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La palabra Geopolítica como tal (en alemán Geopolitik) fue introducida por el profesor sueco de
historia y ciencias políticas, Rudolf Kjellen, y usada en su obra El Estado como manifestación de la
vida (1916). En dicho libro el autor define a la Geopolítica como: “la ciencia que concibe al Estado
como un organismo geográfico o como un fenómeno en el espacio”. Hay que reconocer que esta
definición se referiría al Estado considerándolo como un organismo vivo, el cual se expresa a
través de los siguientes aspectos: el territorio, el pueblo, la economía, la sociedad y el gobierno
(Lara Hernández, 2010). Otras definiciones de esta disciplina pueden ampliar algunos aspectos de
lo dicho, pero la definición básica nos define que se trata del: “Análisis de las influencias
geográficas sobre las relaciones de poder en la política internacional”.
Es así como las naciones comenzaron a construir bloques comerciales con el ánimo de
incrementar su panorama comercial, romper las fronteras a través de los tratados comerciales y
hacer uso de sus ventajas comparativas y competitivas.
Ventajas comparativas
Teoría desarrollada por David Ricardo cuyo postulado básico es que, aunque un país no tenga
ventaja absoluta en la producción de ningún bien, le convendrá especializarse en aquellas
mercancías para las que su ventaja sea comparativamente mayor o su desventaja
comparativamente menor.
Ventajas competitivas
Cualquier característica de una empresa que la distingue del resto y la sitúa en una posición
superior para competir. Las ventajas competitivas básicas son el liderazgo en costes y la
diferenciación de productos.
Esto libera el comercio, se abren las fronteras, se comienza con la disminución o regulación de las
tarifas arancelarias y el mundo comienza a negociar, a establecer medidas comerciales, a crear
acuerdos, beneficios arancelarios, pactos etc.
1. Barreras arancelarias
a. Aranceles: Los aranceles son impuestos que se cobran sobre los productos que se
importan hacia un país; aquellos pueden ser específicos y ad valorem.
Los aranceles específicos son valores fijos en dinero que se cobran por unidad física del producto
importado: por ejemplo, las autoridades pueden cobrar como arancel por tonelada de maíz el
equivalente a 10 dólares. Es importante destacar que el valor del arancel (10 dólares) no varía
cuando cambia el precio de la tonelada de maíz.
Los aranceles ad valorem, entre tanto, son impuestos que se cobran aplicando tasas porcentuales
sobre el valor del bien importado: por ejemplo, el gobierno puede establecer un arancel ad valorem
para el maíz de 15%, independientemente del volumen que se importe; así, si se importa una
tonelada de maíz que vale 500 dólares, y el arancel ad valorem es de 15%, se deberá pagar 75
dólares. A diferencia de lo que sucede con los aranceles específicos, en este caso el arancel
pagado varía con el valor del bien importado.
Los gobiernos de muchos países restringen las importaciones hacia sus economías utilizando
instrumentos como las salvaguardias y los derechos antidumping, instrumentos que han sido
concebidos para corregir situaciones irregulares en el comercio internacional, pero en muchos
casos se usan como simples medidas de protección; en este sentido, no se trata de restricciones
arancelarias al comercio propiamente dichas, aunque cada vez se usan más como tales.
La salvaguardia consiste en un arancel o una cuota que se aplica a las importaciones de un sector
económico que atraviesa por una difícil situación, para poder aplicarla, el gobierno, por lo general,
debe demostrar que las importaciones son las causantes de esa situación y además debe
compensar al país afectado con la medida. De otro lado, los derechos antidumping son un costo
adicional que un gobierno impone a los productos importados de un sector, cuando demuestra que
el país exportador está vendiéndolos a un precio menor que lo que le costó producirlos, práctica
que en economía se conoce como dumping.
Tratando de contrarrestar estos fenómenos y utilizando mecanismos de defensa que en algunos
casos resultan ineficaces por el mismo dinamismo del comercio internacional se comienzan a
establecer parámetros y controles conocidos como las normas de origen.
Normas de origen
Por normas de origen se entienden todas aquellas disposiciones jurídicas de efecto general que
vinculan a una mercancía con un determinado país o zona de integración. Aplicando de manera
analógica el concepto de nacionalidad a los intercambios comerciales internacionales estaríamos
hablando de la «nacionalidad económica» de un producto.
Las normas de origen son las acordadas por los países que suscriben acuerdos y tratados
comerciales o las que son definidas por países en forma unilateral, con el fin de favorecer el
comercio de países en desarrollo. El cumplimiento de estas normas asegura el aprovechamiento
de los beneficios arancelarios de productos originarios y procedentes de los países participantes
del acuerdo o beneficiarios del esquema comercial.
