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BIBLIOGRAFIA
Bloch Marc, 1940, la sociedad feudal, TOMO 2º, (Cap I II Y III, 18-20-23-35)
EL CLERO Y LAS CLASES PROFESIONALES
I. LA SOCIEDAD ECLESIÁSTICA EN EL FEUDALISMO
Entre la clerecía y los seculares, en la época feudal, la frontera no era esa línea clara y firme
que la reforma católica tenía que esforzarse en trazar durante el Concilio de Trento. Un
verdadero pueblo de tonsurados, de condición mal definida, formaba, en los confines de
ambos órdenes, un margen de color indeciso. No por ello el clero dejaba de constituir
eminentemente una clase jurídica. En su conjunto, se caracterizaba por un derecho muy
particular y privilegios de jurisdicción celosamente defendidos. Por el contrario, no tenía nada
de clase social. En sus filas, coexistían tipos humanos muy diversos por los sistemas de vida, el
poder y el prestigio.
VILLANOS Y BURGUESES
Por debajo del noble y del clérigo, la literatura de inspiración caballeresca afectaba no advertir
más que un pueblo uniforme de rústicos o de villanos. En realidad, esta multitud enorme
estaba atravesada por un gran número de líneas de hendidura social, profundamente
marcadas. Esto era auténtico entre los propios rústicos, en el sentido exacto y restringido de la
palabra. No sólo en sus filas, los diversos grados de sujeción respecto del señor trazaban
fronteras jurídicas oscilantes, poco a poco llevado a la antítesis entre servidumbre y libertad.
Junto a estas diferencias de estatuto y sin confundirse con ellas, graves desigualdades
económicas dividían también las pequeñas colectividades rurales. Para no citar más que la
oposición más sencilla y más pronto formulada, ¿qué labrador, orgulloso de sus animales de
acarreo, hubiese aceptado como sus iguales a los braceros de su pueblo, que para ganar su
sustento no poseían más que sus músculos?
Sobre todo, aparte la población campesina, y de los grupos consagrados a las honorables
tareas del mando, habían existido siempre unos núcleos aislados de mercaderes y de
artesanos. De estos gérmenes, la revolución económica de la segunda época feudal hizo surgir,
acrecida por innumerables aportaciones nuevas, la masa poderosa y bien diferenciada, de las
clases urbanas. El estudio de sociedades de un carácter tan netamente profesional no podría
emprenderse fuera de un examen profundizado de su economía. Una rápida localización
bastará aquí, indicando su posición sobre el telón de fondo del feudalismo.
BIBLIOGRAFIA
Bloch Marc, 1940, la sociedad feudal, TOMO 2º, (Cap I Y II , 73- 79)