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LA CORRUPCIÓN POLITICA Y ECONOMICA EN LA ESTRUCTURA

Y FUNCIONAMIENTO DEL ESTADO COLOMBIANO

PRESENTACIÓN

Existen múltiples definiciones sobre el concepto de la corrupción.


Acogeré una que se aproxima para los fines de la presente ponencia.

La corrupción política en términos generales, corresponde al mal uso


publico o gubernamental del poder del Estado en detrimento del
interés general, en la cual se obtiene una ventaja ilegitima al
apropiarse unas elites del poder que es de todos.

Por esta razón, el artículo 3° constitucional consagra que la soberanía


recae en el pueblo del Estado Social de Derecho y en ese sentido, los
gobiernos tienen la responsabilidad de responder por las ejecutorias
de las políticas públicas a los ciudadanos, quienes a su vez disponen
del control social aun insipiente para garantizar la transparencia de
conductas corruptas ejecutadas por los servidores públicos del poder
publico en asocio con los sectores privados que obtienen privilegios de
la res publica o cosa publica. (Artículos 103 y 270 C.P).

Es importante destacar que la corrupción política es una realidad


mundial y que se presenta en diferentes sistemas políticos
independiente de los niveles de desarrollo de las sociedades. En esta
conducta ilegal e ilegitima, actúa tanto el sector público como el sector
privado que es nuestro caso nacional. Esta práctica corrupta ejercida
por servidores públicos o entes privados, catapultan el escenario
nacional e internacional, de la cual da cuenta los niveles en el
concierto internacional. (Transparencia Internacional).

Esta circunstancia tiene a su vez una gran influencia ene la


formulación e implementación de las políticas publicas en virtud de
que representa una de las mas importantes reflexiones, cuando el
poder estatal permite la preminencia del poder económico, quien en
ultimas determina la real estructura y funcionamiento del Estado
dirigido a privilegiar los intereses de unas elites económicas dadas en
una sociedad de consumo o capitalista.

En esta vía nuestra presentación estará dirigida a un análisis sumario


de la estructura constitucional del Estado y de otra parte, su real
expresión ante los avances de las políticas económicas
fundamentadas en la doctrina neoliberal, la negación del interés
general, las amenazas a la res publica y los retos de la ética publica
referidos a la construcción y reconstrucción del pacto social inscrito en
el Estado Social de Derecho.

Siguiendo a Marx Weber citado por Alvar Esquerra, en los antiguos


regímenes políticos, el ejercicio del poder se ejercía con una influencia
marcada del patrimonialismo. En los sistemas democráticos, los
gobiernos tienen la obligación de una rendición de cuentas cuando sus
políticas no contienen el interés general y deben responder ante los
ciudadanos en quienes recae el poder público. (Mecanismos de
Participación Ciudadana articulo 103 C.P).

Finalmente, avocaremos de manera sumaria los desafíos de la


corrupción frente a la ética pública que demanda Colombia, partiendo
de los marcos teóricos del teólogo suizo Hans Kung.

Están serán las reflexiones que ocuparan nuestra atención en el día


de hoy.

1. LA ESTRUCTURA Y FUNCIONAMIENTO DEL ESTADO


COMO ENUNCIADO CONSTITUCIONAL FRENTE AL
FENOMENO DE LA CORRUPCION.

De acuerdo con las iniciales premisas, tenemos que la corrupción


política y económica que trataremos en este acápite, se refiere al mal
uso de los recursos públicos o de todos, mediante las cuales se
obtienen una ventaja siempre ilegitima y algunas veces legalmente
consagrada. Mal uso, o uso indebido, por cuanto no está dirigido a la
satisfacción de los intereses generales, sino que está dirigida
fundamentalmente a los intereses particulares que se lucra de los
bienes públicos.

La Constitución Política de 1991 creó entre otros aspectos, los


mecanismos de participación ciudadana para ejercer control social y
exigir transparencia a los gobiernos por sus políticas que niegan el
interés general y desconocen la prioridad del gasto público social
como políticas públicas que privilegian el interés general. (Arts. 1° y
350 C.P).

