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Resumen
En este artículo se busca esclarecer el significado de la institución de la disolución parlamen-
taria. En primer término, se revisan sus orígenes y los usos que se dio a esta institución en
Inglaterra. En segundo lugar, se explica que la disolución parlamentaria es una institución
perteneciente al ordenamiento constitucional de un país, y que sirve para viabilizar su
funcionamiento pero no para destruir ese ordenamiento mediante un golpe de Estado.
Finalmente, se examina cómo fue regulada en el Perú la disolución parlamentaria en la
Constitución de 1979, y cómo se encuentra regulada actualmente en la Constitución de
1993 vigente en nuestro país.
Palabras clave: Disolución parlamentaria. Corona. Monarca. Parlamento. Régimen par-
lamentario. Monarquía absoluta. Monarquía constitucional. Monarquía parlamentaria.
Primer ministro. Constitución. Presidente de la República. Congreso unicameral. Congreso
bicameral. Consejo de Ministros.
Sumilla
1. Introducción
2. La disolución parlamentaria en Inglaterra
2.1. El origen del Parlamento inglés
2.2. El surgimiento del régimen parlamentario en Inglaterra
2.3. El ejercicio de la prerrogativa de la disolución parlamentaria
3. La disolución de la cámara de diputados en la Constitución peruana de 1979
4. La disolución del Congreso en la Constitución peruana vigente
Conclusiones
* Magíster en Derecho con mención en Derecho Constitucional de la Pontificia Universidad Católica del
Perú. Profesor de la Maestría en Derecho Constitucional de la Pontificia Universidad Católica del Perú. Profesor
ordinario asociado de la Facultad de Derecho de la Pontificia Universidad Católica del Perú. Miembro de la
Asociación Peruana de Derecho Constitucional. Correo electrónico: jcairo@pucp.edu.pe
1. Introducción
considerar como el nacimiento del Parlamento británico» (p. 78). Respecto de los
momentos iniciales del Parlamento en Inglaterra, André Maurois (2015) explica
lo siguiente:
Desde la época de Simon de Monfort y su discípulo Eduardo I se estableció la
costumbre de consultar en los casos graves, no solo a los barones, sino a los repre-
sentantes de las «comunidades»: dos caballeros por cada shire y dos burgueses
para las ciudades más importantes. El objeto de esta convocatoria era doble: de
una parte el Rey comprendió que un impuesto se acepta de mejor grado cuando
aquellos que deben pagarlo han estado presentes en su instauración; de otra parte,
no habiendo, a causa de las dificultades de las comunicaciones, ningún medio de
conocer el estado de la opinión pública, el monarca juzgaba necesario exponer
de cuando en cuando la situación del reino a hombres que, llegados de todos los
condados ingleses, podían después, con sus relatos e informes, crear un ambiente
favorable. Al principio, este método no es un privilegio concedido a los caballeros
y burgueses; es, por el contrario, un modo cómodo de impresionarlos o de sacarles
el dinero. Algunos caballeros, en el momento en que son elegidos por su condado
para ir al Parlamento, procuran escapar a esta obligación. Desde luego, los diputados
de los condados y las villas no toman parte en las deliberaciones del Consejo. Es un
speaker (entonces oficial de la Corona) quien comunica al Consejo su asentimiento
o sus objeciones. Mas pronto toman la costumbre de deliberar entre ellos, y hacia
fines del siglo se les asigna, como lugar de reunión, la sala capitular de los frailes de
Westminster. Estas primeras sesiones de los Comunes son secretas; toleradas, pero
no legales. ‘El origen de la Cámara de los Lores es un tribunal de justicia; el origen
de la Cámara de los Comunes es un comité clandestino’ (pp. 145-146).
