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El Príncipe
El Príncipe
Análisis de El príncipe
Así, pues, la importancia de este tratado radica en que deja al descubierto las
verdades prácticas del poder y muestra la forma en que frecuentemente el
ejercicio del poder contradice u obvia los preceptos morales. De allí que, en
lugar de dedicarse a hacer juicios sobre la moral o la religión, se enfoque más
en cuestiones de estrategia política.
Resumen de El príncipe
Expone que los principados hereditarios, así como los nuevos, precisan
políticas de continuidad en lugar de cambios radicales que puedan trastornar la
vida y costumbres de la población.
En cambio, aquellos que denomina mixtos (que son nuevos, pero que se
anexan a un principado antiguo), implican tratos diferentes, acordes con las
circunstancias políticas que intervinieron en su adquisición.
Advierte que, sin embargo, este tipo de Estados o ciudades tienen un gran
orgullo por su libertad, razón por la cual siempre estarán dispuestos a
levantarse para reconquistarla. Así, pues, la única opción segura que tiene el
príncipe para mantener el poder es arrasarlo y dispersar a la población.
Según Maquiavelo existen dos formas de adquirir los principados: con las
armas propias y con virtud, o con las armas y la fortuna de otros.
En el primer caso, señala que, si bien estos principados son más difíciles de
adquirir, son, a la larga, más fáciles de mantener, siempre y cuando se
disponga de las suficientes fuerzas.
Maquiavelo explica la forma en que han de ser medidas las fuerzas en los
diferentes principados. En este sentido, lo principal, comenta, es si el príncipe
es capaz de valerse por sí mismo o no.
SOBRE EL EJÉRCITO
Refiere las cosas que hacen que sea alabado o censurado y aconseja, en este
sentido, guiarse siempre por la realidad en lugar de perseguir utopías irreales.
Ya que para mantener el poder lo importante no es seguir la moral sino hacer lo
que sea necesario para la conservación del Estado.
LA GENEROSIDAD Y LA AVARICIA
LA CRUELDAD Y LA COMPASIÓN
Advierte que los únicos defectos que deben evitarse son el ser menospreciado
y odiado, pues son estos los defectos que pueden llevar a que el pueblo, los
nobles o los soldados puedan ir contra su propio príncipe.
Maquiavelo explica que el príncipe debe conducirse de cierta manera para ser
estimado y admirado por su pueblo, los nobles y el ejército. Para ello, aconseja
el acometimiento de grandes empresas, el manejo adecuado de la política
interna y realizar premiaciones o castigos que sirvan de ejemplo para sus
súbditos.
Advierte Maquiavelo sobre los criterios que debe seguir el príncipe a la hora de
elegir a sus secretarios o ministros, que serán el cuerpo de ayudantes y
consejeros más cercanos y que, por lo mismo, han de ser los más fieles, los
que pongan por encima de su interés personal al príncipe y el Estado. En esa
misma línea, recomienda, más adelante, huir de los aduladores, porque no
dicen la verdad.
En los capítulos finales, Maquiavelo hace un balance sobre las causas por la
cuales los príncipes de Italia han perdido sus Estados, y enumera, entre ellas,
carencia de ejércitos, mala relación con el pueblo, así como falta de previsión y
de decisión al actuar.