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Niveles Ytipo de Autismo
Niveles Ytipo de Autismo
OPTATIVA DE PROFUNDIZACION
TRABAJO INVESTIGACION
UNIDAD II
C.I.: 12.686.290
El autismo es un trastorno de tipo neurológico que dura toda la vida por lo general. Son
varios los niveles o grados de autismo que existen, clasificándose en un espectro,
también conocidos como trastornos generalizados del desarrollo, que conforman un
grupo de alteraciones que empiezan a edad temprana, caracterizados por dificultades
para expresarse socialmente.
Dentro de los niveles o grados de autismo existentes, son comunes las alteraciones en
las habilidades para comunicarse, la interacción social, actividades, intereses y
conductas. Sin embargo no en todos los casos se manifiesta de la misma manera por eso
son varios los niveles de autismo.
El autismo es un trastorno mental que se caracteriza por ocasionar un grave déficit del
desarrollo, profundo y permanente, que en muchos casos produce la incapacidad
de interacción social, el aislamiento y las estereotipias (movimientos incontrolados de
alguna extremidad, generalmente las manos).
Este es el grado más profundo de los trastornos del espectro autista y el más conocido
por la mayoría de las personas. Fue descrito desde el año 1941 por Leo Kanner, quien le
dio el nombre de Autismo Infantil Precoz, convirtiéndose en el primer trastorno en
englobar a todos los niños con características del espectro autista, sin realizar distinción
de síntomas o gravedad. Hoy se conoce simplemente como trastorno autista e incluye a
los niños con las manifestaciones más profundas.
Para diagnosticar a un niño con un trastorno autista de grado 1 es necesario que no haya
desarrollado su lenguaje y tienda a evitar la mirada y aislarse del mundo. También debe
presentar movimientos estereotipados que resultan raros y no tienen un objetivo
definido. Además, debe manifestar una gran incapacidad para expresar las emociones y
mantener una esfera de intereses y actividades muy reducida.
A partir de esta regresión, el niño comienza a manifestar los mismos síntomas que se
aprecian en el trastorno autista pero con una intensidad menor. De esta manera, es
frecuente que el niño pierda el lenguaje adquirido y su capacidad para comunicarse de
forma adecuada con los demás niños y adultos de su entorno. Además, suelen aparecer
también conductas repetitivas que incluyen estereotipias motoras y manierismos, a la
vez que se comienzan a aislar del mundo que los rodea.
GRADO 3. AUTISMO DE ALTO FUNCIONAMIENTO
Se trata del tipo de autismo más ligero porque no suele manifestar síntomas agudos o
profundos, al menos al inicio del trastorno. A diferencia de los otros dos tipos de
autismo, en este caso el niño desarrolla un lenguaje aparentemente normal, sus procesos
cognitivos también se mantienen dentro de la norma y si cuenta con ayuda, incluso
puede matricularse en un colegio normal.
Inclúyeme.com Conoce los tipos o grados de autismo que hay José García In Blog
Posted marzo 13, 2017 at 2:20 pm
1. TRASTORNO AUTISTA
2. TRASTORNO ASPERGER
También se caracteriza por una alteración en las interacciones sociales y la presencia de
actividades e intereses restringidos.
4. TRASTORNO DE RETT
PSICOLOGÍA CLÍNICA
Los trastornos del espectro autista (TEA) son un conjunto de trastornos del desarrollo,
con síntomas que suelen ser crónicos y que pueden ser de leves a graves. 1 de cada 100
niños puede parecer algún tipo de trastorno del espectro autista, aunque investigaciones
recientes realizadas en Estados Unidos afirman que el TEA tiene una prevalencia de un
68%.
De manera general, el TEA se caracteriza por la alteración de la capacidad del individuo
de comunicarse y entablar relaciones sociales. Es un trastorno complejo que afecta al
desarrollo del individuo que lo padece y, generalmente, suele ser diagnosticado
alrededor de los los 3 años.