De igual forma la misma Constitución consagro toda la gama de


derechos y libertades construidos por la humanidad, desde la
declaración Universal de los Derechos del Hombre en 1789, como
consecuencia del triunfo de la Revolución francesa.

Posteriormente en 1948, la Organización de las Naciones Unidas


consagró los denominados derechos de segunda generación,
nominados como los derechos sociales, económicos y culturales y
finalmente la Constitución de 1991, dispuso los derechos colectivos y
del ambiente.

Esta gama de derechos son los que tienen que privilegiar el gasto
publico social, pero los gobiernos no centran sus políticas publicas a
nivel nacional y subregional a esta garantía, y de allí, las
reclamaciones y protestas que los ciudadanos realizan a través de
movimientos sociales que confrontan sin mayor éxito este sistema
político de privilegios que soportan el statu quo de exclusión.

Hoy Colombia se prepara para una nueva agenda para la paz frente al
conflicto armado. Lo anterior significa, que Colombia debe dar el paso
real partiendo de la concepción del pasado Estado de Derecho, a la
actual concebida como el Estado Social de Derecho, donde
verdaderamente se materialicen los derechos, en defecto de simples
enunciados formales, como aconteció con la normatividad
constitucional de 1886 y las reformas del siglo XX, pero donde no
avanzaron los derechos de los ciudadanos, arrojando el grado de
desarrollo humano y desarrollo del PIB a nivel de Estado colombiano.

Por el contrario, se dio paso a la preponderancia del poder económico


privatista en contrario de los derechos ciudadanos que tutelan el
interés general de acuerdo con el articulo 1° del mismo estatuto
superior, incurriendo de esta forma en una conducta reiterada de
corrupción política propiciada por los propios gobiernos. (Guerra
contra la sociedad de Daniel Pecaut).

Si verdaderamente se cumplieran los postulados del Estado Social de


Derecho como desarrollo de los Estados de Bienestar de la Europa de
1950, se podrá cerrar la brecha del conflicto armado y a mediano y
largo plazo se podría construir una sociedad más incluyente y
verdaderamente democrática, mediante la apertura a los derechos
ciudadanos. La tarea que se inicia a los 12 años del siglo XXI, no es
nada fácil.

Frente a este reto, debemos participar en la cosa pública, para que en


los próximos decenios podamos modelar una democracia más
incluyente en derechos y libertades. La apatía colectiva, es el espacio
que las elites ocupan.

Existen francotiradores a estas aperturas políticas que pregonan y


protegen el denominado statu quo de las condiciones políticas y
económicas. Por esta razón, la democracia como la nuestra, de
naturaleza imperfecta, se comporta como ciertas especies biológicas
protegidas: están en peligro de extinción a cambio de gobiernos
autoritarios y totalitarios.

El articulo primero constitucional, consagra en teoría política como un


Estado Social de Derecho organizado en forma de Republica unitaria,
descentralizada, con autonomía de sus entidades territoriales,
democrática y pluralista, fundada en el respeto de la dignidad humana,
en el trabajo y la solidaridad delas personas que la integran y en la
prevalencia del interés general.
De este enunciado, surge la pregunta de si la democracia es el mejor
de los sistemas políticos posibles como una vigencia social
ecuménicamente compartida.

Todas las organizaciones políticas presumen de presentar mejor que


nadie los intereses mayoritarios o generales de los ciudadanos y
pregonan respetar las reglas fundamentales de los regímenes
participativos y libres.

En Colombia, a partir de 1820, acogimos luego de lograr la


independencia nacional, un régimen que le apostara a la libertad.
Cumplimos mas de doscientos años y continuamos alimentando un
pacto social que logre más inclusión, más derechos y más libertades
que heredamos de la Revolución Francesa (Libertas, Igualdad y
Fraternidad), pero seguimos con una sociedad violenta, inequitativa y
de exclusión.

