evaluarte
demasiado rápido, lo que le resta impacto a tu abordaje. Como recomendación,
si una mujer no se detiene cuando las abordas por detrás, no continúes
siguiéndola. Parecerás un acosador si lo haces. Camina unos cuantos pasos con
ella tomando una distancia cómoda para que no se intimide. Esto hará que
disminuya su velocidad y finalmente se detenga. Si no lo hace, ni modo, quizá se
encontraba ocupada o no le interesó conocerte en ese momento. Recuerda que
todo depende del contexto, a veces podrás acompañarlas, sobre todo si su destino
está muy cerca ──es dentro o en las proximidades de la universidad.

Una vez que ya hayas tenido numerosos abordajes, probablemente notarás
algunas situaciones sociales que son más desafiantes, v.g., acercarte a una mujer
que vaya con un grupo de amigos. Las situaciones desafiantes son de hecho una
buena oportunidad para demostrar tu inteligencia social. Si ella está con una
amiga, reconoce a la amiga amablemente, justo después de que hayas dicho tu
frase ligadora. Si eres demasiado atrevido, puedes decir, “Tú también eres
adorable, pero tu amiga me gustó demasiado.” Luego asegúrate de involucrar a
la amiga en la conversación que estés sosteniendo. En otras ocasiones tendrás
que caminar una larga distancia para acercarte o tendrás que hacer una maniobra
inusual y ella lo nota, entonces hazle saber con un comentario del tipo,
“Disculpa, te vi desde allá y no pude evitar sentirme atraído por ti.” Habrá veces
que ella se mostrará sobresaltada. Minimiza esa emoción con un, “Disculpa, no
quise espantarte, pero la verdad tuve muchas ganas de venir a conocerte.”
También te toparás con el inconveniente de que ella esté rodeada de mucha gente
externa a su círculo social. Considera esperar un poco hasta que haya espacio
para hablarle. No te apresures demasiado para abordarla, busca el momento
adecuado para sacarle el mayor jugo posible a la situación. La clave aquí es ser
socialmente inteligente.

Si una mujer responde bien a tu abordaje inicial, es prácticamente todo lo que
necesitas por ahora. Sin embargo, si ella no responde bien y no parece en
absoluto impresionada, insistir un poco más te puede ayudar. No te pongas
nervioso ni te presiones, simplemente sigue hablando y buscando una pequeña
entrada para poder seguir en contacto con ella. En estas dificultades, más que en
otro momento, no habrá una frase mágica o alguna estrategia para lograr que
sean más abiertas, ya que depende infinitamente del contexto. Lo único que va a
poder ayudarte es abordar mujeres cotidianamente hasta que percibas un cambio
notable ──sobre todo positivo──, en tus interacciones. Aborda a tantas mujeres
hasta que esa energía que anteriormente experimentabas como miedo y pánico
adopte la forma de excitación, adrenalina y placer.

Muy pocos hombres aprenden a entrenar su ojo. Empezar a hablar con cualquier
mujer al principio de tu entrenamiento es tan sólo una fase, pero más adelante
sólo te llevará al estancamiento. ¿Por qué? Pues una vez que pierdas tu miedo al
abordaje y aprendas a acercarte con soltura, lo siguiente es aprender a observar
para maximizar las oportunidades. Formar el hábito de acercarte debe ir también
de la mano con entrenar tu ojo para darte cuenta de las oportunidades presentes
en tu entorno. No sólo es notar mujeres atractivas y acercarse, también debes
observar en qué estado emocional se encuentran, con quién vienen, qué están
haciendo, si esperan a alguien o van hacia algún lado, qué tipo de ropa traen, qué
personalidad proyectan. Y una vez teniendo en cuenta todas las señales
preguntarte, ¿cómo será la manera más adecuada para maximizar mis
oportunidades con ella? No se trata llanamente de buscar el momento o el
abordaje perfecto, pues eso nunca lo sabrás, se trata de buscar y aprovechar los
puntos de ventaja. Sencillamente se trata de ser inteligente socialmente, de que
vas a acercarte con respeto y tratarla bien, y parte de ello es saber que serás
capaz de identificar en qué situación se encuentra. Por ejemplo, si ignoras que
está apresurada, solamente recibirás un “¡Lo siento, tengo prisa! Si ignoras que
ella le está diciendo a todo mundo que no quiere bailar, y tú te acercas para
sacarla a bailar para ver si tienes más suerte que los demás, es muy probable que
te rechace igual que a todos. Las dificultades pueden anticiparse y solucionarse
incluso antes de que te acerques. Adáptate a las circunstancias y minimizarás los
rechazos. En el ejemplo donde ella está ocupada, muestra entendimiento y
mantén la conversación breve, después dile que te gustaría verla cuando tenga
más tiempo, intercambia teléfonos y déjala continuar.

