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Paso 1: Determinar el tema objeto de argumentación.

Temas a tratar
 La primera guerra mundial
 La sociedad de naciones
 Los nuevos imperialismos

Paso 2: Recopilar información del tema

La Primera Guerra Mundial


La Primera Guerra Mundial fue un conflicto armado entre 1914 y 1918, La Gran
Guerra, como era denominada antes de que sucediera la Segunda Guerra Mundial,
fue un conflicto a escala global. Fue en su momento el conflicto más sangriento de
la historia.

Se crearon vastos sistemas de alianzas a partir de 1882, los cuales próximamente


iban a ser los dos bloques en los que se dividirían los bandos y se enfrentarían:

 La triple entente: Francia, Gran Bretaña y Rusia (1882).


 La triple alianza: Alemania, Austria-Hungría e Italia (formada en 1907).

En la contienda participaron 17 países de los cinco continentes como: Alemania,


Brasil, Austria-Hungría, Estados Unidos, Francia, el Imperio Británico, Imperio Turco
Otomano, Italia, Japón, Luxemburgo, Países Bajos, Portugal, Reino de Rumania,
Reino de Serbia, Rusia, Australia y China.

Causas de la Gran Guerra

Las causas profundas de la Primera Guerra Mundial se sitúan tanto en el orden


económico como en el político, y pueden reducirse al antagonismo económico y
colonial entre las principales potencias industriales (Francia e Inglaterra por un lado
y Alemania por otro) y a la exacerbación de los conflictos territoriales de signo
nacionalista.

Otro constante foco de tensiones era la zona de los Balcanes, encrucijada de etnias
diversas y objeto de interés de distintos países, permitió el inicio a la Guerra de los
Balcanes (1912-1913), que apenas llegó a resolver nada; en 1914, la zona seguía
siendo un polvorín.

En una situación tan conflictiva como aquélla, un enfrentamiento entre países que,
en otras circunstancias, habría quedado aislado o se habría superado por medio de
negociaciones, dio pie al estallido de la guerra más sangrienta conocida hasta
entonces.
Aunque el imperialismo que venían desarrollando desde hacía décadas las
potencias involucradas fue la principal causa subyacente. El detonante se centra en
el asesinato del archiduque Francisco Fernando de Austria y su esposa, Sofía
Chotek, en Sarajevo el 28 de junio de 1914 a manos del joven estudiante
nacionalista serbio Gavrilo Princip, miembro del grupo serbio "Joven Bosnia”. Su
asesinato precipitó la declaración de guerra de Austria contra Serbia que
desencadenó la Primera Guerra Mundial.

En el plano político, la penetración del ideario nacionalista en buena parte del cuerpo
social de los distintos pueblos y países contribuyó a crear un clima de belicosidad.
La Revolución francesa había introducido como principio el derecho de los pueblos
que compartían un origen y lengua comunes a constituirse en naciones soberanas.

Por otra parte, muchas naciones habían venido realizando fuertes inversiones en el
fortalecimiento y modernización de sus ejércitos, dotándolos de una potencia
formidable con finalidades teóricamente defensivas; la escalada armamentista
alcanzó tal nivel que el periodo comprendido entre 1871 y 1914 es llamado «La paz
armada» donde participo la conocida alianza militar europea. Las fricciones por
cuestiones coloniales dieron pronto lugar a diversas crisis, entre las que destacan
las causadas por el dominio de Marruecos (1905 y 1911), resueltas ambas en
perjuicio de Alemania y en favor de los franceses, que contaban con el apoyo de
Inglaterra.

Europa estaba destinando cuantiosas cantidades de recursos en armamentos, sin


embargo, no había guerra, aunque se sabía que ésta era inminente.

Surgieron otras guerras dentro del mismo contexto

 Guerra de movimientos

En 1914 Los franceses agruparon sus tropas en la frontera con Alemania, entre
Nancy y Belfort, divididas en cinco ejércitos.

Los franceses lanzaron simultáneamente el plan XVII, pero resultó un fracaso.


Semanas después estaban ya ubicados en el río “Marne”, donde chocaron con el
cuerpo británico y el ejército francés, quienes frenaron el avance alemán. La derrota
germana frustró el plan original y acabó con las expectativas de una conflagración
breve, marcando el abandono definitivo de los planes anteriores a la guerra. En ese
momento comenzó la «carrera hacia el mar»: los dos ejércitos marcharon hacia el
mar del norte; ataques y contraataques se sucedieron. La contienda se desarrollaría
en territorio francés y belga.

Las tropas británicas no tardaron en intervenir en mayor número, junto a los restos
del ejército belga. Mientras tanto, Austria-Hungría fracasó en su intento de tomar
Belgrado, lo cual lograría después con ayuda alemana, en agosto de 1915. Rusia
invadió Prusia Oriental, pero los generales de estado mayor prusianos Hindenburg
y Ludendorff los batirán contundentemente en Tannenberg. En el curso de 1915,
dos nuevos países entraron en la guerra: Italia del lado de los aliados y Bulgaria al
lado de las potencias centrales, que con este apoyo derrotan y ocupan a Serbia.
Desde el comienzo de la guerra, el Vaticano y Suiza intentaron infructuosamente
sondeos por la paz.

 Guerra naval

La guerra naval en la Primera Guerra Mundial se caracterizó por los esfuerzos de


las potencias Aliadas, especialmente Gran Bretaña, de imponer un bloqueo
marítimo a los imperios centrales, utilizando sus grandes flotas navales; y por los
esfuerzos de los imperios centrales de romper el bloqueo o establecer un bloqueo
efectivo del Reino Unido y Francia. Los alemanes, que contaban con una importante
flota de submarinos, intentaron imponer un bloqueo completo al Reino Unido y
Francia, interceptar el apoyo de sus colonias y romper las rutas de
aprovisionamiento entre América (carne de Argentina, armamento estadounidense)
y Europa.
Los frentes involucrados fueron:
 Frente occidental
 Frente oriental
 Frente balcánico
 Frente del Medio Oriente
 Frente italiano

Desarrollo de la Gran Guerra

Las fuerzas de los dos bloques enfrentados eran bastante equilibradas. La


superioridad naval y numérica de la Triple Entente (Francia, Inglaterra y Rusia) era
compensada, en los Imperios Centrales, por la capacidad de movilización y un
potencial bélico mayor. El Imperio alemán y el austrohúngaro carecían de grandes
dominios coloniales, pero formaban un bloque territorial compacto y coordinado.