Hoy Colombia según las estadísticas GINI, ocupa el deshonroso


puesto numero cuatro a nivel mundial como uno de los países más
inequitativos y por supuestos casi a la par con Haití, reconocido por su
pobreza y exclusión en el contexto latinoamericano.

De otra parte, esa misma Constitución de derechos y libertades,


consagra en el titulo XII el régimen económico en Colombia y en su
artículo 333 y siguientes, establece la actividad económica y la
iniciativa privada las cuales pueden ejercerse con plena libertad, pero
dentro de los fines del bien común.

Esos fines del bien común deben tutelarlos los gobiernos pero en
términos generales, es necesario decir, que no se ha cumplido a
plenitud y en contrario, de acuerdo con la doctrina neoliberal, se ha
vuelto a la ortodoxia económica de plena libertad en la oferta y en la
demanda de bienes y servicios, donde la economía clásica de Adam
Smith ha predominado en la interacción de los poderes vigentes en
Colombia; y lo que es peor, ha predominado en unión de los procesos
globalizados del capitalismo.
Las elites que predominan en el poder estatal y económico, a su vez
velan por los intereses del privilegio de sus intereses particulares,
donde el supuesto de la libre competencia económica como un
derecho de todos que supone responsabilidades, no pasa de ser un
enunciado retorico o formal de orden constitucional, cuando en la
practica a través de la corrupción política y económica amplían el
espectro de poder.

La titánica lucha del hombre a nivel mundial por librarse de las


cadenas económicas y de los fanatismos asfixiantes impregnados de
autoritarismo ha encontrado de la tenaz resistencia de los poderes
dominantes, interesados en conservar sus privilegios que les confiere
el statu quo contra viento y marea a través de toda manifestación de
corrupción política y económica, sustentadas en varias formas de
autoritarismo que les permita el ejercicio excluyente del poder del
Estado a favor de poder económico privilegiado.

Para lograr su cometido, siempre tendrán de su lado los sectores


políticos que conservan los privilegios, del poder religiosos de un país
eminentemente católico, del poder militar que consulta más el
militarismo que la democracia y sobre todo, del poder económico que
cuenta con poderes transnacionales, ahora ejercido a través de las
(EM) que pesan mas que muchos países con democracias liberales
que trae consigo la incapacidad de los gobiernos de implementar
políticas sociales que se perciben en contravía de los intereses
económicos de privilegio.

Parece difícil para los gobiernos satisfacer al mismo tiempo los


intereses privados y los intereses generales. Casi siempre, las
políticas publicas se inclinan a los sectores dominantes las cuales
rodean todo el poder dela estructura y el funcionamiento del Estado,
quedando en la siempre minoritaria expectativa de reivindicación
social o ciudadana, que se empeña de manera insular en rescatar la
soberanía del pueblo que se exprese como un real poder publico y que
en síntesis, pueda modelar un sistema más democrático.
De esta forma, la conducta corrupta se entrelaza entre públicos y
privados y se instala una forma en el funcionamiento del Estado
conocida como la tecnocracia al servicio de estos privilegiados
intereses y que es la encargada de formular las políticas, en contravía
de la construcción democrática y popular como punto de partida y fin
de los interés generales. (Caso Gerencia Pública Activa-Plan
Consolidación-Ministerio de Defensa Nacional).

De otra parte, los gobiernos para posibilitar su accionar cuentan, con


la omisión y laxitud en los controles oficiales y ciudadanos los cuales
por su inacción, permiten concluir, que el único camino para la
vigilancia de las conductas corruptas radica en el control social aún
insuficiente y en construcción para contrarrestar y combatir la
corrupción política y administrativa, como expresión de cierto decoro
en las reglas del juego asistidas por políticas asistenciales o
asistencialistas a través del pan y circo y casi siempre con circo pero
sin pan.

