En la actualidad, los países primermundistas son los que más excluyen a un
individuo por su religión, raza, sexo, etc. Acá en el Perú se puede evidenciar casos así en la gente de la sierra y selva, por sus formas de hablar y vestir; los que viven en la región de la costa son los que excluyen a gente como esa, ya que se creen mayores por vivir en lugares con mayor desarrollo. En países como EE.UU, Rusia, Alemania o Corea del Norte; son los que quieren evitar comportamientos como los de la comunidad LGBT. Un claro ejemplo es cuando en el día del orgullo LGTB salen a marchar, hay autoridades que los reprimen y los hacen daño. En EE.UU mayormente reprimen a las personas de su frontera (mexicanos), donde a veces los aceptan vivir pero en condiciones pésimas.
Después de todo solo somos seres humanos, pensamos y razonamos, solo
que algunos se sienten grandes por las cosas que poseen como el dinero o un bonito cuerpo. Debemos dejar de lado falsas ideas que nos meten en la cabeza la televisión o el internet, protejamos lo que es de nosotros, protejamos nuestra identidad cultural, las tradiciones que nos dejaron nuestros ancestros, etc. Cambiemos de forma de pensar si vemos a dos hombres juntos o mujeres juntas, si una persona es de otra religión, o si tiene un color distinto a lo nuestro; “Cambiemos para cambiar al mundo”.
Arguedas tenía un gran amor hacia la cultura indígena y deseaba que se
mantuviera “pura”, tal hecho lo vemos en su obra “Yawar Fiesta” donde trata de persuadir a los lectores a conocer más sobre nuestras culturas y respetarlo en su totalidad.
En la obra podemos deducir como describe la ciudad de Puquio, las distintas
comunidades que existen en ese pueblo sus tradiciones, etc. Puesto a que el autor nació en los Andes y de ahí su afán por la cultura andina peruana.
También nos da a conocer que la obra “Yawar Fiesta”, refleja la dignidad del nativo por preservar sus tradiciones a pesar del desprecio de los sectores de poder.
Nombre: Cesar Alejandro
Apellido: Cruz Pezo Grado y Sección: 5º “I” A raíz de todo eso tenemos que pensar y ponernos en el lugar de la persona a quien le hacemos sentir mal con nuestras palabras o acciones, pensar que ellos llevan la sangre de nuestros antiguos ancestros. Por eso debemos de sentirnos orgullosos de esas comunidades, que sobrevive a pesar de la gente mala que existe en el país y alrededor del mundo. Es más, el estado debe contribuir con esto y darlos un tipo de protección para que no se extingan