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Conclu capacidad de innovación

Este estudio contribuye a la literatura sobre los resultados de las exportaciones


comparando explícitamente el papel de la capacidad de innovación (IC) y la experiencia
internacional (IE) en los resultados de exportación (PE) de las PYME ubicadas en un país
emergente. Esta comparación es una contribución importante al ámbito de la
internacionalización de las PYME, ya que las PYME disfrutan de menos recursos que las
empresas más grandes (Yu, 2001) y deben decidir qué y cómo invertir sus escasos recursos
para lograr un mejor PE. Este documento arroja luz sobre el tema, revelando algunos
hallazgos interesantes.

La primera conclusión muestra que la literatura actual podría estar enfatizando en exceso la
pertinencia de ic con respecto a esta decisión de inversión. En la muestra de pymes
industriales brasileñas encontramos que tanto IC como IE tuvieron un impacto positivo
significativo en el PE y que el impacto de IE fue mayor que el de IC, confirmando H3 y
respondiendo a la pregunta de investigación.

IE es una de las principales variables explicativas del crecimiento de la empresa en el


proceso de internacionalización (Johanson & Vahlne, 1977; Eriksson et al., 1997). Sin
embargo, pocos estudios han evaluado su influencia en el PE. Los resultados obtenidos en
el presente documento confirman la importancia de esta variable en la mejora del EP y
corroboran los de Papadopoulos y Marno (2010).

El segundo hallazgo está relacionado con la dimensión de capacidad de aprendizaje IC. Se


validó un modelo que evalúa los efectos de IE e IC en EP, y se elaboró sobre la base de
estudios empíricos anteriores publicados en revistas de alto impacto enumeradas en
Journal Citation Reports1. Se hicieron esfuerzos para organizar la literatura citada en este
estudio y adoptar una base teórica común (RBV) adecuada para la investigación en EP (Ibeh
& Wheeler, 2005).

El modelo es novedoso en cuanto a cómo se integran las construcciones IC y EP. Hasta el


punto de nuestro conocimiento, este es el primer estudio que integra estas dos
construcciones de una manera multidimensional (IC en siete dimensiones y EP en tres
dimensiones). Estudios anteriores han abordado uno u otro de una manera unidimensional,
descuidando así factores importantes como la capacidad de aprendizaje, que en este
estudio hizo una mayor contribución a la construcción de IC que la capacidad de I+D. Este
hallazgo es coherente con el enfoque de capacidades dinámicas, donde el aprendizaje
desempeña un papel importante en permitir que una empresa cambie sus rutinas y
reconfigure los recursos. Esta habilidad es vista como la fuente definitiva de ventaja
competitiva (Vera et al., 2011).

Aunque el sector de las PYME no suele seguir una estructura formalizada de I+D
(Figueiredo, 2005), esto no significa que la IC esté ausente. La medición de IC en siete
dimensiones capturó varias dimensiones que han sido ignoradas en varios otros estudios.
IC parece implicar mucho más que inversión en I+D, empleo o tecnologías avanzadas en
productos exportados (Guan & Ma, 2003). En consecuencia, el modelo nos permite hacer
una evaluación adicional del papel de la IC en el PE, principalmente para las PYME. Esto
permite comparaciones más precisas con otros factores, como IE. Basándonos en la revisión
de la literatura, observamos también que el análisis de la relación entre IC y EP en el
contexto de América Latina ha sido descuidado. Esta investigación ayuda a abordar esta
brecha en la literatura.

La tercera constatación revela que, aunque H3 ha sido confirmado, este resultado justifica
un análisis cuidadoso por dos razones:

-En primer lugar, el 42,9 por ciento de la muestra estaba compuesta por empresas de
intensidad media-alta, que exportaban principalmente a economías subdesarrolladas, que
probablemente requerirán un IC más bajo que las economías desarrolladas. Sin embargo,
otra explicación sería que las empresas brasileñas parecen preferir tales destinos no sólo
porque supuestamente es más fácil introducir nuevos productos en estos mercados, sino
porque las empresas de los países emergentes (es decir, las empresas brasileñas) se utilizan
para países con condiciones de gobernanza deficientes, como es el caso en las economías
subdesarrolladas (Cuervo-Cazurra & Genc, 2008). Esto parece ser una explicación razonable
si tenemos en cuenta el hecho de que no basta con que las empresas brasileñas tengan IC
para exportar sus productos. Además, deben saber cómo superar muchos problemas en su
propio país, como los altos costos logísticos, la infraestructura inadecuada, entre otros (The
World Bank Group, 2015c), que son similares a los que encuentran en sus principales
empresas de exportación de productos y mercados.

