Casacion Laboral JURISPRUDENCIA PMA

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JURISPRUDENCIA 1

RECURSO DE CASACIÓN LABORALINTERPUESTO POR LA FIRMA SHIRLEY & ASOCIADOS,


EN REPRESENTACIÓN DE JOSÉ ANTONIO GALVAÑ CARRILLO CONTRA LA SENTENCIA DE 20
DE OCTUBRE DE 2006, EMITIDA POR EL TRIBUNAL SUPERIOR DE TRABAJO DEL PRIMER
DISTRITO JUDICIAL, DENTRO DEL PROCESO LABORAL JOSÉ A. GALVAÑ C. VS YAAFAR
INTERNATIONAL, S. A. Y KELME LATIN AMERICA, S.A.

Tribunal: Corte Suprema de Justicia, Panamá Sala: Tercera de lo Contencioso


Administrativo Ponente: Victor L. Benavides P. Fecha: 22 de Abril de 2008

Materia: Casación laboral Casación laboral Expediente: 647-06

VISTOS:

La Firma SHIRLEY & ASOCIADOS, actuando en representación de


JOSÉ ANTONIO GALVAÑ CARRILLO, ha presentado recurso
de casación laboral contra la resolución emitida por el Tribunal Superior de
Trabajo del Primer Distrito Judicial de 20 de octubre de 2006, dentro del proceso
laboral arriba descrito.

I. ANTECEDENTES DEL CASO.


El Licenciado Hernán Hernández Obaldía, de la Firma SHIRLEY &
ASOCIADOS, interpone formal demanda laboral para que sean condenados
solidariamente las empresas YAAFAR INTERNATIONAL, S.A. y KELME
LATIN AMERICA, S.A., al pago de B/.501,800.00 en concepto de diferencia de
salarios dejados de pagar, vacaciones y décimo tercer mes vencido y no pagado a
favor de JOSÉ ANTONIO GALVAÑ CARRILLO.

El Juzgado Primero de Trabajo de la Segunda Sección, mediante Sentencia


N° 15 de 6 de julio de 2006, decide reconocer probada la excepción de
prescripción alegada por las empresas demandadas, así como también reconoce
la excepción de la obligación y las absuelve de toda responsabilidad laboral.

Inconforme con la decisión de primer grado, el actor propone recurso de


apelación ante el Tribunal Superior de Trabajo del Segundo Distrito Judicial. El
Tribunal de la alzada mediante sentencia de 20 de octubre de 2006, decide
confirmar en todas sus partes la sentencia N° 15 de 6 de julio de 2006, del
Juzgado Primero de Trabajo de la Segunda Sección. Sobre esta sentencia recae el
presente recurso de casación, que pasamos a describir.

II. FUNDAMENTOS DEL RECURSO.


El proponente del presente recurso de casación laboral, considera que la
sentencia atacada infringe los artículos 12 numeral 7, 62 y 96 del Código de
Trabajo.

Sostiene en primer lugar, que la sentencia ha infringido el artículo 12


numeral 7 del Código de Trabajo, en violación directa. Toda vez que el Tribunal
no valoró la nota de 12 de octubre de 2004, que contiene la reclamación
extrajudicial de derechos adquiridos, al manifestar que si bien el documento
aparece en original y consta el sello, el mismo no está debidamente acreditado
que hubiese sido recibido por la empresa. Pese a que en Acción Exhibitoria
realizada el 8 de septiembre de 2006, la Administradora de la empresa YAAFAR
INTERNATIONAL, S.A., Berta de Roa, manifestó haber recibido la nota en
mención.

El segundo cargo de infracción, según el casacionista consiste en la


violación de manera directa por omisión del artículo 62 del Código de Trabajo.
Sostiene que el Tribunal Superior de Trabajo al no observar las pruebas
documentales al sentenciar la no existencia de la relación laboral y no considerar
que el contrato de trabajo concertado entre las partes, produce el mismo efecto
que la relación de trabajo.

Por último, establece que la sentencia recurrida, ha violado de manera


directa por comisión el artículo 96 del Código de Trabajo. Manifiesta que el
Tribunal al aplicar la norma señalada, desconoció que las empresas demandadas
operaron bajo una unidad económica y contrataron de manera indistinta los
servicios del señor Galvañ Carrillo. La sentencia violó de manera directa por
comisión dicha excerta legal al desconocer un derecho consagrado en la norma
de manera clara.

Por lo que solicita a los Honorables Magistrados se case la sentencia


dictada por el Tribunal Superior de Trabajo del Primer Distrito Judicial de fecha
20 de octubre de 2006.

III. OPOSICIÓN.

La firma forense MENDOZA, VALLE & CASTILLO, representante legal


de YAAFAR INTERNATIONAL, S.A., solicita que se rechace el recurso por
defectos técnicos insoslayables. Señala que el escrito de casación, pretende
convertir la Casación Laboral en otra instancia del proceso, presentando inclusive
alegaciones que no aparecen dentro del proceso.

Respecto al primer cargo de infracción, señala que la violación directa de


la ley sustantiva se produce, si se contraría o desconoce el texto o se deja de
aplicar una norma sustantiva. Considera que la sentencia del Tribunal Superior
con respecto a la norma fue citada debidamente y sujeto a un correcto análisis.

En cuanto al segundo cargo que se argumentó violación directa por


omisión del artículo 62 del Código de Trabajo, explica que la violación señalada
se da cuando se deja de aplicar un texto legal, y en el presente caso no se ha
dado. El casacionista pretende que se cuestione la valoración de las pruebas
realizadas correctamente por el Tribunal, por lo que no es viable.

Por último señala que no se probó en el proceso que el demandante


hubiese laborado indistinta y simultáneamente para YAAFAR
INTERNATIONAL, S.A., y que no existe unidad económica con la empresa
KELME LATIN AMERICA, S.A., por lo tanto no hay responsabilidad solidaria
entre las empresas demandadas. Dice que el recurso de casación laboralno
constituye una tercera instancia, para cuestionar valoración de pruebas realizadas
por el tribunal. Por lo que pide que no case la sentencia recurrida.

Por su parte el Lic. Ricardo Sémpero, representante legal de KELME


LATIN AMERICA, S.A., solicita declare infundada el recurso de casación en la
forma por improcedente. Señala que no hubo interrupción de la prescripción, vía
reclamación extrajudicial, ya que se requiere constancia de haberse notificado,
por medios regulares a el representante legal de la empresa demandada, y no
probó si alguien recibió la nota, ni probó que el sello es original o similar, es
decir que es el que la empresa utiliza para recibir documentos.

Dice que la parte demandante ha inventado un reconocimiento dentro de la


acción exhibitoria que no existe, toda vez que la administradora dijo que nunca
recibió tal comunicación y consta en autos.
En lo que concierne a la violación del artículo 96 del Código de Trabajo,
no solo basta que las empresas laboren o funcionen en un mismo local, sino que
resulta indispensable que utilicen indistinta y simultáneamente los servicios del
trabajador, y la parte demandante no lo ha probado.

IV. DECISIÓN DE LA SALA.

El proponente del recurso de casación invoca el artículo 12 numeral 7 del


Código de Trabajo como fundamento para señalar que ha sido transgredido por la
sentencia recurrida.

Argumenta que la norma fue infringida por la sentencia, al no reconocer la


"interrupción de la prescripción", cuando el trabajador mediante nota de 12 de
octubre de 2004 (foja 78 del expediente) comunica a la empresa YAAFAR
INTERNATIONAL, S.A., reclamo extrajudicial en la que solicita el pago total
de los derechos adquiridos adeudados por la empresas en virtud de la relación
laboral. (f. 9 del recurso).

Para una mejor ilustración de esta figura jurídica de prescripción, nos


apoyamos en la definición que en fallo de 17 de agosto de 2000, se dejó dicho lo
siguiente:

"La prescripción, y en palabras sencillas, es el


término de tiempo establecido en la Ley, en apoyo a la
seguridad jurídica, para ejercer y conservar derechos,
que deben ser reconocidos a quien alegue tenerlos,
mediante la concurrencia a los Tribunales de Justicia
competente. Al no ejercitarse la reclamación judicial
oportuna, el derecho queda relegado a una simple
expectativa, que por inercia del interesado no pudo
ser reconocida plenamente. En este caso, es obvio que
la pretensión se extingue." Lázaro Arcia vs. Ibeth
Mendoza.
El silencio o el abandono en la exigencia de los derechos por parte del
titular, durante el tiempo marcado o fijado para exigirlo, ponen de manifiesto de
inmediato la extinción o la acción para ejercitar el derecho que dice poseer, se
habla entonces de prescripción extintiva. Ahora bien, si el poseedor del derecho
hace efectivo el ejercicio de la acción dentro del término establecido y ante la
autoridad competente, se entiende entonces que el término de prescripción ha
sido interrumpido.