La guerra comenzó como un enfrentamiento entre Austria-Hungría y Serbia.


El Imperio de Rusia se unió al conflicto, pues se consideraba protectora de los
países eslavos y deseaba socavar la posición de Austria-Hungría en los Balcanes.
Tras la declaración de guerra austrohúngara a Rusia el 1 de agosto de 1914, el
conflicto se transformó en un enfrentamiento militar a escala
europea. Alemania respondió a Rusia con la guerra, obligada por un pacto secreto
contraído con la monarquía de los Habsburgo, y Francia se movilizó para apoyar a
su aliada.

Con la idea de derrotar a Francia antes de que pudiese recibir la ayuda de Inglaterra
y de que una ofensiva de Rusia los obligase a combatir en dos frentes, los alemanes
aplicaron de inmediato el plan Schlieffen, concebido años atrás por el anterior jefe
del Estado Mayor alemán. Este plan de ataque preveía un vasto movimiento de las
fuerzas alemanas que, en seis semanas, habían de penetrar en Francia pasando
por Bélgica, eludiendo así las tropas y fortificaciones fronterizas francesas.

Segunda fase (de 1915 a 1916)


 Guerra de trincheras.

A principios de 1915, ambos bandos construyeron complejas líneas de trincheras


que serpentearon por los cientos de kilómetros del frente. La fortificación alcanzaría
tal grado de virtuosismo que ninguno de los contendientes lograría una penetración
decisiva. Al quedar protegidos los soldados del alcance de las ametralladoras
enemigas, la capacidad armamentística (morteros, lanzagranadas, lanzallamas) y
muy especialmente la artillería pesada se transformó en dueña y señora del campo
de batalla. La industria siderometalúrgica se puso al servicio de las necesidades
militares y produjo masivamente cañones, morteros y obuses. El consumo de
municiones en los primeros meses de la guerra rebasó largamente las previsiones,
y la cuestión del aprovisionamiento acabó transformándose en un asunto esencial,
que obligó a modernizar y planificar la producción y a utilizar mano de obra
femenina.

Ciertamente, la única arma eficaz contra las trincheras era la artillería, pero ni
siquiera los bombardeos de saturación podían garantizar una ruptura del frente. Sin
embargo, mientras los frentes se mantenían incólumes, las trincheras registraban
espantosas carnicerías. Después de cada batida de la artillería, el terreno quedaba
arrasado, cubierto de hombres destrozados o mutilados. Las trincheras se
convirtieron en un infierno, porque, además, las condiciones higiénicas eran
deplorables; el abastecimiento, insuficiente; y la tensión, insoportable. El uso
intensivo de armas como los gases letales obligó además a los soldados a luchar
con unas máscaras que reducían la visibilidad e intensificaban su angustia.

Ante esa situación de estancamiento, durante el año 1916 alemanes y franceses


intentaron romper el frente concentrando los esfuerzos bélicos en un solo punto. Tal
era el objetivo de la gran ofensiva alemana sobre la ciudad de Verdún. Iniciado el
21 de febrero de 1916, el ataque topó con la tenaz resistencia de los franceses, que,
bajo las órdenes del general Henri Philippe Pétain, frenaron el avance sobre la
ciudad y recuperaron, ya en noviembre del mismo año, las escasas plazas que
había llegado a ocupar el enemigo. La ofensiva aliada sobre la región del río
Somme, tuvo el mismo carácter masivo; iniciada el 1 de julio de 1916, concluyó sin
éxito a mediados de noviembre del mismo año. Ambas campañas costaron
centenares de miles de vidas y sólo movieron los frentes unos pocos centenares de
metros.
En 1917, el estado mayor alemán tomó la decisión de aguantar a los aliados en el
oeste y hundir de una vez a las desalentadas tropas zaristas. Luego de la victoria
táctica de los británicos en Arras. Los franceses, tras el fracaso total de su ofensiva
de Chemin des Dames, no son capaces de lanzar ninguna otra ofensiva, limitándose
a resistir. El 7 de junio los británicos lanzan una ofensiva en Flandes, sin embargo,
no consigue romper el frente. El conflicto se estanca y el desaliento cunde en la
retaguardia. La población civil padece restricciones, sobre todo en Alemania,
bloqueada por los aliados. En abril de 1917 los Estados Unidos les declararon la
guerra a los imperios centrales, lo que le dio a la contienda el carácter mundial. No
obstante, sus efectos no se sentirían sino hasta 1918. El hecho que motivó el
ingreso de Estados Unidos en la guerra fue el hundimiento del Lusitania, donde
viajaban 123 estadounidenses, por parte de un submarino alemán.

Este hecho provocó una viva reacción en Estados Unidos, que se preparó para
entrar oficialmente en guerra al lado de los aliados. En febrero de 1917
en Rusia estalla la revolución rusa, la cual obligó a abdicar al Zar Nicolas II,
quedando el país bajo el mando de Aleksandr Kérenski, quien continuó en guerra
contra Alemania. Sin embargo, en octubre estallaría la revolución bolchevique, que
depuso al gobierno de Kérenski. Este clima de inestabilidad permitió a los alemanes
avanzar considerablemente en Rusia. Los bolcheviques tomaron el control total y
firmaron el armisticio con los imperios centrales en el mes de diciembre, después
de la paz de Brest-Litovsk (negociada por León Trotsky) en marzo de 1918. Para
obtener esta paz consintieron enormes sacrificios económicos y territoriales.
Además, Alemania ocupó Polonia, Ucrania, Finlandia, los países bálticos y una
parte de Bielorrusia.

