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CONVENCIÓN SOBRE LA PROHIBICIÓN DEL DESARROLLO, LA PRODUCCIÓN,

EL ALMACENAMIENTO Y EL EMPLEO DE ARMAS QUÍMICAS Y SOBRE SU


DESTRUCCIÓN

La Convención sobre armas químicas es un tratado internacional de control de armamento que


ilegaliza la producción, almacenamiento y uso de armas químicas. Su nombre completo
es Convención sobre la Prohibición del Desarrollo, Producción, Almacenaje y Uso de Armas
Químicas y sobre su destrucción.

El tratado fue firmado en 1993 y entró en vigencia el 29 de abril de 1997, pasando a aumentar
el Protocolo de Ginebra de 1925 sobre las armas químicas. Incluye medidas de verificación
extensas tales como inspecciones en el sitio; sin embargo, no cubre las armas biológicas. Este
acuerdo en vigor es administrado por la Organización para la Prohibición de Armas
Químicas(OPCW), que es una organización independiente, aunque a menudo es
incorrectamente considerada como un departamento de las Naciones Unidas. Esta organización
conduce inspecciones a plantas militares e industriales en todos los países miembros

La Convención sobre la Prohibición del Desarrollo, la Producción, el Almacenamiento y el Empleo


de Armas Químicas y sobre su Destrucción se inscribe en la categoría de instrumentos
internacionales de derecho internacional que prohíben el uso de armas cuyos efectos son
particularmente abominables. Desde el fin de la Primera Guerra Mundial, el público en general
ha condenado el empleo de medios de guerra químicos y bacteriológicos, que se prohibió en el
Protocolo de Ginebra de 1925. La aprobación de la susodicha Convención ratifica así un principio
básico del derecho relativo a la conducción de las hostilidades, según el cual las partes en un
conflicto armado no tienen un derecho ilimitado a elegir los métodos y medios de combate.

El tratado también se ocupa de los componentes carbónicos denominados "Químicos orgánicos


discretos". Estos son cualquier componente carbónico además de los polímeros de larga cadena,
óxidos, sulfitos y carbonatos metálicos, tales como los organofosforados. La OPCW debe ser
informada de su posesión y puede realizar inspecciones a cualquier planta que produzca (o tenga
intención de producir) más de 200 toneladas al año o 30 toneladas si los químicos contienen
fósforo, azufre o flúor, a menos que la planta únicamente produzca explosivos o hidrocarburos.

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