Existen además otros medios o forma que permiten interrumpir ese


término. El numeral 7 del artículo 12 del Código de Trabajo, prevé 3 situaciones
que opere la interrupción de la prescripción: 1. el reconocimiento de la
obligación; 2. El reclamo extrajudicial o en la vía administrativa; y 3. Por la sola
presentación de la demanda.

Nos centraremos en el reclamo extrajudicial que alega la parte actora


interrumpió la prescripción. Esta se define como un acto potestativo del
trabajador, que se desarrolla fuera del proceso, de allí deviene su nombre, se hace
con el ánimo de que el patrono comparezca a las oficinas administrativas de
trabajo, para resolver el problema que surge de la relación de trabajo, o bien se
hace directamente al empleador por parte del trabajador como en el presente
caso; en ambos casos se requiere el conocimiento de la contraparte de la solicitud
hecha, a falta de este ùltimo acto, la solicitud queda relegada a una simple
expectativa sin producir efectos jurìdicos. El conocimiento de la contraparte del
reclamo extrajudicial en debida forma, puede ser utilizado como medio para
acreditar interrumpida la prescripción.

Si bien, la parte actora alega interrupción de la prescripción, debió aportar


los elementos necesarios que no admita duda en cuanto a su valoración.

En efecto se presenta prueba documental que corre a foja 78 del proceso


"reclamo extrajudicial", pero se observan defectos para su valoración. Como bien
ha dicho el juzgador inferior, el documento carece de un acuso de recibo, dado
que no consta quien recibió dicho documento, no existe firma de la persona que
la recibió en la empresa. Ante la falta de este presupuesto, no puede otorgarse
valor probatorio para establecerse como medio de interrupción de la prescripción.

No prospera el cargo de infracción que recae sobre la sentencia recurrida,


en este sentido.

También solicita el proponente del recurso, que la sentencia recurrida


viola el artículo 62 del Código de Trabajo. Se percata la Sala, que en el desarrollo
del concepto de infracción, el actor censura la forma de cómo el juzgador Ad-
quem valoró el material probatorio en negar la existencia de la relación de trabajo
entre las partes. Es decir se aspira indebidamente a que se haga un estudio a las
consideraciones que el juzgador adelantó en valorar las pruebas por medio del
principio de la sana crítica. Somos del criterio desde ya, que las mismas son
basadas en la Ley, que concluyó en la confirmación del fallo de primer grado.

No puede este Tribunal Colegiado entrar a debatir, aspectos de evaluación de los


elementos probatorios, en función del principio de la sana crítica.

En materia de Casación Laboral no procede este cargo, salvo que exista error de
hecho en la apreciación del material probatorio, es decir cuando el tribunal tenga
por probado un hecho con base a una prueba inexistente, o bien que haya dejado
de valorar un elemento probatorio, existente en el proceso.

Esta circunstancia corresponde al proponente del recurso esbozar de


manera clara y razonada, de modo que le sirva de guía al Tribunal para su
estudio, situación que no ha sucedido en el presente caso bajo estudio. Por lo
tanto desestima el cargo de infracción endilgado a la sentencia de segundo grado.

Bajo estos parámetros, en sentencia de 30 de marzo de 2006, se dijo:

"En este contexto se hace necesario reiterar, que la


jurisprudencia de esta Máxima Corporación Judicial
ha sido constante y uniforme al señalar, que la
actividad de apreciación de pruebas que adelanta el
juzgador laboral, con base al sistema de la sana
crítica, no es susceptible del reparo por el Tribunal de
Casación, excepto que se haya incurrido en un error
de hecho en la valoración de las pruebas, lo que no
acontece en este negocio.
Por último el casacionista sostiene que ha sido infringido el artículo 96 del
Código de Trabajo, norma que contiene los elementos que determinan la unidad
económica de varias empresas. La sala considera que no es necesario entrar a
confrontar la norma presentada con el fallo recurrido, dado que los otros cargos
han sido desestimados. Este criterio se ha sostenido en sentencia de 16 de enero
de 2004, cuando se dijo:
"Por último, el casacionista sostiene que ha sido
infringido el artículo 735 del Código de Trabajo,
referente a la carga de la prueba, sin embargo, la Sala
considera que no es necesario entrar a analizar este
cargo, dado que los anteriores fueron desestimados.
Antes de finalizar, se recuerda que toda actividad desplegada por el
juzgador en la apreciación de las pruebas, afincadas con el sistema de la sana
crítica no es susceptible del reparo por el Tribunal de Casación laboral, sólo en el
evento en que haya ocurrido un error de hecho en la valoración de la prueba o
dejado de valorarla, situación que no acontece en el caso sub júdice, como ha
quedado anotado en líneas anteriores.

A juicio de los suscritos Magistrados son acertadas jurídicamente los


argumentos esbozados por el juzgador Ad-quem, en la medida que el actor no
logró su cometido, pues los elementos de juicio se ajustan a las reglas de la sana
crítica que regula el artículo 732 del Código de Trabajo, esto es objetividad,
sensatez y lógica razonable a fin de otorgarle su justo valor al material
probatorio.

Frente a este escenario jurídico, esta Corporación de Justicia Laboral


concluye que la sentencia atacada mediante el recurso de casación laboral, se
ajusta a derecho y que los cargos de violación al Código de Trabajo que se
endilgan carecen de asidero legal, por lo que debe negarse la pretensión del
casacionista.

En consecuencia, la Sala Tercera Casación Laboral de la Corte Suprema


de Justicia, administrando justicia en nombre de la República y por autoridad de
la Ley, NO CASA la sentencia de 20 de octubre de 2006 expedida por el
Tribunal Superior de Trabajo del Primer Distrito Judicial, presentado por la
Firma SHIRLEY & ASOCIADOS dentro del proceso de laboral común: JOSÉ
ANTONIO GALVAÑ CARRILLO vs YAAFAR INTERNATIONAL, S.A. y
KELME LATIN AMERICA, S.A.

Notifíquese,

VICTOR L. BENAVIDES P.

WINSTON SPADAFORA FRANCO -- HIPÓLITO GILL SUAZO

HAZEL RAMÍREZ (Secretaria Encar


JURISPRUDENCIA 2

RECURSOS DE CASACIÓN LABORAL, INTERPUESTOS POR LA FIRMA MENDOZA, VALLE &


CASTILLO, EN REPRESENTACIÓN DE LAS SOCIEDADES VICTORIA DE DAHLGREN, DISEÑOS
DE INTERIORES, S.A Y VBA CONSTRUCCIONES GENERALES, S.A, Y POR EL LICENCIADO
CÉSAR JULIO GONZÁLEZ, EN REPRESENTACIÓN DE DG ARQUITECTOS E INGENIEROS, SA,
CONTRA LA SENTENCIA DEL 27 DE SEPTIEMBRE DE 2004, DICTADA POR EL TRIBUNAL
SUPERIOR DE TRABAJO DEL PRIMER DISTRITO JUDICIAL, DENTRO DEL PROCESO
PROPUESTO POR EL SEÑOR ARSENIO MIRONES CONTRA LAS SOCIEDADES ANÓNIMAS DG
ARQUITECTOS E INGENIEROS, SA, VICTORIA DE DAHLGREN, DISEÑOS DE INTERIORES, SA Y
VBA CONSTRUCCIONES GENERALES, SA. PONENTE: HIPÓLITO GILL SUAZO. PANAMÁ,
PRIMERO (1) DE MARZO DE DOS MIL CINCO (2005).

Tribunal: Corte Suprema de Justicia, Panamá sala: Tercera de lo Contencioso


Administrativo Ponente: Hipólito Gill Suazo Fecha: 01 de marzo de 2005

Materia: Casación laboral Casación laboral Expediente: 556-04


VISTOS:

La firma de abogados Mendoza, Valle & Castillo, actuando en


representación de las sociedades VICTORIA DE DAHLGREN, DISEÑOS DE
INTERIORES, SA y VBA CONSTRUCCIONES GENERALES, SA, ha
promovido Recurso de Casación Laboral contra la Sentencia del 27 de
septiembre de 2004, proferida por el Tribunal Superior de Trabajo del Primer
Distrito Judicial, dentro del proceso propuesto por el señor ARSENIO
MIRONES contra las sociedades anónimas DG ARQUITECTOS E
INGENIEROS, SA, VICTORIA DE DAHLGREN, DISEÑOS DE
INTERIORES, SA y VBA CONSTRUCCIONES GENERALES, SA.

