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Romaní, Polícias de Drogas PDF
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Oriol Romaní1
1Licenciado en Geografía e RESUMEN Este texto, después de una introducción al campo de las drogas, se inicia
Historia (Antropología
Cultural), Universidad de
con el abordaje del concepto de prevención general, desde la perspectiva teórica de la
Barcelona. Doctor en antropología médica, para después abordar, de forma más específica, la prevención en
Antropología Cultural,
Universidad de Barcelona. dicho campo. Tanto en un nivel como en el otro, la participación de los propios inte-
Coordinador Master resados se revela como un elemento clave para su posible eficacia. Para ejemplificar la
Antropología Médica y Salud
Internacional, Universidad discusión se analizarán las aportaciones preventivas de los programas de reducción del
"Rovira i Virgili", Tarragona. daño en distintos ámbitos geográficos y temáticos como son, en este último caso, el de
Presidente de Grup Igia,
Barcelona, España. los consumos endovenosos de adultos socialmente "marginales" y el de los consumos
oriol.romani@urv.cat de jóvenes "integrados" en contextos de ocio nocturno. En la última parte se plantea la
necesidad de incorporar técnicamente la participación en las políticas y programas pre-
ventivos en el campo de las drogas, así como de ir creando un marco general más
coherente con la potenciación de dicha participación que el predominante en la actua-
lidad; para finalizar con unas reflexiones acerca del alcance teórico-político del con-
cepto de reducción del daño.
PALABRAS CLAVE Drogas Ilícitas; Políticas Públicas de Salud; Reducción del Daño;
Antropología; Abuso de Sustancias por Vía Intravenosa.
ABSTRACT After and introduction to the topic of drugs, this paper deals first with the
concept of general prevention from the theoretical perspective of Medical Anthropology
and then specifically with prevention in such field. At both levels, a key element is the
participation of the ones involved. Preventive contributions to the programs of harm
reduction will be analyzed in different environments such as the one of the intravenous
consumption of "outcasts" and the consumption of the youngsters "integrated" to nocturnal-
sloth-contexts. At the end, the article states the necessity to incorporate technically, the
participation in the preventive programs and policies of drugs and to create a more
coherent general framework than the existing one, finishing with some reflections about
the concept of harm reduction.
KEY WORDS Street Drugs; Health Public Policy; Harm Reduction; Anthropology;
Substance Abuse, Intravenous.
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SALUD COLECTIVA, Buenos Aires, 4(3):301-318, Septiembre - Diciembre, 2008
los grandes medios de comunicación de masas, y de otras cosas). Para que funcione, este tipo
mientras que el modelo participativo se plantea de prevención debe tener su punto de partida en
objetivos a partir de problemas más concretos la cultura y el conocimiento o, como han dicho
detectados en sectores específicos de la población. algunos antropólogos, en los mundos locales de
Así pues, en el campo de las drogode- significados. Se trata de trabajar con la microcul-
pendencias, el modelo participativo redefine la tura del grupo desde un modelo participativo, lo
prevención como el conjunto de esfuerzos que que implica ver las posibles vías de prevención
una comunidad pone en marcha para reducir, de en base a sus intereses (k). Si se hace así, hay
forma razonable, la probabilidad de que en su muchas más posibilidades de: 1) acertar en los
seno aparezcan problemas relacionados con los objetivos que se quieren conseguir, pues se evi-
consumos de drogas. No se trata aquí del plante- tan los utopismos fabricados desde oficinas, más
amiento dicotómico del tipo bueno-malo, blan- que de sabios, de burócratas del control de dro-
co-negro, drogas no - drogas sí, propiciado por el gas; y 2) que estos objetivos realmente se consi-
"prohibicionismo". Lo que se plantea en este caso gan, ya que tienen que ver con la vida de la gente
es un enfoque más realista y profesional, centrado (2 p.178-180, 21,22).
en la posibilidad de solucionar algunos aspectos o
de contrarrestar los efectos más dañinos derivados
de ciertos consumos de drogas. Esto lleva a plante- REDUCCIÓN DEL DAÑO Y PREVENCIÓN:
ar la diversificación de criterios y considerar las ALGUNAS EXPERIENCIAS
políticas de reducción del daño (15,16) (j).