Las normas de origen establecidas por los países o acuerdos regionales otorgantes de
preferencias arancelarias tienen tres elementos principales: Criterios de origen, condiciones de
expedición y pruebas documentales.
1. criterios de origen
Los criterios de origen se pueden definir en dos vías. Por una parte, se puede encontrar que el
producto es extraído, nacido, cosechado o totalmente obtenido sin la participación de elementos
importados o de origen desconocido. Otro caso que se puede presentar es que el producto sea
fabricado con materias primas, partes o componentes importados, además de insumos nacionales.
Cuando se presenta esto, para que el producto califique como originario debe haber sido objeto de
una transformación importante que lo convierta en un producto terminado con fines y usos
completamente diferentes de las materias primas, partes y demás materiales importados.
2. condiciones de expedición
Las condiciones de expedición se refieren a la norma en virtud de la cual los productos originarios
deben transportarse directamente del país exportador, al país de destino. Sin embargo, en ciertos
casos es permitido el tránsito por el territorio de terceros países siempre y cuando no sufran en
éstos operaciones diferentes a las de cargue y descargue, fraccionamiento de embalajes,
reembalajes, simple almacenamiento o cualquier operación necesaria para mantenerlos en buenas
condiciones.
3. pruebas documentales
Este formato tiene aplicación en la Unión Europea, Turquía, Guadalupe, Martinica, Guyana
Francesa, USA, Canadá, noruega, Suiza, Europa Oriental y Japón.
Este formato es requerido para las exportaciones colombianas realizadas en el marco de la ley de
preferencias arancelarias andinas ATPA de los Estados Unidos de América.
Establecido para Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, Chile, México, Paraguay, Perú,
Uruguay y Venezuela. Para este caso el certificado de origen debe ser expedido en la misma fecha
o dentro de los sesenta días siguientes a la fecha de emisión de la factura comercial y tiene una
validez de 180 días.
Este formato rige solo para exportaciones colombianas con destino a México y su validez es de un
año.
El certificado de origen para Chile debe ser expedido en la misma fecha de la factura comercial o
dentro de los sesenta días siguientes.
Para exportaciones colombianas con destino a Barbados, Guyana, Jamaica y Trinidad y Tobago,
con validez de 180 días contados a partir de la fecha de su expedición.
Éste aplica para las exportaciones con destino a Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay. Su
expedición debe hacerse en la misma fecha de la factura comercial o dentro de los sesenta días
siguientes a ésta.
Este certificado se utiliza para la exportación de productos colombianos que no estén negociados
en acuerdos firmados por Colombia. Se utiliza con fines administrativos y no sirve para reclamar
una preferencia arancelaria.
Bajo este panorama internacional regulado por la organización mundial de aduanas (OMA) se
crean en acuerdo general de valoración aduanera los siguientes métodos de valoración:
El precio realmente pagado o por pagar es el pago total que por las mercancías importadas haya
hecho o vaya a hacer el comprador al vendedor o en beneficio de éste e incluye todos los pagos
hechos como condición de la venta de las mercancías importadas por el comprador al vendedor, o
por el comprador a una tercera parte para cumplir una obligación del vendedor.
Prueba de la venta
Debe existir prueba de una venta para la exportación al país de importación (es decir, facturas
comerciales, contratos, pedidos, etc.).
No deben existir restricciones a la cesión o utilización de las mercancías por el comprador, con
excepción de las que: - imponga o exija la legislación del país de importación; - se limiten al
territorio geográfico donde puedan revenderse las mercancías; - no afecten sustancialmente al
valor de las mercancías.
El valor de transacción se calcula de la misma manera con respecto a mercancías idénticas, que
han de responder a los siguientes criterios:
- ser iguales en todos los aspectos, con inclusión de sus características físicas, calidad y prestigio
comercial;
Para que pueda aplicarse este método, las mercancías deben haberse vendido al mismo país de
importación que las mercancías objeto de valoración. Deben también haberse exportado en el
mismo momento que las mercancías objeto de valoración, o en un momento aproximado.
Excepciones
Se admiten algunas excepciones, en particular:
La definición excluye las mercancías importadas que incluyen trabajos de ingeniería, trabajos
artísticos, etc. suministrados por el comprador al productor de las mercancías gratis o a precio
reducido, realizados en el país de importación y que no hayan sido objeto de un ajuste.
El valor de transacción se calcula de la misma manera con respecto a mercancías similares, que
han de responder a los siguientes criterios:
- que sean muy semejantes a las mercancías objeto de valoración en lo que se refiere a su
composición y características;
- Que puedan cumplir las mismas funciones que las mercancías objeto de valoración y ser
comercialmente intercambiables;
- Que se hayan producido en el mismo país y por el mismo productor de las mercancías objeto de
valoración. Para que pueda utilizarse este método, las mercancías deben haberse vendido al
mismo país de importación que las mercancías objeto de valoración. Deben también haberse
exportado en el mismo momento que las mercancías objeto de valoración, o en un momento
aproximado.