Dentro del término legal establecido para este tipo de causas, el licenciado
César Julio González, actuando en representación de DG ARQUITECTOS E
INGENIEROS, SA, presentó Recurso de Casación Laboral contra la misma
sentencia descrita en líneas superiores.

Por lo tanto, y en vista de que ambos recursos se fundamentan sobre los


mismo hechos, por economía procesal, la Sala Tercera de la Corte Suprema de
Justicia, representada por el Magistrado Sustanciador, ordenó la acumulación de
los mismos a fin de que se sustanciasen conjuntamente y se resolviesen en una
sola sentencia.

Estamos frente a un proceso común de trabajo, promovido por el señor


ARSENIO MIRONES contra las sociedades anónimas DG ARQUITECTOS E
INGENIEROS, SA, VICTORIA DE DAHLGREN, DISEÑOS DE
INTERIORES, SA y VBA CONSTRUCCIONES GENERALES, S. A., a fin de
que sean condenadas al pago de las prestaciones laborales correspondientes.

El Juzgado Primero de Trabajo de la Primera Sección, condenó a las


sociedades DG ARQUITECTOS E INGENIEROS, SA, VICTORIA DE
DAHLGREN, DISEÑOS DE INTERIORES, SA y VBA CONSTRUCCIONES
GENERALES, SA, al pago de la suma de B/.131,410.33 en concepto de
prestaciones laborales adeudadas al trabajador ARSENIO MIRONES GARCIA,
más los respectivos intereses y recargos legales. Por su parte, el Tribunal
Superior de Trabajo del Primer Distrito Judicial confirmó la decisión del
juzgador de primera instancia.

Se observa que la finalidad del recurso extraordinario interpuesto por la


firma Mendoza, Valle & Castillo es que se case la sentencia recurrida y que se
absuelva a las empresas VICTORIA DE DAHLGREN, DISEÑOS DE
INTERIORES, S.A. y VBA CONSTRUCCIONES GENERALES, S.A. de la
condena solidaria de que fueron objeto por parte del Tribunal Superior de
Trabajo del Primer Distrito Judicial.

Por su parte, el representante judicial de la sociedad DG ARQUITECTOS


E INGENIEROS, S.A., al promover idéntico recurso pretende que se revoque en
su totalidad la resolución impugnada y se hagan las siguientes declaraciones:
Que no existe relación laboral entre el demandante ARSENIO MIRONES y la sociedad anónima DG
ARQUITECTOS E INGENIEROS, S.A.
Que la renuncia presentada por el demandante no es justificada.
Que se revoque la Sentencia No. 27 de 26 de mayo de 2004, dictada en primera instancia por el
Juzgado Primero de Trabajo de la Primera Sección.

El licenciado Abdiel Emigdio Sagel García, apoderado judicial del señor


ARSENIO MIRONES GARCÍA, presentó escrito oponiéndose al recurso
de casación laboral (Cfr. Fojas 53 a 57).

Antes de entrar al examen de fondo del presente negocio, es necesario señalar


que el recurso extraordinario de casaciónlaboral, en concordancia con el artículo
924 del Código de Trabajo, tiene como fin enmendar los agravios inferidos a las
partes en las resoluciones de segunda instancia que hacen tránsito a cosa juzgada,
y en las que sin esta última circunstancia pueden acarrear graves e irreparables
perjuicios. Además, el recurso de casación tiene por objeto, procurar la exacta
observancia de las leyes por parte de los tribunales y uniformar la jurisprudencia
nacional.

En consecuencia, el Tribunal de Casación sólo se limita a estudiar el fallo


recurrido, única y exclusivamente, a la luz de los cargos formulados, toda vez
que el recurso de casación laboral no atribuye cognición plena sobre el negocio,
como sí ocurre con la apelación.

Dentro de este contexto, procede la Sala a efectuar el análisis de los cargos que se
endilgan a la sentencia de segunda instancia.

Afirman los casacionistas que han sido conculcados los artículos 13, 62, 66, 69,
87, 96, 223, 735, 737 del Código de Trabajo.

Dentro del recurso de casación interpuesto por la firma de abogados Mendoza,


Valle & Castillo, se señalan conculcados los artículos 62 y 87 por aplicación
indebida y el artículo 96 por interpretación errónea.

En lo que respecta a la violación del artículo 87, el casacionista afirma que el


demandante no era trabajador de sus representadas ni les prestó servicio alguno,
por lo que, al mantener la condena en contra de sus representadas en calidad de
empleadoras, el Tribunal Superior de Trabajo aplicó indebidamente la norma en
comento. De igual forma, afirma que el artículo 62 fue conculcado al afirmarse
en la sentencia que el demandante mantenía una relación de trabajo con sus
representadas pues, a su juicio, quedó demostrado en el proceso que el
demandante prestaba sus servicios a la empresa DG ARQUITECTOS E
INGENIEROS, S.A. y no a sus representadas.

Agrega, que el artículo 96 del Código de Trabajo fue vulnerado por


interpretación errónea pues el caso bajo examen no se enmarca dentro de lo
preceptuado en esta norma, toda vez, que el demandante trabajaba sólo para DG
ARQUITECTOS E INGENIEROS, S.A., las empresas VICTORIA DE
DAHLGREN, DISEÑOS DE INTERIORES, SA y VBA CONSTRUCCIONES
GENERALES, SA no utilizaban sus servicios y si bien funcionaban en el mismo
establecimiento ocupado por DG ARQUITECTOS E INGENIEROS, SA, lo
hacían bajo la figura de un contrato de arrendamiento mediante el cual podían
operar y recibir servicios administrativos y contables. Por último, indica que no
existe contrato alguno que vincule a las empresas VICTORIA DE DAHLGREN,
DISEÑOS DE INTERIORES, SA y VBA CONSTRUCCIONES GENERALES,
SA con la empresa DG ARQUITECTOS E INGENIEROS, SA por lo que no
pueden ser consideradas como un solo empleador.

Por su parte, el apoderado judicial de la sociedad DG ARQUITECTOS E


INGENIEROS, S.A. en el recurso extraordinario interpuesto, manifiesta que han
sido vulnerados los artículos 13, 62, 66, 69, los numerales 1, 3 y 12 del artículo
223, el artículo 735 y el numeral 1 del artículo 737, todos del Código de Trabajo.

Al sustentar las violaciones aludidas, divide su escrito en cuatro supuestos, a


saber, la inexistencia de la relación laboral, caducidad para justificar la renuncia,
falta de justificación de la renuncia y carga de la prueba.

Con respecto a la inexistencia de la relación laboral, considera se han conculcado


los artículos 62, 66, 69 y el numeral 1 del artículo 737, todos por aplicación
indebida, pues el Tribunal Ad quem aseguró que la relación del demandante con
las sociedades demandadas se daba en condiciones de subordinación jurídica y
dependencia económica, sin embargo, a su parecer se ha dejado constancia en el
expediente (carta dirigida a la Caja de Seguro Social y declaración jurada de
rentas del demandante) de que el demandante prestaba sus servicios profesionales
y, por ende, no tenía una relación laboral con la sociedad DG ARQUITECTOS E
INGENIEROS, S.A.

En cuanto a la caducidad para justificar la renuncia, el casacionista estima que se


infringió el artículo 13 del Código de Trabajo por aplicación indebida, ya que en
la carta de renuncia el propio demandante advierte que tenía motivos para
abandonar el trabajo desde el mes de abril del 2002, sin embargo, su carta esta
fechada 12 de septiembre de 2002, por lo que ha transcurrido el término de ley
(dos meses) para justificar el abandono del empleo.

Por otra parte, señala que en la precitada carta de renuncia, el demandante alega
una supuesta presión psicológica, una proposición de modalidad de pago de las
prestaciones por el eventual cierre de la empresa, el despido del personal
administrativo y técnico que le imposibilitaban a él la realización de sus
actividades y la no entrega de las copias de las llaves de la oficina, luego del
cambio de la cerradura. No obstante, ninguna de estas circunstancias pueden ser
catalogadas como engaño en las condiciones de trabajo, por lo cual se ha
incurrido en una violación por aplicación indebida del numeral 1 del artículo 223
del Código de Trabajo.

