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TRANSMISIBILIDAD DE LAS OBLIGACIONES

 Aspecto activo y pasivo de la obligación.

La obligación ofrece dos aspectos:

Uno activo y otro pasivo. Activamente, esto es, desde el punto de vista del acreedor, constituye un
derecho, un crédito, un elemento activo del patrimonio. Pasivamente, o sea, desde el punto de vista
del deudor, es una deuda, una carga, un elemento del pasivo patrimonial. Las obligaciones, activa y
pasivamente, pueden transmitirse; esto es, traspasarse a otra persona, bien sea el derecho a
reclamar la prestación que constituye su objeto, bien sea la necesidad de llevar a cabo dicha
prestación.

 Transmisión y transferencia.

El traspaso de la obligación puede tener lugar por causa de muerte o por acto entre vivos. El
traspaso que se verifica por causa de muerte se denomina propiamente transmisión, mientras que
el traspaso que tiene lugar por acto entre vivos se denomina, más bien, transferencia.

Transmisión por causa de muerte.

La muerte de una persona, por regla general, no extingue sus obligaciones. En otros términos, las
obligaciones se transmiten, activa y pasivamente, por causa de muerte. La transmisión puede
verificarse a título universal o singular.

 Transmisión por causa de muerte a título universal.

El título es universal, con arreglo al art. 951, “cuando se sucede al difunto en todos sus bienes,
derechos y obligaciones transmisibles, o en una cuota de ellos, como la mitad, tercio o quinto”.

La asignación a título universal se llama herencia y el que sucede a este título se denomina heredero
(art. 954).

El heredero es el continuador de la persona del causante; la personalidad de éste se prolonga en el


heredero. Consecuentemente, el art. 1097 dispone que los herederos “representan la persona del
testador para sucederle en todos sus derechos y obligaciones transmisibles”.

El heredero se identifica con el causante, sus patrimonios se confunden. Junto con la totalidad o una
cuota del patrimonio del causante, el heredero adquiere el total o una cuota de sus obligaciones
activas y pasivas.

Adquiere el heredero, por sucesión por causa de muerte, los créditos del de cujus. La sucesión por
causa de muerte, al igual que la tradición, sirve para adquirir derechos reales y personales.

Lo mismo ocurre con las deudas y el heredero debe cumplir las que tenía el causante.
 Deudas hereditarias y testamentarias.

Las deudas son hereditarias o testamentarias. Son deudas hereditarias las que el causante tenía en
vida. Son deudas testamentarias las que se constituyen por el testamento mismo (art. 1097, inc. 2º).

El heredero está obligado a satisfacer ambas clases de deudas; su responsabilidad es ilimitada, o


sea, deberá cubrirlas con sus propios bienes, si no bastaren los bienes hereditarios, a menos de
gozar del beneficio de inventario.

Las deudas hereditarias se dividen entre los herederos a prorrata de sus cuotas. “Así el heredero
del tercio no es obligado a pagar sino el tercio de las deudas hereditarias” (art. 1354).

El heredero beneficiario no es obligado al pago de las deudas “sino hasta concurrencia de lo que
valga lo que hereda”.

Si por el testamento, por acuerdo de los herederos o por un acto de partición se dividen las deudas
hereditarias entre los herederos de otra manera que a prorrata, los acreedores pueden optar por
demandar a los herederos lo que proporcionalmente les corresponda o lo que el testamento,
partición o convenio señalen.

Las cargas testamentarias se dividen entre los herederos de manera análoga (arts. 1360 y 1373).

 Transmisión por causa de muerte a título singular.

También se sucede a una persona a título singular. El título es singular “cuando se sucede en una o
más especies o cuerpos ciertos, como tal caballo, tal casa; o en una o más especies indeterminadas
de cierto género, como un caballo, tres vacas, seiscientos pesos fuer-tes, cuarenta fanegas de trigo”
(art. 951).

La asignación a título singular se llama legado y el asignatario recibe el nombre de legatario (art.
954).

La situación del legatario es sustancialmente diversa de la del heredero; no son los legatarios
continuadores del causante, sus patrimonios no se confunden. El art. 1104 dispone que “no
representan al testador; no tienen más derechos ni cargas que los que expresamente se les
confieran o impongan”.

