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La asertividad es la capacidad de

comunicar tus necesidades de forma


justa para ti y los demás.
Usar un estilo de comunicación asertivo y
conductas asertivas puede ayudar a
sentirte más satisfecho y realizado.
También te permitirá proyectar
confianza y ayudar a los demás a sentirse
relajados y confiados al momento de
interactuar contigo.
SENTAR LAS BASES DE LA ASERTIVIDAD
Compara la conducta asertiva con la pasiva, pero recuerda que la
asertividad no es lo mismo que la arrogancia.
La persona pasiva a menudo permite que violen sus propios derechos
cuando está de acuerdo en cosas que no quiere hacer, se rehúsa a tomar
sus propias decisiones, es demasiado modesto y se niega a expresar sus
pensamientos y sentimientos con honestidad.
En cambio, la persona asertiva no teme decir “no” a las peticiones
inadecuadas o inviables y siente la confianza necesaria para expresar de
forma adecuada sus sentimientos, necesidades y reacciones a los demás.
Las personas asertivas no permiten que violen sus propios
derechos y tampoco violan los derechos o sentimientos de los
demás con el fin de expresar los suyos propios.
Poseen un gran sentido de confianza interna (por ejemplo, la
sensación de que actúas de acuerdo a tus valores personales y
que haces lo mejor que puedes).
La asertividad mejora la honestidad emocional, la sinceridad
con los demás y las relaciones interpersonales.
PRACTICAR UNA ASERTIVIDAD SALUDABLE
HABILIDADES NECESARIAS A DESARROLLAR

Recuerda que la asertividad es


una habilidad que requiere
práctica. Aunque algunas
personas aparentemente nacen
con más confianza que otros,
comunicarse de forma asertiva y
adecuada es una habilidad que
requiere tiempo y práctica para
desarrollarla.
Pedir disculpas y aceptar la responsabilidad es una
respuesta saludable y útil cuando no has podido
comunicarte de forma adecuada. Esto ayuda a
mantener un camino abierto para la comunicación
futura.
SÉ UN OYENTE ACTIVO. Es importante dejar que las personas
conozcan tus límites y sentimientos al mismo tiempo que les das
espacio para hablar, discutir y ser sinceros respecto a sus
sentimientos. Haz preguntas de seguimiento durante las
conversaciones y expresa afirmaciones con acciones como asentir
con la cabeza, hacer gestos y
mostrar que estás de acuerdo.
Mira de frente a la persona que
te está hablando. No es
necesario mirarlo fijamente,
pero sí debes tratar de
mantener el contacto visual
durante el 70 % del tiempo en
que estás escuchando. Esto
ayuda a comunicarle al hablante
que estás interesado en lo que
dice y prestándole atención.
Si te cuesta concentrarte en lo que te está diciendo la otra
persona, trata de repetir o RESUMIR MENTALMENTE lo que te
está diciendo. Esto te forzará a prestar más atención.

Cuando sea tu turno de hablar, trata de HACER PREGUNTAS O


USAR FRASES PARA ACLARAR LO QUE HAS OÍDO. Por
ejemplo, si has escuchado a tu pareja explicar algo que hiciste que
le hizo sentirse frustrada (o frustrado), debes aclarar lo que oíste:
"Lo que te oí decir es _____. ¿Es eso correcto?". Esto te ayudará a
evitar que te precipites a hacer conclusiones o a malinterpretar lo
que te dijeron.
SÉ HUMILDE Y MODESTO
La asertividad y la humildad constituyen
una buena combinación. Mostrar
humildad no significa que seas débil o que
te estés rebajando. Celebra tus éxitos y
felicítate cuando hayas hecho algo bien.
Simplemente no menosprecies a los
demás para ponerte en alto.

Por ejemplo, si alguien te dice que hiciste un excelente trabajo en


una presentación, no sientas que debes responder diciendo algo
como "No fue nada". Dicha respuesta minimiza tu verdadero
esfuerzo y tu logro. En vez de ello, trata de dar una respuesta
asertiva que te permita reconocer tu propio esfuerzo mientras te
mantienes humilde: "¡Gracias! Trabaje muy duro en ello y tuve una
excelente ayuda".
USA FRASES EN PRIMERA PERSONA.
Las frases que se enfocan en lo que „‟tú‟‟ sientes, piensas o experimentas
comunican tus necesidades sin culpar a otros.
Puedes manifestar sentimientos como “Me gustaría ___” y “Yo no quiero
___”, además de ofrecer críticas constructivas como “Me siento irritado
cuando tú ___”.Por ejemplo, si tu compañero olvidó una cita para
almorzar contigo, no asumas que ello se debe a que no le importas. En vez
de ello, usa la primera persona en tus oraciones y continúa con una
invitación para que comparta su experiencia: “Me sentí lastimado cuando
no llegaste al almuerzo. ¿Qué pasó?”.