Seguidamente, añade que también se conculcó por aplicación indebida el


numeral 3 del artículo 223, pues se considera que el que el empleador haya
reducido el personal y el que haya cambiado las cerraduras de la oficina,
configura la causal contemplada en la norma en referencia, lo cual en su concepto
no es cierto ya que lo primero se debió a la situación económica por la que
atravesaba la empresa y con respecto a lo segundo, advierte que el demandante
reconoció que en todo momento tuvo acceso a las oficinas, por ende, tales
cambios tuvieron una justificación razonable y no se debieron a caprichos o
acciones de presión contra el trabajador.

Adicionalmente, considera que se ha violado el numeral 12 del artículo 223 por


indebida aplicación puesto que el Tribunal afirma que el empleador ha cometido
una falta grave al no haber reportado las cuotas obrero patronales del empleado a
la Caja de Seguro Social, sin embargo, reitera que no existía una relación laboral
y de haberla, dicha circunstancia era de conocimiento y aceptación del
demandante desde el inicio de la prestación de sus servicios, con lo que al
momento de presentar su renuncia ya había caducado el término para alegarla
como causal.

Por último, expone que el demandante no ha probado las causales invocadas para
justificar su renuncia con lo cual se da la infracción por indebida aplicación del
artículo 735 del Código de Trabajo.

Esta Superioridad se abstiene de conocer los cargos endilgados contra el artículo


735 y el numeral 1 del artículo 737, ambos del Código de Trabajo, por tratarse de
normas procedimentales, siendo reiterativos los pronunciamientos de este
Tribunal en el sentido de que normas procesales no son susceptibles de ser
invocadas como infringidas en un recurso de casación laboral, es decir, que el
mismo no procede para corregir errores in procedendo.

El Tribunal de Casación analizará los cargos relacionados con los artículos 62,
66, 69, 87 y 96 del Código de Trabajo de forma conjunta, toda vez que mantienen
un fundamento común, atinente a que según los casacionistas no había una
relación laboral entre el demandante y sus representadas.

En este sentido, el Tribunal Superior de Trabajo, en sentencia de 27 de


septiembre de 2004, al examinar los argumentos de la demandada DG
ARQUITECTOS E INGENIEROS, S.A., señaló que dicha empresa admitió la
prestación de un servicio por parte del demandante, lo que produce la presunción
de la existencia de la relación, según lo dispone el Código de Trabajo en el
artículo 737, y, al analizar las pruebas aportadas, específicamente la carta dirigida
a la Caja de Seguro Social, indica que:
"Esta prueba documental (T-19) fue objetada por
la misma empresa (Foja 595). Ahora bien, si le damos
valor a esta prueba, que se compone de 6 documentos,
debemos darle valor al último documento de este
legajo.
En este último documento se explica por qué se
elaboró aquel documento, con que sin lugar a dudas
nos lleva a reconocer la existencia de la relación de
trabajo.
Que el trabajador no haya reclamado antes no es
un argumento objetivo para no reconocer la existencia
de la relación de trabajo".

De lo anterior, se colige que, a juicio del juzgador de segunda instancia, la


presunción de la existencia de la relación no pudo ser desvirtuada por los
argumentos y pruebas aportadas por DG ARQUITECTOS E INGENIEROS, S.A.

Al examinar detenidamente los cargos presentados por el recurrente esta


Superioridad observa que la argumentación fundamental de la parte actora es que
el Tribunal de Trabajo no valoró correctamente las pruebas documentales
aportadas, mismas que a su juicio, demostraban que no existía relación de trabajo
entre el señor ARSENIO MIRONES GARCÍA y DG ARQUITECTOS E
INGENIEROS, S.A.
En consecuencia, se colige que estos cargos guardan relación con la aplicación de
la sana crítica como sistema de apreciación de las pruebas en el proceso laboral,
y, tal como esta Sala ha dejado sentado en múltiple jurisprudencia, la actividad
de apreciación de pruebas que adelante el juzgador laboral, con base al sistema
de sana crítica, no es susceptible de reparo por el Tribunal de Casación excepto
que se haya incurrido en un error de hecho en la valoración de pruebas, lo que no
acontece en este caso.
Según consta en la resolución demandada, el Tribunal Superior de Trabajo
valoró el caudal probatorio de manera racional, con arreglo a la ley, la lógica y la
experiencia, aplicando las reglas de la sana crítica, arribando de esta forma a la
conclusión de que el proceso carecía de pruebas que desvirtuaran la presunción
de la relación de trabajo entre la empresa DG ARQUITECTOS E INGENIEROS,
S.A., y el señor ARSENIO MIRONES GARCÍA.

No obstante lo anterior, al examinar la sentencia proferida por el Tribunal de


segunda instancia en lo relativo a la responsabilidad solidaria que se aduce pesa
sobre las empresas VICTORIA DE DAHLGREN, DISEÑOS DE INTERIORES,
S.A. y VBA CONSTRUCCIONES GENERALES, S.A., se comprueba que en
esta valoración el Tribunal si incurrió en un error de hecho puesto que expuso en
su sentencia que:
"Con lo anterior queda claro que no
necesariamente debe existir una unidad económica,
sólo basta, como en este caso que las empresas
funcionen en el mismo lugar, que es la presunción y
no un elemento de ella; como argumenta el
recurrente.
Si las empresas funcionan en un mismo lugar,
las tareas y servicios que presta el trabajador, deben
estar claramente definidas, y no prestarse a dudas y
que se perciban "clara y distintamente.
No es muy cierto que lo testigos no hayan
declarado que las empresas utilizaron los servicios del
trabajador. Así a foja 618 la testigo Valderrama Jaén,
recepcionista común para todas las empresas, declara
que ella tenia que pedirle permiso al demandante para
ausentarse.
Con las reglas de la sana crítica, que aboga el
recurrente a su favor, debe concluir que si existe
responsabilidad solidaria entre las demandadas" (Lo
resaltado es de la Sala).
Al confrontar lo anterior con la declaración rendida por la señora Lizeth
del Carmen Valderrama Jaén, visible a fojas 617 a 621, se observa que la testigo
Valderrama Jaén se desempeñaba como Arquitecta en la empresa DG
ARQUITECTOS E INGENIEROS, S.A. y no como recepcionista común de
todas las empresas como lo afirma la sentencia bajo análisis.

De las pruebas aportadas se desprende el hecho de que las empresas


VICTORIA DE DAHLGREN, DISEÑOS DE INTERIORES, S.A. y VBA
CONSTRUCCIONES GENERALES, S.A. funcionaban en el mismo local de DG
ARQUITECTOS E INGENIEROS, S.A., sin embargo, las mismas no logran
evidenciar que las empresas VICTORIA DE DAHLGREN, DISEÑOS DE
INTERIORES, S.A. y VBA CONSTRUCCIONES GENERALES, S.A. hayan
utilizado los servicios del demandante, lo cual también es requerido por el
artículo 96 del Código de Trabajo para considerarlas como un solo empleador y
atribuirles responsabilidad solidaria.

El referido artículo 96 del Código de Trabajo, en su primer párrafo,


establece lo siguiente:

"Artículo 96. Cuando varias personas o empresas


laboren o funcionen en un mismo local, o como unidad
económica, y utilicen indistinta o simultáneamente los
servicios de un trabajador, se considerarán como un
solo empleador y responderán solidariamente por
todas las obligaciones derivadas de la relación de
trabajo, independientemente de quien figure como
empleador en el contrato" (Lo subrayado es de la
Sala).
Por lo tanto, la Sala considera que se configura el cargo de ilegalidad, por
interpretación errónea del artículo 96 del Código de Trabajo, aducido por la firma
de abogados Mendoza, Valle & Castillo en el recurso
de casación laboralinterpuesto en contra de la Sentencia de 27 de septiembre de
2004, proferida por el Tribunal Superior de Trabajo.

Quedando únicamente pendiente de análisis los cargos de infracción,


aducidos por el representante judicial de la empresa DG ARQUITECTOS E
INGENIEROS, S.A., relacionados con el artículo 13 y los numerales 1, 3 y 12
del artículo 223, que giran en torno a la renuncia justificada presentada por el
demandante, la Sala procede con su revisión.

Tal como se ha dejado sentado, la renuncia presentada el 13 de septiembre


de 2002 por el arquitecto ARCENIO MIRONES GARCIA se fundamentó en las
siguientes razones:
1.-Presión psicológica por parte del empleador quien, a raíz de una visita de los funcionarios de
la Caja de Seguro Social en el mes de abril, le presiona a firmar un documento para evitar los
reclamos de la Caja de Seguro Social en torno al no pago de las cuotas obrero patronales.
2.-Ofrecimiento de liquidarle y, en vez de pagarle sus prestaciones laborales, darle un lote en
Playa Coronado.
3.-Despido del personal administrativo y de arquitectura, quedando sin personal de apoyo para
realizar sus funciones.
4.-Al cambiar la cerradura de la puerta principal se omitió facilitarle el nuevo juego de llaves,
demostrándole con esto la falta de confianza hacia su persona.
5.-Problemas en la comunicación con el representante de la empresa lo cual hacía que el
ambiente de trabajo no fuese agradable.