Desde un punto de vista técnico, supe-
rada ya aquella división en distintos niveles de El absoluto fracaso de las campañas más
prevención, tradicionalmente categorizados habituales en el mundo entero hasta muy recien-
como primaria (cuando todavía no hay consu- temente, tipo "drogas no" o "un mundo sin dro-
mos), secundaria (cuando hay un cierto consumo gas para el 2008", en términos de sus objetivos
que aún se puede contener) y terciaria (cuando explícitos, debería hacer reflexionar a más de
realmente hay gente con problemas de drogas), uno sobre la dilapidación de recursos públicos
actualmente hay un cierto consenso en desarro- que supone el plantearse objetivos irrealizables y
llar un marco conceptual más complejo en el que programas preventivos mal formulados. Nos
se señalan cuatro elementos básicos: el control, referimos al hecho de que, en relación a los pro-
la influencia, el diseño ambiental y el desarrollo blemas surgidos en torno a ciertos usos de algu-
de las competencias. Más allá de que este enfo- nas drogas, una gran mayoría de países del
que se puede aplicar a muchos otros ámbitos que mundo, presionados básicamente por los Estados
no son el de las drogas, una característica de Unidos desde inicios del siglo XX, acabaron fir-
estos elementos es que se pueden aplicar en dis- mando el Convenio Único de Estupefacientes de
tintos momentos de los procesos en los que se 1961, en Viena, y una serie de convenios interna-
encuentra la población en relación al consumo cionales subsiguientes, que configuran la política
de drogas, lo que implicaría una cierta capacidad que denominamos como "prohibicionista" (23-
de control en algunos de sus aspectos significati- 25). El discurso que emana de esta política consi-
vos (17 p.241-326, 18 p.44-85). dera "droga" solo a algunos de los productos psi-
Y aquí llegamos a lo que sería el aspec- coactivos existentes, a los que fiscalizan las agen-
to central de este escrito: plantear el control en cias internacionales, convirtiendo su comercio y
relación a la capacidad de influencia y al desarro- su uso en un delito y a sus usuarios en delincuen-
llo de competencias requiere de mecanismos tes o, en todo caso, en "enfermos bajo prescrip-
informales de control, que van muy ligados a la ción penal", cuya única posible salida es la absten-
cultura del grupo. Requiere, también, la capaci- ción total del consumo de la droga de la que se
dad de estos grupos de asumir un cierto nivel trate. El objetivo básico de dicha política sería la
de autocontrol, pero al mismo tiempo implica pretensión de eliminar la droga de la faz de la tie-
alguna normatividad del grupo sobre el indivi- rra –cosa a la que se le llegó a poner fecha (2008)
duo y su relación con los consumos (de drogas en la Conferencia Especial de Naciones Unidas
POLÍTICAS DE DROGAS: PREVENCIÓN, PARTICIPACIÓN Y REDUCCIÓN DEL DAÑO 305
drogas como un ciudadano como los demás (sin este tipo de políticas –sobre todo desde la celebra-
cuestionar su derecho a seguir consumiendo) que ción de la 9ª Conferencia de la International Harm
se sitúa como un partner central en estos progra- Reduction Association (IHRA) en 1998–, reconoci-
mas. Más allá de que, nos guste o no, es evidente miento institucional de la figura del "reductor de
que esto choca con el paradigma prohibicionista, daños", existencia de asociaciones relacionadas
creemos interesante subrayar que las metodologí- con el tema –Associação Brasileira de Redutoras e
as participativas que están en su base y las activi- Redutores de Danos (ABORDA), Rede Nacional
dades de control e influencia, de diseño ambiental de Redução de Danos (REDUC)–, pero problemas
y de desarrollo de las competencias que muchas para la financiación de programas de reducción de
veces implican nos señalan los efectos preventivos daños (o), a pesar de experiencias tan interesantes
de muchos aspectos de estos programas. como las de Salvador de Bahía u otras de distintos
En realidad, esta prevención participati- lugares del país (p) (49,50).
