Está en la página 1de 7

Quirón: Una piedra en el zapato del cielo...

​ por ​Alejandro Fau

"La única y verdadera sabiduría vive lejos de los hombres, en la


gran soledad,
y solo puede obtenerse mediante el sufrimiento.
Únicamente la privación y el sufrimiento abren la mente a todo
lo que permanece oculto a los demás."
Joseph Campbell "El Poder del Mito"

La figura de Quirón nos remonta al arquetipo del sabio y solitario Sanador


Herido, un arquetipo que no goza de mucha popularidad en nuestros días,
pero que es de crucial importancia para quien tiene como objeto de estudio
el Alma Humana.
Mucho se ha dicho y discutido sobre Quirón, tanto entre los astrónomos como
entre los astrólogos, pero casi nada se ha difundido sobre su estudio en uno
u otro sentido. Muchos son los prejuicios al hablar de este auténtico "patito
feo" astronómico, y su figura arquetípica sigue contínuamente desgarrándose
entre el bando de los entusiastas y los detractores de este verdadero puente
entre lo particular y lo colectivo, entre lo personal y lo transpersonal... Pero
vayamos por partes, y comencemos por la historia de su existencia como
cuerpo astronómico, para ir acercandonos luego a la figura del sujeto
encarnado en el arquetipo y al por qué de la resistencia en su inclusión
dentro de la Clinica actual.
En 1951 el norteamericano de origen holandés ​Gerard Kuiper​ propuso una
singular teoría: Más allá de Plutón, existiría un enorme cinturón formado por
incontables objetos de hielo y roca, que rodearía al Sol y a los planetas.
Kuiper no se refería a planetas, sino a material sobrante de la formación del
Sistema Solar. Con esto trataba de explicar el origen desconocido de los
cometas de período corto, aquellos que tardan menos de 200 años en dar
una vuelta alrededor del Sol, como el Halley. Desde entonces, los
astrónomos comenzaron a especular con la existencia de un hipotético
"Cinturón de Kuiper"​, similar al cinturón de asteroides entre las órbitas de
Marte y Júpiter. Sin embargo el tiempo pasaba, y no aparecía evidencia
alguna que demostrara la existencia de dichos objetos. Pero el tiempo pasó y
pasó, y tras varias décadas de intentos infructuosos la mayoría de los
astrónomos comenzó a resignarse: Plutón parecía ser el límite más lejano del
Sistema Solar.
En Noviembre 1977, ​Charles T. Kowal​, utilizando el telescopio Schmidt de
1,2 metros del Observatorio de Monte Palomar, descubrió un curioso objeto
orbitando entre Saturno y Urano. El objeto fue identificado inicialmente como
SMOK (​"Slow-Moving Object Kowal"​, o sea: ​"Objeto de Movimiento Lento
Kowal"​) y recibió el nombre provisional de 1977 UB; al principio se pensó que
podía ser un asteroide. Solo que se encontraba en un lugar donde nunca
antes se habían hallado asteroides. ¿Quizás se podría tratar de un cometa? El
mismo Kowal sugirió esta hipótesis en 1978. Este supuesto asteroide giraba
alrededor del Sol entre las órbitas de Saturno y Urano, lo que lo convertía en
el asteroide más lejano conocido hasta entonces, ya que todos los demás
giraban entre Marte y Júpiter. Sin embargo una década más tarde, al
aproximarse a su perihelio, Quirón comenzó a desarrollar una pequeña cola,
similar a las de los cometas. Quedó claro entonces que no era un asteroide
común, sino una especie de cometa gigante que, al no recibir suficiente calor
del Sol por su lejanía al mismo, no llegaba a desarrollar una cola de
importancia. Pero un cometa no puede ser tan grande (es veinticinco veces
mayor que el Halley, por ejemplo). Entonces Quirón no es un Cometa,
dijeron, y tampoco un Planeta (solo mide unos 300 km de diámetro), y
tampoco es un objeto del Cinturón de Kuiper (está dentro de la órbita
Plutoniana) ¿Entonces, ​qué es? ​ Todavía hoy nadie puede explicarlo. De todas
formas, y por las dudas, Quirón terminó recibiendo un nombre "definitivo"
tanto de cometa como de asteroide: ​Cometa 95P/Chiron / Planeta menor
2060 Chiron​ (la "P" se refiere a que sería un cometa de período corto). Su
naturaleza "Dual", astronómicamente hablando, nos recuerda a la figura del
Centauro del Mito, pero sobre ello hablaremos más adelante. Chiron tiene
una órbita alrededor del sol de aproximadamente 50.7 años. El plano de su
órbita está muy inclinado respecto del de la eclíptica, hecho que dificultó su
avistamiento y localización, y en determinado momento de su camino celeste
intercepta, brevemente, la órbita de Saturno. Aún no hay imágenes lo
suficientemente claras de su superficie, y se desconoce la naturaleza exacta
de su composición química, aunque se lo supone de tipo metálico. No es para
nada una prioridad su estudio dentro de la astronomía moderna, y mucho
menos objeto de planes en la exploración espacial. Para la ciencia actual es
solo algo de lo que no vale la pena ocuparse mucho, un simple trozo de roca
en el cielo.