Sobre la caducidad de las causales esgrimidas por el demandante para


justificar el abandono del empleo, se observa que si bien no precisa fechas y al
referirse a la visita de los funcionarios de la Caja de Seguro Social indica que la
misma se dio en el mes de abril, esta Sala advierte que la presión psicológica a la
que se vio sometido el demandante por parte del empleador se inicia a raíz de la
visita de los inspectores de la Caja de Seguro Social y se mantiene con el
transcurso del tiempo, pues, de las constancias procesales se percibe que la
empresa asumió una serie de acciones tendentes a evadir la responsabilidad del
pago de las prestaciones laborales del trabajador, tales como:
-Presionarle a enviar una carta a la Caja de Seguro Social (foja 540) en la cual se manifestaba que el
demandante sólo prestaba servicios profesionales a la empresa D.G. ARQUITECTOS E
INGENIEROS, S.A., sin existir una relación laboral. Vale destacar que la misma fue invalidada por
el propio arquitecto ARSENIO MIRONES a través de otra carta fechada 31 de julio de 2002, visible
a foja 542 del expediente de antecedentes.
-Se dejó sin personal al departamento de Arquitectura que estaba a cargo del arquitecto ARSENIO
MIRONES. Tal como lo acepta la empresa, los despidos de los arquitectos Valenzuela y Testa se
verificaron el 18 de julio de 2002.
-Se hicieron cambios administrativos y en el local donde operan las sociedades demandadas para
simular el funcionamiento de empresas distintas y evitar que se identifique la unidad económica.
(Ver testimonios de la señora Lizeth del Carmen Valderrama Jaén y del señor Bosco Adriano
Valdenegro, fojas 617 a 626).

Por ende, se concluye que al 13 de septiembre de 2002, fecha en que el


arquitecto ARSENIO MIRONES presenta su carta de renuncia por causa
justificada, aún no había caducado su derecho y, al estar dichas causales
contempladas en el artículo 223, se entiende que los cargos de ilegalidad
aducidos por el casacionista no han sido probados.

Como corolario de lo antes expresado, la Sala Tercera (LABORAL) de la


Corte Suprema, administrando justicia en nombre de la República y por autoridad
de la Ley, CASA PARCIALMENTE la sentencia de 27 de septiembre de 2004,
proferida por el Tribunal Superior de Trabajo del Primer Distrito Judicial, dentro
del proceso laboral promovido por ARSENIO MIRONES GARCÍA -VS- DG
ARQUITECTOS E INGENIEROS, S.A., VICTORIA DE DAHLGREN,
DISEÑOS DE INTERIORES, S.A. Y VBA CONSTRUCCIONES
GENERALES, S.A., en el sentido de que DECLARA que no existe relación de
trabajo entre las empresas VICTORIA DE DAHLGREN, DISEÑOS DE
INTERIORES, S.A. Y VBA CONSTRUCCIONES GENERALES, S.A. y el
señor ARSENIO MIRONES GARCÍA, por lo que se les ABSUELVE, de
cualquier pago, y se CONFIRMA en todo lo demás.

Notifíquese,

HIPÓLITO GILL SUAZO

ARTURO HOYOS -- WINSTON SPADAFORA FRANCO

JANINA SMALL (Secretaria)

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JURISPRUDENCIA 3

RECURSO DE CASACIÓN LABORALINTERPUESTO POR EL DOCTOR ROLANDO MURGAS


TORRAZZA, EN REPRESENTACIÓN DEL SINDICATO ÚNICO NACIONAL DE TRABAJADORES
DE LA CONSTRUCCIÓN Y SIMILARES (SUNTRACS), CONTRA LA SENTENCIA DE 17 DE
MARZO DE 2005, EMITIDA POR EL TRIBUNAL SUPERIOR DE TRABAJO DEL PRIMER DISTRITO
JUDICIAL, DENTRO DEL PROCESO LABORAL PROPUESTA POR EL SINDICATO ÚNICO
NACIONAL DE TRABAJADORES DE LA CONSTRUCCIÓN Y SIMILARES (SUNTRACS) -VS-
CONSTRUCTORA URBANA, S. A.

Tribunal: Corte Suprema de Justicia, Panamá Sala: Tercera de lo Contencioso


Administrativo Ponente: Victor L. Benavides P. Fecha: 25 de Abril de 2008

Materia: Casación laboral Casación laboral Expediente: 188-05

VISTOS:

El Doctor ROLANDO MURGAS TORRAZZA, actuando en


representación del SINDICATO ÚNICO NACIONAL DE TRABAJADORES
DE LA CONSTRUCCIÓN Y SIMILARES (SUNTRACS), ha presentado
recurso de casaciónlaboral contra la resolución emitida por el Tribunal Superior
de Trabajo del Primer Distrito Judicial de 17 de marzo de 2005, dentro del
proceso laboral arriba descrito.

I. ANTECEDENTES DEL CASO.


El SINDICATO ÚNICO NACIONAL DE TRABAJADORES DE LA
CONSTRUCCIÓN Y SIMILARES (SUNTRACS), interpone formal demanda
laboral, a fin de que sea condenado la empresa CONSTRUCCIONES URBANA,
S.A., a pagarle la suma de B/.392,015.21 en concepto de diferencia en el pago de
horas extras, 6% de cesantía, vacaciones y proporcionales, décimo tercer mes y
proporcional, y viáticos no pagados, que corresponde a servicios prestados en los
años 1997 a 1999.

El Juzgado Cuarto de Trabajo de la Primera Sección, dictó la Sentencia N°


68 de 22 de diciembre de 2004, donde reconoce la prescripción de los gastos de
alimentación o en su defecto de la suma de B/ 2.00 o B/ 3.00 y de viáticos;
absuelve a la empresa demandada de la obligación de pagar prestaciones
laborales en concepto de horas extraordinarias, por no asistirle el derecho.

La parte demandante decide recurrir en apelación ante el Tribunal Superior


de Trabajo del Primer Distrito Judicial, pues se siente inconforme con la decisión
de primer grado. En la segunda instancia, es confirmada la resolución
impugnada, lo que motivó a la empresa recurrir en casación laboral ante esta
Máxima Corporación de Justicia.

II. FUNDAMENTOS DEL RECURSO.


El recurrente afirma que la resolución impugnada viola los siguientes
artículos: 12 numeral 1; 12-A, 36, 50, 54, 169 y 170 del Código de Trabajo;
artículos 1 y 2 de la Ley 5 de 2 de marzo de 1982; artículos 1 y 2 de la Ley 13 de
30 de abril de 1982; artículos primero y segundo del Decreto de Gabinete 221 de
18 de noviembre de 1971; artículos 735 del Código de Trabajo.

Sostiene el impugnante que la sentencia infringió el artículo 12 numeral 1


en el concepto de aplicación indebida. Que al confirmar equivocadamente la
sentencia de primera instancia, el juzgador Ad-quem hace suya la tesis de la
prescripción en relación con la diferencias en el pago de 6% de cesantía,
vacaciones y proporcionales; décimo tercer mes y proporcional; todas ellas
derivadas del pago incompleto de las horas extraordinarias, en un año. Cuando la
jurisprudencia ha reconocido que dicho plazo es de un (1) año.

También se ha infringido el artículo 12-A del Código de Trabajo en el


concepto de violación directa por omisión. Esta se produce como consecuencia
de la anterior, al aplicar la prescripción genérica de un año, la sentencia omitió la
aplicación del artículo 12-A del Código de Trabajo, que señala el plazo de cinco
(5) años.

Artículo 36 del Código de Trabajo, ha sido infringido en concepto de


violación directa por omisión. Argumenta el casacionista que la infracción se
produce al no reconocérsele el 75% del recargo adicional por las horas extras
laboradas en exceso. Tampoco reconoce el 75% de recargo por el trabajo en
exceso de 9 horas extraordinarias semanales, laboradas los domingos y días de
descanso semanal obligatorio por los trabajadores a los cuales la empresa no
acreditó que les era imposible regresar a su domicilio esos días. Este recargo
adicional resultaba de forzosa aplicación por los supuestos no comprendidos en
la Ley 5 de 1982.

