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Clasificación de los actos jurídicos

Siguiendo la clasificación establecida por Vélez Sársfield, en el Código Civil argentino


podemos reconocer las siguientes clases de actos jurídicos:

1.- Positivos y negativos: Según tengan por objeto un hacer, o un no hacer o abstención
(art. 945), para determinar el comienzo o el fin de un derecho. Los contrato de locación,
o de compraventa, son positivos, porque requieren una conducta de hacer, para cumplir
el efecto jurídico deseado, como entregar el objeto dado en alquiler, en la locación de
cosas, o la prestación de un servicio, en la locación de servicios, o el pago del precio,
etcétera. Los negativos implican un no hacer, como sucedería en el caso de una
servidumbre de impida elevar una pared más allá de cierta altura. En este caso, el
ejercicio del derecho por parte del beneficiario, está sujeto a la abstención de la otra
parte. La fuente de esta clasificación es la obra de Savigny.

2.- Unilaterales y bilaterales: Está contenida en el artículo 946, que toma en cuenta la
existencia de una sola voluntad que da comienzo al acto, como el testamento, o la
necesidad de la existencia de conformidad de voluntades, como ocurre en el matrimonio
o la compra-venta. Para esta clasificación el codificador se inspiró en Mackeldey. La
importancia radica en los casos donde procede la nulidad parcial, que solo es posible, en
principio, cuando se trata de actos unilaterales.

3.- Entre vivos o de última voluntad: El artículo 947, tomando como fuente el esbozo
de Freitas, llama actos jurídicos entre vivos, a los que no dependen de la muerte de la
persona que los constituyó, para producir efectos jurídicos, sucediendo lo contrario en
los de última voluntad, que recién cumplen efectos cuando la muerte del disponente
sucede. Como ejemplo de los primeros el mismo artículo cita a los contratos, y del
segundo a los testamentos. En el caso del seguro de vida, si bien se necesita la muerte
de una persona para poder cobrarlo, el acto existe desde su celebración, aunque sus
efectos se produzcan cuando la muerte acontezca.

Existen otras clasificaciones que no están contenidas en el código Civil argentino, no


obstante lo cual, revisten importancia, y son las siguientes:

4.- Onerosos y gratuitos: Según contengan una prestación de una parte, sin
contraprestación de la otra, como el caso de las donaciones, herencias o legados, o
exijan la contraprestación de la otra parte, como sucede por ejemplo en la compra-venta
o en la locación.

Esta distinción tiene importancia, ya que difiere la capacidad requerida a los sujetos
para otorgar o celebrar uno u otro acto. En los a título gratuito, por tratarse de actos de
disposición, que comprometen su patrimonio, existe más exigencia. Por ejemplo,
tratándose de un menor emancipado que ha recibido bienes a título gratuito, no puede
disponer de ellos también a título gratuito, por actos entre vivos, pero sí a título oneroso
(con conformidad del Juez, o de su cónyuge mayor de edad).

Los acreedores pueden solicitar la revocación de los actos realizados a título gratuito
por el deudor insolvente, sin probar la mala fe del adquirente, que sí deben constatar
para revocar los realizados a título oneroso.
El adquirente a título gratuito de un bien, carece de la garantía de evicción, por lo cual,
en caso de algún defecto jurídico del bien, que le ocasione su pérdida (por ejemplo por
hipoteca o embargo) no podrá accionar contra el transmitente, lo que sí puede hacer el
que adquiere un bien a título oneroso.

5.- Formales y no formales: Los actos formales son los que dependen para su validez
de la realización de ciertas formalidades exigidas por la ley, lo que no es requerido en
los no formales. Por ejemplo, para la validez de una compra-venta de inmuebles, se
requiere el otorgamiento de la escritura traslativa de dominio.

6.- Principales y accesorios: Los actos principales, son los que existen por sí mismos,
sin depender de otros actos, como una compraventa, un comodato, un mutuo o una
locación. Los accesorios son los que no existen por sí mismos, sino que solo valen
adicionados al acto principal, cuya suerte siguen. O sea que si no es válido el acto
principal, tampoco lo será el accesorio. Esto no significa que la nulidad no pueda afectar
sólo al acto accesorio, pero en este caso, el acto principal, conservará su validez. Por
ejemplo, una venta con garantía hipotecaria.

7.- Puros y simples y modales: Los actos puros y simples contienen los elementos del
acto jurídico que hemos ya visto como esenciales, los modales, contienen además,
elementos accidentales (condición, plazo o cargo)

8.- Patrimoniales y extrapatrimoniales: Los patrimoniales poseen contenido de tipo


económico, o sea, son valorables en dinero, por ejemplo, la compra venta. Los
extrapatrimoniales, no lo poseen, y se refieren sobre todo al ámbito del derecho de
familia, por ejemplo, el matrimonio o la adopción.

9.- De administración y de disposición: En el caso del primero, no hay modificación


sustancial del patrimonio, ya que el acto no lo disminuye, sino que tiende a conservarlo
y a acrecentarlo por la simple actividad habitual desarrollada. Por ejemplo, reparar el
inmueble, cobrar alquileres. La venta de frutos de la cosa, es considerada acto de
administración.

En los de disposición, el patrimonio, está sujeto a una disminución o a un riesgo de


sufrirla. Por ejemplo, la venta de un bien, o en el segundo caso, un arrendamiento por
un tiempo prolongado, sin cláusula de reajuste, que traería el riego de depreciar el valor.
Esta clasificación importa, pues ciertas personas no pueden realizar actos de disposición
del patrimonio, por ejemplo los tutores con respecto a los bienes de sus pupilos.
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