Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Ventilacion Mecanica y Oxigenoterapia
Ventilacion Mecanica y Oxigenoterapia
Elevación de la mandíbula En los casos en que exista trauma facial, de la cabeza y/o cuello (alta
sospecha de lesión de columna) debe mantenerse la columna cervical en una posición neutral
alineada. Por lo que la siguiente maniobra es la indicada en estos casos. La maniobra de elevación
de la mandíbula permite al socorrista abrir la vía aérea con ausencia o con mínimo movimiento de
la cabeza y de la columna cervical. Por estar unida anatómicamente a la mandíbula, al levantar
esta, la lengua también se desplaza hacia delante y desobstruye la vía aérea. (Colóquese por
detrás y ponga sus dedos en la parte inferior de la mandíbula, los 5tos dedos en sus ángulos y
levántela, puede auxiliarse si sitúa los primeros dedos sobre los pómulos), la mandíbula se empuja
anteriormente y en dirección caudal. Es mejor que la maniobra sea realizada por 2 personas (uno
estabiliza la columna y otro abre las vías aéreas). En otra variante, un solo socorrista puede fijar la
cabeza colocándose a horcajadas sobre la frente de la víctima y con los muslos impedir sus
movimientos de cabeza y cuello.
Elevación del mentón La maniobra de elevación del mentón (Fig. 2-4) constituye otra forma de
abrir la vía aérea de un paciente con sospecha de lesión de la columna cervical. Este método es
ideal para resolver una variedad de obstrucciones anatómicas de la vía aérea en pacientes que
están respirando espontáneamente. Con esta técnica, también se desplaza la parte baja de la
mandíbula hacia delante y ligeramente caudal mueve la lengua hacia delante, fuera de la vía aérea
y provoca su apertura. Los dedos de una mano se colocan debajo de la mandíbula, la cual se
fracciona delicadamente hacia arriba, para desplazar al mentón hacia arriba, el pulgar de la misma
mano deprime ligeramente el labio inferior para abrir la boca, “se hala la mandíbula”. Las
maniobras de elevación mandibular y del mentón son modificaciones de las destrezas
convencionales que permiten al rescatador prevenir el movimiento de la columna cervical
mientras se maneja la vía aérea.
Evaluación de la respiración Una vez permeabilizada la vía aérea, evaluamos la respiración. Esto
se realiza acercándonos al paciente y con el oído cerca de la boca (5 cm) y la vista en dirección al
tórax, utilizamos los sentidos de la vista, oído y el tacto para mirar, escuchar y sentir la entrada o
salida de aire de los pulmones, (por ello se llama maniobra del MES) durante un intervalo de 10
segundos (Fig. 2-5), no podemos olvidar que previamente hay que extender la cabeza para que la
lengua desobstruya las vías aéreas si no hay trauma y de existir este, es necesario el uso de otras
técnicas específicas.
Resumen de las maniobras para evaluar la respiración. Mire: • Movimientos del tórax (simetría).
• Frecuencia respiratoria. • Uso de músculos del cuello, abdomen, brazos para respirar (anormal).
• Cianosis (coloración azulada). • Fluidos o secreciones en la boca. • Trauma (cara, cuello, tórax).
Escuche: • Sonidos respiratorios al entrar o salir aire. • Ruidos anormales (estridor, sibilancias). •
Puede o no hablar. Calidad de la voz. Sienta: • Movimiento de aire en su mejilla. • Movimientos
del tórax (con las manos). • Aire debajo de la piel del paciente, lo cual produce crepitación (con las
manos). • Posición de la traquea (con las manos)
Como se señaló, la frecuencia varía con la edad, cifras por encima de lo normal (adulto > 20 x min.)
se le denomina polipnea y a valores por debajo (adulto < 10 x min.) bradipnea. Se conoce como
disnea, a la percepción consciente de una dificultad respiratoria, que desde el punto de vista
objetivo puede asociarse a polipnea o bradipnea, producirse en la inspiración o la espiración o
manifestarse como una alteración en el ritmo de la respiración. La disnea es el síntoma casi
siempre presente cuando existe una insuficiencia respiratoria. Toda insuficiencia respiratoria
aguda considérela una emergencia médica y trátela inmediatamente. ¿Cuáles son los ritmos
respiratorios anormales que indican dificultad en la ventilación? Los siguientes gráficos nos
permiten comparar el patrón normal con los ritmos anormales.