La mayoría de las estrategias para aprender a seducir mujeres no se pueden
enseñar en un manual. Esos regalos únicamente los obtienes cuando acumulas
experiencia en tu vida. Seguramente has visto que las mujeres prefieren salir con
hombres mayores que ellas. La razón principal es que ellos ya tienen su vida
mejor ordenada que los hombres más jóvenes. Ya viven solos, tienen un coche y
su trabajo es próspero. No solamente se trata de dinero, sino de experiencia y
seguridad. Aunque muchos hombres desearían que eso no fuera tan importante y
que, a pesar de ello, pueden atraer mujeres, la triste realidad es que eso casi no
sucede. Mientras más hayas hecho con tu vida y más conocimiento del mundo
poseas, más atractivo serás para las mujeres. Acumular logros en tu vida te
abrirá más oportunidades. Lo que sí debe quedar claro es que algunos tipos de
experiencia son más atractivos para ciertas mujeres. En gustos se rompen
géneros. No te desesperes si eres joven. Tu curiosidad te llevará a adquirir
experiencia en menos tiempo de lo que crees. La experiencia no es proporcional
a la edad, lo que realmente la determina es cómo afrontas la vida. Realiza tantas
actividades como puedas, intenta nuevas cosas, lee, escucha, aprende y observa
lo que puedas y desees para ganar más experiencia. Por otro lado, yo sé que
tienes muchas experiencias que compartir y que pueden ser relevantes para las
mujeres que quieres conocer. Si ya no te queda otro remedio más que aceptar
que no has vivido muchas cosas, por lo menos muestra hambre de conocer el
mundo. Si eres universitario, tienes la vida por delante. Si eres más grande,
nunca es demasiado tarde. La clave es tener la mente abierta y conocer gente
nueva.


Tres Temas de Conversación

A través de miles de conversaciones, uno se puede dar cuenta de que, en general,
existen principalmente tres temas de conversación que te permiten tener buenos
momentos con las mujeres: el contexto, la escuela o el trabajo y los pasatiempos.
El contexto trata sobre hablar sobre la situación presente en la que se conocen.
En los horarios escolares, normalmente es cuando la ves caminando hacia algún
lado, cuando la ves sentada o en horario de clase. Casi siempre se encuentran
haciendo algo. Estaban por hacer algo cuando te acercaste. A veces el contexto
te puede llevar a saber cosas interesantes sobre ella. Por ejemplo, puede que esté
esperando que empiece su clase de canto, actividad que le apasiona a morir.
También puede ser algo más cotidiano como simplemente ir a comer en su hora
libre. Hablar sobre el contexto es una excelente forma para romper el hielo y
poder entablar una conversación cómoda. El contexto también implica preguntar
de dónde es ella, especialmente si su acento es inusual. No será un tema tan
interesante si ambos son de la misma región. Recuerda que las cosas que son
novedosas para nosotros son más relevantes en el contexto y regularmente son
temas interesantes.

Una pregunta contextual es, “¿Y qué andabas haciendo?” Como puedes
observar, esa pegunta no es interesante y no genera ningún tipo de atracción,
pero te permite guiar la conversación hacia algo más conveniente. Procura no
hacer una pregunta sin saber hacia dónde pretendes llegar con ella. Trata de ir
conectando preguntas y comentarios hacia un área más interesante, divertida o
relevante para tus intenciones. También prepárate para responder las mismas
cosas que estás preguntando. Por ejemplo, en el caso de que le preguntes qué
estaba haciendo en ese momento, espera que ella te pregunte, “¿Y tú?”, entonces
responde con lo que consideres adecuado para tus propósitos.

