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Instituto Nacional de México

Campus Tijuana

REFRIGERACIÓN Y AIRE ACONDICIONADO


SISTEMAS DESHUMIFICADORES Y HUMIFICADORES DE AIRE
MARTÍNEZ LÓPEZ EDGAR
15212222
JESÚS ARNOLDO ESPINOZA INZUNZA

15 DE JULIO 2019

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Sistema Deshumidificador de Aire
Un deshumidificador es básicamente una bomba de calor que elimina la humedad.
Un deshumidificador tiene un circuito frigorífico y un funcionamiento similar a un
equipo de aire acondicionado y dispone por lo tanto de un compresor frigorífico, una
batería evaporadora y una batería condensadora con sus correspondientes
ventiladores.

Un aparato de aire acondicionado tiene dos secciones, en una absorbe calor (en el
interior de la habitación) y en otra disipa el calor al aire, (fuera de la habitación). Un
deshumidificador, es lo mismo, pero ambas secciones están juntas, de modo que el
resultado final del aire que sale, ni lo enfría ni lo calienta, solo se aprovecha el efecto
de condensación en el vaporizador y así se deshumidifica.

Funcionamiento del deshumidificador


El deshumidificador funciona según el principio de la condensación. El aire húmedo
procedente de la estancia es aspirado por el ventilador y se hace pasar a través de
la batería del evaporador donde se enfría por debajo de su temperatura de rocío, la
humedad contenida en el aire se condensa en forma de agua y es recogida en la
bandeja de condensación de donde es evacuada a una tubería de desagüe. El aire
frío y seco pasa a continuación a través de la batería condensadora donde es
recalentado y enviado nuevamente a la estancia.

Los modelos de hoy son silenciosos y tienen un depósito que puede llegar a
contener varios litros. También se pueden utilizar para reducir el tiempo de secado,
por ejemplo, en áreas dañadas por grandes lluvias, inundaciones o un escape de
agua. Es por esto que los deshumidificadores son muy utilizados en las regiones
con climatología más húmeda.

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Características que debe tener en cuenta a la hora de comprar un
deshumidificador
1. La capacidad de extracción. Es una de las características básicas, ya que
se refiere al volumen del agua extraída del aire en una unidad de tiempo
determinada. Normalmente la capacidad de extracción se expresa por la
cantidad de litros extraídos cada 24 horas. La necesidad de extracción real
dependerá de la humedad y temperatura de la estancia y del ritmo al que se
quiera deshumidificar.
2. El consumo eléctrico. Los deshumidificadores refrigerantes consumen
una media de 25 W . En el caso de los deshumidificadores desecantes el
consumo aumenta a los 55 W. Por lo general, para que los
deshumidificadores pueden extraer mayor nivel de agua del aire
necesitarán una mayor potencia, aunque la relación consumo/eficacia
puede variar según el modelo y el fabricante elegido.
3. El ruido: Es aconsejable que el sonido del deshumidificador no exceda los
50 decibelios y más aún cuando va a ser utilizado en estancias donde
pueda resultar molesto. El valor óptimo recomendado no debe superar los
35 o 40 decibelios.
4. La capacidad del depósito del agua. Si el aparato dispone de un depósito
para el almacenamiento del agua recogida, según el tamaño de dicho
depósito, tendremos que vaciarlo con mayor o menor frecuencia. Es
recomendable que el depósito tenga al menos 2 litros de capacidad. La
mayoría de los aparatos profesionales y semi-industriales permiten el
desalojo continuo del agua extraída a través de una pequeña manguera,
que puede ser dirigida a un fregadero o desagüe, lo que evita tener que
vaciar el depósito de agua manualmente.

Mantenimiento del deshumidificador


1. La limpieza del depósito del agua. Asegúrese de mantenerlo limpio. Al
menos debemos limpiarlo cada dos semanas, de esta manera evitaremos la
aparición de microorganismos que afecten al correcto funcionamiento del
deshumidificador. En el caso de que el depósito haya cogido mal olor existe
la posibilidad de utilizar unas tabletas especiales que puede encontrar en
puntos de venta especializados. No utilice el agua retirada del depósito para
ningún uso doméstico.
2. Limpieza y revisión de los filtros del aire. Debemos limpiar los filtros al
menos cada 6 meses, prestando atención a su deterioro e integridad.
Revise las instrucciones del fabricante para más especificaciones.
3. Revisión y limpieza de las bobinas del deshumidificador. El polvo
puede acumularse en las bobinas provocando el mal funcionamiento del
deshumidificador. Es aconsejable eliminar el polvo de las bobinas con un
paño suave para mantener un funcionamiento eficiente.

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Consejos que mejoran el proceso de deshumidificación
1. Asegurarse de cerrar las puertas y las ventanas de la estancia.
2. Colocar el deshumidificador en el centro de la estancia para que el aire
pueda correr a su alrededor.
3. Mantener alejado el deshumidificador de toda fuente de calor.
4. Si es posible, instalar el deshumidificador en el sistema de climatización del
local. Algunos de los equipos fijos están preparados para ello.
5. Para aumentar la velocidad del proceso se puede utilizar en la misma
habitación un calefactor eléctrico o de infrarrojos.