Existen distintos tipos de trastorno del espectro autista. Ahora bien, esta
clasificación ha sufrido alguna modificación con la publicación del Manual Diagnóstico
Estadístico de los Trastornos Mentales(DSM-V). A continuación repasaremos los
distintos subtipos de TEA y los cambios reflejados en el DSM-V en sus últimas
ediciones.
Éste es el trastorno que la mayoría de individuos asocia con el trastorno del espectro
autista, y recibe en nombre de Síndrome de Kanner en relación con el Dr. Kranner, un
médico que estudió y describió esta condición en los años 30.
Los sujetos con autismo poseen una una limitada conexión emocional con los demás, y
parece que estén inmersos en su propio mundo. Son más propensos a mostrar
comportamientos repetitivos, por ejemplo, pueden organizar y reorganizar el mismo
grupo de objetos, hacia adelante y atrás durante períodos prolongados de tiempo. Y son
individuos altamente sensibles ante estímulos externos como sonidos.
Es decir, pueden estresarse o agitarse cuando se expone a ruidos específicos, luces
brillantes o sonidos o, por otro lado, van a insistir en el uso de determinadas prendas de
vestir o colores o van a querer ubicarse en determinadas zonas de la habitación sin
ningún motivo aparente.
Para saber más sobre la sintomatología del autismo y algunos aspectos menos
conocidos, puedes leer nuestro artículo: "Autismo: 8 cosas que no conocías sobre este
trastorno"
2. Síndrome de Asperger
Este trastorno, normalmente referido como Síndrome de Heller, suele aparecer sobre los
2 años, aunque puede no diagnosticarse hasta pasados los 10 años.
Es similar a los TEA anteriores porque afecta a las mismas áreas (lenguaje, función
social y motricidad), aunque se diferencia de éstos en su carácter regresivo y repentino,
lo que puede provocar que incluso el propio sujeto se de cuenta del problema. Los
individuos con Síndrome de Heller pueden tener un desarrollo normal hasta los 2 años,
y pasado este tiempo sufrir la sintomatología característica de este trastorno. Distintos
estudios concluyen que este trastorno es entre 10 y 60 veces menos frecuente que el
autismo. Sin embargo, su pronóstico es peor.
Cuando los síntomas clínicos que presenta el sujeto con trastorno del espectro autista
son demasiado heterogéneos y no encajan en su totalidad con los tres tipos anteriores, se
emplea la etiqueta diagnóstica de “trastorno generalizado del desarrollo no
especificado”.
El sujeto con este trastorno se caracteriza por tener un déficit de reciprocidad social,
problemas severos de comunicación y la existencia de intereses y actividades peculiares,
restringidas y estereotipadas.
Cabe destacar que si el resto de tipos de autismo ya son diversos de por sí, en esta
última categoría aún es más importante tener en cuenta las características únicas de cada
individuo, y no caer en la trampa de dejar que la etiqueta explique completamente a la
persona. Este sistema de clasificación es tan solo una ayuda que permite apoyarse en
una serie de conceptos para comprender mejor esta condición, pero que no agota todas
las explicaciones posibles sobre lo que está experimentando cada persona ni lo que esta
necesita.
Algo que hay que tener en cuenta acerca de los diferentes tipos de autismo es que es
muy complicado estudiarlos sin caer en sesgos. Por ejemplo, resulta problemático
investigar acerca de los patrones de comunicación de las personas autistas utilizando
para ello su capacidad para interpretar las emociones plasmadas en la expresión de los
ojos, dado que tienden a no fijarse en esa parte de la cara. Así, la inhabilidad para
interpretar esas expresiones no significa exactamente que no sepan interpretar las
emociones de los demás, sino que no saben hacerlo de esa manera concreta, pero quizás
sí utilizando otros modos para ello.
Referencias bibliográficas:
Es difícil definir prototipos concretos de autismo, pues dos personas con este
desorden pueden ser muy diferentes entre sí. No es lo mismo un autismo leve que
severo o su desarrollo en niños, adolescentes o adultos.
Son percibidos como excéntricos, con falta de habilidades sociales y, por tanto, tienen
poco éxito en este aspecto.