El legatario adquirirá la obligación del causante, desde el punto de vista activo, cuando se lega un
crédito. Para que graviten sobre el legatario las deudas del causante es menester que expresamente
éste se las imponga.

Por excepción los legatarios responden de deudas que no les han sido expresamente impuestas por
el testador. Ello sucede cuando tiene lugar la responsabilidad llamada subsidiaria de los legatarios.
Sobreviene esta responsabilidad subsidiaria cuando al tiempo de abrirse la sucesión no hubiere
bienes bastantes para el pago de las deudas hereditarias y cuando el testador hubiere destinado a
legados alguna parte de la porción de bienes que la ley reserva a los legitimarios (arts. 1104 y1362).

En principio, los legatarios concurren al pago de las deudas a prorrata de sus legados; pero la ley
establece un orden de prelación para que los legatarios concurran cuando tiene lugar su
responsabilidad subsidiaria (arts. 1141 y 1363).
 Derechos y obligaciones intransmisibles.

Por regla general, todos los derechos y obligaciones son transmisibles. Excepcionalmente hay ciertos
derechos y obligaciones que no son susceptibles de transmisión.

a) No son transmisibles los derechos y obligaciones que derivan del mandato. El mandato, en efecto,
termina por la muerte del mandante o del mandatario (art. 2163, Nº 5º).

Por excepción, no se extingue por la muerte del mandante el mandato destinado a ejecutarse
después de ella. Los herederos suceden en este caso en los derechos y obligaciones del mandante
(art. 2169).

b) No es transmisible el derecho de alimentos. El art. 334 previene: “El derecho de pedir alimentos
no puede transmitirse por causa de muerte, ni venderse o cederse de modo alguno, ni renunciarse”.

Con todo, la regla no es tan absoluta porque el art. 336 añade que no rige paralas pensiones
alimenticias atrasadas, ya que puede “el derecho de demandarlas transmitirse por causa de muerte,
vender-se y cederse”.

Importa destacar que el derecho de alimentos no es transmisible “activamente”. El art. 334 declara
sólo intransmisible “el derecho de pedir alimentos”.

La obligación de dar alimentos se transmite, sea que se deban por ley o voluntariamente.

c) El derecho del asignatario condicional, sujeto a una condición suspensiva, no se transmite a los
herederos (arts. 1078, 1492).

Pero la obligación condicional que proviene de un testamento o de una donación es transmisible a


los herederos del obligado.

Transferencia de las obligaciones por acto entre vivos.

El traspaso de las obligaciones por acto entre vivos difiere fundamentalmente del que se verifica
por causa de muerte.

Por acto entre vivos se traspasa el crédito, pero no la deuda. En nuestro derecho no existe la cesión
de deudas.

La cesión de los créditos está reglamentada por el Código en los arts. 1901 y siguientes. El derecho
cambia de titular, conservándose el mismo. Mientras tanto, el cambio de deudor sólo puede tener
lugar en virtud de una novación que extingue la obligación y la reemplaza por otra jurídicamente
diversa.
 Cesión de deudas.

El Código Civil no admite la cesión de deudas y no sólo por razones doctrinarias.

Es indiferente, de ordinario, deber a tal o cual acreedor. La obligación conserva su contenido y el


deudor queda expuesto a las mismas vías de ejecución. Entre tanto, la personalidad del deudor es
fundamental y el valor del crédito depende de quién debe, de la corrección, solvencia y
honorabilidad del obligado.

Por este motivo, aun en el Código alemán que admite la cesión de deudas, debe esta cesión
verificarse con el consentimiento del acreedor. No puede darse al acreedor un nuevo deudor sin su
anuencia.

Con todo, nuestro Código contempla algunos casos de cesión de deudas.

a) El art. 1962 impone al que adquiere una cosa arrendada, en los casos que señala, la obligación de
respetar el contrato de arrendamiento. El adquirente asume el papel de arrendador y contrae,
lógicamente, las obligaciones que a éste incumbían. Subsiste el contrato, se mantienen idénticas las
obligaciones, pero cambia la persona del deudor.

b) Conforme al art. 1968, los acreedores del arrendatario insolvente podrán substituirse a éste,
rindiendo fianza a satisfacción del arrendador. Los acreedores, en tal caso, asumen las obligaciones
del arrendatario.

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