Ritmo anormal: Un grupo de inspiraciones intensas y rápidas precede una apnea. Esta es conocida
como respiración de Biot y se observa en la meningitis, tumores cerebrales y en las hemorragias
cerebrales.
Limpieza de las vías aéreas Las vías aéreas deben mantenerse siempre limpias, comúnmente la
sangre y el vómito obstaculizan una adecuada ventilación; en estos casos, debemos aspirar o
extraer manualmente los cuerpos extraños y las secreciones. La limpieza de las vías aéreas incluye
la boca, la orofaringe y la tráquea, con ello se persiguen los siguientes objetivos:
• Garantizar una adecuada ventilación.
• Evitar la broncoaspiración (entrada de cualquier sustancia a las vías aéreas).
Maniobra de barrido: Uno o dos dedos, (que pueden cubrirse con un trozo de gasa o tela), se
introducen en la boca y la faringe para limpiarlas, las sustancias líquidas con los dedos índice y
medio, los cuerpos sólidos con el índice curvado o junto con el medio en forma de pinza. Con el
enfermo boca arriba, ábrale la boca, sosténgale la lengua y la mandíbula entre el dedo pulgar
(dentro de la boca) y el resto por fuera (ello de por sí desobstruye las vías respiratorias),
introduzca el dedo índice de la otra mano en la cavidad bucal y cuidadosamente explore la faringe,
si encuentra cuerpos extraños, extráigalos (puede auxiliarse con el dedo medio) No haga fuerza
hacia abajo. (Fig. 2-11). “De forma general, esta maniobra no debe realizarse a menos que usted
vea el objeto o el material sólido”.
Maniobra de los dedos cruzados: Utilizada cuando la mandíbula está moderadamente relajada o
flácida; colóquese a un lado o detrás de la cabeza de la víctima, introduzca su dedo índice por la
comisura de la boca y manténgalo presionado contra los dientes superiores, a continuación
presione con el pulgar cruzado sobre el índice contra los dientes inferiores, forzando de este modo
la apertura de la boca a fin de dejar espacio suficiente para la aspiración. Asegúrese de que
introduce los dedos lo más lateral posible en la boca del paciente.
Maniobra del dedo detrás de los dientes: Para cuando la mandíbula esté apretada, introduzca el
dedo índice entre la mejilla y los dientes del paciente y haga cuña con la punta del índice, por
detrás de los últimos molares.
Métodos no manuales para mantener la vía aérea La mayoría no se emplean de forma rutinaria
ya que se necesita de algunos medios y equipos que comúnmente no están a disposición de los
socorristas fuera de los centros de salud; sin embargo, en general, son técnicas poco complejas y
deben conocerse pues los medios pueden estar en algunos botiquines de emergencia en centros
de trabajo, estudio, etc. A continuación, comentaremos las más utilizadas.
A- Métodos mecánicos: Los diferentes dispositivos básicos utilizados para mantener abierta
la vía aérea comprenden:
Dispositivos básicos: • Cánulas orofaríngeas (más utilizadas en nuestro medio, fáciles de colocar).
• Cánulas nasofaríngeas.
Los métodos quirúrgicos (transtraqueales) están indicados cuando, con los mecánicos, no es
posible asegurar una vía aérea. Todos presuponen una comunicación directa de la tráquea a la
atmósfera y se mencionarán sólo para conocimiento general pues no son técnicas para socorristas,
aunque la punción percutánea puede realizarse como última opción ante las siguientes
indicaciones:
Complicaciones:
• Inducción del vómito.
• Broncoaspiración.
• Obstrucción si se coloca inadecuadamente.
• No usar en presencia de reflejo nauseoso.
Cánula orofaríngea con balón Similar a la anterior, pero con un balón distal y un conectador
universal en el extremo proximal que permite la conexión a cualquier sistema de ventilación, tras
inflarse el balón, sella la faringe, desplaza más la base de la lengua, eleva la epiglotis y la separa de
la faringe posterior, puede ser usada en RCPC pero no se recomienda para ventilación controlada
por no sellar completamente la vía aérea.