Técnicas de deshumidificación
Deshumidificación por ventilación y calefacción. Este tipo de deshumidificación,
que eleva la temperatura del aire, está directamente relacionada con las condiciones
de temperatura exterior. Cuanto menor sea la temperatura del exterior y mayor la
del interior, más eficaz será esta técnica. Los mejores resultados pueden obtenerse
en épocas frías de otoño e invierno. Se usa industrialmente para el secado y
deshumidificación de obra reciente, aunque conlleva un coste elevado, debido a su
poca eficacia y a largos tiempos de secado.

Deshumidificación por condensación. Con esta técnica se extrae la humedad del


aire mediante su enfriamiento por debajo del punto de rocío, provocando su
condensación. En la deshumidificación por condensación participan un ventilador,
un compresor, un intercambiador de calor y un elemento expansor. Este tipo de
deshumidificación es útil y económico, ya que no fuerza el intercambio de aire entre
el interior y el exterior del local.

Deshumidificación por absorción. En este tipo de deshumidificación participan


materiales higroscópicos, que son capaces de absorber la humedad del medio que
les rodea. Los deshumidificadores por absorción están compuestos por un tambor
rotativo recubierto por sustancias higroscópicas, ventiladores, un radiador de aire y
un filtro. Este sistema de secado tiene la ventaja de poder deshumidificar el aire a
temperaturas inferiores a 0ºC.

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Sistema Humidificador de Aire
Humidificar es algo muy simple que consiste en aportar al ambiente cierta cantidad
de vapor de agua para mantener una determinada humedad relativa, la cual varía
drásticamente de acuerdo con la temperatura del aire que ingresa al recinto.

Los equipos de humidificación se dividen en dos grandes familias, dependiendo de


la fuente que provee la energía para vaporizar el agua y cada una afecta de diferente
manera la temperatura del aire. Utilizando adiabáticos, el aire se enfría. Con los
isotérmicos la temperatura del aire permanece constante. Los primeros utilizan el
calor del aire que está siendo humidificado, mientras que los segundos emplean el
calor que es agregado al agua destinada a la humidificación.

Para que se produzca la humidificación es necesario que el agua absorba suficiente


energía para evaporarse. Para lograrlo, se requieren 1 mil BTU (Unidad Térmica
Británica) por libra de agua o 540 calorías por cada gramo de agua. Esto es cierto,
sin importar si el agua está en un reservorio, sobre una superficie o en forma de
pequeñas gotas suspendidas en el aire. Este calor esencial es llamado calor latente
de vaporización. Los humidificadores isotérmicos son empleados con frecuencia en
edificios familiares y comerciales, así como en el 100 por ciento de las instalaciones
hospitalarias. Éstos se componen principalmente de una unidad que genera el vapor
y el dispositivo que lo distribuye en la corriente de aire. Asimismo, se distinguen por
utilizar el calor agregado al agua que será evaporada. Su funcionamiento consiste
en hervir el agua y el vapor resultante es entregado al aire completamente estéril,
pues todas las impurezas y minerales contenidos en el agua no se evaporan; por lo
tanto, quedan depositados en los cilindros. Éste es uno de los motivos más
importantes que explica su uso en hospitales

Humidificadores a electrodos sumergidos


Estos dispositivos son ampliamente utilizados en edificios comerciales e
institucionales. Contienen uno o más cilindros plásticos descartables, llamados
generadores, que se ubican dentro de un gabinete metálico o de plástico. A su vez,
cada cilindro tiene dos o tres electrodos sumergidos, según sean monofásicos o
trifásicos, y mantiene el nivel de agua mediante una válvula solenoide de llenado.

La corriente eléctrica fluye a través del agua entre los electrodos, produciendo la
ebullición de la misma. El vapor generado de esta manera es transportado por una
manguera hasta el distribuidor de vapor.

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Este tipo de humidificadores
son utilizados en
instalaciones con conductos
que se componen de
distribuidores lineales de
acero inoxidable o aluminio.
O bien, directamente en el
ambiente, si es que no se
cuenta con conductos, a
través de distribuidores
ventilados que se
caracterizan por la ausencia
total de ruido y un agradable
diseño.

Estos equipos son muy tolerantes en cuanto a la calidad del agua, y la mayoría de
las veces, emplean directamente el agua de red (siempre dependiendo de su
calidad), sin ningún tipo de tratamiento. Pero no se hace lo mismo en lugares donde
el H20 sea extremadamente duro, ni tampoco en aplicaciones con aguas
desmineralizadas, ya que el agua sin minerales no es conductora. Además, hay que
tener cuidado con las aguas ablandadas, debido a que el sodio es un subproducto
del proceso de suavizado. La concentración del sodio y, por lo tanto, la
conductividad del agua, aumentan a medida que ésta se va evaporando.
Eventualmente la corriente eléctrica puede generar un arco centro del cilindro,
quemando los electrodos.