Pues bien, ¿por qué la astrología debería tomar en cuenta a esta "​cosa​" que
ni siquiera es considerado Planeta por los más sesudos astrónomos de la
Tierra? Esta es la pregunta que se hacen renombrados astrólogos de hoy en
día, y es la principal razón por la cual, tanto ellos como los que siguen su
ejemplo, lo pasan por alto a la hora de incluirlo dentro de las estructuras
matriciales energéticas que constituyen una Carta Natal. No los culpo, la
Astrología Clásica​ tampoco tomaba en cuenta a Urano, Neptuno y Plutón,
arguyendo que solo debían considerarse los Planetas que eran visibles a
simple vista... aunque, si miramos el cielo con mucha atención, es posible
localizar a Urano. Posee brillo de Sexta magnitud, y al fin y al cabo es visible.
¿Y entonces? Dijeron algunos astrólogos de principio del siglo pasado, y lo
incluyeron, lo mismo que a Neptuno y a Plutón, y dieron nacimiento a la
Astrología Moderna​ primero, e incorporando luego los conceptos energéticos
de lo​ ​Transpersonal y de Inconsciente Colectivo a la hora de considerar la
estructura energética del individuo, dieron posterior inicio a lo que llamamos
hoy día la ​Astrología Humanista​. A partir de entonces mucho se ha hablado y
escrito sobre la representación energética y arquetípica de estos cuerpos
celestes trans-saturninos, y de la participación de dichas energías en los
procesos evolutivos de la psique, dando como resultado una mayor
comprensión de la profundidad del alma humana, incorporando valiosísimas
herramientas a la hora de trabajar en la consulta.
Pues bien, estos mismos astrólogos son reacios a la hora de incorporar
Quirón en sus cartas ¿Por qué? Bueno, dirán ellos, nosotros solo tomamos en
cuenta a los Planetas reconocidos ​¡Y Quirón no lo es!.​ Cierto. O casi, si
vamos a los hechos. Porque cualquiera que sepa mínimamente algo de
astronomía sabe que Plutón tampoco lo es, y que su catalogación como
planeta es más bien ​emocional​, ya que cuando fue descubierto se creyó que
sí lo era (en la época del descubrimiento de Plutón había una inusitada avidez
por descubrir los planetas "faltantes" de los que hablaba la tradición celeste,
y aún hoy hay ojos escrutando el firmamento intentando localizar al evasivo
Vulcano, quien orbitaría entre el sol y el pequeño Mercurio). Plutón está
catalogado como SMOK, ya que por sus dimensiones (tiene un diámetro de
tan solo 2.300 Km.) no entra en la categoría de planeta, y sea quizá el
asteroide más grande que hemos visto hasta ahora. Tiene una luna, es
cierto, pero muchos otros asteroides también tienen objetos girando a su
alrededor. También, al igual que Quirón, tiene una órbita extraña y muy
inclinada respecto del plano de la eclíptica. Lo mismo que también intercepta
en su recorrido la órbita de un Planeta, Neptuno (el último, si vamos al caso),
y durante mucho más tiempo. No obstante tanto la ​Astrología Moderna ​como
la ​Humanista​, lo consideran ​Planeta​ ¿Por qué? ¿Porque pocos años antes de
morir en 1997 su descubridor, Clyde Tombaugh, cuando estalló el escándalo
sobre el supuesto guardián de los infiernos, al ser interrogado opinaba:
"Plutón se ve, se siente y se huele como un planeta... entonces, es un
planeta"​, y confiaban en la intuición del ser humano detrás del investigador
científico? No, porque cumple con los requisitos energéticos previstos para su
circunstancia (emplazamiento, tránsito y revolución a través del Zodíaco), y
que se corresponde con la vivencia de dicho arquetipo dentro de la estructura
matricial de la carta natal, hecho que es, por lo demás, indiscutible.