Cánula nasofaríngea Tiene el mismo principio y objetivo que la cánula orfaríngea, su ventaja es la
utilización en pacientes que conservan el reflejo del vómito (generalmente más despiertos) pues
es mejor tolerada por ellos. Para su colocación, un rescatador mantiene la inmovilización alineada
de la cabeza si existe trauma y un segundo socorrista se arrodilla a nivel del tórax superior frente a
la cabeza del paciente y examina las fosas nasales, para seleccionar el orificio más grande, la vía
menos desviada (usualmente la derecha) y que no tenga pólipos o fracturas que la obstruyan;
luego, se selecciona la cánula apropiada, se lubrica la punta, y se coloca suavemente en dirección
anteroposterior a través del orificio nasal seleccionado siguiendo el piso de la cavidad nasal
directamente a la nasofaringe posterior y no hacia arriba.
Tubos con obturador esofágico Los tubos con obturador esofágico se utilizan solamente en
pacientes inconscientes sin reflejo nauseoso. Estos dispositivos, consisten en una máscara que se
continúa en un tubo con cuff (al que se le insufla 30 mL de aire), que termina cerrado, este sella el
esófago para impedir el vómito y el escape de aire al estómago, la ventilación es brindada a través
de una bolsa conectada a la máscara.
Sin embargo, algunos inconvenientes como volúmenes ventilatorios bajos, dificultad para
mantener el sellaje adecuado de la máscara a la cara, la ausencia de aislamiento de la tráquea lo
que deja abierta la posibilidad de aspiración y la colocación inadvertida en la tráquea; lo han
hecho objeto de controversia y no son variantes de primera elección. A este dispositivo se le han
realizado modificaciones como son: Colocación de un segundo balón (se le insuflan 100 mL de
aire) en la parte superior lo que sella las vías superiores, otro tubo comunica el exterior (Ej. Una
bolsa con reservorio de O2 ) con el espacio frente a la laringe, lo que permite la ventilación. Otra
modificación consiste en la apertura del extremo cerrado (a nivel del esófago), por donde se
introduce una sonda con el objetivo de aspirar el esófago.
Máscara laríngea Consiste en un tubo con una pequeña máscara que se coloca a la entrada de la
laringe, se inserta colocando su extremo distal en el esófago y permitiendo que el orificio de salida
de aire quede delante de la glotis, luego se insufla y los bordes que rodean la laringe sellan las
zonas laterales impidiendo la fuga de aire y permitiendo la ventilación; en su otro extremo, puede
conectarse a una bolsa.
La intubación endotraqueal es el método más efectivo de todos los anteriores, pues permite
ventilar directamente los pulmones, con sellaje total de la vía aérea. Esta técnica debe ser
considerada como de elección en los casos de pacientes graves y debe constituir la primera opción
para la resucitación avanzada. De los métodos quirúrgicos, solamente la punción percutánea de la
tráquea, es considerada como técnica prehospitalaria aceptada, pues con relación a las otras, casi
no origina sangramiento, es de fácil realización y necesita de poco entrenamiento. Su
procedimiento consiste en insertar un trócar número 16 o de mayor calibre directamente en la luz
de la tráquea, a través de la membrana cricotiroidea (entre los cartílagos tiroides y cricoides) o
directamente a las paredes de la tráquea. El trócar se conecta a una jeringuilla y es insertado en
ángulo de 45 grados con relación a la piel sobre la tráquea y se avanza en dirección a los pies del
paciente, debemos aspirar constantemente la jeringuilla, pues cuando obtengamos aire, estamos
en la vía aérea (tenga cuidado de no lesionar la pared posterior de la tráquea), luego la aguja guía
de metal es extraída y la vaina del trócar es conectada a una fuente de oxígeno. La administración
de oxígeno se realiza a la frecuencia de 1 seg. de insuflación y 4 seg. de deflación; de esta forma,
podemos mantener una oxigenación aceptable, aunque por un tiempo limitado (entre 30-45
minutos).
Formas de administrarlo:
Suplementario: A través de un catéter nasal o máscara, si la frecuencia respiratoria se encuentra
entre 10 y 12 resp/min o entre 20 y 30 resp/min.
Asistido o controlado: A través de ventiladores mecánicos, si la frecuencia respiratoria se
encuentra por debajo de 10 resp/minuto o por encima de 30 resp/min. Este método es el utilizado
por los sistemas de emergencia médica móvil, servicios de urgencia o unidades de terapia. Los
sistemas para el suministro de oxígeno pueden clasificarse en: De bajo flujo, en los cuales el
suministro de oxígeno garantiza una parte del volúmen del gas inspirado, el oxígeno se diluye con
el aire ambiental por lo que su concentración varía en el tiempo y con cada inspiración y los de
alto flujo los cuales proveen todo el volúmen de gas que el paciente necesita y aporta una
concentración constante independientemente de los cambios del patrón respiratorio.
