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Pamela Carvajal Guido Miranda y Robert Wallace
RESUMEN
En Bolivia, al norte del Departamento de La Paz, varias comunidades de la Tierra Comunitaria de Origen Takana utilizan la
peta de río Podocnemis unifilis principalmente como fuente de alimento, aunque en ocasiones también venden los huevos.
Como una forma de enfocar esfuerzos que ayuden a la conservación, se estudió la reproducción de P. unifilis a través del
seguimiento del desove, incubación y eclosión en una playa vigilada, previo acuerdo con las comunidades aledañas. Los
nidos de P. unifilis se perdieron sobre todo por las inundaciones y la depredación humana. Las mayores tasas de eclosión
se registraron en nidos ubicados en una zona intermedia de la playa, entre el curso del agua y la vegetación. Los neonatos
murieron principalmente por el ataque de larvas de Dípteros. De manera preliminar, el transplante de nidos resultó viable,
para incrementar el éxito reproductivo de P. unifilis en la zona, por lo que el transplante, junto al cuidado de playas podrían
ser apropiados para mantener e incluso aumentar, las poblaciones de la peta de río.
ABSTRACT
Several communities of the Takana Indigenous Territory in northern La Paz Department, Bolivia use the river turtle
Podocenmis unifilis primarily as a food source, as well as the occasional commercial sale of eggs. In agreement with the
Takana communities and in order to focus conservation efforts on these turtles we studied the reproduction of P. unifilis
through monitoring of spawning, incubation and hatching on a sheltered beach. P. unifilis nests were mainly lost to flooding
events and human predation. The highest hatching rates were observed in nests located in the intermediate zone of the
beach, between the river and vegetation. Neonate mortality was mainly caused by attacks of Diptera larvae. Nest
transplantation was demonstrated as feasible to improve the reproductive success of the species. These activities, partnered
with beach protection, could maintain or increase populations of this important resource for local communities.
Wildlife Conservation Society, Calle Gabino Villanueva #340, entre calles 24 y 25 de Calacoto, La Paz, Bolivia
1 pcarvajal@wcs.org
2
gmiranda@wcs.org
3
rwallace@wcs.org
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REVISTA BOLIVIANA DE ECOLOGÍA Y CONSERVACIÓN AMBIENTAL
INTRODUCCIÓN
Uno de los géneros de quelonios propios de la Amazonía local. Por tanto, generamos información básica sobre
es Podocnemis. Las especies de este género son un la reproducción de P. unifilis, registrando datos del
recurso alimenticio de considerable importancia para las periodo de desove, tiempo de incubación, porcentaje
poblaciones que viven en los márgenes de ríos y lagos de eclosión, tamaño de nidada y otra información
a relacionada a su reproducción. Además, identificamos
(Pritchard & Trebbau, 1984; Landeo, 1997 ; Kemenes &
Pezzut; 2007). La carne de P. unifilis es una de las más las causas que provocan la pérdida de nidos y de
apetecidas del género (Soini, 1997; Chamorro-Rengifo y neonatos en una playa del Río Beni, cercana a
Cubillos-Rodríguez, 2007). poblaciones takanas.
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CARVAJAL, P., G. MIRANDA y R. WALLACE: Reproducción de Podocnemis unifilis Río Beni, Bolivia
Al azar se escogieron 31 (17%) nidos para abrirlos Se analizaron las fechas de postura y eclosión junto
hasta encontrar los huevos. Se extrajeron los huevos, con variables ambientales (SENAMHI, 2008 -
manteniendo su orden y posición porque el cambio de Estación Rurrenabaque).
posición puede causar daños al embrión (Ureña,
2000; Townsend, 2008). Se registró el largo y ancho Cuando se encontraban nidos abiertos, se analizaban
(Vernier 0.1 mm) y el peso (Pesola 0.1 g) de los las posibles causas de la pérdida. Se consideraron como
huevos y el diá-metro y profundidad del nido (Regla depredación humana aquellos casos en que habían sido
0.5 mm). Después, devolvimos los huevos al nido, extraídos todos los huevos, no quedando siquiera los
manteniendo en lo posible sus posiciones originales y, cascarones; mientras que se asumía como depredación
finalmente, lo cubrimos con arena. natural cuando los cascarones aparecían vacíos y/o se
observaban huellas de animales cerca del nido
Después de 60-80 d (rango de incubación reportado (Escalona & Fa, 1998; Ureña, 2000).