La revolución rusa, en particular luego del tratado de Brest-Litovsk, dio paso a una
guerra civil, la cual se extendió hasta 1923, provocada por el levantamiento de
grupos anti bolcheviques dentro y fuera de Rusia, que se organizaron para actuar
contra el nuevo régimen.

Reforzados por las tropas provenientes del frente este, los alemanes ponen todas
sus fuerzas en su última ofensiva, nombrada por el general de infantería Erich
Ludendorff como Kaiserschlacht (nombre clave Michael), a partir de marzo de 1918,
sobre el río “Somme”, en Flandes y en Champagne. Esta comenzó el 21 de marzo y
se extendió hasta el 5 de abril, aunque con el final de esta los alemanes continuaron
con una serie de cuatro ofensivas hasta el 17 de junio. Pero, mal alimentadas y
cansadas, las tropas alemanas no pudieron resistir la contraofensiva de Foch y
fallan frente al objetivo final: París, quedando a 120 km de la capital gala. El general
Foch comanda sus tropas francesas y estadounidenses hacia la victoria, en la
segunda batalla del Marne; los primeros tanques británicos entran en combate y la
superioridad aérea aliada es evidente. Es el principio del fin para los imperios
centrales. En los Balcanes, las tropas francesas atacan las líneas búlgaras en
Macedonia. Después de pocos días de lucha, Bulgaria comprende que no puede
hacerles frente y pide el armisticio. Turquía está al límite de sus fuerzas y no puede
contener a los británicos que han tomado ya Jerusalén y Bagdad y avanzan hacia
Anatolia; además la derrota búlgara compromete a Constantinopla. Franceses y
británicos ocupan el oriente próximo e Iraq y el imperio otomano también se rinde.
El duelo entre italianos y austríacos está asimismo por resolverse. Los italianos
derrotan a Austria-Hungría en Vittorio Veneto. Este hecho marcó el descalabro del
ejército imperial, y la monarquía de los Habsburgo se hunde, incapaz de oponer
nada al avance aliado por los Balcanes (3 de noviembre).

El Reich está en una situación desesperada: se ha quedado sin aliados, su


población civil sufre draconianas restricciones, su ejército está al límite, sin reservas
y desmoralizado. Ludendorff y Hindenburg son partidarios de la capitulación
inmediata, pues creen que el frente se derrumbará en cualquier momento. En
efecto, tropas estadounidenses de repuesto no paran de desembarcar e
incluso Italia se prepara para enviar un contingente a Francia. El 8 de agosto un
ataque aliado cerca de Amiens tiene éxito y rompe el frente germano: los aliados
penetran en Bélgica. El alto mando pide al brazo político iniciar inmediatamente
negociaciones de paz. Cunde la convicción de que la guerra está perdida. Wilson
proclama que Estados Unidos sólo negociará con un gobierno alemán democrático.
Los Hohenzollern tienen los días contados. Tras una revolución obrera en Berlín, el
Kaiser huye a Holanda; el gobierno de la nueva República alemana firma el
armisticio de Rethondes el 11 de noviembre de 1918. La guerra termina con la
victoria de los aliados.

Este hecho marcó la victoria de la Entente, forzando a los países de la Alianza a


firmar la rendición.

Los derrotados tuvieron que firmar el Tratado de Versalles que imponía a estos
países fuertes restricciones y castigos.

Consecuencias de la Primera Guerra Mundial

Las consecuencias más evidentes de la Primera Guerra Mundial fueron las que
derivaron de los diversos tratados de paz, que modificaron profundamente el mapa
de Europa. Contra lo que pueda sugerir su nombre, la Conferencia de Paz de París
fue una mera negociación entre los dirigentes de los países vencedores; el tratado
de Versalles, firmado el 29 de junio de 1919, tras casi seis meses de
conversaciones.

El tratado de Versalles declaraba a Alemania única culpable de la guerra y supuso


para el antiguo Imperio alemán la pérdida de todas sus colonias y también de
numerosos territorios, que pasaron a manos de los viejos y nuevos países limítrofes
(Francia, Bélgica, Dinamarca, Checoslovaquia, Polonia). El tratado establecía
asimismo la desmilitarización general del país (prohibiendo a Alemania fabricar
armamento, barcos y aviones de guerra y tener más de cien mil soldados) y la
obligación de pagar reparaciones de guerra, tasadas en 132.000 millones de marcos
oro, a las potencias vencedoras.

para Alemania, sin embargo, supusieron una humillación que penetró


profundamente en su tejido social y alimentó un sentimiento revanchista que había
de constituir una de las causas de la Segunda Guerra Mundial.

Los tratados de Saint-Germain-en-Laye (10 de septiembre de 1919) y de Trianon (4


de junio de 1920), por su parte, supusieron el desmantelamiento del Imperio
austrohúngaro, del que surgieron Austria, Hungría, Checoslovaquia y la futura
Yugoslavia. además, se prohibió explícitamente a Austria cualquier unión con
Alemania.

Las consecuencias alcanzaron también, por supuesto, a los países europeos


vencedores, que vieron igualmente diezmada su población y destruidos sus
campos, fábricas y ciudades, y quedaron, en suma, tan arruinados como los
vencidos. Financiar la guerra había ultrapasado en mucho los ingresos de los países
contendientes, que hubieron de recurrir a préstamos y a emisiones masivas de
billetes, lo cual incrementó la deuda interna y externa y disparó la inflación; el
proceso inflacionario afectó especialmente a las clases medias y bajas, pues los
sueldos no subieron al mismo ritmo que los precios, causando el empobrecimiento
general de la población. La incorporación de la mujer al mundo laboral, forzada por
las necesidades bélicas, fue uno de los escasos aspectos positivos; se reconoció
su papel en la sociedad y, en muchos países, se aprobó el sufragio femenino.