Pues bien, ¿por qué entonces la resistencia a incluir a Quirón, siendo que
también cumple con los requisitos antes mencionados? ¿Será por una fobia al
arquetipo que padecen algunos astrólogos? (Es una pregunta que como
profesional me hago respecto de mis colegas) Pero ¿cuál es el arquetipo del
que estamos hablando? Vayamos, pues, al Mito...
Caballos corriendo. Caballos corriéndose el uno al otro a través de un bosque
umbroso. Ecos de cascos entre la foresta que crecen y furiosamente se
entremezclan en el aire y resuenan instinto... Instinto incontenible. Poder
animal. Sexo salvaje que estremece la foresta y el bosque, y que finalmente
muere en un lejano alarido de espantosa locura.
Cuando nació, su padre jamás lo supo y ni siquiera le importó. Su madre
profirió un grito de espanto y lo rechazó apenas ver su monstruosa imagen,
razón por la que los Dioses indignados, o apiadándose de ella, la
transformaron en un bello Tilo cercano a la cueva en donde dio a luz, y que
crece en las sombrías laderas del Monte Pelión, para llevar consuelo y
serenidad a los hombres.
Era inmortal e hijo de Dioses. Era hermano del Dios de los Dioses, de Zeus, y
un ser dotado de supremo entendimiento que fue Maestro de los Héroes y de
los hijos de los otros Dioses. Él fue quien enseñó a Esculapio el Arte Regio de
la medicina, el arte de la caza y el manejo de las armas a la mismísima Diosa
Artemisa, y que educó las mentes y los espíritus de Hércules, Aquiles, Ayax,
Jasón y muchos otros. Él, quien tuvo por padre adoptivo al mismísimo Apolo,
crió y educó a muchos como a sus propios hijos. Él, de quien hoy podemos
ver su imagen señalándonos con su flecha el rumbo hacia el centro de la
galaxia allá, en lo más alto del cielo. Quirón es su nombre, el nombre de
aquel que no es hombre, ni caballo, siquiera un Centauro como cualquiera
(unas bestias dementes e infernales muy por debajo del hombre y de los
propios animales, y no, Quirón no es así). De él voy a hablar, y a contar su
historia...
Cronos intenta seducir a la bella ninfa Filira, su sobrina (hija de Océano y
Tetis), pero es sistemáticamente rechazado por la muchacha. Cronos,
enceguecido por el deseo, la persigue por cielo y tierra. Pero Filira, en su
huida, se transforma en yegua (un truco que aprendió de Demeter, madre de
los centauros) pero Cronos, quien no tenía un pelo de tonto, se
metamorfosea en caballo y la persigue hasta darle alcance. Cuando lo hace,
aún ambos manteniendo su forma equina, furiosamente se entregan al acto
sexual tras lo cual Cronos escapa y se pierde todo rastro entre la foresta.
Filira, embarazada, conociendo la afición que tiene Cronos a devorarse sus
propios hijos, decide refugiarse en una cueva del Monte Pelión para dar a luz.
El parto fue trabajoso, doloroso, difícil, ya que la contextura física del bebé
no era normal: cuerpo y patas de caballo, torso, cabeza y brazos de Dios
encarnado (antropomórficos). Su madre, al ver la fealdad de su hijo, lo
abandona y huye desesperada implorando a los dioses, quienes la convierten
en un árbol de tilo, cárcel preferible al recuerdo del fruto de su instinto no
dominado.