para P. unifilis; Soini, 1994, 1996), se revisaron
nuevamente los nidos marcados (entre el 12 de octubre Se midió el largo (LC) y el ancho (AC) del caparazón de
y el 14 de noviembre) para documentar la eclosión. Se todos los neonatos y se registró su peso. Cuando los
verificó la existencia de los nidos en la playa, ya que, neonatos aún no habían absorbido el saco vitelino (Fig.
pese a los cuidados que se adoptaron, algunos nidos 2), se los dejaba en el nido durante 5-7 d, para que
fueron extraídos por gente local. Se ubicaron y abrieron pudieran absorberlo (Soini, 1994, 1996). Al término de
los nidos para registrar la presencia de huevos o este tiempo, medimos los neonatos y los llevamos a un
neonatos. En caso de encontrar neonatos, se registró la estanque para liberarlos al río después de 7 d.
fecha de eclosión para calcular el tiempo de incubación.
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40 35
35 30
Temperatura 30
25
(mm)
(°C)
25
20 Precipipación
10
20
15 15
10
5 5
0 0
8 9 10 1112 13 14 15 16 17 1819 20 21 22 23 24 25 26 27 28 29 30 31 1 2 3 4 56 7 8 9 10 11 1213 14 15
Agosto Septiembre
Figura 3. Cantidad de desoves registrados, temperatura, precipitación y fases lunares entre 8 de agosto y 15 de septiembre
(2007). Se indican los picos de desoves.
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CARVAJAL, P., G. MIRANDA y R. WALLACE: Reproducción de Podocnemis unifilis Río Beni, Bolivia
El pico más alto de desove coincidió con el registró de precipitación y el desove, se tendrían que registrar
mayor precipitación (5 de septiembre). Los otros picos de estos datos directamente en la playa estudiada.
desove ocurrieron antes o después de días con lluvia
(Fig. 3). Estos datos sugieren que la precipitación puede Durante el estudio, se perdieron 74 nidos (41.8% del
influir en la nidificación, sin embargo su efecto debe ser total), debido principalmente a las inundaciones (54.1%
confirmado con más datos. ó 40 nidos) y a la depredación humana (43.2% ó 32
nidos). La depredación natural afectó solamente a dos
La aparente relación entre la precipitación y el desove es nidos (2.7%). Para otras regiones se ha reportado que
conocida por la gente local; según ellos, una lluvia fuerte en playas no vigiladas, la depredación humana es la
es señal de que las tortugas van a desovar. Según causa principal de las pérdidas de nidos de P. unifilis
Escalona y Fa (1998), el hecho de que se produzcan a
(Soini, 1996; Landeo, 1997 ; Escalona & Fa, 1998;
más desoves durante las lluvias puede deberse a que
Hernández y Spin, 2003). En playas aledañas a
sea más fácil para las tortugas excavar sus nidos en la nuestro sitio de estudio, que no fueron vigiladas, no
arena húmeda. La lluvia también podría ayudar a que la se encontra-ron nidos intactos porque todos habían
arena tenga la humedad y temperatura adecuada para la sido depredados por humanos. Por tanto, la vigilancia
incubación de los huevos. Por otra parte, es posible que de las playas es una medida efectiva para evitar la
la temperatura tenga los mismos efectos que las lluvias pérdida de nidos y aumentar las posibilidades de que
en los desoves, porque los picos altos de desove fueron nuevos individuos puedan sumarse a la población.
registrados en días con temperaturas >25°C (Fig. 3). Sin Sin embargo, para proteger las playas, se tiene que
embargo, para corroborar la relación entre la lograr acuerdos con las comunidades locales.