En el terreno político, la Primera Guerra Mundial culminó el proceso de liquidación


del absolutismo monárquico iniciado en la Revolución Francesa. Los antiguos
imperios (el alemán, el austrohúngaro, el otomano) fueron sustituidos por repúblicas
democráticas; pero este avance quedaría desvirtuado por la crisis que iba a
experimentar el sistema liberal y por la evidencia de que, lejos de resolver los
conflictos de fondo, la guerra únicamente había acentuado las ambiciones y el
revanchismo de vencedores y vencidos, dejando en la inoperancia iniciativas como
la flamante Sociedad de Naciones (1919), auspiciada por los Estados Unidos, país
que se fortaleció en el escenario político y militar mundial.

Sin lugar a duda deja está latente crisis económicas en Europa, en función de la
devastación causada por la Gran Guerra y también de los elevadísimos gastos
militares.

Finalmente, una de las consecuencias más devastadoras, durante la 1 Guerra


Mundial lucharon 65,8 millones de soldados, de los que murieron más de 1 de cada
8, un promedio de 6.046 hombres muertos cada día de los cuatro años que duró

Personajes destacados
 Archiduque Francisco Fernando y el de Gavrilo Princip. El nacionalista
serbobosnio asesinó al sucesor del imperio austrohúngaro y a su esposa en
Sarajevo, el 28 de junio de 1914.
 Francisco José I, declaró la guerra a Serbia, y desencadenó las hostilidades
de la I Guerra Mundial.
 El káiser alemán Guillermo II, entró en la guerra al poner en marcha la
Entente, de la que formaba parte con el imperio austrohúngaro.
 Zar Nicolás II de Rusia, que defendió a Serbia ante la declaración de guerra
austrohúngara.
 En el Reino Unido gobernaba el rey Jorge, quien incluso denegó el asilo al
zar, cuando este le pidió refugio ante la persecución que sufría en su país.
 Víctor Manuel III de Italia, comenzó apoyando a la Alianza, con el objetivo de
ampliar sus territorios de ultramar y hacia el sudeste europeo.
 El presidente francés, Raymond Poincaré, mostró su apoyo a Serbia frente a
la intervención de los imperios alemán y austrohúngaro… y les declaró la
guerra, con el visto bueno del mariscal Phillippe Pétain y del primer
ministro Georges Clemenceau, con quienes intentó frenar las continuas
ofensivas de las tropas alemanas.
 George Clemenceau, era primer ministro francés y fue el presidente de la
Conferencia de Paz en 1919, que estableció las duras sanciones impuestas
a los alemanes.
 Uno de sus líderes fue Thomas Edward Lawrence, un militar y arqueólogo
conocido como Lawrence de Arabia
 El primer conde Edmund Allenby, que en 1918 conquistó Jerusalén,
Palestina y Damasco, obligando a los turcos a pedir la paz.
 El mariscal Douglas Haig, era el comandante de las fuerzas británicas en el
Frente occidental, diseñó algunas de las batallas más sangrientas para
contener a los alemanes, en las que murieron decenas de miles de soldados
británicos
Sociedad de las Naciones Unidas
La Sociedad de las Naciones o Liga de las Naciones fue un organismo internacional
creado por el Tratado de Versalles, el 28 de junio de 1919. Se proponía establecer
las bases para la paz y la reorganización de las relaciones internacionales una vez
finalizada la Primera Guerra Mundial.
Al hablar de la Sociedad de las Naciones, es importante recordar que este
organismo internacional no es en ningún modo una especie de “Super-Estado” con
jurisdicción propia sobre los demás Estados, que obra sin tener en cuenta sus
aspiraciones y deseos, sino una Sociedad de naciones libres puestas mutuamente
de acuerdo para limitar.
Su ideario contemplaba el respeto a la independencia política y la integridad
territorial de los países miembros. En caso de conflicto entre los estados, las
diferencias deberían solventarse de forma pacífica, acogiéndose al derecho
internacional. Sin embargo, carecía de una fuerza militar con la que hacer cumplir
posibles sanciones.
En un principio, la Sociedad de Naciones, bautizada como League of Nations en
inglés, nació con el convencimiento de que la diplomacia encubierta era un fracaso
y que la política de alianzas debía erradicarse. El ámbito de actuación se amplió
hasta las colonias, por lo que podían intervenir en asuntos de cualquier parte del
mundo, siempre y cuando hubiera unanimidad de decisiones. Precisamente este
punto, la unanimidad, suponía un aliciente para que varias naciones se unieran, ya
que garantizaba la soberanía de cada país.
El Pacto de la Sociedad de Naciones se anexó a todos los demás tratados. Fue el
elemento clave de la propuesta del presidente Wilson.
La sede de la SDN se estableció en Ginebra (Suiza). Inicialmente integraron la
organización 45 estados que constituían la Asamblea General (reunida anualmente)
y que estaba facultada para admitir nuevos miembros o expulsar a los que
incumplieran las normas.
Entre los primeros países integrantes de la Sociedad de las Naciones no se
encontraban potencias mundiales de la talla de Alemania, la URSS o los EE.UU.
Esto provocó que no se cumplieran los objetivos que habían constituido la creación
de esta organización.
Aunque EE.UU. formó parte de los miembros originarios que firmaron el Pacto de la
Sociedad de Naciones, fue el Senado norteamericano quien se opuso a su ingreso
en esta Organización y nunca formaría parte de la Sociedad de Naciones, sin
embargo, Alemania y la URSS se incorporarían en 1926 y 1934 respectivamente.
La sociedad tuvo a su cargo la administración de los mandatos coloniales, de la
ciudad de Danzig y de la región del Sarre, su apogeo vino en el período 1924-1929
(Tratado de Locarno, Pacto Briand-Kellog).
Durante las décadas de los 20 y los 30 asistió a un constante crecimiento con la
incorporación de nuevos estados. Su mayor éxito consistió en sacar adelante
determinados programas de cooperación económica y humanitaria.
Los años treinta marcaron su fracaso definitivo. Las agresiones de las potencias
fascistas y militaristas mostraron su ineficacia. Alemania y Japón abandonaron la
Sociedad en 1933, e Italia en 1936. El inicio de la segunda guerra mundial vino a
certificar la muerte de la primera organización universal de naciones.
Su principal fracaso radicó en no poder evitar el estallido de la II Guerra Mundial.
Se disolvió en 1946, transfiriendo su patrimonio y competencias a la ONU, de la que
fue su más inmediato precedente.
Una de las principales causas de su fracaso, fue que algunos países de primer
orden nunca llegaron a pertenecer a la misma. El senado de Estados Unidos no
llego a aprobar su ingreso, por su parte, Alemania y Turquía como perdedores de la
Primera Guerra Mundial no tenían derecho a estar en la misma. Esta falta de unión
fue fatídica ya que demostraba su debilidad.
El inicio de la guerra de Manchuria por uno de los miembros principales (Japón), y
su posterior retirada de la Sociedad sin graves reprimendas, pone en evidencia su
falta de fuerza.
Aún con toda la carga ideológica del presidente Wilson, los Estados Unidos no
ingresaron en la Sociedad de Naciones, aunque sí que lo harían en los órganos
afiliados, como el Consejo. Sin embargo, esta pérdida privó de autoridad a la
organización, que acabó por entrar en crisis en los años 30 y el auge de los
totalitarismos y nacionalismos.
Conflictos
Las principales acciones estaban enfocadas a fomentar una política mundial de
desarme y seguridad colectiva. La reforma llevada a cabo por el Protocolo de
Ginebra (Protocolo de resolución pacífica de conflictos internacionales 1924) hizo
obligatorio el arbitraje en caso de conflicto. El rechazo del arbitraje por una de las
partes en conflicto le hacía reconocer el carácter de agresor. Para ello se podrían
aplicar automáticamente sanciones militares. Otra novedad del Pacto de la
Sociedad era la obligación de los Estados miembros de publicar sus tratados y
registrarlos en la SDN.
Los órganos de la Sociedad son:
Asamblea => Se reúne una vez al año, estando compuesta por representantes de
todos los países pertenecientes a la misma. La asamblea se encargaba de
presentar y votar las distintas resoluciones de la Sociedad.
Consejo => Tenía 4 miembros permanentes: Francia, Reino Unido, Italia y Japón
(Estados Unidos tenía plaza, pero su ingreso debía ser aprobado por su Senado), y
4 miembros no permanentes elegidos por la asamblea. Se reunía como mínimo tres
veces al año, con el objetivo de investigar cualquier tipo de disputa presentada ante
la Sociedad de Naciones.
Secretariado => Preparaba las distintas sesiones de la Asamblea y el Consejo
elaborando la documentación e informes.
El objetivo pacificador de la organización dio diferentes frutos, como por ejemplo la
resolución del conflicto de Suecia y Finlandia por la disputa de las Islas Aaland. Pero
varios factores entre los que se encontraban las disputas de liderazgo entre los
miembros, así como la inexistencia de una fuerza internacional capaz de mantener
el orden y hacer cumplir sus decisiones y una mala organización de la sociedad
propiciaron su desintegración.
En la práctica, fue en 1939 cuando dejó de funcionar al declararse la II Guerra
Mundial, pero no fue hasta abril de 1946 cuando se celebró la última sesión dónde
se acordó la disolución de la Sociedad de Naciones y el traspaso de sus archivos a
la Organización de Naciones Unidas.
El Imperialismo