Las regiones de Colombia han sido igualmente asistidas por políticas


descentralistas creadas en 1886 y dimensionadas a partir de los años
80s del siglo XX, a través de la descentralización política, la
descentralización administrativa y la descentralización fiscal, que en su
conjunto han pretendido recuperar la periferia regional hacia
acercamientos en desarrollo y desarrollo humano con el centro del
poder.

En este camino se ha acudido entre otros aspectos más importantes a


su vigorización, con la elección popular de alcaldes en 1987; la
elección popular de gobernadores en 1991 y con el Sistema General
de Transferencias. (Educación, Salud, Agua Potable y Saneamiento
Básico).

Lapidariamente, lo que fue un sueño en los años 90s, hacia finales de


esa década la violencia política y la corrupción administrativa, dieron al
traste con este enunciado con el avance del paramilitarismo y el
narcotráfico principalmente y sus alianzas entre mafiosos y políticos
para regentar el poder regional y la apropiación de la riqueza pública y
privada, reconfiguró la estructura y el funcionamiento del Estado.

II) LA CAPTURA DEL ESTADO COLOMBIANO

Además de las consideraciones que preceden y para abordar este


importante tema de corrupción política adicional a las expuestas,
acudiremos a algunas referencias sobre la materia del texto de la
investigadora Claudia López Hernández, en asocio de la ONG
Corporación Nuevo Arco Iris.

Esta captura se define como la intervención de individuos, grupos o


firmas legales en la formulación de leyes, decretos, regulaciones y
políticas públicas, para obtener beneficios propios y perdurables,
especialmente de índole económica y que, por supuesto, van en
detrimento del interés general varias veces citado y que constituye
conductas corruptas como pasamos a observarlo.

2.1 PRINCIPALES CARACTERISTICAS DE LA CAPTURA DEL


ESTADO COMO EXPRESION DE LA CORRUPCION POLITICA Y
ECONÓMICA

2.1.1 Los agentes captores no solo son privados como el caso del
poder económico ya visto y que se amparan en un principio de
legalidad dispuesto por el Estado de Derecho, sino que son ilegales o
estuvieron legalizados por el propio Estado. Ejemplo:
AUTODEFENSAS Y CONVIVIR.

2.1.2 Los intereses de la captura no solo son privados sino ilegales, es


decir cuentan con legalidad y legitimidad.
2.13 Los intereses de la captura no son solo ventajas económicas,
sino sobre todo reducción de la exposición penal y búsqueda de
legitimidad política y social. Ejemplo: Paramilitares y Narcos en Ley de
Justicia y Paz.

III) UN CASO DE LA HISTORIA REGIONAL SOBRE LA VIOLENCIA


POLITICA Y LA CORRUPCION ECONOMICA

En Colombia, a partir de 1984, y a partir de las primeras expresiones


de paramilitarismo y sus vínculos con el narcotráfico que se remontan
a las autodefensas del magdalena medio y el cartel de Medellín, que
muta a partir de 1995 con la creación de las CONVIVIR y se
transforman como organización paramilitar en 1997 y su “vigencia”
hasta el 2003 (Proceso de sometimiento a la Justicia-Ley de Justicia y
Paz - Ralito) y hasta hoy a través de las conocidas Bandas Criminales.

El actuar delictivo y corrupto de estas organizaciones criminales se


hacen de manera sistémica y sostenida para llegar a nivel regional y
nacional a una reconfiguración cooptada, desde dentro del Estado y
ampliada en los periodos presidenciales de la Seguridad Democrática,
que permitió reconfigurar el modelo político vigente y consagrado
constitucionalmente como Estado Social de Derecho, al anterior
Estado de Derecho consagrado en 1886 y de estirpe conservador y
confesional.