temperatura y los desoves, se debe registrar la
temperatura de la cámara del nido. El cuidado de playas también puede contribuir a reducir la
tasa de depredación natural, porque los recorridos de
Además, las fases lunares posiblemente afectan a los vigilancia pueden disuadir a potenciales depredadores
desoves. Durante el periodo de luna llena no se registraron (lagartos, felinos y aves). En la playa de estudio observa-
desoves y el pico más alto de desoves fue observado en mos rastros de depredadores en varias ocasiones (Fig. 4).
cuarto menguante, al igual que lo reportado por Soini Sin embargo, no registramos pérdidas significativas a causa
(1994). No hubo desoves en luna llena, quizás por la falta de depredadores, como han sido reportadas por Soini
de precipitación (Fig. 3). En general, los desoves ocurrieron (1994) y Fachin y Mülhen (2003).
en días con temperaturas relativa-mente altas y con
considerables precipitaciones. Sin embargo, para confirmar También, el cuidado de playas permite identificar nidos
la relación entre la temperatura, susceptibles a perderse por las inundaciones. Si estos
A B C
Figura 4. Indicios de posibles depredadores de tortugas: A) huellas de lagarto, B) huellas de felino y C) ave, observadas en
la playa de estudio.
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nidos son trasladados a lugares más apropiados, aumen- La confirmación en otras playas de la posible relación
tan significativamente las probabilidades de una eclosión entre la distancia a la vegetación y el porcentaje de
exitosa (Townsend et al., 2005; Townsend, 2008). eclosión es importante para diseñar acciones de
protección y aprovechamiento de los nidos. Por ejemplo,
Al igual que en otras regiones de la Amazonía, las se podría permitir el aprovechamiento de los nidos
inundaciones han sido un factor importante en la pérdida ubicados en las márgenes de las playas, porque son
de nidos (Soini, 1994; Fachin y Mülhen, 2003). En susceptibles a perderse por las inundaciones. En
ausencia de la depredación humana, las inundaciones cambio, los nidos ubicados en la parte central de la
fueron la principal causa de pérdida de nidos de P. playa deberían ser cuidados y monitoreados para
unifilis. Sin embargo, mediante el traslado de nidos a asegurar la eclosión de los neonatos.
sitios más apropiados se puede reducir su pérdida.
Se calculó que el tamaño promedio de una nidada fue de
Debido a las crecidas del Río Beni, se registraron 26.9 huevos (n=111, DE= 6.5; rango de 2-40, moda= 30;
mayores pérdidas de nidos ubicados en los bordes en Cuadro 1), valor similar a los reportados por otros
comparación a los nidos ubicados cerca al centro de la a
autores (Soini, 1994; Caballero, 1996; Landeo, 1997 ;
playa. Sin embargo, las crecidas no solo afectaron a los Escalona & Fa, 1998; Fachin y Mülhen, 2003). Sin
nidos ubicados en los bordes de la playa, sino también a embargo, registramos también un nido con solo dos
algunos que estaban al centro porque se habían huevos, caso que no ha sido reportado anteriormente.
formado temporalmente pequeños cursos de agua (Fig. Es probable que la menor cantidad de huevos esté
1). Nidos que se perdieron a causa de depredación relacionada con la edad de la hembra o porque una
natural estaban situados cerca de la vegetación (Fig. 1), hembra desove más de una vez (Soini, 1994). Esta
probablemente porque estas áreas ofrecieron mayor variación debe ser considerada cuando se planifiquen
protección a los depredadores (Escalona & Fa, 1998). acciones de manejo.