va y dialógica desarrollada bajo la perspectiva de Dentro del mundo iberoamericano,
la reducción de daños y riesgos, se ha intentado pero ya "al otro lado del charco", hay que desta-
practicar, con sus más y sus menos, en distintos car el potente foco de teoría y prácticas de
programas e intervenciones a lo largo de Europa, reducción del daño que para Portugal represen-
América y Australia, fundamentalmente, aunque, ta el grupo de la Universidad de Porto liderado
teniendo en cuenta el público preferente de esta por Luis Fernandes (q); y por lo que se refiere al
revista (y el espacio disponible) vamos a centrar- ámbito que mejor conozco, es decir, a España,
nos solo en algunos casos significativos del ámbi- señalaré también la positiva presencia de este
to iberoamericano (n). tipo de prevención durante los últimos años
El ámbito latinoamericano, más en con- (desde inicios de los años '90 hasta la acuali-
creto, ha sido un contexto dificil para el desarro- dad), aunque sea de forma bastante localizada, y
llo de programas preventivos en la línea de la con una sistematización que no deja de ser pre-
reducción del daño, entre otras cosas por la caria a pesar de su significatividad. Por un lado,
influencia directa de las políticas hegemónicas podemos considerar la influencia que los progra-
estrictamente ortodoxas de EE.UU., así que vale mas de reducción del daño han tenido en el aba-
la pena destacar algunos proyectos, por lo menos timiento de la mortalidad por opiáceos, así como
en tres países significativos: en México, la línea de las morbilidades asociadas al consumo de
de trabajo desarrollada por el Centro Cáritas de drogas por vía parenteral, como son las tasas de
Formación para la Atención de las prevalencia del VIH-Sida, de distintos tipos de
Farmacodependencias y Situaciones Críticas hepatitis, de candidiasis y otras, que en España
Asociadas (CAFAC) (38) para potenciar políticas habían sido altas en relación con la media euro-
de drogas alternativas a las más hegemónicas y, pea, y que han descendido de una manera signi-
dentro de ella, algún proyecto concreto (39,40), ficativa a partir de la primera mitad de los años
que demuestra la consistencia de estas "otras '90, es decir, cuando se empezó a generalizar la
políticas" no solo para la salud, sino para la segu- aplicación de programas de reducción del daño
ridad en general; en Argentina donde, además de entre este tipo de consumidores y se les dio con-
un notable espacio de producción teórica en tinuidad, a pesar de los cambios políticos, hasta
torno a la reducción del daño (41-44), podemos la actualidad (r). No estoy afirmando que el aba-
señalar la existencia de dos organizaciones timiento de todos estos indicadores se deba sólo
–Intercambios y la Asociación de Reducción de a los programas de reducción del daño, pero sí
Daños de la Argentina (ARDA)– que han sabido que éstos, al sistematizarse mínimamente, tuvie-
impulsar este tipo de políticas, bien a través de la ron una influencia significativa en la persistencia
movilización de la sociedad civil y de las institu- de estas tendencias. De hecho, el contexto de su
ciones políticas, o bien con la formación de pro- instauración coincidió con las valoraciones
fesionales y otras iniciativas semejantes; y en informales y experienciales de los peligros de la
Brasil, donde también hay ya una buena produc- heroína que se dieron, a nivel microsocial, en
ción sobre el tema (45-48), nos encontramos con aquellos nodos poblacionales que en la década
una situación un tanto paradójica: apoyo oficial a del '80 habían sido más duramente castigados
POLÍTICAS DE DROGAS: PREVENCIÓN, PARTICIPACIÓN Y REDUCCIÓN DEL DAÑO 307
parte porque, en realidad, no existe, siempre daños realizados en Cataluña, donde leemos que
va teñida de unas u otras orientaciones de los efectos más relevantes sobre la población con-
valores, que es mucho mejor explicitar si sumidora consultada son que:
queremos tener una cierta credibilidad. No
hablo, pues, de la supuesta "información → Produce una reflexión sobre la gestión del
sobre drogas", clara o sutilmente moralizante consumo
a la que nos tienen acostumbrados muchas → Despierta la conciencia de salud
campañas "anti-droga" que, como ya se ha → Produce una moderación en la intensidad y
dicho, resulta inútil, a la postre. Hablo de frecuencia del consumo
aquellos datos más contrastados empírica- → Da herramientas y recursos para defender pau-
mente provenientes de distintos ámbitos, tas de consumo responsable.