En cuanto a su conducta, se caracteriza por ser rígida e inflexible de forma que interfiere
con su vida normal. Les cuesta organizarse y planificar lo que van a hacer, al igual que
alternar ciertas actividades.
Un ejemplo puede ser aquella persona que interactúa con los demás muy raramente y
con objetivo de paliar ciertas necesidades. Sólo responde a una interacción social muy
directa e insistente y puede sólo emitir unas pocas palabras inteligibles.
Parece ser que se vincula con frecuencia al autismo y normalmente se controla con
fármacos como las benzodiacepinas. En un estudio del 2000 de la British Journal of
Psychology se indica que los síntomas catatónicos parecen agravarse con la edad.
AUTISMO INFANTIL
Surge antes de los 3 años y se asocia con una falta de respuesta ante las emociones de
los demás, comportamiento fuera del contexto social, y falta de integración social,
emocional y comunicativa.
No utilizan el lenguaje socialmente, sino algunas palabras con objetivo de conseguir
algo más bien, es como si no tuvieran necesidad alguna de relacionarse con otras
personas.
Sus características son las que antes hemos descrito, aunque aquí ponen de ejemplo
apego a objetos extraños y actividades rutinarias persistentes en forma de rituales que
aparentemente no tienen sentido. Además, se preocupan de manera estereotipada sobre
horarios, cantidades, fechas, olores, texturas de los objetos o trayectos sin ningún fin
concreto.
Su dificultad para adaptarse a los cambios puede hacer que se sientan incómodos
incluso cuando se cambia la decoración de la casa o algún mueble de sitio.
Otros síntomas asociados son temores, fobias, trastornos alimentarios, trastornos del
sueño, agresividad, autoagresiones y falta de creatividad.
Por fortuna existen ciertas pautas para tratar a niños autistas, como pueden ser
actividades o juegos, con los que se desarrollan positivamente a la par que se divierten.
AUTISMO ATÍPICO
El autismo atípico se diferencia del autismo en que aparece después de los 3 años de
edad o que no cumple algún criterio para el diagnóstico del autismo. Siendo éstos
dificultades en 1 o 2 de estas áreas: interacción social, trastorno de la comunicación y
comportamientos estereotipados, repetitivos y restrictivos.
SÍNDROME DE ASPERGER
Sin embargo, estos individuos pueden tener capacidades excelentes para ciertas tareas,
llamadas “islas de competencia”: como hacer cálculos, memorizar fechas o tocar algún
instrumento.
SÍNDROME DE RETT
Es una enfermedad rara que supone un trastorno del desarrollo del sistema nervioso. Se
caracteriza por problemas en la motricidad (movimientos y tono muscular), en el
funcionamiento cognitivo y en la interacción social. Y sus síntomas comienzan a
observarse sobre los dos años de edad.
También conocido como psicosis desintegrativa, es una condición rara que aparece
sobre los 3 años o más de vida.
Es más habitual en niños y suele afectar a 1 de cada 100 000 nacidos. Destaca por
déficits en el desarrollo del lenguaje, en la interacción social y a nivel motor.
También se llama “autismo atípico”. Aquí entran aquellas personas que cumplen la
mayoría de los criterios para el trastorno autista o síndrome de Asperger, pero no todos
los necesarios para que se les haga ese diagnóstico.
Normalmente son individuos con síntomas más leves de autismo, que afectan a las
relaciones sociales y a la comunicación principalmente. También pueden incluirse aquí
las personas con actividades, costumbres o intereses inflexibles, peculiares,
estereotipados y limitados.
Existía mucha controversia sobre esto, por ello, estos posibles tipos de autismo que aquí
destacamos fueron eliminados en la nueva versión del Manual diagnóstico y estadístico
de los trastornos mentales (DSM-V) para encajarlos como “Trastornos del Espectro
Autista”.
En multitud de formas, como puede ser: fracaso en la interacción social (no se relaciona
adecuadamente con los demás), falta de inicio de conversaciones, ausencia o déficits en
la comunicación no verbal, no mira a la persona que le habla, parece que sus
expresiones faciales están fuera de contexto y no comprenden las emociones de los
demás.