La depredación humana se registró principalmente en el El tamaño de los huevos variaba entre 39.1 28.7 mm
margen noreste del área bajo vigilancia (n= 20) y en la y 48.7 32.1 mm. El peso promedio de los huevos fue
parte central (n=12). Considerando que los nidos de los de 24.5 g (19.0-30.5 g; Cuadro 1). El tamaño y peso
bordes de la playa son susceptibles a perderse por registrados de los huevos fueron ligeramente
inundación y nidos cercanos a la vegetación son mayores a los reportados por otros autores (Soini,
a
susceptibles a depredadores naturales, la parte central 1994; Caballero, 1996; Landeo, 1997 ; Escalona &
de la playa es la más adecuada para incubar Fa, 1998; Fachin y Mülhen, 2003).
exitosamente los huevos. En nuestro estudio, el porcen-
taje de eclosión superó 81% en la parte central de la Considerando las fechas de desove y eclosión de 82
playa. Por otro lado, en ninguno de los nidos ubicados nidos, se calculó un tiempo de incubación promedio de
hacia la orilla se registró 100% de eclosión. 71.4 d (62-95 d; Cuadro 1). La duración de la incubación
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CARVAJAL, P., G. MIRANDA y R. WALLACE: Reproducción de Podocnemis unifilis Río Beni, Bolivia
Sin eclosión
parece estar influenciada por las condiciones meteoroló- n= 10
gicas en la época de postura. Los huevos con tiempos 10%
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Medimos el caparazón de 1 762 neonatos de 90 nidos casos, al abrir el nido, se registró también un olor caracte-
(Cuadro 1). Los caparazones midieron en promedio rístico y desagradable. Ataques por larvas de Díptero
4.7 cm de largo (4.2-5.1; DS= 0.21) y 4.7 cm de ancho también han sido reportados por Bock (1995) y PUMA
(3.9-5.1; DS= 0.24). El peso promedio fue de 18.1 g (2008), pero no en la proporción detectada por nosotros.
por individuo (11.9-26.5; DS= 2.54). Los valores
registrados son similares a los reportados por otros En nidos donde se encontraron estas larvas, se
autores (Fachin y Mülhen, 2003; Townsend, 2008). obser-varon también nidos de “perrito de dios” o “grillo
topo” (Familia Grillotalpidae, Fig. 6), lo que indica que
Analizando los datos de los nidos en los que hubo eclo- quizás este insecto aumenta la probabilidad de que el
sión, se detectó que el tamaño y peso de los neonatos nido sea atacado por las larvas de Dípteros, al facilitar
estaba directamente relacionados con las dimensiones su ingreso al nido (García, 2005).
de los huevos. Los individuos de mayor tamaño
provenían de nidadas con huevos más grandes (Tamaño Si bien no existe certeza de tratarse de un ataque a un
r Pearson= 0.64; peso r Pearson= 0.56). Se confirmó nido, informamos que en una ocasión, durante la época
estos resultados mediante pruebas de regresión con un de desove, se encontraron indicios de la presencia de un
concordancia significativo con la ecuación logarítmica lagarto (Caiman yacare) cerca de uno de los nidos
esperada (tamaño p=0.003 y peso p= 0.009; Fig. 6). depredados. Se registraron cascarones quebrados en el
nido abierto, junto a huellas de C. yacare.
En un total de 55 nidos, se registró la pérdida de 243
neonatos (4.3 neonatos por nido), con variaciones De los 12 nidos trasladados de otras playas a la playa de
entre 1-21 (2.9-84%) individuos. En 43 nidos, la estudio, dos se perdieron por completo, porque se formó
perdida de neonatos fue >25%. Gran parte de las un curso de agua durante la lluvia, afectando también
pérdidas fueron causadas por larvas de un tipo de parcialmente a otros nidos. Esta situación no era
Díptero (probablemente de la Familia Calliphoridae), previsible porque el sitio fue elegido durante la época
cuya presencia fue documentada en 46 nidos, con más seca, no observándose en ese entonces ningún
192 neonatos afectados (1-21 neonatos por nido). indicio relacionado a inundaciones. Para los diez nidos
trasladados restantes el porcentaje de eclosión fue de
Se observaron partes del cuerpo de neonatos consumidas 50.8%. Sin embargo, si se consideran únicamente los
donde aún se hallaban las larvas. En algunos casos, el datos de nidos no directamente afectados por las lluvias,
grado de consumo fue total y solamente se encontraban la eclosión fue de 64.6% (n=7).