desde el laboratorio y la clínica, hasta los tan
variados de tipo comunitario, doméstico, Mientras que el que se manifiesta en la
callejero, etc., de todos los cuales obtendre- población no consumidora es que:
mos conocimiento de los distintos aspectos,
tanto positivos como negativos, de los usos → "Provee de recursos argumentales para defen-
de drogas. Una información de calidad, en der y consolidar la decisión de no consumir."
este sentido, no acostumbra a ser suficiente, (60 p.14)
pero sí es absolutamente necesaria.
d) Aplicar las medidas técnicas, teniendo en cuen- Ni qué decir que este último punto es
ta que solo funcionan cuando realmente se ubi- importante para el tema que estamos discutien-
can en el mundo de los grupos correspondien- do, ya que pone de relieve la capacidad que tie-
tes, y que son necesarias en efectos como el nen las informaciones vehiculizadas a través de
pánico, las náuseas, la sobredosis y, en definiti- programas de reducción del daño para ampliar y
va, en distintos momentos de los procesos más consolidar las posibilidades de prevención pri-
o menos intensos de consumo. Una vez más maria en personas no consumidoras, tal como ya
cabe señalar que la prevención en el campo de mostraron en un estudio evaluativo anterior
las drogas seguramente será mucho más útil si Benschop, Raves y Korf (61).
se centra en la capacidad de lograr que la gente En definitiva, estamos ante unos enfo-
maneje los usos sin llegar a lo que conocemos ques que tampoco son tan nuevos, pues tradu-
como adicción, que si pretende utópicas abs- cen, por un lado, la máxima de la medicina clá-
tenciones totales como norma general. sica de "primum, non nocere"; y por otro lado,
el modelo participativo que implican tiene pre-
Lo interesante de este tipo de programas cedentes en otros terrenos sociales y sanitarios,
es que sus resultados pueden ser útiles tanto para así que su análisis contrastado podría contribuir
poblaciones consumidoras como no consumido- a orientar intervenciones que fortalezcan el pro-
ras. Aunque hay un equívoco previo a aclarar: tagonismo de las propias poblaciones en la reso-
muchas veces, desde el desconocimiento de lo que lución de sus problemas (62,63): se trate de las
significa realmente la reducción de daños y riesgos, diversas experiencias de investigación-acción
se piensa que este tipo de programas son solo para en Latinoamérica o de las de participación
consumidores, cosa que piensa también una parte comunitaria en salud en Europa, queda claro
de los jóvenes que, como no se identifican como que la salud de las poblaciones está mucho más
consumidores, creen que lo que allí se les plantea relacionada con su poder, su capacidad de deci-
no va con ellos. Sea como fuere, lo cierto es que los sión (empowerment), o sea, con cuestiones
efectos de un programa de reducción de daños sociopolíticas, que solo con desarrollos técnicos
serán distintos según si la persona que se involucra (64). Lo que llama la atención sobre los efectos
en él es o no consumidora y, en este segundo caso, socialmente perversos de la política prohibicio-
según las pautas de consumo que tenga. Así se des- nista en el campo de las drogas es que haya sido
prende de un estudio de evaluación de las políticas –y todavía sea– tan difícil poner en práctica
y programas de salud pública en reducción de dichos enfoques en este terreno en particular.
POLÍTICAS DE DROGAS: PREVENCIÓN, PARTICIPACIÓN Y REDUCCIÓN DEL DAÑO 309
entender la exigencia de calidad de vida, que a la población a partir de sentimientos muy primarios
veces parece más la de un cliente que la de un (cosa que, dicha sea de paso, debemos poner en el
ciudadano, con sus derechos y deberes. Todo haber del discurso estigmatizante sobre "la droga"
ello sería muy congruente con la deriva que han que algunos se empeñan en mantener), sino tam-
ido tomando, tanto en el conjunto de España bién de sectores vecinales con los que se podrían
como en Cataluña en particular, un conjunto de haber aliado las administraciones en iniciativas
plataformas ciudadanas creadas, en una primera como éstas. Es muy importante, pues, disponer, no
fase histórica, como reacción social contra insta- solo de la voluntad política de la participación, sino
laciones contaminantes para los vecinos que las también de las herramientas para hacerla posible
van a tener en su entorno, como centrales ener- en cada campo específico de intervención de las
géticas, nucleares, basureros, aeropuertos, gran- administraciones públicas, como es el caso de las
des líneas de ferrocarril o de transporte de ener- drogas; y algo de ello tenemos ya, aunque a veces
gía eléctrica; y que más tarde, en una segunda algunos parecen olvidarlo (z).
