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Durante éste trabajo se buscará acercarnos a nociones conceptuales e intuitivas sobre la

experiencia, y nociones de que dicha experiencia sucede con contenido representacional,


entendiendo que muchos de nuestros pensamientos sobre características de la realidad, del
mundo… Caen bajo categorías definidas por McDowell y también bajo descripciones del
juicio estético desarrollado por Kant.
Deberán cumplirse ciertas condiciones que serán descritas en éste trabajo para afirmar que
dichos pensamientos e intuiciones son efectivamente representativas, definiendo que
poseen un contenido representacional desde el mundo y que pueden ser sometidos a
evaluaciones de juicio del gusto y de lo agradable desarrollados por Kant.
Si logramos caracterizar dichas condiciones, y comprobar que el contenido de la
experiencia es representacional; posteriormente analizaremos las definiciones de Kant
durante su trabajo sobre el juicio estético, su universalidad, su concepto de belleza y los
relacionaremos son posibles aristas comunes con el arte.

Representación conceptual de McDowell

Bajo una mirada conceptualista, la posibilidad de definir contenidos será sujeta a cómo los
sujetos representan el mundo (motivaciones, intereses, capacidad lingüística) y considera la
formación de contenido como una proposición. El sujeto será capaz de tener pensamientos
con su contenido específico si aquél cuenta con una capacidad conceptual para dar
especificaciones de ese contenido – de lo contrario será imposible que tenga un
pensamiento - de aquellas afirmaciones se concluye que el contenido es conceptual
(McDowell 1994)

El carácter representacional puede tener márgenes de error en su percepción si las


representaciones que desarrollamos no coinciden siempre con el fenómeno observado en la
realidad. Lo anterior puede ser medido por ejemplo… en el desarrollo de ciertas obras, por
ejemplo, en el realismo hay retratos que pueden haber resultado en gran medida
coincidentes con el fenómeno a retratar. Así mismo puede ocurrir respecto a definiciones de
un pensamiento a partir de la experiencia, por ejemplo, si vemos un insecto de color negro
que vuela podemos catalogarlo como mosquito, mosca, mosco y, sin embargo, cada sujeto
que observa aquél contenido con recursos conceptuales diferentes estará identificando el
mismo objeto a pesar de definirlo distintamente. Las correcciones que puede sufrir aquél
contenido representacional son variables, dependerá de cómo se define aquél objeto
representacional (con mirada objetiva), qué cualidades incuestionables posee para que sea
el objeto determinado que es, y por otro lado, la variable mencionada sobre el recurso
conceptual que posee el observador (foco subjetivo) en su proceso perceptivo. Conocer
algo tiene entonces niveles representacionales de su contenido, y al mismo tiempo posee
limitaciones provenientes de la realidad y del recurso conceptual del observador – aquello
es una problemática identificada por McDowell e incita un desarrollo por parte de Kant a lo
que es el contenido intuitivo, que no serán profundamente descritas en éste trabajo, pero
serán consideradas en tener en cuenta la relevancia de la gama representacional que nos
ofrece la realidad y lo variable en nuestros desarrollos conceptuales a la hora de realizar
juicios a partir de la experiencia.

Podemos observar la presencia de los puntos anteriormente desarrollados en el análisis de