El término Nuevo Imperialismo (también Neoimperialismo) se refiere a la política e


ideología de expansión colonial e imperialismo adoptada por las
potencias europeas y posteriormente por los Estados Unidos y Japón desde fines
del siglo XIX hasta principios del siglo XX, aproximadamente desde la Guerra
Franco-Prusiana (1871) hasta comienzos de la Primera Guerra Mundial (1914). El
calificativo de "nuevo" es para contrastarlo con la primera ola de colonización
europea desde los siglos XV al XIX y con el imperialismo en general. Se caracteriza
por una persecución sin precedentes de lo que ha sido denominado "el imperio por
el imperio mismo", una agresiva competición por la adquisición de territorios de
ultramar acompañada por la emergencia en los países colonizadores de doctrinas
de superioridad racial que negaban la capacidad de los pueblos subyugados para
gobernarse en ellos mismos.

Es difícil dar una definición de imperialismo simple y acotada, ya que es un proceso


histórico muy complejo, pero podríamos describirlo como el proceso a través del
cual, estados poderosos someten a pueblos más débiles para satisfacer ciertos
intereses. Este concepto nació para designar la dominación sobre gente de otra
raza; más específicamente, el dominio o control político directo por países europeos
o de origen europeo, sobre pueblos asiáticos o africanos.

El Imperialismo ha sido una constante en la historia de la humanidad, los egipcios,


los griegos, los romanos, todos ellos han conseguido crear grandes imperios y esa
idea no ha abandonado al hombre contemporáneo.

Desde 1870 –aproximadamente- hasta 1919 (tras el fin de la Primera Guerra


Mundial) se da lo que algunos historiadores han llamado la “Era del Imperialismo”.
Este período está caracterizado por una intensa expansión colonial en la que los
países más poderosos salen a dominar territorialmente enormes regiones dando
origen a grandes imperios coloniales.

El imperialismo implicó no sólo una expansión comercial y nuevas fuentes de


recursos para las potencias colonizadoras, sino, además, dominio político,
ocupación militar y una explotación sistemática de las colonias, las cuales perdieron
totalmente su soberanía. Hoy en día existe la tendencia a definir el periodo
imperialista como una forma de expansión económica que prácticamente se había
convertido en una necesidad, sobre todo en el último tercio del siglo XIX, un proceso
de expansión al que se denominó Imperialismo Librecambista.