Esta reconfiguración cooptada, incidió en la trasparencia de las


gestiones locales, departamentales, regionales y expresiones de los
gobiernos nacionales de Uribe Vélez, a través de la devastación de
trabajadores de derechos humanos y la de la desconfiguración de la
estructura del Estado, logrando la negación de la autonomía de las
ramas del poder publico y la separación de las ramas de los poderes;
la autonomía de los organismos de control y la cooptación de las altas
cortes de la rama judicial.
De la misma manera el incremento de la politiquería como bastión de
mando del poder ejecutivo y la corrupción en la contratación de los
intereses y fines del Estado, permitieron a los dos gobiernos de la
seguridad ejercidos de manera sucesiva la constitución de un régimen
de naturaleza autoritaria, que amenaza con su ex presidente, volver a
los destinos ideológicos al poder del Estado de la exclusión.

De esta forma, a nivel regional y nacional la democracia de


representación expresa la configuración de un estado al servicio de las
mafias, del clientelismo político y la corrupción administrativa, para
permitir de forma paralela el empoderamiento del poder económico ya
visto, la instalación en Colombia de un modelo político neoconservador
y autoritario permitido en la sociedad colombiana frente al miedo y
amenaza de la guerrilla colombiana, de acuerdo con la antigua teoría
de la seguridad nacional.

En este aspecto, es importante destacar que la criminalidad producida


por la guerrilla en Colombia, solamente representa el 15% de la
registrada oficialmente en Colombia. Esta fenómeno, deja claro que la
criminalidad que debe afrontar la sociedad colombiana está cifrada en
la inseguridad ciudadana y los factores de crisis de convivencia, como
consecuencia de la pobreza y la exclusión, que demandan la
formulación de nuevos conceptos de política publica en seguridad,
como las dispuestas por la Seguridad Humana de las Naciones Unidas
en 1994 para los países en conflicto armado y social, como Colombia.

“El carácter pro Estatal, el proyecto pro capitalista y político


coincidente con el de fuerzas de capital social sofisticado, ascendente
e influyente, le permitieron a la alianza Narco-paramilitar superar a la
guerrilla en procesos sostenidos y exitosos de la captura del Estado
colombiano en todos los niveles regionales”. 1

Tenemos en consecuencia, que la corrupción política y económica se


expresa mediante la captura tradicional con medios legales pero
ilegítimos, donde el clientelismo y el nepotismo fue la premisa de
1
Y refundaron la Patria… De cómo mafiosos y políticos reconstruyeron el Estado colombiano. Edición de
Claudia López Hernández. Corporación Arco Iris. Debate. Bogotá, Agosto de 2010. P 47.
gobierno. Para precisar estas conductas corruptas en la estructura del
Estado, acudiremos nuevamente a Claudia López Hernández en la
obra ya en cita.

“La captura compleja en cambio, se relaciona con medios


abiertamente ilegales y hasta violentos; por ejemplo, el fraude
electoral, el soborno, el cohecho y la coerción armada, eliminación de
competidores en política etc.

La captura económica está relacionada fundamentalmente con la


captura de rentas o beneficios económicos; mientras que la captura
política está relacionada con acciones que propician legitimación
social, institucionalización política y menor exposición penal, con
beneficios sociales penales y políticos”2

El fenómeno corrupto de la conocida parapolítica fue anunciada por el


Fiscal General de la época, en el sentido de indicar que fueron las
elites regionales quienes timaron la iniciativa de estas prácticas
corruptas que buscaron a los ilegales para protegerse del secuestro,
expandir su poder económico a través de la apropiación de tierras(5
millones de hectáreas por delitos en contra de la población victimas
del desplazamiento forzado)a cualquier precio, todo legitimado por un
gobierno autoritario que debía eliminar a la guerrilla.

En estas políticas de seguridad nacional, valía todo, total de lograr el


fin: Eliminar la guerrilla en Colombia luego de la inversión de 6 billones
de US, que luego de 8 años de la (SD), continúan en el escenario del
conflicto armado y que se aprestan a un proceso de paz con el antiguo
Ministerio de Defensa de la Seguridad y hoy Presidente de la
Republica, que ha doblado la pagina de la guerra para aperturar
caminos políticos para la solución del conflicto armado.