McDowell, respecto al contenido representacional de la experiencia en colores. Leyendo a
McDowell es posible identificar que nuestras habilidades sobre la identificación de matices
serán desarrolladas en el caso de que poseamos una gama de conceptos amplia, también
puede pulirse un más la experiencia si consideramos la existencia de conceptos
demostrativos como los que menciona Evans… de los cuales, McDowell no prescinde.
Aquella presencia de conceptos demostrativos permitirá dirigir la percepción y realizar
gestos señaladores; McDowell considerando la postura de Evans, no cree que el contenido
conceptual se debilite por ello, los conceptos demostrativos guían nuestra percepción y la
hace menos intuitiva, así los colores y sus matices pueden ser mejor comprendidos por
haber definido más nuestra percepción gracias a conceptos demostrativos. El concepto
demostrativo enriquecería las posibilidades lingüísticas sobre conceptos de matices,
acercándonos aún más a la experiencia… Identificando aquél matiz, logramos pulir nuestra
habilidad conceptual y, por ende, logra ser aún más correcta representacionalmente. Dicha
capacidad es capaz de trascender en el futuro y ser usada repetitivamente… esa capacidad
nos permite distinguir entre objetos similares (mosca, mosquito, rojo carmesí, rojo rubí) y
eso es lo que la hace conceptual, más allá de lograr el acto demostrativo.
Las habilidades conceptuales que logramos acerca de la experiencia se entrelazan mediante
conceptos, así podemos llegar a comprender lo que la percepción recibe y nuestro mundo se
amplía… aquella habilidad no la otorga la experiencia misma, sino, el pensamiento y su
recurso conceptual. Así, podemos percibir por ejemplo una forma de un polígono y además
de saber que es un polígono, lograr definir variaciones de aristas, caras, superficies,
conceptos de diámetros… etc.

Interpretaciones de lo representacional, según sujeto y percepción, según objetivo y


subjetivo – de las categorías desarrolladas por Kant.

El sujeto individual puede referir la representación a través de la imaginación, no a partir


del entendimiento hacia el objeto de conocimiento – aquella representación puede generar
en él placer o dolor. El juicio del gusto no se formula a partir de la lógica o el conocimiento
del objeto ya que ello implica que sea objetiva, y el juicio tiene una base subjetiva.
Las distinciones respecto a esa representación son objetivas la mayoría del tiempo, pero no
en el caso de ser relacionada con el placer, es bajo aquella relación que el sujeto mide de
qué forma es alcanzado por esa representación… El sujeto se siente lúcido sobre dicha
representación e identifica sus percepciones relacionadas con ella, percepciones que están
ligadas a sentir placer o dolor. Al identificar la percepción receptiva por parte del sujeto, se
define a ella como objetiva, pero los sentimientos de placer o dolor son definidos siempre
como subjetivos… y que un objeto nos genere placer o dolor es algo separado del
conocimiento que tenemos de aquél objeto, dichas sensaciones serán dependientes sin
embargo, del interés hacia dicho objeto.
Kant valora lo posible de lograr universalidad respecto al juicio estético, el cuál considera
que no es individual a cada sujeto, sino que tiene acceso a un proceso comunicacional y
juicios de valor común.
La razón de considerar como universal el juicio de gusto es que adquiere una instancia de
reflexión y contemplación, diferente del juicio de lo agradable que sólo radica en la
percepción y los sentimientos… El juicio estético irá más allá de la recepción de un
contenido empírico que se enriquece por los sentidos, ira más allá hasta adherirse a lo
reflexivo.

Por ejemplo, situaciones que respectan a lo agradable son contemplar colores, comer
comidas sabrosas, saborear una fruta u oír música… Para Kant, aquellas situaciones serán
consideradas bellas por el gusto común, en su contenido representacional, pero no serán
definidas como algo más que agradable. Sin embargo, bajo otras definiciones, aquellas
situaciones serán bellas en la medida de pureza que poseen, relacionando la belleza con las
posibilidades de formas representacionales de dicho objeto o situación; lo agradable
identifica una cualidad y las cualidades no alcanzan lo universal… Lo puro es
absolutamente abstracto y merece la universalidad, nadie criticaría la belleza de los colores
o los sonidos instrumentales de la música. En las artes la técnica del dibujante será
imprescindible, y una obra… sólo por su forma, su esencia de dibujo puede generar placer
sin objetivo alguno – aquél dibujo no cae bajo algún concepto definido, y ello hace que
contenga una calificación de universalidad que no se embarca en conceptos, ni cantidades
objetivas de juicio... es abstracto, es sólo categóricamente subjetivo. Podemos observar
entonces, que el filósofo se esmera en alcanzar lo universal sobre el juicio estético, negando
el juicio del gusto ante los colores o sonidos... y adhiere aquellos sentimientos sólo al
ámbito de lo agradable – El juicio sobre los objetos, según Kant precede sentir placer o
dolor, ya que aquellos son parte de un juicio contemplativo; de reflexión. Si el placer fuera
primario, el placer sólo sería respecto a lo agradable de las sensaciones… pero ello
dependería de las representaciones del objeto dado. Las intenciones de universalidad
permiten reconocer que lo que nos causa placer son las formas puras, distintas de lo que son
cualidades determinadas de algo; la reflexión y el acto de contemplar son parte de un juicio
estético – no así, lo agradable se adhiere sólo a los sentidos… Sin embargo, aquella
universalidad continúa en lo subjetivo, ya que se mantiene en lo que siente un sujeto y no a
los conceptos que el posee sobre dicho objeto de reflexión.