Señala que la decisión confirmatoria no es más que repetición de manidas


frases sobre la carga de la prueba del trabajo extraordinario, sin adentrarse en el
examen del expediente, donde se constata detalladamente en el informe del perito
las horas extras laboradas por cada trabajador en cada semana, donde se
desprende la cantidad de horas laboradas en exceso de 9 horas extraordinarias a
la semana.

Manifiesta que a su representado le fueron omitidas la práctica de pruebas


en primera instancia y que los Magistrados vieron de manera desdeñosa la
solicitud que de conformidad con lo dispuesto en el artículo 873 del Código de
Trabajo se formularon en el término de lista para que se practicasen las pruebas
indebidamente omitidas.

Al no aplicarse el recargo adicional del 75% de recargo adicional por las


horas extraordinarias laboradas, se violó el artículo 50 del Código de Trabajo lo
que dispone la forma en que se aplican sucesivamente los recargos. Igualmente el
artículo 54 del Código de Trabajo, en concepto de violación directa por omisión
pues no reconoce la diferencia en el cálculo de vacaciones, las cuales deben
pagarse según los salarios ordinarios y extraordinarios devengados. Igual
acontecimiento sucede con el artículo 169, en concepto de violación directa por
omisión al no reconocérsele el pago del 10% de interés anual, derivado de ese
pago adicional. El artículo 170, en concepto de violación directa por omisión, al
no reconocérsele el 10% de recargo por la diferencia salarial adeudada; todos los
artículos del Código de Trabajo.

La sentencia atacada en casación ha infringido el artículo 1 de la Ley 5 de


1982 en concepto de aplicación indebida. Sostiene el casacionista que la empresa
no ha probado que ningún trabajador, tuviese imposibilitado a regresar a su
domicilio los domingos, presupuesto indispensable que señala la norma señalada,
para que la empresa pueda reclamar su opción a la aplicación del mencionado
régimen. No existe presunción alguna, señala el impugnante, que permita a la
empresa o al juzgador partir de la base que todos los trabajadores de esa obra
estaban imposibilitados de trasladarse a su domicilio los domingos. El juzgador
no puede crear presunciones ni relevo de pruebas que corresponden a la Ley.
La sentencia recurrida infringe el artículo 2 de la Ley 5 de 1982, en
concepto de aplicación indebida. La violación se produce en primer lugar porque
la norma infringida se refiere únicamente a las horas extraordinarias laboradas
los domingos, no así a las horas extraordinarias laboradas en exceso de nueve
horas extraordinarias semanales de lunes a sábado. En segundo lugar, respecto de
las horas extraordinarias laboradas los domingos en exceso de nueve horas
extraordinarias semanales, como quiera que la empresa no acreditó cuáles eran
los trabajadores imposibilitados de regresar los domingos a sus hogares, por lo
que resulta entonces que procede el pago del 75% de recargo adicional.

Se ha infringido el artículo 1 de la Ley 13 de 1982 en concepto de


violación directa por omisión. Esta se produce porque la sentencia al no
reconocer la obligación de pagar el 75% adicional por el trabajo en horas
extraordinarias en exceso de nueve horas extraordinarias a la semana, no
reconoció la diferencia en el pago del 6% previsto en la norma infringida.
Igualmente con el artículo primero del Decreto de Gabinete 221 de 1971 en
concepto de violación directa por omisión, tampoco reconoció la obligación de
pagar la diferencia en el pago del décimo tercer mes; igual acontecimiento sucede
con el artículo segundo del Decreto de Gabinete 221 de 1971 en concepto de
violación directa por omisión, toda vez que no se reconoció la diferencia en el
pago del décimo tercer mes.

Por último manifiesta el recurrente, que la sentencia atacada en casación


ha infringido el artículo 735 del Código de Trabajo en concepto de violación
directa por omisión, dado que la sentencia pretende que el trabajador era quien
tenía la carga de la prueba sobre los supuestos de hecho en que se fundamenta la
aplicación de la Ley 5 de 1985, específicamente que los trabajadores no estaban
imposibilitados de regresar a sus hogares los días domingos. En caso contrario
era la empresa la que tenía que probar la existencia de los hechos en que
fundamentaba su afirmación de aplicación de la ley 5 de 1982, cosa que no hizo.
En consecuencia la violación recae sobre los artículos 1 y 2 de la Ley 5 de 1982,
la cual ha sido explicada anteriormente, sentenció.

Por todo lo expuesto solicita que se revoque la sentencia recurrida y en su


lugar, se condene a todas las pretensiones de la demanda.

III. OPOSICIÓN.
La Firma Forense ORDOÑEZ SÁNCHEZ & ASOCIADOS, al oponerse al
recurso de casación, lo hace en los siguientes términos.

Manifiesta su extrañeza por cuanto la sentencia de marras, sólo declara


prescripción del reclamo correspondiente a gastos de alimentación y viáticos; en
ningún momento se declaró prescripción sobre el resto de las prestaciones
reclamadas (horas extras, vacaciones, décimo tercer mes, cesantía, etc.). Igual
situación acontece con la infracción al artículo 12-A del Código de Trabajo.
Respecto a la infracción al artículo 36 del Código de Trabajo, señala que no
existe tal infracción, toda vez que el recurrente, ni siquiera pudo probar el trabajo
en horas extras. Trae a colación jurisprudencia de esta Corporación de Justicia en
materia de horas extras. Al respecto, la parte actora sólo presenta como prueba la
acción exhibitoria, que no conduce a nada como señala el juzgador secundario.
Este documento se limita hacer interpretaciones de la ley, que sólo corresponden
al juez; además no se aporta ningún documento o prueba que demuestre que en
efecto cada persona que menciona laboró las horas extras o días reclamados.

En cuanto a la infracción al artículo 50 del Código de Trabajo, no entiende


el opositor, porqué el recurrente señala como infringido a dicha norma, cuando
en la demanda ni siquiera se reclama el pago de trabajo en días domingos, ya que
el reclamo se centra en horas extras.

En tanto, las infracciones a los artículos 54, 169, 170 del Código de
Trabajo, artículos 1 de la Ley 13 de 1982, artículo 1 del Decreto de Gabinete 221
de 1971 y artículo 2 del Decreto de Gabinete 221 de 1971, hace referencia que no
hay infracción, toda vez que el demandante no tiene derecho a las supuestas
horas extras, reiterando argumentos planteados en los puntos III y VIII del
escrito.

Continua señalando el opositor respecto que la supuesta infracción de los


artículos 1 y 2 de la Ley 5 de 1982, no se han producido. El recurrente considera,
dice el opositor, que la ley en referencia no era aplicable a la mayoría de los
trabajadores, debido a que los trabajadores eran del área, por lo tanto no regresan
a sus hogares los domingos. El opositor hace suya el criterio de la sentencia, que
era evidente que en el área de construcción, no podía existir un número elevado
de mano de obra de trabajadores de la construcción, para suplir la necesidad del
proyecto de construcción. Dado que el área de la construcción del proyecto,
resulta ser un área menos poblada e inhóspita de la provincia; a tal grado que la
primera vez que se pudo transitar vía terrestre, fue precisamente cuando culminó
el proyecto.

Manifiesta que las pruebas aportadas al proceso, dejó en evidencia que el


95% al 98% de los trabajadores que laboraban en el proyecto no eran del área,
por lo tanto tenían que quedarse los domingos o días de descanso semanal, en los
campamentos proporcionados por la empresa, los cuales estaban ubicados en el
área de construcción, esto era consecuencia de que la mayoría de los trabajadores
provenían de todas las provincias del país, además los contratos indicaban que la
empresa laboraría bajos los parámetros de la Ley 5 de 2 de marzo de 1982.

También se aduce, que los trabajadores del área, que eran pocos indígenas,
eran contratados no propiamente en la construcción, sino que servían como guías,
macheteros, conductores de piraguas o serenos, tal como manifestaron los
testigos, y que los mismos no son miembros del sindicato demandante.

En consecuencia está demostrado que la empresa, estaba facultada para


aplicar en el proyecto la Ley 5 de 2 de marzo de 1982. Acceder a la
interpretación muy particular del recurrente, se tendría entonces que el régimen
de la citada ley sería más costoso que el régimen común del Código de Trabajo,
lo cual obviamente desvirtúa el espíritu de la citada ley, que es precisamente
abaratar costos para la realización de obras de interés social o nacional, cuyo
pago hacemos finalmente todos los panameños.

Por último, la supuesta infracción al artículo 735 del Código de Trabajo


señala el opositor que el recurrente ni siquiera pudo demostrar el trabajo en horas
extras que reclama, por lo que solicita se desestime en atención a la reiterada
jurisprudencia de la Sala Tercera en esta materia.