Quirón abandonado por sus padres, es adoptado por Apolo y Atenea,
imágenes de la razón y del logos, y criado y educado por ellos. Razón por la
cual, no se parece en nada su carácter al del resto de los Centauros. Es así
que Quirón vive prácticamente en soledad, refugiado en la cueva que lo vio
nacer, estudiando diversas artes y desarrollando muchos conocimientos. Fue
astrólogo, matemático, experto cazador y maestro de armas, músico, filósofo
y sabio de gran renombre. Tal era su valía, que la mayoría de los hijos de los
dioses lo tuvieron por maestro y tutor, como así también los grandes héroes.
Uno de sus discípulos predilectos fue Heracles (conocido también con el
nombre de Hércules), quien es una figura relevante dentro de la historia del
propio Quirón, debido a un hecho que sucedió de la siguiente manera:
Cuando Heracles iba para Erimanto, en persecución de su cuarto objetivo, la
caza del jabalí de Erimanto, (ver: Los Doce Trabajos de Hércules) pasó por
las inmediaciones de la ciudad de Fóloe, aquella que habían arrebatado los
centauros a los lapitas tras la batalla de revancha por la humillación sufrida
en la boda de Pirítoo (los centauros fueron emborrachados con vino a
instancia de Ares y su hermana Eride, quienes no habían sido invitados, y
terminaron violando a todos los concurrentes tanto hombres como mujeres,
tras lo cual se armó tremenda trifulca en donde los centauros llevaron la peor
parte), e hizo escala en ella, puesto que el buen centauro Folo quería
aprovechar la ocasión para tenerlo de invitado en su morada. Para mejor
servirle, Folo le ofreció el vino añejo que el mismo Dionisos había dejado allí
hacía tantos y tantos años. El vino se abrió, y de la cántara surgió un
incomparable y penetrante aroma. Ese aroma tan fuerte del vino dionisíaco
llegó hasta el resto de los centauros y con él el recuerdo imborrable de lo que
sucedió en la boda de Pirítoo y Deidamia. Todos se llegaron, en tropel, a la
cueva de Folo, a acabar con quien hubiera osado ofender su memoria con el
insulto del vino. Nada menos que se encontraron con Heracles y la lección
pretendida al ofensor se tornó en una lluvia de golpes y heridas. Uno tras
otro, los centauros fueron cayendo a manos de Heracles y pronto
comprendieron que la batalla estaba perdida. Corrieron a buscar refugio al
lado de Quirón, con tan mala fortuna que llevaron hasta allí a su perseguidor.
En efecto, Heracles iba tras los fugitivos, dispuesto a acabar con el máximo
número de frustrados atacantes y siguió disparando sus flechas (las cuales
estaban envenenadas en la sangre de la Hidra), sin darse cuenta de la
presencia del sabio. Un dardo suyo alcanzó a Quirón en una de sus patas (en
una rodilla para ser más precisos), y Heracles, compungido, trató de detener
sus efectos, pero ya era demasiado tarde, el pobre anciano se retorcía ante
el dolor cada vez más agudo de su herida, la que hubiera acabado con la vida
de cualquier mortal. Pero el sabio centauro era inmortal, con lo que solo
consiguió tener una herida siempre doliente y que jamás sanaría. Debido a
este desafortunado acto Quirón se transformó en maestro en el Arte de
curar, ya que experimentó con cada cosa que existía tanto en el cielo como
en la tierra con el fin de conseguir una cura, y trasladó, más tarde, dicho
conocimiento a otro de sus discípulos llamado Asclepio, más conocido como
Esculapio (Padre de la ciencia médica, según los Griegos), y también utilizó
dichos conocimientos para curar a innumerables personajes de la antigüedad.
Cierto día, este sabio centauro se encontraba paseando y descubrió un
terrible espectáculo: Un ser humano se encontraba encadenado a una roca
padeciendo un castigo horrible por mandato de los dioses. Su nombre era
Prometeo, y por haber desafiado a los dioses y robado el fuego divino para
entregarlo a los hombres, fue condenado a permanecer encadenado a la roca
mientras durante el día un águila le devoraba el hígado, mientras que por las
noches el órgano volvía a crecer... y así la pasaría hasta que otro se ofreciera
voluntariamente a ocupar su lugar. Viendo esto, y sensibilizado por el dolor
que el pobre humano debía soportar, Quirón se ofreció a cambiar su propia
inmortalidad por la vida del condenado. Prometeo fue liberado, y en el
momento en que el Centauro se transformó en mortal, y a causa de su
mortal herida, Quirón murió. Su hermano Zeus, en gratitud por los muchos
servicios que había prestado a los dioses, le devolvió la inmortalidad
transformando su cuerpo en estrellas y, desparramándolas por el cielo, creó
la constelación del Centauro.
