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Para comenzar entonces se verá que Jesús mismo afirmó ser Dios.
Pareciera que esto es algo trivial, ya que cualquier persona pudiera decir que es
Dios, pero, no es tan así, porque no hay evidencias de que otros grandes
personajes de la historia o líderes religiosos hayan dicho esto de sí mismos.
Moisés no afirmó ser Yahvé ni Buda afirmó se Dios. Tampoco Mahoma dijo ser
Alá. En cambio vemos en los evangelios a Jesús diciendo con firmeza que él Dios.
En Jn. 8:58 señala su preexistencia, al decir que existía antes que Abraham.
También en Jn. 5:17,18 señala parecerse al Padre y más adelante en 14:9,10 dice
que quien le ha visto a él, ha visto al Padre y que comunica las palabras del Padre
que está en él. También en Mr. 2:5-7 declara que tiene todo el derecho a perdonar
pecados, algo que no cayó bien a las autoridades religiosas, puesto que sólo Dios
tenía esa atribución. Ahora bien, aunque en los evangelios no hay evidencia de
que Jesús haya dicho explícitamente “yo soy Dios”, tanto sus seguidores como
sus adversarios notaron que sí pretendía serlo. De esto relata Juan, en 10:33
cuando señala que querían apedrearlo “por blasfemia, porque tú siendo hombre te
haces pasar por Dios” (NVI). Aunque no lo dijo abiertamente, ellos vieron en Jesús
la pretensión de ser Dios.1
Conclusión
Para concluir, decir que las palabras y actos de Jesús nos confrontan
porque definitivamente no era un hombre común. La pretensión de ser Dios lo
llevó a morir en la cruz y sus atributos divinos son innegables. Por ello sus
discípulos junto con Pablo y la tradición cristiana señalaron y señalan aún hoy en
día que Jesús es Dios.
2 PIPER, J. ¿Cómo puede Jesús ser Dios y hombre? Sermón publicado en iglesiareformada.com
3 STOTT, J.R.W. El Cristiano Contemporáneo. Ed. Nueva Creación. Buenos Aires. 1995. pp. 84,85
4 GONZÁLEZ, J. Historia del Cristianismo. Ed. Unilit. Miami. 1994. Tomo I. p. 120