larvas en los cascarones (Fig. 7). En estos
5.2
5.1 22
5.0
Índice tamaño neonato
20
Peso neonato (g)
4.9
4.8
18
4.7
4.6 16
4.5
14
4.4 y= 1.5725ln(x) +4.2965 y= 11.03ln(x) - 17.55
2 2
R = 0.408 R = 0.318
4.3 12
1.1 1.2 1.2 1.3 1.3 1.4 1.4 1.5 1.5 1.6 1.6 18 20 22 24 26 28 30 32
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CARVAJAL, P., G. MIRANDA y R. WALLACE: Reproducción de Podocnemis unifilis Río Beni, Bolivia
A B C
Nido de
P. unifilis
Figura 7. Invertebrados encontrados en los nidos de P. unifilis, A) moscas, B) larvas que atacan a los neonatos y C) grillo
topo.
De todos los nidos con eclosión (103 nidos= 93 en Antonio del Tequeje y Carmen del Emero de la TCO
“Playón” y 10 trasladados), se logró liberar a 2 102 Takana I por su apoyo y compromiso brindado para
neonatos (20.4 por nido) de P. unifilis en el Río Beni. realizar este estudio.
Esta cantidad de individuos liberados en el Río Beni fue
posible por el cuidado de una sola playa. Aumentando el BIBLIOGRAFÍA
esfuerzo de protección y el seguimiento en otras playas,
además de los transplantes, se podría contribuir a la Acebey, S., G. Reyes-Ortiz, C. Castellón, D. Méndez y P.
conservación de P. unifilis. Sin embargo, se debe Ávilla. 2009. Podocnemis unifilis (VU). Pp. 263-
analizar si es suficiente tomar acciones sobre este 264. En: Ministerio de Medio Ambiente y Agua
estadio de desarrollo, considerando la susceptibilidad de 2009. Libro rojo de la fauna silvestre de verte-
P. unifilis a la depredación natural una vez que han brados de Bolivia. La Paz, Bolivia.
eclosionado, y/o la necesidad de enfocar acciones Bernal, M., J. Daza y V. Páez. 2002. Ecología repro-
también sobre individuos adultos, porque los adultos, ductiva y cacería de la tortuga Trachemys
aunque menos susceptibles a la depredación natural, scripta (Testudinata: Emydidae), en el área de
son cazados muy frecuentemente. Por tanto, es impor- la Depresión Momposina, norte de Colombia.
tante recalcar que la protección de P. unifilis solamente Rev. Biol. Trop. Vol. 52 (1):229-238 pp.
es posible con la participación y el compromiso de las Bock, B.L. 1995. Infestación de huevos y neonatos de
comunidades locales. la tortuga dulceacuícola taricaya Podocnemis
unifilis (Troschell, 1848) por larvas dípteras, en
el Parque Nacional Natural Cahuinarí,
AGRADECIMIENTOS Amazonas. Santa Fé de Bogotá. 44 pp.
Bowen K.D., R.J. Spencer & F. Janzen. 2005. A
Expresamos nuestro agradecimiento a Wildlife comparative study of environmental factors that
Conservation Society y los financiadores Land Scape affect nesting in Australian and North American
USAID y Gordon and Betty Moore Foundation. Las freshwater turtles. J. Zool. Lond. 267, 397-404
opiniones aquí expresadas son las de los autores y no pp.
necesariamente reflejan los criterios de USAID y los Caballero, J. 1996. Comparación de cuatro
demás donantes. tratamientos de manejo para la protección de la
peta de agua (Podocnemis unifilis) Troschel
Agradecemos también al Consejo Indígena del Pueblo 1840; y estimación de la supervivencia de las
Takana (CIPTA), a Nivardo Salas por su valioso apoyo crías en las playas del río Itenez. Tesis de
en el trabajo de campo y a Alfonso Llobet por sus grado para optar al título de Licenciatura en
comentarios y aportes al diseño del estudio. Extendemos Ciencias Biológicas. Universidad Gabriel René
un agradecimiento especial a las comunidades San Moreno. Santa Cruz de la Sierra-Bolivia. 82 pp.
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