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Concepción ontológica de la realidad en el pensamiento de

Máximo el confesor

Por: Santiago Alvarez Alvarez

Debemos partir de que se puede definir la ontología como el estudio de lo que existe, muchos

de los problemas de la filosofía son problemas de carácter ontológico, como qué es lo que

existe, si existe un dios, o las preguntas acerca de la realidad; cuando no se ven suficientes las

respuestas que ofrecen los mitos, el ser humano siempre ha tenido la necesidad de ver más allá

y develar mediante el uso de sus facultades racionales la manera en que se puedan dar

respuestas a ciertos interrogantes que quizás resulten difíciles de resolver desde los dogmas

que sirven de cimientos para la tradición o la religión.

Dentro de la escena cristiana medieval podemos encontrar diversos autores, que partiendo

desde un mismo principio, el cual es la fe, no veían suficiente a esta para callar a las preguntas

que naturalmente surgen en el hombre; para dar respuesta a estas preguntas muchos de estos

hombres cristianos no solo se limitaron a la lectura de las escrituras, sino también al uso de la

razón, ejemplo de esto es Máximo el confesor, quien busca respuestas a problemas filosóficos,

como el de la ontología y las preguntas acerca de lo real.

Entrando ya en las cuestiones de su pensamiento ontológico encontramos primeramente

dentro de lo real a un creador, que es Dios, y en segundo lugar, la creación; no solo en el


pensamiento del confesor existen dos sujetos (Creador y creación)1, sino también una acción,

y esta acción es el movimiento, a su vez la creación posee dos atributos, lo inteligible y lo

sensible, que son quienes realizan la acción del movimiento, con el fin de alcanzar al creador.

Lo inteligible corresponde a lo espiritual, al alma, y lo sensible a la materia; él describe la

interacción entre ambos como una especie de penetración, en el que el uno es y está en el otro,

donde lo inteligible es señal de que lo sensible existe, y lo sensible es señal de que lo

inteligible existe. El movimiento entre ambos es de complementación para alcanzar un fin

común, que es el de alcanzar a Dios2. Se tiene hasta este momento como componentes de la

realidad al Creador y la creación, pero hay que tener en cuenta que esta propuesta describe un

dinamismo, Dios es el generador de este movimiento, desde el momento en que Dios siendo el

ser absoluto, le confiere el ser a quien no tenía ser (la creación tiene ser gracias a Dios, antes

de ser creada no poseía ser) establece un movimiento, el primer movimiento del que participa

la creación al ser creada “todo lo que recibió el ser desde el no ser es también movido, en

cuanto que es llevado hacia cierta causa”3.

En el movimiento vemos un principio que es válido para concebir la estructura del mundo y

también para comprender a Dios. Es inevitable no encontrar un paralelo entre la filosofía de

Heráclito y la concepción ontológica de Máximo el confesor, pero la única similitud es el

movimiento, las diferencias son profundas cuando vemos que el ser de Heráclito es mutable y

se intercambia con el no ser, mientras que en el confesor encontramos un ser absoluto que crea

y confiere ser a lo que tenía ser, y dinámicamente el ser creado se mueve entre sí para alcanzar

al ser absoluto, pero el cambio y la mutabilidad de Heráclito es aplicable al ser creado de

1
Ambigua 41, 1304d -1305a
2
Ambigua 7, 1073
3
Ambigua 7, 1069 b
Máximo; ciertamente se evidencia una influencia helénica y romana en los padres griegos y

latinos, pero de ninguna forma esto hace que el pensamiento de los filósofos cristianos carezca

de originalidad o que sea una copia amañada a los preceptos cristianos, el pensamiento

dinámico de Máximo el confesor por su carácter de retorno al ser causante no solo se aleja de

la postura de Heráclito, sino también de otro pensador cristiano llamado Orígenes de

Alejandría a quien en la Ambigua le hace varias críticas debido a errores que presentaba su

pensamiento y a malas interpretaciones que surgieron de la lectura de sus obras; la

confrontación entre Máximo y Orígenes no solo sirve para comprender más el carácter del

pensamiento ontológico del confesor, sino también para evidenciar que no se garantizaba la

unanimidad de pensamiento entre autores cristianos en el medioevo ya que ambos son padres

de la iglesia. La refutación de Máximo comienza desmontando la creencia de orígenes de que

todas las almas habitaban en reposo con Dios antes de la creación, pero Orígenes llama a este

movimiento “la caída”, Máximo refuta esto dando a entender que el movimiento es posterior a

la creación y anterior al reposo, porque el movimiento es un atributo propio del ser, y es

necesario como vinculo de la creación con el creador4

La realidad es dinámica, la caracteriza el movimiento, pero es necesario saber cómo funciona

este movimiento y como se mantiene el equilibrio, Máximo establece un equilibrio entre lo

espiritual y lo material5, es por eso que todo se constituye como unidad en equilibrio, pero en

movimiento con correspondencia, la reciprocidad es en términos de que en el mundo

inteligible se refleja en el mundo sensible y se hace diverso, y del sensible al inteligible se

hace particular.

4
Ambigua 1217d
5
Ambigua 1305bc
El movimiento que describe Máximo es similar a la postura del motor inmóvil de Aristóteles,

pero con sus claras diferencias, en cuanto a que el motor inmóvil no cumple las condiciones

para ser considerado como Dios. La realidad es dinámica, el resultado de una interacción,

interacción que se manifiesta cada día en el mundo, las cosas cambian se mueven e interactúan

entre si, pero dándole al movimiento un carácter positivo, con Dios como causa y fin de este

movimiento e interacción entre materia y espíritu. “No cesará jamás el alma de transmigrar el

cuerpo, ni el cuerpo de transmigrar el alma”6

Del pensamiento ontológico de Máximo el confesor se puede evidenciar una postura con

muchos matices, influenciado tanto por el cristianismo como por la filosofía antigua, esto es

algo bueno, ya que al ser un autor de la alta edad media nos muestra que este periodo no

absorbe el pensamiento y lo reduce al dogma religioso, la ontología de Máximo el confesor

muestra un planteamiento sobre la realidad similar al de Heráclito en cuanto al movimiento,

pero diferente por el ser y cercano al de Orígenes por la fe en Dios pero diferente en cuanto a

los resultados del uso de la razón.

Máximo el confesor es un autor que muestra de cierta forma una continuidad entre los

filósofos griegos y el medioevo, no supone una ruptura total, tampoco una uniformidad

institucionalidad entre los pensadores cristianos, efectivamente se puede hablar de que si hubo

filosofía en la edad media, también podemos hablar de que hubieron filósofos cristianos en

esta época y muestra de ello es esta ontología que muestra una diversidad de influencias, y a

su vez una originalidad que es válida.

6
Ambigua 1100d
Aun así, tengo mis dudas respecto a si en realidad existe algo que podamos llamar filosofía

cristiana, puedo entender que hay filosofía medieval, que existieron filósofos cristianos

medievales, pero las posturas filosóficas de los autores cristianos no alcanza a dar validez a los

dogmas doctrinales de la biblia y la tradición cristiana, el Dios ontológico que veo en máximo

el confesor y en muchos autores cristianos medievales me resulta inconexo con el Dios

bíblico, y cuando se intenta hacer la racionalización del Dios bíblico considero que se deja de

hacer filosofía y se comienza la teología, pero soy consciente de que la revelación y la fe

buscan ahondar en los huecos que la racionalidad no puede llenar con respecto a Dios; esto es

totalmente valido.

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