La mayor parte de los imperios fueron europeos como Gran Bretaña, Francia,
Bélgica, Países Bajos, Alemania, Rusia o Italia y ocuparon territorios en continentes
como África, Asia y Oceanía. Sin embargo, también tuvieron un destacado
protagonismo en esta expansión colonial dos naciones no europeas como los
Estados Unidos de América y Japón.
Los imperios coloniales existieron desde la Edad Moderna con el descubrimiento
europeo de América (1492) y la colonización de dicho continente por España y
Portugal y posteriormente por Inglaterra-Gran Bretaña, Francia y las Provincias
Unidas (Holanda/Países Bajos). Ello hace que se desplace el interés por el
expansionismo de muchos países europeos hacia otros continentes como el
africano, el asiático y Oceanía.
Durante las décadas de 1940, 1950 y 1960, una ola de levantamientos
independentistas pone fin a los imperios coloniales europeos que aún sobrevivían.

Tipos de imperialismo
Existen dos tipos fundamentales de imperialismo, el regresivo y el progresista. El
imperialismo regresivo, es la pura conquista y explotación de recursos, mientras que
el Imperialismo Progresista promueve la expansión de la civilización a las
sociedades supuestamente atrasadas para elevar los estándares de vida y la cultura
en los territorios conquistados.

Causas de imperialismo

Los factores que facilitaron la expansión imperialista fueron:

 Económicos: Los estados europeos necesitan conseguir materias primas para


su producción industrial y nuevos mercados para vender sus productos. Las
potencias imperialistas tienden a obligar a sus colonias a comerciar en forma
exclusiva con su metrópoli.
 Demográficos: El acelerado aumento de población europea a fines del siglo
XIX, provocó intensos movimientos migratorios hacia otros continentes en una
búsqueda de fuentes de trabajo y mayores oportunidades, gracias a los avances
de la Revolución Industrial.
 Políticos: El dominio de grandes territorios, de vías de circulación y de zonas
consideradas estratégicas se transformó en un símbolo de hegemonía de las
potencias, en una época en que el nacionalismo hacia auge en Europa. Las
distintas potencias europeas trataban de conseguir el control militar y comercial
de las principales rutas marítimas y terrestres, intentando mantener alejados a
los rivales del área de influencia de cada nación.

Conferencia de Berlín 1884. Se estableció el derecho a la ocupación del


interior de un territorio por parte de la potencia que ocupara las costas, la libre
navegación de los ríos africanos y la prohibición del comercio de esclavos

 Ideológicas: Las potencias defendían su dominio, planteando que tenían una


misión evangelizadora y civilizadora sobre las culturas consideradas primitivas
y bárbaras. Tras conocer las teorías de Darwin sobre la evolución de las
especies por selección natural, sostenían que, al igual que las distintas especies
o razas, las sociedades más avanzadas tenían derecho a imponerse y a seguir
creciendo, aunque fuera a costa de las más inferiores o retrasada, tal era el
caso del dominio de los blancos sobre las otras sociedades.

Los distintos Imperios

El imperio británico fue el más poderoso y extendido del mundo, llegando a abarcar
en las primeras décadas del siglo XX una cuarta parte de la población mundial y
una quinta parte de los territorios del planeta.

Francia, Alemania, Italia y Rusia se lanzaron también a la conquista


de colonias. Pero no sólo las potencias europeas intervinieron en el Imperialismo
colonizador de fines del siglo XIX, Estados Unidos y Japón también se lanzaron en
la búsqueda de nuevas conquistas.

Desde siglos anteriores existían dominios coloniales en Asia, África y Oceanía.


Durante la década de 1870, se dieron una serie de anexiones a cargo de diferentes
países, pero el proceso se dio en forma bastante espontánea.

Sin embargo, ya para la década de 1880, la disputa de determinados territorios y la


rivalidad entre las potencias que buscaban superar en poderío a sus contrincantes
llevaron el afán colonizador hasta el conflicto bélico. Esta coyuntura llevó a que los
estados imperialistas firmaran acuerdos entre sí para establecer ciertas “reglas” en
la apropiación de territorios coloniales.

Los conflictos continuaron latentes a través de los siguientes años, hasta aflorar
nuevamente con toda su crudeza en las vísperas de la Primera Guerra Mundial. En
los años siguientes de la “Era del imperialismo” el proceso de colonización se
acentuó y se aceleró. En menos de una generación se produjo el llamado “reparto
de África”, se dominó las poblaciones de Asia central y meridional, y se produjo la
colonización de las tribus aborígenes de Oceanía. A pesar de los múltiples
movimientos de resistencia de las comunidades locales, el poderío bélico y
económico de las potencias logró sofocarlos.

Los principales imperios


 El Imperio español del siglo XIX
 El Imperio británico  El Imperio italiano del siglo XIX
 El Imperio francés  El Imperio belga
 El Imperio holandés  El Imperio japonés
 El Imperio ruso  El imperio turco
 El Imperio estadounidense  Imperio alemán
 El Imperio portugués del siglo XIX  Imperio soviético
El imperio más poderoso actualmente es los Estados Unidos de América. Fue
imperialista desde su independencia en 1776 expandiéndose hacia el Oeste
conquistando los territorios de los pueblos nativos (indígenas), exterminándolos y
sometiendo a los pocos sobrevivientes, y conquistando otros territorios mediante
guerras contra España y México. Su poderío militar y económico se consolidó
cuando las dos guerras mundiales devastaron Europa y favorecieron el desarrollo
industrial, comercial y militar de los Estados Unidos. El Imperio de los Estados
Unidos ha durado 242 años. Su hegemonía no es disputada más que por el Imperio
Chino que va tras el dominio de la economía mundial. En lo militar China y Rusia
(como heredera del armamento soviético) no dejan de hacerle cierto contrapeso,
pero la rivalidad está hoy más en el campo económico.

Consecuencias del Imperialismo

El Imperialismo tuvo numerosas consecuencias, por un lado, para los países


capitalistas y colonizadores, pero sobre todo para los territorios colonizados.