Una vez que hayas hablado un poco sobre el contexto, lo segundo de lo que
puedes hablar es el trabajo o el estudio. Algunas personas se preguntan si es
buena idea hablar sobre el trabajo o la escuela. Puede que sí o puede que no,
depende bastante si se habla de ello con pasión o por mero compromiso. A pesar
de todo, forma una parte considerable de nuestras vidas, así que preguntar a qué
se dedica la otra persona nos puede proporcionar información bastante valiosa.
Lo clásico es preguntar, “¿A qué te dedicas?”, o en el caso de estar en la
universidad, “¿Qué carrera estudias?” La clave no es conocer datos aleatorios
sobre ella, sino descubrir cómo tu vida se relaciona con la de ella, y qué es lo
que le puedes aportar a ella basándote en los aspectos cruciales en su vida. En
caso de que estudien la misma carrera, podrán hablar extendidamente y
compartir que es lo que a cada uno le apasiona sobre la carrera que actualmente
están estudiando. Al compartir esto, tendrás valor social para ella y de ahí
tendrás una base firme para comenzar a generar atracción.

En caso de que no tengas nada en común con su trabajo o carrera, se encuentra el
otro tema que son los pasatiempos: ¿qué es lo que hacen para divertirse en su
tiempo libre? La pregunta tradicional es, “¿Qué haces los fines de semana?” Si
ella no está muy segura de qué responder, puedes cambiar la fórmula y
preguntar, “¿Te gusta salir de fiesta los fines de semana, o prefieres mejor
quedarte a ver series de televisión?” Si las preguntas anteriores te parecen
demasiado superficiales, puedes preguntar algo más profundo como, “¿Te
apasiona viajar, el deporte, la música, el cine?”

En general, en tus conversaciones iniciales importa bastante cubrir los tres temas
generales, v.g., contexto, trabajo o carrera y entretenimiento. En muchos casos,
el orden es necesario, ya que el grado de intimidad es progresivo y necesitas que
ella se sienta más cómoda contigo para tener una plática profunda y
significativa. Si quieres que se involucre sentimentalmente contigo, sigue esta
progresión. Además, es natural. Los temas son numerosos, pero con que toques
estos tres, tendrás una base importante para construir una relación con el sexo
femenino. Tampoco creas que con estos tres temas estarán automáticamente
atraídas hacia ti, aunque te aseguro que son como una estructura para descubrir
áreas importantes en su vida y poco a poco ir metiéndote en su mente.


Vínculos

Vincular los temas de conversación es una herramienta de considerable poder
para establecer una conexión con la otra persona incluso cuando lo que a ella le
apasiona no se relaciona con lo que a ti te apasiona. Lo crucial es entender que
ambas pasiones generan los mismos sentimientos. Básicamente existen dos tipos
de vínculos:

El vínculo lógico: en este vínculo buscas una conexión lógica y objetiva entre
dos temas. Por ejemplo, preguntarle a alguien a qué se dedica, qué hace los fines
de semana o simplemente lo que le gusta, son vínculos lógicos. Todo mundo se
dedica a algo, todo mundo realiza actividades los fines de semana y a todo
mundo le gusta hacer algo. Estas actividades son las que vas a vincular con las
suyas.

El vínculo emocional: es el vínculo donde buscas una conexión sentimental entre
dos temas. Por ejemplo, preguntarle a una mujer si disfruta su trabajo, si le gusta
hacer actividades extremas o al aire libre o si desde niña siempre quiso tomar
clases de escultura. En estos casos, estás tratando de vincular los temas el
encontrar sentimientos similares, incluso cuando lo que provoca estos
sentimientos sea una actividad totalmente diferente. Estos vínculos tienen que
combinarse. No pretendas que una conversación sea completamente lógica o
emocional. En la práctica, la conversación va a ser del siguiente modo:

Tú: ¿A qué te dedicas los fines de semana?
Ella: ¡En estos momentos estoy tomando clases de fotografía!
Tú: ¡Genial! Cuando iba en la preparatoria tomé clases de fotografía. Era mi
materia favorita. Lamentablemente sólo duró dos semestres.
Ella: ¡Qué mala suerte! ¿Y por qué no tomaste clases en otro lado?
Tú: Bueno, quizás haya dejado a un lado las clases, pero sigo tomando
fotografías.
Ella: ¿En serio? Un día deberías enseñarme tus fotos.
Tú: ¡Tengo una mejor idea! ¿Por qué no salimos tú y yo a tomar fotografías?