EXPRESA TUS SENTIMIENTOS


TAL COMO SON. Si te han
invitado a una función de la oficina y Siento..
Pienso…
realmente no quieres ir, no digas
algo como “Creo que iré, pero
realmente eso no es lo mío”. En vez
de ello, di “No me gustan las grandes
multitudes. Prefiero no ir”.
EVITA USAR LA PALABRA “DEBES” O “DEBERÍAS”. Usar
palabras como “debes” o “deberías” impone un juicio moral en la
conducta y puede interpretarse como acto de culpar o exigir a la
otra persona. Dichas palabras se conocen como “imperativos
categóricos” y pueden crear sentimientos de cólera y culpa en los
demás (o en ti, si la frase va dirigida a ti).
Por ejemplo, en vez de decirle a tu hijo algo como “Debes recordar
sacar la basura cuando se supone que te toca a ti”, trata de decir
“Es importante que saques la basura cuando es tu turno”.
Trata de reemplazar la palabra “debes” con la frase “Yo prefiero” o
“Me gustaría que tú”.

USA UN TONO DE VOZ UNIFORME Y RELAJADO. Evita


gritar, ya que ello es una conducta negativa que puede causar
molestia en los demás y evitar que oigan lo que quieres
expresar. En vez de levantar la voz, habla con un tono de voz
uniforme y calmado que se oiga relajado
INVITA A OTROS A COMPARTIR SUS PENSAMIENTOS Y EXPERIENCIAS

No asumas que sabes lo que está pasando en una situación o que tú sabes cómo
manejarlo mejor. En vez de ello, invita a otros que participen en la
conversación usando frases cooperativas como “¿Y tú qué opinas?” o “¿Tienes
alguna sugerencia respecto a ___”.
Esto es muy importante si estás ofreciendo críticas constructivas o
compartiendo un sentimiento negativo. Pedirle a la otra persona que comparta
sus sentimientos y pensamientos hará que sientan que son importantes para ti.

Por ejemplo, si tienes un amigo que


repetidas veces cancela planes contigo a
última hora, dile cómo te sientes y luego
invítale a compartir sus experiencias
contigo: “Cuando hacemos planes y los
cancelas en el último momento, me siento
frustrado porque es muy tarde para
hacer otros planes. A veces también
siento como si no quisieras pasar tiempo
conmigo. ¿Sucede algo?”.
EVITA CULPAR A OTROS.
Culpar a otros por nuestras propias fallas y errores
causa mucho daño en la conversación.
Criticar a otros por sus propias fallas utilizando un lenguaje de
culpa, en especial cuando generalizas, como “¡Siempre olvidas
recogerme!” o “¡Eres detestable!” impide el diálogo productivo.

Por ejemplo, si tu jefe olvidó presentar


un informe importante, no te precipites
a echar la culpa y a usar un lenguaje
negativo. Es muy probable que tu jefe
ya se sienta mal por haberlo olvidado.
En vez de ello, enfócate de forma
asertiva en lo que puede hacer en el
futuro para no repetir dicha situación:
“He notado que olvidó presentar ese
informe. Cuando tengo fechas límite,
pongo un recordatorio en mi calendario
para no olvidarlo. ¿No cree que eso
podría serle útil?”.
DISTINGUE ENTRE UN HECHO Y UNA OPINIÓN.

Si tú y la otra persona discrepan en algo, no trates de luchar para


determinar quién “tiene la razón”. Esto es especialmente cierto en las
situaciones donde generalmente no hay una respuesta “correcta”, como un
incidente que hirió los sentimientos de alguien.
Usar frases como “Mi experiencia es distinta” permitirá dejar espacio para
la experiencia de los demás.
Por ejemplo, imagina que tu pareja se acerca a decirte que heriste sus
sentimientos durante una conversación anterior. En vez de responder de
inmediato "No era mi intención" o usar otro lenguaje defensivo, primero
reconoce que se sintió de la forma que te dijo. Por ejemplo: "Siento haber
herido tus sentimientos. Realmente no quise decirlo y me esforzaré por no
volver a decir cosas como esa".
Como un ejemplo adicional, recuerda que las personas tienen muchas
formas de abordar la vida. Solo porque estas sean distintas a las tuyas
no significa que sean equivocadas.