 Consecuencias Demográficas: La nueva medicina estaba consiguiendo que


la población pudiese adquirir edades muy avanzadas, con una alta tasa de
natalidad y una muy baja mortalidad, provocó un aumento de población difícil
de sostener. El gran desequilibrio entre los recursos y la población obligó a
muchos europeos a buscar nuevos territorios donde iniciar una nueva y mejor
vida, en la mayoría de las ocasiones, fuera de Europa. Poblaciones autóctonas,
desconocedoras de las enfermedades europeas, pronto contrajeron
enfermedades como la viruela o gripe, totalmente desconocidas en el
continente americano y que provocaron una drástica reducción de la población
indígena, poco o nada resistentes a ellas.

 Consecuencias Económicas: Con la explotación de los nuevos territorios y el


establecimiento de ciudades, comercios y empresas, hizo necesario la inversión
en infraestructuras. Las materias primas fundamentales para el buen
funcionamiento de la industria hacían necesario el establecimiento de líneas de
ferrocarriles, puertos, vías, puentes, etc. La agricultura también experimenta un
gran cambio, con la llegada de la maquinaria agrícola, la producción se
multiplicó. Ahora la agricultura tradicional y autosuficiente pasa a ser sustituida
por las grandes explotaciones. Una de las principales razones que tenían los
colonizadores para establecerse en los nuevos territorios era aprovechar su
potencia económica y de infraestructuras para sacar todo el beneficio posible
de los recursos naturales que poseían dichas colonias.

 Consecuencias Sociales: La sociedad también se transformó, la nueva


industria y la expansión económica gracias a las colonias, provocan la aparición
de una nueva clase social en la metrópolis, la Burguesía. En las colonias, la
nueva clase burguesa siempre tenían que ver con la administración de las
colonias.
 Consecuencias Culturales: Las poblaciones indígenas pronto comenzaron a
sufrir las consecuencias imperialistas con la pérdida de su propia identidad
cultural. En la mayoría de los casos se les impuso una serie de pautas de buena
conducta y educación. Se les obligó a expresarse en la lengua colonizadora,
como era el inglés, francés y español. Por otro lado, los pueblos colonizados
tuvieron que dejar atrás su cultura, su lengua o sus tradicionales religiosas para
acatar las normas, leyes y creencias de los pueblos imperialistas.

 Consecuencias Ecológica: Con el descubrimiento de nuevas especies tanto


vegetales como animales, cientos de estudiosos y curiosos rápidamente
pusieron sus ojos en estas zonas, provocando la destrucción de muchos de
estos ecosistemas recién descubiertos e introduciendo nuevas especies. Una
de las consecuencias más evidentes tiene que ver con el ámbito geográfico, y
es la reordenación de numerosos terrenos y la aparición de grandes imperios.
Estos imperios dominaban grandes zonas de terreno con fronteras difusas, y
habitualmente obligaban a los pueblos que allí vivían a unirse o separarse en
contra de su voluntad, creando tensiones contra los imperios y entre los propios
pueblos, algunas de las cuales persisten hasta hoy en día. Las colonias también
fueron territorio habitual de combate entre las potencias colonizadoras, ya que
en muchos casos también fueron obligadas a combatir contra el enemigo del
imperio.

Las consecuencias para las metrópolis se notaron en el terreno económico. Pero


las tensiones fueron inevitables, lo que provocó indirectamente el estallido de la
Primera Guerra Mundial (1914-1918).

Justificación Ideológicas del Imperialismo


Los estados imperialistas, especialmente Gran Bretaña y Estados Unidos,
justificaron sus actuaciones en los países que colonizaban no solo
argumentando causas políticas y económicas, sino también razones
supuestamente racionales. Ciertamente, los países imperialistas pusieron en
marcha una compleja maquinaria propagandística e ideológica cuyo objetivo era
presentar y convencer a toda su población de que sus motivos para realizar tales
acciones estaban justificados desde un punto de vista moral.

La más importante de estas justificaciones se basó en la que se ha venido llamado


la teoría del darwinismo social. Esta teoría, derivada de los estudios sobre la
evolución de las especies de Charles Darwin, que indicaba que el proceso evolutivo
no solo se aplicaba a los animales, sino también a la especie humana y a las
instituciones gubernamentales. Así, las instituciones más avanzadas y fuertes eran
naturalmente más aptas para la supervivencia y tenían el derecho de extenderse
sobre las demás para “civilizarlas” e implementar en otros lugares menos
desarrollados su forma de vida superior. Según esta línea de pensamiento, los
pueblos dominados eran inferiores, por lo que no solo era el derecho de los países
más poderosos sino incluso su deber moral ayudarles a mejorar a través de su
dominio y de la extensión de su vasto conocimiento.

Con el tiempo, esta visión llegó a radicalizarse enormemente y en algunos sectores


políticos se estableció la creencia de la “supervivencia del más apto, es decir, que
para continuar evolucionando se tenía que exterminar a aquellos individuos que
fueran más débiles. Este tipo de creencias se extendió mucho y se encuentra en la
base de actuaciones tales como el exterminio sistemático de indígenas, la
aplicación de teorías relacionadas con la eugenesia y de diversas políticas de
mejora de la raza aria impuestas por el gobierno nazi.

Asimismo, muy relacionada con esta teoría se encuentra otra idea que se hizo muy
popular durante la época imperialista y que defendía que había una gradación o una
escala evolutiva también en las razas humanas que indicaba que el hombre blanco
era la especie más evolucionada del planeta. A partir de él y en una escala
descendente, el resto de las razas eran consideradas más primitivas, lo que le daba
a los pertenecientes a esa cúspide evolutiva una ventaja natural sobre los demás.

Formas de dominación
Los imperios coloniales, presentaban las siguientes formas de dominación y
organización colonial:
 Las colonias de administración directa. Fue el tipo más extendido y en él la
explotación económica y política de la población autóctona era muy alto por
parte de la metrópoli.

 Protectorados. Fue un modelo utilizado por Francia (Marruecos) y Gran


Bretaña (Birmania) por el cual a veces había una autoridad local que ejercía el
poder político (aunque era más teórico que real) pero el control de la explotación
económica la seguía ejerciendo la metrópoli. Estados Unidos también lo utilizó
sobre Cuba, Puerto Rico o Panamá.