-----*-----
Hasta aquí, un resumen del mito, el que varía entre varias versiones del
mismo, pero que estructuralmente se refieren a lo mismo. Ahora
aproximémonos al significado de este arquetipo en la matriz de una carta
natal para darnos una idea de su posible estructuración en la psique del
individuo.
Quirón representa las cosas que podemos hacer muy bien por los demás,
pero que no somos capaces de hacer por nosotros mismos. También indica
cualidades que otros perciben muy bien en nosotros, pero que nosotros no
reconocemos, pese a lo mucho que podemos necesitarlas.
A través de su situación pueden analizarse tres fundamentales figuras
inconscientes o que proyectamos sobre los demás: ​El herido, El heridor y El
sanador o salvador.
Describe las pautas que han quedado sin resolver, actitudes que de forma
continuada producen dolor, con cierto riesgo que la persona se obsesione por
ideas, creencias o propósitos que oculten su dolor interno, intentando
convencer a los demás de esas verdades para poder así convencerse a si
misma. Quirón nos exigirá reconocer que estamos heridos como paso previo
a la curación, subrayándonos la sabiduría inherente en nuestra propia psique.
Quirón en una carta muestra dónde es probable que realicemos con
particular intensidad la búsqueda de nuestro chamán interno, de nuestra
fuente interior de sabiduría, de fuerza y de energía, como medios de
revelación personal y desintegración progresiva de estructuras arcaicas que
limitan el crecimiento.
También puede señalar un ámbito de experiencia donde tengamos una
dificultad especial, un bloqueo o una herida, un sector de nuestra vida que no
funciona bien. El dolor y la frustración experimentada puede obligarnos a
profundizar en nosotros mismos en búsqueda de nuestra sanación; dicho
camino puede venir descrito por el signo natal de Quirón. Los planetas en
aspecto con Quirón, nos indicarán las posibilidades a interpretar
correctamente las energías disponibles que reinan en el tablero de este
peculiar juego energético.
Una expresión positiva de Quirón en cualquier emplazamiento nos indica
dónde podemos realizar una aportación única e individual al proceso de
evolución colectiva.
Quirón estimula el proceso de iniciación de la búsqueda, hacia el desarrollo
del individuo sin sus dolores continuos, a través de un renacimiento
psicológico y transformando para ello normalmente nuestros conceptos
preestablecidos de la realidad. Cuando mayor es el dolor o el bloqueo, mayor
será la experiencia Transpersonal que exige para la transmutación de las
propias heridas, siendo la muerte el último término representativo de la
regeneración exigida. Muerte que se nos exigirá dar en vida a dichos
conceptos o actitudes que, pese al dolor que nos causa mantenerlas, nos
resistimos a abandonarlas por el falso sentimiento de seguridad que nos
aportan.
Quirón nos exige equilibrar nuestro ser materialista, dinámico e impulsivo
con la otra parte más religiosa o espiritual.
La posición por casa y signo de Quirón nos señala el tipo de herida que el
sujeto puede tener, o el tipo de bloqueo, al tiempo que señala la forma en
que dicha persona se 'venda' la herida, la cubre o la tapa emocionalmente
para evitar el dolor, el resentimiento, la sensación de impotencia o de estar
desprotegido, es decir, aquello que le causa dolor.
Todos los seres humanos somos modernos centauros, una polarización a
resolver entre cuerpo y mente para llevar a buen puerto la construcción
continua de nuestra deidad interior que constituye nuestro propio y
verdadero ser. Todos tenemos algo que sanar en nosotros mismos, y no
debemos olvidar que la sanación pasa por reconocer y trascender aquello de
nuestro interior que nos hiere, como las actitudes mentales demasiado
estrictas o encajonadas, que son solo pensamientos destructivos que limitan
nuestra creatividad innata y nuestra más profunda capacidad de sentir.
"Solo sabe del dolor aquel que lo ha padecido. Solo sabe curar
aquel que ha sido herido.
Y solo sabe enseñar, aquel que en su propia carne ha
aprendido..."

También podría gustarte