Reitera que los contratos de trabajos aportados al proceso, señalaban que


laborarían bajo el esquema de la Ley 5 de 1982, por lo tanto esta circunstancia se
presume como cierta, al tenor de los artículos 69 y 70 del Código de Trabajo,
mismos que contemplan al contrato de trabajo escrito como la prueba idónea para
demostrar las condiciones de trabajo pactadas.

IV. DECISIÓN DE LA SALA.


Una vez estudiados los argumentos planteados por las partes, y sometidos
al análisis las constancias procesales que militan en el expediente, la Sala
de Casación Laboral procede a decidir la litis sometida a consideración.

El recurso de casación es un medio impugnativo extraordinario,


caracterizado por la ausencia de formalidades especiales, que va en busca de
obtener un fallo que invalide la resolución impugnada de segunda instancia y que
adolece de errores in iudicando que violenta el orden jurídico y así en su lugar
dictar la que corresponda.

A partir de esta primicia la Sala entra a analizar el fallo recurrido con la


Ley, en virtud de los cargos formulados.

Por lo extenso del recurso y la cantidad de infracciones sometidas al


escrutinio del recurso de casación, así como el de la oposición, se procederá a
analizar en forma conjunta aquellas normas que versen sobre el mismo concepto
de infracción.

El recurrente alega que la sentencia recurrida, ha violentado el artículo 12


numeral 1 del Código de Trabajo que versa sobre las reglas que regiran en
materia de prescripición: "Prescriben en un año las acciones que tengan
señalado plazo especial de prescripción"

Para una mejor ilustración de esta figura jurídica de prescripción, nos


apoyamos en lo señalado en fallo de 17 de agosto de 2000.

"La prescripción, y en palabras sencillas, es el


término de tiempo establecido en la Ley, en apoyo a la
seguridad jurídica, para ejercer y conservar derechos,
que deben ser reconocidos a quien alegue tenerlos,
mediante la concurrencia a los Tribunales de Justicia
competente. Al no ejercitarse la reclamación judicial
oportuna, el derecho queda relegado a una simple
expectativa, que por inercia del interesado no pudo
ser reconocida plenamente. En este caso, es obvio que
la pretensión se extingue." Lázaro Arcia vs. Ibeth
Mendoza.
Existen dos eventos en que se puede dar la prescripción: la adquisitiva y la
extintiva. La primera es el modo de adquirir o perder un derecho por el
transcurso del tiempo, a través de ella una persona puede adquirir la propiedad de
una cosa cuando ha tenido la posesión de ella en por el paso de un determinado
tiempo. La segunda, la extintiva constituye una excepción para extinguir una
acción por el solo hecho de quien la tiene, ha dejado durante un tiempo de ejercer
el derecho al cual se refiere.

En nuestro estudio, nos interesa la prescripción extintiva, que es la que


consagra el artículo 12 del Código de Trabajo, específicamente el numeral 1, que
aduce el casacionista como norma infringida por la sentencia.

Según consta en el dosier del proceso, la obra de construcción fue


entregada en su etapa final al Gobierno Nacional, el día 30 de marzo de 2000, la
demanda se interpone el 6 de agosto de 2001. Como no existe norma específica
que establezca periodo de prescripción para los pagos de 6% en concepto de
fondo de cesantía, vacaciones vencidas y proporcionales, décimo tercer mes
vencido y proporcional, gastos de alimentos o viáticos, se someterán a las normas
que para tal efecto consagra el numeral 1 del artículo 12 del Código de Trabajo.
Queda claro entonces que el término con que contaba el demandante le
venció en demasía, dado que se encuentra acreditado que la obra fue entregada el
30 de marzo de 2000 y la demanda fue presentada el 6 de agosto de 2001, es
decir pasaron casi 6 meses, luego de que le venciera el término para presentarla.

No hay duda que el juzgador Ad-quem ha aplicado correctamente la


norma presentada como infringida; por lo que se desestima el cargo de
infracción.

Respecto a la infracción del artículo 12-A del Código de Trabajo que dice
ha sido infringido por violación directa por omisión. Como bien señala la parte
opositora, la sentencia bajo estudio no contempla entre sus argumentos, el tema
de la prescripción sobre la jornada extraordinaria, más bien realiza un
razonamiento sobre la probanza de las mismas, contrariamente como viene
expuesto por el recurrente, en tanto que se desestima el cargo planteado.

Por otro lado se somete a revisión el artículo 36 del Código de Trabajo,


pues se considera que la sentencia impugnada ha vulnerado esta norma en
concepto de violación directa por omisión.

Sobre este apartado, el impugnante comete el error de estampar de un


mismo concepto de infracción varias normas: Así observamos, la Ley 5 de 1982
que contiene 7 artículos sin especificar cuál de ellas ha sido violadas por la
sentencia; además cuestiona la forma de como le fueron negadas las pruebas en
primera instancia de conformidad con el artículo 973 del Código de Trabajo,
situación que no es procedente ni aceptable en esta Superioridad. Aclara que no
pretende reposición de trámite alguno, pero estima necesario poner en
conocimiento dicha situación ante esta Sala, cuestionando con ello la actividad
procesal en las instancias inferiores. Esta situación solo es aceptable en alegatos
de instancia o apelación, pero no en una casación, donde la acusación de una
violación debe ser precisa, concreta y específica.

Esta coyuntura jurídica, de la manera como viene expuesta, ubica a los


suscritos Magistrados en una incertidumbre jurídica, al no poder dilucidar su
antijuricidad, al no establecer el casacionista con exactitud cuál de las normas es
la que infringió la sentencia atacada. (Confrontar resolución 23 de abril de 1985.
Registro abril de 1985 "Adelina Bustamante vs Inversiones Santos, S.A.)

Respecto a los artículos 50, 54, 169, 170, del Código de Trabajo; artículo 1
de la Ley 13 de 1983; artículo primero y segundo del Decreto de Gabinete 221 de
1971, se desestima el cargo de violación. El actor del recurso de casación, esboza
el concepto de infracción de manera repetitiva, omitiendo con claridad y
precisión en qué consiste la infracción, se limita en desarrollar que la sentencia
recurrida no ha reconocido el 75% del recargo adicional por las horas
extraordinarias laboradas y en cada norma violada sólo señala que no se le
reconoció el derecho, sin entrar a desarrollar de manera razonada en qué consiste
la violación, no ofrece argumentos jurídicos, que le sirvan a la Sala entrar a
conocer las infracciones señaladas. Esta omisión no puede ser suplida de oficio
por este Tribunal de Casación Laboral, ya que esta actividad procesal le compete
única y exclusivamente a las partes. Por lo tanto, como se anotó
procedentemente, debe ser desestimado el cargo, por falta de argumentos.

Continuando con los argumentos del casacionista, corresponde entonces


verificar la infracción en concepto de aplicación indebida del artículo 1 de la Ley
5 de 1982, pues considera que la violación se produce porque el supuesto de la
norma es que a los trabajadores les sea imposible regresar a sus hogares los días
domingos, cuestión que no está acreditado, respecto de cada trabajador. La
empresa no ha probado que ningún trabajador, estuviese imposibilitado de
regresar a su domicilio los domingos, por lo que no existe soporte jurídico alguno
para que la empresa pueda reclamar la opción a la aplicación de la mencionada
ley. Cuestiona, de que no existe presunción a favor de la empresa que permita
que los trabajadores de la obra, estuvieran imposibilitados de trasladarse a su
domicilio los domingos.

La Ley N° 5 de 2 de marzo de 1982, como bien ha señalado el juzgador


secundario, fue creada con el objeto de resolver situaciones que venía
desarrollándose en las relaciones de trabajo derivadas de contratos de
construcción y similares, en obras de interés social. Ello es así, cuando el artículo
5 de la referida ley establece:

"Esta Ley rige para las obras especializadas de


construcción, consistentes en carreteras, caminos,
puentes, muelles, oleoductos, minas, puertos, represas
y sus complementos, túneles, así como cualquier otra
obra de edificación en el supuesto del artículo 1° de
esta Ley, así como cualquier otra obra de interés
nacional."
A juicio de esta Sala, el juzgador de segundo grado enmarcó
perfectamente la situación en debate, y el criterio que utiliza es el correcto. No
podemos dejar de atender todos los elementos que apuntan que la obra de
construcción de la carretera Punta Peña-Almirante, en la provincia de Bocas del
Toro (contrato de alquiler de helicóptero y residencia para el proyecto, copias de
cheques emitidos por CUSA a favor de Petroterminales de Panamá, en concepto
de alquiler de campamentos para el alojamiento de los trabajadores del proyecto)
son indicativos que la empresa incurrió en gastos de alojamiento y alimentación
de trabajadores, que prueban de que los trabajadores laboraban en un área de
difícil acceso. También consta en el proceso, copias autenticadas de las actas de
entrega al Gobierno Nacional del proyecto en sus distintas fases de culminación.
Estos elementos de convicción son concluyentes, en tanto que la aplicación de la
Ley 5 de 1982 le era aplicable a la relación de trabajo entre las partes. Por lo que
el cargo de infracción por aplicación indebida de la norma no prospera en la
sentencia recurrida.

