Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Soportar Injusticias Sin Reaccionar
Soportar Injusticias Sin Reaccionar
Soportar Injusticias Sin Reaccionar
El camino de la sanación
Digamos que alguien, en una discusión, me ha injustamente herido con sus
afirmaciones. ¿Cómo reacciono? Tengo dos opciones.
Puedo regresar el golpe hiriendo a mi vez, o hacer de cuenta que no pasó nada y
reprimir todo, diciéndome que en realidad no me ha herido. En ninguno de los dos
casos se produce una sanación. Regresar el golpe es una reacción hacia el exterior
que no produce ningún tipo de redención; al contrario, puede ser que quien está
hablando conmigo reaccione a su vez todavía más violentamente.
En el segundo caso engullo la ofensa que, sin embargo, se detiene como piedra en el
estómago. Nada se ha redimido, porque sea reprimiendo, sea devolviendo el golpe, se
busca evitar el dolor y se queda en el ámbito del hacer, de la acción.
Así puedo dirigirme nuevamente al exterior, volver a esa persona para hablar con
ella de la herida que me ha hecho. Puedo también comportarme enérgicamente, pero no
reaccionaré con odio. El dolor ha pasado, permitiéndome encontrarla con más amor.
También en este caso me dejo tocar por el dolor y miro qué siento: “Es una herida y
me duele. Le permito que me duela”. En este momento empieza la redención. Visto que
la situación, como hemos dicho, exige una reacción rápida, impidiéndome tomarme el
tiempo necesario para que sane la herida, me quedo con mi interlocutor.
Los psicólogos
Muchos psicólogos sostienen que se debería aprender a defenderse. Esto es correcto,
si se refiere a las reacciones externas. Si alguien me molesta, se comporta
incorrectamente, me provoca injustamente o me agrede, puedo ciertamente poner
límites externos. Pero no debo limitar mi amor por él con barreras internas.