Posteriormente, el Parlamento se dividirá en dos cámaras debido a que «la
separación voluntaria del clero y la unión de los caballeros con los burgueses
hacen posible la formación de un Parlamento compuesto de una Cámara alta
y una Cámara baja» (Maurois, 2015, p. 147). André Maurois explica cómo se
produjo esta circunstancia:
[...] En Inglaterra, como en Francia, el Rey empieza por pedir a cada uno de los
tres Estados que se imponga sus propios tributos; pero en Inglaterra renuncia en
seguida porque esta división en Estados ya no corresponde a una realidad inglesa.
a) Los obispos formaban parte del gran Consejo, no como obispos, sino como jefes y
señores feudales. El resto del clero dejó de hacerse representar en el Parlamento. Los
eclesiásticos preferían votar sus impuestos en sus propias asambleas, las Convocations
de Canterbury y de York. Alarmados ante los incesantes conflictos entre el Papa y
el Rey, deseaban mantenerse al margen del poder civil. Esta abstención impulsa a
Inglaterra al sistema de las dos Cámaras. b) Los caballeros hubieran podido sentarse
entre los obispos y los nobles, pero en las asambleas de los condados, en los tribunales
de los jueces ambulantes, etc., estos caballeros se encontraban en constante relación
con los burgueses. Desde el momento en que todo posesor de una renta territorial
de veinte libras debía hacerse armar caballero, el tipo de hombre y el tipo de vida
30 Pensamiento Constitucional N° 21, 2016 / ISSN 1027-6769
calificados con esta palabra cambiaron por completo. La clase de los caballeros se
aliaba frecuentemente por medio del matrimonio, con las familias de los comerciantes
ricos de la ciudad. Incluso había llegado a ser más agrícola y comerciante que guerrera.
La experiencia demostró que los caballeros se sentían más a gusto con los burgueses.
Desde luego eran, como estos, convocados por el sheriff; como ellos, representaban
a las tierras comunales. De la unión de la pequeña nobleza con los burgueses de las
villas se formó la Cámara de los Comunes (p. 146).
Francisco Fernández Segado precisa la época específica en que el Parlamento inglés
se hizo bicameral:
Inicialmente, el Parlamento iba a constituir una sola asamblea; sin embargo, el
clero y la nobleza manifestaban una clara tendencia a reunirse de modo aislado,
mientras que los caballeros representantes de los condados (que pronto adquirirían
carácter electivo, siendo elegidos por la asamblea de notables de cada condado,
reunida bajo la presidencia del ‘sheriff ’), vinculados por múltiples afinidades a los
llamados ‘burgueses de las buenas villas’, iban a seguir deliberando con estos. Se
estima que hacia 1343 es ya un hecho la separación de ambas Cámaras y, por ende,
el nacimiento del bicameralismo (1995, p. 78).
Sin embargo, en sus momentos iniciales, el Parlamento inglés no era un órgano
legislativo. La construcción de su atribución de legislar empezó en 1414, tal como
lo explica Pedro Planas en los siguientes términos:
[...] Por lo demás, en esta época asoma la facultad legislativa del parlamento, antes
limitado a realizar súplicas o peticiones al Monarca. En 1414, obtuvieron un solemne
compromiso de Enrique VI: que, al promulgar un estatuto, no añadiría nada en la
petición, aunque se reservaba el derecho a rechazarla totalmente (veto absoluto).
Durante la niñez de Enrique VI, la petición se transformó en proyecto de ley. Los
parlamentarios comenzaron a redactar ellos mismos el bill, que al obtener la Sanción
Real, se transformaba automáticamente en ley (statute). Hubo, por cierto, resistencias
del Rey, del Consejo y hasta de los Lores, pero los Comunes, que congregaban la
mayor representación de los tributantes, usaron en defensa propia el arma financiera
y el chantaje ante las solicitudes del Monarca para conseguir fondos extraordinarios
(1997, p. 143).
Con la atribución de legislar, se empezó a configurar el Parlamento inglés que,
muchos años después, será el elemento central del régimen político adoptado por
los ingleses, vigente hasta el día de hoy: la monarquía parlamentaria.
1
En el Bill of Rights de 1689 se declaró «Que el pretendido poder de suspender las leyes, o su ejecución, por auto-
ridad real, sin el permiso del Parlamento es ilegal» y «Que el pretendido poder de dispensar las leyes, o su ejecución
por autoridad real, como ha sido usurpado y ejercido en el pasado es ilegal» (Díaz Revorio [comp.], 2004, p. 81).