Callejón sin Salida

A menudo te toparás con temas que no conoces. Por ejemplo, cuando le
preguntas a una mujer qué estaba haciendo y su respuesta es, “¡Iba de
compras!”, puede ser un tema que no domines. Quedarse en ese tema y
preguntarle qué iba a comprar o si va de compras muy seguido, no dará para
muchos temas de conversación. Lo más seguro es que quieras cambiar el hilo,
pero si lo haces demasiado burdo y dices, “¡Ah, muy bien! ¿Y qué más ibas a
hacer?”, vas a entorpecer la interacción.

En lugar de eso, tienes que relacionarte con ello lo suficiente como para
mantener viva la conversación, y luego cambiar de tema hacia un territorio
común. Si puedes cambiar el tema hacia uno que domines, bien hecho; si no,
sigue el hilo de la conversación y progresa de lo contextual hacia lo laboral o
profesional. Relacionarte con lo que te cuenta implica comentar algo relacionado
a lo que te acaba de decir, v.g., tu experiencia en esa actividad, experiencias de
tus amigos relacionadas o algo que hayas escuchado acerca de ello. Supongamos
que ella va a ir a una exposición de pinturas dentro de tu escuela y no sabes nada
de ello. Para relacionarte con ella, la plática puede seguir el siguiente rumbo:

Ella: ¡Voy a la exposición de pinturas aquí en el edificio Q!
Tú: ¡Eso es muy interesante! Las pinturas pueden contarte toda una historia. ¿Te
dedicas a la pintura o algo así?
Ella: Soy historiadora y como la exposición es sobre el renacimiento, pues me
interesó.
Tú: ¡Perfecto! Eso ya tiene más sentido, pues a simple vista puedo ver que eres
muy curiosa. Me gusta la gente como tú.
Ella: ¡Jajaja! ¿Y cómo te diste cuenta?
Tú: En la forma en la que me miraste cuando me acerqué. Y bien ¿a qué te
dedicas cuando no estás estudiando o asistiendo a exposiciones?

Si te das cuenta de que una mujer tiene mejor dominio de un tema que tú,
considera relacionarte con ella y lo que te gusta el tiempo suficiente para
mostrarle que tienes inteligencia social y luego muévete hacia el siguiente tema.


Suave

La mayoría de los hombres comenten el error de esforzarse demasiado para
impresionar a las mujeres. Incluso los hombres que salen con muchas chicas
caen también en el error. Cuando te esfuerzas demasiado para demostrar tu valor
social a las personas, les haces sentir que estás buscando caerles bien. Algunos
chicos caen en la trampa de ser demasiado coquetos y divertidos en los primeros
minutos, en lugar de darles la oportunidad a ellas para hablar para así poder
relacionarse en su mundo un poco. Por otro lado, muchos hombres caen en el
error opuesto y no se esfuerzan en absoluto para impresionarlas. Hacen pregunta
tras pregunta olvidando hablar sobre su vida y platicarles a las chicas algo
interesante sobre sí mismos. Lo único que intentan es hablar solamente sobre
ellas y no ser lo suficientemente provocativos para demostrar su valor social.

Lo que tienes que hacer es llevar la conversación hacia un terreno incitador,
donde puedes conseguir que se abra un poco más, permitiéndote mostrar un poco
de valor social que pudiera interesarle a ella, lo que a su vez causa que se vaya
abriendo todavía más. De esta forma, ambas partes invierten gradualmente datos
a la conversación para asegurarse de que es interesante para ambos, y que tú
estás demostrando un valor social en el que ella está interesada. Por ejemplo, si a
ti te gusta surfear y le preguntas si le llaman la atención los deportes extremos,
necesitas fijarte si se queda enganchada en ese tema ──posiblemente
respondiéndote afirmativamente o que es lo suficientemente aventurera como
para intentarlo alguna vez──, para así poder contarle tu experiencia en ese
deporte. Si ella es más una niña de casa y no se engancha en el tema de los
deportes, entonces estarías esforzándote vanamente en contarle sobre tu
experiencia en el surfeo. La línea entre mostrar que tienes valor suficiente y
esforzarte en vano por impresionarla, llega a ser muy delgada. Si estás solamente
haciendo preguntas y no hablas de ti, probablemente no estás mostrando nada de
valor. Si estás contado muchas cosas y ella no está diciendo nada, probablemente
estás intentando impresionarla sin resultados positivos. La clave es comentar y
preguntar cosas que refuercen tus conversaciones y que ambos puedan hablar
sobre temas de mutuo interés. Ser capaz de estructurar y dirigir tus
conversaciones para demostrar cosas interesantes sobre ti que puedan ser
relevantes para ellas, es una habilidad que lleva tiempo adquirir. Domina eso y
no tendrás problemas para atraer a las mujeres, incluso si es sólo por tu
conversación.