fase, se dirigieron contra dispositivos de atención Otra de las metodologías ya utilizadas
social como cárceles, centros de drogas o incluso también en España –más en concreto, en
hospitales, llegando a constituir un fenómeno Cataluña y en el País Vasco, a principios de los
social conocido con el acrónimo "NIMBY" (x). 2000 (73)– es el de la organización de
Características básicas de este fenóme- Conferencias de Consenso, validadas también en
no serían la oposición entre intereses locales e otros contextos (74), así como las conferencias
intereses generales, el gran impacto mediático internacionales, que permiten fortalecer redes y
que suelen tener sus acciones y el hecho de que consensos sobre el tema: se trata de incorporar la
todos los participantes en el conflicto reconocen discusión sobre las políticas de reducción de
la necesidad de la existencia de dichos dispositi- daños y riesgos a un ámbito progresivamente más
vos, ya que hay un consenso básico con relación amplio de participantes, es decir, no sólo a los
a ello, pero donde no lo hay es respecto al sitio profesionales de drogas y los gestores políticos,
donde se ha decidido ubicarlos, pues las platafor- sino también los usuarios, los familiares, los veci-
mas que se crean contra ellos no los quieren "en nos, etc., dando así el marco participativo para la
la puerta de su casa" (y). elaboración de un conocimiento teórico y prácti-
Para explicarnos la existencia de este tipo co que puede ser de gran utilidad en la aplica-
de movimientos, además del marco general ahora ción de las políticas subsiguientes (aa).
esbozado, tenemos que acudir al elemento de la En realidad, de lo que se trata, creo yo,
participación. En la mayoría de los conflictos, una es de asegurar que las políticas públicas, entre las
de las debilidades del proceso han sido las metodo- que se encuentran las de salud y drogas, que no
logías de gestión de las administraciones. De una se pueden disociar de las otras (empleo, vivien-
forma u otra, solemos encontrar intentos de impo- da, inserción juvenil, asistencia, etc.), se puedan
sición de la instalación del dispositivo del que se elaborar y aplicar con un cierto rigor y eficacia.
trate sin unos procesos previos de participación de Rigor basado en la discusión de las experiencias
los vecinos que se van a ver afectados, de explica- contrastadas desde los distintos ángulos involu-
ción del sentido, alcance y posibles consecuencias crados en el problema, y eficacia basada en un
reales de la instalación, de previsión y control de consenso que permita pensar que la aplicación
las posibles consecuencias no deseadas, en fin, sin de lo que se haya decidido será realizable a tra-
unas negociaciones con ellos de las condiciones en vés de metodologías compartidas.
que el dispositivo se insertará en el barrio y sobre
las posibles contrapartidas que ello puede suponer.
Si todo ello ocurre, además, en un contexto políti- LA NECESARIA "NORMALIZACIÓN" DE
co en el cual el discurso de la participación ciuda- LAS DROGAS
dana es un elemento central, hay que entender las
reacciones negativas, no solo de los sectores que
siempre aprovecharán una situación como ésta Todo lo que he planteado hasta aquí
para enmarañar la situación movilizando a parte de necesita de un marco razonable que lo facilite. Si
POLÍTICAS DE DROGAS: PREVENCIÓN, PARTICIPACIÓN Y REDUCCIÓN DEL DAÑO 311
que pretende dotar a los individuos de cierto sociales de tipo más colectivo que individualista
control sobre sus propias vidas, a partir de la per- o, si quieren, y admitiendo todas las contradiccio-
cepción que tienen sobre los riesgos y la vulnera- nes en el uso de esos conceptos para referirme a
bilidad en que se desarrollan. Pero este control se las políticas de drogas españolas, de orientación
traduciría, desde una perspectiva de economía más socialdemócrata que estrictamente liberal.