Valor deductivo
Deducción del valor a partir del precio a que se venda la mayor cantidad total
En el Acuerdo se dispone que, cuando no pueda determinarse el valor en aduana sobre la base del
valor de transacción de las mercancías importadas o de mercancías idénticas o similares, se
determinará sobre la base del precio unitario al que se venda a un comprador no vinculado con el
vendedor la mayor cantidad total de las mercancías importadas, o de otras mercancías importadas
que sean idénticas o similares a ellas, en el país de importación. El comprador y el vendedor en el
país importador no deben estar vinculados y la venta debe realizarse en el momento de la
importación de las mercancías objeto de valoración o en un momento aproximado. Si no se han
realizado ventas en el momento de la importación o en un momento aproximado, podrán utilizarse
como base las ventas realizadas hasta 90 días después de la importación de las mercancías objeto
de valoración.
Valor reconstruido
Con arreglo al valor reconstruido, que es el método más difícil y menos utilizado, el valor en
aduana se determina sobre la base del costo de producción de las mercancías objeto de valoración
más una cantidad por concepto de beneficios y gastos generales igual a la reflejada habitualmente
en las ventas de mercancías de la misma especie o clase del país de exportación al país de
importación. El valor reconstruido es la suma de los siguientes elementos:
El costo o valor de los materiales y de la fabricación u otras operaciones efectuadas para producir
las mercancías importadas. El valor de los materiales incluirá, por ejemplo: materias primas tales
como madera, acero, plomo, arcilla, textiles, etc.; gastos en que se haya incurrido para llevar las
materias primas al lugar de producción; subconjuntos, como circuitos integrados; y elementos
prefabricados que finalmente hayan de armarse. Los gastos de fabricación incluirán el costo de la
mano de obra, los gastos de montaje cuando se trate de una operación de montaje en vez de un
proceso de fabricación, y gastos indirectos en concepto, por ejemplo, de supervisión y
mantenimiento de las fábricas, horas extraordinarias, etc. El costo o valor se determinará sobre la
base de la información relativa a la producción de las mercancías objeto de valoración,
proporcionada por el productor o en su nombre. De no estar incluidos supra, se añadirán el costo
de los embalajes y los gastos conexos, los servicios auxiliares, los trabajos de ingeniería, los
trabajos artísticos, etc. realizados en el país de importación.
Los beneficios y gastos generales reflejados habitualmente por los productores del país de
importación en las ventas de mercancías de la misma especie o clase del país de exportación al
país de importación, sobre la base de información facilitada por el productor. Se entiende por
mercancías de la misma especie o clase las mercancías comprendidas en el grupo o gama de
productos producidos por un determinado sector o rama de producción, que comprenden las
mercancías idénticas o similares. La cantidad en concepto de beneficios y gastos generales ha de
considerarse como un todo (es decir, la suma de ambos conceptos). Los gastos generales podrían
incluir los gastos de alquiler, electricidad, suministro de agua, gastos jurídicos, etc.
Por último, deberán añadirse al precio otros gastos: el costo del transporte de las mercancías
importadas hasta el puerto o lugar de importación; los gastos de carga, descarga y manipulación
ocasionados por el transporte de las mercancías importadas hasta el puerto o lugar de importación;
y el costo del seguro.
Cuando el valor en aduana no pueda determinarse por ninguno de los métodos citados
anteriormente, podrá determinarse según criterios razonables, compatibles con los principios y las
disposiciones generales del Acuerdo y del artículo VII del GATT de 1994, sobre la base de los
datos disponibles en el país de importación. En la mayor medida posible, este método deberá
basarse en los valores y métodos determinados anteriormente, con una flexibilidad razonable en su
aplicación.
Con arreglo al método de última instancia, el valor en aduana no deberá basarse en:
- el precio de mercancías en el mercado interno del país de exportación (la valoración sobre esta
base sería contraria al principio enunciado en el preámbulo del Acuerdo de que “los procedimientos
de valoración no deben utilizarse para combatir el dumping”);
- un costo de producción distinto de los valores reconstruidos que se hayan determinado para
mercancías idénticas o similares (la valoración debe realizarse sobre la base de los datos
disponibles en el país de importación);
- valores en aduana mínimos (a menos que un país en desarrollo se haya acogido a la excepción
que permite la utilización de valores mínimos);
- valores arbitrarios o ficticios (esta prohibición se refiere a sistemas que no basen sus valores en lo
que en realidad ocurre en el mercado, reflejado en los precios, ventas y costos reales; han de
excluirse también los motivos de la importación o venta de las mercancías).