A titulo de ejemplo, para el caso del departamento de Sucre es claro


que el paramilitarismo fue un proyecto político y militar dirigido por su

2
Ibid. P 50
propia clase política. Alias Jorge 40 ofreció en la costa Caribe coerción
armada y apoyo electoral a los parapolíticos en las elecciones de 2000
y 2003, pero les cobró para su reelección y las presidenciales del
2006, contando para ello con una enorme estructura política nacional
para promover sus objetivos, como fue evidenciado en todos los
niveles territoriales políticos e institucionales, todo posible al nivel
nacional donde previamente se había calculado la reforma
constitucional para permitir la reelección presidencial a través del
escándalo judicial conocido como la yidis política.

La reconfiguración del Estado en estos años, es un obstáculo para la


actual ley de restitución de tierras, ante la vigencia del statu quo
protegido por mafias al servicio del poder económico regional, donde
catapultaron la corrupción política a niveles insospechados.

De delitos contra la administración pública como el cohecho, la


concusión y el peculado, se pasó a la captura masiva de los recursos
y negocios públicos, mediante cambios legales, exenciones tributarias,
concesiones, contratos de estabilidad jurídica, zonas francas y en
suma la expresión de carteles de la contratación a todos los niveles y
a la apropiación del presupuesto público hoy privatizado y
concesionado con las políticas de las locomotoras de la extracción de
las riquezas nacionales.

Toda esta corrupción, campeó en los gobiernos de la seguridad


democrática, bajo el manto de la legalidad. Con el tiempo y luego de
las iniciativas del gobierno ante el congreso para tramitar el perdón
judicial a paramilitares y narcotraficantes refundidos con la clase
política y del denominado proceso de Ralito que gestó la Ley de
Justicia y Paz, los jefes del denominado para militarismo cayeron en
desgracia, fueron extraditados y los agraciados en contra de miles de
víctimas, resultaron ser los políticos y gamonales que siguen
evocando los días de las sombras de la seguridad democrática que les
permitió en 8 años, lo que nunca hubieran logrado en 50 años.
Fue el regreso al Estado neoconservador del siglo XIX que la sociedad
colombiana aún en proporciones importantes no perciben, ante las
nebulosas del poder económico que regenta la sociedad de consumo
capitalista.

IV) LA ETICA PÚBLICA FRENTE A LA CORRUPCIÓN POLITICA Y


ECONOMICA

Hans Küng, en su obra Proyecto de una Ética Mundial, expresa.

“La crisis de la principal potencia occidental es ya una crisis ética de


todo occidente, incluida Europa: desmoronamiento de las tradiciones,
de un sentido global de la vida y de criterios éticos absolutos, y
carencia de nuevos fines, con todos los daños psíquicos que de ello se
derivan. Muchos hombres no saben ya hacia qué opciones
fundamentales han de orientar las pequeñas o grandes opciones
diarias de su vida, y tampoco qué preferencias seguir, qué prioridades
establecer y qué símbolos elegir.

Las antiguas instancias y tradiciones orientadoras ya no sirven. Reina


en todas partes una crisis de orientación que, a pequeña escala, tiene
que ver con la frustración, el miedo, la drogodependencia, el alcohol,
el sida y la criminalidad de muchos jóvenes y, a gran escala con los
nuevos escándalos políticos, económicos, sindicales y sociales.

En definitiva, concluye Han Küng, teólogo suizo, occidente se


encuentra ante un vacío de sentido de valores, de normas, que no sólo
afecta a los individuos, sino que constituye un problema político de
enorme magnitud. Se impone un cambio de mentalidad. (op.cit,pag
25).

A nivel local en Colombia, y de acuerdo con lo descrito por el ex


cardenal católico Han Küng, y frente a los avances de la ideología del
neoliberalismo, dispuestas en nuestro modelo económico y de su
empoderamiento frente al poder del Estado y de los ciudadanos
sumado al conflicto armado y el conflicto social, económico y cultural y
de sus efectos en los ciudadanos y regiones de Colombia, nuestra
crisis es importante y trascendental para el futuro del Estado que ya
fuera considerado como fallido en la cresta del fenómeno del
narcotráfico.