Por ejemplo, imagina que tu colega aborda un proyecto de una forma que
no consideras que sea la más eficiente. Un ejemplo de comunicación
agresiva podría verse de la siguiente manera: "Es una forma tonta de
hacerlo" o "¿Quién lo hace de esa manera?".
En vez de ello, por ejemplo, si te corresponde hacerlo porque estás a
cargo del proyecto y eres el jefe de la otra persona, comunica tus
inquietudes sobre la eficiencia de forma asertiva: "Veo que estás
abordando el proyecto de X manera. Tengo algo de experiencia con
estos proyectos y he descubierto que si lo haces de la forma Y
usualmente lo terminarás más rápido y con mejores resultados. ¿Qué te
parece si pruebas esta forma?".

Ten en mente que a menudo no te corresponde corregir a los


demás. Por lo general, lo mejor es abstenerte de imponer tus
opiniones a otros.
MANTENTE DISPUESTO A EXPLORAR OTRAS OPCIONES
El compromiso a menudo es necesario y útil
en las interacciones con los demás.
En vez de aferrarte a tu punto de vista o plan para una situación,
expresa tu voluntad de
explorar otras soluciones al problema.
Puedes ser asertivo con tus ideas y también invitar a otros a
compartir las suyas propias. Esto aumenta la probabilidad de que los
demás se sientan incluidos y valorados. Otros también podrían estar
más dispuestos a colaborar que simplemente seguir órdenes.

Por ejemplo, si tú y tu
pareja notan que pelean una
y otra vez por lo mismo,
pregúntale: “¿Qué podemos
hacer para ayudarnos a
superar este problema?”.
EXPRÉSATE CON ORACIONES CLARAS Y SINCERAS
Incluso cuando estás frustrado, evita recurrir al sarcasmo o al
desdén, ya que estos son hirientes y arruinan la comunicación. En
vez de ello, haz declaraciones claras y sinceras sobre tus
pensamientos y necesidades.
Por ejemplo, si tienes un amigo que acostumbra a llegar tarde
cuando salen juntos, expresa claramente cómo ello te hace sentir
sin ser sarcástico. Una respuesta negativa sería: “¡Vaya, qué
sorpresa verte! Al menos esta vez solo te perdiste la primera
mitad de la cena”.
En vez de ello, trata de decir
algo como: “Cuando hacemos
planes para salir y no llegas a
tiempo, tengo la impresión de
que pasar tiempo juntos no es
una prioridad para ti.
Disfrutaría más nuestras salidas
si llegaras a tiempo cuando
hayamos planeado hacer algo”.
USA EL LENGUAJE CORPORAL ASERTIVO.
Gran parte de la comunicación es no verbal y la forma en que usas
tu cuerpo para expresarte ayudará a establecer el tono para tus
interacciones con los demás. Puedes usar el lenguaje corporal para
hacer que los demás se sientan cómodos y para comunicar lo que
sientes. Algunos ejemplos de lenguaje corporal asertivo incluyen:

CONTACTO VISUAL DIRECTO. Trata


de aplicar la regla 50 / 70: mantén el
contacto visual durante al menos 50 %
del tiempo mientras hablas y 70 % del
tiempo mientras la otra persona habla y
tú escuchas.

MOVIMIENTOS SUAVES Y RELAJADOS. El


lenguaje corporal asertivo no significa ponerse tenso o
retraído, sino más bien se trata de mostrar
movimientos constantes y suaves. Evita gestos como
señalar. En vez de ello, muestra tu mano bien abierta.
Trata de no moverte nerviosamente.
POSTURA ABIERTA

Párate con los hombros hacia atrás y tu cuerpo orientado


hacia la persona con la que estás interactuando. Distribuye
tu peso de forma homogénea en vez de poner todo tu peso en
una pierna. Mantén tus pies entre una distancia de 10 a 15 cm
(4 a 6 pulgadas) y no cruces las piernas.

Mandíbula y boca relajada.


Mantener tus labios bien
presionados o apretar tu
mandíbula comunica tensión,
ansiedad o agresión. Mantén
tu boca y mandíbula relajadas
y usa expresiones faciales
para expresar tus emociones
(como sonreír cuando estás
feliz, fruncir el ceño cuando
estás molesto, etc.).

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