 Dominios. En ellos había mayoría de población blanca y llegaron a alcanzar un


alto grado de autonomía. Fueron los casos de Canadá, Australia y Nueva
Zelanda.

 Territorios metropolitanos. Fue el caso de Argelia con respecto a Francia.


Suponía una asimilación del territorio colonial a la metrópoli como un parte más
del mismo.

Los conflictos internacionales


La colonización generará diversos conflictos, entre los países europeos, que se
traducirán también en guerras en las colonias. Los límites no están perfectamente
definidos y la ocupación militar es condición indispensable para que se reconozcan
los derechos sobre un territorio, así que serán frecuentes las pequeñas
escaramuzas fronterizas en las colonias.
En las colonias se vive casi en un permanente estado de guerra, tanto contra los
nativos como contra los intereses de otras potencias. Son, sobre todo, conflictos
fronterizos y guerras por dominar determinados territorios como la guerra ruso-
japonesa de 1890, las diversas guerras chino-japonesas, la guerra de España
contra EE UU en 1898 y las de la independencia americana. Las tensiones
europeas llevarán a la primera guerra mundial, pero los conflictos más graves fueron
la cuestión de Oriente y la paz armada.

Paso 3: Organizar información


Paso 4: Formular la/s tesis que se van a defender

La primera Guerra Mundial


La primera Guerra Mundial, hecho que se da entre los años 1914-1918, también
conocida como la Gran Guerra es un conflicto armado el cual se convirtió en el
hecho más sangriento y destructivo de ese tiempo.
Fue un suceso en el cual muchos países estuvieron involucrados, países como
Alemania, Rusia, Francia, Austria-Hungría, al igual que Estados Unidos, Japón y
China, siendo un total de 17 países donde Europa tuvo el papel principal, aunque
podrían llegar a mencionarse 28, volviéndose así de un impacto mundial.
Las causas se centran en dos puntos principales, la rivalidad entre países que sin
darse cuanta con el paso de los años se fue creando para sobrepasar al otro y
coronarse como el mejor y la toma apesara o mejor dicho poco consciente de
dediciones de los países detonantes.
Sus causas siendo, sociales, económicas y políticas, dieron como resultados en su
mayoría situaciones fatales y poco favorables, podría decirse incluso que no existió
un verdadero ganador a pesar de que los aliados se nombraron como tales.
Retomo el termino fatal para referirme a las consecuencias ya que en su mayoría
son negativas, aunque podemos salvar la firma de tratados de paz, como el Tratado
de Versalles o el sufragio femenino y entre otros aspectos que llegaron a ser
positivos, pero detrás de esto están las terribles condiciones en las que quedaron
las naciones involucradas, la poca estabilidad social y política y finalmente el peor
hecho de todos, las millones de muertes causadas por este enfrentamiento, donde
miles de civiles fueron ejecutados injustamente y otros muchos soldados murieron
en la lucha, siendo un estimado de 6 mil por cada día.
La primera guerra mundial dejo cicatrices difíciles de sanar y daños irreversibles
pero que aun así no fueron suficiente como para frenar un próximo conflicto.

La Sociedad de las Naciones Unidas


La Sociedad de las Naciones o Liga de las Naciones fue un organismo internacional
creado por el Tratado de Versalles, el 28 de junio de 1919. El cual proponía
principalmente establecer las bases para la paz y la reorganización de las relaciones
internacionales una vez finalizada la Primera Guerra Mundial.
Nació con el convencimiento de que la diplomacia encubierta era un fracaso y que
la política de alianzas debía acabarse. El Pacto de la Sociedad de Naciones se
anexó a todos los demás tratados. Fue el elemento clave de la propuesta del
presidente Wilson. Inicialmente fueron 45 estados los que conformaron la sede y
constituyeron la asamblea general.
La sociedad era conformada por tres órganos principales:
Asamblea => Se reúne una vez al año, estando compuesta por representantes de
todos los países pertenecientes a la misma
Consejo => Se reunía como mínimo tres veces al año, con el objetivo de investigar
cualquier tipo de disputa presentada ante la Sociedad de Naciones.
Secretariado => Preparaba las distintas sesiones de la Asamblea y el Consejo
elaborando la documentación e informes.
Está se fue disolviendo debido a varios factores como las agresiones de las
potencias fascistas y militaristas, Japón, Alemania e Italia abandonaron la sociedad;
pero principalmente al comienzo de la segunda guerra mundial.

Los nuevos imperialismos


El término Nuevo Imperialismo se refiere a la política e ideología de
expansión colonial e imperialismo adoptada por las potencias europeas y
posteriormente por los Estados Unidos y Japón desde fines del siglo XIX hasta
principios del siglo XX, aproximadamente desde la Guerra Franco-Prusiana (1871)
hasta comienzos de la Primera Guerra Mundial (1914). Mientras que en las décadas
de 1940, 1950 y 1960, una ola de levantamientos independentistas pone fin a los
imperios coloniales europeos que aún sobrevivían.

El imperialismo es un proceso histórico muy complejo, pero podríamos describirlo


como el proceso a través del cual, estados poderosos someten a pueblos más
débiles para satisfacer ciertos intereses. Este concepto nació para designar la
dominación sobre gente de otra raza; más específicamente, el dominio o control
político directo por países europeos o de origen europeo, sobre pueblos asiáticos o
africanos.

Pero al momento de su expansión se generaban conflictos por parte de los distintos


imperios para obtener la mayor cantidad de territorios posibles y convertirse así en
una de las potencias más fuertes de ese momento, por lo que varios de los territorios
que se encontraban dentro de los dominios de dichos países tenían que luchar a
favor de este.
Los imperios coloniales, presentaban las siguientes formas de dominación y
organización colonial: las colonias de administración directa, protectorados,
dominios y territorios metropolitanos.
Algunas de las áreas que forman parte de las causas y son afectadas por el
imperialismo son: la economía, ideología, el crecimiento demográfico y la política.

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