Colombia, en la segunda mitad de siglo pasado, perdió su norte como


rumbo, su escala de valores por parte de los ciudadanos, donde prima
lo económico y sus tradiciones ancestrales fueron remplazadas por el
consumo.

La Colombia de hoy pese a insertarse en el mundo globalizado,


continúa con un proceso relativamente importante para la
denominación de países emergentes, sin lograra una autonomía
plena. Su economía sigue siendo satélite de las restantes del
capitalismo. El poder del Estado ha sido incapaz de restablecer la
equidad y los fenómenos de la guerrilla, la delincuencia o criminalidad,
el narcotráfico y la corrupción política y económica continúan en el
escenario regional y nacional y en su conjunto expresan una amenaza
a la naturaleza del Estado, que cada día parece más sitiado por los
intereses económicos y que en conjunto, da paso a una precaria
expresión democrática.

El asunto trasciende las morales individuales al estadio de la ética


pública, que propende cada vez con más necesidad, la existencia de
mayores niveles de seguridad y convivencia ciudadana, en defecto de
los discursos de antaño que pregonan la seguridad del Estado frente a
las amenazas terroristas.

La ética pública de hoy, demanda una vida política y económica más


solidaria y fraterna en búsqueda de acrecentar la igualdad, la
eliminación de la inequidad y de la pobreza, aniquilando toda
expresión de conducta corrupta.

Si la moral guía la vida privada, hoy es importante vincularse con los


intereses generales para proyectar la ética pública que ampare su
protección. Para hacerlo realidad, se necesita de una sociedad más
participativa en el control de los asuntos de la res publica. Eventos
como la cátedra Jorge Eliecer Gaitán, deberían masificarse en el
sistema educativo que permitan la construcción de una nueva
concepción de valores individuales y grupales que nos conduzca de
forma paulatina a la reconstrucción de le ética pública, mediante la
construcción de nuestra propia historicidad, social y democrática.

De esta forma se podrá entender a ese otro, no como un sujeto a


moldear, sino como un portador de historia social que lo habilite para
la defensa de sus derechos y libertades. Es necesario recuperar las
sociabilidades pérdidas, que sumadas, deben conducir a la
reconstrucción del poder público perdido y apropiado por el poder
económico con complicidad de los gobiernos que representan al
Estado.

Se trataría de elaborar un nuevo concepto de hombre, de justicia, de


trabajo, de responsabilidad y de equidad. En esta vía las (EM) deben
empezar a depender no solo del capital económico, sino del capital
humano y de sus valores éticos perdidos por la influencia neoliberal de
consumo.

Han Küng, el erudito consultado hoy, expresa finalmente: “La ciencia y


la técnica pueden suprimir la ética tradicional, pero nunca podrán
alumbrar ni fundar por sí mismas una nueva ética”.

V) REFLEXIONES FINALES

En consecuencia y como corolario de lo expuesto, la juventud de hoy


tendrá que contribuir con su inclusión en el proceso histórico
colombiano, donde contribuya a construir una ética pública que
exprese materialmente los derechos y las libertades como expresión
de una democracia más incluyente e igualitaria; más respetuosa de los
derechos humanos y donde el poder estatal gobierne de la mano del
poder público o ciudadano.
El poder económico en esta ruta, debe contribuir con el desarrollo del
producto interno privado, pero donde igualmente debe primar el gasto
público social para garantía de los intereses generales.

La violencia económica permitida por los gobiernos, debe ser


igualmente desterrada del espectro nacional de la mano de la violencia
política, la corrupción, la criminalidad y el narcotráfico.

(EM) Empresas multilaterales.

(SD) Seguridad Democrática

• FREDDY CASTRO VICTORIA

Septiembre 11 de 2012

• Abogado, Especialista en Derecho Público y MD en Seguridad


Pública.

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