Procede entonces analizar el artículo 2 de la Ley 5 de 2 de marzo de 1982,


pues considera el impugnante la sentencia incurrió en violación en concepto de
aplicación indebida; se transcribe el artículo en mención para una mejor
ilustración jurídica:

"Para los efectos de esta Ley no se aplicará el


numeral 4° y párrafo final del Artículo 36 del Código
de Trabajo. No se podrá trabajar más de tres horas
extraordinarias en un día. Cuando por cualquier
circunstancia el trabajador preste servicios en
jornada extraordinaria en exceso de este límite, el
excedente será remunerado con un setenta y cinco por
ciento de recargo adicional, sin perjuicio de las
sanciones que corresponde imponer al empleador. Se
considera horas extraordinaria la que sea
prolongación de la jornada ordinaria de trabajo".
Seguidamente el artículo 5 de la misma ley, preconiza:
"Esta Ley rige para las obras especializadas de
construcción, consistentes en carreteras, caminos,
puentes, muelles, oleoductos, minas, puertos, represas
y sus complementos, túneles, así como cualquier otra
obra de edificación en el supuesto del artículo 1° de
esta Ley, así como cualquier otra obra de interés
nacional."
La empresa ha reconocido en la presente encuesta que la relación laboral
se optó por el régimen previsto en la Ley 5 de 1982, en vista de que la obra a
ejecutarse era de interés social, por lo que requería aprovechar al máximo el
tiempo, para su entrega.

Ahora bien, el artículo 2 de la Ley 5 de 1982, establece cuatro (4)


supuestos que deben considerarse, en el evento de que la empresa se acoja al
régimen establecido en la comentada ley. Es dable detenernos en este punto dada
la importancia que reviste la dilucidación del tema.

Lo primero que consagra la norma comentada, es la exclusión de la


prohibición que tienen los trabajadores de trabajar más de tres horas
extraordinarias en un día, ni nueve en una semana. Esta exclusión es entendible,
dado la naturaleza de la obra de interés social que requiere una mayor atención en
la ejecución de la obra.

La norma tiene carácter permisiva, establece un límite en el exceso de la


jornada extraordinaria; que constituye el segundo supuesto, toda vez que al
trabajador no le está prohibido laborar más de tres horas extras por día, por lo que
es perfectamente aceptable que el trabajador labore tres horas extras, luego de
culminada su jornada ordinaria todos los días de la semana con el
correspondiente pago del recargo establecido. Ello es así, dado la exclusión en la
norma comentada, del párrafo final del artículo 36 del Código de Trabajo que lo
prohíbe.

En el evento, de que por cualquier circunstancia el trabajador tenga que


prestar servicios en jornada extraordinaria en exceso de este límite, es decir el de
tres horas permitidas en el segundo supuesto ya comentado, el excedente de esas
tres horas será remunerada con un 75% de recargo adicional de toda la jornada
extraordinaria que labore el trabajador en el transcurso de la semana; esto sin
perjuicio de las sanciones que corresponde imponer al empleador, este constituye
el tercer supuesto.

El cuarto y último supuesto de la norma comentada, viene a constituir una


reafirmación del concepto de jornada extraordinaria, que es entendida como
aquella que se prolonga de la jornada ordinaria de trabajo.

La norma comentada se refiere únicamente a la materia de horas extras.


Cuando la sentencia recurrida hace mención que la empresa se acogió al régimen
de la Ley 5 de 1982, lo hace en el entendimiento que toda controversia que surja
durante la relación contractual, le es aplicable dicha ley, no la del derecho
común, solo en materia de horas extras para trabajadores de la construcción en
obras especializadas o de interés social.

Como quiera que los demandados reclaman el pago de horas extras, bien
han señalado los juzgadores inferiores, apoyados en la jurisprudencia de esta
Corporación de Justicia Laboral, frente al reclamo de horas extras, la carga de la
prueba recae en el trabajador, de que fueron laboradas y no pagadas, debe haber
certeza en su reconocimiento, a través de pruebas precisas, ciertas, contundentes
y concordantes en tiempo, modo y lugar; toda vez que estas prestaciones no
forman parte de la naturaleza del contrato de trabajo. Estos presupuestos como se
ha anotado no fueron cumplidos por el actor, pues la acción exhibitoria no
cumplió su cometido, no lograra precisar de manera contudente las horas extras
que dicen haber laborado y que no le fueron pagadas.

Los razonamientos del juzgador secundario son consecuentes de juicios


basados en el principio de la sana crítica, y esta Sala no encuentra reparo alguno
respecto a las horas extras. Por lo tanto no procede el cargo de infracción
desarrollado.

Finalmente se ensaya la infracción del artículo 735 del Código de Trabajo,


en el concepto de violación directa por omisión.

Al referirse a este tema, la Sala ha señalado que las normas que señalan
preceptos sobre la apreciación de la prueba y que descansan en principios de la
sana crítica y la carga de la prueba, no son suceptibles del recurso
de casación laboral. Estas tienen carácter de norma adjetiva o de procedimiento,
en la técnica de casación se le denominan "Proporción Jurídica Incompleta", se
da cuando se citan disposiciones legales infringidas que no consagran derecho
sustantivo alguno, por ser norma adjetiva.

Se ha dicho que las normas adjetivas pueden servir de medio para


demostrar la violación de normas sustantivas. Esto es así, si las normas adjetivas
inciden en la sustantivas, es entonces cuando pueden ser revisables por esta
Máxima Corporación, en el caso de que se establezca que aquellas han sido
violadas.

Pero esa gestión procesal compete única y exclusivamente a la parte que


infiere el agravio, y no puede esta Sala de oficio asumir dicha posición.

Bajo este mismo concepto, en resolución de 25 de enero de 2000, la Sala


Tercera dejó sentado:
"Se percata esta Corporación Judicial que el recurso de casación
incoado no puede ser admitido, en virtud de que las normas que se
estiman infringidas son de aquellas de trámite procesales. Efectivamente,
el casacionista considera que la Resolución de21 de diciembre de 1999,
viola los artículos 732 y 735 del Código de Trabajo, los cuales hacen
alusión a la sana crítica y a los medios probatorios que debe tomar en
cuenta el juzgador al momento de decidir una controversia laboral.
De acuerdo a lo anterior, la Corte ha manifestado en innumerables
ocasiones, que las normas adjetivas que tratan sobre pruebas, valoración
de pruebas, y presunciones pueden servir de medio para demostrar la
violación de disposiciones sustantivas. Estas últimas establecen
derechos, que de no haber sido reconocidos, pueden ser reclamados ante
esta instancia laboral por medio de recurso extraordinario de casación.
En este sentido, las normas adjetivas deben incidir en las sustantivas,
para que puedan ser revisables ante esta Superioridad, en caso de que se
considere que aquellas han sido quebrantadas por el Juzgador de
Segunda Instancia". Bolívar Mora vs. Banbol, S.A.

Anotado lo anterior, es evidente que los cargos de infracción invocados


por el casacionista, carecen de asidero jurídico para reconocerlos. No se debe
casar la sentencia de segunda instancia, porque no se ha producido la infracción
que se le endilga.

En consecuencia, la Sala Tercera Casación Laboral de la Corte Suprema


de Justicia, administrando justicia en nombre de la República y por autoridad de
la Ley, NO CASA la sentencia de 17 de marzo de 2005 expedida por el Tribunal
Superior de Trabajo del Primer Distrito Judicial, dentro del proceso laboral
SINDICATO ÚNICO NACIONAL DE TRABAJADORES DE LA
CONSTRUCCIÓN Y SIMILARES (SUNTRACS) vs CONSTRUTORA
URBANA, S.A.

Notifíquese,

VICTOR L. BENAVIDES P.

WINSTON SPADAFORA FRANCO -- HIPÓLITO GILL SUAZO

HAZEL RAMÍREZ (Secretaria Encargada)

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