A las mujeres les encanta poder compartir detalles sobre su vida y sentirse bien
cuando te los cuenta. Eso es parte de entender al sexo femenino. Al mismo
tiempo, también les gusta saber que eres capaz de hacer lo mismo con ellas.
Mientras más pueda compartir contigo, más cómoda se sentirá a tu lado. Nunca
debes pasar por alto que tienes que lograr que ella se abra hacia ti. En resumen,
hazle preguntas y averigua más sobre su vida. Deja atrás lo superficial e intenta
saber más de ella: lo que le apasiona, lo que la motiva, sus ambiciones, deseos,
opiniones y experiencias en su vida.

Generalmente hablando, construirás lazos demasiado fuertes si te enfocas en
temas de relevancia emocional. Por ejemplo, si a ella le apasiona demasiado su
trabajo y lo comparte contigo, ella estará invirtiendo emociones fuertes contigo.
Por otro lado, si no habla demasiado sobre su trabajo, pero le apasiona más lo
que hace en su tiempo libre, entonces sus pasatiempos e intereses son un mejor
tema para desarrollar. Mientras una mujer esté compartiendo información sobre
su vida, debes relacionarte con ella y compartirle experiencias que se relacionen
con lo que está ella contando. Cuando estableces empatía con alguien, no
necesariamente necesitas haber experimentado la misma cosa. Lo esencial es
reconocer sus emociones y compartir experiencias que te han hecho sentir de
forma parecida. Por ejemplo, si ella te cuenta que disfruta correr en las montañas
porque ama la naturaleza y le proporciona un sentimiento de libertad, no
necesariamente tienes que hacer lo mismo para relacionarte con ella. Quizás
experimentes emociones similares cuando viajas en tu motocicleta y así contarle
como eso te hace sentir lo mismo que ella siente cuando corre. Si no puedes
relacionarte con ella, porque le gustan las matemáticas y no tienes nada que se
relacione con ese campo, entonces trata de ahondar más en el tema o pasar a otra
cosa para relacionarte con ella. Eso sí, toma en cuenta que no necesitas
relacionarte con ella en todo momento. En lo personal le diría que no sé nada de
matemáticas y que odio a mis maestros por no sembrar en mí el gusto por ellas.
Está bien no relacionarte con ella en algo. Lo único que no debes hacer es
decirles que están mal o que es aburrido lo que hacen.

Mientras más tiempo pases con una mujer, lo cual no siempre se dará en el
primer encuentro, intenta profundizar hacia un nivel todavía más personal. La
transición para pasar a temas aún más íntimos son los valores y sus ambiciones
en la vida. Comparte tus propias experiencias, creencias y sentimientos, mientras
que al mismo tiempo debes animarla para que te comparta cosas similares. Hazla
sentirse cómoda y elogia aquello que tiene que compartir. Enfatiza por qué te
gusta lo que está diciendo para que ella no se sienta una más cuando se acueste
contigo.

Para comenzar a mejorar en el manejo de temas íntimos, debes tener en mente
un par de cosas:

Mantén la conversación lo más positiva que puedas. No hables
negativamente sobre tu vida, y en caso de que se ponga negativa en algún
tema, dale la razón, pero cambia de tema sutilmente a uno en donde
renazcan las buenas emociones.


No seas arrogante, no la hagas sentir mal, ni bromees cuando ella se abra en
un tema importante para ella. Hacer bromas puede funcionar cuando no
sean temas delicados, pero si cometes el error de hacer un mal comentario
cuando te cuente algo que sea importante para ella, romperás la magia que
tanto trabajo te había costado crear.


Que no te dé pena mostrar un poco de vulnerabilidad, y menos si genera
emociones positivas. Por ejemplo, un “Le tengo mucho miedo al mar y me
hace sentir un perdedor, porque todos van a divertirse ahí,” cámbialo por un
“El siguiente mes voy a tomar clases de surfeo, porque siempre le he tenido
un miedo aterrador al mar.”


No seas prejuicioso con lo que te dice. Mantén la mente abierta y muéstrate
dispuesto a aprender de ella.