La subjetividad de la universalidad genera la coexistencia del entendimiento y la sensación,


de lo racional y lo irracional, la experiencia objetiva y subjetiva. Todo en torno a la
conjugación entre entendimiento y sensación. Mediante la universalidad podremos acceder
a conocimientos objetivos, y las sensaciones involucradas serían exclusivas e irrepetibles –
es mediante éstas características que se fusionan dos elementos que son parte de la
realidad… que es la situación estética como algo producto de lo imaginario, unido a las
posibilidades de entendimiento y sentimientos que poseen intensidades distintas de acuerdo
a las particulares experiencias personales.

Categoría de la belleza y posibles aplicaciones en el Arte

En Kant la belleza natural prevalece por sobre la artística, por su concepto de pureza. Es la
belleza natural que no requiere de un concepto que define la obligación de un objeto a ser
determinada cosa… la belleza natural es forma absoluta – por ejemplo, los objetos
observables en la naturaleza. Por otro lado, la belleza adherente (como los retratos del
hombre) define un concepto y es guiada bajo un aire de perfección que permite que la
representación es igual al objeto real. La capacidad de juzgar la belleza no enfatiza sobre
las cosas en sí mismas, sino, acerca de las posibilidades de juicio que podemos hacer acerca
de su belleza – éste juicio se realiza a partir de la imaginación, no de la gama de
entendimientos posibles y al mismo tiempo considera los sentimientos placenteros o no,
que aquél juicio nos otorga (diferente del juicio de gusto que considera sentimientos
satisfactorios o desagradables).

Las obras de arte están sujetas a juicios de apreciación, lo cuales no son determinados como
reglas universales… porque son indeterminados, no poseen posturas objetivas – por el
contrario, tienen principios subjetivos, sintientes, con valoración universal – común. La
valoración común mencionada se caracteriza por la libertad de imaginación y caminos de
entendimientos efectuados a partir del valor común. Si afirmásemos que una obra es bella,
y caemos en negación de posibles valoraciones ajenas; el juicio se fundaría en los
sentimientos personales, considerándolo “uno común”, es decir; la representación no sólo
me genera placer a mí, sino que, la considero valorativamente placentera para todos.

El hombre formula juicios sobre lo bello buscando causas fuera de él mismo, la belleza está
en el exterior, separado del artista y del observador – aunque el artista creara una obra,
aquél actuar se define por conceptos de lo perfecto e ideas estéticas determinadas
racionalmente, por ello la belleza adquiere una connotación separada del artista.
Conforme a lo anterior, el mundo interior del artista se considerará lo sublime, lo que
mueve sus motivaciones y creaciones – lo que siente y la perspectiva que tiene sobre la
belleza externa, enriquecida de conceptos e ideas. Es lo sublime lo que le otorga
sentimientos creativos, y le empuja a superar los límites del exterior.