2
«La limitación de los poderes del Monarca inglés era, pues, muy grande si se compara con las trabas a que
estaban sometidos los demás Monarcas europeos de la época, como Carlos II de España o Luis XIV, de Francia,
por ejemplo. Sin embargo, al Monarca inglés le quedaba una masa de poder residual muy amplia: la prerroga-
tiva, en virtud de la cual Guillermo III siguió teniendo derecho a participar no solo en la función ejecutiva, sino
también en la legislativa y, por tanto, en la función de gobierno o de dirección de la política. F. W. Maitland ha
recordado a este respecto que después de la revolución de 1688 el Monarca no se convirtió en un ‘Presidente
honorario de una República’, sino que continuó siendo un ‘governing king’ un ‘King with policy’, esto es, un Rey
con capacidad para gobernar y dirigir la política [...]» (Varela Suanzes, 2000, p. 29).
3
«[...] El sucesor de Ana, Jorge I (1714-1727), perteneciente a la dinastía Hannover, subió al trono a los 50
años. Era alemán, no conocía el idioma inglés y parecía exclusivamente interesado en informarse acerca de la
política menuda de Hannover. Aburrido por su presencia en los debates del Gabinete, resolvió dejar de asistir
y solicitarle a sus Ministros un informe escrito de los temas aprobados. Así, el Gabinete, sin pretenderlo, logró
emanciparse del Rey. Y si bien Jorge II (1727-1760) conocía el idioma y prestaba interés al desarrollo de la polí-
tica inglesa, era —según Adams— “un hombre de pocos alcances” y mantuvo la práctica de su antecesor. [...]»
(Planas, 1997, p. 150.).
4
«En cuanto al Primer Ministro, su origen va a ser la consecuencia de un trivial hecho histórico. Nadie piensa en
tal institución; es más, el Parlamento, advertirá Maurois, siente horror ante la palabra y ante la idea. Sin embargo,
Jorge I, por su ignorancia del idioma inglés, no puede presidir el Gabinete y es preciso que uno de sus ministros lo
sustituya. Y se dará la circunstancia de que Robert Walpole (premier entre 1721 y 1742) será un verdadero maestro
en el arte de gobernar. Sus colegas en el Gabinete reconocerán su autoridad. Y esta autoridad se verá ratificada a lo
largo del siglo XVIII por la gran personalidad de varios de los Primeros Ministros entre los que es obligado destacar
a William Pitt (Premier entre 1783 y 1801)» (Fernández Segado, 1995, p. 87).
5
«[...] Si bien el duque de Marlborough había actuado en parte como Primer Ministro durante el reinado de
Ana, esta figura se robusteció sobremanera gracias a la recia personalidad de Robert Walpole (1676-1745), quien
llevó las riendas del Gabinete y de los Comunes desde 1721 a 1742 y cuyo único principio político, al decir de
Leslie Stephen, era quieta non movere. Walpole tuvo un especial ascendiente sobre los demás miembros del Gabi-
nete, actuando como intermediario entre ellos y el Rey. Su preeminencia se debía a que gozaba de la más estrecha
confianza de Jorge I, que Jorge II le confirmó en 1727, pero también al cargo que ocupaba: Ministro de Hacienda
(First Lord of the Treasure y Chancellor of the Exchequer). Un cargo que, en ausencia de unos partidos políticos
disciplinados, permitía también asegurarse el apoyo de una mayoría favorable en la Cámara de los Comunes,
sobre todo para obtener los recursos financieros necesarios para gobernar. Este apoyo lo obtuvo mediante todo
tipo de artimañas corruptoras, como seguirá ocurriendo a lo largo del siglo XVIII. La ‘influencia’ de la Corona en
los Comunes se fue configurando, así, como un elemento esencial en el sistema de gobierno inglés, aunque buena
parte de los publicistas no se resignasen a aceptarlo, como se verá más adelante (Varela Suanzes, 2000, pp. 49-50).
