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Intervención en crisis

Unidad 2:
Tipología del paciente susceptible de las medidas restrictivas
ÍNDICE

2 Tipología del paciente susceptible de las medidas


restrictivas

2.1. Introducción

2.2. Pacientes susceptibles de la sujeción o aislamiento

CONCLUSIONES

BIBLIOGRAFÍA

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2 Tipología del paciente susceptible de las medidas
restrictivas

2.1. Introducción

Es necesario aclarar que cualquier persona es susceptible de necesitar la aplicación de


contención mecánica, independientemente de padecer un trastorno mental o sufrir una
patología orgánica que desencadene una agitación.

Por ejemplo, imaginemos una situación crítica, de extrema gravedad, ante la que no
sabemos cuál será nuestra reacción: la supervivencia al atentado del tren de Atocha en
marzo de 2003. ¿Es posible que nuestra capacidad de adaptación fuese superada
entrando en una crisis de angustia y posterior agitación sin cese ante medicación
sedante que requiriese de nuestra contención temporal?

Otras personas pueden incluso tener el umbral más bajo y el simple hecho de ingresar
en un hospital para una intervención quirúrgica puede desencadenar dichas crisis
susceptibles de la aplicación de contención. Según el Dr. Ramos Brieva, en estos casos
estamos ante el grupo de personas no orgánicas, no psicóticas, que, por reactividad a
una situación concreta, se convierten en susceptibles de la aplicación de la medida.

El objetivo de esta unidad didáctica es que el alumno sea capaz de identificar aquellas
personas que son candidatas a la aplicación de medidas restrictivas, aislamiento o contención
mecánica.

Estableceremos una clasificación por grupos según unas características diferenciales a las
personas susceptibles de la aplicación de medidas restrictivas. Es imprescindible, antes de
avanzar en las siguientes unidades del curso, definir con claridad el sujeto al que le
aplicaremos la medida de restricción.

2.2. Pacientes susceptibles de la sujeción o aislamiento

Según el Dr. J. A. Ramos Brieva existen tres grandes grupos de pacientes susceptibles de
sujeción o aislamiento: pacientes no orgánicos o no psicóticos, pacientes orgánicos y pacientes
psicóticos.

h Pacientes no orgánicos o no psicóticos: cualquier paciente, por el hecho de estar


hospitalizado, es candidato a agitarse o a mostrar una conducta violenta que haga necesaria la
intervención. El ingreso, enfermedad como acontecimiento singular y amenazante en sus vidas,
frente al que deben desplegar sus recursos de ajuste, ya sean adaptativos o no, los hacen
irritables y susceptibles.

h Pacientes orgánicos: agitación en el contexto de confusión. La causa más frecuente


es el delirio (de múltiples causas y, habitualmente, transitorio). Las causas más habituales del
delirio son: fiebres, estados postoperatorios, alteraciones cardíacas o vasculares, trastornos
neurológicos cerebrales (tumores, demencias y accidentes vasculocerebrales), infecciones del
SNC, alteraciones metabólicas y endocrinas que intoxican el cerebro, así como tóxicas
(drogas).

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h Pacientes psicóticos: este grupo engloba a todo paciente psiquiátrico susceptible de
agitación, incluyendo a trastornos no psicóticos (de la personalidad o trastornos neuróticos).

Otro tipo de clasificación válido sería el siguiente:

¾ Pacientes con cuadros sindrómicos confusionales (delirio): de etiología conocida o


no, y severidad variable (es suficiente un déficit cognitivo modesto para que el sujeto se agite).
Es la situación más frecuente en el hospital general.

Características clínicas del delirio


Inicio generalmente brusco
Evolución fluctuante con empeoramiento típicamente nocturno
Ritmo sueño-vigilia invertido: hipersomnia matutina, somnolencia vespertina
Carácter transitorio con numerosas excepciones
Conciencia enturbiada (reconoce mal el medio donde se encuentra y su propia situación)
Capacidad de atención disminuida
Desorientación en el tiempo, el espacio o la persona
Lenguaje incoherente (entrecortado, lento o rápido)
Memoria reciente deteriorada
Acentuación de las reacciones de sorpresa (asustadizo)
Ilusiones y posibles alucinaciones (sobretodo visuales)
Actividad psicomotora inhibida, agitada o mixta

¾ Pacientes con cuadros psicóticos: en ausencia de delirio, presentan semiología


psicótica (delirios o alucinaciones) que les distorsiona la realidad, generalmente sintiéndose
amenazados y en peligro, de la que tratan de defenderse produciéndose situaciones de
agitación.

¾ Pacientes en los que la situación es estresora (ingreso, encamamiento, rigidez de


normas respecto a sus hábitos culturales, etc.) desborda la capacidad o las habilidades de
afrontamiento del individuo, ya sea por la gravedad del estrés (inminencia de la muerte, dolor,
etc.) o por la escasez de sus recursos para encararlo (limitación intelectual, rasgos de
personalidad, particularidades socioculturales, etc.).

Una clasificación más general del destinatario de la contención mecánica sería aquella persona
que:

- Presenta un potencial o manifestación de autolesión (pone en peligro su integridad


física).

- Presenta un potencial o manifestación de lesionar a otros o al entorno (pone en peligro


la integridad de los que le rodean o el mobiliario y aparetaje médico).

- Puede imposibilitar el programa terapéutico (retirada de sondas, catéteres, drenajes,


etc.).

El campo “potencial de peligro de la integridad” es muy amplio, pues se encuentran diferencias


de inclusión o exclusión, según el protocolo, manual o normas de la institución. En algunos, las
amenazas, insultos o conductas disruptivas frecuentes serán motivo justificado para aplicar la
contención, en cambio, en otros, salvo excepción, no lo serán.

Será relevante discriminar si el origen del cuadro de agitación es de tipo psíquico o físico. Este
aspecto es muy importante dada la dificultad en la valoración del paciente, por su falta de
colaboración, y la relación que esta conducta puede tener con problemas somáticos graves.
Por tanto, y en cuanto sea posible, se deberá realizar una historia clínica completa y la
exploración somática del paciente.

Como norma general deben realizarse siempre las siguientes pruebas diagnósticas:

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- Sistemático de sangre, incluyendo tóxicos y determinación de hemoglobina.

- Determinación de electrólitos, osmolaridad y urea.

- Glucemia.

- Calcemia.

- Gasometría.

- Radiografía simple de cráneo.

- Analítica de orina.

Gran parte de la información sobre antecedentes e inicio del cuadro clínico se deberá obtener
de los familiares y acompañantes, ya que la colaboración del paciente habitualmente es
escasa. Además, es conveniente que antes de evaluar al paciente se conozca el número
máximo de características clínicas a fin de conocer las posibilidades de manejo.

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CONCLUSIONES

La principal conclusión de esta unidad didáctica radica en aprender que cualquier persona en
un momento determinado puede convertirse en candidato de la aplicación de la medida. No
siendo necesario ni requisito imprescindible padecer algún tipo de trastorno psiquiátrico o
somático determinado. Son, por consiguiente, las circunstancias específicas que ocasionan
una reacción en el individuo las que lo convierten en candidato de la aplicación de medidas
restrictivas.

Asimismo es muy importante diferenciar aquellas personas que no son candidatas de las
medidas restrictivas en sentido médico sino que son aplicadas ante actos delictivos.

Una vez definidos los conceptos y conocido el sujeto a quien le aplicaremos la medida
seguiremos avanzando en las siguientes unidades estableciendo cuándo se indicará la medida
y cómo la llevaremos a cabo.

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BIBLIOGRAFÍA

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