Existirán artistas que creen obras despojadas de técnicas virtuosas, pero plasmando con
honestidad sus sentimientos. Las representaciones infinitas en la creación de obras,
obedecerá a conceptos e ideas sujetos al contexto del artista y aunque podamos compartir
un mundo conceptual, la mezcla, la conjugación de éstos es un proceso único – irrepetible,
personal. Si el pintor se esmera en imitar conceptos de contextos ajenos al de él, cabe la
posibilidad de que su obra no plasme de ninguna manera su mundo de sentimientos y
percepciones personales – dejando en sus obras lo sublime que vive en cada hombre. Al
realizar una obra de arte, ambos juicios (tanto el de belleza natural, como la belleza estética
y lo sublime) coexistirán, guiando la ejecución de la realidad interna como externa del
artista – su mundo interno estará lleno de emociones y pasiones en constante agitación,
mediante la obra quizás pudiésemos acercarnos a aquél mundo… pero esto no se puede
asegurar, quizás podamos sentir una noción de ello mediante procesos perceptivos que nos
genera el material de la obra y nuestra propia experiencia para interpretarla.
Como relación entre lo objetivo y lo subjetivo podemos identificar que los sentimientos
conformarían aquella parte subjetiva y abstracta que desarrolla Kant en el juicio estético, y
paralelamente la realización de la obra conformaría el punto objetivo dotado de razón y
conocimiento (técnicas de pintura, técnicas de dibujo, uso de materiales) – por lo que,
podemos inferir de alguna manera que lo subjetivo… aquél mundo imaginativo,
sentimental será lo que guíe lo objetivo – es difícil (no imposible) de considerar que el
artista piense antes en las técnicas a plasmar, que en el contenido, puede ocurrir pero de ser
así el contenido estaría sujeto a la intención de técnica y eso de alguna forma limitaría lo
abstracto o el proceso imaginativo en el fluir de la obra. Si además, en aquél proceso nos
independizamos de los conceptos de belleza estética… podremos otorgarle aun mayor
libertad romántica a la obra, permitiendo que el mundo subjetivo prime sobre el objetivo;
permitiendo también el empuje emocional que mueve al artista.
Los que prioricen mayormente la técnica por sobre el empuje subjetivo de emociones,
harán coincidir su manualidad material bajo conceptos del arte que serán obedecidos, como
el concepto de línea, de punto, definición de formas, alejándose de lo abstracto… La
representación de la técnica, en sus expresiones de luminosidad, contraste, formas concretas
será acorde a la gama conceptual definida de manera universal. Por otro lado, algunos
artistas se despojarán de una belleza definida objetivamente; con formas concretas, que
entrega satisfacción por la lógica, racionalidad, armonía de la obra. Se dejarán guiar por
una representación abstracta, poco acorde a una gama conceptual artística… alejándose por
consecuencia, de la belleza estética – y acercándonos netamente a lo sublime; a lo
imaginativo; a lo infinito.

Es de concluir que el contenido de la experiencia es conceptual en una gran medida, sin


desconocer que existe un mundo interno que quizás es complejo de definir
inmediatamente… que requiere reflexión; aquella experiencia se acompaña de intentos en
definir representaciones con contenido empírico y conceptual en el arte, aquellas
representaciones caen bajo evaluaciones de juicio estético, del gusto, de lo agradable
desarrollados por Kant; y dichas categorías pueden ser usadas en el análisis de ejecución y
motivaciones de obras.

Considero que las pretensiones de definir conceptualmente la interpretación de la


experiencia perceptiva, ha sido en gran parte correspondida. Es probable que existan vacíos
en profundizar algunas temáticas sobre desarrollos conceptualistas de McDowell, o bien, en
el desarrollo de la linealidad de juicios sobre lo bello, lo estético y lo sublime – exista una
dificultad en comprender la sucesión de ellos. Sin embargo, en las relaciones establecidas
entre aquellas definiciones propuestas y las aristas de ejecución artísticas… creo que existió
un acercamiento óptimo para repensar el proceso artístico.

Bibliografía utilizada

Rodrigo Aldea: El problema de la libertad en Kant y un nuevo concepto de naturaleza en


la Crítica de la facultad de juzgar, Universidad Alberto Hurtado.

Transito Cordero: El libre juego de facultades: belleza y conocimiento en Kant,


Marina Silenzi: El juicio estético sobre lo bello y lo sublime, Universidad del Salvador.

A. Pinzón, A. Murillo: El contenido mental no-conceptual y la experiencia perceptual


espacial.

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