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[...] El significado más importante del cambio constitucional de 1832 fue alterar el
carácter de la posición del Rey en el sistema político: este perdió el poder, que pasó
definitivamente a los Ministros, aunque conservó el derecho de ejercer influencia. En
base al principio de responsabilidad política del Gobierno y por el hecho de que el
Rey no podía asegurar al Gobierno una mayoría que le permitiera desenvolverse, se
produjo desde 1832 la separación o desvinculación entre Corona y Gobierno, sur-
giendo una nueva regla constitucional de base convencional, que tiene como referencia
el principio de que el Rey no puede adoptar ninguna posición política y ha de actuar
siempre según el Consejo de los Ministros y bajo la responsabilidad de estos (p. 29).
De esta manera, se fue construyendo en Inglaterra el régimen parlamentario. La
monarquía constitucional existente en Inglaterra a comienzos del siglo XVIII se
había empezado a transformar en una monarquía parlamentaria.
6
Constitución peruana de 1979
Artículo 201.- El Presidente de la República es el Jefe del Estado y personifica a la Nación.
7
Constitución peruana de 1979
Artículo 211.- Son atribuciones y obligaciones del Presidente de la República:
[...].
3. Dirigir la política general del Gobierno.
[...].
8
Constitución peruana de 1979
Artículo 212.- La dirección y la gestión de los servicios públicos están confiadas a los Ministros en los asuntos
que competen al Ministerio de su cargo.
9
Constitución peruana de 1979
Artículo 164.- El Congreso se compone de dos Cámaras: El Senado y la Cámara de Diputados.
Durante el receso funciona la Comisión Permanente.
10
Constitución peruana de 1979
Artículo 230.- El Senado no puede ser disuelto.
11
Constitución peruana de 1979
Artículo 226.- La Cámara de Diputados hace efectiva la responsabilidad política del Consejo de Ministros o de
los Ministros por separado mediante el voto de censura o de falta de confianza. Este último solo se produce por
iniciativa ministerial.
Cairo Roldán. La disolución parlamentaria en el Perú 35
Toda moción de censura contra el Consejo de Ministros o contra cualesquiera de los Ministros debe ser presen-
tada por no menos del veinticinco por ciento del número legal de Diputados. Se debate y vota por lo menos
tres días después de su presentación. Su aprobación requiere el voto conforme de más de la mitad del número
legal de Diputados.
El Consejo de Ministros o el Ministro censurado debe renunciar.
El Presidente de la República acepta la dimisión.
La desaprobación de una iniciativa ministerial no obliga al Ministro a dimitir, salvo que haya hecho de la apro-
bación una cuestión de confianza.
Las facultades de interpelar, censurar y extender confianza a los Ministros son exclusivas de la Cámara de Diputados.
12
Constitución peruana de 1979
Artículo 227.- El Presidente de la República está facultado para disolver la Cámara de Diputados si esta ha
censurado o negado confianza a tres Consejos de Ministros.
13
Constitución peruana de 1979
Artículo 229.- El Presidente de la República no puede disolver la Cámara de Diputados durante el estado de sitio
ni de emergencia. Tampoco puede disolverla en el último año de su mandato. Durante este término, la Cámara
solo puede votar la censura del Consejo de Ministros o de cualesquiera de los Ministros con el voto conforme de
por lo menos dos tercios del número legal de diputados.
El Presidente de la República no puede ejercer la facultad de disolución sino una sola vez durante su mandato.
14
Constitución peruana de 1979
Artículo 228.- El decreto de disolución expresa la causa que la motiva. Incluye la convocatoria a elecciones en el
plazo perentorio de treinta días, de acuerdo con la ley electoral en vigor al tiempo de la disolución.
Si el Presidente no cumple con llamar a elecciones dentro del plazo señalado o las elecciones no se efectúan, la
Cámara disuelta se reúne de pleno derecho, recobra sus facultades constitucionales y cesa el Consejo de Ministros,
sin que ninguno de sus miembros pueda ser nominado nuevamente para ministerio alguno durante el período
presidencial.
