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«ELEMENTOS PARA EL ANALISIS DE LA OBRA DE ARTE:

CONTRASTE ENTRE SUSAN SANTOG Y MICHEL FOUCAULT.»

Jesus Enrique Cantillo Diaz


Filosofía 2018-2 «Estética»
Universidad del Atlántico.

INTRODUCCIÓN
«…es la defensa del arte la que engendra la singular concepción según la cual algo, que hemos
aprendido a denominar «forma», está separado de algo que hemos aprendido a denominar
«contenido», y la bienintencionada tendencia que considera esencial el contenido y accesoria la
forma.»1
A fin de simplificar una explicación que pudiera ser exhaustiva, podemos decir que el arte ha sufrido
muchísimas maneras de ser interpretado y la raíz inicial del problema se encuentra atrapada en la
mímesis griega, que considera al arte como un trompe l’oeil,2 es decir, como una suerte de visión
óptica, que pierde su validez al ser la imitación de la imitación, en el sentido platónico.
En este ensayo, intentaré manifestar las formas en las que Susan Santog y Michel Foucault trataron
de aportar al análisis de la obra de arte; ya de por sí, los textos a los que me limitaré a citar dejan una
enriquecedora experiencia de lectura. Santog, por su parte, va en contra de la sobre interpretación de
contenido, dejándolo libre de prejuicios y significados subjetivos externos a su autor, para dejarlo ser
simplemente él, mientras que Foucault libera al arte de la sobre interpretación, siendo su primer
capitulo, el de Las Meninas de Velázquez una de las obras que analiza, y de esta manera da ejemplo
de análisis hacia la obra de arte, y se complementa con lo planteado por Santog; Foucault hace un
análisis exhaustivo de la obra, aunque la intención en realidad sea la de ordenar el arte y/o hacer una
arqueología al arte para cuestionarlo como un todo y comprender su lenguaje, desde el contenido
hasta la forma.

CONTRASTE ENTRE SANTOG Y FOUCAULT


Entre estos dos pensadores la cuestión estriba en el contenido. Santog considera que “la
Interpretación, aplicada al arte, supone el desgajar de la totalidad de la obra un conjunto de
elementos (el X, el Y, el Z y así sucesivamente). La labor de interpretación lo es, virtualmente, de
traducción. El intérprete dice: «Fíjate, ¿no ves que X es en realidad, o significa en realidad, A? ¿Que

1
Contra la Interpretación, Cap. 1, Pág. 16. Susan Santog, 1984. Ed. Seix Barral, Barcelona.
2
Así lo considera Santog al exponer, a su manera de entender, la teoría del arte Platónica y Aristotélica.
Planteado de la siguiente manera: «Y los argumentos de Aristóteles en defensa del arte no ponen realmente en
tela de juicio la noción platónica de que el arte es un elaborado trompe l'oeil, y, por tanto, una mentira.»
Ibídem, Pág. 15-16.
Y es en realidad B? ¿Que Z es en realidad C?»”3, es decir, para ella el interpretar debería ser una
manera de traducir una obra que al espectador pueda parecerle caótica, desordenada o que
simplemente le pueda parecer otra cosa de lo que suponga decir su forma. Y en este sentido podemos
decir que Foucault cumple este criterio cuando, apasionadamente en su libro Las Palabras y Las
Cosas, dice de Las Meninas de Velázquez: «Este conjunto de personajes, así dispuesto, puede formar
(…) dos figuras. La primera sería una gran X; en el punto superior izquierdo estaría la mirada del
pintor, y a la derecha, la del cortesano; en la punta inferior, del lado izquierdo, estaría la esquina
de la tela representada del revés (más exactamente, el pie del caballete); al lado derecho, el enano
(con el zapato sobre el lomo del perro). En el cruce de estas dos líneas, en el centro de la X, estaría
la mirada de la infanta. La otra figura sería más bien una amplia curva: sus dos limites estarían
determinados por el pintor, a la izquierda, y el cortesano de la derecha (…); la concavidad, mucho
más cercana, coincidiría con el rostro de la princesa y con la mirada que la dueña le dirige. Esta
línea traza un tazón que, a la vez, encierra y separa, en el centro del cuadro, la colocación del
espejo.»4, considerando ya no una forma, así simplemente, lo que en el lienzo se nos presenta, el autor
muestra un orden de ideas que se presentan invisibles ante el espectador, pero que hacen posibles la
armonía y belleza de la obra, mostrando al contenido de una manera muy encantadora, sin caer en
sobre interpretación, es decir, revela de la obra la Interpretación de su exhaustivo análisis,
desnudándola a ella y sólo ella, sin quedar fuera de contexto, cumpliendo el objetivo que se propone
Santog para la Interpretación de la obra. El papel de Foucault en Las Meninas es el de traducirnos, el
de mostrarnos el lenguaje que utiliza Velázquez con respecto a las formas y el contenido.
Foucault piensa que en el contenido, el orden debe ser necesario para echar suelo a la Interpretación
debida, y que, de hecho, el orden debe estar establecido, incluso, antes de echar mano a la obra. Es el
orden que predispone a la obra, incluyendo a la más abstracta; nos dice igualmente que «El orden es,
a la vez, lo que se da en las cosas como su ley interior, la red secreta según la cual se miran en cierta
forma unas a otras, y lo que no existe a no ser a través de la reja de una mirada, de una atención, de
un lenguaje y sólo en las casillas blancas de este tablero se manifiesta en profundidad como ya
estando ahí, esperando en silencio el momento de ser enunciado.»5, y es así como el orden se vuelve
esencial en la interpretación. El orden es el que nos da poder para Interpretar la obra, el trabajo del
traductor debe ser el velar por el orden, que, de hecho no es complicado, ya Foucault nos plantea en
la cita que el orden está establecido, pero sólo se revela a quién cumpla el criterio de la atención.
Ya que en este ensayo nos propusimos encontrar los elementos para un análisis de arte entre estos dos
pensadores, notamos que en Foucault se manifiesta para la Interpretación o, en nuestras palabras,
para el análisis de arte, inicialmente el lenguaje ¿Qué dice el contenido? ¿Qué formas se representan
en la obra y qué nos dicen todas unánimes? El contexto también influye en la interpretación: al iniciar
el prefacio el autor cita a Borges, y a partir de ahí reflexiona un acerca de la cita y sobre el contexto
de la misma, para luego ubicarla, es decir, en qué sitio del conocimiento se puede pensar. Y luego,
pero más importante, el orden, como ya se ha expuesto aquí. Más Santog anhela fervientemente
liberar al arte de Interpretación; para ella el Interprete en estos tiempos exagera sobre las cuestiones
que les suscita el arte y es por ello que cae en una especie de hermenéutica a veces sobre pasada a lo
que realmente quiere decir la obra. Diría ella que «Ninguno de nosotros podrá recuperar jamás

3
Ibíd. Pág. 16
4
Las Palabras y Las Cosas: Una arqueología de las Ciencias Humanas, Cap. 1: Las Meninas: II; Pág. 21-22.
Michel Foucault, 1968. Siglo XXI Editores, Argentina.
5
Ibíd. Pág. 5.
aquella inocencia anterior a toda teoría, cuando el arte no se veía obligado a justificarse, cuando no
se preguntaba a la obra de arte qué decía, pues se sabía (o se creía saber) qué hacía.»6.

6
Contra la Interpretación, Cap. 2, Pág. 17. Susan Santog, 1984. Ed. Seix Barral, Barcelona.

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