Hay humidificadores de esta clase, que poseen un sistema particular de detección


de depósitos minerales en los elementos, junto con otros de seguridad e
indicaciones de alarma. Es posible que también cuenten con alguno para eliminar
la espuma, lo cual asegura una concentración óptima de sales que garantiza la
estabilidad de la operación. El mantenimiento suele ser muy sencillo, pues poseen
un drenaje que opera automáticamente en función de la concentración salina del
agua. Los residuos minerales quedan depositados en los electrodos, por lo que es
necesario sustituir el cilindro para permitir un fácil y rápido acceso a la parte
eléctrica. Por su parte, el regulador de control se debe revisar o sustituir
rápidamente.

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Humidificadores a resistencia eléctrica
Producen vapor estéril y utilizan todo tipo de
aguas: blandas, desmineralizadas, sin sales y
también agua de red sin tratar (generalmente
aceptan aguas de dureza entre 0 y 40 ºF). Esta
característica permite su uso en una amplia
diversidad de aplicaciones: conductos o
ambientes, para confort personal o para
mantener el nivel ideal de humedad en
procesos industriales y almacenamiento de
productos.

El agua de alimentación para este tipo de


humidificadores debe ser agua potable o
desmineralizada. Nunca hay que trabajar con
agua corrosiva, que emita malos olores ni
contenga demasiadas partículas minerales,
para evitar excesivos depósitos en las
resistencias.

Es importante mencionar que tratar el agua con ablandadores no disminuye la


cantidad de sales disueltas, lo que podría conducir a la formación de espuma. Esto
conlleva a una operación irregular, por lo que no se recomienda el manejo de agua
de pozo, industrial o de circuitos de refrigeración y, en general, aquella que esté
química o bacteriológicamente contaminada. Tampoco hay que agregar algún
desinfectante o componente anticorrosivo.

La posibilidad de utilizarlos con agua desmineralizada hace que este tipo de


unidades sea ideal para aplicaciones en teatros, museos, hospitales, laboratorios,
ambientes limpios o cualquier otra donde se necesite vapor de extremada pureza y
equipos con muy poco mantenimiento.

Como son aptos para trabajar con aguas más duras y para lograr que el
mantenimiento sea aún más simple, mejorando también la eficiencia, el elemento
calefactor debería estar diseñado especialmente, por ejemplo, con aletas de
aluminio recubiertas con teflón para reducir los depósitos minerales en el elemento
calefactor. Asimismo, es necesario que contenga un elemento filtrante dentro del
cilindro generador de vapor, para reducir el mantenimiento. También hay algunos
que poseen un film plástico en el interior del cilindro para protegerlo y facilitar la
remoción de los depósitos minerales.

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Este último componente se reemplaza para limpieza, sin la necesidad de
deshacerse de las partes plásticas, para asegurar un fácil uso y bajos costos de
mantenimiento. También es conveniente que tenga algún tipo de protección térmica,
como un recubrimiento externo alrededor del cilindro, para reducir la pérdida de
calor durante la operación y los periodos cortos en modo stand by.

Mantenimiento
Para una correcta operación, el cilindro productor de vapor necesita una limpieza
periódica. Igualmente, los intervalos entre las distintas limpiezas están vinculados a
la cantidad de sales o de impurezas disueltas en el agua de alimentación. Esta
operación es fundamental para que los depósitos formados no inhiban el
intercambio de calor entre las resistencias y el agua.

Una precaución importante es nunca recurrir a detergentes o solventes para limpiar


los componentes en el cilindro o en cualquiera de las partes hidráulicas. Los
elementos calefactores se limpian sumergiéndolos en una solución al 20 por ciento
de ácido acético caliente durante 30 minutos. Posteriormente, se remueven los
depósitos con una espátula que no sea metálica. Si las resistencias son teflonadas,
hay que evitar el empleo de cualquier herramienta metálica para no dañar la película
protectora.

El resultado final, en ambos sistemas, es exactamente el mismo: obtención de vapor


completamente estéril, sin afectar de forma importante la temperatura ambiente. Por
tanto, la elección de un sistema u otro depende de dos aspectos fundamentalmente.
Primero y lo más importante a tener en cuenta es el agua de alimentación. Los
humidificadores a electrodos sumergidos no pueden ser alimentados con agua
ablandada ni desmineralizada, y muchas veces en los hospitales sólo se cuenta con
este tipo de agua, sin considerar la posibilidad de alimentarlos con agua
directamente de la red. Si éste es el caso, los humidificadores a electrodos quedan
automáticamente descartados y sólo se podrían manejar equipos a resistencia. El
segundo tema relevante, pero generalmente no tan grave, es el de los costos de
mantenimiento, el cual varía enormemente en función del agua con la que se trabaje
y los equipos elegidos.

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