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15
Constitución peruana de 1993
Artículo 110.- El Presidente de la República es el Jefe del Estado y personifica a la Nación.
[...].
16
Constitución peruana de 1993
Artículo 118.- Corresponde al Presidente de la República:
[...].
3. Dirigir la política general del Gobierno.
[...].
Cairo Roldán. La disolución parlamentaria en el Perú 37
17
Constitución peruana de 1993
Artículo 119.- La dirección y la gestión de los servicios públicos están confiadas al Consejo de Ministros; y a cada
ministro en los asuntos que competen a la cartera a su cargo.
18
Constitución peruana de 1993
Artículo 90.- El Poder Legislativo reside en el Congreso de la República, el cual consta de cámara única.
El número de congresistas es de ciento treinta. El Congreso de la República se elige por un período de cinco
años mediante un proceso electoral organizado conforme a ley. Los candidatos a la Presidencia de la República
no pueden integrar las listas de candidatos a congresistas. Los candidatos a vicepresidentes pueden ser simultá-
neamente candidatos a una representación en el Congreso.
Para ser elegido congresista se requiere ser peruano de nacimiento, haber cumplido veinticinco años y gozar del
derecho de sufragio.
19
Constitución peruana de 1993
Artículo 132.- El Congreso hace efectiva la responsabilidad política del Consejo de Ministros, o de los ministros
por separado, mediante el voto de censura o el rechazo de la cuestión de confianza. Esta última solo se plantea
por iniciativa ministerial.
Toda moción de censura contra el Consejo de Ministros o contra cualquiera de los ministros, debe ser presentada
por no menos del veinticinco por ciento del número legal de congresistas. Se debate y vota entre el cuarto y el
décimo día natural después de su presentación. Su aprobación requiere del voto de más de la mitad del número
legal de miembros del Congreso.
El Consejo de Ministros o el Ministro censurado, debe renunciar.
El Presidente de la República acepta la dimisión, dentro de las setenta y dos horas siguientes.
La desaprobación de una iniciativa ministerial no obliga al Ministro a dimitir, salvo que haya hecho de la apro-
bación una cuestión de confianza.
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20
Constitución peruana de 1993
Artículo 130.- Dentro de los treinta días de haber asumido sus funciones, el Presidente del Consejo concurre
al Congreso, en compañía de los demás ministros, para exponer y debatir la política general del gobierno y las
principales medidas que requiere su gestión. Plantea al efecto cuestión de confianza.
Si el Congreso no está reunido, el Presidente de la República convoca a legislatura extraordinaria.
21
Constitución peruana de 1993
Artículo 133.- El Presidente del Consejo de Ministros puede plantear ante el Congreso una cuestión de confianza
a nombre del Consejo. Si la confianza es rehusada, o si es censurado, o si renuncia o es removido por el Presidente
de la República, se produce la crisis total del gabinete.
22
Constitución peruana de 1993
Artículo 134.- El Presidente de la República está facultado para disolver el Congreso, si este ha censurado o
negado su confianza a dos Consejos de Ministros.
El decreto de disolución contiene la convocatoria a elecciones para un nuevo Congreso. Dichas elecciones se reali-
zarán dentro de los cuatro meses de la fecha de disolución, sin que pueda alterarse el sistema electoral preexistente.
No puede disolverse el Congreso durante en el último año de su mandato. Disuelto el Congreso, se mantiene en
funciones la Comisión Permanente, la cual no puede ser disuelta.
No hay otras formas de revocatoria del mandato parlamentario.
Bajo el estado de sitio, el Congreso no puede ser disuelto.
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Constitución peruana de 1993
Artículo 136.- Si las elecciones no se efectúan dentro del plazo señalado, el Congreso disuelto se reúne de pleno
derecho, recobra sus facultades, y destituye al Consejo de Ministros. Ninguno de los miembros de este puede ser
nombrado nuevamente ministro durante el resto del período presidencial.
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Conclusiones
El Congreso extraordinariamente así elegido sustituye al anterior, incluida la Comisión Permanente, y completa
el periodo constitucional del Congreso disuelto.
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Referencias
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