• MASCARILLA FACIAL SIMPLE. No tiene válvula ni bolsa reservorio. (8-10 L x min) = (40-60 %
oxígeno). Es bien tolerada, se recomienda el flujo antes indicado ya que con menos de 5 L/min el
aire espirado se acumula y no favorece adecuada oxigenación.
• MÁSCARA FACIAL CON SISTEMA VENTURI. Es un sistema de alto flujo que permite regular la
concentración de oxígeno a 24, 28, 35 y 40 % para lo cual consta de un dispositivo a donde va
conectado el oxígeno.
• MÁSCARA FACIAL CON RESERVORIO NO RECIRCULANTE CON ALTO FLUJO DE OXÍGENO. (10- 15
L/min) = (90-100 % oxigeno). Tiene la ventaja que acumula oxígeno durante la fase que no se
respira lo que incrementa su concentración en el aire inspirado. Un flujo de 6 L/min brinda una
concentración del 60 %, lo que se incrementa en un 10 % con cada litro aumentado.
• MÁSCARA O TUBO ENDOTRAQUEAL A BOLSA con reservorio de oxígeno. (10-15 L/min) = (90-
100 % oxígeno).
• VÁLVULA A DEMANDA. Puede llegar a concentraciones del 90 al 100 % según la fuente.
Sondaje vesical
Indicaciones
Contraindicaciones
Complicaciones
Consentimiento informado del paciente. Posición: hombres en decúbito supino con los
miembros inferiores rectos, mujeres en decúbito supino con los miembros inferiores
separados y flexionados en las rodillas.
Equipo
Sonda de Foley tamaño (generalmente) 18 French (F; 1 F = 1 Charriere [Ch] = 1/3 mm) en
hombres y 16 F en mujeres, gel con lidocaína, solución antiséptica, gasas estériles, guantes
estériles, paños estériles, jeringa de 10 ml, agua para inyección, colector para recoger la
orina.
Técnica
1. Sondaje en hombres. Tomar el pene con la mano, deslizar el prepucio y desinfectar.
Con ayuda de la tapa cónica introducir gel en la uretra, cubrir con gel el extremo de la
sonda. Verificar la estanqueidad del balón llenándolo con el agua para inyección,
a continuación vaciar el balón. Colocar el pene perpendicularmente al tronco, tirando
suavemente hacia arriba. Deslizar la sonda con movimientos fluidos por la uretra hasta que
aparezca flujo de orina. Luego llenar el balón y deslizar el prepucio. Conectar la sonda con
el colector y asegurarse de que la orina sigue fluyendo.
2. Sondaje en mujeres. Separar los labios menores, limpiar la salida de la uretra con una
gasa empapada de la solución antiséptica. Por medio de la tapa cónica introducir el gel a la
uretra, cubrir con gel el extremo de la sonda. Verificar la estanqueidad del balón llenándolo
con el agua para inyección, luego vaciar el balón. Deslizar la sonda a una profundidad de
10-12 cm o hasta que aparezca la orina, luego llenar el balón. Conectar la sonda con el
colector y asegurarse de que la orina sigue fluyendo. La resistencia que impide la
colocación de la sonda, sobre todo en los hombres, puede vencerse al usar una sonda de
mayor diámetro (20 F). En caso de fracaso, se puede probar la introducción de la sonda de
Tiemann, que es más rígida, tiene el extremo curvado y no tiene balón. Esta sonda debe ser
introducida con mucha precaución, con la parte curvada dirigida hacia arriba. Si no se logra
introducir la sonda en la uretra, llamar al urólogo.
Mantener la sonda en la vejiga por el período de tiempo más corto posible. Desconectar el
drenaje solo para enjuagar la sonda. Tomar pequeñas muestras de orina punzando con una
aguja estéril el —previamente desinfectado— extremo distal de la sonda. Tomar las
muestras de mayor volumen del colector, después de desinfectar el lugar de unión del
sistema de sonda-drenaje-colector. No reemplazar la sonda en intervalos de tiempo fijados
arbitrariamente. Reemplazar la sonda obstruida (si el lavado es ineficaz) o si se presentan
síntomas de infección del sistema urinario y persiste la necesidad de mantener la sonda.