Algunos hombres tienen problemas para hablar en términos de emociones, lo
que les impide conectar a un nivel más emocional con las mujeres. Eso nada
tiene que ver con la naturaleza del hombre, de hecho, es todo lo contrario. No
estar en contacto con tus emociones te afecta demasiado en todas las áreas de tu
vida. Resolver ese problema te hará ser grande. Para empezar, estar en contacto
con tus emociones aumentará tu autoestima y confianza. Además, sabrás cómo
manejar el enojo, la frustración e incluso el placer.


Conclusión

Nunca logré comprender a mis compañeros que sólo vivían para estudiar. Los
veía estresados antes de un examen o en la recta final para entregar un trabajo.
Ellos llevaban prisa por graduarse con un buen promedio, hacer su servicio
social en una buena empresa y rezar para que ahí mismo los contrataran. Sólo
entonces se podrían dar sus gustos: un departamento, un coche, buena ropa y
viajes. Algunos lo lograron y otros no. La mayoría de los que cumplieron su
sueño me provocan amargura. Ellos se ven más viejos que yo, y no son
precisamente más felices. Con fotografías de viajes, de sus coches y su familia
“perfecta” tratan de ocultar su sobrepeso, que viven para su trabajo o que su
máxima aspiración es un viernes de borrachera con sus cuates… y tan jóvenes.

No quiero decir que ellos están mal ni que yo haya encontrado el secreto de la
felicidad, porque no hay nada más alejado de la realidad. Más bien eso me invita
a preguntarme, ¿de eso se trata la Universidad? ¿De acostumbrarnos al estrés y a
la velocidad opresiva de la vida laboral? Tampoco es que los grados anteriores
hayan sido años de ensueño. ¿O sí? Entonces, si lo que estudias es tu verdadera
pasión y no hay ninguna otra prioridad apremiante que te separe de los libros,
pues anda y gradúate sin prestar atención a los demás aspectos de la universidad.
Pero si sólo quieres estudiar mucho para sacar buenas calificaciones, conseguir
un buen trabajo, ganar mucho dinero, comprar cochecitos y tener una vieja bien
deliciosa, pues detente y mira a tu alrededor. Observa el culazo que se carga tu
compañera Diana y dime que no quieres meterle unos empujones de verga.
Siempre hay tiempo para estudiar y trabajar. Deseo que en tu mente siempre
tengas presente que en este momento estás viviendo la mejor etapa de tu vida.
Enfrente de ti se encuentran unas señoras nalgas esperando ser domadas a punta
de vergazos. Que Diana no se gradúe sin su buena cogida.
Table of Contents
PARTE I
Introducción a la Universidad
1er Día de Clases
Tu 1er Acercamiento
Prendiendo Velitas
Primer Inconveniente: ellas se conocen entre sí
2do Inconveniente: Hombres envidiosos
Ligarte a las Bellezas más populares
Las Bellezas ocultas
La Inocente
Mujeres que viven solas
Chicas que rentan con otras Compañeras
Chicas que viven con sus Padres
Las demás Chicas
La Competencia
Las 10 Máximas para tener Amigas con Derecho
¿Qué hacer si ya estás quemado en la Universidad?
Prosperar ante la Frustración
PARTE II
De las Palabras a la Cama
Preguntas para enamorar
Convive con todos
¿Se te olvidan los Nombres de las Personas?
La Conversación es una Acción
Contar Historias
¿Cómo hacer Preguntas inteligentes?
La Secuencia natural de las Conversaciones
Experto en un Tema
Conversar con Grupos grandes
Preguntas abiertas
Nueve Consejos para saber escuchar
Primero escucha, después platica
No olvides los Cumplidos
Aprende a terminar Conversaciones
Establece Encuentros a Futuro
Los 45 Mandamientos para ser popular en tu Escuela
El Ojo que Todo lo ve
Comentarios entre Preguntas
Dilo, pero de otra Manera
El Sentido del Humor eres tú
Transforma la Conversación en un Juego
Improvisar es crear
Los 19 Trucos para sobresalir como Improvisador
Los 15 Secretos de una buena Conversación
Hacer Amigos conversando
Identificar a las Personas
No te quedes mudo si la Conversación va por buen Camino
Las Opiniones diferentes enriquecen la Conversación
¿Dónde conocer Personas?
¿Y si me quedo callado?
¡Si lo quieres, dilo!
¡Conecta!
¿En qué momento debes acercarte?
Tres Temas de Conversación
Vínculos
Callejón sin Salida
Suave
Conclusión

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