CONDUCTAS REPETITIVAS
Sin embargo, hay ciertos elementos comunes; como una percepción alterada del medio
externo de forma que pueden tener mucha sensibilidad para unos estímulos, mientras
que son insensibles para otros.
Hay estudios que afirman que el autismo ya podría predecirse a muy corta edad, casi
después del nacimiento.
Los bebés normalmente muestran preferencia por las figuras humanas, dirigiendo su
mirada hacia éstas. Concretamente miran los rostros y pueden fijar su atención en
nosotros si le hablamos. Éste es un importante mecanismo innato que nos permite
sobrevivir al establecer fuertes vínculos con nuestros protectores.
En cambio, en los bebés con autismo la atención está repartida por igual en todos los
elementos del entorno. Ven a las personas como un objeto más del ambiente, sin darles
prioridad.
Si tienes interés por este síndrome, no te pierdas nuestro artículo de 40 películas para
entender mejor el autismo.
Referencias
Información
Especialistas
Preguntas y Respuestas
Qué es
Causas
Síntomas
Prevención
Tipos
Diagnóstico
Tratamientos
Otros datos
Qué es
Los trastornos del espectro autista (TEA) se encuadran dentro de los trastornos del
neurodesarrollo y se caracterizan por las alteraciones relacionadas con la comunicación
y la interacción social, así como por presentar intereses fijos y conductas repetitivas.
Hace unos años se diferenciaban distintos tipos de autismo, pero ahora se tiende a
considerarlos en su conjunto y distinguirlos en función de su gravedad y de las
habilidades a las que afectan. Partiendo de esa base, tal y como explica José Ángel
Alda, jefe de Sección de Psiquiatría Infanto-Juvenil del Hospital Sant Joan de Déu, de
Barcelona, "lo que se valora es, sobre todo, si hay discapacidad intelectual porque
muchas personas con TEA tienen problemas en este área".
También se evalúa si existen problemas del lenguaje y si hay una afección médica
asociada. Alda reconoce, no obstante, que en muchos casos se sigue hablando de
síndrome de Asperger para referirse a aquellas personas con TEA "con nivel intelectual
alto", pero con rasgos distintivos como una escasa interacción social con los iguales.
Prevalencia
No existen cifras oficiales de prevalencia de los TEA en España, pero se estima que
podrían llegar a afectar a 450.000 personas. Hay muchos más niños y hombres que
niñas con TEA. Podría deberse a que la enfermedad afecta más al sexo masculino que al
femenino, pero cada vez parece más claro que ha habido un alto infradiagnóstico en las
mujeres.
Causas
"En la actualidad no es posible determinar una causa única que explique la aparición del
Trastorno del Espectro del Autismo (TEA), pero sí la fuerte implicación genética en su
origen", según explican desde la Confederación Autismo España. "La gran variabilidad
presente en este tipo de trastornos apunta también a la relevancia que puede tener la
interacción entre los distintos genes y diferentes factores ambientales en el desarrollo
del TEA, pero por el momento, estos elementos no se encuentran claramente
identificados, y aún es necesaria mucha investigación al respecto".
Tampoco se sabe con certeza (salvo en casos muy concretos en los que se han
identificado los genes responsables) en qué medida ese origen genético es hereditario
(transmitido de generación en generación) o accidental (como consecuencia de una
lesión genética producida en el momento de la fecundación o durante la gestación).
Síntomas
En los trastornos generalizados del desarrollo, como los TEA, se suele producir una
amplia alteración de diversas funciones. De forma muy resumida, se podrían destacar
los siguientes síntomas:
Movimientos corporales estereotipados.
Prevención
Debido al desconocimiento de las causas del autismo, en la actualidad es virtualmente
imposible prevenir su aparición. No obstante, un diagnóstico precoz, tener conocimiento
de la enfermedad y, sobre todo, un entorno familiar comprometido con el problema,
contando con la ayuda de los profesionales adecuados, puede contribuir de forma muy
significativa al bienestar de las personas con TEA.