política, en una cierta manipulación del merca- Pero ello no cierra la cuestión, ya que
do, omnipresente en la sociedad liberal, que ofre- las políticas de reducción del daño van más allá
cería los productos adecuados para conseguir de las drogas, pues forman parte de una orienta-
esta reducción del daño, lo cual muestra discu- ción emergente de gestión del conflicto que se
tiendo algunos casos de sociedades asiáticas y, puede aplicar a muchos otros sectores de nues-
sobre todo, de Estados Unidos. tras sociedades, recordémoslo, definidas actual-
Si aplicáramos su perspectiva a la socie- mente en gran medida a partir del papel que en
dad española, o a algunos aspectos de la misma ellas juega el riesgo (cc). Orientación, basada en
relacionados con la percepción de los riesgos y "técnicas de gestión" que, según aquellos ele-
vulnerabilidades que, desde muy distintos ángu- mentos que se prioricen, puede concretarse en
los y temáticas, pueden afectar a diferentes secto- políticas tendientes a consolidar la sociedad neo-
res de su población, seguramente podríamos lle- liberal en la que han surgido, o puede significar
gar a conclusiones bastante similares. Pero, en un cuestionamiento de la misma, precisamente
cambio, por lo que he ido planteando hasta aquí, porque se trabaja a partir de "nodos de conflicti-
no parece que esta perspectiva liberal haya pre- vidad" íntimamente ligados a la naturaleza des-
dominado en España, por lo menos en las políti- igual de esta misma sociedad. Finalizaré, pues,
cas de drogas. Quizás sí en el tema del tabaco se con una reflexión que hice hace ya unos años, al
podrían parangonar algunos aspectos de la situa- terminar un artículo sobre este tema, que aquí
ción española a la que él describe en su artículo, solo he podido esbozar:
pero no creo que mucho más. ¿Ocurre esto, sim-
plemente, porque aquí las políticas sociales son Creo, por lo tanto, que las políticas de reducción
más progresistas? No nos olvidemos que, duran- de daños, dentro del contexto de las estrategias
te una gran parte del período histórico analizado, de control social centradas en la gestión del con-
gobernó en España una derecha bastante dura, flicto, constituyen tanto un reto como una posi-
con políticas neoliberales clarísimas; ni que la bilidad. No estamos hablando solo de la renova-
izquierda gobernante (la anterior a 1996, y la ción de prácticas y culturas profesionales (aun-
posterior a 2004) parece estar mucho más cerca que las incluye), sino también de la oportunidad
de un modelo social-liberal que de un modelo de de contribuir al debate ideológico y político
socialdemocracia. ¿Entonces?... –tanto a nivel de las prácticas sociales más coti-
Creo que habrá que afirmar una vez dianas, como de las más macro– acerca de qué
más aquello de que "no hay mal que por bien no tipo de control social queremos impulsar: si nos
venga": en el caso de las drogas, la perspectiva conformamos con la "lógica de la contención"
de la reducción del daño se puso en marcha que tenderá, finalmente, a la reproducción del
–como ocurrió en general en toda Europa, actual sistema social; o si decidimos aprovechar
Australia y ciertas zonas de EE.UU. (33)– a partir la ocasión e intervenir en esta transformación de
de la aparición de la morbimortalidad asociada al las estrategias de control social para orientarlo
VIH-Sida, que afectaba a sectores numéricamen- hacia otro tipo de mundo un poco más vivible
te pequeños de la población, pero con unas prác- para todos sus habitantes. (82 p.448)
ticas y unas imágenes culturales con una gran
repercusión social, por lo que se percibieron
como especialmente necesitados de protección
social y de soluciones efectivas. Creo que fueron
principalmente estos factores los que, hasta ahora
–e insisto, en las políticas de drogas– han permi-
tido que predominen intervenciones e iniciativas
POLÍTICAS DE DROGAS: PREVENCIÓN, PARTICIPACIÓN Y REDUCCIÓN DEL DAÑO 313
a. Este texto está basado en la ponencia presenta- k. Un buen planteamiento de la cuestión, referi-
da en el IX Seminario Iberoamericano sobre do a la salud en general, puede encontrarse en
Drogas y Cooperación: "Hacia una nueva pre- Bartoli (19). Y cuando hablamos de intereses, no
vención", organizado por la Red Iberoamericana se pueden olvidar los referidos al género, bastan-
de ONG que trabajan en Drogodependencias te invisibilizados hasta hace pocos años (20).