- En segundo lugar, el resultado también requiere reflexión cuando se examina a la luz del
RBV. Según la RBV, las empresas compiten por los recursos, que son fundamentales para
lograr una ventaja competitiva sostenible (Aaker, 1989). Sobre la base de este
entendimiento, se puede concluir que las empresas también compiten por la experiencia
internacional y la capacidad de innovación. Ambos recursos se acumulan con el tiempo y,
por lo tanto, pueden considerarse recursos estratégicos (Barney, 1986; Dierickx & Cool,
1989). Sin embargo, un recurso estratégico debe cumplir cuatro atributos para generar una
ventaja competitiva sostenible: 1) debe ser valioso; 2) debe ser raro entre los competidores
actuales y potenciales; (3) debe ser imperfectamente imitable; y (4) no puede haber
sustitutos estratégicamente equivalentes para los atributos anteriores (Barney, 1991).

De estos cuatro atributos, quizás el menos difícil de analizar en este momento es el recurso
imperfectamente imitable. Aunque IE afecta a EP en mayor grado, según el RBV, puede ser
más perfectamente imitable que IC en términos estratégicos. Esto se puede atribuir al
hecho de que las empresas normalmente pueden contratar ejecutivos de competidores y
publicar información en línea sobre los países donde se encuentran, ferias en las que
participan y países donde emplean representantes de ventas. Esto hace que la experiencia
internacional sea más imitable. IC, por el contrario, implica conocimientos tácitos y difíciles
de replicar, como la capacidad de I+D (Cavusgil et al., 2003; Teece et al., 1997), haciendo
que la imitación sea altamente improbable.

Por lo tanto, complementando la respuesta a la pregunta principal de esta investigación, en


términos estratégicos, IC parece ser más relevante que IE en la obtención de una ventaja
competitiva sostenible para las PYME en un país emergente. Sin embargo, la obtención de
un buen EP, IC e IE debe considerarse complementaria, a pesar de que el impacto de IE
resultó ser más significativo que el de IC, y este hallazgo puede considerarse como la
principal contribución de este estudio.

Cabe señalar que si bien IE es una construcción más simple que IC, esto no significa
necesariamente que sea más fácil de aumentar o que requiera menos inversión, aunque
este problema queda fuera del alcance de este estudio. No obstante, este estudio puede
orientar futuras investigaciones sobre las formas en que los administradores de pymes
exportadores pueden optimizar los escasos recursos y el desarrollo de políticas públicas
que fomenten las exportaciones.

En cuanto a las implicaciones de gestión, este estudio refuerza el hecho de que las
empresas dispuestas a mejorar su IC deben prestar atención no sólo a sus gastos de I+D,
sino también a las otras seis dimensiones de IC, con énfasis en la capacidad de aprendizaje.
Invertir sólo en IC puede no ser suficiente para mejorar su EP. Las empresas deben
equilibrar sus inversiones, teniendo en cuenta en gran medida la importancia de mejorar su
experiencia internacional para lograr un mejor PE. Esto podría hacerse de forma proactiva
por medio de algunas acciones, como:

- Buscar nuevos países que ofrezcan ventajas arancelarias,


- Análisis de estadísticas comerciales específicas entre exportación e importación Países
- Conocer la cultura de otros países,
- Contratar a nuevos representantes internacionales de ventas por assis tance en la
implementación de acciones de comercialización,
- Aumentar el número de visitas a clientes potenciales,
- Participación en las principales ferias de sus sectores,
- Aumentar el número de países atendidos por la firma, entre Otros.

Otra contribución importante de este estudio es el hecho de que también ha validado


escalas de medición para IC de orden superior a través de la modelización parcial de
ecuaciones estructurales de mínimos cuadrados, confirmando así la validez discriminatoria
de las construcciones de primer orden. Guan y Ma (2003) no discutieron este aspecto.

Por último, los resultados de este estudio muestran que las siete dimensiones de ic en
cuestión se relacionan positiva y significativamente con la construcción de IC y, a su vez,
con el PE. Esta conclusión final difiere de Guan y Ma (2003), que no encontraron ninguna
relación significativa entre la dimensión de la capacidad de fabricación y el PE,
demostrando que el comportamiento de las PYME de diferentes países emergentes no
podía seguir el mismo patrón. El uso de sólo aspectos relacionados con la I+D para medir la
IC podría no ser adecuado en el contexto de las PYME latinoamericanas, que a menudo
carecen de estructura formalizada de I+D. Por lo tanto, la forma propuesta de medir IC
parece permitir una mejor comprensión de esta capacidad en cualquier contexto.

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