Tipos
En consonancia con el manual de diagnóstico de los trastornos mentales de la
Asociación Americana de Psiquiatría, el DSM-5, en la actualidad se tiende a abandonar
la clasificación de los TEA en síndrome de Rett, síndrome de Asperger,trastorno
desintegrado infantil o síndrome de Heller y trastorno generalizado del desarrollo no
especificado.
Esas etiquetas o subgrupos no encajaban con la consideración del autismo como
un continuum o espectro, en el que no siempre se pueden separar, por ejemplo, los
síntomas sociales de los de comunicación, ya que se superponen.
Diagnóstico
Los TEA pueden ser difíciles de diagnosticar, porque no existen pruebas médicas, como
los análisis de sangre, que ayuden a confirmar estos trastornos. Para hacer un
diagnóstico, los profesionales evalúan aspectos como la conducta del niño y su
desarrollo.
A veces se pueden detectar a los 18 meses o antes. Hacia los dos años de edad, el
diagnóstico que haga un especialista se puede considerar bastante fiable. Sin embargo,
muchos niños no reciben un diagnóstico definitivo sino hasta que tienen más edad y no
son pocos los casos en los que el problema se detecta en la edad adulta. Cuando hay
discapacidad intelectual asociada se suele detectar antes el trastorno.
Señales de alarma
Hay una serie de señales de alarma que pueden hacer recomendable una valoración
exhaustiva del desarrollo del niño.
Hacia los 12 meses de edad
No balbucea.
No hace gestos como saludar con la mano, señalar para pedir alguna cosa o mostrar
objetos.
No responde a su nombre.
Los expertos de Autismo España resaltan que todo lo anterior es meramente orientativo
y que cualquiera de esas señales, considerada de forma aislada, no tiene valor
diagnóstico. "También se recomendaría una valoración exhaustiva del desarrollo si a
cualquier edad parece que el niño o la niña pierde habilidades que ya había conseguido,
como el balbuceo o las primeras palabras", agregan.
Tratamientos
No hay cura para el TEA; acompaña al individuo a lo largo de toda su vida. Las terapias
e intervenciones conductuales están diseñadas para minimizar los síntomas específicos y
pueden aportar una mejoría sustancial de la calidad de vida. El plan de tratamiento ideal
coordina las terapias e intervenciones que cubren las necesidades específicas de los
niños a nivel individual. El tipo de intervención más efectiva es la psicoeducativa,
proporcionada por psiquiatras, psicólogos, pedagotos, logopedas...
El tratamiento precoz mejora significativamente los síntomas en muchos casos y es
esencial para que los niños desarrollen habilidades sociales y adapten su
comportamiento. De hecho, un diagnóstico tardío está relacionado con la aparición de
problemas asociados como trastornos de la alimentación, ansiedad o depresión.
Medicamentos
En el tratamiento de los TEA no se utilizan fármacos salvo en casos muy contados y
solo para controlar las posibles complicaciones. José Ángel Alda, psiquiatra infanto-
juvenil del Hospital Sant Joan de Deu, de Barcelona, pone como ejemplo el
antipsicótico risperidona "en niños que presenten problemas de comportamiento más
autismo".
En cualquier caso, no existen fármacos que traten de forma específica los TEA.
Otros datos
La actitud de los padres es clave para el bienestar de las personas con TEA. En opinión
de Noemí Velamazán, "lo más importante es que los padres (como con cualquier niño)
acepten y quieran a sus hijos tal y como son, sin tratar de cambiarles y sin forzarles a
hacer cosas que no quieren hacer, como asistir a una fiesta de cumpleaños".
También aconseja "anticipar las cosas que van a ocurrir a lo largo del día, y saber que si
ocurre un imprevisto tu hijo se verá afectado, por lo que es importante conocer
estrategias que le ayuden a sentirse mejor".
Investigación
El psiquiatra José Ángel Alda confía en que los numerosos proyectos de investigación
sobre el autismo que están en marcha en la actualidad fructifiquen próximamente. Uno
de los mayores logros puede ser la obtención de marcadores biológicos que permitan
el diagnóstico objetivo de los TEA, con el fin de instaurar un tratamiento efectivo
incluso antes de que aparezcan los primeros síntomas.