(RIOD), en Cartagena de Indias (Colombia), 23-
27 julio 2007. l. Expertos independientes en control de drogas
(como el Transnacional Institute, que se destaca
b. Sobre el rol central de las representaciones por la rigurosidad de sus textos) critican que estos
sociales en la configuración del fenómeno drogas últimos años la ONUDD ha querido "maquillar"
ver Megías et al. (3 p.13-35). reiteradamente sus mismos datos, quizás para
hacer una interpretación más acorde con un dis-
c. Para el desarrollo del Modelo de Autoatención, curso más "humanista" de su último director (29).
ver Menéndez (4 p. 89-95). De todos modos, y desde un análisis político,
este fracaso quizás no es tal si consideramos que
d. Para tener una idea global de la producción el sistema mundial de control de drogas ha aca-
socioantropológica sobre autoatención en bado funcionando como un sistema "hard" de
salud, resulta muy útil acudir a la revisión de control social muy coherente con el mundo "glo-
Haro (5). balizado" en el que se desarrolla (30).
e. Sobre el control social y sus relaciones con las m. Como la estigmatización, que hace muy difí-
drogas, ver Comas D, Romaní O, (6). cil la autorresponsabilización de los usuarios y su
inserción en redes normalizadas; la clandestini-
f. Ver el clásico estudio de Lévi-Strauss (10) sobre dad que promueve el mercado negro, la adultera-
los cora de Panamá. ción de los productos, sus usos en condiciones
poco higiénicas y con técnicas riesgosas, como la
g. Los casos del consumo de azúcar o de pesca- endovenosa; la exacerbación de la represión
do azul en España serían un ejemplo entre sobre los "drogadictos" y los consecuentes pro-
muchos: hace unos treinta años, y a través de blemas de "guetización" de ciertos barrios urba-
campañas institucionales, se nos cantaban las nos, etc., (31,32).
excelencias del primer producto y el segundo no
estaba especialmente recomendado; desde hace n. Para la evaluación internacional de unos de los
unos cuantos años hacia acá, las tornas han cam- programas más ligados a la reducción del daño,
biado, y desde los ministerios y direcciones gene- como son los programas de intercambio de jerin-
rales correspondientes, mientras se recomiendan guillas, ver Wodak y Cooney (36), y sobre los
restricciones al consumo de azúcar, se postula problemas suscitados por este mismo tipo de pro-
vivamente el consumo de pescado azul. gramas en otras dos grandes zonas del mundo,
ver Aceijas et al. (37).
h. Hablamos de educación en el sentido del avan-
ce conjunto del grupo con el especialista en la o. Resaltamos el contraste entre las dos cosas,
adquisición de conocimientos y habilidades que no esto último, que es común a muchos otros
les permitan enfrentar el problema planteado. lugares del mundo; se trata de una información
obtenida de comunicaciones personales de
i. El tema de las campañas ha sido muy discuti- varios de los principales profesionales brasile-
do, incluso por algunos de los que más las han ños implicados en este trabajo, en el "1º
practicado: en un seminario sobre el tema en el Seminário Nordestino Sobre Redução de Danos
que participé hace ya unos años, en una cono- Relacionados ao Consumo de Álcool e Outras
cida fundación de ayuda contra la drogadicción, Drogas", celebrado en Pernambuco, el 14-16 de
se aceptaba mayoritariamente que la utilidad de diciembre de 2005.
las campañas masivas radicaba, sobre todo, en
identificar a la institución que las realiza. Así, p. Nos referimos a los exitosos programas de
consideraban que ésta estaba en mejor posición reducción de las tasas de VIH y otras enfermeda-
para luego proceder a trabajos más específicos, des infecciosas logradas a través de los progra-
y por lo tanto más eficaces, con poblaciones mas del CETADE, dirigido por Antonio Nery, y la
diana más concretas como médicos, educado- Alianza de Reducción de Daños Fátima
res, familiares, usuarios, etc. Cavalcanti, dirigida por Tarcisio de Andrade, liga-
das ambas a la Universidad Federal de Bahía.
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SALUD COLECTIVA, Buenos Aires, 4(3):301-318, Septiembre - Diciembre, 2008
q. El cual, junto con la ONG Apdes, desarrollan el trabajo de campo, en que el de la prostitución
interesantes programas de calle, como el GIRU- era un tema estelar de la agenda mediático-política.
GAIA. Como ejemplo de su enfoque teórico ver
Fernández y Pinto (51). x. "Not In Mi Back Yard", o sea, "no en mi patio
trasero" o, en traducción más libre, "no en la
r. Pueden verse los datos en el Informe 2002 (52) puerta de mi casa". Cuando hablo de fases es
del Plan Nacional Sobre Drogas y en la serie de para diferenciar contra lo que se reacciona, lo
informes anuales del Observatorio Español de que no quiere decir que en estos momentos no
Drogas del PNSD (26) donde se percibe clara- coincidan en el tiempo reacciones características
mente tanto el incremento de los Programas de de la primera y segunda fase.
Reducción del Daño, como el descenso, ya sea
de la mortalidad, ya de las más importantes mor- y. Sobre el fenómeno NIMBY en España, ver
bilidades asociadas al consumo endovenoso de Alberdi et al. (68) y Nel.lo, (69). También se
ciertas drogas. puede consultar un video de Grup Igia sobre el
tema (70). Ver asimismo el reciente análisis reali-
s. Por ejemplo, el de Díaz et al. (53), o el de zado sobre el fenómeno en EE.UU., con relación
Gamella y Roldán (54 p.17-24), cuando explican precisamente a los programas de intercambio de
el contexto del incremento de consumos como el jeringuillas, en Tempalski et al. (71).
de la cocaína, o del surgimiento de otros, como
el éxtasis. Es el mismo tipo de reacción al que se z. En el caso de las aportaciones de Grup Igia al
refiere Bourgois (55) en barrios de EE.UU. respecto, me refiero al curso "COMETA, preven-
ción de conflictos comunitarios asociados a la
t. Además de las referencias citadas en la nota implantación de servicios y programas de drogo-
final k, ver al respecto las evaluaciones de varios dependencias". Tanto de éste, como de los mate-
centros de este tipo en De Andrés et al. (56), en riales citados anteriormente, se puede obtener
Romaní y Goldberg (57) y en Romo y Póo (58), información sobre ellos en la página web de
en este último caso, sobre el primer programa de Grup Igia (72).
dispensación de heroína español, realizado en
Granada. aa. Se trata de las que organiza el IHRA o, a nivel
del ámbito iberoamericano y la Europa del Sur,
u. Siguiendo la sistematización de las mismas las Conferencias Latinas de Reducción de Daños
que expuse hace unos años, como se puede ver (CLAT) que organiza Grup Igia bianualmente
en Romaní (59). desde el 2001, y en las que participan todos los
grupos de este ámbito citados en el texto.
v. A partir de algunas de ellas, realizadas desde
Grup Igia, con la colaboración del PNSD y de bb. No puedo extenderme ahora respecto a la
diversas comunidades autónomas del Estado argumentación de este tema, que varios autores
Español, hemos sacado una publicación que es hemos desarrollado en trabajos anteriores, como
una guía de orientación para cierto tipo de inves- por ejemplo González et al. (13), o Grup Igia
tigaciones cualitativas (65), así como algunos (75).
materiales más específicamente formativos (66).
cc. Basta citar, al respecto, desde los primeros
w. Aquí los autores reconocen que las respuestas planteamientos de Douglas y Wildavsky (79), al
pueden estar condicionadas por la moda y la ya clásico de Beck (80), o los más recientes de
influencia mediática del momento en que se hizo Tulloch y Lupton (81).
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